Descubren la silla de montar más antigua en Mongolia: El invento que revolucionó la Edad Media

Silla de montar del siglo IV d.C. descubierta en Mongolia.

Un pequeño grupo de personas que practicaba un oficio tan antiguo como las mismas pirámides fue sorprendido in fraganti. Cubiertos de polvo en las profundidades de una recóndita cueva de Urd Ulaan Unet, en las alturas del macizo de Altái, en Mongolia, fueron descubiertos por la policía mientras saqueaban una antigua tumba. Junto al resto de artefactos funerarios, se encontraba una excepcional silla de montar elaborada con hasta seis piezas de madera de abedul.

Ahora, un reciente estudio ha desvelado que esta silla puede cambiar la historia. Gracias a un análisis por radiocarbono, un equipo de investigadores de Mongolia, en colaboración con la Universidad de Colorado, ha conseguido datar la pieza en algún momento del siglo IV d.C. En ese momento, el Imperio Romano de Occidente moría aplastado por el peso de los pueblos bárbaros que, llenos de pánico, huían de los hunos, un misterioso pueblo emergido de las estepas de Asia Central.

Cuando la policía de la provincia de Hovd se puso en contacto con el Museo Nacional de Mongolia para comunicar su intervención, Jamsranjav Bayarsaikhan, uno de sus trabajadores y arqueólogo en el Instituto Max Planck de Historia de la Ciencia, no se lo pensó. Poco después comenzaron a excavar en aquella tumba saqueada descubriendo los huesos de un hombre que fue enterrado vestido con pieles de oveja y tejón y los restos de un caballo. La tumba rápidamente pasó a ser conocida como la "cueva del ecuestre".

Ubicaciones de los sitios y cronología sugerida para el surgimiento y dispersión de la silla de montar y posiblemente del estribo en el este de Asia durante los siglos IV-V d.C.

Mongolia

La historia normalmente considera que los estribos y sillas de montar que conquistaron el mundo nacieron en algún momento entre los siglos V y VI d.C. en la actual China. Sin embargo, el descubrimiento de la cueva de Urd Ulaan Unet trastoca estos datos.

"Esta no es la única evidencia que sugiere que Mongolia fue uno de los primeros sitios donde se adoptó esta nueva tecnología e incluso que pudiera ser el lugar donde se desarrolló", afirma William Timothy Treal Taylor (izquierda), miembro del departamento de Antropología de la Universidad de Colorado y uno de los múltiples autores de un artículo publicado en la revista Antiquity y resultado de la colaboración de investigadores de más de diez nacionalidades, incluyendo a la española Paula López-Calle, de la Universidad Complutense de Madrid.

En cuanto a la silla, fabricada con materiales locales, aún contenía restos de pintura roja con detalles en negro. También se conservaban los restos de una correa de cuero que pudo sujetar los estribos, descubrimiento que se suma al de otros estribos de hierro en otro yacimiento mongol del mismo periodo en de Khukh Nuur. Hasta este momento, los humanos usaban una especie de cojín para mantenerse cómodos montando a caballo. Las sillas de montar rígidas y resistentes junto con el uso de estribos abrieron el camino a toda una serie de nuevas habilidades ecuestres antes impensables.

"Las culturas de la estepa de Mongolia estaban estrechamente vinculadas a innovaciones clave en la equitación, un avance que tuvo un gran impacto".

Pero la domesticación fue dura para los caballos. El caballo encontrado en el entierro de Urd Ulaan Uneet tenía daños en los dientes relacionados con mordeduras y cambios en los huesos nasales similares a las lesiones encontradas en otros entierros de caballos en Asia Central y Oriental. Además, "el caballo Urd Ulaan Uneet tenía marcas curadas en las orejas que podrían haber sido utilizadas para mostrar a quién pertenecía el caballo durante su vida", afirma Taylor.

Reconstrucción de la silla de montar descubierta. Paula López-Calle. Universidad de Cambridge.

Revolución medieval

Este salto tecnológico marcó la Edad Media. "Fue un momento decisivo en la historia del desarrollo tecnológico", resume Taylor. Desde hace milenios, los pueblos pastores de Mongolia se desplazaron en el infinito océano de hierba que puebla sus vastas llanuras a lomos de sus monturas, a las que su resistencia y pequeño tamaño permitía sobrevivir a las gélidas temperaturas invernales. Este modo de vida unido a los caballos ocasionó un tremendo impacto en el desarrollo cultural de estos pueblos.

"Las innovaciones de esta cultura produjeron un efecto dominó", señala el investigador. Siglos después de que esta silla fuese fabricada, semejante artilugio se extendió por toda Asia y el mundo islámico. Desde la caída de Roma, el uso de la caballería se volvió un factor decisivo en el campo de batalla que, adaptada por el resto de reinos e imperios, marcó el compás de las guerras y batallas en la época de los caballeros.

Este avance en la tecnología ecuestre revolucionó el mundo y dejó un gran impacto en decenas de culturas de la antigüedad, marcando una nueva era caracterizada en muchas ocasiones por la brutalidad de los choques de caballería. Nuevos elementos fueron introducidos de manera paulatina en el resto del mundo conocido y facilitó la brutal expansión de las hordas de Gengis Khan y sus sucesores que, en el siglo XIII y desde Asia Central, se extendieron hasta China en el Extremo Oriente y hasta Serbia en Europa.

Restos de caballo y freno de Urd Ulaan Uneet. (Crédito de la imagen: W. Taylor y J. Bayarsaikhan)

La ferocidad de sus guerreros, sumado a su gran habilidad en el manejo de caballería, hizo temblar al mundo. Entre judíos, cristianos y musulmanes, los más temerosos de estas tribus centroasiáticas llegaron a asimilarlas al extraño y apocalíptico reino de Gog y Magog mencionado en las Sagradas Escrituras.

El papel que Mongolia ha desempañado en la historia siempre ha pasado desapercibido. Según Taylor, esto es debido principalmente a la propia geografía del país. Su densidad de población es de las más bajas del mundo, lo que sumado a sus dificultades geográficas hace muy complicado encontrar y analizar cualquier yacimiento arqueológico.

Bayarsaikhan (izquierda),por su lado, reclama una mayor atención a la arqueología mongola para poder descubrir y contar la historia de esta cultura tan unida a las sillas de montar.

"Mongolia es uno de los pocos países que ha conservado sus antiguas costumbres y tradiciones en torno al caballo pero, el conocimiento científico sobre el origen de esta cultura continua siendo muy incompleto", lamenta el arqueólogo.

Fuentes: elespanol.comlivescience.com | 13 de diciembre de 2023

Personas enterradas en tumbas megalíticas en Iberia fueron descarnadas y sus huesos fracturados después de su muerte

Fracturas espiroideas de dos húmeros localizados en Los Zumacales con varios fragmentos resultantes. Algunas suelen tener "forma de mariposa". (Crédito de la imagen: IJOA)

Un equipo de arqueólogos españoles han descubierto evidencias de que los pueblos antiguos de Iberia descarnaban y desmembraban cadáveres hace unos 6.000 años. Pero estas no son pistas de un asesinato antiguo: más bien se trata de fracturas óseas provocadas, probablemente relacionadas con prácticas funerarias, ocurridas después de la muerte.

Hace décadas, los arqueólogos desenterraron dos grandes tumbas neolíticas de piedra en el norte de España que datan del IV milenio a.C., las cuales contenían los restos de más de dos docenas de hombres, mujeres y niños, además de puntas de flecha de pedernal, punzones de hueso, herramientas líticas y fragmentos de cerámica. Ahora, un nuevo análisis de los huesos de estas personas ha revelado que una gran cantidad de ellos estaban fracturados y fragmentados perimortem, alrededor o justo después del momento de la muerte.

Los investigadores describieron los nuevos hallazgos en las tumbas de Los Zumacales (cerca de Simancas, Valladolid) y La Cabaña (Sargentes de la Lora, Burgos) en un estudio publicado recientemente en la International Journal of Osteoarchaeology.

Ubicación de los yacimientos presentados en el estudio en la submeseta norte española: la tumba de Los Zumacales (Valle Medio del Duero) y La Cabaña (comarca de La Lora). Crédito de la imagen: IJOA.

Según los investigadores, entre el 70% y el 90% de los huesos se habían fracturado, incluidos los huesos de los brazos, "en forma de mariposa", esto es, fracturas que resultaron de una fuerza aplicada perpendicularmente al hueso fresco. También se encontraron marcas de impacto en algunos de huesos, lo que indica la aplicación de fuerza de percusión o golpe. También se descubrieron marcas de corte en forma de V, probablemente hechas por personas que usaban herramientas de piedra para descarnar a los muertos.

Si bien estudios anteriores sugirieron que los esqueletos representaban entierros que fueron limpiados o apartados después de un tiempo, los investigadores del nuevo estudio propusieron que las fracturas y las marcas de corte eran parte de un "proceso de gestión de la muerte" que la gente empleaba según fuera necesario para tratar a sus compatriotas fallecidos.

"Es difícil interpretar la motivación de estas prácticas", dijo la arqueóloga de la Universidad de Valladolid, Angélica Santa-Cruz (izquierda), a Live Science en un correo electrónico. "Tales prácticas pueden haber estado dirigidas a acelerar los procesos de descomposición del cadáver cuando hubiera sido necesario, y algunos de estos huesos podrían haber sido, incluso, adorados como objetos funerarios o reliquias".

Sin embargo, los investigadores no pudieron descartar que la práctica del canibalismo funerario. Consumir la carne de los muertos es un comportamiento humano antiguo, y se han encontrado muchos casos en todo el noroeste de Europa, particularmente durante el período Paleolítico Superior (hace entre 35.000 y 10.000 años). "Los patrones de fractura en los huesos de Los Zumacales, en particular, podrían reflejar canibalismo funerario, también llamado endocanibalismo o antropofagia, pero tal afirmación debe hacerse con gran precaución", escriben los autores en el estudio.

Radio izquierdo (CA/EX98) de la tumba de La Cabaña en vista anterior mostrando marcas de corte en su tercio distal del fuste. Diagrama de los cortes ubicados en el extremo distal del radio. Crédito de la imagen y dibujo: Fracisco Tapias López.

Los enclaves analizados tienen algunas otras pistas que ayudan a aclarar las prácticas funerarias. Poco se sabe de la vida de estos pueblos neolíticos porque se han encontrado pocas zonas de habitación. Santa-Cruz dijo que la población local probablemente cultivaba y buscaba comida, viviendo un estilo de vida seminómada centrado en la cría de animales.

Jess Beck (derecha), una arqueóloga de la University College Dublin, que no participó en el estudio, dijo a LIve Science que los autores merecen crédito en sus conclusiones al haber estudiado numerosos fragmentos de hueso. "Su examen aborda cómo y por qué las comunidades prehistóricas manipulaban huesos humanos como parte de rituales mortuorios desarrollados en varias etapas", afirma Beck. "En particular, el estudio presenta nuevas pruebas importantes del procesamiento 'perimortem' durante el Neolítico tardío en la península ibérica", afirma.

Ante la nueva información proporcionada por Angélica Santa-Cruz, el coautor del estudio, Javier Velasco-Vázquez, del Servicio de Patrimonio Histórico de Gran Canaria, al observar muy de cerca los huesos fracturados, sugiere que se necesitan más estudios similares sobre huesos de otras tumbas en el área para comprender mejor la diversidad de prácticas funerarias que tuvieron lugar en este tipo de enclaves.

Fuente: livescience | 15 de diciembre de 2023

Genomas antiguos de los Balcanes revelan cómo se conformó la Europa eslava

Grupos genéticos de la península balcánica durante el primer milenio de la era común. Imagen: Pablo Carrión e Íñigo Olalde

Un estudio multidisciplinario ha reconstruido la historia genómica de la península balcánica durante el primer milenio de la era común, una época y un lugar de profundos cambios demográficos, culturales y lingüísticos. El equipo ha recuperado y analizado datos completos del genoma de 146 pueblos antiguos excavados principalmente en Serbia y Croacia (más de un tercio de los cuales procedían de la frontera militar romana en el enorme sitio arqueológico de Viminacium en Serbia), que coanalizaron con datos de el resto de los Balcanes y regiones cercanas.

El trabajo, publicado en la revista Cell, destaca el cosmopolitismo de la frontera romana y las consecuencias a largo plazo de las migraciones que acompañaron a la ruptura del control romano, incluida la llegada de personas que hablaban lenguas eslavas. El ADN arqueológico revela que, a pesar de las fronteras entre los Estados-nación que los dividen, las poblaciones de los Balcanes han sido moldeadas por procesos demográficos compartidos.

“La arqueogenética es un complemento indispensable de la evidencia arqueológica e histórica. Una imagen nueva y mucho más rica aparece a la vista cuando sintetizamos registros escritos, restos arqueológicos como ajuares funerarios y esqueletos humanos, y genomas antiguos”, dijo el coautor Kyle Harper, historiador del mundo romano antiguo de la Universidad de Oklahoma.

Hubo un influjo demográfico masivo en los Balcanes desde el este durante el Imperio Romano, proveniente, de modo principal, del Mediterráneo oriental e incluso desde África Oriental

Después de que Roma ocupó los Balcanes, convirtió esta región fronteriza en una encrucijada, que, eventualmente, daría lugar a 26 emperadores romanos, incluido Constantino el Grande, quien trasladó la capital del Imperio a los Balcanes orientales cuando fundó la ciudad de Constantinopla.

El análisis del ADN antiguo realizado por el equipo muestra que durante el período de control romano, hubo una gran contribución demográfica de personas de ascendencia anatolia que dejó una huella genética a largo plazo en los Balcanes. Este cambio de ascendencia es muy similar a lo que un estudio anterior mostró que ocurrió en la propia megaciudad de Roma (el núcleo original del Imperio), pero es notable que esto también ocurriera en la periferia del Imperio Romano.

Sarcófago de Viminacium. Foto: Ilija Mikić.

Una sorpresa particular es que no hay evidencias de un impacto genético en los Balcanes de los inmigrantes de ascendencia itálica: “Durante el período imperial, detectamos una afluencia de ascendencia anatolia en los Balcanes y no de poblaciones descendientes del pueblo de Italia", dice Íñigo Olalde (derecha), investigador Ikerbasque de la Universidad del País Vasco y coautor principal del estudio. "Estos habitantes de Anatolia se integraron intensamente en la sociedad local. En 'Viminacium', por ejemplo, hay un sarcófago excepcionalmente rico en el que encontramos enterrados juntos a un hombre de ascendencia local y a una mujer de ascendencia de Anatolia".

El equipo también descubrió casos de movilidad esporádica de larga distancia desde regiones lejanas, como el de un adolescente cuya firma genética ancestral se asemeja más a la región de Sudán, en el África subsahariana, y cuya dieta infantil era muy diferente a la del resto de individuos analizados. Murió en el siglo II d.C., y fue enterrado con una lámpara de aceite que representa una iconografía del águila relacionada con Júpiter, uno de los dioses más importantes para los romanos.

“No sabemos si fue soldado, esclavo o comerciante, pero el análisis genético de su entierro revela que probablemente pasó sus primeros años en la región del actual Sudán, fuera de los límites del Imperio, y luego siguió un largo viaje que acabó con su muerte en 'Viminacium' (actual Serbia), en la frontera norte del Imperio”, afirma Carles Lalueza-Fox (izquierda),investigador principal del Instituto de Biología Evolutiva y director del Museo de Ciencias Naturales de Barcelona.

Cráneo de un individuo de origen subsahariano encontrado en Viminacium. La lámpara legionaria fue encontrada en su tumba. Foto: Miodrag Grbic

El Imperio Romano incorporó pueblos 'bárbaros' mucho antes de su colapso

El estudio identificó individuos de ascendencia mixta del norte de Europa y de las estepas pónticas en los Balcanes desde el siglo III, mucho antes de la ruptura final del control imperial romano. El análisis antropológico de sus cráneos muestra que algunos de ellos estaban deformados artificialmente, costumbre propia de algunas poblaciones de las estepas, incluidos grupos etiquetados por autores antiguos como “hunos”. Estos resultados reflejan la integración de personas de más allá del Danubio en la sociedad balcánica siglos antes de la caída del Imperio.

"Las fronteras del Imperio Romano diferían de las fronteras de los Estados-nación actuales. El Danubio sirvió como frontera geográfica y militar del Imperio. Pero también actuó como un corredor de comunicación crucial, permeable al movimiento de personas atraídas por la riqueza que Roma invirtió en su zona fronteriza”, afirma el coautor del estudio Michael McCormick (derecha), profesor Francis Goelet de Historia Medieval en la Universidad de Harvard.

Cráneo deformado del siglo IV de la era común, atribuido a un individuo de las estepas. Posible gépido o godo, si bien los hunos también practicaban la deformación craneal. Foto: Carles Lalueza-Fox.

Las poblaciones eslavas cambiaron la composición demográfica de los Balcanes

El Imperio Romano perdió permanentemente el control de los Balcanes en el siglo VI, y el estudio revela la posterior llegada a gran escala a los Balcanes de individuos genéticamente similares a las poblaciones modernas de habla eslava de Europa del Este. Su huella genética representa entre el 30% y el 60% de la ascendencia de los pueblos balcánicos actuales, lo que representa uno de los mayores cambios demográficos permanentes en toda Europa durante el período medieval temprano.

El estudio es el primero en detectar la llegada esporádica de inmigrantes individuales que precedieron durante mucho tiempo a movimientos de población posteriores, como una mujer de ascendencia de Europa del Este enterrada en un alto cementerio imperial. Luego, a partir del siglo VI, se observan inmigrantes de Europa del Este en mayor número; Al igual que en la Inglaterra anglosajona, los cambios demográficos en esta región se situaron en el extremo superior de lo que ocurrió en Europa y estuvieron acompañados de cambios lingüísticos.

"Según nuestro antiguo análisis de ADN, esta llegada de poblaciones de habla eslava a los Balcanes se produjo a lo largo de varias generaciones e involucró a grupos familiares enteros, incluidos hombres y mujeres", explica Pablo Carrión (izquierda), investigador del Instituto de Biología Evolutiva y coautor también del estudio.

El establecimiento de poblaciones eslavas en los Balcanes fue mayor en el norte, con una contribución genética del 50-60% en la actual Serbia, y gradualmente menor hacia el sur, con un 30-40% en la Grecia continental y hasta un 20% en las islas del mar Egeo.

"El importante impacto genético de las migraciones eslavas es visible no sólo en las poblaciones actuales de habla eslava de los Balcanes, sino también en lugares que hoy no hablan lenguas eslavas, como Rumania y Grecia", dice el coautor principal, David Reich (derecha), profesor de genética en el Instituto Blavatnik de la Facultad de Medicina de Harvard y profesor de biología evolutiva humana en la Facultad de Artes y Ciencias de Harvard.

Proporciones de poblaciones de ascendencia eslava, en negro, en los países actuales de la península balcánica y el Egeo. Imagen: Íñigo Olalde y Pablo Carrión.

Reuniendo a historiadores, arqueólogos y genetistas

El estudio implicó una colaboración interdisciplinaria de más de 70 investigadores, incluidos arqueólogos que excavaron los enclaves históricos, antropólogos, historiadores y genetistas. "Este trabajo ejemplifica cómo los datos genómicos pueden ser útiles para ir más allá de los debates polémicos en torno a la identidad y la ascendencia que se han inspirado en narrativas históricas arraigadas en los nacionalismos nacientes del siglo XIX y que han contribuido al conflicto en el pasado", advierte Lalueza-Fox.

El equipo también generó datos genómicos de diversos serbios actuales que podrían compararse con genomas antiguos y otros grupos actuales de la región.

"Descubrimos que no existía una base de datos genómica de los serbios modernos. Por lo tanto, hemos tomado muestras de personas que se identificaban como serbias basándose en rasgos culturales compartidos, incluso si vivían en diferentes países como Serbia, Croacia, Montenegro o Macedonia del Norte", dijo el coautor Miodrag Grbic (izquierda), profesor de la Universidad de Ontario occidental, Canadá.

El coanálisis de los datos con los de otros pueblos modernos de la región, así como con los individuos antiguos, muestra que los genomas de los croatas y los serbios son muy similares, lo que refleja una herencia compartida con proporciones similares de ascendencia eslava y balcánica local.

Esta fotografía muestra un acueducto romano que abastecía de agua a Viminacium, una gran ciudad romana. Crédito: Carles Lalueza-Foz

De esta forma, el estudio desmiente dos importantes creencias que carecen de base científica y que, junto a otras cuestiones, han sido base de conflictos bélicos.

De una parte, los balcánicos no son un pueblo eslavo porque su genoma sólo coincide en un 50% con el de éstos (procedente de la migración llegada a partir del siglo VI). El resto de su ADN corresponde a otros pueblos llegados hasta la región balcánica con posterioridad y a los allí existentes ya en aquellos momentos. "Pero la historia la escriben los vencedores y en algún momento", según apunta Grbic, "pudo interesar aproximarse a los rusos y se apoyó la teoría del pueblo eslavo".

La otra teoría ahora desmontada tiene mucho que ver con la guerra de los Balcanes que llevó a la desmembración de la antigua Yugoslavia amparándose en la diferenciación de sus habitantes. Ahora se ve como una guerra entre hermanos cuya diferencia llega desde el ámbito político o religioso, pero nunca genético.

"El análisis de ADN antiguo puede contribuir, cuando se analiza junto con datos arqueológicos y registros históricos, a una comprensión más rica de la historia de los Balcanes", dijo Grbic. “La imagen que surge no es de división, sino de historia compartida. La gente de la Edad del Hierro en todos los Balcanes se vio igualmente afectada por la migración durante la época del Imperio Romano y por la migración eslava más tarde. Juntas, estas influencias dieron como resultado el perfil genético de los Balcanes modernos, independientemente de las fronteras nacionales”, concluye.

Fuentes: Universidad de Oklahoma | culturacientífica.com | 7 de diciembre de 2023

Los primeros habitantes de América del Norte pudieron haber llegado por un pasaje de hielo marino

Una nueva investigación sugiere que algunos de los primeros americanos podrían haber viajado sobre hielo marino de invierno por la costa desde Beringia hace 24.000 años.

Uno de los debates más candentes en arqueología es cómo y cuándo llegaron los humanos por primera vez a América del Norte. Los arqueólogos tradicionalmente han argumentado que la gente caminaba a través de un corredor sin hielo que se abrió brevemente entre capas de hielo hace aproximadamente 13.000 años.

Pero un creciente número de hallazgos arqueológicos y genéticos (incluidas huellas humanas en Nuevo México que datan de hace unos 23.000 años) sugiere que la gente llegó al continente mucho antes.

Estos primeros americanos probablemente viajaron a lo largo de la costa del Pacífico desde Beringia, el puente terrestre entre Asia y América del Norte que surgió durante el último máximo glacial cuando las capas de hielo atraparon grandes cantidades de agua provocando la caída del nivel del mar.

Ahora, en una investigación que se presentó el viernes 15 de diciembre en la Reunión Anual de la Unión Geofísica Estadounidense (AGU23), en San Francisco, las reconstrucciones paleoclimáticas del noroeste del Pacífico insinúan que el hielo marino puede haber sido una forma de que la gente se desplazara más al sur.

La idea de que los primeros americanos del norte pudieran haber viajado a lo largo de la costa del Pacífico no es nueva. Probablemente la gente se encontraba al sur de las enormes capas de hielo que alguna vez cubrieron gran parte del continente hace al menos 16.000 años.

Foto: Las corrientes del Océano Pacífico sustentan un ecosistema diverso, visto aquí desde el espacio con floraciones verdes indicadoras de plancton fotosintetizado. Las corrientes más cálidas durante la edad de hielo también pueden haber apoyado los primeros asentamientos humanos. Crédito: NASA/Goddard Space Flight Center.

Dado que el corredor libre de hielo no estaría abierto hasta miles de años antes de estas primeras llegadas, los científicos propusieron en cambio que la gente pudo haberse movido a lo largo de una "autopista de algas marinas". Esta teoría sostiene que los primeros americanos viajaron lentamente hacia América del Norte en barcos, siguiendo los abundantes bienes que se encontraban en las aguas costeras.

Los arqueólogos han encontrado evidencia de asentamientos costeros en el oeste de Canadá que datan de hace 14.000 años. Pero en 2020, los investigadores observaron que el agua dulce del derretimiento de los glaciares en ese momento puede haber creado una fuerte corriente que dificultaría que las personas viajaran a lo largo de la costa.

Carretera de hielo sobre aguas peligrosas

Para obtener una imagen más completa de las condiciones del océano durante estas ventanas cruciales de la migración humana, Summer Praetorius (izquierda), del Servicio Geológico de EE. UU. y sus colegas, observaron indicadores climáticos en los sedimentos oceánicos de la costa. La mayoría de los datos provienen de un diminuto plancton fosilizado. La abundancia y la química de estos organismos ayudan a reconstruir la temperatura, la salinidad y la capa de hielo del océano.

La presentación de Praetorious forma parte de una sesión en AGU23 sobre la historia climática y la geología de Beringia y el Pacífico Norte durante el Pleistoceno, la actual Edad de Hielo. La conferencia de una semana de duración ha traído a San Francisco este año a 24.000 expertos de todo el espectro de las ciencias terrestres y espaciales y ha conectado a 3.000 asistentes en línea.

El equipo de Praetorious utilizó modelos climáticos y descubrió que las corrientes oceánicas eran más del doble de fuertes que hoy durante el apogeo del Último Máximo Glacial, hace unos 20.000 años, debido a los vientos glaciales y a los niveles más bajos del mar. Si bien no es imposible remar, estas condiciones habrían hecho que viajar en barco fuera muy difícil, dijo Praetorius.

Imagen: Mapa de costas y extensión de hielo en varios períodos de tiempo A) 32,5 ka, B) 27,5 ka, C) 25 ka, D) 15 ka durante el Pleistoceno tardío, que muestra posibles rutas de migración en cada etapa.

Sin embargo, los registros también mostraron que gran parte de la zona albergaba hielo marino invernal hasta hace unos 15.000 años. "Como pueblo adaptado al frío, en lugar de tener que remar contra esta horrible corriente glacial, tal vez estaban usando el hielo marino como plataforma", dijo Praetorius.

Hoy en día, los habitantes del Ártico viajan a lo largo del hielo marino en trineos tirados por perros y motos de nieve. "Los primeros americanos también pueden haber utilizado la 'autopista del hielo marino' para desplazarse y cazar mamíferos marinos, abriéndose camino lentamente hacia América del Norte en el proceso", dijo Praetorius.

Los datos climáticos sugieren que las condiciones a lo largo de la ruta costera pueden haber sido propicias para la migración hace entre 24.500 y 22.000 años y hace 16.400-14.800 años, posiblemente ayudada por la presencia de hielo marino en invierno.

Imagen: Simulaciones de corrientes oceánicas en el Pacífico Noreste bajo diferentes condiciones climáticas y de nivel del mar

Si bien será complicado demostrar que la gente utilizaba el hielo marino para viajar, dado que la mayoría de los sitios arqueológicos están bajo el agua, la teoría proporciona un nuevo marco para comprender cómo los humanos pudieron haber llegado a América del Norte sin un puente terrestre ni un viaje fácil por el océano.

"Además, la autopista del hielo marino no es excluyente de otras migraciones humanas posteriores", dice Praetorius. Los modelos del equipo muestran que la corriente de Alaska se había calmado hace 14.000 años, lo que facilitó a la gente viajar en barco a lo largo de la costa.

"Nada está fuera de la mesa", dijo Praetorius. "Siempre nos sorprenderá el antiguo ingenio humano".

Fuente: vistaalmar.es | 16 de diciembre de 2023

Conferencia en la AGU23: Did a "Sea-ice Highway" facilitate early human migration from Berin...

Un artículo de Praetorius sobre las migraciones se publicó en febrero de 2023 en la revista PNAS: Ice and ocean constraints on early human migrations into North Amer...

El clima jugó un papel crucial en la migración humana desde África según un estudio

El 'Homo erectus', al que pertenece este cráneo, fue la primera especie de homínido que abandonó África, hace unos 2,1 millones de años. Una nueva investigación muestra que cuando el 'Homo erectus' emigró de África, el clima era más húmedo y con más vegetación en la parte noreste del continente africano que en la actualidad. Los ciclos climáticos coincidieron para crear un corredor verde que nuestros primeros antepasados ​​probablemente aprovecharon en su migración. Foto: Mizmareck / Flickr.

Hace unos 6 millones de años, en los profundos bosques del este de África, sucedió algo espectacular. Los chimpancés, nuestro pariente más cercano en el reino animal, evolucionaron en una determinada dirección, mientras que nuestros primeros ancestros continuaron en otra.

Durante los siguientes millones de años, las diferencias entre los primeros humanos y los chimpancés se hicieron cada vez mayores. Nuestros antepasados bajaron de los árboles y comenzaron a caminar erguidos sobre dos piernas y, de este modo, pudieron liberar sus manos para manipular herramientas.

Este fue el comienzo de un desarrollo que terminó con la conquista de la mayor parte del mundo por parte de los humanos. Así, hace unos 2,1 millones de años, homínidos como el Homo erectus emigraron de África. En su viaje atravesaron el noreste de África y Oriente Medio (zonas hoy cubiertas principalmente por desiertos) y luego Europa y Asia.

Durante mucho tiempo, los investigadores han especulado sobre cómo el Homo erectus pudo atravesar desiertos secos y despiadados, donde no había comida, agua y sombra.

Una nueva investigación de la Universidad de Aarhus, publicada en Nature, sugiere ahora que es posible que el Homo erectus no habría caminado por desierto alguno cuando salió de África, explica Rachel Lupien (izquierda), una de las investigadoras que está detrás de los nuevos resultados.

"Sabemos que hay períodos recurrentes en los que cambia el clima del Sahara. Llamamos a este fenómeno 'Sahara Verde' o 'Períodos Húmedos Africanos'. Durante un período verde, el desierto se reduce significativamente y se transforma en un paisaje que se asemeja a las sabanas que conocemos hoy en el este de África", dice Lupien

"Nuestros resultados muestran que el Sahara, precisamente en el período en el que emigró el primer 'Homo erectus', era más verde que en cualquier otro momento del período de 4,5 millones de años que estudiamos. Por lo tanto, lo más probable es que pudieran caminar a través de un corredor verde al salir fuera de África".

La especie que conquistó el mundo

Los primeros humanos de la especie Homo erectus aparecieron hace más de dos millones de años en el este de África. Fue el primer homínido que aprendió a cincelar hachas en piedra que probablemente usaron como armas para capturar presas y cortar la carne y huesos. Quizá también fueron los primeros en aprender a controlar el fuego.

El Homo erectus era ligeramente más bajo que los humanos modernos, pero más musculoso. Tenían caderas más anchas y un cráneo alargado. Además, ostentaban un cerebro mucho más pequeño, aproximadamente la mitad de tamaño que el nuestro.

Durante más de 1,5 millones de años, el Homo erectus vivió y se extendió por gran parte del mundo. Desde África hasta Europa, pasando por Asia y cruzando el estrecho de Malaca hasta varias islas de Indonesia. Esto convierte al Homo erectus en la especie humana más longeva, dado que nuestra especie, el Homo sapiens, evolucionó hace unos 300.000 años.

El fondo marino revela el clima del pasado

El Sahara, tal como lo conocemos hoy, se encuentra en uno de sus períodos secos. La duración de dicho período varía, pero aproximadamente cada 20.000 años ha pasado por un ciclo completo con un intervalo tanto lluvioso como seco. Estos períodos lluviosos son los que Rachel Lupien denomina “períodos húmedos africanos”.

"El grado de humedad de los períodos verdes húmedos varía. De hecho, hay otros dos ciclos que también entran en juego. Uno dura 100.000 años y el otro 400.000 años. Así, a lo largo de 100.000 años, los períodos húmedos variarán y se volverán más húmedos o más secos de lo habitual. Lo mismo ocurre en intervalos de 400.000 años", afirma Rachel Lupien.

"Ahora bien, ¿Cómo podemos saber realmente cómo era el clima en África hace varios cientos de miles de años? El fondo marino nos lo puede decir y, de hecho, ya sabemos mucho sobre el clima del pasado precisamente por esta razón", explica.

"Mediante muestras de núcleos del suelo marino del Mediterráneo podemos ver cómo era el clima hace millones de años. En el fondo marino se forman capas de sedimentos, y las pequeñas moléculas de estas capas pueden decirnos bastante sobre cómo era el clima en el pasado".

El punto negro en el mar Mediterráneo muestra dónde se recogió un núcleo de sedimento. Este lugar recibe material terrestre proveniente del noreste de África, el cual fue afectado por los denominados 'períodos húmedos africanos' que cambian el paisaje y la vegetación. Ilustración: Comunicaciones de la naturaleza Tierra y medio ambiente.

La ayuda de sustancias que hacen brillar a las hojas

Con el tiempo, se van formando nuevas capas en el fondo marino con material que sopla desde el norte de África hacia el mar, donde desciende lentamente. El fondo marino enterrado actúa así como una especie de cuaderno de bitácora que puede decirnos cómo era el clima en el pasado.

"En las capas hay un conjunto de biomarcadores que almacenan información sobre el clima del pasado. Uno de estos marcadores es una serie de moléculas que las plantas utilizan para proteger sus hojas. También se les llama cera de hojas", explica Rachel Lupien.

"La cera da a las hojas de los árboles, arbustos y pastos la capa que les da brillo. Cuando las plantas mueren, la mayoría de sus partes se descomponen con bastante rapidez, mientras que las moléculas de cera pueden sobrevivir durante mucho más tiempo. Por eso a menudo encontramos este tipo de moléculas en sedimentos que tienen millones de años".

"Es la composición química de las moléculas de cera la que puede decir algo sobre cómo era el clima cuando se formó dicha capa. Por ejemplo, las moléculas de hidrógeno en la cera pueden decir algo sobre cuánta precipitación hubo", continúa.

"Además, el agua contiene hidrógeno, por lo que podemos utilizarlo para seguir el ciclo del agua. El agua de la Tierra contiene tanto hidrógeno regular como hidrógeno pesado (deuterio), y, cuando llueve mucho, las plantas pueden absorber relativamente menos hidrógeno pesado, mientras que cuando está seco absorben más", explica.

El carbono aporta conocimientos importantes

Rachel Lupien y sus colegas pueden ver, por la cantidad de hidrógeno pesado en la cera de las hojas, cuándo llovía mucho o cuándo estaba seco. Sin embargo, el hidrógeno no dice nada sobre qué plantas prosperaron en el clima húmedo.

Sin embargo, los átomos de carbono de la cera de las hojas sí lo hacen, explica: "A grandes rasgos, existen dos tipos de plantas, las que llamamos C3 y C4. Alrededor del 90 por ciento de todas las plantas son C3. Prosperan en la mayor parte del mundo, excepto en áreas completamente secas o muy calientes. Las plantas C4, por otro lado, están especializadas para sobrevivir en zonas donde rara vez llueve y la temperatura es alta".

Debido a que las plantas C3 y C4 producen cera de hojas con diferentes cantidades de carbono pesado, los investigadores pueden distinguirlas en las muestras analizadas. De esta forma, pueden “leer” qué tipo de planta era más dominante en un momento dado.

"En el momento de la migración del 'Homo erectus' desde África, encontramos más plantas C3 en las muestras que en cualquier otro período húmedo de los últimos 4,5 millones de años. Esto demuestra que el clima más húmedo cambió partes del área de desierto a pastizales y sabanas", dice Lupien.

La planta del papiro es una de las plantas C4 más famosas de África. Crece a lo largo del Nilo y sus fibras fueron utilizadas por los antiguos egipcios para crear rollos de papiro que servían para escribir sobre ellos. Esta fotografía fue tomada en Uganda, por donde pasa un tramo del Nilo. Foto: Colourbox.

Tres tipos de fotosíntesis

En el reino vegetal existen, a grandes rasgos, tres formas diferentes de realizar la fotosíntesis. Como se ha dicho, hay plantas C3 y C4, pero hay una tercera variante denominada plantas CAM.

El 90 por ciento de todas las plantas son plantas C3, el 6 por ciento son plantas CAM y sólo entre el 3 y el 4 por ciento son plantas C4. Sin embargo, no en África, donde los grandes pastizales tienen una proporción mucho mayor de plantas C4.

La diferencia entre las plantas se debe a sus diferentes estrategias de afrontar el hecho de que la humedad en el aire y en el suelo sean limitadas.

Cuando el ambiente se seca demasiado, las plantas C3 cierran los pequeños estomas de las hojas que utilizan para absorber CO2. Con los agujeros cerrados, la planta no puede realizar la fotosíntesis y comienza a quemar sus reservas de carbono, mientras exhala agua y CO2. Si esto continúa por mucho tiempo, la planta muere.

Las plantas C4, por otro lado, son capaces de realizar la fotosíntesis incluso cuando el ambiente está seco. A pesar de que sus estomas están cerrados, continúan convirtiendo el CO2 en energía. Pueden hacerlo con la ayuda de la molécula de cuatro átomos de carbono, que da nombre a este tipo de planta. Las plantas CAM utilizan un tercer método y pueden funcionar en zonas aún más secas.

El trigo, la avena, el arroz y los girasoles son ejemplos de plantas C3. Las plantas C4 conocidas son el maíz, la caña de azúcar y el amaranto, mientras que las plantas suculentas, como los cactus y la piña, son plantas CAM.

África septentrional era más verde hace 2,1 millones de años

"Los períodos verdes en África se producen, al igual que las glaciaciones, en las latitudes septentrionales, debido a pequeñas variaciones en la órbita de la Tierra alrededor del Sol. Los geólogos llaman a estas variaciones ciclos de Milanković, y son especialmente dos de estas variaciones las que desempeñan un papel importante cuando el Sahara recibe más precipitaciones", explica Lupien.

"La Tierra se tambalea un poco en su órbita alrededor del Sol. Es esta oscilación la que crea fluctuaciones climáticas cada 21.000 años y la que provoca los 'período húmedos africanos'".

"La otra causa de las fluctuaciones es la circularidad de la órbita de la Tierra alrededor del Sol. Durante algunos períodos la órbita es más elíptica y durante otros más redonda. Esto provoca fluctuaciones con aproximadamente 100.000 y 400.000 años de diferencia".

"El Sahara alcanzó su momento más verde hace unos 2,1 millones de años. En este caso, es muy probable que varios de los ciclos hayan coincidido para crear dicho entorno. Esto coincide con el momento en que emigró el Homo erectus. Por lo tanto, lo más probable es que el clima haya facilitado esta migración", concluye.

Fuente: Universidad de Aarhus | 6 de diciembre de 2023

Descubren en el Foro Romano una domus de un rico senador con un mosaico espectacular

Imagen del mosaico rústico hallado en el ambiente principal de la domus, el 'specus aestivus'. Ministerio de Cultura de Italia

La ciudad de Roma sigue ofreciendo vestigios de su pasado más esplendoroso. Un proyecto de investigación en el Parque Arqueológico del Coliseo ha descubierto algunas estancias de una lujosa domus de época tardorrepublicana en un área situada entre el Foro Romano y las laderas del monte Palatino. La vivienda estaba decorada con una serie de excepcionales mosaicos rústicos que se han conservado en muy buen estado, según ha anunciado este martes el Ministerio de Cultura de Italia a través de un comunicado.

La domus o casa, localizada detrás de los horrea, los almacenes en la carretera comercial que unía el puerto fluvial del Tíber y el Foro Romano, está desarrollada en varios pisos (EFE/Ministerio de Cultura de Italia)

La domus o casa se localiza detrás de los Horrea Agrippiana, los almacenes en la carretera comercial que unía el puerto fluvial del Tíber y el Foro Romano y que fueron construidos por el general Marco Vipsanio Agripa, yerno del princeps Augusto. La estructura, de la que ya se han excavado algunas zonas en 2018, está formada por varios pisos, probablemente articulada en terrazas y caracterizada por al menos tres fases constructivas, datadas entre la segunda mitad del siglo II a.C. y finales del siglo I a.C.

Foto: Distribuida alrededor de un atrio y jardín, el ambiente principal de la casa es el 'specus aestivus', una sala para banquetes que imita una cueva.

El mosaico, formado por distintos materiales, presenta una compleja secuencia de escenas figuradas (EFE/EPA/Ministerio de Cultura de Italia).

Distribuida alrededor de un atrio y jardín, el ambiente principal de la casa es el specus aestivus, una sala para banquetes que imita una cueva, utilizada durante la temporada estival y originalmente animada por espectáculos con juegos de agua gracias a un sistema de fístulas de plomo integrado en las paredes decoradas.

Según han destacado los arqueólogos, lo realmente "excepcional" del hallazgo es la posibilidad de documentar "un extraordinario revestimiento parietal en mosaico llamado 'rústico', que, debido a la complejidad de las escenas representadas y a la cronología, no tiene comparación".

La lujosa domus de la época augusta está recubierta de excepcionales mosaicos rústicos (EFE/EPA/Ministerio de Cultura de Italia).

La excavación arqueológica finalizará en los primeros meses de 2024, tras lo cual se intentará abrir al público lo antes posible (EFE/EPA/Ministerio de Cultura de Italia).

La composición, que data de las últimas décadas del siglo II a.C., está formado por conchas de diferentes tipos, azulejos de azul egipcio, vidrios preciosos, escamas diminutas de mármol blanco u otros tipos de piedras, tártaros o fragmentos de travertino esponjoso y presenta una compleja secuencia de escenas figuradas.

En los cuatro grupos, definidos por pilastras (columnas de base cuadrangular adosadas a la pared) y decorados con macetas de las que salen ramas de hojas de loto y de vid, se representan catas de armas con trompetas de tipo celta, proas de barcos con tridente y timones "que aluden, quizás, a un doble triunfo, terrestre y naval, del propietario de la domus", que según los investigadores "podría pertenecer a un personaje aristocrático, presumiblemente de rango senatorial".

El gran bisel superior presenta, además, una fascinante representación de un paisaje con una ciudad en el centro y con vistas a un mar surcado por tres grandes barcos, uno de los cuales tiene las velas levantadas, mientras que en una sala contigua se ha hallado un revestimiento de estuco blanco con paisajes dentro de arquitecturas falsas y figuras.

"Se trata de un importante resultado que recompensa un largo trabajo de estudio en investigación", ha destacado Alfonsina Russo (izquierda), la directora del Parque Arqueológico del Coliseo. Las excavaciones en el sitio se prolongarán hasta principios de 2024 y luego se realizarán trabajos de conservación para hacer visitable este lugar, "uno de los más sugestivos de la Antigua Roma". El hallazgo confirma lo que dicen las fuentes antiguas sobre la presencia de extensas residencias, de representantes de grandes familias senatoriales romanas en el área noroccidental del Palatino, según el comunicado del Ministerio.

Por su parte, Gennaro Sangiuliano (derecha), ministro de Cultura, ha destacado que "el descubrimiento de una nueva domus con un ambiente decorado con un mosaico realmente extraordinario es un logro importante que (...) tiene además un gran valor científico que lo hace aún más relevante".

Fuentes: elespanol.com | lado.mx | 12 de diciembre de 2023

Detectan un gigantesco canal oculto que conecta todas las pirámides egipcias

La explanada de Guiza y las tres famosas pirámides de Keops, Kefrén y Mikerinos.

Arqueólogos espaciales han descubierto un gigantesco canal oculto que conecta todas las pirámides en el lado oeste del Valle del Nilo. Su localización y grandes dimensiones —100 kilómetros de largo— han sido reveladas en un nuevo y fascinante estudio que ha utilizado satélites para analizar el valle con ondas de radar capaces de penetrar su superficie.

Este descubrimiento puede dar respuesta a una de las grandes incógnitas sobre la construcción de las pirámides egipcias: ¿cómo logró esta antigua civilización transportar las decenas de millones de toneladas de material usado en la construcción de estas titánicas estructuras?

Los arqueólogos ya barajaban la hipótesis de la existencia de una rama desaparecida del río que debería haber sido usada para mover los enormes bloques de piedra y la mano de obra necesaria para levantar estos colosales monumentos funerarios. Sin embargo, se desconocía dónde estaban estas teóricas autopistas de agua y no se había probado su existencia. Ahora, un equipo liderado por la Dra. Eman Ghoneim —izquierda, directora del laboratorio de teledetección espacial y profesora en la Universidad de Carolina North Wilmington— acaba de revelar topología y localización exacta en su investigación, presentada en el XIII congreso internacional de egiptología.

La imagen de radar de la izquierda muestra las calzadas y los puertos de las pirámides alineados perfectamente con el canal descubierto. La foto de la derecha la Dra. Eman Ghoneim muestra una calzada en Giza que conducía al paseo junto al río. (Eman Ghoneim)

Tecnología espacial para descubrir el pasado

Este equipo de investigadores ha utilizado tecnología de radar en satélites para desentrañar los secretos de estas antiguas vías fluviales. La rama del Nilo descubierta y localizada es conocida como la Rama Ahramat (la vía de las pirámides, en árabe). Se extiende a lo largo de unos 100 kilómetros, pasando junto a la cadena de pirámides que va desde Fayum en el sur hasta Giza en el norte.

La rama fluvial tiene una clara alineación con las pirámides, lo que indica en apariencia una relación directa con los sitios de construcción de estas estructuras milenarias. Los datos también han mostrado numerosos tributarios enterrados que habrían alimentado este gran canal de transporte en la Antigüedad.

La Dra. Ghoneim declaró a la publicación IFLScience que "este hallazgo es clave para entender la creación y localización de las pirámides: si hay pirámides por todas partes en esta área específica, debió haber en el pasado cuerpos de agua que facilitaran el transporte de rocas y un gran número de trabajadores a estos lugares”.

El descubrimiento no solo arroja luz sobre cómo se pudieron haber transportado los materiales para la construcción de las pirámides, sino que también ofrece una nueva perspectiva sobre la organización y logística de la antigua civilización egipcia.

Ilustración de uno de los puertos de la rama Khufu ya desaparecida. (Alex Boersma/PNAS).

Una técnica vital para la arqueología

La Rama Ahramat está ahora totalmente oculta bajo la arena del desierto y el suelo cultivado del valle. Es imposible verla desde el suelo ni desde un avión, pero sí aparece en las imágenes de radar por satélite. Las ondas de radar usadas en estos sistemas tienen la capacidad de penetrar la superficie terrestre y revelar el terreno subsuperficial.

Es una técnica que ha sido crucial para este y otros descubrimientos arqueológicos recientes. De hecho, se ha convertido en una herramienta fundamental para encontrar estructuras perdidas bajo la arena, el agua y las junglas de todo el planeta.

La Gran Esfinge de Giza no fue creada totalmente por humanos sino que fenómenos naturales también contribuyeron a ello.

Cambio climático

El descubrimiento de la Rama Ahramat del Nilo y otras ramas perdidas como la Rama Khufu no solo resuelve preguntas clave sobre la construcción de las pirámides, revelando un contexto geográfico diferente y crucial para entender la historia y la ingeniería del antiguo Egipto, sino que también tiene una importancia científica más amplia, incluyendo el manido cambio climático.

La nueva evidencia se añade a la que ya teníamos sobre el Período Húmedo Africano, que comenzó hace 14.800 años y terminó hace 5.500 años. Durante este periodo hay evidencia de un aumento en los niveles de agua del Nilo. Este fenómeno climático permitió que la Rama Khufu permaneciera navegable hasta la construcción de la Gran Pirámide de Giza, dedicada al faraón Khufu, hace unos 4.500 años.

La Gran Pirámide de Giza, que originalmente tenía 146,6 metros de altura, estaba formada por 2,3 millones de bloques de piedra hasta alcanzar un total de seis millones de toneladas. Aunque las teorías sobre cómo se colocaron estos bloques son variadas, el papel del Nilo en el transporte de estos materiales es ahora indiscutible. Sin este periodo húmedo, su localización sería otra con casi total seguridad. Gracias a los radares espaciales también sabemos que la Rama Khufu podría haber llegado hasta la Gran Esfinge de Guiza, que ha estado envuelta en la polémica sobre su potencial origen natural aumentado con grandes bloques de ....

Las pirámides vistas desde la estación espacial internacional. (NASA).

Nuevos descubrimientos en el horizonte

La localización de estas antiguas ramas fluviales del Nilo tendrá un efecto en la arqueología futura: siguiendo su camino, pueden ayudar a los arqueólogos a localizar ciudades y templos perdidos del Antiguo Egipto que han sido cubiertos por sedimentos y desaparecido con el paso de los milenios.

Sabemos que la historia de muchos pueblos permanece oculta bajo el subsuelo del planeta e incluso se especula sobre la existencia de civilizaciones que podrían haber... cuyo rastro habría desaparecido por completo por la actividad geológica.

Sin embargo, para otras mucho más recientes, la importancia de la tecnología de sensores espaciales seguirá teniendo un impacto creciente en la arqueología, con el potencial de transformar nuestra comprensión de las civilizaciones antiguas y otras desconocidas que yacen literalmente bajo nuestros pies.

Fuente: elconfidencial.com | 30 de noviembre de 2023