Así es la panadería-prisión de la antigua Pompeya donde esclavos y asnos molían el trigo

Fotografía aérea de la panadería-prisión. Parque Arqueológico de Pompeya.

Pompeya no deja de revelar nuevos episodios de cómo vivían los más desfavorecidos en la Antigua Roma. El último descubrimiento del Parque Arqueológico de Pompeya es una panadería-prisión donde esclavos y asnos trabajaban en condiciones infrahumanas. Se trata de una habitación estrecha en la que la luz apenas entraba a través de pequeñas ventanas con rejas de hierro. No existía ninguna puerta ni acceso al exterior, sino que se accedía a través de una puerta que daba a la parte residencial que estaba decorada con frescos. En uno de esos frescos se veía una masa de pan de forma redonda. En la parte residencial también se localizaron inscripciones de propaganda política en las que se animaba a votar a Aulus Rustius Verus.

La planta residencial y fabril surgió en la Regio IX, ínsula 10, donde se están realizando excavaciones como parte de un proyecto más amplio para asegurar y mantener las fachadas que rodean el área aún sin investigar de la antigua ciudad de Pompeya.

Las ruinas de la panadería-prisión en Pompeya.

Los restos de la panadería son una prueba arqueológica de lo brutal que podía ser la esclavitud en aquella época. En las losas del suelo se pueden observar unas muescas hechas seguramente para evitar que los animales de tiro, que iban con los ojos tapados, resbalaran sobre el pavimento y al mismo tiempo trazaran un camino en forma circular.

Las fuentes iconográficas y escritas de la Antigua Roma dan información sobre cómo funcionaba una muela de características similares a la localizada en Pompeya. Normalmente, el esclavo debía empujar al animal y controlar el proceso de moler, añadiendo grano y retirando la harina. El escritor romano Apuleyo (Madaura, África, c. 125-180) describe en Las Metamorfosis (IX 11-13) como Lucio, el héroe de esta novela escrita en once libros, se transforma accidentalmente en un asno. Miembro de la aristocracia, con esta forma animal, se convierte en testigo y víctima de las miserias de los esclavos que son tratados como bestias de carga por sus propietarios.

Las fuentes escritas

En el libro, Apuleyo describe cómo funcionaban las panaderías: "Había un gran número de bestias de carga, describiendo caminos circulares infinitos, giraban con círculos más o menos anchos. Y no sólo durante el día, sino incluso durante toda la noche, gracias a la rotación sin interrupciones de estos dispositivos”.

La descripción de los hombres y mujeres que trabajaban es terrible: "¡Qué subespecie de hombres había! Con la piel toda azulada por las contusiones, y la espalda llena de heridas, algunos tan sólo llevaban un pequeño pedazo de tela alrededor de las partes privadas, en la frente tenían letras marcadas, la cabeza la llevaban afeitada y los pies encadenados. Eran figuras pálidas, con los párpados oscuros y estropeados por la oscuridad y el ambiente de la panadería. Como los boxeadores que luchan salpicados de polvo, sus figuras estaban cubiertas de forma repugnante del blanco polvo harinoso".

Suelo sobre el que caminaba el animal alrededor de la muela de moler.

Este espacio, donde se encontraron tres víctimas, permite imaginar cómo eran las condiciones de los esclavos. "Es la parte más impactante de la esclavitud, donde no había margen de libertad ni posibilidad de emancipación, las personas eran víctimas de una violencia brutal, impresión que queda plenamente confirmada por el cierre de las pocas ventanas con rejas de hierro“, destaca. en un artículo, el director del Parque Arqueológico de Pompeya, Gabriel Zuchtiregel. "En otras palabras, un espacio en el que debemos imaginar la presencia de personas de estatus servil cuyo propietario sintió la necesidad de limitar la libertad de sus movimientos.

El entorno recién resurgido, con su testimonio de la dura vida cotidiana, integra la imagen narrada en la exposición "La otra Pompeya: vidas comunes a la sombra del Vesubio" -que se inaugurará el próximo 15 de diciembre en la Palestra Grande de Pompeya- dedicada a esa miríada de individuos a menudo olvidados por las crónicas históricas, como los esclavos, que constituían la mayoría de la población y cuyo trabajo contribuía significativamente a la economía, pero también a la cultura y al tejido social de la civilización romana.

En definitiva son espacios como este los que también nos ayudan a comprender por qué había quienes creían que era necesario cambiar ese mundo y por qué en los mismos años apareció un miembro de un pequeño grupo religioso llamado Paolo, más tarde santificado, que escribió que es mejor que todos sean siervos, 'douloi', que significa esclavos, pero no de un amo terrenal, sino de uno celestial”, añade el director.

Fuentes: es.ara.cat | pompeisites.org | unotv.com | 10 de diciembre de 2023

Una mirada más cercana al dolmen de Menga (Málaga) muestra que fue una de las mayores hazañas de ingeniería del Neolítico

Dolmen de Menga (Málaga).

Un equipo de arqueólogos, geólogos e historiadores afiliados a varias instituciones de España ha comprobado que el dolmen de Menga (declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO desde julio de 2016) representa una de las mayores hazañas de ingeniería del Neolítico. En su estudio, publicado en Scientific Reports, el grupo utilizó nueva tecnología para aprender más sobre la piedra que se utilizó para crear el antiguo cementerio y explorar cómo se habrían utilizado madera y cuerdas en su construcción.

El dolmen de Menga es un antiguo túmulo ubicado cerca de Antequera, Málaga, España. Data de hace aproximadamente 5.700 años y es una de las estructuras megalíticas más grandes conocidas construidas en Europa. Fue edificado en la cima de una colina con piedras de gran tamaño, la mayor de las cuales pesa más de 100 toneladas. En este nuevo esfuerzo, el equipo de investigación examinó más de cerca la composición de las piedras utilizadas para erigr el túmulo, de dónde procedían y cómo fueron transportadas.

Modelo 3D de Menga dibujado con AutoCAD mostrando las biofacies (microfacies) presentes en las piedras. Se ha añadido el cuarto pilar, actualmente desaparecido, y se han eliminado los remates C-2, C-3, C-4 y C-5 para mostrar el interior del monumento (Lozano Rodríguez et al.). (a Pilar P-3 con ejemplos de biofacies (a1a3 observado en una muestra manual). (b) Ortostato O-15 con ejemplos de biofacies (b1b4 observados petrográficamente) y muestra en mano (b5). (c) Ortostato O-8 con ejemplos observados petrográficamente (polares cruzados) (c1, c2). (d) Ortostato O-5 con ejemplos observados a través del microscopio petrográfico (d1, d2). El símbolo en forma de estrella indica el lugar donde se realizó un tramo para el estudio petrográfico. Qtz: Cuarzo (designaciones según Kretz).

Para conocer más sobre la composición de las piedras, el equipo de investigación utilizó técnicas de análisis petrográfico y estratigráfico, que mostraron que las piedras eran en su mayoría calcarenitas, un tipo de roca sedimentaria detrítica procedente del Cerro de la Cruz. En la época moderna se las conoce como piedras blandas sedimentarias debido a su fragilidad (asociadas con paleoambientes de plataformas y cañones submarinos). Según los investigadores, un tipo de roca tan blanda habría sido difícil de transportar sin causar daños, un hallazgo que sugiere un cierto nivel de sofisticación en ingeniería.

Diseño esquemático de Menga mostrando la distribución de facies en las piedras. (a) Sin las piedras angulares. (b) Con las piedras de remate (P: Pilar; C: Piedra de remate; O: Ortostato) (Modificado de Lozano Rodríguez, et al.).

Mover y colocar piedras tan grandes, afirman, habría implicado, pues, una planificación y una ingeniería de gran alcance y participación de mano de obra, particularmente para la piedra angular, que, como su nombre indica, se colocó en la parte superior de la cámara para que sirviera de techo. Los investigadores dicen que pesa aproximadamente 150 toneladas. Señalan que colocar rocas tan grandes habría implicado el uso de andamios y cuerdas, y transportarlas habría requerido caminos nivelados. En general las grandes piedras de Menga fueron llevadas continuamente cuesta abajo, a través de una suave pendiente promedio de 22° durante una distancia de aproximadamente 1 km. La ubicación cercana y las fracturas naturales presentes en las canteras habrían facilitado la extracción y el transporte de las mismas.

De estos resultados se puede inferir que la carpintería asociada al proceso constructivo también debió demandar el uso de grandes cantidades de madera. Teniendo en cuenta la construcción de la rampa y el tamaño, así como el número de piedras grandes (más de 30) y su fragilidad, la construcción del dolmen de Menga representa un logro único del estado de la ingeniería megalítica en la Iberia prehistórica y posiblemente en Europa. La piedra Menga C-5 que sirve de techumbre enfatiza -como se menciona más arriba- la magnitud de este logro, ya que es la piedra blanda de mayor tamaño utilizada en un monumento megalítico compuesto que requirió de un alto nivel de competencia técnica.

(a) Representación artística de las actividades canteras para la extracción de la piedra angular C-5 en la Cantera #2 Cerro de la Cruz. Dibujo: Moisés Bellilty bajo la dirección de José Antonio Lozano Rodríguez y Leonardo García Sanjuán. (b) Aspecto del espesor y forma del remate C-5, el soporte de parte del ortostato O-10 y la estructura tumular. Excavación de la Universidad de Málaga. Ferrer-Marqués, 1984. Conjunto Arqueológico Dólmenes de Antequera. (c) Morfología convexa de la parte superior de la piedra angular C-5 y el espesor de la estructura tumular. Excavación de la Universidad de Málaga.

Los autores del estudio concluyen que la ubicación de las canteras y las características geológicas fueron un factor crítico adicional para el emplazamiento del dolmen de Menga. El uso de piedras blandas como las calcarenitas mencionadas permitió a las comunidades del Neolítico tardío trabajar tales piedras gigantes, lo cual muestra un profundo conocimiento de las propiedades geotécnicas y geológicas de las piedras utilizadas, así como de la calidad del terreno elegido como cimentación. Se evitaron margas, arcillas y litologías no consolidadas para el movimiento de las piedras y la colocación del monumento. Se seleccionó cuidadosamente el sustrato, se utilizaron pilares y se evitaron infiltraciones de agua, entre otros apectos, a fin de evitar el deterioro de las piedras blandas y asegurar la estabilidad del dolmen. Para ello se contsruyó el túmulo del modo más impermeable posible al colocar piedras de los bordes de la cámara funeraria de forma entrelazada y así canalizar las filtraciones de agua como medio para prevenir la erosión.

El equipo de investigación también afirma que el cementerio fue construido de tal manera que apuntara en la dirección deseada. Su posición se alinea con las montañas cercanas de una manera que crea complejos patrones de luz dentro de la cámara.

Fuente: phys.org | 5 de diciembre de 2023

Identifican en Villacete (León) un inmenso campamento romano para someter con tres legiones a la ciudad astur de Lancia

Representación de la relación espacial entre el recinto de Villacete, el río Porma, los restos de El Pico la Cuesta y el poblado de Lancia.

Sus dimensiones son extraordinarias: un campamento militar romano de 28 hectáreas, con capacidad para albergar entre dos y tres legiones -entre 13.000 y 18.000 soldados- para conseguir reducir a la ciudad astur de Lancia, la Numancia del noroeste.

Estas cifras dan muestra de la trascendencia del reciente hallazgo en la provincia de León, en la comarca del Esla, muy cerca del pueblo de Villacete (Valdefresno), de este posible asentamiento militar del Imperio Romano, cuyos datos acaban de ser publicados en el artículo 'De las fuentes escritas a las técnicas de teledetección: aportaciones sobre la presencia del ejército romano en la cuenca del Esla (León y Zamora)', disponible en número 41 de la revista Studia Historica. Historia Antigua de la Universidad de Salamanca.

Distribución de los recintos militares mencionados en las dos áreas analizadas. La línea negra discontinua señala los trazados de la caminería romana conocida en esta área (a partir de Moreno Gallo: «Vías») mientras que los círculos amarillos representan poblados con materiales de la Edad del Hierro.

El campamento romano, localizado a partir de diferentes técnicas de teledetección, se cree con firmeza que puede estar vinculado al asedio del próximo yacimiento de El Castro (Villasabariego, León), identificado por diversos autores como la ciudad astur de Lancia en la que los indígenas se refugiaron tras varias derrotas en las guerras astur-cántabras y a la que los romanos sometieron en el año 25 antes de Cristo, según narraron varios autores clásicos, de los que el relato más extenso fue ofrecido por Lucio Anneo Floro.

Sin embargo, aunque el gran tamaño del campamento y su proximidad geográfica con el yacimiento de Lancia son muy sugerentes, los propios autores plantean esta relación entre el cuartel y la conquista de Lancia como una “hipótesis de trabajo pendiente de verificar en el futuro, dado a que el estado actual de la investigación no es concluyente para establecer una relación causal entre ambos”. Lo cual no impide albergar fundadas esperanzas en este sentido por la actual información que desvelan sus características morfotipológicas y situación.

Restos arqueológicos de la antigua ciudad astur y romana de Lancia, en León.

El hallazgo, junto con otros cinco campamentos inéditos, es fruto de investigaciones que se desarrollaron en 2020 y 2021, realizado por los investigadores Andrés Menéndez Blanco (Universidad de Oviedo), Víctor Vicente García (Veterum Arqueólogos) y João Fonte (Universidad de Exeter), arqueólogos y miembros y colaboradores del colectivo de investigación Romanarmy.eu.

La crónica romana indica que el ejército romano tendría tres campamentos próximos al Esla, y gracias a la advertencia de los brigaecinos (un pueblo astur localizado en las inmediaciones de Benavente), las unidades allí situadas frustraron un ataque simultáneo de los indígenas que causó numerosas bajas en los dos bandos. Los astures se refugiaron en Lancia y el ejército se unió para tomarla. Hasta el momento, y a pesar de décadas de excavaciones desarrolladas en Lancia por la Diputación de León, que ahora se completan con un centro de interpretación en lo alto del cerro, no habían podido localizarse evidencias directas de este asedio. El recinto de Villacete se encuentra a sólo dos kilómetros y medio del gran poblado de Lancia, que llegó a ocupar unas 30 hectáreas.

Fotografía aérea del sitio de Castropepe (Zamora) realizada con UAV. La flecha central señala el esquinal oriental. La flecha a la derecha señala el esquinal septentrional, que no se aprecia en la imagen. La flecha a la izquierda señala un tramo visible en la parcela no arada.

Los autores consideran el tamaño del campamento, el cual es desproporcionado comparado con otros localizados en el área, y creen que podría haber albergado en su interior dos o tres legiones. Se encuentra al otro lado del río Porma, empleando una técnica de defensa romana que ya ha sido documentada en asedios como el de Alesia o Numancia.

La propuesta de relación entre este campamento de Villacete y el episodio de asedio, con todo, es “hipotética” y pendiente de más constataciones y evidencias arqueológicas. Con todo, los arqueólogos señalan que “junto con las posibles tomas de los castros de Las Labradas y La Peña del Castro, podrían ser las primeras evidencias materiales de ataques romanos sobre poblados en la cuenca occidental del Duero durante las Guerras Astur-Cántabras”.

Planimetrías y ejemplos de estructuras visibles en diversas colecciones de fotografía aérea: A) perímetro reconocido del recinto de Villacete y algunos ejemplos de tramos visibles en el Vuelo Interministerial de 1973-1986 (A1), PNOA 2011 (A2) y PNOA 2017 (A3); B) perímetro reconocido del recinto de Castropepe y algunos ejemplos de tramos visibles en la Serie B del Vuelo Americano de 1956-1957 (B1), PNOA 2006 (B2) y PNOA 2011 (B3); y ejemplos de estructuras reconocidas de Navafría sobre PNOA 2008 (C), Ambasaguas sobre PNOA 2020 (D) y Molacillos sobre imagen de Google Earth del 20 junio de 2016 (E).

Hasta el momento, la investigación sobre esta área geográfica en el proceso de conquista estaba en vía muerta, pero "los nuevos datos dibujarán un mapa más complejo y diverso de escenarios producidos durante el proceso de conquista romano”, explican desde Romanarmy.eu.

Aunque hay que resaltar también que el campamento se encuentra seriamente dañado, de hecho está en un “estado de conservación crítico”, pues se halla parcialmente ocupado por una urbanización residencial y ha sufrido una intensa actividad agrícola con anterioridad, y también se ha visto atravesado por la autovía recién construida entre León y Valladolid (A-60), cuyas obras ya fueron muy polémicas precisamente por ser poco o nada cuidadosas con los valiosos restos arqueológicos en la zona.

Construcción de la autovía León-Valladolid sobre restos arqueológicos de Lancia en 2017.

Una poblada cuenca del Esla

Los investigadores han localizado, asimismo, otros cinco campamentos de dimensiones mucho menores a lo largo de la cuenca del Esla. En el Valle del Porma se han encontrado cuatro nuevas estructuras militares. Junto con la de Villacete, se han identificado recintos en Navafría (Valdefresno) y dos en el término de Ambasaguas (Santa Colomba de Curueño, más al norte en la provincia leonesa).

Igualmente, en Zamora Oriental se han localizado dos yacimientos próximos a la vía XXVI del Itinerario de Antonino: el campamento de Castropepe (Villanueva de Azoague) y otro en Molacillos. En todos los casos, el estudio del terreno a través de herramientas de análisis geográfico ha determinado su relación con las vías de comunicación y el sistema hidrográfico de la cuenca del Esla.

Fuente: ileon.eldiario.es | 7 de diciembre de 2023

Documentada una vivienda de hace 16.800 años en la cueva de La Garma (Cantabria)

Restos de la cabaña paleolítica | Universidad de Cantabria.

Las investigaciones arqueológicas desarrolladas en la cueva de La Garma han permitido documentar con gran detalle una cabaña que se construyó hace 16.800 años, una de las viviendas paleolíticas mejor conservadas de todo el mundo. Los trabajos han sido posibles gracias al apoyo de la Fundación PALARQ, que otorgó en 2021 su Premio Nacional de Arqueología y Paleontología al proyecto que desarrolla en esta cueva de Cantabria un equipo del Instituto Internacional de Investigaciones Prehistóricas de Cantabria (IIIPC).

El catedrático de Prehistoria de la Universidad de Cantabria, Pablo Arias, y el director del Museo de Prehistoria y Arqueología de Cantabria, Roberto Ontañón, ambos al frente del proyecto de investigación, presentaron ayer los resultados de estos trabajos en el Museo Arqueológico Nacional, acompañados por la directora de la Fundación Palarq, Carolina Bähr Vollenweider; la directora del Museo Arqueológico Nacional, Isabel Izquierdo, y los investigadores del proyecto, Rodrigo Portero y Carlos García-Noriega.

La vivienda es un espacio oval de unos 5 metros cuadrados, delimitado por una alineación de bloques de piedra y estalagmitas que fijaban al suelo una estructura de palos y pieles apoyada contra una cercana cornisa de la pared de la cueva.

Trabajos arqueológicos en el interior de la cueva de La Garma. Universidad de Cantabria.

En el centro de la cabaña había una pequeña hoguera, alrededor de la cual se ha encontrado multitud de vestigios de diversas actividades cotidianas del grupo de cazadores y recolectores magdalenienses que la habitó: fabricación de instrumentos de piedra, asta y hueso, procesado de las piezas de caza, trabajo de las pieles… Se han documentado 4.614 objetos, en su mayor parte huesos de ciervos, caballos y bisontes, pero también 600 piezas de sílex, azagayas, agujas y un protoarpón, así como conchas de moluscos marinos.

Conchas halladas en la cueva. Universidad de Cantabria.

Y no solo se han localizado restos de fauna e instrumentos ligados a la subsistencia; hay también huesos decorados (entre ellos una espectacular falange de uro perforada, con una representación grabada de este mismo animal y de una cara humana; pieza única en el Paleolítico europeo) y varios colgantes que los moradores de la vivienda llevaron como adornos.

Falange de un uro con representación grabada de este mismo animal.

Una reproducción de esta estructura se instalará próximamente en la instalación expositiva del Centro de Arte Rupestre que ha creado el Gobierno de Cantabria en la localidad de Puente Viesgo.

La documentación de este hábitat del Magdaleniense medio ha requerido dos años de trabajo continuo de un equipo interdisciplinar dirigido por el catedrático de la Universidad de Cantabria Pablo Arias y el director del Museo de Prehistoria y Arqueología de Cantabria (MUPAC) Roberto Ontañón.

Un protoarpón magdaleniense hallado en la cueva.

Con objeto de preservar este excepcional testimonio de la Prehistoria para las futuras generaciones, se ha aplicado una innovadora metodología, basada en la aplicación de técnicas no invasivas, entre las que se puede citar la realización de una gigaortomagen verdadera continua de los suelos, la cartografía 3D a alta resolución del campo magnético, el análisis molecular y genético de suelos y objetos paleolíticos, la determinación de restos de fauna a partir de espectrometría de masas sobre colágeno óseo (ZooMS) o el análisis hiperespectral de imágenes.

El equipo del IIIPC que ha realizado los trabajos está integrado por los arqueólogos Rodrigo Portero Hernández y Carlos García-Noriega Villa, quienes han realizado todo el trabajo de catalogación y determinación de los restos del interior de la cabaña, Jorge Vallejo, Patricia Fernández Sánchez y Alba Ruiz Cabanzón. Se ha contado también con la colaboración de los investigadores François Lévêque (Universidad de La Rochelle), Alexandre Lucquin (Universidad de York), Ron Pinhasi, José Miguel Tejero, Pere Gelabert y Katerina Douka (Universidad de Viena), Jaime Lira (CNRS-Universidad de Toulouse), Esteban Álvarez (Universidad de Salamanca), Christopher Bronk Ramsey (Universidad de Oxford), Débora Zurro y Juan José García-Granero (Consejo Superior de Investigaciones Científicas), de los técnicos de la empresa Gim Geomatics, Vicente Bayarri y Jesús Herrera, y de la restauradora del MUPAC, Eva María Pereda.

Esqueletos visigodos hallados en la cueva de La Garma la pasada temporada de excavación. Pedro A. Saura.

La Garma es un excepcional conjunto arqueológico, incluido en la Lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO, en el que, desde su descubrimiento en 1995, se desarrolla un ambicioso proyecto de investigación financiado ininterrumpidamente por la Consejería de Cultura, Turismo y Deporte del Gobierno de Cantabria.

Junto con los excepcionales suelos paleolíticos en los que se localiza la vivienda magdaleniense, incluye un magnífico conjunto de arte rupestre paleolítico, una de las secuencias estratigráficas más completa de Europa, representativa de los últimos 400.000 años de Historia, varios contextos sepulcrales del Calcolítico, la Edad del Bronce y del período visigodo, así como un castro de la Edad del Hierro.

Entrada a la cueva de La Garma. Universidad de Cantabria.

En la actualidad, además de la aportación de la Fundación PALARQ, las investigaciones en La Garma cuentan con financiación del Ministerio de Ciencia e Innovación, a través del Proyecto PrehMIND, un programa sobre el desarrollo del pensamiento simbólico de las poblaciones del Paleolítico dirigido por el profesor Pablo Arias.

Fuente: Universidad de Cantabria | 1 de diciembre de 2023

La caza de elefantes del bosque estaba muy extendida entre los neandertales hace 125.000 años

Hueso pélvico de un elefante del bosque procedente del yacimiento de Gröbern (Foto/©: Lutz Kindler, LEIZA)

La caza del ya extinto elefante del bosque (Palaeoloxodon antiquus) estaba muy extendida entre los neandertales. Esta es la conclusión a la que ha llegado un equipo de investigación de la Universidad Johannes Gutenberg de Maguncia (JGU), el Centro de Arqueología de Leibniz (LEIZA), también en Maguncia, y la Universidad de Leiden, en los Países Bajos. El estudio acaba de ser publicado en la revista PNAS.

Los investigadores examinaron de cerca los huesos de elefantes del bosque, de aproximadamente 125.000 años de antigüedad, descubiertos hace décadas en Gröbern, Sajonia-Anhalt, y Taubach, en Turingia. Se pudieron identificar en los mismos marcas de corte de herramientas de piedra hechas por los neandertales, lo que indica un uso intensivo de los cadáveres.

Marcas de corte en el esqueleto de un P. antiquus de Gröbern. La posición de las marcas de corte en el esqueleto del elefante se indica con números. Para descripciones detalladas ver el trabajo publicasdo.

Hace dos años, mientras se analizaban huesos encontrados en el yacimiento de Neumark-Nord en una antigua mina de lignito en Sajonia-Anhalt, el mismo equipo descubrió la primera evidencia de que los neandertales cazaban activamente elefantes del bosque, los mamíferos terrestres más grandes del Pleistoceno. Este descubrimiento se publicó a principios de este año en la revista Science Advances (ver el comunicado de prensa "Los neandertales cazaban elefantes del bosque: primera evidencia de caza de elefantes por parte de los primeros humanos" ).

La Dra. Sabine Gaudzinski-Windheuser junto a la reconstrucción a tamaño natural de un elefante de bosque europeo macho adulto (Palaeoloxodon antiquus) en el Museo Estatal de Prehistoria de Halle (Foto/©: Lutz Kindler, LEIZA)

"Los resultados del examen de los huesos de Gröbern y Taubach muestran que la caza de elefantes del bosque por parte de los neandertales no era una excepción, sino más bien un comportamiento normal", afirma la Dra. Sabine Gaudzinski-Windheuser profesora del Departamento de Prehistoria y Protohistoria de la JGU y directora del Centro de Investigación Arqueológica y Museo para la Evolución del Comportamiento Humano, MONREPOS, en Neuwied, que forma parte de LEIZA. Gaudzinski-Windheuser participó de manera importante en el estudio de los huesos tanto en Gröbern como en Taubach y anteriormente en Neumark-Nord.

Un elefante macho del bosque podría satisfacer las necesidades calóricas diarias de 2.500 neandertales

El elefante de bosque europeo vivió en gran parte de Europa y Asia occidental hace entre 800.000 y 100.000 años. Con una altura de hombros de hasta cuatro metros y un peso de hasta 13 toneladas, era el animal más grande que vivía en la tierra en ese momento y no sólo era significativamente más grande que el elefante africano (Loxodonta africana) o asiático actual (Elephas maximus), sino también más grande que el extinto mamut lanudo (Mammuthus primigenius).

"Suponemos que la carne y la grasa de un elefante macho adulto del bosque podrían cubrir las necesidades calóricas diarias de al menos 2.500 neandertales adultos", afirma Gaudzinski-Windheuser. "Esta cifra es importante porque conduce a nuevos conocimientos sobre el comportamiento de los neandertales".

La Dra. Sabine Gaudzinski-Windheuser examina el fémur de un gran elefante de bosque europeo macho adulto (Palaeoloxodon antiquus) en la Oficina Estatal de Arqueología y Preservación de Monumentos de Sajonia-Anhalt en Halle. (Foto/©: Lutz Kindler, LEIZA)

Hasta ahora, las investigaciones han asumido en general que los neandertales se agrupaban en grupos de no más de 20 individuos. Sin embargo, la reciente información obtenida sobre la explotación sistemática de los elefantes del bosque sugiere que los neandertales, al menos durante un tiempo, se reunieron en grupos bastante más grandes o bien dominaron técnicas que les permitieron cazar, preservar y almacenar grandes cantidades de alimentos, o ambas cosas. En un proyecto de seguimiento de este estudio, los investigadores quieren aprender más sobre cómo los neandertales cazaban estos enormes elefantes y cómo sus actividades de caza afectaron a estos y otros animales de presa, así como a su entorno.

Fuente: Universidad Johannes Gutemberg | 5 de diciembre de 2023

Publican la investigación genética sobre una chamana de 9.000 años de antigüedad (Mesolítico) hallada en Bad Dürrenberg (Alemania)

Foto: Reconstrucción en la que se muestra a la chamana de Bad Dürrenberg con toda su parafernalia de vestimenta en el Museo Estatal de Prehistoria de Halle (Saale, Alemania). Oficina Estatal de Gestión del Patrimonio y Arqueología de Sajonia-Anhalt

El doble entierro de una mujer adulta y un niño, que data aproximadamente del 7.000 al 6.800 a. C., descubierto en 1934 durante las obras de construcción en los jardines del balneario de Bad Dürrenberg, se considera uno de los hallazgos funerarios más destacados del Mesolítico en Europa Central. Debido al inusual equipamiento de la mujer, que fue enterrada sentada, y a sus anomalías corporales, el entierro se interpreta como el de una chamana.

La investigación genética revela ahora la relación entre la mujer y el niño, el cual no es su hijo, sino que tiene un parentesco de cuarto o quinto grado. Las variantes fenotípicas analizadas en el genoma de la mujer nos informan que tenía una tez relativamente oscura, cabello oscuro y lacio y ojos azules.

El entierro

El inusual equipamiento enterrado con la mujer incluye artefactos de pedernal y herramientas de roca sólida, pero también artefactos de hueso y asta, un trozo de ocre rojo, varios huesos de animales, incluido el caparazón de al menos tres tortugas de agua, y dientes de animales parcialmente perforados. Junto con astas de ciervo y originalmente seis colmillos de jabalí parcialmente perforados, estos hallazgos probablemente sean adornos para la cabeza y el cuerpo. Debido al ajuar funerario y anomalías corporales de la mujer, el entierro se interpreta como el de una chamana.

Los restos óseos y el ajuar funerario de chamana de Bad Dürrenberg. Museo Estatal de Prehistoria de Halle (Saale). Crédito: Juraj Lipták, Oficina Estatal de Gestión del Patrimonio y Arqueología de Sajonia-Anhalt.

Las excavaciones posteriores en el lugar, como parte de los preparativos para la Exposición Estatal de Jardines de 2024, no sólo arrojaron nuevas revelaciones sobre la deposición y la posición del cuerpo a la luz, sino que también revelaron una multitud de nuevos hallazgos, que podrían atribuirse claramente al entierro. Además de los dientes de animales perforados, también se pudieron recuperar restos de fauna, artefactos líticos y una gran cantidad de restos óseos humanos.

Un artículo reciente, publicado como un capítulo de las actas del congreso Propylaeum, de Jörg Orschiedt (Oficina Estatal de Gestión del Patrimonio y Arqueología de Sajonia-Anhalt, LDA), Wolfgang Haak (Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva), Holger Dietl (LDA), Andreas Siegl (LDA) y Harald Meller (LDA) detallan los resultados del reciente trabajo sobre el hallazgo, que incluyó un análisis de ADN.

El hueso de la pierna de una grulla (arriba) convertido en un recipiente para pequeñas hojas de pedernal (en el medio), así como puntas de hueso (arriba), se incluyeron en el conjunto único del ajuar funerario. (Fotografía Juraj Lipták).

La chamana

El estudio concluye que la mujer, que tenía una edad de entre 30 y 40 años, era una persona grácil con una altura corporal de aproximadamente 1,55 metros, típica de la época. En particular, su esqueleto carecía de inserciones musculares distintas, especialmente en las extremidades inferiores, que se encuentran comúnmente en los cazadores-recolectores.

En la base del cráneo hay una anomalía en el borde del gran agujero occipital, en forma de una pequeña constricción. Esta área es la huella de un vaso sanguíneo anormalmente desarrollado. La primera vértebra cervical no está completamente formada debido a un defecto de crecimiento congénito y sólo ha alcanzado el 40% del arco. El extremo redondeado del arco vertebral corresponde al defecto observado anteriormente en el gran agujero occipital.

En este contexto, los investigadores plantearon la hipótesis de que, con la correspondiente postura de la cabeza, parece posible que hubiera un pellizco de un vaso sanguíneo con diversas secuelas. El descubrimiento de la segunda vértebra cervical entre los hallazgos de la nueva excavación lo confirmó. Esta vértebra también muestra una anomalía que se limita a la apófisis vertebral en forma de un gancho óseo que sobresale. Ello hace posible una obstrucción de uno de los vasos sanguíneos que conducen al cerebro.

Los caparazones de tortuga (arriba) y mejillón (arriba) son evidencia de una verdadera colección de animales depositada en la tumba de la chamana. (Fotografía Juraj Lipták).

Tal circunstancia puede deberse al adoptar, intencionadamente, una determinada postura de la cabeza. Es poco probable que las consecuencias hayan sido graves o peligrosas para la salud de la persona. Sin embargo, es posible que un nistagmo, es decir, un movimiento involuntario de los globos oculares, pueda deberse a la obstrucción de un vaso sanguíneo. Esta característica inusual podría haber sido percibida como extraña y, cuando se inició a propósito, pudo haber reforzado o incluso justificado su papel como chamana.

La investigación genética reveló que el perfil de ascendencia genómica de esta chamana cae directamente dentro de varias docenas de otros individuos cazadores-recolectores mesolíticos de Europa central y occidental, un perfil que comúnmente se denomina ascendencia de cazadores-recolectores occidentales (europeos).

Las variantes fenotípicas analizadas en el genoma de la chamana de Bad Dürrenberg revelan que tenía una tez relativamente oscura, cabello oscuro y lacio y ojos azules. Esta combinación era bastante común entre los individuos cazadores-recolectores de Europa occidental y la dama chamán compartía esta apariencia con individuos mesolíticos contemporáneos de yacimientos como Loschbour, Mullerthal (Luxemburgo), La Braña, Asturias (España), o Cheddar Man en Somerset (Gran Bretaña).

Los dientes frontales de la chamana habían sido limados hasta la pulpa a temprana edad, un procedimiento insoportable que podría haber ayudado a mejorar su posición. (Fotografía Juraj Lipták).

El niño

Durante las nuevas excavaciones en Bad Dürrenberg se descubrió el esqueleto parcialmente conservado de un niño. El descubrimiento del petroso (zona del hueso temporal) permitió realizar un análisis genético de este individuo. Dado que se disponía de datos de alta calidad de ambos individuos, y especialmente de la mujer, los investigadores también pudieron emplear un método recientemente desarrollado para escanear los datos del genoma en busca de la presencia, cantidad y longitud de tramos en el genoma que comparten dos individuos, los llamados tractos de identidad por descendencia (IBD). Este método, optimizado para abordar los datos ausentes, como es habitual en el ADN antiguo fragmentado, permite detectar parentescos biológicos de mayor grado, y con reservas, hasta el décimo grado.

Con respecto a los dos individuos de Bad Dürrenberg, los investigadores encontraron que el número y la distribución de la longitud de los tractos de identificación por descendencia que comparte la pareja es equivalente a una relación genética de cuarto o quinto grado. Este grado de parentesco podría ser equivalente a cuatro o cinco generaciones de diferencia, suponiendo una línea directa, lo que convertiría a la mujer adulta chamana en la tatarabuela potencial del niño.

Fuentes: phys.org | books.ub.uni.heidelberlg.de | archaeology.org | 29 de noviembre de 2023

Los humanos del Paleolítico Medio en las montañas Zagros de Irán tenían una dieta más diversa de lo que se pensaba anteriormente

El sitio de excavación en las montañas del sur de Zagros (Irán), con una antigüedad de hace aproximadamente entre 81.000 a 45.000 años . Crédito: TISARP

En un estudio publicado en la revista Scientific Reports, investigadores del Centro Senckenberg para la Evolución Humana y el Paleoambiente (SHEP) de la Universidad de Tubinga (Alemania) se describe como los primeros humanos del Paleolítico Medio tenían una dieta más variada de lo que se suponía anteriormente.

El análisis de un enclave en las montañas Zagros de Irán revela que hace entre 81.000 y 45.000 años, los homínidos locales cazaban ungulados, además de tortugas y carnívoros. Es posible que también hubiera pájaros en su menú.

Ya en el Paleolítico Superior, el período más tardío del periodo Paleolítico, los antepasados ​​de los humanos modernos cazaban mamíferos grandes y pequeños. "Según diversos estudios, los homínidos del Paleolítico Medio posterior, el período comprendido entre hace 300.000 y 45.000 años, se alimentaban principalmente de ungulados. Sin embargo, cada vez hay más pruebas de que, al menos ocasionalmente, también se alimentaban de tortugas, pájaros, liebres, peces y mamíferos carnívoros, los cuales estaban en el menú de los neandertales y sus parientes", explica Mario Mata-González (izquierda), primer autor del nuevo estudio y estudiante de doctorado en la Universidad de Tubinga.

"Reconstruir los hábitos alimentarios de los primeros homínidos es uno de los principales objetivos de los estudios arqueozoológicos, los cuales arrojan luz sobre la forma en que nuestros antepasados ​​se adaptaron e interactuaron con diferentes entornos", afirma.

Restos de tortuga del Paleolítico Medio en Ghar-e Boof con modificaciones antropogénicas: (a) fragmento de plastrón quemado; (b) fragmento de caparazón quemado; (c) escápula marcada con cortes; (d) fragmento de plastrón con impacto de percusión.

Junto con otros investigadores de SHEP, Mata-González ha llevado a cabo el primer análisis dietético completo y sistemático en un yacimiento del Pleistoceno tardío en el sur de las montañas Zagros con una edad de entre 81.000 y 45.000 años. "Las montañas Zagros no sólo son la cadena montañosa más grande de Irán, sino que también se consideran una región geográfica clave para el estudio de la evolución humana en el suroeste de Asia durante el Paleolítico Medio, en particular debido a su topografía heterogénea y su gran diversidad ambiental", añade.

Los hallazgos realizados en el enclave de Ghar-e Boof revelan que la dieta de los homínidos locales incluía ungulados, carnívoros y tortugas, entre otros animales. Crédito: N. Conard.

Hasta la fecha, los hallazgos arqueozoológicos de las montañas se han limitado casi exclusivamente a ungulados. Sin embargo, los resultados del sitio de Ghar-e Boof muestran que la dieta de los homínidos locales también incluía mamíferos carnívoros y tortugas.

"Más del 75% de la fauna de Ghar-e Boof está formada por ungulados, desde especies pequeñas hasta muy grandes. Encontramos principalmente restos de cabras salvajes (Capra aegagrus) y gacelas (Gazella sp.). Pero también pudimos documentar cantidades menores de jabalí (Sus scrofa), ciervo (Cervus elaphus), caballos (Equus sp.) y ganado vacuno (Bos primigenius)", explica Mata-González. "Además de los ungulados, las tortugas (Testudo sp.) son las especies más frecuentes cuyos fósiles hemos podido recuperar en la gran superficie de excavación de aproximadamente 18 metros cuadrados".

Restos de leopardo del Paleolítico Medio en Ghar-e Boof, los cuales tienen marcas de corte y quemaduras: (a) epífisis distal de un radio, con marcas de corte ubicadas tanto en la superficie anterior como en la posterior del eje conservado, y la mayoría de ellas son transversales, aunque algunas son también diagonales; y (b) primera falange con un grupo de marcas de corte cortas y transversales en el lado palmar/plantar, cerca de la epífisis distal.

El equipo de investigación también pudo identificar huesos de varias especies de aves y algunos restos de carnívoros, como un zorro rojo (Vulpes vulpes) y un gran felino depredador, probablemente un leopardo (Panthera cf. pardus). Los cortes y huellas del procesamiento en algunos de los huesos fósiles apuntan a los primeros humanos como sus creadores. Según el estudio, las tortugas fueron asadas en sus caparazones antes de ser consumidas; así es como los investigadores interpretan las marcas de quemaduras en las superficies externas de los caparazones de las tortugas fósiles.

El último autor del estudio, el profesor Nicholas J. Conard (izquierda), del SHEP, concluye: "Los restos de fauna de Ghar-e Boof son la primera evidencia de que los homínidos del sur de Zagros utilizaban animales de caza menor como tortugas y pájaros, así como carnívoros. Montañas. Incluso si algunas de estas especies se consumían sólo esporádicamente, nuestros hallazgos muestran que los homínidos de la región de Zagros en el Paleolítico medio tenían una dieta más variada de lo que se suponía anteriormente. Esto es consistente con los hallazgos en otras partes de Eurasia".

Fuente: Universidad de Tubinga | 28 de noviembre de 2023