Vista panorámica de la cantera de Korolevo (Ucrania) y uno de los artefactos hallados en el yacimiento. Roman Garba.
Herramientas de piedra encontradas en Ucrania que datan de hace 1,4 millones de años pueden ser la evidencia sólida más antigua de la existencia de humanos en Europa, revela un nuevo estudio. Los creadores de estas herramientas probablemente no fueron Homo sapiens, sino un pariente cercano ahora extinto.
Los científicos analizaron hallazgos del sitio arqueológico de Korolevo, en el oeste de Ucrania, donde los investigadores han desenterrado herramientas de piedra del Paleolítico Inferior (que abarca desde hace 2,6 millones hasta 125.000 años) desde el descubrimiento del sitio en 1974.
Los artefactos en Korolevo fueron hechos por homínidos, el grupo que incluye a los humanos modernos y demás especies extintas estrechamente relacionadas con los humanos, pero se desconoce qué especie los creó. Otros homínidos llegaron a Europa mucho antes que el Homo sapiens. Los humanos modernos abandonaron el continente africano hace unos 270.000 años, mientras que las especies humanas ahora extintas ya habían migrado de África a Eurasia hace al menos 1,8 millones de años (restos fósiles hallados en Dmanisi, Georgia).
Otro de los artefactos hallados en el yacimiento arqueológico de Korolevo, en el oeste de Ucrania.
Roman Garba.
Los artefactos más antiguos hallados en Korolevo son herramientas de piedra abandonadas en el lecho de un río y habían sido hechas en estilo Olduvayense, la forma más primitiva de fabricación de herramientas humanas, señalaron los investigadores. Se han encontrado herramientas similares en los sitios de ocupación humana más antiguos de África, Europa y Asia. Los artefactos de Korolevo habían sido enterrados por sedimentos del río y más tarde por polvo arrastrado por el viento, para, finalmente, ser descubiertos por trabajadores de una cantera de piedra.
Investigaciones anteriores no lograron fechar con precisión los artefactos más antiguos de Korolevo. En el nuevo estudio, los científicos han empleado una técnica llamada datación de núclidos cosmogénicos, que se basa en rayos cósmicos, esto es, partículas de alta energía que bombardean constantemente la Tierra desde el espacio exterior. Los rayos cósmicos pueden desencadenar reacciones nucleares dentro de las rocas de la superficie terrestre, creando isótopos radiactivos (diferentes versiones de elementos) que normalmente son extremadamente raros en la Tierra. Como estos llamados núclidos cosmogénicos se forman cuando estas rocas quedan expuestas en la superficie, pero no cuando están enterradas bajo tierra, los investigadores pueden analizar los niveles de diferentes núclidos cosmogénicos para estimar cuándo fueron enterrados.
El arqueólogo Roman Garba en el yacimiento de Korolevo (Ucrania), en verano de 2023. Roman Garba.
Los científicos descubrieron que las primeras herramientas de piedra elaboradas en Korolevo pueden tener alrededor de 1,4 millones de años (con un margen de error de 100.000 años arriba o abajo), lo que significa que el sitio contiene la evidencia más antigua conocida de homínidos en Europa. Los resultados del trabajo, liderado por Roman Garba, de la Academia Checa de Ciencias, se han publicado en la revista Nature y arrojan luz sobre la posible ruta de esta primera migración y el misterio de qué ocurrió en el amplísimo territorio comprendido entre ambos extremos del continente europeo.
"Los yacimientos de homínidos primitivos fechados con seguridad son escasos en Europa", dijo a Live Science Toshiyuki Fujioka, investigador principal de datación de núclidos cosmogénicos en el Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana de España, el cual no participó en este estudio. "La datación llevada a cabo proporciona un yacimiento fechado de modo muy fiable, lo que es necesario para agregar combustible a nuestra discusión sobre los momentos en que se produjo la migración humana prehistórica".
Si bien las herramientas son demasiado antiguas para ser obra de humanos modernos o de nuestros parientes extintos más cercanos, los neandertales y los denisovanos, podrían ser obra del Homo erectus, una especie humana extinta que apareció por primera vez en África hace unos 2 millones de años y luego se extendió por Asia y Europa, dijeron los investigadores.
"Korolevo es el puesto avanzado más septentrional encontrado hasta ahora de lo que suponemos que es 'Homo erectus', y es testimonio de la personalidad intréìda de este ancestro", dice el coautor del estudio John Jansen (derecha), investigador principal del Instituto de Geofísica de la Academia Checa de Ciencias, en Praga. "Es posible que sitios incluso más al norte estén profundamente enterrados o hayan sido destruidos por los glaciares".
Colonización de este a oeste
Investigaciones anteriores encontraron que los homínidos ocuparon las montañas del Cáucaso, en Asia, hace unos 1,8 millones de años y lo que hoy son Francia y España hace unos 1,2 millones de años. Korolevo se encuentra a medio camino entre Asia y Europa, y la evidencia surgida ahora sugiere que los homínidos pudieron haber colonizado Europa de este a oeste.
Mapa con las posibles rutas de las primeras migraciones humanas en Europa. Roman Garba
"La edad de las herramientas de piedra de Korolevo confirma una antigua hipótesis sobre la dirección desde la que Europa fue colonizada por primera vez", afirmó Jansen. "Una ruta potencial para los homínidos hacia el oeste desde Ucrania habría sido a través de la cuenca de Panonia, en el sureste de Europa central", dijeron los investigadores.
Sin embargo, este argumento de una ruta de este a oeste se basa en sólo tres yacimientos situados en España, Francia y Ucrania. "La clara historia de la migración de este a oeste desde Asia occidental hacia Europa podría cambiar de la noche a la mañana si se encontrara en Europa occidental un yacimiento con una datación de hace 1,6 millones de años, por ejemplo, pero así es la naturaleza de la paleoantropología", dice Richard Roberts (izquierda), director del Centro de Excelencia para la Biodiversidad y el Patrimonio del Consejo de Investigación de Australia, quien tampoco participó en el estudio de investigación.
"Aún así, creo que este nuevo trabajo de investigación llena muy bien un enorme vacío en nuestro conocimiento actual sobre las primeras migraciones humanas llegadas a Europa", añade Roberts. "Se necesitan yacimientos muy bien fechados para aumentar nuestra confianza sobre cuándo Europa fue colonizada por primera vez y qué rutas se utilizaron".
Excavaciones en el yacimiento de Korolevo. Campaña 1984-1985. Instituto de Arqueología de la Academia Ucraniana de Ciencias
Migración cálida
Durante los períodos cálidos de la historia de la Tierra, conocidos como interglaciares, los glaciares se retiraron dejando nuevos paisajes que los primeros humanos podían explorar, tal como Europa, explica Jansen. Los artefactos más antiguos de Korolevo fueron enterrados durante tres interglaciales que estuvieron entre los más cálidos de los últimos millones de años, lo que podría ayudar a explicar por qué los homínidos que los fabricaron pudieron dispersarse tan al norte.
Aunque hace 1,4 millones de años marcó un período cálido en esta región, su ubicación al norte todavía habría experimentado una gran variabilidad a través de las estaciones, señala Michael Petraglia (derecha), director del Centro Australiano de Investigación para la Evolución Humana de la Universidad Griffith, quien tampoco participó en este estudio. "Esto significa que "la evidencia de Korolevo sugiere que los primeros homínidos eran conductualmente más flexibles en sus adaptaciones de lo que se reconocía anteriormente", dijo.
Fósil de Atapuerca con similar antigüedad
Toda la expectación pasa ahora al yacimiento de Atapuerca, donde en verano de 2022 se encontró un fragmento de cara de hasta 1,4 millones de años, lo que le situaría como el fósil humano más antiguo de Europa, aunque aún no se ha datado con precisión. Este resto óseo ha sido bautizado con el nombre de Pink, un posible homenaje en inglés a una de sus descubridoras, Rosa (Pink) Huguet (izquierda).
María Martinón-Torres (derecha) directora del Centro Nacional de Evolución Humana, destaca que "el estudio de Korolevo es robusto e importante, porque se suma a la lista de los pocos yacimientos que en Europa pueden documentar la presencia de humanos con más de un millón de años con solidez”. Y añade: “Atapuerca sigue siendo el único que además de industria lítica proporciona también restos humanos que pueden ayudarnos a determinar quién fue el protagonista de estas primeras incursiones. Los autores sugieren que por la cronología podría pertenecer a 'Homo erectus', pero habrá que esperar al estudio de Pink para poder resolver el misterio”.
Huguet, corresponsable de las excavaciones en la Sima del Elefante, explica: “Esperamos que el trabajo de Pink y todo su contexto se publique como más tarde después del verano”. El hallazgo de Korolevo, añade, “es una magnífica noticia”, y destaca que es el yacimiento más septentrional en el que se han encontrado rastros humanos. Atapuerca y Dmanisi están mucho más al sur y cuadran mejor como refugios climáticos en tiempos de glaciación.
Esto apoya la teoría de que los humanos no llegaron a Europa de una sola vez, sino en pulsos sucesivos, aprovechando los periodos entre glaciaciones, de unos 40.000 años. Al volver el frío se extinguían o huían de nuevo hacia el sur.
Se piensa que nuestra propia especie, el Homo sapiens, surgió en África hace unos 300.000 años, probablemente a partir de Homo erectus. Nuestra especie salió varias veces de África, probablemente aprovechando los periodos cálidos. Todos los habitantes actuales del planeta descendemos de uno de esos pulsos migratorios salidos del continente africano hace unos 70.000 años.
"Los restos de 'Homo erectus' se hacen tan abundantes y distintos que posiblemente 'haya que hilar más fino' y nombrar nuevas especies para diferenciar unas poblaciones de otras", apunta Juan Luis Arsuaga (izquierda), codirector de Atapuerca. Lo que no le cabe duda es el camino a través de Europa marcado por el hallazgo ucraniano: “Seguro que la ruta que siguieron fue por ahí”, concluye Arsuaga.
Fuentes: livescience.com | elpais.com | elespanol.com | 6 de marzo de 2024