La caza del ya extinto elefante del bosque (Palaeoloxodon antiquus) estaba muy extendida entre los neandertales.Esta es la conclusión a la que ha llegado un equipo de investigación de la Universidad Johannes Gutenberg de Maguncia (JGU), el Centro de Arqueología de Leibniz (LEIZA), también en Maguncia, y la Universidad de Leiden, en los Países Bajos.El estudio acaba de ser publicado en la revista PNAS.
Los investigadores examinaron de cerca los huesos de elefantes del bosque, de aproximadamente 125.000 años de antigüedad, descubiertos hace décadas en Gröbern, Sajonia-Anhalt, y Taubach, en Turingia. Se pudieron identificar en los mismos marcas de corte de herramientas de piedra hechas por los neandertales, lo que indica un uso intensivo de los cadáveres.
Marcas de corte en el esqueleto de un P. antiquus de Gröbern. La posición de las marcas de corte en el esqueleto del elefante se indica con números. Para descripciones detalladas ver el trabajo publicasdo.
Hace dos años, mientras se analizaban huesos encontrados en el yacimiento de Neumark-Nord en una antigua mina de lignito en Sajonia-Anhalt, el mismo equipo descubrió la primera evidencia de que los neandertales cazaban activamente elefantes del bosque, los mamíferos terrestres más grandes del Pleistoceno.Este descubrimiento se publicó a principios de este año en la revista Science Advances (ver el comunicado de prensa "Los neandertales cazaban elefantes del bosque: primera evidencia de caza de elefantes por parte de los primeros humanos").
"Los resultados del examen de los huesos de Gröbern y Taubach muestran que la caza de elefantes del bosque por parte de los neandertales no era una excepción, sino más bien un comportamiento normal", afirma la Dra. Sabine Gaudzinski-Windheuser profesora del Departamento de Prehistoria y Protohistoria de la JGU y directora del Centro de Investigación Arqueológica y Museo para la Evolución del Comportamiento Humano, MONREPOS, en Neuwied, que forma parte de LEIZA.Gaudzinski-Windheuser participó de manera importante en el estudio de los huesos tanto en Gröbern como en Taubach y anteriormente en Neumark-Nord.
Un elefante macho del bosque podría satisfacer las necesidades calóricas diarias de 2.500 neandertales
El elefante de bosque europeo vivió en gran parte de Europa y Asia occidental hace entre 800.000 y 100.000 años.Con una altura de hombros de hasta cuatro metros y un peso de hasta 13 toneladas, era el animal más grande que vivía en la tierra en ese momento y no sólo era significativamente más grande que el elefante africano (Loxodonta africana) o asiático actual (Elephas maximus), sino también más grande que el extinto mamut lanudo (Mammuthus primigenius).
"Suponemos que la carne y la grasa de un elefante macho adulto del bosque podrían cubrir las necesidades calóricas diarias de al menos 2.500 neandertales adultos", afirma Gaudzinski-Windheuser."Esta cifra es importante porque conduce a nuevos conocimientos sobre el comportamiento de los neandertales".
Hasta ahora, las investigaciones han asumido en general que los neandertales se agrupaban en grupos de no más de 20 individuos.Sin embargo, la reciente información obtenida sobre la explotación sistemática de los elefantes del bosque sugiere que los neandertales, al menos durante un tiempo, se reunieron en grupos bastante más grandes o bien dominaron técnicas que les permitieron cazar, preservar y almacenar grandes cantidades de alimentos, o ambas cosas.En un proyecto de seguimiento de este estudio, los investigadores quieren aprender más sobre cómo los neandertales cazaban estos enormes elefantes y cómo sus actividades de caza afectaron a estos y otros animales de presa, así como a su entorno.
Foto: Reconstrucción en la que se muestra a la chamana de Bad Dürrenberg con toda su parafernalia de vestimenta en el Museo Estatal de Prehistoria de Halle (Saale, Alemania). Oficina Estatal de Gestión del Patrimonio y Arqueología de Sajonia-Anhalt
El doble entierro de una mujer adulta y un niño, que data aproximadamente del 7.000 al 6.800 a. C., descubierto en 1934 durante las obras de construcción en los jardines del balneario de Bad Dürrenberg, se considera uno de los hallazgos funerarios más destacados del Mesolítico en Europa Central.Debido al inusual equipamiento de la mujer, que fue enterrada sentada, y a sus anomalías corporales, el entierro se interpreta como el de una chamana.
La investigación genética revela ahora la relación entre la mujer y el niño, el cual no es su hijo, sino que tiene un parentesco de cuarto o quinto grado.Las variantes fenotípicas analizadas en el genoma de la mujer nos informan que tenía una tez relativamente oscura, cabello oscuro y lacio y ojos azules.
El entierro
El inusual equipamiento enterrado con la mujer incluye artefactos de pedernal y herramientas de roca sólida, pero también artefactos de hueso y asta, un trozo de ocre rojo, varios huesos de animales, incluido el caparazón de al menos tres tortugas de agua, y dientes de animales parcialmente perforados.Junto con astas de ciervo y originalmente seis colmillos de jabalí parcialmente perforados, estos hallazgos probablemente sean adornos para la cabeza y el cuerpo.Debido al ajuar funerario y anomalías corporales de la mujer, el entierro se interpreta como el de una chamana.
Los restos óseos y el ajuar funerario de chamana de Bad Dürrenberg. Museo Estatal de Prehistoria de Halle (Saale). Crédito: Juraj Lipták, Oficina Estatal de Gestión del Patrimonio y Arqueología de Sajonia-Anhalt.
Las excavaciones posteriores en el lugar, como parte de los preparativos para la Exposición Estatal de Jardines de 2024, no sólo arrojaron nuevas revelaciones sobre la deposición y la posición del cuerpo a la luz, sino que también revelaron una multitud de nuevos hallazgos, que podrían atribuirse claramente al entierro.Además de los dientes de animales perforados, también se pudieron recuperar restos de fauna, artefactos líticos y una gran cantidad de restos óseos humanos.
Un artículoreciente, publicado como un capítulo de las actas del congreso Propylaeum, de Jörg Orschiedt (Oficina Estatal de Gestión del Patrimonio y Arqueología de Sajonia-Anhalt, LDA), Wolfgang Haak (Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva), Holger Dietl (LDA), Andreas Siegl (LDA) y Harald Meller (LDA) detallan los resultados del reciente trabajo sobre el hallazgo, que incluyó un análisis de ADN.
El hueso de la pierna de una grulla (arriba) convertido en un recipiente para pequeñas hojas de pedernal (en el medio), así como puntas de hueso (arriba), se incluyeron en el conjunto único del ajuar funerario. (Fotografía Juraj Lipták).
La chamana
El estudio concluye que la mujer, que tenía una edad de entre 30 y 40 años, era una persona grácil con una altura corporal de aproximadamente 1,55 metros, típica de la época.En particular, su esqueleto carecía de inserciones musculares distintas, especialmente en las extremidades inferiores, que se encuentran comúnmente en los cazadores-recolectores.
En la base del cráneo hay una anomalía en el borde del gran agujero occipital, en forma de una pequeña constricción.Esta área es la huella de un vaso sanguíneo anormalmente desarrollado.La primera vértebra cervical no está completamente formada debido a un defecto de crecimiento congénito y sólo ha alcanzado el 40% del arco.El extremo redondeado del arco vertebral corresponde al defecto observado anteriormente en el gran agujero occipital.
En este contexto, los investigadores plantearon la hipótesis de que, con la correspondiente postura de la cabeza, parece posible que hubiera un pellizco de un vaso sanguíneo con diversas secuelas.El descubrimiento de la segunda vértebra cervical entre los hallazgos de la nueva excavación lo confirmó.Esta vértebra también muestra una anomalía que se limita a la apófisis vertebral en forma de un gancho óseo que sobresale. Ello hace posible una obstrucción de uno de los vasos sanguíneos que conducen al cerebro.
Los caparazones de tortuga (arriba) y mejillón (arriba) son evidencia de una verdadera colección de animales depositada en la tumba de la chamana. (Fotografía Juraj Lipták).
Tal circunstancia puede deberse al adoptar, intencionadamente, una determinada postura de la cabeza. Es poco probable que las consecuencias hayan sido graves o peligrosas para la salud de la persona. Sin embargo, es posible que un nistagmo, es decir, un movimiento involuntario de los globos oculares, pueda deberse a la obstrucción de un vaso sanguíneo. Esta característica inusual podría haber sido percibida como extraña y, cuando se inició a propósito, pudo haber reforzado o incluso justificado su papel como chamana.
La investigación genética reveló que el perfil de ascendencia genómica de esta chamana cae directamente dentro de varias docenas de otros individuos cazadores-recolectores mesolíticos de Europa central y occidental, un perfil que comúnmente se denomina ascendencia de cazadores-recolectores occidentales (europeos).
Las variantes fenotípicas analizadas en el genoma de la chamana de Bad Dürrenberg revelan que tenía una tez relativamente oscura, cabello oscuro y lacio y ojos azules.Esta combinación era bastante común entre los individuos cazadores-recolectores de Europa occidental y la dama chamán compartía esta apariencia con individuos mesolíticos contemporáneos de yacimientos como Loschbour, Mullerthal (Luxemburgo), La Braña, Asturias (España), o Cheddar Man en Somerset (Gran Bretaña).
Los dientes frontales de la chamana habían sido limados hasta la pulpa a temprana edad, un procedimiento insoportable que podría haber ayudado a mejorar su posición.(Fotografía Juraj Lipták).
El niño
Durante las nuevas excavaciones en Bad Dürrenberg se descubrió el esqueleto parcialmente conservado de un niño.El descubrimiento del petroso (zona del hueso temporal) permitió realizar un análisis genético de este individuo.Dado quese disponía de datos de alta calidad de ambos individuos, y especialmente de la mujer, los investigadores también pudieron emplear un método recientemente desarrollado para escanear los datos del genoma en busca de la presencia, cantidad y longitud de tramos en el genoma que comparten dos individuos,los llamados tractos de identidad por descendencia (IBD).Este método, optimizado para abordar los datos ausentes, como es habitual en el ADN antiguo fragmentado, permite detectar parentescos biológicos de mayor grado, y con reservas, hasta el décimo grado.
Con respecto a los dos individuos de Bad Dürrenberg, los investigadores encontraron que el número y la distribución de la longitud de los tractos de identificación por descendencia que comparte la pareja es equivalente a una relación genética de cuarto o quinto grado.Este grado de parentesco podría ser equivalente a cuatro o cinco generaciones de diferencia, suponiendo una línea directa, lo que convertiría a la mujer adulta chamana en la tatarabuela potencial del niño.
El sitio de excavación en las montañas del sur de Zagros (Irán), con una antigüedad de hace aproximadamente entre 81.000 a 45.000 años .Crédito: TISARP
En un estudio publicadoen la revista Scientific Reports, investigadores del Centro Senckenberg para la Evolución Humana y el Paleoambiente (SHEP) de la Universidad de Tubinga (Alemania) se describe como los primeros humanos del Paleolítico Medio tenían una dieta más variada de lo que se suponía anteriormente.
El análisis de un enclave en las montañas Zagros de Irán revela que hace entre 81.000 y 45.000 años, los homínidos locales cazaban ungulados, además de tortugas y carnívoros.Es posible que también hubiera pájaros en su menú.
Ya en el Paleolítico Superior, el período más tardío del periodo Paleolítico, los antepasados de los humanos modernos cazaban mamíferos grandes y pequeños. "Según diversos estudios, los homínidos del Paleolítico Medio posterior, el período comprendido entre hace 300.000 y 45.000 años, se alimentaban principalmente de ungulados. Sin embargo, cada vez hay más pruebas de que, al menos ocasionalmente, también se alimentaban de tortugas, pájaros, liebres, peces y mamíferos carnívoros, los cuales estaban en el menú de los neandertales y sus parientes", explica Mario Mata-González (izquierda), primer autor del nuevo estudio y estudiante de doctorado en la Universidad de Tubinga.
"Reconstruir los hábitos alimentarios de los primeros homínidos es uno de los principales objetivos de los estudios arqueozoológicos, los cuales arrojan luz sobre la forma en que nuestros antepasados se adaptaron e interactuaron con diferentes entornos", afirma.
Restos de tortuga del Paleolítico Medio en Ghar-e Boof con modificaciones antropogénicas: (a) fragmento de plastrón quemado; (b) fragmento de caparazón quemado; (c) escápula marcada con cortes; (d) fragmento de plastrón con impacto de percusión.
Junto con otros investigadores de SHEP, Mata-González ha llevado a cabo el primer análisis dietético completo y sistemático en un yacimiento del Pleistoceno tardío en el sur de las montañas Zagros con una edad de entre 81.000 y 45.000 años."Las montañas Zagros no sólo son la cadena montañosa más grande de Irán, sino que también se consideran una región geográfica clave para el estudio de la evolución humana en el suroeste de Asia durante el Paleolítico Medio, en particular debido a su topografía heterogénea y su gran diversidad ambiental", añade.
Los hallazgos realizados en el enclave de Ghar-e Boof revelan que la dieta de los homínidos locales incluía ungulados, carnívoros y tortugas, entre otros animales. Crédito: N. Conard.
Hasta la fecha, los hallazgos arqueozoológicos de las montañas se han limitado casi exclusivamente a ungulados.Sin embargo, los resultados del sitio de Ghar-e Boof muestran que la dieta de los homínidos locales también incluía mamíferos carnívoros y tortugas.
"Más del 75% de la fauna de Ghar-e Boof está formada por ungulados, desde especies pequeñas hasta muy grandes. Encontramos principalmente restos de cabras salvajes (Capra aegagrus) y gacelas (Gazella sp.). Pero también pudimos documentar cantidades menores de jabalí (Sus scrofa), ciervo (Cervus elaphus), caballos (Equus sp.) y ganado vacuno (Bos primigenius)", explica Mata-González."Además de los ungulados, las tortugas (Testudo sp.) son las especies más frecuentes cuyos fósiles hemos podido recuperar en la gran superficie de excavación de aproximadamente 18 metros cuadrados".
Restos de leopardo del Paleolítico Medio en Ghar-e Boof, los cuales tienen marcas de corte y quemaduras: (a) epífisis distal de un radio, con marcas de corte ubicadas tanto en la superficie anterior como en la posterior del eje conservado, y la mayoría de ellas son transversales, aunque algunas son también diagonales; y (b) primera falange con un grupo de marcas de corte cortas y transversales en el lado palmar/plantar, cerca de la epífisis distal.
El equipo de investigación también pudo identificar huesos de varias especies de aves y algunos restos de carnívoros, como un zorro rojo (Vulpes vulpes) y un gran felino depredador, probablemente un leopardo (Panthera cf. pardus).Los cortes y huellas del procesamiento en algunos de los huesos fósiles apuntan a los primeros humanos como sus creadores.Según el estudio, las tortugas fueron asadas en sus caparazones antes de ser consumidas; así es como los investigadores interpretan las marcas de quemaduras en las superficies externas de los caparazones de las tortugas fósiles.
El último autor del estudio, el profesor Nicholas J. Conard(izquierda), del SHEP, concluye: "Los restos de fauna de Ghar-e Boof son la primera evidencia de que los homínidos del sur de Zagros utilizaban animales de caza menor como tortugas y pájaros, así como carnívoros. Montañas. Incluso si algunas de estas especies se consumían sólo esporádicamente, nuestros hallazgos muestran que los homínidos de la región de Zagros en el Paleolítico medio tenían una dieta más variada de lo que se suponía anteriormente. Esto es consistente con los hallazgos en otras partes de Eurasia".
Entre la densa maleza deJava Occidental, un historiador holandés descubrió extrañas y ancestrales construcciones en las montañas de Padang en 1890. Unos pilares de piedra dominan la cima de la colina. Su hallazgo pasó desapercibido por las autoridades. Un año después, en las cercanías del río Solo, Eugène Duboispasó a la historia por encontrar los restos óseos de unHomo erectusque habitó el planeta hace medio millón de años.
El increíble hallazgo de Dubois revolucionó el panorama arqueológico. En su momento pensó que había descubierto el eslabón perdido y lo bautizó como Pithecanthropus erectus, "el hombre mono erguido".El yacimiento de Padang quedó ensombrecido por aquel “hombre mono” de Dubois hasta que en 1979, un grupo de campesinos redescubrió el lugar, llamando la atención de los investigadores indonesios. En 1998 fue declarado patrimonio cultural.
Gunung Padang ha sido considerado durante muchos años una estructura megalítica: se encuentra en la cima de unvolcán extintoen Java Occidental, Indonesia, a 885 metros de altitud, que los locales consideran unsitio sagrado. Durante muchos años ha habido desacuerdo sobre la naturaleza del cerro. Hay estudios que apuntan a que la colina se formó de manera natural y que diferentes poblaciones agregaron algunos adornos en la cima, mientras que otros apuntan que la colina es artificial y que fue fabricada por distintos grupos humanos. De ser así, sería una pirámide mucho más antigua que las de Egipto y que incluso podría tener “cámaras secretas”.
(a) Vista aérea de Gunung Padang tomada desde un helicóptero. (b) Topografía y mapa del sitio generados a partir de un estudio geodésico detallado. (c) Mapa geológico de la región de Gunung Padang (Sudjatmiko, 1972). (d) Mapa de ortofoto obtenido de un estudio con drones realizado en 2014, que indica las ubicaciones de los sitios de zanjas (rectángulos blancos) y los sitios de perforación (puntos rojos). T1, Terraza 1; T2, Terraza 2; T3, Terraza 3; T4, Terraza 4; T5, Terraza 5. [La figura en color se puede ver en wileyonlinelibrary.com]
En un reciente estudio publicado por un equipo de arqueólogos, geofísicos, geólogos y paleontólogos afiliados a múltiples instituciones en Indonesia ha encontrado diversas pruebas que demuestran que Gunung Padang es la pirámide más antigua conocida en el mundo. En suartículo, publicado en la revistaArchaeological Prospection, el estudio liderado por Danny Hillman Natawidjaja(izquierda), del Instituto Indonesio de Ciencias, entre otros, describe su análisis de varios años en el yacimiento.
Para este nuevo estudio, el equipo de investigación realizó un estudio completo de toda la estructura. Entre 2011 y 2015, estudiaron la estructura mediante tomografía sísmica, resistividad eléctrica y radar de penetración terrestre. Tambiénperforaron la colinay recolectaron muestras de núcleos que les permitieron utilizar técnicas de datación por radiocarbono para conocer las edades de las capas que forman la colina.
Al estudiar todos sus datos, el equipo de investigación afirma tener claras evidencias que demuestran que el cerro fue fabricado en su mayor parte por manos humanas. También encontraron pruebas que muestran que la estructura se construyó a lo largo de varias fases, con miles de años de diferencia. Las partes más antiguas de la estructura se construyeron entre hace 25.000 o 14.000 años, lo que convierte esta “pirámide” en la más antigua del mundo. La más antigua de Egipto, la del faraón Zoser, se construyó en torno a 2600 a.C.
Reconstrucción simplificada de Gunung Padang publicada en Archaeology Prospection
Los investigadores indonesios afirman que la estructura fue reforzada, por lo que, con el tiempo, crearon la estructura completa. La primera terraza consistía enlava esculpida, donde los constructores habían tallado formas en la cima de un pequeño volcán inactivo. Luego, varios miles de años después, en algún momento entre 7900 y 6100 a.C., otro grupo añadió una capa de ladrillos y columnas de roca. Otro grupo diferente añadió una capa de tierra a parte de la colina, enterrando una zona del trabajo anterior y, finalmente, en algún momento entre 2000 y 1100 a. C., se completó con una capa superficial de tierra, terrazas de piedra y otros elementos.
Por si esto fuera poco, el equipo de investigación sospecha que en el interior de la colina artificial podría haber partes huecas, lo que sugiereposibles cámaras ocultas. Ante lo novedoso de estos últimos hallazgos, el equipo indonesio planea excavar para llegar a ellos e introducir varias cámaras para explorar estas áreas.
Resultados de excavaciones geoarqueológicas. (a) Trinchera Fanta: A1. Alineación de rocas columnares visibles en la superficie de T2, A2. Vista oblicua que revela la continuación subterránea de alineamientos de rocas columnares (#2), A3. Perfil frontal de rocas columnares #2 que exhiben varios tamaños y formas, revestidas en un mortero de 5 cm de espesor. (b) Trinchera Charlie1 en la vertiente este: B1. Alineación de rocas columnares orientadas a N70E (#2) con un buzamiento de 15° hacia la pendiente, B2. Dibujo de sección transversal de la trinchera Charlie1. (c) Zanja Eco2: C1. Dibujo de la sección transversal este-oeste de la zanja Echo2, C2. Vista oblicua que muestra la pared de roca enterrada de la Unidad 3, C3. Vista frontal de una pared empinada que comprende una alineación de rocas columnares altamente erosionadas. (d) Trinchera delta en la vertiente sur: D1. Dibujo de la trinchera, D2. Foto que muestra fragmentos de roca redondeados y muy erosionados enterrados por un relleno de suelo homogéneo. (e) Zanja Charlie2 en la ladera este: alineación N70E de fragmentos de roca en bloques, no columnares, encerrados en mortero. FC-5, Charlie1-3,4,5, EM-4 y ES-1 representan ubicaciones de muestras para análisis de radiocarbono. [La figura en color se puede ver en wileyonlinelibrary.com ]
El paleoartista John Gurch pasó unas 700 horas recreando la cabeza de Homo naledi basándose en escáneres óseos. (Crédito de la imagen: Mark Thiessen/National Geographic)
"No hay evidencia científica convincente" detrás de las extraordinarias afirmaciones de que el antiguo pariente humano Homo naledienterró deliberadamente a sus muertos he hizo grabados en rocas en lo profundo de una cueva de Sudáfrica hace unos 300.000 años, sostiene un grupo de arqueólogos en un nuevo comentario al respecto.
Homo naledise convirtió en un pararrayos de controversias a principios de este año después de que un equipo de investigadores afirmara en la revista eLifeque este homínido extinto, con un cerebro del tamaño de una naranja, llevó a sus muertos al interior del sistema de cuevas Rising Star, encendió fuegos y grabó patrones y formas abstractas en las paredes, comportamientos complejos ambos antes solo conocidos en los humanos modernos con cerebros más grandes (Homo sapiens) y nuestros primos cercanos, los neandertales.
La imagen muestra dos elementos funerarios descubiertos en la Cámara Dinaledi de la cueva Rising Star. Un cuerpo pertenecía a un 'Homo naledi' adulto y el otro era un juvenil.
El equipo referido provocó reacciones negativas, en parte, porque anunciaron sus controvertidos hallazgosen una conferenciay en tres estudios preimpresos que no fueron revisados por pares, lo que frustró a algunos científicos, según informóNational Geographicen ese momento.La revista en línea eLife aceptó las preimpresiones, publicadas inicialmente en bioRxiv en junio, para una evaluación pública de revisión por pares, la cual concluyó que no había evidencias "completas" detrás de las afirmaciones realizadas.
Un exitoso documental de Netflix que presenta los descubrimientos, sobre Homo naledi, llamado Unknown: Cave of Bones (2023), se emitió el 17 de julio, menos de una semana después de que eLife publicara las preimpresiones y las críticas.
Ahora, un equipo de investigadores ha analizado los tres estudios de eLife en detalle y argumenta en un estudio, también revisado revisado por pares, y publicado el 10 de noviembre en el Journal of Human Evolution, que nunca se han presentado evidencias científicas convincentes sobre el pretendido entierro deliberado o arte rupestre realizado por el Homo naledi.
Chris Stringer (izquierda), líder de investigación sobre los orígenes humanos en el Museo de Historia Natural de Londres, y que no participó en ninguno de los estudios, dijo a Live Science en un correo electrónico que estaba de acuerdo con el enfoque cauteloso del nuevo trabajo de investigación publicado, y dijo que estaba "bien argumentado.Lo veo como una réplica necesaria a algunas conclusiones prematuras y exageradas sobre el comportamiento supuestamente complejo del Homo naledi", dice Stringer.
Homo nalediera un homínido bípedo de 1,5 metros de altura con manos ágiles y uncerebro pequeño pero complejo.Andy Herries(derecha), profesor de paleoantropología en la Universidad La Trobe, en Australia, y uno de los autores del nuevo trabajo de investigación, dijo a Live Science que no descarta las afirmaciones realizadas sobre Homo naledi (de que enterraba a sus muertos), pero quenotó una falta de ciencia que las respalden.
"Existe la posibilidad de que algo de esto sea correcto", dijo Herries."Lo que estamos pidiendo son datos científicos sólidos que lo respalden, incluidas cosas estandarizadas que se harían en arqueología".
Herries describió los "conceptos básicos fundamentales" que faltan en los estudios de eLife de 2023, incluido un análisis detallado de supuestos sedimentos funerarios y ladatación por radiocarbonodel carbón proveniente de presuntos fuegos realizados.También quiere más comparaciones entre los supuestos grabados en las rocas de dolomita y la erosión natural, que ve a menudo en Sudáfrica. "He trabajado aquí durante 26 años y veo cosas naturales en la dolomita que se ven de igual modo", afirma Herries.
Lee Berger en el área de entrada al sistema de cuevas de Rising Star. Como 'Cuna de la Humanidad', la región es Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Foto: AFP / Luca Sola.
Lee Berger, paleoantropólogo y explorador residente en la National Geographic Society, dirigió el equipo que describió a Homo naledi en 2015y el grupo de investigación que informó sobre la controvertida evidencia de los enterramientos deliberados y grabados en las rocas.Él cree que el nuevo artículo que lo cuestiona repite preocupaciones que su equipo ya había abordado.
"Los argumentos presentados son predominantemente los que ya aparecieron en las revisiones de eLife y en los comentarios públicos de estos mismos autores, y ya se tuvieron en cuenta en el manuscrito revisado que se volvió a enviar a eLife", dijo Berger a Live Science en un correo electrónico.
Berger dijo que también estaba decepcionado con el título del trabajo publicado: "No hay evidencias científicas de que 'Homo naledi' enterró a sus muertos y produjo arte rupestre", porque "lo que se debate es la interpretación, no los datos reales".
Izquierda: En 2022 se descubrieron en las paredes de la cueva una serie de grabados y aguafuertes de figuras geométricas como cuadrados, escaleras, triángulos y cruces. Aún no se ha determinado si están relacionados con enterramientos cercanos. FOTOGRAFÍA DE BERGER ET AL., 2023B.
Derecha: Una imagen tomada con un filtro polarizador revela débiles rastros de grabados anteriores que fueron borrados y escritos encima. Estas marcas podrían demostrar que el Homo naledi era mucho más sofisticado de lo que se pensaba. FOTOGRAFÍA DE BERGER ET AL., 2023.
El equipo de Berger publicó una respuestaa las revisiones de eLife a principios de este año.Según Berger, su respuesta al nuevo trabajo que cuestiona sus tesis se publicará en el Journal of Human Evolution la próxima semana.
Pero esa no será la última palabra sobre siHomo naledienterró intencionalmente a sus muertos, encendió hogueras y grabó arte rupestre.Otro estudio externo, realizado por un equipo diferente que aborda la afirmación de los entierros deliberados deHomo naledi,se encuentra actualmente bajo revisión por pares.
Live Science se acercó a Netflix para pedir comentarios sobre la exactitud de "Unknown: Cave of Bones", pero no ha recibido nada al respecto hasta el momento de la publicación de este artículo.
El patio de Casas del Turuñuelo con la hecatombe animal.Construyendo Tarteso.
Hace unos 2.500 años, una comunidad de tartesios instalada en la cuenca media del río Guadiana, en el actual municipio de Guareña (Badajoz), realizó un ritual singular en uno de sus edificios más impresionantes: un lujoso banquete yun enorme sacrificio de medio centenar de animales. Al finalizar la ceremonia, cubrieron la estructura con sedimentos del propio río generando un montículo artificial de unos 6 metros de altura y 90 metros de diámetro y lo abandonaron. Este edificio es el del yacimiento de Casas del Turuñuelo y sus descubrimientos están cambiando la percepción de los investigadores sobre las comunidades delos últimos momentos deTarteso.
Este miércoles, un equipo multidisciplinar constituido por investigadores de instituciones españolas y extranjeras ha publicado en la revista PLOS ONEel estudio de los animales sacrificados y depositados en el patio del Turuñuelo, el edificio mejor conservado de la arqueología protohistórica del Mediterráneo occidentaly que desde su hallazgo en 2014 no deja de dar sorpresas a la comunidad científica.
A. Mapa que indica la ubicación de las Casas del Turuñuelo (Guareña, Badajoz, España) y otros yacimientos arqueológicos en la Llanura Media del Guadiana. B. Vista aérea del edificio monumental, julio de 2021 (https://construyendotarteso.com/es/paginasITM/hecatombe-animal): 1 patio; 2 escaleras; 3 pavimentos de pizarra; 4 ambientes en planta alta.
Los resultados del estudio arqueozoológico de los restos óseos de 52 animales y del análisis microestratigráfico revelan que este sacrificio masivo de animales formó parte de una serie de rituales realizados en los últimos años del edificio hasta su abandono, cuando fue sellado intencionalmente a finales del siglo V a.C., según comentan Sebastián Celestino PérezyEsther Rodríguez González, investigadores del IAM-CSIC y directores de las excavaciones del yacimiento. Hasta ahora se creía que se trataba de una única hecatombe, como así llamaban los antiguos griegos a este tipo de ceremonias.
Foto:Los arqueólogos Sebastián Celestino Pérez y Esther Rodríguez González tras recibir el Premio 'Luis Chamizo' por su labor investigadora y por divulgar la cultura tartésica del yacimiento del Turuñuelo. P. F. I.
Entre los animales sacrificados se han identificado 41 caballos, seis bovinos (toros y vacas), cuatro cerdos y un perro. Fueron depositados en tres fases secuenciales en el patio del edificio, según indican los resultados obtenidos mediante evaluaciones tafonómicas, microestratigráficas y una serie de dataciones radiocarbónicas. Además, se han documentado indicios deofrendas de vegetales quemadosy objetos asociados a actividades simbólicas, como las tabas de oveja. Por otro lado, la disposición de los cadáveres de animales sugiere unaintención en la exposición y escenificación de los sacrificios.
En conjunto, las pruebas ponen de manifiesto que los animales murieron en el contexto de sacrificios rituales. Los animales de la fase más antigua muestran signos de haber estado parcialmente al descubierto un tiempo, ya que los carroñeros accedieron a los cadáveres y dejaron sus marcas en los huesos. En la segunda y tercera fase, los esqueletos están completos y en conexión anatómica, lo que sugiere un entierro rápido.
Excavación de los animales hallados en Casas del Turuñuelo.Construyendo Tarteso.
"En esa última fase, junto al sacrificio de dos équidos se depositaron los restos de un banquete que incluía el consumo de carne de bovinos y porcinos", según comentan Mª Pilar Iborray Silvia Albizuri investigadoras del Instituto Valenciano de Conservación, Restauración e Investigación (IVCR+i) y de Instituto de Arqueología (IUAB-SERP) de la Universidad de Barcelona, que han liderado la investigación.
El equipo multidisciplinar concluye: "Este estudio pone de relieve el papel de los sacrificios masivos de animales en las sociedades europeas de la Edad del Hierro, en concreto destaca las prácticas de sacrificio animal [el más grande documentado hasta ahora en el contexto del Mediterráneo occidental] y el comportamiento ritual tartésico en el yacimiento". Además, las autoras resaltan el protagonismo de los équidos en estos sacrificios, "hecho que evidencia la relevancia de estas especies (caballos/asnos y sus híbridos) en los sistemas económicos y en general en la cultura de las comunidades de la Edad del Hierro".
Proceso de restauración de los restos animales.Construyendo Tarteso.
Casas del Turuñuelo es uno de los descubrimientos más impactantes de la arqueología peninsular de los últimos años. Sus excavaciones, financiadas por el Ministerio de Ciencia e Innovación, la Junta de Extremadura y la Fundación Palarq, se desarrollan bajo un proyecto dirigido desde el IAM-CSIC, 'Construyendo Tarteso', y están siendo codirigidas por Sebastián Celestino Pérez y Esther Rodríguez González. Como coautores de este nuevo estudio indican la importancia del trabajo multidisciplinar con especialistas de Humanidades y Biociencias que están generando un intercambio constante de información y de ideas, ofreciendo un enfoque transversal en el estudio de este yacimiento.
Los tartesios sacrificaron sus animales más preciados durante años
Vista aérea del yacimiento arqueológico del Turuñuelo, de Guareña (Badajoz), donde se hallaron decenas de animales sacrificados. SAMUEL SÁNCHEZ.
Cuando hace un lustro empezaron a excavar en Casas del Turuñuelo, un yacimiento tartésico en Guareña (Badajoz), los científicos creyeron estar ante una hecatombe. Según el diccionario de la RAE, hecatombe se refiere a una gran mortandad de personas o catástrofe. En tercer lugar, aparece el sentido original de la palabra, que procede del griego antiguo:Sacrificio de 100 reses vacunas u otras víctimas, que hacían los antiguos a sus dioses. En el Turuñuelo, no han encontrado 100 bueyes, pero sí restos de una cincuentena de animales, sobre todo caballos. Ahora, el estudio a fondo de todos los animales ilumina la relevancia de este lugar para sus constructores, los tartesios. Pero los motivos por los que Tartesos abandonó esta especie de santuario, como el resto de sus construcciones, para desaparecer en la historia, siguen siendo un misterio.
Casas del Turuñuelo fue descubierta en 2014. Estaba enterrada bajo seis metros de limo y tierra traídos del cercano río Guadiana. Al desenterrarla, al año siguiente, se encontraron un edificio de dos plantas. “Algo así no aparecería en el Mediterráneo occidental hasta los tiempos de Roma, hasta Pompeya”, dice Sebastián Celestino, investigador del Instituto de Arqueología de Mérida (IAM-CSIC) y codirector de la excavación del Turuñuelo. Con distintas técnicas de datación, señalaron que estaba en uso en el siglo V antes de la era actual, hace unos 2.500 años. Eran los últimos tiempos de la civilización de Tartesos, nacida en la costa de lo que hoy es Cádiz de la mano de fenicios venidos del Mediterráneo oriental y expandida desde el valle del Guadalquivir al del Guadiana.
Para los antiguos griegos, era la mayor civilización del occidente. Al excavar descubrieron una sala con un altar con la forma de una piel de buey en la que había elementos decorativos de procedencia cartaginesa o incluso griega en la que había también restos de animales. Pero a medida que bajaban hallaron primero dos caballos a los pies de una escalinata, después una especie de patio con una veintena de animales y más tarde, debajo de esa capa de huesos, otra con decenas de seres más. Entonces se creyó que formaban parte deuna hecatombe al estilo griegoy posterior banquete. Ahora, la revisión completa de todos los restos cuenta otra historia.
Los resultados del estudio arqueozoológico de los restos óseos, publicado en la revista científicaPLoS ONE, han identificado a 52 animales. La mayoría son caballos (41 del total) y mulos adultos, pero también hay bóvidos (toros y vacas), cerdos y un perro. Pero el análisis estratigráfico muestra que este sacrificio masivo no fue durante una hecatombe única, sino que formó parte de una serie de rituales realizados en los últimos años del edificio hasta su abandono, cuando fue sellado intencionadamente.
“En un principio el sacrificio nos parecía que se había hecho en un solo momento”, dice la zooarqueóloga de la Universidad de Barcelona y coautora del análisis de los animales, Silvia Albizuri(izquierda). “Llegas allí, ves esa foto fija, y piensas que han sido sacrificados todos así”, añade su colega de investigación, Mª Pilar Iborra (derecha), investigadora del Instituto Valenciano de Conservación, Restauración e Investigación. “El estudio tafonómico [la ciencia de la formación de un fósil desde algo vivo] que hemos hecho nos ha aportado información sobre la historia de ese depósito, desde que se enterró hasta que se ha desenterrado”, explica Iborra.
“Los huesos recogen toda esa información, todo lo que les ha pasado, si han sido sacrificados, si han sido consumidos, si han estado expuestos al sol. Toda esa información es la que nos ha permitido definir que hay tres grandes momentos de depósito. Casas del Turuñuelo fue una especie de santuario en el que los tartesios realizaron sacrificios durante años, quizá una década”, termina Iborra.
Trabajos desarrollados desde el Instituto de Arqueología Ibérica de la UJA.
El análisis también ha mostrado que los équidos eran machos adultos, casi todos de edades entre los cinco y los ocho años. De los seis bóvidos, cuatro eran toros, mientras que los restos porcinos pertenecían a cerdas adultas. La edad es clave para que las científicas descarten que los hubieran depositado allí tras una muerte natural o por una enfermedad. La tesis del sacrificio coge más fuerza cuando se tiene en cuenta que tanto équidos como cerdas estaban en lo mejor de su vida útil, ya fuera como animales de carga, para las bigas gobernadas por aurigas o para la cría. Como dice la zooarqueóloga de Albizuri, “esto implica un esfuerzo enorme para una comunidad”.
La confirmación del sacrificio ritual se hace evidente en los huesos de las dos primeras fases del enterramiento. No es solo que sendas capas estuvieran separadas por una especie de manto de unos quince centímetros de cereales quemados, lo que lo relacionaría con ofrendas por la fertilidad de la tierra, sino que las osamentas no tienen marcas de haber sido despiezadas, evisceradas ni consumidas por los humanos. Además, los ejemplares de la primera, los más antiguos, muestran que estuvieron expuestos al ambiente, al sol, a la acción del viento. “Cuando hacen un sacrificio no lo entierran, lo que quieren es que la gente lo vea. Es una exposición de lo que has hecho y que ha costado mucho hacer, porque sacrificas animales que son muy apreciados”, comenta Iborra.
Pero en la tercera fase, algo ha cambiado. “Lo que hemos podido observar en la última fase de depósito es que además del sacrificio de animales, también se consumió su carne, pero no la de caballos, solo de vacas y de un ternero, en el que incluso detectamos marcas de mordeduras humanas. Entonces se haría un banquete, un acto de comensalidad en esa última fase”, cuenta Iborra.
Aspecto de la zona del patio y la escalinata del edificio de Casas de Turuñuelo.
Su colega Albizuri añade: “cuando hablamos de banquete, hablamos de una comida que no sabemos dónde se celebró, pero sí que los restos de esa comida se quedaron en el patio. Porque otra cosa que solían hacer cuando terminaban un acto de estas características era colocar los restos en un silo abandonado”. A lo que Iborra añade: “Era para preservar la memoria de ese acto. De hecho, en esa fase 3, el ternero está con todos los huesos inconexos, con marcas de carnicería, con marcas de mordeduras humanas, pero depositados todos en conjunto, sin conexión anatómica, pero agrupados. En la Edad del Hierro eran muy habituales estos bothros”. En laOdisea, Homero describía losbothroscomo hoyos excavados en los que se vertía la libación por los muertos y encima de elllos se sacrificaba a las víctimas. Tras aquel banquete o poco después, la Casa del Turuñuelo fue enterrada y el lugar abandonado.
Ni Iborra ni Albizuri saben el motivo del abandono. Tampoco el codirector de las excavaciones. “Lo sellaron con arcilla y lo abandonaron”, dice Celestino. "Pero como el del Turuñuelo, tenemos otras 13 localizaciones tartésicas, todas enterradas intencionadamente y todas abandonadas a la vez, en el siglo V antes de esta era. Algo pasó que afectó a todos”.
El equipo de arqueólogos están trabajando con geólogos y paleoclimatólogos para investigar si la causa pudo ser una persistente sequía o, por el contrario, una sucesión de lluvias. Con la ayuda de la Fundación Palarq y las administraciones estatal y autonómica, los investigadores quieren desenterrar más lugares de Tartesos y seguir excavando en Casas del Turuñuelo, porque están convencidos de que hay algo más debajo de los animales sacrificados.
Representación de una esfinge y un león grabados en una pieza de marfil encontrada en Hattusa. Instituto Arqueológico Alemán.
Desde que Hattusili I llegara al poder en 1650 a.C., la ciudad de Hattusa (nombrada en 1986 Patrimonio de la Humanidad por la Unesco) fue la capital del Imperio Hitita. Situada en el centro de Anatolia, en la actual Bogazköy, en la provincia turca de Çorum, Hattusa estaba rodeada de espesos bosques y fértiles campos. Pero el Imperio Hitita, uno de los más importantes de la antigüedad, acabó desapareciendo durante el Bronce Final, entre otras causas, debido a las invasiones de los llamados "pueblos del mar". Así, la otrora poderosa capital fue abandonada hacia 1200 a.C.
Desde 2006, el Instituto Arqueológico Alemán está llevando a cabo unas excavaciones sistemáticas en la capital hitita bajo la dirección de Andreas Schachner (izquierda). Durante la presente temporada, los trabajos que se están realizando en la ladera noroeste de la zona del llamado Gran Castillo (una residencia real) han sacado a la luz un magnífico hallazgo: un colmillo de elefante de 2.800 años de antigüedadprofusamente tallado.
La pieza de marfil, que mide aproximadamente unos 30 centímetros de largo y 10 de ancho, muestra la representación de una esfinge con cabeza humana y cuerpo de león alado, así como dos altas plantas que podrían simbolizar árboles de la vida.
Imagen de la pieza de marfil decorada que ha sido localizada durante las excavaciones llevadas a cabo en Hattusa. Instituto Arqueológico Alemán
UNA DELICADA TALLA DE MARFIL
Según el arqueólogo alemán, esta hermosa pieza de marfil pudo haber formado parte de un mueble. "Probablemente se añadió como adorno a una caja de madera o a un mueble de madera en su época. La pieza está rota en los lados derecho e izquierdo, pero el superior y el inferior están intactos. Por lo tanto, lo más probable es que este elemento fuera más largo", ha declarado Schachner.
Schachner explicó además que este objeto es único entre los hallazgos descubiertos hasta la fecha en la Hattusa de la Edad del Hierro, un asentamiento que se fundó después de que la ciudad fuera abandonada por los hititas. "Por primera vez nos encontramos ante una obra decorada con una escena tan densa y bellamente representada. Se han llevado a cabo extensas excavaciones en los niveles de la Edad del Hierro en Boğazköy (Hattusa), pero nunca antes habíamos encontrado un objeto que presentara tal lujo de detalles".
Detalle del león y uno de los árboles grabados en la pieza de marfil encontrada por los arqueólogos en Hattusa. Instituto Arqueológico Alemán.
Por otra parte, según los investigadores, los símbolos tallados en este fragmento de marfil podrían arrojar luz sobre las relaciones que mantuvieron los habitantes del asentamientocon otras culturas y pueblos de la época. "Esta pieza podría indicar que la Hattusa de la Edad del Hierro ya no era una ciudad pequeña, sino que empezaba a ser un centro de poder mucho más importante".
"En comparación con otros hallazgo anteriores, este demuestra que la ciudad ya presenta en ese momento una estructura social compleja y jerarquizada", finaliza el arqueólogo alemán, que añade con satisfacción que este hallazgo permitirá a los investigadores conocer con más detalle el arte y la sociedad de ese período.
Uno de los muros de Hattusa. / Francesco Bandarin vía UNESCO
Hattusa, la capital del Imperio hitita que ahora es patrimonio de la humanidad
Hace más de tres milenios, Hattusa, la capital hitita, vivió un periodo con una importante afluencia
En el centro de Turquía (antes Anatolia) se encuentra Hattusa,la capital del Imperio Hitita. De acuerdo con el sitio web de laUNESCO, que reconoció a la capital hitita comopatrimonio de la humanidaden 1986, la ciudad vivió sus mejores años en el segundo milenio a.C.
Hoy por hoy, sus ruinas,rodeadas por una muralla de ocho kilómetros, se conservan y se han convertido en un punto de interés para arqueólogos e historiadores. Gracias a los esfuerzos del Instituto Arqueológico Alemán y algunas dependencias turcas, se han descubierto una enorme variedad detemplos, palacios y viviendas.
Además de los edificios, se han hallado otras instalaciones que nos acercan al desarrollo tecnológico de Hattusa, una de las ciudades más antiguas del Oriente Próximo y Medio. Por ejemplo, se demostró la existencia degraneros y estanques artificiales para almacenar agua.
Vista general de Hattusa. / Umut Özdemir vía Ministerio de Cultura y Turismo.
La relevancia histórica de la capital hitita
Según el portalTürkiye Sustainable, la existencia de Hattusa -hasta su descubrimiento en 1834- había sido un mito. Sin embargo, las continuas excavaciones y descubrimientos, han posicionado a la civilización hitita comouna de las primeras en Oriente, capaz de fabricar herramientas y tener un poder militar considerablemente fuerte.
"Hattusa es una maravillosa historia de resistencia, misterio y una historia profundamente estratificada. Sabemos que estaban fabricando herramientas y eran un poderoso ejército en la era de los caballos y los carros. ¿Qué más se descubrirá?", menciona el portal mencionado.
Hasta ahora, entre muchos descubrimientos, uno de los más importantes es el Archivo de Bogazköy. Sus tablillas son muestra de la organización sociopolítica del imperio, pues contienen contratos, códigos legales, procedimientos ceremoniales, profecías, acuerdos de paz y literatura. Asimismo, el hecho de que existieran cinco accesos distintos a la ciudad, comprueba las habilidades organizacionales de Hattusa.
Uno de los tuneles de Hattusa. Francesco Bandarin vía UNESCO.
La continuidad arqueológica y el patrimonio de Hattusa
Con la intención de seguir descifrando la historia del Imperio Hitita, como sucedió con el descubrimiento del Gran Templo y sus interesantes características arquitectónicas, arqueólogos y especialistas siguen investigando las ruinas de Hattusa. Además, se han realizadotrabajos de conservación para que su legado y patrimonio prevalezcan por mucho tiempo.
Aunque se han realizado intervenciones con fines de conservación, los atributos han mantenido en gran medida su autenticidad en cuanto a forma, diseño y disposición. Esto permite que los visitantes puedan experimentar una metrópolis de la Edad del Bronce y comprender las relaciones entre los edificios", menciona la UNESCO.
La extensa población de Hattusa (de unos 50.000 individuos) se encargó de que su ciudad, fuera relevante hasta la actualidad. Gracias a sus valores culturales, la conservación de sus ruinas y la investigación de las mismas, es posible estar un poco más cerca de esta y otras civilizaciones ancestrales.
Aquí os dejamos casi 25 minutos de los anuncios que veíamos en nuestro televisor allá por los años 80, publicidad de productos cuyas marca...
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