Hexian y variabilidad de Homo erectus

Diversas vistas de la mandíbula de Hexian. Imagen cedida por el Profesor Liu Wu y publicada en la revista American Journal of Physical Anthropology

Acabamos de publicar un nuevo trabajo en la revista American Journal of Human Evolution con nuestros colegas de Instituto de Paleontología de Vertebrados y Paleoantropología (IVPP, por sus siglas en inglés) de la Academia de China.

Invitados una vez más por nuestro colega el profesor Liu Wu, la Dra. María Martinón-Torres y quién escribe estas líneas tuvimos la oportunidad de estudiar un nuevo resto fósil del yacimiento de Hexian. Este yacimiento forma el relleno sedimentario de la cueva de Longtan, que se localiza en el condado de Hexian de la provincia de Anhui, en el centro-este de China. El yacimiento se ubica en la ribera del río Yangtze, a unos 300 kilómetros de su desembocadura en el océano Pacífico. En este yacimiento se obtuvo la parte superior de un cráneo, varios dientes y un fragmento de mandíbula, datados en poco más de 400.000 años. El 29 de marzo de 2015 se publicó en este mismo blog una reflexión sobre los rasgos craneales y dentales de los homininos de Hexian, que se recuperaron entre los años 1980 y 1981. En el nuevo trabajo publicamos el fragmento de la mandíbula, siglada como PA-831.

El fragmento de mandíbula es muy pequeño y, aparentemente, tiene poca información para conocer a los homininos de esta época y este lugar de la China del Pleistoceno Medio. Aunque se trata de un único ejemplar y muy fragmentario este fragmento de mandíbula permite obtener algunos datos sorprendentes. La mandíbula es tan gruesa como la de los homininos más primitivos de África, Homo habilis y Homo rudolfensis. Su robustez recuerda a la de las primeras especies del género Homo, incluyendo los especímenes más antiguos de la isla de Java, y se diferencia de los Homo erectus más conocidos de China (Zhoukoudian o Lantian).

Un estudio detallado de la mandíbula de Hexian revela también caracteres derivados compartidos con otros homininos contemporáneos de Europa y Asia. Los dientes de esta mandíbula y los encontrados en sus proximidades también revelan la retención de rasgos arcaicos y la adquisición de otros caracteres exclusivos de estas poblaciones de Homo erectus. Por ejemplo, la dentina de los dientes (observada mediante micro-CT) muestra muchas rugosidades, que no se encuentran en ninguna otra población de homininos. La raíces son verdaderas “vigas”, que anclaban los dientes al hueso alveolar.


Nuestras conclusiones sugieren que Asia fue colonizada hace al menos 1,8 millones de años por una o más poblaciones del género Homo de características primitivas. El paso del tiempo (más de un millón de años de años) no afectó demasiado a estas poblaciones, que permanecieron casi inalteradas en las vastísimas regiones de Asia continental. Y lo más sorprendente es que la extrema robustez de esta mandíbula y de otras encontradas en la isla de Java y Taiwan ya no aparece en otros ejemplares de Homo erectus de China. Esta observación nos lleva de nuevo a cuestionar que Asia albergase una única especie durante el Pleistoceno, como se ha venido manteniendo desde hace años. Desde la “perspectiva occidental” el continente asiático se ha percibido como el hogar de una población homogénea, que había que incluir en Homo erectus sin ningún tipo de debate.

Desde los años 1990s algunos colegas han llamado la atención sobre la diversidad de las poblaciones de China. Pero la conclusión final es que tal diversidad no es sino el resultado del escaso o nulo contacto entre unas poblaciones y otras. Es una explicación muy razonable, pero no la única. En varias ocasiones hemos defendido la llegada a Europa de poblaciones diferentes, quizá desde un mismo lugar y con un origen común. Esta visión es compartida con otros colegas. Me pregunto si el mismo modelo puede aplicarse al continente asiático. Por descontado, todos los homininos tienen rasgos en común, que denotan un mismo origen; pero esto no significa que la colonización de Asia ocurriera solo una vez, y que la diversidad se debiera a la dispersión y aislamiento de las poblaciones resultantes. Asia pudo ser colonizada en sucesivas oleadas, compartiendo incluso el mismo origen que las poblaciones europeas del Pleistoceno.

En mi opinión, cuanto más sepamos sobre las poblaciones pleistocenas de Asia, que han permanecido casi invisibles para la ciencia occidental, tendremos más información para proponer hipótesis diferentes e imaginativas. La simplicidad está dejando paso a la complejidad, y no solo en el campo de la paleoantropología, sino también en el de la arqueología. En los próximos años seguiremos investigando el mundo apasionante del lejano oriente, gracias a la apertura de China a la ciencia moderna en todos los ámbitos.

Fuente: quo.es | 24 de enero de 2017

El arte del Paleolítico evolucionó de galerías públicas hacia exposiciones más privadas

Panel localizado en la cueva de La Pasiega (Puente Viesgo, Cantabria).

Blanca Ochoa, investigadora del Departamento de Geografía, Prehistoria y Arqueología de la UPV/EHU, propone analizar los espacios donde están representadas las figuras artísticas de la época Paleolítica para de esta forma intentar inferir la finalidad de estas expresiones. En su estudio, ha observado diferencias cronológicas en la localización de los dibujos o grabados, lo que podría indicar que la función y el significado del arte parietal fueron variando a lo largo del Paleolítico superior.

El estudio del arte paleolítico es "una de las pocas herramientas con las que contamos para conocer la cultura y la sociedad de los grupos prehistóricos", señala Blanca Ochoa (izquierda), investigadora del departamento de Geografía, Prehistoria y Arqueología de la UPV/EHU. "Saber a quién estaban dirigidas las representaciones podría indicar el uso que tendría el arte parietal para los grupos prehistóricos: si era algo para todo el grupo, compartido por todos los miembros, o si estaba limitado a grupos pequeños, o incluso una sola persona", explica.

En su investigación, el objetivo que se planteó fue definir si existían preferencias a la hora de elegir los espacios donde se dibujaron o grabaron las representaciones paleolíticas en nueve cavidades de la cornisa cantábrica, localizadas en Asturias y Cantabria. "Se trata de un aspecto que se había analizado muy poco hasta la fecha", comenta la investigadora. Desarrollaron una metodología propia para analizar la visibilidad de las figuras representadas, que abarca tanto variables relativas al espacio donde se encuentran (el tamaño de la sala, la accesibilidad, la presencia de luz natural, etc.) como características relacionadas con las propias representaciones: "El tamaño de las obras, la altura a la que se encuentran, y, sobre todo, la técnica con la que se ejecutaron (pintura o grabado) determina en gran medida la visibilidad —describe Ochoa—. La pintura es mucho más visible que el grabado, y más aún si el grabado no se hace muy profundo".

Diferencias de localización, posible cambio de uso

Tal como explica Ochoa, uno de los resultados más interesantes que han extraído en la investigación son las diferencias cronológicas observadas: "A lo largo del Paleolítico superior fue cambiando la distribución topográfica de las grafías: durante las primeras fases del Paleolítico superior existe una preferencia por la ejecución de dibujos de tamaño medio y grande en las galerías principales de las cuevas. Durante el Magdaleniense, entre hace 20.000 y 12.000 años, aumenta el uso de espacios localizados en zonas alejadas del recorrido principal de las cuevas, en pequeñas salas a veces escondidas; además, se prefiere un tamaño menor a la hora de crear las figuras y aumenta el uso del grabado como técnica. Podría ser que durante el premagdaleniense el arte estuviese destinado a ser visto en comunidad. El uso de espacios más pequeños en el Magdaleniense, sin embargo, podrían indicar que el arte pasó a ser algo más restringido, o que tenía otro tipo de función".


Panel localizado en la cueva de La Pasiega (Puente Viesgo, Cantabria).

Al ser un tipo de estudio nuevo, y llevado a cabo en una zona geográfica limitada, Ochoa subraya el carácter preliminar de los resultados obtenidos. No obstante, considera que "ayudará a poner las bases para saber a quién estaba destinado el arte paleolítico. Hemos constatado que la metodología desarrollada funciona, y que se puede seguir aplicando en otras zonas de la región cantábrica, y fuera de ella. Me gustaría continuar con la investigación, porque los resultados para esta área han sido muy interesantes, y querría ver si las conclusiones que hemos sacado se pueden extender a otras zonas. Aunque probablemente también haya diferencias geográficas y los diferentes grupos tuvieran usos diferentes del arte".

Información complementaria

El presente estudio ha formado parte de la tesis doctoral de Blanca Ochoa (Salamanca, 1987), titulada ‘Espacio gráfico, visibilidad y tránsito cavernario: el uso de las cavidades con arte paleolítico en la Región Cantábrica' y llevada a cabo en el grupo de investigación en Prehistoria IT-622-13 del Departamento de Geografía, Prehistoria y Arqueología de la UPV/EHU bajo la dirección de Marcos García Diez (personal docente e investigador de la UPV/EHU) y Álvaro Arrizabalaga Valbuena (profesor titular de la UPV/EHU). A lo largo de su investigación, Ochoa realizó una estancia en el Muséum National d'Histoire Naturelle/Institut de Paleontologie Humaine (París).

Fuente: UVP/EHU.eus | 25 de enero de 2017

Descubren dos nuevas pinturas rupestres en la Cueva de La Peña, en Candamo (Asturias)

Foto: Bisonte de la Cueva de La Peña, en Candamo (no es uno de los recién hallados).

Un documental grabado por la Radio Televisión del Principado de Asturias ha sacado a la luz dos pinturas hasta ahora desconocidas en la Cueva de la Peña, en Candamo. Se trata de dos bisontes que habían pasado desapercibidos a los investigadores. “Utilizaron técnicas de grabación y grúas que permitieron descubrir dos pinturas, ya que accedieron a lugares inaccesibles”, destaca la alcaldesa de Candamo, Natalia González.

La serie documental, titulada El alba del arte, ha sido grabada en 28 cuevas asturianas y ha supuesto cinco años de trabajos, bajo la dirección científica del profesor de Prehistoria y ex director general de Patrimonio, Adolfo Rodríguez Asensio (izquierda). Son ocho episodios, que se estrenaron ayer noche, a las 23,30. El último, que se emitirá el 14 de marzo, estará dedicado íntegramente a la Cueva de La Peña.

La serie “El Alba del Arte”, grabada en HD, es una serie documental que concentra 50 horas de grabación de 28 cuevas prehistóricas asturianas, según informa TPA. “El equipo de producción de RTPA ha accedido a las galerías por lugares de difícil acceso para captar estas joyas. Algunas de ellas pasan desapercibidas para el ojo humano pero no para la tecnología, lo que ha permitido incluso descubrir dos nuevos bisontes en la Cueva de La Peña en Candamo”, informa la televisión pública asturiana.

Además de Rodríguez Asensio, la serie ha contado con el asesoramiento de expertos en Arte Paleolítico como Marco de la Rasilla, Rodrigo de Balbín, Mario Menéndez y Manuel González Morales, y la colaboración de la Dirección General de Patrimonio del Principado.
La grabación de esta serie permite disponer de un banco de imágenes sobre arte paleolítico asturiano para uso de investigadores. De hecho, se han editado más de 1.000 imágenes., unas siete horas en alta definición de dibujos y grabados de estos primeros artistas.

Cueva de La Peña, en Candamo

Con esta serie de ocho capítulos, RTPA actualiza un documental realizado hace tres lustros por la productora de programas del Principado.

Fuente: lavozdeltrubia.es | 24 de enero de 2017

Esta es la costa sagrada de los indígenas canarios

En la imagen, 'posetas' de Los Cancajos (Breña Baja, La Palma). Foto: JORGE PAIS.

Los salientes rocosos tan presentes en la costa canaria están plagados de agujeros circulares u ovoides de distintos tamaños en los que hasta hace unos pocos años casi nadie había reparado. Las cazoletas de mar, muy similares a las que hay tierra adentro, comienzan a estudiarse y a vincularse a los cultos de los aborígenes canarios.

Si las manifestaciones rupestres de canales y cazoletas fueron ignoradas por la investigación arqueológica hasta casi finales del siglo XX, las cazoletas de mar no han existido para los estudiosos del mundo aborigen en Canarias hasta hace unos años. Arqueólogos de La Palma y Lanzarote empiezan ahora a indagar científicamente sobre estas estaciones que se salpican por las costas de todo el Archipiélago, pero han sido los investigadores del ámbito de la antropología los que más han avanzado en su estudio, vinculándolas a los astros y la religiosidad aborigen.

«El mar ocupaba un destacado papel en la mitología y cosmovisión de los aborígenes canarios», asegura el investigador y profesor de filosofía, Eduardo Pérez Cáceres (izquierda), uno de los primeros, junto al equipo de la Asociación Irune La Palma, que ha investigado las cazoletas de mar y que en los últimos años no sólo ha localizado más de 80 nuevos emplazamiento de cazoletas de mar en La Palma y 125 en el norte de Tenerife, sino que se ha acercado a una explicación y significado de estos espacios. Su investigación se ha publicado, en 2015 y 2016, en la revista de prehistoria de Canarias Iruene, cuyo objetivo es profundizar en las raíces del pensamiento religioso de los aborígenes.

Para Pérez Cáceres, «las cazoletas de mar no tienen finalidad práctica y sí se trata de lugares sacralizados por los antiguos indígenas, vinculados a los cultos astrales y al culto a los antepasados». Algunas estaciones, dice este antropólogo palmero, «constituyen auténticos santuarios».
Detalle de la parte norte de la Punta de las Cabras (Fuencaliente, La Palma).

Conjuntos de hendiduras circulares de distintos tamaños excavadas en el basalto en la orilla del mar están presentes en todas las Islas, lo mismo que las cazoletas, esta vez unidas por canalillos, en las medianías y cumbres.

Se han descrito en La Palma, en el norte de Tenerife, en Lanzarote, Fuerteventura, en Gran Canaria y también en El Hierro, en concreto en La Restinga.

Fuente: canarias7.com | 24 de enero de 2017

Egipto, la época dorada: Los faraones guerreros

Este documental nos cuenta que hacia el 1560 A.C. el reino se encuentra dividido entre gobernantes extranjeros, Pero Ahmose, uno de los últimos príncipes egipcios, se alza para derrotar a los hicsos y los nubios.

Descubren una diosa chipriota descalza en un pecio del siglo VII antes de Cristo

Imagen de la mitad inferior de la estatua femenina hallada en Turquía - ABC

Una escultura cerámica, que representa a una antigua diosa chipriota y tiene la friolera de 2.700 años acaba de aparecer sumergida en el mar, cerca de Turquía. Es la mayor representación cerámica hallada nunca en las ricas costas turcas por los arqueólogos subacuáticos, un hallazgo que ha tenido lugar cerca de Bozburun en el distrito de Muğla’s Marmaris. Según los primeros análisis de la carga todo parece indicar que se trata de objetos del siglo VII a. C.

La pieza apareció durante la inspección a un pecio que fue detectado el pasado noviembre, informa el diario turco «Hurryet Daily News». Los trabajos dirigidos por la Universidad de Dokuz Eylül (DEU), en concreto por su Instituto de Ciencia y Tecnología Marinas, lograron extraer la escultura a una profundidad de 43 metros. El hallazgo ha sido datado en el conocido como periodo arcaico.
El profesor Harun Özdaş, director de la excavación, afirmó que los trabajos se han desarrollado con permiso del Ministerio de Cultura y Turismo y con el apoyo del Ministerio de Desarrollo turcos. Al parecer el hallazgo es en realidad la parte inferior de la escultura, que mide 60 centímetros, junto al que se han documentado platos y ánforas cerámicas.

El yacimiento tiene un área de 300 metros cuadrados y, después de valorar los hallazgos realizados, parece tener gran importancia porque arrojará luz sobre un importante periodo de la historia del Mediterráneo. Es la primera vez que se produce un hallazgo de estas dimensiones en la costa de Turquía, de donde proceden los más asombrosos pecios de las edades antiguas y en cuyas aguas nació la arqueología subacuática en los años sesenta del siglo pasado.


Actualmente los estudiosos han probado que el Mediterráneo fue el medio de comunicación principal por el que se extendieron los avances y el comercio en las edades antiguas. Bienes, opiniones y civilizaciones eran parte del intercambio cultural y comercial en aquellas épocas tempranas, según el profesor Özdaş. «Ese avance de las civilizaciones ha dejado huellas en el mar y ahora, estudiando estos rastros podemos saber más de las civilizaciones que vivieron en nuestras costas», añade el director de la excavación, según el citado diario.

La parte superior de la diosa

Özdaş afirmó que se ha encontrado la escultura bajo la arena del lecho marino después de una detenida prospección del yacimiento. «Cuando limpiábamos esa zona, primero vimos los dedos de los pies de la escultura. Y eso nos puso ansiosos. Después descubrimos la parte inferior del cuerpo. La escultura de la diosa llevaba un traje. Sabemos que estas representaciones tenían dos piezas y es por eso que creemos que la parte superior deberá aparecer en el mismo lugar».


La diosa está descalza, y viste una larga túnica. Se cree que medirá 1,20 metros cuando puedan unirse sus dos mitades. Al parecer un empeoramiento de las condiciones del mar obligó a detener la excavación. Pero este mismo año se realizará una nueva campaña en el yacimiento.

En estos momentos se llevan a cabo trabajos de conservación de los restos hallados en el laboratorio del impresionante Museo de Arqueología Subacuática de Bodrum. «La carga principal eran platos, que quedaron extendidos en un área muy amplia. También hay ánforas de tipología chipriota entre los restos. Esos elementos sumados a la escultura nos permiten concluir que se trata de un barco procedente de Chipre. El barco que viajaba desde el Mediterráneo hacia el Egeo en esa era arcaica, aporta importante información sobre las relaciones entre las civilizaciones de la época en la región egea», añadió el arqueólogo.

Fuente: ABC.es | 23 de enero de 2017