Calzada BRIGECO - OCELO DVRI (Ruta 26 del Itinerario de Antonino)






















































Fotografías facilitadas por José Luis Vicente González

Hallan en Sudáfrica proyectiles de hace 71.000 años

Científicos de la Universidad del Estado de Arizona han encontrado en Pinnacle Point, en la costa sur de Sudáfrica, evidencias de una avanzada tecnología mortífera de la edad de piedra fechada hace 71.000 años, veinte milenios años antes que en otros lugares del continente africano y Eurasia. Estas herramientas permitieron a nuestros antepasados arrojar proyectiles a una mayor distancia y aumentar su poder letal al tiempo que corrían menos riesgos. Los investigadores cree que este hallazgo bélico, que aparece publicado en la revista Nature, favoreció no solo una caza más segura, sino que dio a los humanos modernos una ventaja frente a los neandertales, que acabaron extinguidos.

«Cada vez que excavamos un nuevo yacimiento en la costa de Sudáfrica, descubrimos nuevos y sorprendentes resultados que empujan atrás en el tiempo la evidencia de comportamientos exclusivamente humanos», dice Curtis Marean, director del proyecto y profesor de la Universidad del Estado de Arizona.
La tecnología encontrada consiste en la producción cuidadosa de unas hojas o palas de piedra largas y delgadas a las que luego se redondeaba uno de los bordes para que puedan ser pegados en las ranuras talladas en maderas o huesos. Esto creó armas ligeras que pudieran ser utilizadas como proyectiles, bien como flechas o más probablemente como lanzadardos (átlatl), lo que supone una ventaja significativa sobre las armas de mano ya que al enfrentarse a un feroz búfalo -o a otro humano- con un arma de proyectiles de este tipo disminuye el riesgo del cazador de resultar herido y aumenta la distancia desde la cual se puede matar.

No hay rival

La investigación sobre las herramientas de piedra y la anatomía neandertal sugiere que los neandertales carecían de auténticas armas de proyectil. «Cuando los africanos salieron de África y entraron en territorio neandertal tenían proyectiles con una capacidad mayor para matar y probablemente también tenían un comportamiento más social y cooperativo. Estos dos rasgos suponían un golpe increíble. Combínalos, como los seres humanos modernos hicieron y todavía siguen haciendo, y ninguna presa o competidor está seguro», afirma Marean. «Probablemente, sentó las bases para la expansión fuera de África de los humanos modernos y la extinción de muchas presas, así como la de nuestras especies hermanas, como los neandertales».

5 Cosas que no sucederán el día del Fin del Mundo

No se puede predecir el futuro, pero los científicos sí están seguros de que el apocalipsis no estará marcado de esta forma en el calendario (maya) antes de Navidad

Si es usted un habitante de este planeta -especialmente si utiliza internet- sabrá sin género de dudas que el mundo acaba dentro de unas cuantas semanas. Una errónea -según coinciden los arqueólogos expertos en el mundo maya- y prácticamente histérica interpretación del calendario de este pueblo prehispánico sitúa el 21 de diciembre de 2012 como el fin de los tiempos. En esa fecha, dicen los agoreros, ocurrirá una importante transformación del orden mundial, una especie de cataclismo cósmico provocado por algo que puede caer del cielo. Sin embargo, los científicos están convencidos de que el 21 de diciembre es un día como otro cualquiera para prepararnos para el juicio final, tan bueno como puede ser mañana, pasado mañana, el lunes que viene o dentro de veinte años. A continuación, recogemos las distintas causas de un apocalipsis que, con seguridad, no ocurrirá antes de Navidad.

1- El choque con el planeta Nibiru

No sucederá ningún choque con ningún planeta, llámese Nibiru o Planeta X, simplemente porque ¡no existe! Este es uno de los bulos más grandes y absurdos acerca del 21 de diciembre. Y lo más chocante es que ha llegado a preocupar a un buen número de personas, según reconoció en su día la propia NASA, asombrada porque recibía mails y cartas de ciudadanos angustiados por esta posibilidad. Algunos hasta llegaron a sospechar que los gobiernos y organismos oficiales trataban de esconder al público esta amenaza. Pero desde el punto de vista científico la historia no tiene ni pies ni cabeza. Ningún satélite ni sonda de observación ha dado nunca con Nibiru y sería imposible ocultar semejante catástrofe. Un planeta así en nuestro sistema solar habría sido conocido desde hace mucho tiempo, por observación directa por infrarrojos o por las perturbaciones gravitacionales en otros objetos. Además, a estas alturas, ya lo tendríamos encima y sería perfectamente visible a simple vista.

2- El impacto de un gigantesco asteroide

Tampoco saldrá en las noticias de diciembre. Desde luego, no uno lo suficientemente grande como para provocar una destrucción masiva como la que acabó con los dinosaurios (supuestamente y según la teoría más aceptada) hace 65 millones de años. De acuerdo, como ya ha sucedido en el pasado nada nos dice que no pueda volver a ocurrir, pero no próximamente. Los astrónomos de la NASA tienen un completo programa de seguimiento de la trayectoria de los asteroides potencialmente peligrosos para la Tierra y no han observado ninguno que pueda ser tan amenazador como el aniquilador de dinosaurios. La agencia espacial pone a disposición del público los hallazgos de nuevos asteroides y sus aproximaciones, y cualquiera puede comprobar que no esperamos visita (nos referimos a una grande, claro) el famoso día 21. Las rocas pequeñas son más difíciles de detectar y muchas veces su aparición sorprende a los astrónomos, pero, aunque es cierto que pueden ser dañinas, no tienen la capacidad de causar catástrofes a gran escala.

3- Una llamarada solar que deje frita la Tierra

El científico de la NASA David Morrison, experto en el sistema solar y en impactos de asteroides, acuñó hace ya unos años el término «cosmofobia» (miedo al cosmos), un tipo de angustia que a su juicio ha crecido enormemente en los últimos años por causa de los rumores sin fundamento sobre el calendario maya. Este es uno de esos temores que forman parte de la cosmofobia: ¿puede el Sol lanzarnos una llamarada que acabe con la Tierra? Los científicos han advertido en numerosas ocasiones de la necesidad de protegernos de las eyecciones de partículas del Sol, que pueden, si son fuertes y apuntan directamente a nuestro planeta, provocar serios problemas en nuestras redes de energía y comunicaciones. La propia NASA elaboró hace años un informe en el que se ponía en el peor de los casos y que suponía una catástrofe mundial. Sin embargo, ante la expectación que ha levantado este fenómeno, la agencia espacial ha desmontado una serie de mentiras extendidas popularmente. Para empezar, el Sol alcanzará su máxima actividad a finales de 2013 o a principios de 1014, no en 2012 y ni siquiera entonces tendrá la suficiente energía para enviar un latigazo de fuego desde 93 millones de millas que pueda destruir la Tierra. La agencia reconoce la necesidad de proteger el planeta de estas tormentas solares, pero también recuerda que los ciclos solares (con picos de actividad cada once años) se han producido durante milenios sin provocar daños excesivamente graves.

4-Alineación cósmica

La Tierra y el Sol se alinean con el el centro de la Vía Láctea cada diciembre, pero es un evento anual que no tiene ninguna consecuencia para nosotros. El asunto de la alineación se puso de moda no hace mucho, ante la visita del cometa Elenin en 2011. Se creía que el cometa podía provocar una larga lista de desastres, entre ellos erupciones masivas, grandes terremotos, tsunamis y tormentas solares catastróficas, debido a que iba a estar alineado con la Tierra y el Sol, lo que significa que se podría trazar una línea recta que tocara a la vez los tres cuerpos celestes. Y resulta las dos últimas veces que esa alineación se produjo coincidió con los terremotos de Chile (el 27 de febrero de 2010) y de Japón (el 11 de marzo de 2011). Sin embargo, como recordarán, el cometa Elenin alcanzó su máxima cercanía a la Tierra a mediados de octubre de 2011 y continuó su viaje sin causar el más mínimo daño al planeta. Es más, el «lucero de las catástrofes» acabó desintegrado.

5- Inversión de los polos magnéticos de la Tierra

Una reversión geomagnética es un cambio en la orientación del campo magnético terrestre de forma que se intercambien las posiciones del polo norte y sur magnético. En realidad, estos eventos pueden durar de cientos a miles de años, y nada indica que tenga que suceder, exactamente, dentro de unos días. Es improbable que ocurra en unos milenios y, hasta donde se conoce, no tiene porqué causar daños a la vida en la Tierra.

Vía: www.abc.es

La estatua más antigua de la Prehistoria egipcia se encuentra en una colección Privada

Va a tener que revisarlo todo, tanto en el Louvre como en los libros de historia. Si los análisis confirman el hallazgo del arqueólogo y egiptólogo francés Luc Watrin, entonces la más antigua estatuilla de la prehistoria egipcia no está en un museo ni en ninguna publicación, sino en una colección privada en París.
Esta estatuilla, tiene una datación de "unos 6000 años antes de Jesucristo", dice Luc Watrin sosteniendo en sus manos el objeto comprado por un coleccionista privado hace doce años en la Galeria Cibeles de París.

Hasta entonces, el más antiguo objeto de culto egipcio conocido era la cabeza-máscara de Merimde Beni Salamé (izquierda) situada entre 4.000 y 4.100 años a. C., la pieza número 1 en el Museo de El Cairo.
La estatuilla es de basalto, de color gris y grano muy fino, y tiene unas dimensiones de 18 cm de alto por 10 cm de ancho. Su forma es de barril, con dos agujeros para los ojos, una nariz recta y ligeramente truncado en la parte superior y en la base, y con curvas voluptuosas sorprendentemente contemporáneas.

Esta es una "diosa madre", afirma este investigador independiente, que asienta su notoriedad en más de ochenta publicaciones (incluidas en GREPAL, Grupo de Investigación Europea de Arqueología en el Levante, y que él dirige), así como en múltiples participaciones en congresos internacionales. Luc Watrin ha intervenido particularmente en el caso Sesostris III, a solicitud de François Pinault, demostrando que la estatua adquirida por este financiero a la casa de subastas Drouot era una falsificación.

"Nadie habría podido predecir tal descubrimiento", aduce Emmanuelle Honoré, arqueóloga agregada al equipo de África, una sociedad mediombiental del UMR 7041 para la arqueología y las ciencias de la antigüedad en el CNRS, que ha podido ver el objeto. "Esta estatuilla muestra cierta idealización de la imagen de la mujer en momentos en que las representaciones femeninas eran extremadamente raras. La misma es estilizada, y va permitir comprender las preocupaciones intelectuales durante la prehistoria egipcia. Su significación antropológica es inmensa".

En el Louvre las piezas escultóricas egipcias más antiguas datan del cuarto milenio y representan objetos cotidianos: cerámicas pintadas y objetos trabajados en marfil de elefante o hipopótamo. La conservador del Museo del Louvre, Guillemette Andreu lamentablemente no ha podido apreciar el objeto porque está en manos privadas. Pero Alain Zivie, vice-presidente de la Sociedad Francesa de Egiptología, no oculta su sorpresa.

"Esta esculturilla es un monumento. La misma va a desestabilizar a muchos egiptólogos", dice Luc Watrin.

"La mayoría de los arquólogos son Nilofilos", subraya Emmanuelle Honoré. "Ellos sitúan en el valle del Nilo los orígenes de la primera religión organizada".
Sin embargo, el ídolo femenino se situaría "sobre un horizonte del neolítico africano, sahariano y egipcio", añade Luc Watrin.

Impaciente, el investigador quiere seguidamente limpiar de polvo la estatuilla, dado que sólo los análisis petrográficos podrán identificar la fuente del material y, por lo tanto, su origen geográfico.
La idea se abre camino en la mente del coleccionista, ya que desea que se hable de ello. Otras intenciones guian a este caballero "que envejece": vender el objeto le facilitaría a través de la prensa un pedigrí. Muy precavidamente, el Sr. Jean ha firmado bajo el seudónimo, Arnaud de Vermonti, un hermoso libro que recoge los tesoros de su protegido bajo el título "Los orígenes desvelados del Egipto pre-dinástico". El ídolo femenino se encuentra entre las primeras páginas. Pero el libro no se ha publicado y sólo tienen acceso al mismo unos pocos afortunados.

"La mayoría de las piezas nunca han sido expuestas", explica su autor. Algo que nos inquieta. Si esta pieza representa el interés que se cree, ¿fue realmente autorizada a salir de Egipto?

El Sr. Jean exhibe inmediatamente su "pasaporte", un certificado de Art Loss Register, que "atestigua que el objeto no es considerado un tesoro nacional",  librado el 9 octubre de 2002.
Según Luc Watrin "la estatuilla, sin duda, fue descubierta por casualidad y reencontrada en el mercado del arte". Pero para él, "tal objeto debe estar en un museo".