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Nuevos restos de 'Homo antecessor' abren una nueva etapa con grandes descubrimientos en los yacimientos de Atapuerca (Burgos)

De izquierda a derecha: Juan Luis Arsuaga, el único codirector que continuará en la próxima campaña; el presidente de la Junta de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, y los ahora retirados, José María Bermúdez de Castro y Eudald Carbonell. Santi Otero | EFE

Han finalizado los trabajos de excavación en el complejo de yacimientos de la sierra de Atapuerca (Burgos) que se iniciaron el pasado 18 de junio y que han contado con la participación de más de 300 investigadores de todo el mundo. La implicación de personal del IPHES-CERCA ha sido muy importante, con cerca de 120 miembros, entre personal investigador y técnico, así como docentes y estudiantes del máster interuniversitario en Arqueologia del Quaternario y Evolución Humana (Erasmus Mundus) de la Universitat Rovira i Virgili (URV), que han desarrollado labores de coordinación y participación activa en 5 yacimientos clave y en el lavado de los sedimentos de este complejo arqueopaleontológico único.

El presidente de la Junta, Alfonso Fernández Mañueco, acompañado de los tres codirectores del proyecto Atapuerca, Juan Luis Arsuaga, José María Bermúdez de Castro y Eudald Carbonell, presentaron los resultados de esta campaña de excavaciones.

Mañueco garantizó el apoyo al Sistema Atapuerca, "el mayor proyecto paleontológico del mundo sobre la evolución humana, al que la Junta ha destinado 250 millones desde 1984", según indicó. "Los hallazgos llevados a cabo en Atapuerca van a volver a revolucionar el panorama científico en Europa y en todo el mundo, y ha supuesto un gran impacto económico, social y cultural para Burgos y el conjunto de Castilla y León", afirmó el presidente de la Junta, que valoró así los logros de esta 46º campaña

Según palabras de los propios codirectores de la excavación, los Dres. Eudald Carbonell, José María Bermúdez de Castro y Juan Luis Arsuaga, "Atapuerca ha entrado otra vez, como en los años 90, en la secuencia principal. Hemos encontrado homínidos de todas las especies: 'Homo antecessor', preneandertal y neandertal. Esta 46 campaña de excavación ha sido una de las más importantes de la historia del proyecto". Sin duda, el descubrimiento estrella de este año han sido los nuevos restos humanos de Homo antecessor recuperados en la unidad TD6 de Gran Dolina de aproximadamente 850.000 años de antigüedad.

Y es que, después de 30 años de la excavación de un pequeño sondeo en el que aparecieron los primeros restos de esta especie humana, junto con un millar de piezas de industria lítica y miles de restos fósiles de animales, el equipo investigador responsable de la excavación en el yacimiento de Gran Dolina ha logrado profundizar la superficie de la unidad TD6. "Con alivio, sorpresa y mucha ilusión, el equipo ha confirmado que esta unidad está conservada en los más de 40 metros cuadrados de la excavación en extensión", según ha comunicado la Dra. Marina Mosquera, directora del IPHES-CERCA y coinvestigadora principal del Proyecto Atapuerca. Igualmente, los Drs. Palmira Saladié y Andreu Ollé, investigadores del IPHES-CERCA y coordinadores de los trabajos de excavación en el yacimiento, confirman que “este 2024 es el inicio de una nueva fase de campañas excepcionales para una de las joyas de Atapuerca y de la arqueología y la paleoantropología mundiales”.

RESULTADOS MÁS DESTACADOS EN CADA UNO DE LOS YACIMIENTOS DE LA TRINCHERA DEL FERROCARIL

Durante la campaña de excavación de 2024 el equipo investigador del IPHES-CERCA ha coordinado los trabajos de excavación en los yacimientos de Gran Dolina, Sima del Elefante, Galería, Cueva Fantasma, todos ellos ubicados en la Trinchera del Ferrocarril, y en la cueva de El Mirador. Además, se han llevado a cabo los trabajos de lavado y cribado de los sedimentos en el río Arlanzón, a su paso por el municipio de Ibeas de Juarros (Burgos).

Imagen general de los trabajos de excavación en el nivel TD6 de la Gran Dolina. Foto: María D. Guillén / IPHES-CERCA

Gran Dolina, Unidad TD6

La campaña de 2024 en el yacimiento de Gran Dolina ha inaugurado el esperado reencuentro con el nivel TD6, justo 30 años después de su primera excavación. Ésta ha sido realizada a lo largo del mes de julio por parte de un equipo coordinado y formado por investigadores del IPHES-CERCA.

La campaña anterior se cerró dejando al descubierto el techo de la unidad que contiene el conocido Estrato Aurora donde, en dos fases de excavación anteriores (1994-1997 y 2003-2011), se pusieron al descubierto los restos de un campamento hace 850.000 años. En éste, junto con una gran cantidad de restos de ciervos, caballos, bóvidos y otros animales, y un conjunto de herramientas de piedra que había sido producido, utilizado y abandonado en el sitio, aparecieron alrededor de 180 fósiles humanos. El estudio de estos fósiles, por un lado, permitió documentar el evento de canibalismo más antiguo conocido hasta ahora y, por otro, puso en evidencia una combinación de rasgos anatómicos que llevó a la propuesta, en 1997 , de una nueva especie: Homo antecessor.

Imagen de los restos óseos y de un incisivo, descubiertos en la Gran Dolina, que pertenecen a una mujer adulta de Homo antecessor de unos 25 años. María D. Guillén / IPHES-CERCA.

Denticulados de sílex neógeno recuperados en el nivel TD6 de la Gran Dolina. Foto: María D. Guillén / IPHES-CERCA

En esta campaña se ha conseguido poner al descubierto el techo de la unidad TD6 (llamado TD6.1), donde se ha comprobado que la acumulación de coprolitos (heces fósiles) de hiena que habían sido descritos en otras zonas se extiende por una superficie de cerca de 40 m2. Este hecho, además de permitir documentar una letrina de este carroñero realmente excepcional en el Pleistoceno inferior, indica que la capa subyacente, el famoso nivel TD6.2 (más rica en registro arqueológico y paleoantropológico), está conservada en una gran superficie.

Pero lo más destacado de esta campaña es que, en contacto con la capa de coprolitos, además de algunos huesos de animales y escasos instrumentos de piedra, han aparecido los primeros fósiles de Homo antecessor. Entre ellos, destacan varios fragmentos de cráneo, un fragmento de maxilar, dos fragmentos de mandíbula, un diente incisivo, fragmentos de costilla y de vértebra, así como un osito de la muñeca.

La pieza dental ha resultado de gran interés, ya que a través de las primeras observaciones se ha podido contabilizar a un individuo adulto desconocido hasta ahora en el conjunto. Es posiblemente una hembra de unos 25 años.

Incisivo de 'Homo antecessor' que habría pertenecido a una mujer adulta de unos 25 años encontrado en la Gran Dolina TD6 (sierra de Atapuerca). María D. Guillén / IPHES-CERCA.

Los resultados de esta campaña, por tanto, confirman la buena conservación de la unidad TD6 de Gran Dolina, evidenciando el riquísimo contenido fosilífero, y auguran unas campañas excelentes para los próximos años, con las que, sin duda, el Equipo de Investigación de Atapuerca (EIA) volverá a revolucionar el panorama científico de Europa.

Trabajos de excavación en el yacimiento de la Sima del Elefante. Foto: Maria D. Guillén / IPHES-CERCA

Sima del Elefante

Los resultados de la campaña de excavación en el yacimiento de la Sima del Elefante han sido muy positivos. Los objetivos que se plantearon en el inicio de la excavación han sido alcanzados con éxito. Por un lado, se ha acabado de excavar la capa arcillosa del nivel TE7 en la que apareció el resto humano llamado Pink en 2022, así como restos de industria lítica durante la campaña de 2023.

En esta campaña, en esta capa, se ha recuperado una costilla de un herbívoro de talla grande que presenta marcas de corte relacionadas con la acción de descarnar al animal por parte de los homininos que habitaron este entorno hace entre 1,2-1,4 millones de años.

Costilla de herbívoro de talla grande con marcas de corte en su superficie recuperada en el yacimiento de la Sima del Elefante. Foto: María D. Guillén / IPHES-CERCA.

Además, ha aparecido una pequeña lasca de cuarzo en el nivel TE7. Este hallazgo ayudará a entender cómo vivían estos homininos. Por otra parte, se ha logrado relacionar el nivel TE7 en los dos sectores de la excavación, siendo este nivel el que presenta la mayor superficie excavada en Sima del Elefante. En estos sedimentos, aparte de la costilla ya mencionada, se han recuperado restos de castor, rinoceronte, venado y tortuga.

Por último, durante la campaña se ha reanudado el sondeo en una zona del yacimiento para localizar la base de la secuencia sedimentaria de la Sima del Elefante.

Trabajos de excavación en el yacimiento de Galería. Foto: Maria D. Guillén / IPHES-CERCA

Galería

Los trabajos de excavación en el yacimiento de Galería, se han centrado en la sub-unidad GIIb, con una antigüedad de aproximadamente 300.000 años. A partir de ese momento la dinámica de la excavación tomará una importancia primordial para las próximas campañas, ya que se intervendrá en lo que ya se conoce como los niveles más ricos de este yacimiento.

A lo largo de estas semanas se han recuperado 500 restos de fauna y más de 30 herramientas líticas. La fauna se compone de restos axiales y craneales de ciervos, caballos y bisontes, entre los que predominan los individuos jóvenes. La industria es el reflejo del uso de un amplio abanico de materias primas, entre las que destacan sílex neógeno, cuarcitas y areniscas. Algunas han sido utilizadas como núcleos para producir lascas y otras han sido utilizadas para la configuración de pequeños instrumentos como denticulados. Con esta campaña se refuerza la idea de que las sociedades preneandertales utilizaban la Galería expeditivamente como lugar de obtención de recursos faunísticos, siendo un enclave de referencia en la sierra de Atapuerca.

Arriba: Maxilar de bisonte infantil procedente del yacimiento de Galería. Abajo Núcleo de arenisca procedente del yacimiento de Galería. Fotos: María D. Guillén / IPHES-CERCA

Trabajos de excavación en el yacimiento de Cueva Fantasma. Foto: María D. Guillén / IPHES-CERCA

Cueva Fantasma

Los trabajos de excavación en el yacimiento de Cueva Fantasma se han desarrollado en dos sectores diferenciados del yacimiento: el sector de entrada de Cueva Fantasma (CF) donde se documentan los niveles de ocupación de los neandertales, y la parte interna o Sala Fantasma (SF), donde se localizan los niveles de actividad de las hienas.

En el sector de entrada de Cueva Fantasma se ha intervenido en los niveles CF26A, se ha levantado el nivel CF25 y se ha iniciado el nivel de CF24. En la zona contigua a Cueva Fantasma se ha continuado excavando en la Covacha norte, nivel CF26A. En este nivel, con una antigüedad comprendida entre 70.000 y 100.000 años, se ha recuperado una importante colección de industria lítica. Ésta sería el área de mayor actividad de los neandertales en la cueva. La industria lítica y los huesos recuperados demuestran que los neandertales frecuentaban esta cavidad de forma esporádica.

En el nivel CF25 se ha recuperado una pequeña colección de instrumentos líticos, tales como ascles de sílex, arenisca y cuarcita, identificado el desarrollo del método de talla levallois. Este nivel destaca por la acumulación de huesos con mayor índice de fracturación principalmente realizada por neandertales y hienas. En estos huesos aparecen marcas de actividad humana (como la fractura para la extracción de médula ósea). Hay otros huesos que han sido procesados ​​y regurgitados por las hienas.

Tras ocho años del hallazgo de un parietal humano neandertal en otro sector de la cueva (Sala Fantasma), en esta campaña se ha recuperado un pequeño fragmento circular de un hueso del cráneo de un neandertal.

Fragmento de cráneo de neandertal encontrado en la Cueva Fantasma (sierra de Atapuerca). Maria D. Guillén / IPHES-CERCA.

En el otro sector del yacimiento y con unas dimensiones mucho mayores, la llamada Sala Fantasma, se ha intervenido en el subnivel SF30A. Este subnivel contiene una gran acumulación de restos de caballos y ciervos consumidos, roídos y muy alterados por las hienas; de hecho, se ha interpretado como un cubil de hienas. También se han recuperado huesos de las propias hienas, pero también de león, reno, oso, perro, marmota o bóvido, entre otros. Esta superficie es la más moderna de las tres, pudiendo tener una antigüedad aproximada de unos 50.000 mil años.

Mandíbula de hiena manchada recuperada en el yacimiento de Cueva Fantasma. Foto: Maria D. Guillén / IPHES-CERCA

Por último, en el tramo inferior de Cueva Fantasma se ha iniciado un sondeo para documentar la secuencia del mismo. Se han perfilado los niveles CF23, CF22, CF21 y CF20, excavando la base del nivel CF20 y el techo del CF19. Estos niveles CF20-19 destacan por la presencia de numerosos coprolitos de hienas y de restos de herbívoros y carnívoros destacando la presencia de restos de Pachycrocuta. Cabe destacar que este tipo de hiena no se había documentado nunca todavía en la sierra de Atapuerca y su importancia radica en que marca una biozona anterior a los niveles más antiguos de la Gran Dolina y, por tanto, tendría una edad superior al millón de años.

Cueva de El Mirador

La campaña de excavación en la cueva de El Mirador se ha llevado a cabo durante tres semanas, con un equipo algo más numeroso que en años anteriores, profundizando en los sondeos abiertos a ambos lados de la cavidad. Se han excavado niveles del Neolítico con una antigüedad de cerca de 7.000 años, ricos en restos de fauna, predominantemente doméstica, y de cultura material, principalmente cerámica, e instrumentos líticos y óseos. Se ha llevado a cabo una campaña de muestreo sistemático destinado a estudios arqueobotánicos, arqueomagnéticos y de química analítica, encaminados a obtener datos de alta resolución sobre las primeras comunidades de pastores y agricultores del interior peninsular.

Vista general de la excavación en el yacimiento de cueva de El Mirador. Foto: Maria D. Guillén / IPHES-CERCA

Destaca el descubrimiento de arte rupestre, tanto en las paredes de la cueva, donde se conservan restos de pinturas, como entre los sedimentos del Neolítico antiguo. Se ha encontrado un bloque de 40 x 30 x 20 centímetros recubierto de pigmento rojo, junto al que había, entre otros elementos, un núcleo de sílex con una digitación roja, y la base de un recipiente decorado con un magnífico soliforme (representación en forma de sol), también con restos de pigmento rojo.

Trabajos de lavado de sedimento en el río Arlanzón por su paso al pueblo de Ibeas de Juarros. Foto: Maria D. Guillén / IPHES-CERCA

Laboratorio de lavado de sedimentos de la Trinchera en el río Arlanzón

Durante la campaña de excavación de 2024 en los yacimientos de la sierra de Atapuerca se han procesado aproximadamente 15 toneladas de sedimento a orillas del río Arlanzón, a su paso por la localidad de Ibeas de Juarros. De la gran cantidad de material lavado y cribado, destaca en los yacimientos de la Trinchera del Ferrocarril la presencia de todo tipo de pequeños vertebrados (aves, anfibios, reptiles, musarañas, topos, erizos, murciélagos y roedores).

Estas 15 toneladas de sedimento corresponden a unas 650 muestras, procedentes de los yacimientos de la Sima del Elefante, Galería, Gran Dolina, Penal, Cueva Fantasma y Galería de las Estatuas Exterior. Durante esta campaña también se procesaron en el área de lavado del río Arlanzón muestras procedentes de los yacimientos de la cueva de El Mirador, Galería de las Estatuas Interior, Cueva Mayor y Portalón.

Fuentes: iphes.cat | burgosconecta.es | eldiadesegovia.es | comunicacio.iphes.cat | 24 de julio de 2024

Dos de los tres codirectores de Atapuerca se retiran de las excavaciones

De izquierda a derecha: Juan Luis Arsuaga, el único codirector que continuará en la próxima campaña; el presidente de la Junta de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, y los ahora retirados, José María Bermúdez de Castro y Eudald Carbonell. Santi Otero | EFE

La campaña de excavaciones del 2024 en los yacimientos de la sierra de Atapuerca ha sido la última para José María Bermúdez de Castro y Eudald Carbonell, los investigadores que, junto a Juan Luis Arsuaga, han liderado el Proyecto Atapuerca durante las últimas décadas.

Arsuaga, Bermúdez de Castro y Carbonell son codirectores desde 1991, año en el que se jubiló Emiliano Aguirre, el primer director del Proyecto Atapuerca y fallecido en el 2021. Los yacimientos son Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO desde 1999 y el equipo investigador recibió el Premio Príncipe de Asturias de Investigación Científica y Técnica en el 1997.

Bermúdez de Castro y Carbonell dan así el relevo a una nueva remesa de investigadores «excelentes», a los que se les encomienda continuar con un proyecto de investigación ya está asentado y del que se espera que siga ofreciendo hallazgos «rompedores».

En la rueda de prensa de balance de la campaña de excavaciones, han aprovechado para despedirse, pero también para pedir a las administraciones, y en concreto a la Junta de Castilla y León que continúen apoyando el Proyecto Atapuerca y al nuevo equipo que se encargará de dirigirlo.

Bermúdez de Castro se ha valido de las declaraciones del tenista Roger Federer, que en una entrevista a El País indicaba que «la retirada es similar a un funeral y, poco a poco, te vas difuminando hasta resultar invisible», quien considera que en su retirada tienen que estar alegres por haber completado un recorrido de 40 años con final feliz. «El programa de investigación está en marcha y cuenta con un equipo humano excelente que seguirá el camino abierto por Emiliano Aguirre en 1978; habrá hallazgos e investigaciones rompedoras, y se cuenta con una infraestructura que permitirá seguir excavando sin problemas, además de instituciones que conforman un firme puntal».

José María Bermúdez de Castro da un paso atrás, como también Eudald Carbonell, asumiendo que pasan el testigo en una larga carrera de relevos en la que, además, «van en buena posición», ha afirmado, y con la disposición de recibir los éxitos que se cosechen en el futuro con una «amplia sonrisa» pues su «estrella» permanecerá en la memoria de Atapuerca.

«Todo va seguir igual»

La marcha de Bermúdez de Castro y Carbonell no va a afectar al Proyecto Atapuerca, ha insistido Juan Luis Arsuaga, quien ha afirmado que la estructura es sólida, y eso es lo fundamental, por lo que «va a seguir todo igual».

Cada investigador tiene su papel y no se espera que haya grandes cambios, aunque Arsuaga ha destacado que lo más importante es que «el proyecto se queda en Burgos», que es un proyecto burgalés, que han capitaneado tres codirectores que llegaron de fuera, pero que está asentado en la provincia.

La reorganización del Proyecto Atapuerca y, en concreto, del proyecto de excavaciones, se irá concretando a medida que pasen los meses, si bien hay algunas cuestiones que ya están definidas. Arsuaga, pese a no retirarse todavía, tiene muy claro quiénes serán sus «herederos», los investigadores que han estado desde un primer momento con él, Ignacio Martínez y José Miguel Carretero.

Por su parte, Bermúdez de Castro prefiere que sean los investigadores los que confirmen, llegado el momento, el relevo, si bien ha recordado que los proyectos de investigación ya se han reordenado y como investigadoras principales están María Martinón-Torres, con Bermúdez de Castro de apoyo, y Marina Mosquera, apoyada por Eudald Carbonell.

Sin embargo, «hay mucha gente», otros investigadores que tendrán que liderar las excavaciones de Atapuerca, y aunque «tiene una cierta idea de quiénes van a ser», ha preferido que sean los interesados los que lo cuenten, pues serán ellos los que, dentro de un año, protagonicen el balance de la futura campaña de excavaciones.

Fuente: lavozdegalicia.es | 24 de julio de 2024

La Fundación Atapuerca recrea 25 años después la firma de su constitución con un emotivo acto en la Trinchera del Ferrocarril

Foto: Ricardo Ordóñez ICAL

La Fundación Atapuerca recreó hoy, 26 de julio de 2024, la firma de su constitución, 25 años después y con varias de las personas que estuvieron presentes en 1999 y vieron nacer a tan importante entidad. De esta forma, la Trinchera del Ferrocarril, en los yacimientos de la sierra de Atapuerca volvió a ser el escenario de esta firma, que se firmó un 26 de julio de 1999 , a las 13.30 horas de la tarde.

El presidente y vicepresidentes de la Fundación Atapuerca, Antonio Méndez Pozo, Juan Luis Arsuaga, José María Bermúdez de Castro y Eudald Carbonell, respectivamente, así como otras personas que estuvieron presentes en aquella firma, volvieron a los yacimientos para recordar esta rúbrica que dio pie a la entidad. Una foto de gran tamaño sobre la firma de 1999 recordaba a los presentes aquel día, algunos de los cuales no pudieron estar hoy presentes.

El presidente de la Fundación, Antonio Méndez Pozo, quiso iniciar su intervención recordando a todos aquellos que hoy no han podido estar en esta recreación, y trasladó tanto a ellos como a sus familiares su cariño. Recordó así aquel 26 de julio de 1999 y cómo se inició esta Fundación Atapuerca, destacando el importante papel que jugaron para ello los tres codirectores de Atapuerca, Juan Luis Arsuaga, José María Bermúdez de Castro y Eudald Carbonell. “Se ha comprobado que fue un acierto haceros caso”, les dijo.

Recordó así que, por aquel entonces, los tres le trasladaron la necesidad de un “apoyo más cercano” al proyecto Atapuerca. Por ello se decidió constituir una fundación, como la “solución más viable para poder ayudarles y que recibieran el cariño de los burgaleses”. Agradeció así a los tres el haber sido artífices de la constitución de esta Fundación, y el haber trasladado lo que suponía Atapuerca para Burgos y Castilla y León, así como para la ciencia.

Antonio Méndez Pozo preside la Fundación Atapuerca desde 2013. Antes ejercieron conjuntamente ese cargo Pedro García Romera y Francisco José Isasi. - Foto: Valdivielso

“Está mereciendo la pena”, afirmó Méndez Pozo, que puso en valor el trabajo llevado a cabo hasta ahora y que ha permitido a Atapuerca ser un “referente mundial de lo que supone la evolución humana”, en alusión a las palabras del pasado miércoles del presidente de la Junta, Alfonso Fernández Mañueco. “Estamos orgullosos de lo que firmamos, ha merecido la pena. Esta Fundación es un sentir de la sociedad burgalesa y espero, confío y deseo que sigamos con los éxitos”, añadió su presidente.

Se unió a sus palabras el director de la Obra Social y Cultural de la Caja de Burgos durante 20 años, Ángel Ramos, que destacó que el nacimiento de "la Fundación Atapuerca garantizó un apoyo organizativo y logístico, así como de recursos económicos que permitieron el desarrollo del proyecto en un amplio sentido”. Indicó así el “orgullo” que supuso para Caja de Burgos participar en esta creación, y afirmó que las expectativas iniciales se han “cumplido con creces”. “Lo que parecían objetivos utópicos han sido ampliamente rebasados”, celebró.

Por su parte, Juan Luis Arsuaga expresó su “modesto orgullo” por el apoyo que ha supuesto la Fundación Atapuerca a los investigadores. “En estos 25 años se han invertido 2,5 millones de euros en ayudas a los investigadores, concediendo 93 ayudas”, celebró, a la vez que recordó que hace más de dos décadas estas ayudas eran necesarias y hoy en día lo siguen siendo.

“Nuestro propósito es seguir manteniendo esta ayuda, en la medida de lo posible, contribuyendo a que ningún investigador de Atapuerca se quede atrás”, dijo Arsuaga, que destacó que hasta la fecha son muchos los investigadores de la Fundación que han logrado éxitos científicos. “Eso justifica nuestra existencia pasada, nuestra existencia presente y la tarea que nos comprometemos ante vosotros realizar en el futuro”, concluyó.

Bermúdez de Castro, por otro lado afirmó que la Fundación llegó en el “momento preciso” e indicó que muchos de los proyectos que en su momento necesitaron financiación hoy están consolidados. “Sin esas ayudas, os aseguro que hubiera sido imposible continuar con este proyecto”, dijo a la vez que señaló que espera que la Fundación siga otros 25 años y muchos más. Destacó además la labor de la Fundación en otros aspectos como la difusión del conocimiento y la propia seguridad en las excavaciones.

Por último, Carbonell quiso señalar también la contribución de la Fundación a la profesionalización del equipo Atapuerca, que hoy cuenta con más de 80 doctores, algo que "no hubiera sido posible sin la intervención de la Fundación". Destacó también su papel en la socialización de Atapuerca, a través de las visitas y el conocimiento de los descubrimientos, y finalizó su discurso deseando que este proyecto continúe y los que lleguen sean mejores.

Personal investigador y técnico del IPHES-CERCA y estudiantes del máster de la Universitat Rovira i Virgili (URV) estos días de campaña de excavaciones en la sierra de Atapuerca. Foto: Maria D.Guillén / IPHES-CERCA.

25 años y futuros proyectos

El apoyo al Equipo Investigador de Atapuerca fue uno de los objetivos clave con los que nació la Fundación Atapuerca. Por ello en el año 2000 la Fundación creó el Programa de Ayudas para Investigación para que jóvenes investigadores e investigadoras pudieran desarrollar sus tesis doctorales y continuar sus carreras científicas en el ámbito del proyecto Atapuerca. Más tarde, fueron creándose varios centros de investigación y socialización, que juntos han impulsado aún más este proyecto.

Otro de sus grandes cometidos fue su apoyo en las campañas de excavación (financiadas principalmente por la Junta de Castilla y León) que cada verano concentra en la sierra de Atapuerca a más de 300 personas en los once yacimientos en los que se investiga en la actualidad. Por otro lado, la Fundación Atapuerca ha tratado de impulsar el desarrollo del territorio en el que se encuentran los yacimientos de la sierra de Atapuerca, mediante la colaboración con ayuntamientos y asociaciones de la zona para acercar distintas iniciativas de transferencia del conocimiento a la comunidad local.

A lo largo de los años, ha ido adquiriendo otras responsabilidades, como la gestión de las visitas a los yacimientos de la sierra de Atapuerca y al Centro de Arqueología Experimental (CAREX), por acuerdo con la Fundación Siglo, desde marzo de 2011. En la actualidad, la Fundación está ampliando su sede en Ibeas de Juarros (Burgos) con la construcción de un edificio anexo que albergará el denominado ‘Centro de Investigación Emiliano Aguirre’. Este proyecto ha sido posible gracias al impulso del Patronato de la Fundación y cuenta con el respaldo de la Junta de Castilla y León que, desde la Consejería de Cultura, Turismo y Deporte, financia un 50 por ciento.

A este proyecto se suma, tal y como indicó el presidente de la Fundación Atapuerca, otro que busca llevar a Bruselas al primer europeo, así como poner en valor la importancia que tiene la palabra ‘orígenes’ en Burgos. Recordó así el interés que manifestaron desde Bruselas por el primer europeo cuando visitaron esta capital con motivo del VIII Centenario de la Catedral. “Estamos retomando este proyecto de llevar Atapuerca a Bruselas, donde están representados todos los europeos”, afirmó hoy, recordando el hallazgo de ‘Pink’ , la cara del primer europeo hallado en Atapuerca el pasado 2022. Un proyecto que indicó que debe pilotar el presidente de la Junta y que considera que sería un remate interesant” el poder llevarlo a la sede de representación de los europeos.

Fuente: elcorreodeburgos.com | 26 de julio de 2024

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Aymerich el yacimiento donde se encuentran los primeros ‘Homo sapiens’ de la sierra de Atapuerca

El yacimiento Aymerich, en la base militar de Castrillo del Val, destapa lascas y láminas de sílex usadas por los primeros Homo sapiens de la sierra de Atapuerca.

El pasado 26 de julio finalizaba la campaña número 46 en la sierra de Atapuerca dirigida por Juan Luis Arsuaga, José María Bermúdez de Castro y Eudald Carbonell. Durante un mes y medio, más de 300 investigadoras e investigadores de 21 países han participado en 11 yacimientos en la sierra de Atapuerca.

Los yacimientos, ubicados en las localidades de Atapuerca, Ibeas de Juarros y la base militar ‘Cid Campeador’ en Castrillo del Val, han sido escenario de importantes descubrimientos. La colaboración con el Ejército Español, que se remonta a las primeras excavaciones en 1978, ha sido fundamental no solo en términos de seguridad y logística, sino también en la preservación del entorno. El Ejército ha proporcionado materiales esenciales y ha contribuido a la protección de los yacimientos.

Además, en 2014, a iniciativa de Eudald Carbonell, vicepresidente de la Fundación Atapuerca y codirector del proyecto Atapuerca, se estableció un acuerdo entre la Base Militar ‘Cid Campeador’ y la Fundación Atapuerca para la recuperación de las fuentes naturales de la sierra. Este proyecto ha permitido la limpieza y catalogación de más de 25 fuentes, 12 de las cuales se encuentran dentro del campo de maniobras de la base.

Este año se ha realizado un descubrimiento significativo en el yacimiento ‘Aymerich’, situado dentro de la base militar. Este asentamiento al aire libre, que recibe su nombre en honor a Vicente de Aymerich Cabrera, quien fue coronel en la base hasta finales de 2010, se encuentra en un depósito de arroyada en la ladera norte del valle del Arlanzón. Desde allí se puede observar la vega del río y destaca por un estrato con grandes bloques de sílex, que fueron una fuente importante de materia prima para las poblaciones paleolíticas.

Un equipo de ocho expertos de la Universidad de Burgos, el Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana (CENIEH) y el Museo de la Evolución Humana (MEH) ha trabajado en una extensión de 6 m², obteniendo 1700 restos líticos. Estos hallazgos, pertenecientes a un único nivel arqueológico del Paleolítico superior, incluyen lascas y láminas de sílex utilizadas por los primeros Homo sapiens para diversas actividades cotidianas, como la caza y la recolección.

Cada yacimiento cuenta con red wifi, estación total, ordenador para procesar la información, PDA para registrar los hallazgos e impresora de etiquetas. Foto. Santi Otero

Los análisis de laboratorio de estos materiales se llevarán a cabo en la Universidad de Burgos, donde se ha estudiado la prehistoria de la sierra de Atapuerca durante décadas. La relación cercana y constante con el Ejército ha sido clave para permitir el acceso y la investigación en zonas restringidas, asegurando la continuidad y protección de estos valiosos trabajos arqueológicos.

Este yacimiento, junto al de Valdeprovedo, es uno de los pocos registros de asentamientos del Paleolítico superior en la sierra, arrojando luz sobre la presencia de los primeros Homo sapiens en la región. La colaboración entre el Equipo Investigador de Atapuerca y el Ejército no solo ha facilitado la protección y el desarrollo de estas investigaciones, sino que también ha permitido la preservación del patrimonio cultural e histórico de la sierra de Atapuerca.

Fuente:novaciencia.es | 2 de agosto de 2024

Nuevas dataciones geológicas sitúan a los primeros homínidos europeos en el sur de la península ibérica hace 1,3 millones de años

Los yacimientos de Orce, en Granada, ofrecen cada año hallazgos importantes para entender el proceso de la evolución humana. En la foto, arqueólogos trabajando en el yacimiento de Fuente Nueva 3.

Una de las controversias más importantes sobre la evolución y la expansión humana es cuándo y por qué camino llegaron los primeros homínidos a Europa desde el continente africano. Ahora, unas dataciones con técnicas geológicas de los yacimientos de Orce (cuenca de Baza, Granada) sitúan los restos humanos hallados en esta zona como los más antiguos de Europa, con aproximadamente 1,3 millones de años.
Estos resultados refuerzan la hipótesis de la llegada de los seres humanos a Europa por el sur de la península ibérica, a través del estrecho de Gibraltar, en lugar de dando la vuelta al Mediterráneo por la vía asiática. El trabajo, liderado por Lluís Gibert (izquierda), investigador y profesor de la Facultad de Ciencias de la Tierra de la Universidad de Barcelona, ha contado con la participación de investigadores del Centro de Geocronología de Berkeley y de la Universidad Estatal de Murray (Estados Unidos).

Análisis de una nueva área de muestreo

La nueva datación se ha basado en analizar el paleomagnetismo de un área de la región de Orce, donde nunca se había muestreado antes, y que ha estado protegida de la erosión a lo largo de los años. Esta técnica es un método de datación relativo basado en estudiar la inversión de los polos magnéticos del planeta debido a la dinámica interna de la Tierra. Estos cambios no tienen una periodicidad concreta, pero quedan registrados en los minerales y permiten establecer períodos de tiempo a partir de los diferentes eventos magnéticos.

Los nuevos datos obtenidos son muy precisos gracias a la larga secuencia sedimentaria que aflora en Orce. «La singularidad de estos yacimientos es que están estratificados y dentro de una secuencia de sedimentaria muy larga, de más de ochenta metros. Normalmente, los yacimientos se encuentran en cuevas o dentro de secuencias estratigráficas muy cortas, que no te permiten desarrollar secuencias paleomagnéticas largas en las que puedas encontrar diferentes inversiones magnéticas», apunta Lluís Gibert.

«Los investigadores han podido identificar una secuencia de polaridad magnética con cinco eventos magnéticos que permiten situar a los tres yacimientos de Orce con presencia humana entre el subcrono Olduvai y Jaramillo, es decir, entre 1,77 y 1,07 millones de años (Ma)», explica Gibert.

Posteriormente, han aplicado un modelo estadístico de edad para refinar con precisión la cronología de los distintos niveles estratigráficos con un margen de error de solo 70.000 años. El resultado de esta innovadora metodología es que el yacimiento más antiguo con presencia humana de Europa sería Venta Micena con una edad de 1,32 Ma, seguido de Barranco León, con una edad de 1,28 y finalmente Fuente Nueva 3, con una edad de 1,23 Ma.

«Con estos datos, el otro gran yacimiento de la Península, el de Sima del Elefante en Atapuerca, quedaría relegado a un segundo puesto, muy detrás de Orce, entre 0,2 y 0,4 Ma más moderno», añade el investigador.

Yacimiento de Fuente Nueva 3: Lluís Gilbert / Universidad de Barcelona

La fauna apuntala la antigüedad del yacimiento

Para completar la datación, el estudio también ha analizado la fauna que se encuentra en los diferentes yacimientos de Orce, ya que esta es diferente según el período, y la ha comparado con la que se ha encontrado en otros yacimientos del Pleistoceno temprano situados en otros lugares de Europa.

En este sentido, en el trabajo se presenta un análisis detallado de los micromamíferos y grandes mamíferos de todos los yacimientos de Orce, realizado por el experto Robert Martin, a partir de las colecciones paleontológicas almacenadas en el Museo del Instituto Catalán de Paleontología Miguel Crusafont (IPS) de Sabadell. «Los resultados muestran que la fauna pequeña y grande de Orce es más primitiva que, por ejemplo, la de la Sima del Elefante, donde las evidencias muestran que el roedor 'Allophaiomys lavocati' es más evolucionado que el 'Allophaiomys' recuperado de los yacimientos de Orce», detalla Gibert.

Otro indicador relevante de la antigüedad de los yacimientos de Orce es la ausencia de los antepasados ​​de los cerdos. «Son animales que se consideran inmigrantes asiáticos y que no se han encontrado en ningún yacimiento europeo con una antigüedad de entre 1 y 1,5 Ma, mientras que sí se han encontrado en la Sima del Elefante, apoyando que la fauna de Orce es más antigua», explica el investigador.

Migraciones humanas desde el continente africano. Lluís Gilbert et al. / Universidad de Barcelona

Evidencias que apuntan al paso por Gibraltar

Esta nueva datación se añadiría, según Gibert, a otras evidencias que decantarían la balanza de la colonización de Europa por el estrecho de Gibraltar, en lugar de la vía alternativa: la vuelta al Mediterráneo por Asia, como por ejemplo «la existencia de una industria lítica con similitudes a la que se ha encontrado en el norte del continente africano y también por la presencia de restos de fauna africana en el sur de la Península, como los de 'Hippopotamus', hallado en los yacimientos de Orce, y las de 'Theropithecus oswaldi', un primate africano similar a un papión, hallados en la cueva Victoria, un yacimiento cerca de Cartagena (Murcia), inexistentes en ningún otro lugar de Europa».

«También defendemos la hipótesis de que llegaron desde Gibraltar, porque no se han encontrado evidencias más antiguas en ningún otro yacimiento del recorrido alternativo», añade Gibert.

Diente leche de un homínido datado en 1,4 millones de años.

Similitud con los homínidos de la isla de Flores

Con estos resultados, los investigadores señalan un «diacronismo» entre la ocupación más antigua de Asia, de 1,8 Ma, y la más antigua de Europa, que sería de hace 1,3 Ma, de modo que los homínidos africanos habrían llegado al suroeste de Europa más de 0,5 Ma después de salir por primera vez de África hace aproximadamente 2 Ma.

«Estas diferencias en la expansión humana se explicarían porque Europa está aislada de Asia y de África por barreras biogeográficas difíciles de superar, tanto por el este (estrecho del Bósforo, Dardanelos, mar de Mármara) como por el oeste (estrecho de Gibraltar). La humanidad llegó a Europa en el momento en que tuvo la tecnología necesaria para cruzar barreras marítimas, tal y como ocurrió antes del millón de años en la isla de Flores (Indonesia)», apunta Gibert.

En este sentido, el investigador añade que «la ruta de Gibraltar requiere actualmente atravesar hasta catorce kilómetros de vía marítima, pero quizás en el pasado esta distancia era menor en algunos momentos debido a la alta actividad tectónica en esta región y a las fluctuaciones del nivel del mar favoreciendo las migraciones».

«Tal y como se cita en el trabajo —añade—, hemos identificado otras migraciones de fauna africanas a través de Gibraltar en momentos anteriores, hace 6.2 y 5.5 Ma cuando el estrecho de Gibraltar era muy reducido».

Foto de las últimas excavaciones realizadas en el yacimiento de Venta Micena 3 en Orce en 1992, donde se descubrieron los primeros restos humanos. Crédito: Lluis Gilbert / Universidad de Barcelona.

Los vestigios humanos en Orce

Los restos humanos encontrados en los yacimientos de Orce son un total de cinco desde que se iniciaron las excavaciones en 1982 por el paleoantropólogo Josep Gibert. En primer lugar, se encontraron en Venta Micena dos fragmentos de húmero mordidos por las hienas y también partes de un fragmento craneal que consiste en dos parietales y un occipital, asociados a una abundante fauna del Pleistoceno temprano. La procedencia humana de estos restos generó una gran controversia durante años, aunque según estudios paleoproteómicos independientes realizados por las universidades de Granada y San Francisco identificaron que había proteínas humanas en dichos restos.

«El descubrimiento, posteriormente, en los yacimientos cercanos de Barranco León y Fuente Nueva 3 de dos dientes molares humanos y miles de herramientas líticas olduvayenses —una de las primeras industrias líticas humanas—, así como marcas de corte en huesos, sirvieron para consolidar la evidencia de la presencia de homínidos en el Pleistoceno temprano de Orce», concluye Lluís Gibert.

Fuente: web.ub.edu| 12 de julio de 2024

Descubren la primera neandertal de Vizcaya: tiene unos 150.000 años y está conectada con Atapuerca

Fragmentos de hueso del neandertal hallado en Karrantza (Vizcaya). Universidad del País Vasco.

Se ha dado a conocer en una rueda de prensa del Museo Arqueológico de Vizcaya los últimos hallazgos de las excavaciones en el yacimiento de El Polvorín de Karrantza (Valle de Carranza). Los restos humanos depositados en el mismo Museo han sido datados hace más de 150.000 años y corresponderían a un neandertal. Todos pertenecen al mismo individuo que, debido a su complexión grácil y que posiblemente se trate de una mujer, ha sido apodado como Andere.

Los restos estudiados por el equipo de investigación liderado por Asier Gómez Olivencia (izquierda), del departamento de Geología de la Universidad de País Vasco (UPV/EHU), serían los restos más antiguos de la provincia de Vizcaya, con una antigüedad similar al del húmero de neandertal documentado en la cueva guipuzcoana de Lezetxiki, Mondragón.

En las campañas realizadas entre 2021 y 2022 en el municipio vizcaíno se contabilizaron hasta 18 restos óseos pertenecientes a distintas partes de un mismo esqueleto, tanto del cráneo como del postcráneo. Sus rasgos morfológicos indican que se trataría de un neandertal, pero un análisis más detallado de uno de sus brazos desveló que su radio presenta características arcaicas, muy similares a los de los preneandertales excavados en la Sima de los Huesos del yacimiento de de Atapuerca (Burgos).

Presentación de 'Andere' en la rueda de prensa del Museo Arqueológico de Vizcaya. Universidad del País Vasco.

Relación con Atapuerca

Hasta donde se sabe, las poblaciones neandertales que vivieron en Europa y Asia basaron su economía en la caza y recolección entre hace 200.000 y 40.000 años, cuando se extinguieron. Estas poblaciones descenderían de especies anteriores como la documentada en la Sima de los Huesos, datado entre hace 300.000 y 430.000 años. Al comparar a Andere con otros neandertales, su radio desvela que estaba mucho más cerca de las poblaciones de Atapuerca que de los últimos neandertales documentados entre hace 135.000 y 40.000 años. Esto lleva a pensar a los expertos que los restos podrían ser bastante más antiguos, incluso de hace más de 200.000 años.

En el País Vasco se conocen yacimientos que presentan evidencias de otros asentamientos neandertales pero, que contengan restos humanos es algo más raro. Se conocen varios yacimientos arqueológicos en Euskal Herria que han proporcionado evidencias de ocupaciones neandertales entre hace unos 200,000 y 40.000 años: por ejemplo, Axlor (Dima) Aranbaltza (Barrika), Arlanpe (Lemoa), Lezetxiki (Arrasate), Amalda (Zestoa) y Arrillor (Zigoitia).

Fósiles de 'Homo neanderthalensis' localizados en el yacimiento de El Polvorín (Karranza, Vizcaya). EFE/ Miguel Toña.

En el yacimiento de Lezetxiki se localizaron restos de distintas cronologías, el más antiguo: el húmero de un neandertal adulto. Este húmero también es similar a los de las poblaciones de la Sima de los Huesos y fue datado, como mínimo, hace 164.000 años con un grado de error de 9.000 años.

"Los restos del yacimiento de El Polvorín, por su morfología, serían los más antiguos de Vizcaya y podrían ser igual de antiguos (o más), que el húmero de hallado en Lezetxiki, el más antiguo descubierto hasta la fecha", explica el comunicado de la UPV/EHU.

Húmero de la cueva de Lezetxiki, en Arrasate (Guipúzcoa).

El Polvorín de Karrantza

En el año 2020, el Museo de Arqueología de Vizcaya localizó varios posibles restos de neandertal entre huesos de osos y hienas en la Sima I, una de las galerías inferiores del yacimiento de El Polvorín. Este descubrimiento motivó las excavaciones actuales que se iniciaron al año siguiente.

"Además, en el caso de la Sima I de El Polvorín, por primera vez se han descubierto restos que pertenecen a un esqueleto parcial [Andere]. Estos restos podrán aportar más información sobre la evolución de los neandertales", apunta la UPV/EHU.

"El yacimiento tiene mucho futuro y dará muchas sorpresas, pero llevamos muy poco tiempo y hay trabajo para varios años", ha dicho Gómez, que ha comentado que la campaña de excavaciones de 2024 se realizará en otoño.

Ilustración que recrea a 'Andere' con su grupo en la cueva de El Polvorín. Josemi Benítez.

El investigador ha explicado que además de buscar nuevos restos humanos, tanto de Andere como de otros posibles individuos, se tienen que realizar todavía muchas investigaciones geológicas, así como de los restos de los osos y hienas, que parecen más recientes que los de la neandertal.

Ha comentado que necesitan tener «datos más robustos» con esos estudios y posibles análisis genéticos, tanto de humanos como de animales, si se encuentran restos con ADN, para explicar el origen de la acumulación de restos animales en la cueva.

Asimismo, ha explicado que la cueva tiene un acceso muy difícil y que geológicamente es muy compleja, lo que dificulta datar los restos hallados, dado que las capas se superponen y hay restos fósiles tanto en el suelo como en las paredes y techos.

En un futuro cercano, 7 de los 18 restos de Andere podrán verse en las instalaciones del Museo de Arqueología, mientras que el resto de fósiles permanecerá en fase de estudio.

Fuentes: elespanol.com | naiz.euz | 12 de junio de 2024

Varios investigadores intentan confirmar que en Ciudad Real vivieron homínidos arcaicos similares a los de Atapuerca

Arqueólogos del proyecto "Primeros pobladores del Alto Guadiana" durante los trabajos de excavación. Universidad Complutense de Madrid.

La intervención en el yacimiento arqueológico, paleontológico y paleoantropológico de Ruidera-Los Villares, en la provincia de Ciudad Real arroja un resultado, a priori, sorprendente.

Los restos óseos encontrados, algunos de ellos humanos, pertenecerían a los habitantes del lugar hace entre 300.000 y 400.000 años, en el Pleistoceno Medio. “De confirmase tendríamos un yacimiento único y excepcional de homínidos arcaicos que sólo tendría comparación con otros yacimientos como Atapuerca”, explica Daniel García Martínez (izquierda), de la Unidad de Antropología Física en la Facultad de Biología de la Universidad Complutense de Madrid.

Dirige el proyecto bautizado como ‘Primeros Pobladores del Alto Guadiana’ en el que también participan Carlos A. Palancar, del Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN - CSIC), Francesc Gascó Lluna, de la Universidad Isabel I y por Sara Díaz Pérez, del Institute of Archaeology de la Universidad de Wrocław, en Polonia.

Este profesor había trabajado antes en el yacimiento de 'La Cueva de los Toriles' en Carrizosa. En 2018 el equipo recibió algunos de los restos asociados al yacimiento Ruidera-Los Villares. “Los analizamos mediante la datación de series de uranio”, detalla. Habían probado antes con el Carbono 14, pero sin éxito. “Estaba fuera del rango porque solo sirve para dataciones de hasta 50.000 años atrás. Los restos resultaron ser más antiguos. Eran de hace entre 300.000 y 400.000 años”.

El yacimiento de Ruidera-Los Villares es comparable por su importancia al de Atapuerca, en la provincia de Burgos. Comunidad de Castilla-La Mancha.

Fue entonces cuando se notificó a la Junta de Castilla-La Mancha no solo su existencia, sino la cronología preliminar asociada al hallazgo. “Entre los restos estaban los de una cabra, un tar (Hemitragus jemlahicus) que hoy tenemos en el Himalaya, pero durante el Pleistoceno Medio podíamos encontrarla en la península ibérica. Apreciamos signos de que había sido comida por los humanos”.

En agosto de 2023 iniciaron la primera prospección en la que lograron recuperar más de 1.400 restos. Entre ellos apareció el fragmento de un cráneo. “Sin ninguna duda es humano y por suerte hemos podido datar también el sedimento que tenía pegado. Queríamos ser muy cautos, pero su antigüedad es coherente con esos 400.000 o 300.000 años atrás. El humano y las cabras parecen ser de la misma edad. Todo el conjunto que encontramos es bastante homogéneo”.

Estas piezas están siendo estudiadas para situarlas en una época y especie concreta, pero los científicos lo tienen claro. “Un análisis preliminar de estos restos humanos nos ha permitido argumentar que no estamos ante la presencia de humanos modernos, sino ante una especie más arcaica”, dice el informe al que ha tenido acceso elDiarioclm.es.

Restos óseos humanos recuperados en el yacimiento de Ruidera-Los Villares. Arriba izquierda, fotografías de los huesos pertenecientes a la mano (falanges, metacarpo y carpo). Arriba a la derecha, imagen de un fragmento de parietal humano. Abajo, fragmentos de costillas.

Daniel García es un colaborador habitual en el yacimiento de Atapuerca. “La conocemos bien. Tanto la Sima de los Huesos como otra parte llamada 'Galería' tienen unos 400.000 años. El yacimiento de Ciudad Real sólo es comparable a Atapuerca”.

Los investigadores creen que "el descubrimiento vendría a llenar un vacío histórico en relación con la presencia humana, tanto en la zona como en la península ibérica, porque su cronología se remontaría a la época en la que los pre-neandertales habitaban en la Meseta Norte. Queremos saber si los que hemos encontrado lo son también. o si incluso estamos hablando de restos con morfología más arcaica que los de la Sima de los Huesos”.

Daniel García apunta que “probablemente podría englobarse dentro de la especie 'Homo heidelbergensis'. Tiene más pinta de homínido arcaico que de neandertal. Hablamos de un periodo que no es tan conocido porque es más escaso en restos”, explica este investigador que recuerda la tesis de José María Bermúdez de Castro, uno de los responsables de la Fundación Atapuerca: “Cree que convivieron formas neandertales con otras más arcaicas”.

Reconstrucción del aspecto del 'Homo heidelbergensis'. Imagen cedida por el investigador de la Universidad Complutense, Daniel García Martínez.

“El Homo heidelbergensis fue una especie de transición, el heredero del 'Homo erectus' que sale de África, llega a Europa y se diversifica. Es posible que en la parte sur de la península ibérica, en el Mediterráneo, las formas del 'Homo heidelbergensis' fueran todavía un poco arcaicas”.

Ya han iniciado una segunda campaña de excavación en el yacimiento. Será breve, porque durará unos 15 días, pero ya han encontrado nuevos restos humanos. “Hemos encontrado dientes y restos de cráneos. El primer día, con las tareas de organización y limpieza ya apareció un diente de gran tamaño”.

Sea lo que sea, creen que "los hallazgos en este yacimiento constituyen un punto de inflexión en el patrimonio de Castilla La Mancha y de la península ibérica, tanto por la cantidad de fósiles recuperados, como por su ubicación".

Presentación de los resultados de 2023 de Paleo Ruidera sobre el yacimiento de Ruidera-Los Villares, en el Parque Natural de Las Lagunas de Ruidera.

Los restos óseos faunísticos encontrados proporcionan también una amplia visión acerca de la “potencia” del yacimiento por la cantidad y diversidad de especies que poblaron la zona de Ruidera y la Meseta Sur a finales del Pleistoceno Medio. También permite estudiar su relación con otros yacimientos de la península ibérica.

Durante los trabajos afloraron también restos de industria lítica antigua realizada en cuarcita. En total hay 55 piezas que han sido revisadas e inventariadas. Es la materia prima predominante también en otros yacimientos paleolíticos de Castilla-La Mancha como El Sotillo o Albalá (Ciudad Real), así que se cree que las poblaciones de la época tenían predilección por la cuarcita para crear sus herramientas, frente a otras como el sílex. “No sabemos por qué”.

Lascas encontradas en el yacimiento de Ruidera- Los Villares, en Ciudad Real Imagen incluida en la memoria de la investigación científica.

El origen del yacimiento

Fue a principios de los años sesenta del siglo XX cuando empezaron a construirse los primeros chalets en el municipio de Ruidera (Ciudad Real), en los terrenos aledaños a la cabecera de la laguna del Rey. Durante los trabajos aparecieron restos arqueológicos que después se identificarían como romanos.

En aquellas mismas fechas se planificó también la urbanización ‘Los Villares’ con vistas a las lagunas La Colgada y del Rey. Cuentan los investigadores que, según el testimonio oral del capataz de la obra Juan Capdevila, “salían cascotes y cosas raras, pero como nadie sabía lo que era aquello, se quedaban por los terraplenes de los carreterines”.

Por fortuna, algunos de esos restos se conservaron. “El guarda de la finca, Antonio Ruiz, dio a conocer la existencia de huesos en el lugar a un profesor de la Universidad de la Complutense allá por 2008, aunque aquello quedase olvidado hasta 2018. Fue entonces cuando nuestro equipo entró en juego”, explica Daniel García.

Imagen de los trabajos en el yacimiento arqueológico Ruidera-Los Villares. Imagen cedida por la Junta de Comunidades.

Ahora, y a partir de los datos recogidos en el yacimiento, la hipótesis inicial apunta a que ese lugar de Ciudad Real fue un abrigo rocoso en el que encontraron refugio los homínidos. “Creemos que formaba parte de un sistema de cuevas”, explica, que o bien fue arrasado o bien colapsó tras haberse formado durante el Pleistoceno. Era justo en el momento en el que el río Ruidera tenía una cota similar a la del yacimiento. “Es posible que la parte superior de la cueva se erosionase y que lo que estamos excavando ahora sea el interior de una de esas cuevas, pero en superficie”.

Ya en el siglo XX, con las obras en el lugar, se generó una zona de escombros de material pleistocénico con abundantes fósiles que ofrecen ya algunas respuestas para este equipo multidisciplinar compuesto por arqueólogos, paleontólogos, geólogos, geofísicos, paleoantropólogos, químicos...

Yacimiento de Ruidera-Los Villares, en el Parque Natural de Las Lagunas de Ruidera (Ciudad Real).

Estudian desde las características de estos homínidos hasta su dieta, pero también se interesan por la fauna del momento e incluso en qué ambiente vivían. “Creemos que no se trata de un periodo de glaciación, sino interglaciar”, explica, para referirse a un periodo más atemperado entre dos glaciaciones. “Lo sabemos porque no ha aparecido fauna de zona fría como mamuts o rinocerontes lanudos, pero sí cabras, leopardos o leones... Lo poco que sabemos del polen fósil, otra de las vías de estudio, es que el clima sería mediterráneo, pero más árido de lo que tenemos actualmente”.

Los investigadores esperan poder continuar con la investigación. “Es crucial generar conciencia sobre la importancia de este yacimiento arqueo-paleontológico y los desafíos a los que nos enfrentamos debido a la falta de financiación”.

Buscan apoyo para seguir y ya han anunciado -lo hacen en el propio informe- su intención de "pedir permiso de excavación y de estudio del material hasta que el yacimiento sea excavado por completo” porque esta investigación “puede suponer un avance para el conocimiento de la evolución humana en la península ibérica, en Europa y en el mundo, pero también puede ser un activo en la zona de las Lagunas de Ruidera con un turismo más masificado. Atapuerca ha demostrado que hay mucho interés por otro tipo de turismo, el cultural”.

Fuentes: eldiario.es | larazon.es | nationalgeographic.com.es | 12 de mayo de 2024

La competencia entre distintos homínidos fue más influyente en el resultado final de la especiación que la evolución del clima

El Cráneo 5, apodado Miguelón en homenaje al ciclista navarro Miguel Indurain, fue recuperado en 1992 en el yacimiento de la Sima de los Huesos de la sierra de Atapuerca. Su antigüedad está establecida en torno a los 400.000 años y se atribuye a preneandertal varón de unos treinta y tantos años

Durante mucho tiempo se ha considerado al clima responsable de la aparición y extinción de especies de homínidos. Sin embargo, en la mayoría de los vertebrados se sabe que la competencia entre especies desempeña un papel importante.

Ahora, una investigación muestra, por primera vez, que la competencia fue fundamental para la "especiación" (el ritmo al que emergen nuevas especies) a lo largo de cinco millones de años de evolución de los homínidos.

El estudio, publicado hoy en Nature Ecology & Evolution, también sugiere que el patrón de formación de especies de nuestro propio linaje estaba más cerca de los escarabajos isleños que de otros mamíferos.

"Hemos estado ignorando la forma en que la competencia entre especies ha dado forma a nuestro propio árbol evolutivo", dijo la autora principal, la Dra. Laura van Holstein, antropóloga biológica del Clare College de la Universidad de Cambridge. "El efecto del clima en las especies de homínidos es sólo una parte de la historia".

En otros vertebrados, las especies se forman para llenar “nichos” ecológicos, dice van Holstein. Tomemos como ejemplo los pinzones de Darwin: algunos desarrollaron picos grandes para cascar nueces, mientras que otros desarrollaron picos pequeños para alimentarse de ciertos insectos. Cuando se llena cada nicho de recursos, comienza la competencia, por lo que no surgen nuevos pinzones y las extinciones toman el control.

Van Holstein utilizó modelos bayesianos y análisis filogenéticos para demostrar que, al igual que otros vertebrados, la mayoría de las especies de homínidos se formaron cuando la competencia por los recursos o el espacio era baja.

“El patrón que vemos en muchos de los primeros homínidos es similar al de todos los demás mamíferos. Las tasas de especiación aumentan y luego se estancan, momento en el que las tasas de extinción comienzan a aumentar. Esto sugiere que la competencia entre especies fue un factor evolutivo importante”.

Sin embargo, cuando van Holstein analizó nuestro propio grupo, Homo, los hallazgos fueron "extraños".

Para el linaje Homo que condujo a los humanos modernos, los patrones evolutivos sugieren que la competencia entre especies en realidad resultó en la aparición de aún más especies nuevas, una inversión completa de la tendencia observada en casi todos los demás vertebrados.

“Cuantas más especies de Homo había, mayor era la tasa de especiación. Entonces, cuando esos nichos se llenaron, algo impulsó a que surgieran aún más especies. Esto es casi incomparable en la ciencia evolutiva”.

a, Esperanza de vida de las especies que comprende el tiempo entre las fechas de especiación y extinción según tres conjuntos de datos. Naranja: El primer conjunto de datos comprende las fechas publicadas de primera y última aparición (DCP y LAD en inglés), que se utilizan convencionalmente como sustitutos de los tiempos de origen y extinción de las especies sin tener en cuenta la variabilidad en las tasas de preservación de fósiles. Azul claro: fechas de especiación y extinción estimadas en un marco bayesiano que incorpora la variabilidad temporal en las tasas de preservación de fósiles. Azul oscuro: fechas de especiación y extinción estimadas en un marco bayesiano que incorpora la variabilidad dentro del linaje en las tasas de preservación de fósiles. Tenga en cuenta que estos taxones son los que tienen en común las fechas de publicación y nuestra nueva base de datos; Los análisis reales incorporaron Homo ergaster en el conjunto de datos sin preservación previa y Homo rudolfensis en los conjuntos de datos previos a preservación. 'Homo erectus' sl se refiere a 'Homo erectus' sensu lato. b, Filogenia utilizada en este estudio de Parins-Fukuchi et al. 87 con especies coloreadas por agrupación taxonómica (amarillo: Homo; verde: no Homo).

La comparación más cercana que pudo encontrar fue en las especies de escarabajos que viven en islas, donde los ecosistemas contenidos pueden producir tendencias evolutivas inusuales.

"Los patrones de evolución que vemos en las especies de 'Homo' que condujeron directamente a los humanos modernos se acercan más a los de los escarabajos que habitan en islas que a los de otros primates, o incluso a los de cualquier otro mamífero".

En las últimas décadas se han descubierto varias especies nuevas de homínidos, desde Australopithecus sediba hasta Homo floresiensis. Van Holstein creó una nueva base de datos de 'ocurrencias' en el registro fósil de homínidos: cada vez que se encontró y fechó un ejemplo de una especie la anotaba, esto es, alrededor de 385 en total.

Los fósiles pueden ser una medida poco fiable de la vida de las especies. "Los primeros fósiles que encontremos pueden no ser los primeros miembros de una especie", dijo van Holstein.

“El grado de fosilización de un organismo depende de la geología y de las condiciones climáticas: si hace calor, es seco o está húmedo. Con los esfuerzos de investigación concentrados en ciertas partes del mundo, es posible que, como resultado, nos hayamos perdido fósiles más jóvenes o más antiguos de una especie”.

Cráneos de un 'Homo floresiensis' (izquierda) y un Homo sapiens.

Van Holstein utilizó modelos de datos para abordar este problema y tuvo en cuenta los números probables de cada especie al principio y al final de su existencia, así como los factores ambientales de fosilización, para generar nuevas fechas de inicio y finalización para la mayoría de las especies de homínidos conocidas (17 en total).

Descubrió que algunas especies que se pensaba habían evolucionado a través de una "anagénesis" (cuando una especie (un ancestro) lentamente se convierte en otra, pero el linaje no se divide) en realidad pueden haber "brotado": cuando una nueva especie se ramifica a partir de una existente, es decir por "cladogénesis".

Por ejemplo, se creía que la especie de homínido Australopithecus afarensis se había especiado mediante anagénesis a partir del Australopithecus anamensis. Sin embargo, el nuevo modelo de datos sugiere que se superpusieron alrededor de medio millón de años.

Esto significó que varias especies de homínidos más de las que se suponía anteriormente coexistían y, por lo tanto, posiblemente competían entre sí.

Comparación de mandíbulas del 'Paranthropus boisei' (izquierda) y 'Homo sapiens' encontradas en África. | PNAS

Si bien las primeras especies de homínidos, como Paranthropus, probablemente evolucionaron fisiológicamente para expandir su nicho (adaptando los dientes para explotar nuevos tipos de alimentos, por ejemplo), el impulsor del patrón evolutivo, muy diferente en nuestro propio género Homo, bien pudo haber sido la tecnología.

“La adopción de herramientas de piedra o del fuego, o técnicas de caza intensivas, son comportamientos extremadamente flexibles. Una especie que logre aprovecharlos puede crear rápidamente nuevos nichos y no tiene que sobrevivir largos períodos de tiempo mientras desarrolla nuevos planes corporales”, dijo van Holstein.

Sostiene que la capacidad de utilizar la tecnología para generalizar e ir rápidamente más allá de nichos ecológicos que obligan a otras especies a competir por el hábitat y los recursos, puede estar detrás del aumento exponencial del número de especies de Homo detectadas en el último estudio.

Pero también condujo al Homo sapiens los homínidos generalistas por excelencia. La competencia con un generalista extremadamente flexible en casi todos los nichos ecológicos pudo ser lo que contribuyó a la extinción de todas las demás especies de Homo.

Van Holstein añadió: “Estos resultados muestran que, aunque convencionalmente se ha ignorado, la competencia jugó un papel importante en la evolución humana en general. Quizás lo más interesante es que en nuestro propio género desempeñó un papel diferente al de cualquier otro linaje de vertebrados conocido hasta ahora”.

Fuente: University of Cambridge | 17 de abril de 2024