Halladas huellas humanas de hace 90.000 años en una playa marroquí

La zona arenosa donde se encontraron por casualidad las huellas está situada en medio de un punto rocoso. Scientific Reports.

Un equipo internacional de arqueólogos ha encontrado e identificado huellas hechas por varios humanos de hace aproximadamente 90.000 años en lo que hoy es Marruecos. En su artículo publicado en la revista Scientific Reports, el grupo de investigación describe cómo probaron el origen de las huellas.

Encontrar huellas dejadas por personas hace miles de años es extremadamente raro debido a su naturaleza generalmente efímera. Aún así, ocasionalmente, ocurren eventos que preservan las huellas, como su cubrimiento con sedimentos que posteriormente se endurecen. Con el tiempo, estas huellas pueden revelarse a medida que el material, que alguna vez las ocultó, se erosiona. En este caso, las huellas se encontraron en una zona arenosa en una parte rocosa de la costa marroquí.

Como suele ocurrir con los hallazgos arqueológicos, las huellas se encontraron por accidente. El equipo de investigación estaba en el área estudiando rocas cerca del océano cuando observaron una hendidura en un tramo de arena cercano. Una mirada más cercana reveló más hendiduras, que resultaron ser huellas humanas.

Imágenes de algunas de las huellas de homínidos en Larache (Marruecos). (a) Dos huellas una al lado de la otra en la parte inferior de la foto, que también muestra un punto de control terrestre (cartón a cuadros) para su levantamiento GPS diferencial. (b) Dos vías transversales y fotografía para modelado de huellas en 3D. (c) a (g) Vista detallada de algunas huellas. Barras de escala blancas = 20 cm.

Intrigado por su hallazgo, el equipo estudió las huellas mediante luminiscencia estimulada ópticamente y descubrió que habían sido hechas hace aproximadamente 90.000 años, durante el Pleistoceno tardío.

Un estudio más detallado de las huellas mostró que habían sido hechas por al menos cinco personas. También comprobaron que las huellas habían sido realizadas por personas de diferentes edades, entre niños, adolescentes y adultos. Y como representaban a personas caminando, en lugar de una simple huella, fueron designados como un sendero. Las huellas humanas halladas son la únicas conocidas de esa época de la historia en esa parte del mundo.

Huellas de homínidos de Larache (Marruecos). (a) Vistas naturales y alzado 3D sombreado de (a) C01-01, (b) C03-01, (c) C02-01 y (d) C03-21). Barra de escala, 2 cm. Los modelos 3D se generaron con el software Agisoft Metashape utilizando entre 18 y 20 imágenes tomadas con una cámara Nikon D7500 (20,9 MP, Nikon AF-S DX35mm f/1,8 G) desde una altura de aproximadamente 0,5 a 1,5 m.

El equipo de investigación sugiere que la preservación del camino se debió a una serie de factores, como la ubicación, la composición del sedimento, la posición de la playa en relación con el mar, las mareas y probablemente otros eventos desconocidos. También se desconocía qué hacía el grupo de personas en la playa o por qué estaban allí. Las posibilidades incluyen buscar comida o tal vez refrescarse. O simplemente podrían haber estado viajando por la zona y haber encontrado la ruta de playa más fácil de navegar.

Fuente: phys.org | 31 de enero de 2024

El hierro extraterrestre es el secreto del gran conjunto de orfebrería de la Edad del Bronce de España

Tesoro de Villena (Alicante).

Durante una excavación en la Rambla del Panadero de Villena (Alicante) en 1963, el arqueólogo José María Soler y sus colaboradores descubrieron una vasija que escondía un excepcional conjunto de orfebrería prehistórica de unos 3.000 años de antigüedad. Formado principalmente por piezas de oro de gran calidad —11 cuencos, 28 brazaletes, 3 botellas y varios objetos utilizados como elemento decorativo de un artefacto circular—, además de otros tres recipientes de plata y dos objetos considerados de hierro, el conocido como tesoro de Villena ha suscitado profundos debates entre los expertos sobre su origen y significado.

Momento del hallazgo del tesoro de Villena. Universidad de Alicante.

El lote ha sido interpretado como una ofrenda religiosa, una forma de marcar simbólicamente el territorio, un ocultamiento provisional en un momento de peligro o como dotes femeninas que asegurarían la red de intercambios y la seguridad en los caminos. Pero lo único preciso era que muchas de las piezas se asemejaban a otras recuperadas el mismo año en el cercano yacimiento del Cabezo Redondo y que se trata de uno de los conjuntos de orfebrería de la Edad del Bronce más importantes de la península ibérica.

Conjunto del Tesorillo del Cabezo Redondo (Alicante).

Su cronología también ha sido motivo de disputas: las propuestas oscilan en una horquilla temporal entre el Bronce Pleno posargárico (1500-1300 a.C.) y los últimos compases del Broce Final (siglo VIII a.C.), ya con presencia fenicia en las costas peninsulares. El principal foco de la polémica sobre el momento de fabricación del conjunto ha sido la presencia de dos piezas de hierro: una semiesfera hueca, interpretada como un remate de cetro o bastón de mando o como una empuñadura de espada, y un brazalete o anilla abierta.

Un nuevo estudio de estas piezas publicado en la revista Trabajos de Prehistoria ha concluido que son de hierro procedente de un meteorito, es decir, habría que datarlas en algún momento del Bronce Tardío, antes del inicio de la producción de hierro terrestre, obtenido mediante la reducción de minerales extraídos del manto de la corteza del planeta.

Semiesfera hueca de hierro recubierta de láminas de oro. Se puede observar como la corrosión del hierro ha cubierto y deformado algunas láminas de oro. Museo de Villena.

Los investigadores Salvador Rovira-Llorens (Museo Arqueológico Nacional), Martina Renzi (Diriyah Gate Development Authority, Arabia Saudí) e Ignacio Montero- Ruiz (Instituto de Historia del Consejo Superior de Investigaciones Científicas) detallan en el artículo que el hierro meteorítico se encuentra en cierto tipo de cuerpos celestes que caen sobre la superficie de la Tierra y están compuestos por una aleación hierro-níquel, con una composición variable de níquel que suele ser superior al 5 % en peso, y otros elementos químicos minoritarios como el cobalto.

Los análisis de espectrometría de masas han revelado que "el casquete presenta picos muy elevados de níquel", confirmando con bastante seguridad su fabricación con hierro meteorítico, mientras que la pulsera tenía un proporción menor de este elemento químico.

Brazalete de hierro. Fotografía Museo de Villena (Alicante). Sin escala, diámetro máximo 8,5 cm.

"Los datos disponibles apuntan a que el casquete y la pulsera del Tesoro de Villena serían de momento las dos primeras piezas atribuibles a hierro meteorítico en la península ibérica, lo que es compatible con una cronología del Bronce Tardío, anterior al inicio de la producción generalizada de hierro terrestre", escriben los investigadores en las conclusiones. Además, señalan que "la relación entre los tesoros de Villena y Cabezo Redondo, así como el abandono de este yacimiento hacia el año 1200 a.C., parecen ser los mejores argumentos para establecer esta cronología".

Los hallazgos de objetos antiguos hechos con hierro extraterrestre son extraordinarios, pero los dos elementos del conjunto de orfebrería prehistórica de Villena no constituyen el único ejemplo. La pieza más famosa hecha con este material es la daga con empuñadura de oro hallada en la tumba de Titankamón. No obstante, el uso de hierro meteorítico se ha detectado también en Europa en algunos artefactos datatados en el I melino a.C., como una punta de flecha descubierta en Möringen (Suiza), fechada entre 900-800 a.C., o algunos objetos algo más modernos recuperados en Polonia.

Daga de Tuntankamón hecha con hierro meteorítico.

Fuente: elespanol.com | 26 de enero de 2024

Hallan los cimientos y restos de un arco de triunfo dedicado al emperador Caracalla en Viminacium (Serbia)

Vista aérea de los cimientos de un arco de triunfo dedicado a Caracalla en Viminacium | Instituto Arqueológico de Serbia.

Los vestigios del Imperio Romano siguen saliendo a la luz casi a diario. Un equipo de arqueólogos serbios ha descubierto los restos de un arco triunfal del siglo III d.C. dedicado al emperador Caracalla. Los cimientos hallaron el pasado mes de diciembre en el yacimiento de Viminacium, una antigua ciudad cerca de la moderna localidad de Kostolac, a unos 70 kilómetros al este de Belgrado. Se trata de una de las escasas construcciones de este tipo documentadas en la región de los Balcanes.

Miomir Korac, el director de los trabajos arqueológicos, ha explicado que el descubrimiento se realizó durante la excavación de la calzada principal de Viminacium, que fue la capital de la provincia romana de Mesia Superior. "Es el primer arco triunfal de este tipo en esta zona. Puede fecharse en las primeras décadas del siglo III d.C.", ha explicado el investigador a la agencia Reuters.

Imagen aérea del lugar del hallazgo del arco triunfal, en el yacimiento de Viminacium. Branko Filipovic.

Viminacium, cuya ocupación se extendió entre los siglos I y VI d.C., se fundó como un campamento militar durante la expansión del Imperio Romano por los Balcanes. Situado en un lugar estratégico dentro del sistema defensivo del limes y en la red de comunicaciones, se convirtió en una pujante ciudad con hipódromo, fortificaciones, un foro, templos, un palacio, acueductos, un anfiteatro, grandes baños y talleres en la que se calcula que vivieron hasta 45.000 personas.

El arqueólogo Momir Korac con una reconstrucción del arco de triunfo. Branko Filipovic.

El yacimiento es único en muchos aspectos, pero sobre todo por el número de tumbas que se han identificado: más de 13.500. En ellas incluso se ha podido identificar uno de los escasísimos cadáveres de legionarios romanos, un soldado de veintitantos años. Sus restos mostraron que el simple hecho de llevar la armadura y el equipo habían dejado marcas de presión en diversos huesos, como los omóplatos y la pelvis.

Miomir Korac ha explicado que cuando hallaron los cimientos cuadrados, hechos de enormes piezas de piedra caliza, no dudaron ni un momento de que se trataba de un arco triunfal. Durante las excavaciones se logró recuperar un fragmento de una losa de mármol con una inscripción en la que se leía "CAES/ANTO" relacionada con el monumento. Es decir, la prueba de que estaba dedicado al emperador Marco Aurelio Severo Antonino Augusto, más conocido como Caracalla, y que, según el arqueólogo Mladen Jovicic, se cree que fue nombrado princeps en Viminacium.

Hijo de Septimio Severo, Caracalla, que asesinó a su hermano Geta para alcanzar el poder en solitario, gobernó el Imperio Romano entre los años 198 y 217. Aunque siempre fue admirado por los legionarios, le dio muerte uno de ellos, llamado Julio Marcial, apuñalándolo con su daga mientras el emperador orinaba aprovechando un alto en el camino hacia Carras, en la actual Turquía, acompañado de algunos jinetes de su confianza.

"Esperamos encontrar más piezas. Hasta ahora hemos documentado un pilar finamente elaborado y vigas, pero nos gustaría descubrir más cosas a raíz de la inscripción en el arco", ha señalado Jovicic. Las excavaciones en Viminacium se iniciaron en el año 1882, pero los arqueólogos consideran que solo se ha excavado el 5% del yacimiento, que abarca unas 450 hectáreas. También se trata de un sitio único porque no se encuentra bajo una ciudad moderna que haya arrasado sus vestigios.

Los descubrimientos realizados en el sitio hasta el momento incluyen dos barcos romanos, tejas doradas, monedas, esculturas de jade, objetos religiosos, mosaicos, frescos, armas y restos de tres mamuts.

Fuentes: elespanol.com | novosti.rs | 24 de enero de 2024

Europa era hace 30.000 años un mosaico de culturas: lo que revelan los adornos del 'Homo Sapiens'

Ilustración que representa a la población del Gravetiense del oeste y del centro/sur de Europa. La primera logró sobrevivir al Último Máximo Glacial. Michelle O‘Reilly y Laurent Klaric.

Hace unos 34.000 años, en el Paleolítico Superior, una nueva cultura que fabricaba puntas de muesca comenzó a expandirse por toda Europa, desde la actual Rusia hasta la península ibérica. Si bien la industria lítica presentaba ligeras variaciones en función de la región geográfica, se llevaron a cabo otras importantes innovaciones, como la elaboración de figuras antropomorfas femeninas, las famosas Venus paleolíticas, o la aparición de los primeros enterramientos con ajuares. El Gravetiense fue la primera cultura paneuropea del Homo sapiens desarrollada, de modo aproximado, hasta hace unos 24.000 años, hasta la época de frío extremo del Último Máximo Glacial.

En este periodo, enmarcado entre el Auriñaciense (hace 41.500 y 30.000 años) y el Solutrense (24.000-19.000), se registró también una producción sistemática de adornos personales, recuperados por los arqueólogos tanto en contextos funerarios como en yacimientos relacionados con la vida diaria de estas comunidades de cazadores-recolectores. Estos individuos hicieron collares con cuentas de materiales muy diferentes: marfil, conchas, huesos y dientes de animales (osos, caballos o conejos), piedras, ámbar, azabache...

Un estudio publicado el año pasado desveló que los individuos del Gravetiense del centro y sur de Europa eran genéticamente diferentes a los del oeste: es decir, había dos grupos principales que usaban la misma tecnología, compartían cultura arqueológica y producían arte similar que, sin embargo, tenían una ancestralidad diferente. Pero una nueva investigación científica, centrada en el análisis de los adornos personales elaborados en este periodo, ha desvelado ahora un paisaje todavía más complejo, con nueve grupos culturales distintos —de tres de ellos apenas se tienen datos de ADN antiguo—.

Material utilizado para los adornos personales gravetienses. a, Tipos de dientes utilizados como ornamentos identificados en lugares de ocupación y enterramientos atribuidos al gravetiense. 1, canino de oso; 2, incisivo de oso; 3, incisivo de bóvido; 4, canino de alce europeo (Colección PACEA); 5, Canino de felino; 6, canino de zorro; 7, incisivo de zorro; 8, diente de liebre (incisivo) (Colección PACEA); 9, incisivo de herbívoro; 10, incisivo de caballo; 11, diente humano (canino); 12, canino de hiena; 13, canino de lince; 14, canino vestigial de ciervo; 15, incisivo de ciervo; 16, diente de Sparus aurata; 17, canino de bisonte estepario (Colección PACEA); 18, incisivo de bisonte estepario (Colección PACEA); 19, canino de lobo; 20, incisivo de lobo. Barra de escala, 2 cm. b, Adornos moldeados y huesos modificados identificados en lugares de ocupación y enterramientos atribuidos al Gravetiense. Barra de escala, 1 cm.

El nuevo trabajo, publicado este lunes en la revista Nature Human Behaviour y liderado por Jack Baker, investigador de la Universidad de Burdeos (Francia), partía con la premisa de establecer si los adornos personales sirven para identificar la extensión geográfica y la evolución de grupos culturales pretéritos. Dicho de otro modo, para comprobar si las diferencias en la cultura material prehistórica se explica exclusivamente por una cuestión de distancia entre los yacimientos y sus habitantes o por la combinación de más factores.

En total, se han analizado 134 tipos de adornos identificados en 112 yacimientos, la mayoría sitios donde vivieron estos grupos de cazadores-recolectores, pero también más de una decena de lugares de entierro localizados en Europa occidental, central y oriental, Iberia y la zona mediterránea. Los investigadores han hallado diferencias sólidas en los ornamentos documentados en la zona de estudio y han diferenciado nueve grupos. Según sus conclusiones, serían la representación de nueve entidades distintas con fronteras culturalmente determinadas entre ellas.

"Nuestros resultados son consistentes con la idea de que al elegir sus adornos personales, los cazadores-recolectores del Gravetiense seguían, al menos hasta cierto punto, convenciones dictadas por su sentido de pertenencia a un grupo cultural y que existían fronteras culturales ligeramente permeables entre grupos", escriben los autores del artículo científico.

Mapa con los grupos culturales del Gravetiense. Los números indican la localización de restos humanos datados en este periodo. Baker, J. et al.

Mapa más preciso

Otro de los objetivos del estudio ha sido precisar los efectos que esas barreras espaciales y culturales habrían tenido en la diversidad de las cuentas de adorno. El modelo estadístico desarrollado ha confirmado que aunque la distancia física pudo haber tenido su peso, no fue el único factor. En este sentido, proponen que el estatus de cada individuo habría sido relevante: los adornos con los que se habría inhumado a un individuo normal serían más austeros que el ajuar de un miembro destacado de la comunidad.

Asimismo, los investigadores aseguran que sus resultados concuerdan con los hallazgos de los estudios paleogenéticos recientes, aunque les permiten reconstruir la geografía de las culturas del Gravetiense a una escala más precisa. Dos metodologías complementarias ante la escasez de restos humanos en algunas zonas de Europa para este periodo: por ejemplo, el cráneo de una mujer adulta de entre 40-45 años hallado en la cueva catalana de Mollet-III (Serinyà) constituye el único individuo de la península ibérica con información genética disponible para este intervalo de 10.000 años.

Los investigadores encontraron lo que describen como diferencias consistentes entre grupos que viven en diferentes áreas. Descubrieron, por ejemplo, que las personas que vivían en lo que hoy es Europa del Este tendían a preferir objetos blancos, como marfil y dientes, mientras que las personas que vivían al otro lado de los Alpes tendían a gravitar hacia objetos de colores más vibrantes, como piedras y conchas. Las diferencias, afirma el equipo, eran sorprendentes y lo suficientemente fuertes como para permitir la identificación de nueve grupos culturales distintos.

"Los adornos personales asociados a los enterramientos descubren dos comunidades en la península itálica donde sus datos genéticos y culturales se visualizan en una sola entidad. Por otro lado, los adornos encontrados en hábitats muestran dos culturas en la península ibérica, un área para la cual solo se dispone de un individuo con datos genómicos, e identifican una región que cubre las actuales Francia y Bélgica como una única entidad cultural en la que se localizan restos humanos atribuidos genéticamente a diferentes ancestralidades", detallan los científicos. "Nuestro conjunto de datos también distingue una entidad cultural en la zona más oriental de Europa, una vasta región para la cual los datos de ADN antiguo aún no están disponibles".

Fuentes: elespanol.comphys.org | 29 de enero de 2024

El MARQ desvela en FITUR su próximo hito expositivo a partir de marzo: 'Dinastías'

Presentación de la nueva exposición del MARQ en FITUR.

Un recorrido de décadas de investigación en Europa sobre la Edad de Bronce, Dinastías, los primeros reinos de la Europa Prehistórica, tomará el relevo de la exposición de los Guerreros de Xi'an en el MARQ de Alicante. Un "broche de oro", ha explicado el presidente de la Diputación de Alicante, Toni Pérez, al año del récord histórico en la joya de la cultura alicantina.

70 investigadores, 8 países, 18 instituciones y museos. Muchas de las piezas son inéditas, ya que se trata de una muestra que acoge los hallazgos más novedosos de la última década. No en vano, José Antonio López Padilla, comisario de la exposición, ha explicado que última gran muestra sobre este periodo tuvo lugar hace 20 años en Dinamarca.

Pero si algo destaca de entre todo este conocimiento son las relaciones que se forjaron en el pasado entre la península ibérica, la Europa central y el valle del Cáucaso. Algo que nos permite sumergirnos en la historia de nuestro pasado común. Por eso, el director del MARQ, Manuel Olcina, ha destacado cómo la Cultura del Algar, muy presente en la provincia, dio lugar al paso durante el segundo milenio antes de Cristo, a relaciones fundamentales en la historia como el comercio.

Por su parte, el diputado de Cultura, Juan de Dios Navarro, ha valorado la nueva muestra como un "ingente esfuerzo" de décadas de investigación y de trabajo, durante los últimos nueve meses, para poder traer a Alicante obras fundamentales de nuestro pasado prehistórico.

La muestra

Dinastías, los primeros reinos de la Europa Prehistórica, reúne un conjunto de objetos nunca antes reunidos en España, con el que se pretende no sólo ofrecer al visitante la oportunidad de apreciar obras maestras de la artesanía de la Edad del Bronce de la Europa continental, sino de comprender, de una forma clara y accesible, cómo y por qué se crearon, quiénes fueron sus creadores y para qué y quiénes fueron creados.

Modelo de carro de cerámica. Necrópolis de Encs (Mérnökségi, Hungría) (1900 a.C.) Museo Hermann Ottó- Miskolc (Hungría) Formaba parte del ajuar funerario de un hombre de entre 25-30 años, y constituye la evidencia más antigua conocida hasta ahora de la existencia de carros de cuatro ruedas.

Entre las piezas excepcionales que podrán contemplarse en las tres salas del museo se cuentan varios conjuntos de extraordinario valor patrimonial, como la diadema de oro de Quinta da Água Branca (Portugal), la espada y el hacha de combate decoradas de Téglas (Hungría), el ajuar del túmulo de Leubingen (Alemania) o las alabardas del depósito de Meltz (Alemania).

Joyas de oro. Túmulo de Leubingen (Sömmerda, Turingia, Alemania) (1950 a.C.) Museo Estatal de Prehistoria- Halle (Alemania) Encontradas en 1877, estos objetos dan cuenta de la importancia del personaje enterrado en esta sepultura, que puede considerarse una de las tumbas principescas más impresionantes del Bronce Antiguo de Europa...

También, el sombrero de oro de Schifferstadt (Alemania) o la espada con empuñadura de oro de Guadalajara y la diadema de oro de Caravaca de la Cruz (España).

Sombrero de oro de Schifferstadt. Museo de Historia del Palatinado- Speyer (Alemania) Se conservan otros tres objetos de oro parecidos procedentes de Alemania y Francia, que al igual que éste se han interpretado como sombreros ceremoniales empleados por sacerdotes en un culto solar.

Diadema de oro. Plaza de Armas (Caravaca de la Cruz, Murcia, España) (1700-1500 a.C.) Museo Arqueológico Nacional- Madrid (España). Se trata del único ejemplar de oro conocido para este tipo de diademas, características de la cultura de El Argar.

Hacha de combate de bronce. Téglas (Hungría) (1700 a.C.) Museo Déri- Debrecen (Hungría) Probablemente desarrolladas en la parte oriental de la cuenca de los Cárpatos, este tipo de espadas con empuñadura representaban una innovación técnica fundamental...

Junto a estos objetos, la muestra también va a permitir traer a nuestro país, por primera vez, una amplia selección de piezas procedentes de las excavaciones del siglo XIX realizadas en España por los hermanos Siret en tierras de Almería y Murcia, y que han permanecido depositadas en el Museo de Arte e Historia de Bruselas durante los últimos 120 años.

Espada con mango de oro. Guadalajara (España). (1600-1300 a.C.) Museo Arqueológico Nacional- Madrid (España) Pieza única en la Edad del Bronce peninsular, esta espada representa el mejor ejemplo del desarrollo de este modelo como arma de prestigio y elemento representativo de rango social.

Además, las espadas con pomo de oro del conjunto del Disco de Nebra, primera representación conocida de la bóveda celeste en Europa, y que fue incluido en el Registro de la Memoria del Mundo de la UNESCO en 2013.

Por su parte, el MARQ aportará a la exposición 26 piezas destacadas de su colección, tanto de la exposición permanente como de sus almacenes, algunas de las cuales serán expuestas al público por primera vez.

Fuente: elespanol.com | 25 de enero de 2024

Una necrópolis de 2.000 años arroja luz sobre el origen de la sífilis: existía en América antes de Colón

Cristóbal Colón en la llegada a América (Dióscoro Puebla, 1862).

A finales del siglo XV se desató en Europa una devastadora y misteriosa epidemia con una alta tasa de mortalidad. Se trataba de la sífilis, una enfermedad de transmisión sexual causada por la bacteria Treponema pallidum que diezmó la población del viejo continente, provocando la aparición de sarpullidos por todo el cuerpo de los infectados, ceguera, trastornos mentales y su muerte en pocos meses. De la misma forma que los europeos, encabezados por Cristóbal Colón, llevaron la viruela, el sarampión o la varicela a América, también se trajeron consigo esta infección. O al menos eso se creyó durante mucho tiempo.

Sin embargo, un estudio científico publicado en 2020 descubrió que los patógenos causantes de esta enfermedad y otras similares como el pian —se trasmite por contacto con la piel, aunque no a través de la penetración sexual— ya estaban en el Viejo Mundo a principios del siglo XV, bastantes décadas antes de los viajes colombinos. La culpabilidad del almirante genovés y sus acompañantes ya había sido puesta en duda con anterioridad. Algunos investigadores incluso sugirieron que las primeras formas de treponemas pudieron haber sido introducidas en América en la época de las primeras migraciones humanas, hace entre 23.000 y 15.000 años.

Una nueva investigación publicada en la revista Nature añade otro capítulo a la compleja historia de los orígenes de la sífilis. Un equipo liderado por Verena Schünemann, de la Universidad de Basilea (Suiza), ha logrado secuenciar el genoma más antiguo hasta ahora conocido de una bacteria Treponema palladium. La información genética se ha logrado recuperar de los restos humanos de una serie de individuos sepultados hace 2.000 años en una necrópolis prehistórica de enterramientos individuales y múltiples localizada en el estado costero de Santa Catarina, en el sur de Brasil.

Esqueletos del yacimiento brasileño de Jabuticabeira II. Dos huesos están resaltados en amarillo para ilustrar la presencia de ADN patógeno. | Dr Jose Filippini.

Los análisis en el laboratorio han revelado que el patógeno que infectó a cuatro sujetos prehispánicos de la culturas ambaqui está estrechamente relacionado con la subespecie moderna que causa el pian, que en la actualidad solo se suele desarrollar en las regiones áridas de África y Asia. Un hallazgo, defienden los investigadores, que confirma que las civilizaciones de América experimentaron este tipo de enfermedades infecciosas como la sífilis mil años antes de la llegada de Cristóbal Colón y las tripulaciones de sus primeros viajes.

"Nuestra investigación genómica, junto con la datación por radiocarbono de restos humanos y la estratigrafía, sitúa la treponematosis recién descubierta en América del Sur mucho antes del contacto europeo en el siglo XV, incluso antes de las expediciones vikingas a la costa de América del Norte, lo que atestigua firmemente la presencia de enfermedades como el 'pian' en el Nuevo Mundo con anterioridad al contacto", escriben los autores del artículo. "Nuestro estudio ha podido demostrar que la sífilis endémica ya estaba presente en las zonas húmedas de Brasil hace unos 2.000 años", añade Verena Schünemann (izquierda).

Aparición de la bacteria

Los especialistas e historiadores de la medicina todavía mantienen profundos debates sobre si los marineros y soldados de Cristóbal Colón trajeron la sífilis de transmisión sexual del Nuevo Mundo a Europa a su regreso en 1492. La enfermedad se propagó rápidamente a partir de finales de esa centuria, especialmente en ciudades portuarias.

"El hecho de que los hallazgos representen un tipo endémico de enfermedades treponémicas, y no una sífilis de transmisión sexual, deja aún sin resolver el origen de la sífilis de transmisión sexual", explica Kerttu Majander (derecha), investigadora posdoctoral en la Universidad de Basilea y una de las autoras principales del estudio. Sin embargo, los autores consideran que hay muchos indicios de que las treponematosis ya estaban muy extendidas en el norte de Europa, en zonas de las modernas Finlandia y Polonia el Sur, la teoría de que Colón llevó la sífilis a Europa parece más improbable", comenta Schünemann.

Muchas especies de bacterias intercambian rasgos que son beneficiosos para la evolución a través de lo que se conoce como transferencia horiz ontal o recombinación de genes. Una comparación entre el ADN prehistórico de los huesos de Brasil y los patógenos actuales muestra que tales eventos tuvieron lugar. "No podemos precisar exactamente cuándo tuvo lugar este intercambio, pero probablemente sea uno de los mecanismos impulsores de la divergencia entre las subespecies que causan diferentes infecciones treponémicas", dice Marta Pla-Díaz (izquierda), de la Universidad de Basilea y otra autora principal del estudio.

La comparación del ADN también ha permitido deducir la fecha de aparición de la familia Treponema pallidum. Sus investigaciones muestran que estos patógenos surgieron en algún momento entre 12.000 y el 550 a.C. Por lo tanto, la historia de estas bacterias se remonta mucho más atrás de lo que se pensaba anteriormente.

"Aunque el origen de la sífilis aún deja lugar a la imaginación, al menos ahora sabemos sin lugar a dudas que las treponematosis no eran ajenas a los habitantes americanos que vivieron y murieron siglos antes de que los europeos exploraran el continente", concluye Schünemann.

Fuentes: elespanol.com | theobjective.com 1 24 de enero de 2024

La llegada del 'Homo sapiens' al norte de Europa sucedió hace más de 47.000 años, según nuevos hallazgos

Izquierda: La cueva Ilsenhöhle bajo el castillo de Ranis. Derecha: Herramientas de piedra del tecnocomplejo LRJ de Ranis. 1) punta de cuchilla bifacial parcial característica de LRJ; 2) en Ranis, el LRJ también contiene puntas foliares bifaciales finamente elaboradas. © Tim Schüler TLDA / Josephine Schubert, Museo Burg Ranis

Un equipo de investigación internacional ha informado sobre el descubrimiento de fósiles de Homo sapiens en la cueva Ilsenhöhle en Ranis, Alemania. Estos fósiles, que datan directamente de hace aproximadamente 45.000 años, están asociados con puntas de piedra alargadas parcialmente formadas en ambos lados (conocidas como puntas de cuchilla bifaciales parciales), que son características del Lincombiano-Ranisiano-Jerzmanowiciano (LRJ). Este tecnocomplejo arqueológico se sitúa temporalmente entre el Paleolítico Medio asociado a los neandertales y el Paleolítico Superior realizado por el Homo sapiens. Además, en Ranis, el LRJ también contiene puntas de hojas bifaciales, que están completamente trabajadas en ambos lados, y algunos investigadores las han interpretado como evidencia de un vínculo con los neandertales locales.

Los nuevos descubrimientos han documentado los fósiles de Homo sapiens más antiguos en Europa central y noroeste y nos revelan, por primera vez, a los creadores del utillaje LRJ. Las puntas de cuchillas bifaciales parciales encontradas en Ranis, uno de los principales yacimientos tipográficos del LRJ, también se han descubierto en otras localidades de Europa, desde Moravia y el este de Polonia hasta las Islas Británicas, y ahora se pueden vincular a una llegada temprana de pequeños grupos de Homo sapiens en el noroeste de Europa varios miles de años antes de que los neandertales desaparecieran en el suroeste de Europa.

Los tres estudios publicados describen los fósiles de Homo sapiens de Ilsenhöhle en Ranis y su contexto asociado (Mylopotamitaki et al.), la dieta y el modo de vida de estos primeros pioneros (Smith et al.) y las condiciones ambientales que enfrentaron en Europa central y noroccidental (Pederzani et al.).

“El sitio de la cueva Ranis proporciona evidencias de la primera dispersión del Homo sapiens en las latitudes más altas de Europa. Resulta que los artefactos de piedra, que se pensaba habían sido producidos por los neandertales, eran en realidad parte del primer conjunto de herramientas del Homo sapiens. Esto cambia de modo fundamental nuestro conocimiento previo sobre este período: el Homo sapiens llegó al noroeste de Europa mucho antes de la desaparición del neandertal en el suroeste de Europa”, dice Jean-Jacques Hublin (izquierda), profesor del Collège de France, París y director emérito del Instituto Max Planck de Estudios Evolutivos. Antropología en Leipzig, Alemania.

Secuencia de ocho metros reexcavada por primera vez desde la década de 1930

El equipo de investigación internacional dirigido por Jean-Jacques Hublin (Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva y Colegio de Francia, París), Shannon McPherron (Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva), Tim Student (Oficina Estatal de Turingia para la Preservación de Monumentos y Arqueología) y Marcel Weiss (Friedrich-Alexander-Universität Erlangen-Nuremberg e Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva) volvieron a excavar en Ranis entre 2016 y 2022.

Excavar las capas del tecnocomplejo LRJ a 8 metros de profundidad en Ranis fue un desafío logístico y requirió andamios elaborados para sostener la trinchera. © Marcel Weiss.

Los objetivos eran localizar los depósitos restantes de la excavación de la década de 1930, aclarar la estratigrafía y la cronología del sitio e identificar a los creadores del utillaje LRJ. En la parte inferior de la secuencia de ocho metros de profundidad, los investigadores descubrieron capas que contenían dicho utillaje LRJ.

“El desafío era excavar la secuencia completa de ocho metros de arriba a abajo, con la esperanza de que quedaran algunos depósitos de la excavación de los años 1930. Tuvimos la suerte de encontrar una roca de 1,7 metros de espesor que las excavadoras anteriores no pudieron atravesar. Después de retirar esa roca a mano, finalmente descubrimos las capas de LRJ e incluso encontramos fósiles humanos. Esto fue una gran sorpresa, ya que hasta entonces no se conocía ningún fósil humano asociado con el LRJ, y fue una feliz recompensa por el duro trabajo realizado en el lugar”, afirma Marcel Weiss (derecha), de la Universidad Friedrich-Alexander-Universität Erlangen-Nürnberg y del Instituto Max Planck de Ciencias Antropología evolutiva.

Miles de fragmentos de huesos

En el lugar se recuperaron miles de trozos de huesos muy fragmentados. "El análisis zooarqueológico muestra que la cueva de Ranis fue utilizada de forma intermitente por hienas, osos de las cavernas en hibernación y pequeños grupos de humanos" , explicó el zooarqueólogo Geoff Smith, de la Universidad de Kent y el Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva.

"Si bien estos humanos sólo usaron la cueva por períodos cortos de tiempo, consumieron dentro de la misma carne de una variedad de animales, incluidos renos, rinocerontes lanudos y caballos", dijo Smith.

"Aunque los huesos acabaron rompiéndose en pedazos más pequeños, estaban excepcionalmente bien conservados y nos permitieron aplicar los últimos métodos de vanguardia de la ciencia arqueológica, la proteómica y la genética", explicó Smith (izquierda).

El análisis de más de 1.000 huesos de animales en Ranis mostró que los primeros Homo sapiens procesaban cadáveres de ciervos, pero también de carnívoros, incluido el lobo. © Geoff M. Smith.

Los primeros huesos humanos de Ranis fueron identificados mediante paleoproteómica

Los investigadores utilizaron las proteínas extraídas de los fragmentos óseos morfológicamente no identificables para identificar al animal y los restos humanos encontrados en las capas asociadas al utillaje LRJ.

“La paleoproteómica es una herramienta relativamente nueva que sirve para realizar identificaciones taxonómicas de restos esqueléticos previamente no identificables recuperados de sitios arqueológicos. En Ranis, esto nos permitió identificar los primeros restos humanos asociados con las capas LRJ, que luego se analizaron más a fondo con los últimos métodos en ADN antiguo, datación por radiocarbono y análisis de isótopos estables”. dice Dorothea Mylopotamitaki (derecha), ex becaria doctoral de PUSHH-Marie Sklodowska-Curie Actions en el Collège de France y el Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva.

Además de estas nuevas excavaciones, el equipo también llevó a cabo nuevos análisis de los fragmentos de huesos de la antigua colección de Ranis (excavaciones de 1932 a 1938), que están conservados y almacenados en la Oficina Estatal de Gestión del Patrimonio y Arqueología de Sajonia-Anhalt en Alemania.

Esto incluyó un estudio en el que los huesos fueron examinados uno por uno para identificar potencialmente si eran humanos. "Este minucioso trabajo se vio recompensado con el descubrimiento de varios nuevos huesos como humanos", dijo Hélène Rougier (izquierda), paleoantropóloga de la Universidad Estatal de California en Northridge. "Encontrar restos humanos mezclados con huesos de animales que habían estado almacenados durante casi un siglo fue una sorpresa inesperada y fantástica", añadió. Hélène Rougier e investigadores de la Oficina Estatal de Gestión del Patrimonio y Arqueología de Sajonia-Anhalt continúan trabajando en estas colecciones y ponen de relieve el enorme valor de las colecciones de los museos.

Fragmento de hueso humano procedente de las nuevas excavaciones en Ranis. © Tim Schüler TLDA

La secuenciación de ADN mostró que los huesos eran Homo sapiens

Una vez identificados los 13 restos de esqueletos humanos de las excavaciones antiguas y nuevas, se extrajo y analizó el ADN de estos fósiles. "Confirmamos que los fragmentos esqueléticos pertenecían al Homo sapiens. Curiosamente, varios fragmentos compartían las mismas secuencias de ADN mitocondrial, incluso fragmentos provenientes de diferentes excavaciones. Esto indica que los fragmentos pertenecían al mismo individuo o eran parientes maternos, lo que vincula estos nuevos hallazgos con la de hace décadas", dice Elena Zavala (derecha), becaria de investigación posdoctoral Miller en la Universidad de California, Berkeley, y el Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva.

Otro objetivo importante era obtener ADN de los sedimentos del sitio, especialmente de las capas donde se encontró utillaje LRJ. Por lo tanto, además de buscar fragmentos de huesos humanos, el equipo también extrajo ADN de mamíferos antiguos de muestras de sedimentos para completar el análisis zooarqueológico. Además, se están realizando análisis de ADN nuclear en colaboración con la investigadora Arev Sümer (izquierda) en el Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva.

El gran número de especímenes muestreado y analizado para el análisis paleoproteómico en el laboratorio MPI-EVA de Leipzig fue un verdadero esfuerzo de colaboración. Fotografía de Karen Ruebens.

El Homo sapiens llegó al noroeste de Europa hace 47.500 años

Al mismo tiempo se utilizó la datación por radiocarbono para comprender cuándo los humanos ocuparon la cueva. Los restos óseos de Homo sapiens de las excavaciones de la década de 1930 y de 2016 a 2022 se fecharon directamente utilizando cantidades muy pequeñas de hueso a fin de preservar el material para análisis posteriores. Las fechas muestran que estos individuos fueron algunos de los primeros Homo sapiens que habitaron Europa.

El equipo también llevó a cabo la datación por radiocarbono de huesos de animales de diferentes capas de la cueva para reconstruir la cronología del sitio. Se centraron en huesos con rastros de modificaciones humanas en sus superficies, vinculando las fechas con la presencia humana en la cueva. “Encontramos muy buena concordancia entre las fechas de radiocarbono de los huesos de Homo sapiens de ambas colecciones de excavación y con huesos de animales modificados de las capas LRJ de la nueva excavación, creando un vínculo muy fuerte entre los restos humanos y el utillaje LRJ. La evidencia sugiere que el Homo sapiens ocupaba esporádicamente el sitio desde hace 47.500 años”, dice Helen Fewlass (derecha), becaria posdoctoral EMBO en el Instituto Francis Crick de Londres y ex miembro del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva.

El Homo sapiens tenía la capacidad de adaptarse a las duras condiciones climáticas

Los análisis de isótopos estables en dientes y huesos de animales permiten conocer las condiciones climáticas y los entornos que encontraron los grupos pioneros de Homo sapiens alrededor de Ranis. El equipo combinó información de una amplia gama de diferentes proporciones de isótopos estables y pudo demostrar que durante la época del tecnocomplejo LRJ prevalecía un clima continental muy frío y paisajes esteparios abiertos, similares a los que se encuentran hoy en Siberia o el norte de Escandinavia, y que las condiciones climáticas se enfriaron aún más durante las ocupaciones que se hicieron en Ranis.

"Esto demuestra que incluso estos primeros grupos de Homo sapiens que se dispersaron por Eurasia ya tenían cierta capacidad para adaptarse a condiciones climáticas muy duras", dice Sarah Pederzani (izquierda), de la Universidad de La Laguna y el Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva, quien dirigió el estudio del paleoclima. del sitio. “Hasta hace poco se pensaba que la resiliencia a las condiciones climáticas frías no aparecería hasta varios miles de años después, por lo que este es un resultado fascinante y sorprendente. Quizás las estepas frías, con grandes manadas de animales de presa, eran ambientes más atractivos para estos grupos humanos de lo que se pensaba anteriormente”.

Este estudio integral, que comprende excavaciones arqueológicas, identificación taxonómica morfológica y proteómica, análisis de ADN mitocondrial, datación por radiocarbono de material arqueológico recientemente excavado y de restos humanos, zooarqueología y análisis de isótopos, marca un hito importante en la comprensión de las incursiones iniciales del Homo sapiens en Europa al norte de los Alpes durante la transición del Paleolítico Medio al Superior. Además, el equipo descubrió que el Homo sapiens se aventuró en Europa en condiciones climáticas muy severas y frías.

Moviéndose en pequeños grupos, compartían su entorno y sitios con grandes carnívoros, como las hienas, y fabricaban herramientas de piedra con forma de hoja muy elaboradas. “Los resultados de la cueva de Ilsenhöhle en Ranis cambian fundamentalmente nuestras ideas sobre la cronología y la historia de los asentamientos en Europa al norte de los Alpes. Es especialmente emocionante que ahora tengamos el 'Homo sapiens' más antiguo aquí en Turingia, Alemania”, dice Tim Schüler (derecha), del Thüringisches Landesamt für Denkmalpflege und Archäologie.

Fuentes: Instituto Max Planck | theconversation.com | 31 de enero de 2024