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La competencia entre distintos homínidos fue más influyente en el resultado final de la especiación que la evolución del clima

El Cráneo 5, apodado Miguelón en homenaje al ciclista navarro Miguel Indurain, fue recuperado en 1992 en el yacimiento de la Sima de los Huesos de la sierra de Atapuerca. Su antigüedad está establecida en torno a los 400.000 años y se atribuye a preneandertal varón de unos treinta y tantos años

Durante mucho tiempo se ha considerado al clima responsable de la aparición y extinción de especies de homínidos. Sin embargo, en la mayoría de los vertebrados se sabe que la competencia entre especies desempeña un papel importante.

Ahora, una investigación muestra, por primera vez, que la competencia fue fundamental para la "especiación" (el ritmo al que emergen nuevas especies) a lo largo de cinco millones de años de evolución de los homínidos.

El estudio, publicado hoy en Nature Ecology & Evolution, también sugiere que el patrón de formación de especies de nuestro propio linaje estaba más cerca de los escarabajos isleños que de otros mamíferos.

"Hemos estado ignorando la forma en que la competencia entre especies ha dado forma a nuestro propio árbol evolutivo", dijo la autora principal, la Dra. Laura van Holstein, antropóloga biológica del Clare College de la Universidad de Cambridge. "El efecto del clima en las especies de homínidos es sólo una parte de la historia".

En otros vertebrados, las especies se forman para llenar “nichos” ecológicos, dice van Holstein. Tomemos como ejemplo los pinzones de Darwin: algunos desarrollaron picos grandes para cascar nueces, mientras que otros desarrollaron picos pequeños para alimentarse de ciertos insectos. Cuando se llena cada nicho de recursos, comienza la competencia, por lo que no surgen nuevos pinzones y las extinciones toman el control.

Van Holstein utilizó modelos bayesianos y análisis filogenéticos para demostrar que, al igual que otros vertebrados, la mayoría de las especies de homínidos se formaron cuando la competencia por los recursos o el espacio era baja.

“El patrón que vemos en muchos de los primeros homínidos es similar al de todos los demás mamíferos. Las tasas de especiación aumentan y luego se estancan, momento en el que las tasas de extinción comienzan a aumentar. Esto sugiere que la competencia entre especies fue un factor evolutivo importante”.

Sin embargo, cuando van Holstein analizó nuestro propio grupo, Homo, los hallazgos fueron "extraños".

Para el linaje Homo que condujo a los humanos modernos, los patrones evolutivos sugieren que la competencia entre especies en realidad resultó en la aparición de aún más especies nuevas, una inversión completa de la tendencia observada en casi todos los demás vertebrados.

“Cuantas más especies de Homo había, mayor era la tasa de especiación. Entonces, cuando esos nichos se llenaron, algo impulsó a que surgieran aún más especies. Esto es casi incomparable en la ciencia evolutiva”.

a, Esperanza de vida de las especies que comprende el tiempo entre las fechas de especiación y extinción según tres conjuntos de datos. Naranja: El primer conjunto de datos comprende las fechas publicadas de primera y última aparición (DCP y LAD en inglés), que se utilizan convencionalmente como sustitutos de los tiempos de origen y extinción de las especies sin tener en cuenta la variabilidad en las tasas de preservación de fósiles. Azul claro: fechas de especiación y extinción estimadas en un marco bayesiano que incorpora la variabilidad temporal en las tasas de preservación de fósiles. Azul oscuro: fechas de especiación y extinción estimadas en un marco bayesiano que incorpora la variabilidad dentro del linaje en las tasas de preservación de fósiles. Tenga en cuenta que estos taxones son los que tienen en común las fechas de publicación y nuestra nueva base de datos; Los análisis reales incorporaron Homo ergaster en el conjunto de datos sin preservación previa y Homo rudolfensis en los conjuntos de datos previos a preservación. 'Homo erectus' sl se refiere a 'Homo erectus' sensu lato. b, Filogenia utilizada en este estudio de Parins-Fukuchi et al. 87 con especies coloreadas por agrupación taxonómica (amarillo: Homo; verde: no Homo).

La comparación más cercana que pudo encontrar fue en las especies de escarabajos que viven en islas, donde los ecosistemas contenidos pueden producir tendencias evolutivas inusuales.

"Los patrones de evolución que vemos en las especies de 'Homo' que condujeron directamente a los humanos modernos se acercan más a los de los escarabajos que habitan en islas que a los de otros primates, o incluso a los de cualquier otro mamífero".

En las últimas décadas se han descubierto varias especies nuevas de homínidos, desde Australopithecus sediba hasta Homo floresiensis. Van Holstein creó una nueva base de datos de 'ocurrencias' en el registro fósil de homínidos: cada vez que se encontró y fechó un ejemplo de una especie la anotaba, esto es, alrededor de 385 en total.

Los fósiles pueden ser una medida poco fiable de la vida de las especies. "Los primeros fósiles que encontremos pueden no ser los primeros miembros de una especie", dijo van Holstein.

“El grado de fosilización de un organismo depende de la geología y de las condiciones climáticas: si hace calor, es seco o está húmedo. Con los esfuerzos de investigación concentrados en ciertas partes del mundo, es posible que, como resultado, nos hayamos perdido fósiles más jóvenes o más antiguos de una especie”.

Cráneos de un 'Homo floresiensis' (izquierda) y un Homo sapiens.

Van Holstein utilizó modelos de datos para abordar este problema y tuvo en cuenta los números probables de cada especie al principio y al final de su existencia, así como los factores ambientales de fosilización, para generar nuevas fechas de inicio y finalización para la mayoría de las especies de homínidos conocidas (17 en total).

Descubrió que algunas especies que se pensaba habían evolucionado a través de una "anagénesis" (cuando una especie (un ancestro) lentamente se convierte en otra, pero el linaje no se divide) en realidad pueden haber "brotado": cuando una nueva especie se ramifica a partir de una existente, es decir por "cladogénesis".

Por ejemplo, se creía que la especie de homínido Australopithecus afarensis se había especiado mediante anagénesis a partir del Australopithecus anamensis. Sin embargo, el nuevo modelo de datos sugiere que se superpusieron alrededor de medio millón de años.

Esto significó que varias especies de homínidos más de las que se suponía anteriormente coexistían y, por lo tanto, posiblemente competían entre sí.

Comparación de mandíbulas del 'Paranthropus boisei' (izquierda) y 'Homo sapiens' encontradas en África. | PNAS

Si bien las primeras especies de homínidos, como Paranthropus, probablemente evolucionaron fisiológicamente para expandir su nicho (adaptando los dientes para explotar nuevos tipos de alimentos, por ejemplo), el impulsor del patrón evolutivo, muy diferente en nuestro propio género Homo, bien pudo haber sido la tecnología.

“La adopción de herramientas de piedra o del fuego, o técnicas de caza intensivas, son comportamientos extremadamente flexibles. Una especie que logre aprovecharlos puede crear rápidamente nuevos nichos y no tiene que sobrevivir largos períodos de tiempo mientras desarrolla nuevos planes corporales”, dijo van Holstein.

Sostiene que la capacidad de utilizar la tecnología para generalizar e ir rápidamente más allá de nichos ecológicos que obligan a otras especies a competir por el hábitat y los recursos, puede estar detrás del aumento exponencial del número de especies de Homo detectadas en el último estudio.

Pero también condujo al Homo sapiens los homínidos generalistas por excelencia. La competencia con un generalista extremadamente flexible en casi todos los nichos ecológicos pudo ser lo que contribuyó a la extinción de todas las demás especies de Homo.

Van Holstein añadió: “Estos resultados muestran que, aunque convencionalmente se ha ignorado, la competencia jugó un papel importante en la evolución humana en general. Quizás lo más interesante es que en nuestro propio género desempeñó un papel diferente al de cualquier otro linaje de vertebrados conocido hasta ahora”.

Fuente: University of Cambridge | 17 de abril de 2024

Sorpresa en el yacimiento paleolítico de Pirro Nord (Italia) considerado el más antiguo de Europa. Es mucho más reciente de lo pensado

Zona de excavación arqueo-paleontológica en Pirro Nord, Italia. Mathieu Duval.

El estudio del primer poblamiento de Europa es uno de los grandes interrogantes de la evolución humana. Las ocupaciones supuestamente con más antigüedad de un millón de años se han identificado en algunos yacimientos de la península ibérica (la Sima del Elefante de Atapuerca, Barranco de León y Fuente Nueva), de Francia (Pont de Lavaud, Le Vallonet) y de Italia, como Pirro Nord. En concreto, este último sitio, localizado en la provincia italiana de Foggia, estaba considerado como la evidencia de actividad humana más antigua del sur y occidente del Viejo Continente. Allí no se han recuperado restos de homínidos, pero sí más de un centenar de piezas líticas y huesos de animales que revelan su presencia.

Hasta ahora las investigaciones habían sugerido una probable antigüedad bioestratigráfica de entre 1,3 y 1,7 millones de años. Sin embargo, un nuevo estudio de un equipo de investigación internacional liderado por el Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana (CENIEH) acaba de reportar unos hallazgos sorprendentes: Pirro Nord no es el yacimiento paleolítico más antiguo de Europa. Mediante la aplicación de varios métodos de datación, ha sido fechado hace unos 800.000 años, siendo un asentamiento mucho más reciente de lo que se pensaba hasta ahora.

Imagen del yacimiento de Pirro Nord. Crédito: CENIEH

A pesar de su importancia arqueológica, Pirro Nord nunca se había datado, aunque a partir de los fósiles de grandes mamíferos y de la microfauna (en particular los roedores), se había estimado que este yacimiento era más antiguo que los yacimientos españoles de la Sima del Elefante (Atapuerca, Burgos) y de Fuente Nueva-3 y Barranco León (Orce, Granada). Recientemente, el estudio de unas herramientas de piedra halladas en Ucrania las ha datado en hace 1,4 millones de años, lo que sería "con absoluta certeza" la presencia más antigua de los humanos en Europa.

Según una nota de prensa del CENIEH, las herramientas líticas y marcas de actividad antrópica sobre huesos fósiles encontrados en esta fisura kárstica del sur de la península italiana se consideraban las evidencias de presencia humana más antiguas de Europa occidental, pero los nuevos datos cronológicos, publicados en la revista Quaternary Geochronology, apuntan a una antigüedad de medio millón de años menos de lo que se había estimado.

"La primera vez que compilamos las fechas obtenidas nos quedamos muy sorprendidos, porque eran bastante más recientes de lo esperado", explica Mathieu Duval (izquierda), autor principal del artículo e investigador del CENIEH. "Por ello que tuvimos que asegurarnos de la calidad y solidez de los datos obtenidos, y al final nos costó más de 10 años finalizar este trabajo". Los científicos han combinado los métodos de datación de Resonancia Paramagnética Electrónica (ESR), Luminiscencia Estimulada Ópticamente (OSL) aplicadas a granos de cuarzos, Series Uranio-Torio y ESR sobre dientes fósiles y paleomagnetismo aplicado a los sedimentos.

Los métodos de datación empleados coinciden en atribuir la misma antigüedad a Pirro Nord, abriendo la puerta a dos conclusiones posibles. Por un lado, la edad de los fósiles y artefactos es efectivamente de 800.000 años, debilitando el marco biocronológico existente para los yacimientos arqueopaleontológicos en Italia. En este sentido, el estudio también cuestiona la calidad de los datos cronológicos disponibles para otros yacimientos italianos como Colle Curti o Castagnone.

Marcas de corte antrópicas paralelas en huesos encontrados en Pirro Nord. Marta Arzarello.

Por otro lado, cabe la posibilidad de que las dataciones obtenidas directamente sobre los fósiles puedan haber sido afectadas por procesos geológicos. En otras palabras, los fósiles podrían haber sido arrastrado hacia depósitos más jóvenes, algo relativamente frecuente en sistemas kársticos (cuevas). Si esto se confirmara, se limitaría en gran medida la relevancia de Pirro Nord en comparación con otros yacimientos del Paleolítico inferior europeo.

"De cualquier manera, como mínimo, estos nuevos resultados complican nuestra comprensión de las primeras dispersiones humanas en el continente europeo, ya que se consideraba hasta ahora a Pirro Nord como la única evidencia disponible en Europa occidental de más de 1,1-1,2 millones de años, es decir, supuestamente más antigua que los yacimientos españoles de Sima del Elefante, Fuente Nueva 3 y Barranco León o el de Le Vallonnet en Francia", señala Mathieu Duval.

Fuentes: elespanol.com | cenieh.es | 17 de abril de 2024

La catastrófica razón que forzó a los humanos a escapar de África hace 0,9 millones de años

En agosto de 2023, un equipo de investigadores chinos publicó un controvertido artículo en Science en el que analizaron los genes de 3.154 humanos actuales de diferentes regiones del planeta. Con sus resultados crearon un nuevo y complejo modelo genético (FitCoal) que permitió proyectar hacia el pasado la variabilidad genética y crear estimaciones del tamaño de las poblaciones de individuos. Los escalofriantes resultados indicaron que entre hace 930.000 años y 813.000, a finales del Pleistoceno inferior, la mayor parte de los humanos pereció en un brutal cambio climático en el que tan solo sobrevivió el 2,3 % de nuestros antepasados.

Estos casi 1.300 individuos que mantuvieron viva a la Humanidad estuvieron asediados por intensos periodos glaciares y una aridez y sequía extremas que acabaron con especies vegetales y animales. Sin embargo, el cuándo ocurrió este apocalíptico evento sigue siendo motivo de debate. Pocas semanas después, otro estudio publicado en Science sugirió que el "cuello de botella" poblacional pudo ser causado por una glaciación ocurrida hace 1,1 millón de años. En ese momento se cree que el hábitat de los homínidos disminuyó de forma drástica coincidiendo con la desaparición de vida humana en Europa, incluyendo los primeros moradores de Atapuerca.

Basándose en un riguroso estudio estratigráfico de los yacimientos de humanos más antiguos que se conocen en Europa y Asia, el último estudio publicado por la revista PNAS, de la Academia Nacional de Ciencias (EEUU), afirma que el evento glacial ocurrió hace 0,9 millones de años y forzó la migración hacia Europa de las poblaciones africanas.

Foto: Los investigadores detectaron una reducción en el tamaño de la población de nuestros antepasados ​​de aproximadamente 100.000 a aproximadamente 1.300 individuos, que persistió durante unos 100.000 años. Crédito de la imagen: Instituto de Nutrición y Salud de Shanghai, Academia de Ciencias de China

El equipo comenzó estudiando los cambios en los isótopos de oxígeno que se encuentran en las capas de sedimentos rocosos), lo que les permitió ver que el primer Pleistoceno importante comenzó hace aproximadamente 900.000 años. Dirigieron su atención a los resultados de estudios anteriores que mostraban un cuello de botella en la población aproximadamente 200.000 años antes. En ese trabajo, el equipo descubrió que los resultados no eran confiables; señalan que es posible que el número de población fuera mayor, pero había áreas donde no se estaban contando.

Luego señalaron que la evidencia de investigaciones anteriores mostraba que la ocupación de homínidos en toda Eurasia comenzó hace aproximadamente 90.000 años, lo que coincide con el inicio de la primera Edad de Hielo del Pleistoceno. Cuando comenzó la Edad de Hielo, los niveles del océano habrían bajado, lo que habría permitido a los homínidos una ruta más fácil desde África. Además, las condiciones en África se habrían vuelto más difíciles para los homínidos que vivían allí, lo que hacía que la migración fuera una propuesta tentadora. Y los investigadores señalan que muchos animales también comenzaron a migrar fuera de África aproximadamente al mismo tiempo.

"Sugerimos que la aridez que causó la expansión de la sabana y las zonas áridas por gran parte de África continental obligó al género Homo a adaptarse en África o migrar para evitar la extinción", sostiene el equipo de investigadores, liderados por Giovanni Muttoni (izquierda), del Departamento de Ciencias de la Tierra de la Universidad de Milán, y Denis V. Kent (derecha), investigador del Observatorio Terrestre Lamont-Dorherty de la Universidad de Columbia.

Ventana de oportunidad

De forma irónica, esta salvación solo pudo ser posible gracias al cambio climático que amenazó con acabar con la humanidad. En este periodo glacial, la temperatura del mar descendió varios grados, el polvo comenzó a poblar el Sáhara y el nivel del mar disminuyó hasta casi 110 metros en algunos puntos. Este retroceso del agua abrió grandes puentes de tierra en el mar Negro y el Mediterráneo que no solo fueron aprovechados por nuestros antepasados.

Aquel frío devastador que cubrió de hielo gran parte del planeta y desertificó una inmensa porción de África también empujó a gran parte de la red de fauna y flora africana, incluyendo elefantes y grandes mamíferos. Estos puentes hacia la vida arrinconan, una vez más, la desfasada y tradicional explicación de que esta migración pudo realizarse a través del estrecho de Gibraltar, cuya profundidad es de cerca de 300 metros.

Estudio climático realizado en Cracovia-Zwierzniec, Polonia. El investigador está al mismo nivel que una capa de ocupación temprana del Homo sapiens. Giovanni Muttoni.

"Al parecer, los homínidos se extendieron rápidamente hacia el norte de África (donde se encontró el cuello de botella genético en las poblaciones modernas de África central) y por toda Eurasia hacia el este, llegando hasta Java (Sangiran) y al sur y norte de China. (...). Al mismo tiempo, los homínidos se expandieron hacia el oeste de Europa atravesando la extensión entre los ríos Danubio y Po, llegando tan al oeste como la península ibérica y tan al norte como las Islas británicas", explican los científicos.

No hay que olvidar que en este momento, los 1.300 individuos desconocidos de los que descienden denisovanos y nenandertales y, por ende, el Homo sapiens moderno, vivió junto a varias especies del género Homo que ya estaban distribuidas por África y Eurasia, como el Homo antecessor, Homo erectus, Homo ergaster u Homo floresiensis.

Para llegar a estas conclusiones sobre la glaciación que separó el Pleistoceno inferior y medio, los investigadores estudiaron los yacimientos arqueológicos con presencia humana anterior a los 1,1 millones de años y los que rondaban cerca del hito de los 0,9 millones de años buscando el origen de este cuello de botella. El filtro aplicado fue severo y para empezar todos los yacimientos debían contar con un contexto estratigráfico claro. Además, su antigüedad debía haberse confirmado con métodos radiométricos, magnéticos, estudios de mineralogía o de nucleidos cosmogenéticos, como el carbono 14.

Mapa que muestra la ruta de migración de 0,9 millones y señala los yacimientos analizados. PNAS.

Entre estos yacimientos de todo el mundo se analizaron cuatro españoles: la Sima del Elefante y la Gran Dolina, ambos en Atapuerca, junto a los granadinos Cúllar y Solana Zamborino. Los investigadores afirman en su estudio que muchos sitios arqueológicos cuya cronología va más allá del millón de años -como en Dmanisi (Georgia) o Shangchen (China)- no se pueden asociar con facilidad a eventos climáticos determinados.

"Por otro lado, existe una fuerte concentración de yacimientos de homínidos euroasiáticos a los 0,9 millones de años, lo que coincide con otros yacimientos en África y una inferencia genómica en el cuello de botella humano", concluyen en su estudio.

Fuentes: elespanol.com | phys.org | 11 de marzo de 2024

Hallan herramientas de piedra con 1,4 millones de años, las más antiguas de Europa en Korolevo (Ucrania)

Vista panorámica de la cantera de Korolevo (Ucrania) y uno de los artefactos hallados en el yacimiento. Roman Garba.

Herramientas de piedra encontradas en Ucrania que datan de hace 1,4 millones de años pueden ser la evidencia sólida más antigua de la existencia de humanos en Europa, revela un nuevo estudio. Los creadores de estas herramientas probablemente no fueron Homo sapiens, sino un pariente cercano ahora extinto.

Los científicos analizaron hallazgos del sitio arqueológico de Korolevo, en el oeste de Ucrania, donde los investigadores han desenterrado herramientas de piedra del Paleolítico Inferior (que abarca desde hace 2,6 millones hasta 125.000 años) desde el descubrimiento del sitio en 1974.

Los artefactos en Korolevo fueron hechos por homínidos, el grupo que incluye a los humanos modernos y demás especies extintas estrechamente relacionadas con los humanos, pero se desconoce qué especie los creó. Otros homínidos llegaron a Europa mucho antes que el Homo sapiens. Los humanos modernos abandonaron el continente africano hace unos 270.000 años, mientras que las especies humanas ahora extintas ya habían migrado de África a Eurasia hace al menos 1,8 millones de años (restos fósiles hallados en Dmanisi, Georgia).

Otro de los artefactos hallados en el yacimiento arqueológico de Korolevo, en el oeste de Ucrania.
Roman Garba.

Los artefactos más antiguos hallados en Korolevo son herramientas de piedra abandonadas en el lecho de un río y habían sido hechas en estilo Olduvayense, la forma más primitiva de fabricación de herramientas humanas, señalaron los investigadores. Se han encontrado herramientas similares en los sitios de ocupación humana más antiguos de África, Europa y Asia. Los artefactos de Korolevo habían sido enterrados por sedimentos del río y más tarde por polvo arrastrado por el viento, para, finalmente, ser descubiertos por trabajadores de una cantera de piedra.

Investigaciones anteriores no lograron fechar con precisión los artefactos más antiguos de Korolevo. En el nuevo estudio, los científicos han empleado una técnica llamada datación de núclidos cosmogénicos, que se basa en rayos cósmicos, esto es, partículas de alta energía que bombardean constantemente la Tierra desde el espacio exterior. Los rayos cósmicos pueden desencadenar reacciones nucleares dentro de las rocas de la superficie terrestre, creando isótopos radiactivos (diferentes versiones de elementos) que normalmente son extremadamente raros en la Tierra. Como estos llamados núclidos cosmogénicos se forman cuando estas rocas quedan expuestas en la superficie, pero no cuando están enterradas bajo tierra, los investigadores pueden analizar los niveles de diferentes núclidos cosmogénicos para estimar cuándo fueron enterrados.

El arqueólogo Roman Garba en el yacimiento de Korolevo (Ucrania), en verano de 2023. Roman Garba.

Los científicos descubrieron que las primeras herramientas de piedra elaboradas en Korolevo pueden tener alrededor de 1,4 millones de años (con un margen de error de 100.000 años arriba o abajo), lo que significa que el sitio contiene la evidencia más antigua conocida de homínidos en Europa. Los resultados del trabajo, liderado por Roman Garba, de la Academia Checa de Ciencias, se han publicado en la revista Nature y arrojan luz sobre la posible ruta de esta primera migración y el misterio de qué ocurrió en el amplísimo territorio comprendido entre ambos extremos del continente europeo.

"Los yacimientos de homínidos primitivos fechados con seguridad son escasos en Europa", dijo a Live Science Toshiyuki Fujioka, investigador principal de datación de núclidos cosmogénicos en el Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana de España, el cual no participó en este estudio. "La datación llevada a cabo proporciona un yacimiento fechado de modo muy fiable, lo que es necesario para agregar combustible a nuestra discusión sobre los momentos en que se produjo la migración humana prehistórica".

Si bien las herramientas son demasiado antiguas para ser obra de humanos modernos o de nuestros parientes extintos más cercanos, los neandertales y los denisovanos, podrían ser obra del Homo erectus, una especie humana extinta que apareció por primera vez en África hace unos 2 millones de años y luego se extendió por Asia y Europa, dijeron los investigadores.

"Korolevo es el puesto avanzado más septentrional encontrado hasta ahora de lo que suponemos que es 'Homo erectus', y es testimonio de la personalidad intréìda de este ancestro", dice el coautor del estudio John Jansen (derecha), investigador principal del Instituto de Geofísica de la Academia Checa de Ciencias, en Praga. "Es posible que sitios incluso más al norte estén profundamente enterrados o hayan sido destruidos por los glaciares".

Colonización de este a oeste

Investigaciones anteriores encontraron que los homínidos ocuparon las montañas del Cáucaso, en Asia, hace unos 1,8 millones de años y lo que hoy son Francia y España hace unos 1,2 millones de años. Korolevo se encuentra a medio camino entre Asia y Europa, y la evidencia surgida ahora sugiere que los homínidos pudieron haber colonizado Europa de este a oeste.

Mapa con las posibles rutas de las primeras migraciones humanas en Europa. Roman Garba

"La edad de las herramientas de piedra de Korolevo confirma una antigua hipótesis sobre la dirección desde la que Europa fue colonizada por primera vez", afirmó Jansen. "Una ruta potencial para los homínidos hacia el oeste desde Ucrania habría sido a través de la cuenca de Panonia, en el sureste de Europa central", dijeron los investigadores.

Sin embargo, este argumento de una ruta de este a oeste se basa en sólo tres yacimientos situados en España, Francia y Ucrania. "La clara historia de la migración de este a oeste desde Asia occidental hacia Europa podría cambiar de la noche a la mañana si se encontrara en Europa occidental un yacimiento con una datación de hace 1,6 millones de años, por ejemplo, pero así es la naturaleza de la paleoantropología", dice Richard Roberts (izquierda), director del Centro de Excelencia para la Biodiversidad y el Patrimonio del Consejo de Investigación de Australia, quien tampoco participó en el estudio de investigación.

"Aún así, creo que este nuevo trabajo de investigación llena muy bien un enorme vacío en nuestro conocimiento actual sobre las primeras migraciones humanas llegadas a Europa", añade Roberts. "Se necesitan yacimientos muy bien fechados para aumentar nuestra confianza sobre cuándo Europa fue colonizada por primera vez y qué rutas se utilizaron".

Excavaciones en el yacimiento de Korolevo. Campaña 1984-1985. Instituto de Arqueología de la Academia Ucraniana de Ciencias

Migración cálida

Durante los períodos cálidos de la historia de la Tierra, conocidos como interglaciares, los glaciares se retiraron dejando nuevos paisajes que los primeros humanos podían explorar, tal como Europa, explica Jansen. Los artefactos más antiguos de Korolevo fueron enterrados durante tres interglaciales que estuvieron entre los más cálidos de los últimos millones de años, lo que podría ayudar a explicar por qué los homínidos que los fabricaron pudieron dispersarse tan al norte.

Aunque hace 1,4 millones de años marcó un período cálido en esta región, su ubicación al norte todavía habría experimentado una gran variabilidad a través de las estaciones, señala Michael Petraglia (derecha), director del Centro Australiano de Investigación para la Evolución Humana de la Universidad Griffith, quien tampoco participó en este estudio. "Esto significa que "la evidencia de Korolevo sugiere que los primeros homínidos eran conductualmente más flexibles en sus adaptaciones de lo que se reconocía anteriormente", dijo.

Fósil de Atapuerca con similar antigüedad

Toda la expectación pasa ahora al yacimiento de Atapuerca, donde en verano de 2022 se encontró un fragmento de cara de hasta 1,4 millones de años, lo que le situaría como el fósil humano más antiguo de Europa, aunque aún no se ha datado con precisión. Este resto óseo ha sido bautizado con el nombre de Pink, un posible homenaje en inglés a una de sus descubridoras, Rosa (Pink) Huguet (izquierda).

María Martinón-Torres (derecha) directora del Centro Nacional de Evolución Humana, destaca que "el estudio de Korolevo es robusto e importante, porque se suma a la lista de los pocos yacimientos que en Europa pueden documentar la presencia de humanos con más de un millón de años con solidez”. Y añade: “Atapuerca sigue siendo el único que además de industria lítica proporciona también restos humanos que pueden ayudarnos a determinar quién fue el protagonista de estas primeras incursiones. Los autores sugieren que por la cronología podría pertenecer a 'Homo erectus', pero habrá que esperar al estudio de Pink para poder resolver el misterio”.

Huguet, corresponsable de las excavaciones en la Sima del Elefante, explica: “Esperamos que el trabajo de Pink y todo su contexto se publique como más tarde después del verano”. El hallazgo de Korolevo, añade, “es una magnífica noticia”, y destaca que es el yacimiento más septentrional en el que se han encontrado rastros humanos. Atapuerca y Dmanisi están mucho más al sur y cuadran mejor como refugios climáticos en tiempos de glaciación.

Esto apoya la teoría de que los humanos no llegaron a Europa de una sola vez, sino en pulsos sucesivos, aprovechando los periodos entre glaciaciones, de unos 40.000 años. Al volver el frío se extinguían o huían de nuevo hacia el sur.

Se piensa que nuestra propia especie, el Homo sapiens, surgió en África hace unos 300.000 años, probablemente a partir de Homo erectus. Nuestra especie salió varias veces de África, probablemente aprovechando los periodos cálidos. Todos los habitantes actuales del planeta descendemos de uno de esos pulsos migratorios salidos del continente africano hace unos 70.000 años.

"Los restos de 'Homo erectus' se hacen tan abundantes y distintos que posiblemente 'haya que hilar más fino' y nombrar nuevas especies para diferenciar unas poblaciones de otras", apunta Juan Luis Arsuaga (izquierda), codirector de Atapuerca. Lo que no le cabe duda es el camino a través de Europa marcado por el hallazgo ucraniano: “Seguro que la ruta que siguieron fue por ahí”, concluye Arsuaga.

Fuentes: livescience.com | elpais.com | elespanol.com | 6 de marzo de 2024

¿Cómo vería la IA la evolución humana en Atapuerca?

Población preneandertal de hace 400.000 años frente a un viejo roble. BING IA.

Los ilustradores científicos asumen cada punto analizado por los científicos de diferentes disciplinas especializados en paleontología. Así han puesto rostro y cuerpo a las especies extintas de la evolución humana. ¿Qué haría la Inteligencia Artificial? Lo hemos intentado.

El resultado ha sido muy dispar. Desde hombres simiescos, gigantes a hombres muy sapiens. Y pocas mujeres. Son invisibles en la prehistoria y también para la inteligencia artificial. Y cuando se pide una mujer neandertal de hace 150.000 años, en un entorno frío, aparece una especie de modelo vestida con pieles en lo que podría ser un cartel publicitario. La prehistoria no es cosa de mujeres para la IA.

Otra curiosidad. Poner Homo y que aparezcan los personajes del Planeta de los Simios es todo uno. Pedir un homínido u Homo neanderthalensis, por ejemplo, nos aparecen monos erguidos. Un aspecto para las especies más antiguas, con características más primitivas, pero no en preneandertales y neandertales. Y en otros nos ofrece figuras muy humanizadas. Tan sapiens y tan guapos que podrían ser portada de revista. Aunque el gazapo mayor son los aviones sobrevolando un grupo de homínidos que lo observan desde la cueva.

La mujer neandertal es como una mujer sapiens tribal para la Inteligencia Artificial.

Homo sp, 1,3 millones de años y un cuchillo muy actual

Homo sp es, hasta la aparición de Pink, que no se incluye al no estar definido en una publicación científica, el más antiguo de la familia de Atapuerca. Vivió hace 1,4 y 1,2 millones de años en la sierra de Atapuerca. Apareció en la Sima del Elefante. De él se han localizado unos pocos restos. La mandíbula, una falange y un trozo de húmero. También una pequeña herramienta con filo cortante.

En el programa Bing de Inteligencia Artificial aparece un hombre muy sapiens con un cuchillo de piedra, pero tal cual un cuchillo. Y aparece fuego. Algo que no hemos pedido y del que no hay registro en el entorno de la mandíbula que sí tenía los dientes muy desgastados. Si nos dibuja un ambiente húmedo, cerca de un río y en una zona boscosa.

Sólo se han encontrado individuos aislados, pero es de suponer que viajaban en grupo. La inteligencia artificial recrea uno de esos paseos por los alrededores de una Atapuerca húmeda y boscosa por donde hasta hipopótamos caminaban.

Así recrea el ambiente de hace 1,4 millones de años en Atapuerca y al Homo sp de 1,4 millones de años. BING IA

Homo antecessor, el origen de las especies modernas

Homo antecessor apareció en Atapuerca en el año 94. El próximo año, que está a punto de comenzar, se cumplen 30 años de su descubrimiento. Eran hombres y mujeres altos y fuertes. Se estima que podían llegar a medir 1,70 metros y pesar 90 kilos. Tenían un cerebro de 1.000 centímetros cúbicos y extremidades largas. Eran atletas o caminaban mucho porque en los huesos del tobillo se han encontrado lesiones típicas de corredores de hoy en día. Pero el Homo antecessor corriendo que nos da la inteligencia artificial no tiene nada que ver con el elaborado por el equipo de investigación de Atapuerca.

Esta especie, de la que se empezarán a tener más restos en las próximas campañas, ya que una parte del yacimiento de Gran Dolina está en el nivel TD.6 donde han aparecido los 150 restos de 11 individuos en dos sondeos. Las esperanzas de conocer algo más sobre esta especie se multiplican. Por ahora sabemos que eran caníbales, algo que la inteligencia artificial no dibuja. Estos homínidos vivían en cavidades, tenían herramientas de piedra primitivas y vivían en entornos de clima mediterráneo.

Traslado de un integrante de la tribu en la época de los preneandertales de la Sima de los Huesos según la IA. BING IA.

Prenenandertales de la Sima y el 'garrote' excalibur

Es la familia de Miguelón. Los restos de unos 29 individuos se depositaron en el fondo de la sierra de Atapuerca, en lo que hoy se conoce como Sima de los Huesos. Vivieron en Atapuerca hace 430.000 años en un clima mediterráneo, con llanuras abiertas y un bosque de fondo. De estatura media, anchos, robustos y diestros, eran capaces de cuidar a miembros del grupo más desvalidos.

Le pedimos a la inteligencia artificial una foto del grupo de individuos en un árbol, tal y como los dibujó Mauricio Antón. Cualquier parecido entre ambas es difícil de ver. A la rigurosidad del dibujo científico, se corresponde con hombres prehistóricos haciéndose un selfi en el árbol y detrás una cueva.

Si pides que confeccionen una herramienta bifaz de color rojizo, se va desde las esculturas griegas a una especie de bastón de piedra que empuñan en la mano. Si pides que salgan cazando un bisonte, de uno de los grupos que pasaron por la Gran Dolina en esta época y que eran todos expertos, no le amenazan, sino que empuñan solo una lanza en su contra. Parecen hasta amigos.

Un Homo preneandertal de hace 430.000 años camina por un entorno de clima mediterráneo con llanuras abiertas y bosque de fondo en Atapuerca, y otro grupo de mujeres y hombres de estatura media anchos y robustos y diestros observan una herramienta de piedra de color rojizo.

Recreación por Inteligencia Artificial de Homo antecessor. BING IA

Neandertal, más simio que humano

Los neandertales están muy presentes en Atapuerca. De hace 150.000 años los hay en el yacimiento de Cueva Fantasma; más modernos, de hace 80.000, los hay en Estatuas exterior, y de todo el tramo de presencia neandertal en el interior. Esta especie se ha mostrado en unos pocos restos en Galería de las Estatuas interior y en Cueva Fantasma. Pero son piezas pequeñas que no hablan de las características de esta especie.

Por el resto de las investigaciones de otros yacimientos sabemos que los neandertales tienen la cavidad nasal hacia adelante, una musculatura compacta y masiva, podían tener ojos azules y trabajaban la madera. Medían hasta 1,65 metros y eran de complexión fuerte. Vivían en entornos fríos, en cuevas donde hacían fuego y conservaban sus hogares.

Pero a la inteligencia artificial es hablarle de Homo u homínido y el aspecto de fieros simios vuelve a aparecer. Pero si se elimina ese concepto pueden aparecer fornidos y bellos jóvenes, lo que tampoco es el caso. Y sobre las mujeres estas no aparecen.

Colocar la palabra homo u homínido hace que revivan los protagonistas animados de El Planeta de los Simios. BING IA.

Curioso que cuando se hace observaciones como la presencia de fondo de lobos o hienas, acechando, en la imagen aparecen como animales domésticos. Para la inteligencia artificial se acecha, pero no se mata ni se comen animales y, mucho menos, se practica el canibalismo algo que la ciencia ha remarcado en varias especies de Atapuerca.

Si se afina la descripción, puede aparecer un grupo de hombres prehistóricos de hace 150.000 años dando caza a un mamut. Nada más lejos del preciosismo y la exactitud de los trazos de un ilustrador científico.

Fuente: elcorreodeburgos.com | 26 de diciembre de 2023

¿Se han desvelado los últimos misterios del Hombre de Neandertal en España?

La última campaña de excavaciones se ha desarrollado durante quince días el pasado verano. Han participado ocho personas. Carlos Mazo.

Físicamente, el Hombre de Neandertal era parecido a nosotros, aunque se distinguía por tener unos arcos superciliares muy protuberantes, lo que le daba un aspecto fiero. Y era muy fuerte. "Un Hombre de Neandertal promedio –asegura el prehistoriador Carlos Mazo–, haría parecer un alfeñique a Arnold Schwarzenegger". Uno de los grandes misterios entre quienes estudian la evolución humana es por qué, después de haber poblado Europa durante más de 300.000 años, el Hombre de Neandertal se extinguió hace 40.000-42.000.

En un momento en el que se estudian los restos encontrados desde Atapuerca a Gibraltar, y en el que los análisis genéticos aportan nueva luz sobre el tema, una cueva de la comarca de Campo de Cariñena podría aportar la pieza que falta en el rompecabezas. Allí, un equipo de la Universidad de Zaragoza dirigido por el profesor Carlos Mazo, trabaja sin prisa y sin pausa desde hace más de una década.

"A unos pocos kilómetros al sur de Aguilón se encuentra el Cerro del Pezón, donde hay varias cuevas –relata–. En tres de ellas se han encontrado vestigios de interés. En una han aparecido restos humanos y cerámicos que corresponden al Bronce Antiguo; en otra se han hallado principalmente restos paleontológicos, de fauna muy variada; y, entre ambas, se encuentra una tercera, que es en la que trabajamos desde hace 13 años".

El nombre con el que se ha bautizado la cueva, de unos 100 metros cuadrados de superficie, es poco evocador: P5. Los trabajos arqueológicos, iniciados en el año 2010, han afectado hasta el momento a la parte superior de un depósito estratigráfico potente, en el que se han identificado varios momentos de ocupación del Hombre de Neandertal.

Carlos Mazo, profesor de la Universidad de Zaragoza y especialista en el hombre de Neandertal. Heraldo.es

En 2016, el equipo de la Universidad de Zaragoza llegó a un nivel que la técnica del radiocarbono fechó en hace 42.000 años, cuando Europa sufrió importantes cambios climáticos en los que algunos científicos han encontrado el motivo por el que el neandertal se extinguió. "Hasta ahora la excavación arqueológica ha afectado a unos 20 metros cuadrados del total –señala Carlos Mazo–. En algunos puntos hemos descendido a más de cuatro metros de profundidad respecto a la cota cero. Estamos interesados en determinar las causas por la que los neandertales desaparecieron hace unos 40.000 años, algo que explique el vacío poblacional que se da en ese momento histórico. Pensamos que un factor muy importante para explicarlo es el clima, pero aún nos faltan secuencias climáticas de cierta precisión. En los últimos años se ha aportado mucha información en este aspecto pero necesitamos saber más".

Además de Carlos Mazo, en el equipo de trabajo se integran especialistas como Marta Alcolea, Rafael Laborda, Luis M. García-Simón, Cristina López-Tascón, Marina Bretos, Alicia Sanz-Royo, Vanessa Villalba-Mouco, José L. Peña-Monné, María M. Sampietro-Vattuone o Mario Gisbert. Un equipo multidisciplinar porque se trata de tomar los restos que ofrecen las excavaciones e iniciar con ellos estudios sedimentológicos, geoarqueológicos, arqueopetrológicos, traceológicos, zooarqueológicos, arqueobotánicos, arqueométricos y bioantropológicos.

Pero, ¿qué es lo que aparece en la cueva? Sobre todo, instrumentos de sílex. Un sílex de muy buena calidad, cogido seguramente en la plana de Jaulín, en los alrededores de Botorrita. Los investigadores han establecido dos momentos de población de la P5. Uno, más antiguo, en el que la cueva se habitó, y otro en el que fue más refugio provisional de cazadores. "En el primero de esos niveles encontramos abundantes artefactos tallados y varias estructuras de combustión, una de ellas de dos metros de diámetro y 20 centímetros de potencia. Eso nos prueba que la cueva en ese momento funcionó como lugar de habitación relativamente prolongada. En el segundo nivel, por el contrario, la actividad en la cueva es más puntual. Hay evidencias de caza de animales como ciervo, corzo o cabra, pero no de hogares. Esto mismo ocurre en otros puntos al norte de la cordillera Ibérica, que se constituye así como un territorio clave para entender la dinámica de las poblaciones en el Paleolítico Medio al Superior".

Jornada de puertas abiertas durante los trabajos en el yacimiento arqueológico. Heraldo.es

El trabajo en la cueva ofrece datos nuevos cada año. Las condiciones no son fáciles: sus dimensiones impiden que muchas personas trabajen simultáneamente. La excavación, además, es delicada. "Raramente usamos picoleta –subraya–. Casi todo el trabajo se hace con espátulas. Desde el inicio de la excavación hasta 2021 contabilizamos casi 8.000 restos líticos recuperados, todos siglados e inventariados, y unos 6.000 de ellos coordenados en tres ejes, x, y y z".

El trabajo, además, no se circunscribe a la cueva P5. En 2020 el equipo descubrió un nuevo yacimiento en el covacho de Folluelas, donde también se ha trabajado desde entonces. "Este verano, por ejemplo, en la P5 hemos estado un equipo de 8 personas durante 15 días". El trabajo se ha extendido luego a Folluelas, donde hasta ahora se han podido documentar varios momentos de ocupación y, sobre todo, su uso funerario y sepulcral durante el final del Calcolítico o inicios de la Edad del Bronce. Varios individuos han sido datados en torno al 2.100 a. de C.

¿Qué acabó con el Hombre de Neandertal? "Ojalá tuviera respuesta a esa pregunta, que es muy discutida entre los científicos. –concluye Mazo–. Seguramente no hubo una causa sino un conjunto de ellas. Su densidad de población era muy baja, al igual que su tasa de reproducción, y con gran endogamia. El clima les afectó seguro, quizá eran especialmente vulnerables a alguna enfermedad... Todo parece indicar que los cambios les afectaron de manera más intensa. Se ha hablado de exclusión competitiva, de que los humanos modernos y los neandertales ‘competían’ por los mismos espacios y recursos. Pero pensamos que aquí, en el entorno de la Ibérica, no llegaron a verse cara a cara. La hibridación (el 2% de nuestros genes son neandertales), se produjo fuera de Europa".

Los directores de las excavaciones pertenecen al grupo de investigación Primeros Pobladores del Valle del Ebro y Patrimonio Arqueológico (P3A), dirigido en su día por Pilar Utrilla, y en la actualidad coordinado por José María Rodanés, y a los Institutos Universitarios de Ciencias Ambientales (IUCA) y de Patrimonio y Humanidades (IPH) de la Universidad de Zaragoza. Las excavaciones cuentan con financiación del Ministerio de Ciencia e Innovación y con la ayuda del ayuntamiento de la localidad zaragozana de Aguilón.

Fuente: heraldo.es | 26 de diciembre de 2023

El festín neandertal descubierto en una cueva de Burgos: las presas que comieron hace 46.000 años

Excavación del nivel 4 de la cueva de Prado (Burgos) en la campaña de 2023.

Hace 46.000 años un grupo de Homo neanderthalensis merodeaba por la actual Merindad de Sotoscueva, al norte de Burgos. Allí se asentaron durante generaciones en la cueva de Prado Vargas, alimentándose con la carne de la caza de cientos de herbívoros y apurando al máximo sus restos.

La cueva donde se encuentra el yacimiento es solamente una de las miles de cavernas que existen en el complejo kárstico de Ojo Guareña. Con sus más de 100 kilómetros de túneles, galerías y simas constituye uno de los conjuntos más grandes de Europa y continúa desvelando enormes misterios hasta el día de hoy, incluida la dieta neandertal.

Un reciente estudio liderado por Héctor de la Fuente Juez, investigador predoctoral de la Universidad de Burgos, y publicado en la revista Archaeological and Anthropological Sciences ha analizado los más de 6.000 restos y dientes de animales provenientes en su gran mayoría de las campañas de excavación en el nivel 4 del yacimiento.

Situación geográfica de Prado Vargas. a Localización de Prado Vargas en la península ibérica. b Ubicación del yacimiento en la provincia de Burgos. c Ubicación del sitio en el Monumento Natural Ojo Guareña.

Expertos cazadores

El intensivo estudio taxonómico de estos restos ha permitido demostrar que, en esos momentos, en el ecosistema de Ojo Guareña, vivían, junto a los neandertales, los antepasados prehistóricos de numerosos herbívoros como ciervos, gamos, caballos, rebecos, cabras montesas, conejos, bisontes y vacas.

Una vez identificadas las especies que formaban la colección de fósiles, para la investigación se realizó un estudio tafonómico y zooarqueológico de cada resto hallado. La disciplina se encarga de estudiar la historia de estos animales desde que murieron hasta que sus restos fueron recuperados en el yacimiento, mientras que la zooarqueología se especializa en estudiar los restos que quedan en sus huesos, tras haber sido procesados por los neandertales. Las huellas se corresponden, principalmente, con marcas de corte producidas por las herramientas de piedra, marcas de percusión para quebrar los huesos e incluso marcas dentales producto de mordiscos.

Elementos esqueléticos encontrados en el Nivel 4 de Prado Vargas: una mandíbula de Sus scrofa (jabalí) ; b mandíbula de Cervus elaphus (ciervo); asta de Cervus elaphus.

Los grupos humanos documentados en Prado Vargas cazaban principalmente ciervos, cabras montesas, rebecos y caballos y, en menor medida, bisontes y jabalís. En su gran mayoría preferían los ejemplares adultos, llevando hasta la cavidad las extremidades de estos a juzgar por la enorme cantidad de fémures, tibias, radios y metápodos excavados. Allí apuraban al máximo las piezas, consumiendo su carne y extrayendo el tuétano, una excelente fuente adicional de grasas y proteínas. Estos estudios han permitido identificar a los neandertales como el primer agente acumulador de estos restos de animales en Prado Vargas.

Además de su valor nutricional, también buscaban su uso como combustible y como textil, empleando sus pieles y tendones para la fabricación de cuerdas y ropas. En cuanto a los restos óseos, una vez extraído hasta el último gramo consumible, muchos fueron reutilizados como retocadores con los que modificar el filo de sus herramientas de piedra. Gran cantidad de los restos óseos descubiertos fueron quemados, abriendo la posibilidad de que también usasen los huesos como combustible para alimentar las innumerables hogueras documentadas en la cueva burgalesa.

Alteraciones tafonómicas documentadas en el Nivel 4 de Prado Vargas. a Marcas de corte en la primera falange de Capra pyrenaica (cabra montés); b Marcas de corte en un maxilar de Cervus elaphus (ciervo); c Marcas de corte en un fémur de pequeño tamaño; d Marcas de corte en el metatarsiano de Cervus elaphus; e muesca de percusión en el metatarsiano de Cervus elaphus; f muesca de percusión en un fémur de gran tamaño; g Cilindro diafisario generado en un hueso radio de pequeño tamaño.

Las marcas de corte se encuentran en muchas ocasiones superpuestas con las mordeduras dejadas por otros carnívoros presentes en la región en estos momentos: leones, lobos, zorros y tejones, además del legendario oso cavernario. Esto indica que los neandertales primero consumían a sus presas y que, cuando la cueva no estaba habitada, accedían a la misma lobos, zorros y osos buscando carroña. Esto demuestra que la competencia entre estos grupos humanos y el resto de carnívoros -que también incluiría a leones y tejones- fue más bien escasa.

Finalmente, el análisis del microdesgaste y erupción dental de los restos de animales ha servido para ratificar que los neandertales se establecieron en la cueva de Prado Vargas de manera reiterada y prolongada en diversos momentos. Y establecieron en ella un campamento de larga duración durante varias generaciones, desde la primavera hasta finales del otoño.

El artículo publicado se enmarca dentro de las investigaciones y excavaciones realizadas por el equipo arqueológico liderado por Marta Navazo Ruiz (Profesora Titular de Prehistoria de la Universidad de Burgos), Rodrigo Alonso Alcalde (coordinador del Museo de la Evolución Humana y profesor asociado de Prehistoria en la UBU) y Alfonso Benito Calvo (Investigador del Centro Nacional en Evolución Humana) que desde 2016 han recuperado más de 15.000 restos y que cuentan con el apoyo de la Fundación Palarq y la Fundación Atapuerca.

Fuentes: elespanol.com | agenciasinc.es | 25 de octubre

La gran hazaña de los neandertales: cazaban con lanzas de madera al fiero león de las cavernas

Recreación de un grupo de neandertales despiezando un león de las cavernas. Julio Lacerda ©NLD

Los neandertales cazaban leones de las cavernas y utilizaban la piel de este peligroso carnívoro, según ha demostrado por primera vez un nuevo estudio publicado en la revista Scientific Reports.

Las excavaciones realizadas en 2019 en Einhornhöhle (Cueva del Unicornio), en las montañas de Harz (Baja Sajonia, Alemania), descubrieron abundantes animales de la Edad del Hielo, entre los que se encontraban algunos huesos del extinto león de las cavernas (Panthera spelaea). Los huesos fueron descubiertos en una galería de cuevas a unos 30 metros de la entrada, ahora derrumbada, en una capa que data de hace más de 200.000 años.

El nuevo estudio describe cómo un equipo de investigación detectó entre los restos de otro león de las cavernas, de hace unos 190.000 años, un hueso del dedo del pie con una marca de corte. Esto llevó al equipo a determinar que los neandertales quitaban la piel del león con las garras adheridas, lo que indica que usaban la piel para sus propios fines. Según los investigadores, este hecho sugiere que se adoptó un enfoque cuidadoso durante el proceso de desollado para garantizar que las garras permanecieran preservadas dentro del pelaje.

Restos de leones cavernarios del área 1 de Einhornhöhle. (A). Phalanx III vista en primer plano × 30 y × 500 aumentos de las marcas de corte; (B). Falange III sin modificar; (C). Hueso sesamoideo. A la derecha, ilustraciones que muestran la posición de las marcas de corte (flechas blancas) y la posible ubicación de los elementos óseos dentro de la pata de un gran felino.

Los huesos descubiertos en una galería de la cavidad durante unas excavaciones en 2019 presentan marcas de corte consistentes con las generadas cuando se despelleja a un animal. Según los investigadores, este hecho sugiere que se adoptó un enfoque cuidadoso durante el proceso de desollado para garantizar que las garras permanecieran preservadas dentro del pelaje.

Pero los huesos encontrados en Einhornhöhle no proporcionaron ninguna evidencia directa de caza. Para contextualizar el hallazgo, el autor principal, Gabriele Russo (izquierda), de la Universidad de Tubinga, en Alemania, analizó los restos de un león cavernario encontrado por un adolescente de Siegsdorf, en Baviera. Una inspección más cercana del esqueleto por parte de Russo llevó a la detección de algún daño inusual en una costilla. En colaboración con la arqueóloga Dra. Annemieke Milks, de la Universidad de Reading, se identificó el daño como fruto de un impacto por arma.

Russo dijo: "La lesión en las costillas difiere claramente de las marcas de mordeduras de carnívoros y muestra el patrón de rotura típico de una lesión causada por un arma de caza".

La Dra. Milks (derecha) añade: "El león probablemente fue muerto con una lanza que le fue clavada en el lado izquierdo de su bajo abdomen, cuando ya estaba en el suelo".

Otro esqueleto de león de las cavernas, de unos 50.000 años de antigüedad, hallado en la región de Siegsford, al sur de Alemania, ha ayudado a los investigadores a demostrar por primera vez que los neandertales cazaban leones de las cavernas. Las marcas de corte también muestran que no solo mataron a este depredador, sino que también consumieron su carne.

Reconstrucción balística digital de la estocada de la lanza al león de Siegsdorf. (A) De pie, vista lateral; (B) De pie, vista posterior de la caja torácica; (C) Acostado sobre el lado derecho, vista ventral; (D) Acostado, vista posterior. Ilustración digital 3D creada con Autodesk Maya 2022.

Los neandertales despiezaron y consumieron la carne y las vísceras del félido en el mismo sitio y abandonaron la carcasa. Fue una exitosa jornada para su supervivencia, un pulso ganado a uno de los animales más peligrosos de Eurasia. Según los investigadores, se trata de la evidencia directa más antigua de la historia de humanos matando y despiezando un león.

Las pruebas directas de caza de grandes depredadores son extraordinariamente escasas en el registro arqueológico. En el yacimiento de Gran Dolina, en Atapuerca, se han identificado los restos de un león datado entre hace 350.000 y 250.000 años que representaría el ejemplo más antiguo de explotación y consumo de un carnívoro por los primeros homininos. Fueron probablemente encuentros fortuitos útiles para conseguir comida y pieles. Pero hasta ahora no se había documentado un caso de actividad cinegética tan evidente. "Nuestros análisis demuestran por primera vez que los neandertales fueron capaces de cazar activamente leones de las cavernas usando simples lanzas de madera", destaca Gabriele Russo.

Los restos del león de las cavernas de Siegsdorf, junto a una reproducción de una lanza de madera similar a las utilizadas por los neandertales. Volker Minkus © NLD

Depredador superior

El león de las cavernas tenía una altura de hombros de alrededor de 1,3 metros. Durante unos 200.000 años, el león de las cavernas fue el animal más peligroso de Eurasia, hasta que se extinguió al final de la Edad del Hielo. Los leones de las cavernas vivían en diversos entornos, desde las estepas hasta en las montañas, y como depredadores superiores cazaban grandes herbívoros como mamuts, bisontes y caballos, así como osos de las cavernas. La presencia regular de huesos de leones cavernarios en las cuevas de la Edad del Hielo es la responsable del nombre.

Hasta hoy, se pensaba que la relación a nivel cultural con este depredador superior estaba ausente antes de la época del Homo sapiens. Entre las primeras obras de arte parietal del Homo sapiens se encuentran las que se conocen en las cuevas del Jura, en Suabia, suroeste de Alemania. Allí, el león de las cavernas es un motivo destacado, ejemplificado por el famoso hombre león (derecha), hecho de marfil, y que data de hace unos 40.000 años.

Los leones de las cavernas también aparecen en paneles de arte rupestre en la Cueva de Chauvet, en el sureste de Francia, que tienen unos 34.000 años de antigüedad.

Los nuevos resultados demuestran que los leones de las cavernas también tenían un significado especial para los neandertales. Thomas Terberger (izquierda), portavoz del proyecto de investigación, dice: "El interés de los humanos por ganar respeto y poder a partir de un trofeo de caza de un león tiene sus raíces en el comportamiento neandertal, y hasta los tiempos modernos el león ha sido considerado un poderoso símbolo de los gobernantes".

El nuevo estudio contribuye al creciente panorama de similitudes de comportamiento entre los neandertales y los primeros Homo sapiens. Recientemente, un hueso de ciervo gigante grabado en Einhornhöhle (derecha) mostró la capacidad de los neandertales para producir símbolos y comunicarse a través de ellos. El papel de los leones de las cavernas encaja con las evidencias de comportamientos neandertales más complejos, e incluso podría haber sentado las bases para desarrollos culturales posteriores del Homo sapiens.

Fuentes: University of Reading | elespanol.com | 11 de octubre de 2023