Descubren un taller y un conjunto de herramientas de ocre de 100.000 años de antigüedad en Sudáfrica

El ocre pudo utilizarse para decoración o con intención simbólica

Prof. Chris Henshilwood, University of the Witwatersrand, Johannesburg
Dos conchas con restos de ocre encontradas en la Cueva de Blombos en Ciudad del Cabo
Cintíficos del Instituto de Evolución Humana de la Universidad de Witwatersrand (Sudáfrica) ha descubierto una mezcla rica en ocre de 100.000 años de antigüedad (posiblemente utilizada para la decoración, la pintura y la protección de la piel) almacenada en dos conchas de abulón, en la Cueva de Blombos en Ciudad del Cabo (Sudáfrica). «El ocre puede haber sido usado, con intención simbólica, como decoración en los cuerpos y la ropa durante la Edad de Piedra Media», ha explicado el profesor Christopher Henshilwood quien, junto con su equipo internacional, descubrió también un taller en 2008, donde se producía un licuado rico en mezcla de ocre.

Los resultados del estudio han sido publicados en la prestigiosa revista internacional «Science». Los dos juegos de herramientas fueron descubiertos en su sitio original (no se han movido de su lugar original de deposición) e incluyen ocre, huesos, carbón, piedras y martillos. La molienda y el raspado de ocre para producir un polvo para su uso como pigmento eran prácticas comunes en África y en el Cercano Oriente hace unos 100.000 años. «Este descubrimiento representa un hito importante en la evolución de la cognición humana compleja, ya que muestra que los humanos tenían la capacidad conceptual de combinar y almacenar sustancias utilizadas luego para mejorar sus prácticas sociales», explica

Henshilwood, y agrega que «creemos que el procedimiento de fabricación se llevaba a cabo mediante la fricción de las piezas de ocre sobre losas de cuarcita, para producir un fino polvo de color rojo». Los pedazos de ocre se pulverizaban con molinillos de cuarzo y cuarcita y se mezclaban con huesos de mamíferos, carbón, piedra y líquido, para ser luego introducido en conchas de abulón y agitado suavemente. Los sedimentos de cuarzo donde fueron enterrados los contenedores de ocre fueron datados en unos 100.000 años utilizando la técnica de luminiscencia óptica estimulada (LOE). «La recuperación de estos conjuntos de herramientas agrega evidencia sobre el desarrollo tecnológico y de comportamiento social de los seres humanos, así como de un conocimiento elemental de la química, hace 100.000 años», concluye Henshilwood.

Secuencian el ADN de la bacteria más letal de la historia, la Peste Negra

Restos de cuatro cadáveres de personas fallecidas por la peste negra y recuperados en el cementerio londinense de East Smithfield, a partir de los cuales se ha podido aislar y secuencia la bacteria causante de la epidemia.- MUSEUM OF LONDON ARCHEOLOGY

La llamada «peste negra» mató a casi la mitad de la población europea del siglo XIV

La bacteria mató a 50 millones de personas en Europa entre 1347 y 1351  

La peste negra, una de las más mortíferas epidemias de la historia de la humanidad, con 50 millones de fallecidos en Europa (la mitad de su población) en pocos años (entre 1347 y 1351), fue causada por una bacteria, una variante específica de la Yersinia pestis, cuyo genoma completo ha logrado ahora secuenciar un equipo científico internacional. Los investigadores han utilizado las muestras tomadas de los restos de cuatro víctimas de la peste negra enterradas en el cementerio londinense de East Smithfield, entre 1348 y 1350.

«Los datos genéticos indican que esta variante bacteriológica es el ancestro de todas las plagas modernas que tenemos en el mundo. Todos los brotes de hoy día provienen de un descendiente de aquella plaga medieval», explica Hendrik Poinar, uno de los científicos responsables del proyecto, publicado ayer por la revista científica «Nature».

Johannes Krause (Universidad de Tubinga, Alemania) y sus colegas concluyen que esa cepa de la mortífera bacteria que ellos han secuenciado es el ancestro de todas las cepas de peste actuales, que provocan unas 2.000 muertes cada año en todo el mundo.

Es la primera vez que los científicos logran reconstruir el genoma de un patógeno tan antiguo, y es importante porque permite seguir el rastro de los cambios en su evolución y virulencia a lo largo del tiempo, explican los expertos de la Universidad McMaster (Canadá), que ha participado en la investigación.
De hecho, estos científicos han podido secuenciar el genoma de la cepa de la bacteria de la peste negra gracias a una nueva tecnología, desarrollada por ellos mismos, para obtener y purificar pequeños fragmentos de ADN degradados del antiguo patógeno y lo han identificado como una variante de Yersinia pestis. Ha sido esencial aislar, en los restos del cementerio londinense, la señal genética de la bacteria específica del ADN de otros microorganismos y de los propios humanos de la edad media.

"Utilizando la misma metodología, sería posible ahora estudiar genomas de todo tipo de patógenos antiguos, lo que nos proporciona una visión directa de la evolución de los patógenos humanos y las pandemias históricas", señala Krause.

Los investigadores han descubierto en sus análisis del genoma que en los 660 años de evolución de esa cepa bacteriana se han producido relativamente poco cambio en su genoma, pero esos cambios pudieron ser responsables de la virulencia de la famosa epidemia que barrió Europa en la Edad Media.
Los análisis genéticos también han permitido determinar el origen de aquella cepa mortífera en algún momento entre el siglo XII y XIII, lo que muestra que otra epidemia mucho más antigua, en la Roma de Justiniano, en el siglo VI, fue causada por otro agente patógeno diferente -aún por determinar- que se extendió por el imperio Romano matando a unos cien millones de personas.

Hallan la madriguera de un descomunal «kraken» prehistórico

Se trata de un monstruo marino de 30 metros, quizás un pulpo o calamar gigantes, capaz de devorar a los mayores depredadores de la época

Científicos exponen los últimos estudios sobre la Sábana Santa en Cáceres

LA JORNADA 'LA CIENCIA TRAS LAS HUELLAS DE JESÚS', EN EL AULA DE CLAVELLINAS DEL 14 AL 22 DE OCTUBRE

Se hablará también del Sudario de Oviedo, del Mantel de Coria y del Cáliz de Valencia. Abiertas a todo el público. La entrada es gratuita hasta completar el aforo

SIRA RUMBO
Expertos en sindonología --ciencia que se encarga de estudiar la Sábana Santa-- participarán en Cáceres los días 14, 15, 21 y 22 de octubre en unas jornadas de estudio denominadas 'La ciencia, tras las huellas de Jesús' que pretende exponer las últimas investigaciones científicas sobre las reliquias de Jesucristo. Así, se abordarán temas sobre el Mantel de Coria, la Sábana Santa de Turín, el Sudario de Oviedo o el Cáliz de Valencia.

Las jornadas, organizadas por el Obispado Coria-Cáceres y el Centro Español de Sindonología (CES), tendrán lugar en el aula de cultura de la calle Clavellinas de la capital cacereña. "Es un proyecto que a nadie va a dejar indiferente. Es una simbiosis entre la religión y la ciencia", explicó el director de la Fundación Mercedes Calles y Carlos Ballestero, patrocinador de las jornadas junto con Obra Social Caja Extremadura. Acha indicó, además, que se trata de un evento de relevancia para la región porque será "un foco de atracción mundial".

El responsable en la región del Centro de Estudios de Sindonología, Ignacio Dols, recordó que a estos estudios se dedican científicos de diferentes ramas, desde arquitectos hasta ingenieros industriales. "El curso intenta hablar de lo que la ciencia tiene que decir sobre las reliquias que han tenido contacto con Jesucristo. Es una puesta en común donde se sacarán conclusiones consensuadas", especificó Dols.
Las jornadas están abiertas al público general y la entrada es libre, hasta completar aforo.

Vía: http://www.elperiodicoextremadura.com/

El agua de los océanos pudo llegar del Espacio

Una buena proporción del agua de los océanos procedió de los cometas

Los científicos descubren que hielo hallado en un cometa del cinturón de Kuiper es idéntico al de nuestros mares

Londres. (EFE).- Una buena proporción del agua de los océanos pudo proceder de los cometas, más de lo estimado hasta ahora, según un grupo de científicos que estudió uno de esos cuerpos celestes.
A esta conclusión llegó un equipo internacional de expertos coordinado por Paul Hartogh del Instituto Max-Planck para Estudios del Sistema Solar de Alemania, después de detectar por primera vez en un cometa agua con una composición similar a la de los océanos terrestres.

Su investigación, publicada este miércoles en la revista británica Nature, pudo realizarse gracias a los instrumentos del Observatorio Espacial Herschel, de la Agencia Espacial Europea.
Los científicos descubrieron que el agua de los océanos terrestres tiene la misma composición que el hielo hallado en un cometa identificado como 103P/Hartley2, de la familia de Júpiter y cuyo origen está en el cinturón de Kuiper, el conjunto de cuerpos de cometa fuera de la órbita de Neptuno.
Para llegar a esta conclusión, Hartogh y sus compañeros -entre ellos el español Miguel de Val-Borro y la venezolana Miriam Rengel- determinaron la proporción de deuterio o hidrógeno pesado (D/H) en el agua del 103P/Hartley 2.

Seis otros cometas analizados con el mismo Instrumento Heterodino para el Infrarrojo Lejano de Herschel (HIFI) en los últimos años dieron valores muy distintos de D/H al existente en nuestros océanos, por lo que no pudieron aportar más del 10% del agua terrestre.
Los análisis sobre el origen de los océanos han sido motivo de debate puesto que varias investigaciones apuntaban a que procedió principalmente del impacto de los asteroides con la Tierra.
Hartogh asegura que en el periodo de su formación la Tierra era muy seca, por lo que el agua que hubiera en ese momento se evaporó al espacio.

Según creen los científicos, el agua surgió unos 8 millones de años después, por lo que los candidatos para suministrarla fueron los cometas y los asteroides.
Es posible establecer de dónde procedió el agua analizando la composición isotópica, especialmente la proporción de deuterio de hidrógeno (D/H), señaló el científico.

Según Hartogh, los asteroides de carbono del llamado cinturón de asteroides exterior, una región relativamente fría, tienen una relación D/H similar a la de los océanos terrestres.
Los cometas, en cambio, tienen más cantidad de agua pero su D/H es dos veces mayor que el agua de la Tierra, por lo que sólo una pequeña proporción de agua pudo proceder de ellos.
Pero esos cometas, ubicados en la nube Oort, fuera de nuestro sistema solar, tienen un origen distinto al del identificado ahora.

"El cometa 103P/Hartley2 tiene la misma proporción que el agua de los océanos de la Tierra. Como conclusión, más cantidad de agua de lo que se pensaba pudo proceder de los cometas", afirmó Hartogh.

http://www.lavanguardia.es/

Las pinturas rupestres de Altamira en peligro

La cueva de Altamira, con las magníficas pinturas en la parte superior, con uno de los instrumentos científicos de control del entorno.- MNCN-CSIS

Ocho expertos advierten en la revista 'Science' que la cueva, colonizada por bacterias y hongos, no soportaría el impacto de los visitantes si se reabriese

Las pinturas de Altamira, de hace unos 14.000 años, se conservaron excepcionalmente bien hasta su descubrimiento, en 1879, gracias a la ausencia de luz, a la escasa filtración de agua y el bajo flujo de aire de la Sala Policromada, con sus excepcionales pinturas. Pero la apertura de la cueva y los miles de visitantes durante décadas provocaron un deterioro tal que, en 1977, hubo que cerrarla. Luego se volvió a abrir con restricciones y se volvió a cerrar, la última vez en 2002. Ahora, un equipo de ocho expertos advierte en la revista Science que "las investigaciones muestran la necesidad de conservar la cueva manteniéndola cerrada en el futuro próximo". Cesáreo Saiz-Jiménez (investigador del CSIC) y sus colegas señalan que, desde el año pasado, se ha planteado reabrir Altamira por el impacto positivo que tendría en el turismo de la región, pero advierten que tal medida sería peligrosa para las famosas pinturas. Uno de los peligros sería la proliferación de bacterias y de hongos que han colonizado la cueva y que, por el momento, parecen estar contenidas en la entrada de la cueva.

"Si la cueva se reabre al público, la entrada continua de visitantes provocará un aumento de la temperatura, de la humedad y del CO2 en la Sala Policromada, reactivando la condensación y la corrosión de las rocas", escriben estos investigadores en la prestigiosa revista científica. Además, las visitas, al desplazarse por el interior del recinto, levantarían dañinas partículas que quedan en suspensión en el aire, incrementando la erosión de las paredes y liberando bacterias y esporas de hongos. También entrarían nuevos nutrientes para el frágil ecosistema de la cueva.

Saíz-Jiménez y sus colegas (del CSIC, de la Universidad de Alicante y del Museo Nacional de Ciencias Naturales) recuerdan que, en 1973, antes del cierre de Altamira, el número de visitas era altísimo (175.000 personas, en 1973). En 1982, se reabrió con un cupo máximo anual de personas que podían entrar en la cueva cada año (8.500 en un documento y 11.000 en otro). "Sin embargo, en septiembre de 2002 de nuevo hubo que cerrar Altamira al público debido a la presencia de microorganismos fototróficos en las pinturas", escriben los científicos. "La colonización de estos microorganismos fue la consciencia de décadas de utilización de luz artificial en la famosa Sala Policromada e iba acompañada por el desarrollo de colonizaciones microbianas directamente en las pinturas rojizas".

Altamira se conservó durante miles de años, recuerdan, gracias a un entorno pobre en nutrientes y con escaso contacto con la atmósfera exterior.
Pese a que el cierre desde 2002 ha sido muy beneficioso para la famosa cueva y sus pinturas, los problemas de conservación están todavía lejos de estar resueltos y los científicos siguen haciendo controles de su estado.

La cueva de Altamira depende del Ministerio de Cultura y es gestionada por el Museo Nacional de Altamira. Los científicos, en su artículo publicado en Science y titulado Arte paleolítico en peligro: política y ciencia enfrentadas en la cueva de Altamira, aconsejan que este lugar, Patrimonio de la Humanidad, permanezca cerrado para preservarlo.

Vía: http://www.elpais.com/