Arqueólogos descubren un enorme depósito subterráneo de finales de la Edad del Hierro en Israel

Vista aérea de la zona arqueológica y, al fondo, la ciudad de Rosh Ha-Ayin. FOTO: YITZHAK MARMELSTEIN.

Un impresionante sistema de agua de 2.700 años de antigüedad fue recientemente expuesto en las excavaciones de la Autoridad de Antigüedades de Israel (IAA, por sus sigas en inglés) cerca de Rosh Ha-Ayin con la ayuda de estudiantes que se especializan en estudios de Tierra de Israel y Arqueología del Ministerio de Educación. La excavación precede a la construcción de un nuevo barrio residencial iniciado por el Ministerio de Construcción y Vivienda.

Según Gilad Itach, director de excavaciones de la IAA, “Es difícil no quedar impresionado por la visión del inmenso depósito subterráneo de hace tantos años. En la antigüedad, la recolección y el almacenamiento de agua de lluvia era una necesidad fundamental. Con una precipitación anual de 500 mm, las lluvias de invierno de la región fácilmente habrían llenado el enorme depósito. En sus paredes, cerca de la entrada, se identificaron grabados de figuras humanas, cruces y un motivo vegetal que probablemente fueron tallados por transeúntes en un período posterior. En general, hemos identificado siete figuras de 15-30 cm. La mayoría tienen los brazos extendidos y algunos parecen estar sosteniendo algún tipo de objeto”.


Depósito subterráneo excavado a finales del siglo VIII o comienzos del VII a.C. FOTO: ASSAF PERETZ, IAA

El sistema de agua expuesto tiene casi 20 m de largo y alcanza una profundidad de más de 4 m. Las excavaciones revelan que el embalse fue construido bajo una estructura grande con paredes de casi 50 m de largo. Algunas de las vasijas que se encontraron en los pisos de las habitaciones probablemente pertenecían a recipientes utilizados para extraer agua del embalse. Es muy probable que la estructura y el embalse fueran construidos al final de la Edad del Hierro (finales del siglo VIII o principios del VII BCE), pero aunque el edificio fue abandonado durante el período persa el estanque todavía estaba en uso hasta los tiempos modernos.

En los últimos años, se han descubierto una serie de granjas construidas al final del período del Primer Templo cerca de Rosh Ha-Ayin. Probablemente fueron erigidas después de la destrucción del Reino de Israel en 720 a.C., cuando el imperio asirio dominó la región. El establecimiento de casas de campo en esta área es interesante, dado el hecho de que muchas regiones dentro del Reino del Israel diezmado permanecieron desoladas. Algunos estudiosos creen que el establecimiento de las granjas fue motivado por el deseo del imperio de asentar la zona, que se encuentra en una ruta internacional y cerca de la frontera occidental del imperio asirio.

Unas escaleras talladas en la roca conducen al interior del depósito subterráneo. FOTO: ASSAF PERETZ, IAA.

Según Itach, “La estructura expuesta en esta excavación es diferente de la mayoría de las granjas previamente descubiertas. Su plan ordenado, su extensa área, sus fuertes muros y el impresionante depósito de agua que se oculta debajo de él sugieren que el sitio era de carácter administrativo y que bien podría haber controlado las granjas circundantes“.

Los estudiantes de secundaria que se especializan en la pista de la Tierra de Israel y Arqueología del Ministerio de Educación participaron en las excavaciones de Rosh Ha-Ayin como parte del nuevo programa educativo del Ministerio y la IAA, diseñado para conectar a los estudiantes con el pasado y formar a los arqueólogos de mañana. Los estudiantes que opten por esta pista como parte de su evaluación de matriculación elegida participan de una excavación durante una semana. Experimentan las diversas tareas involucradas en la excavación, discuten preguntas de investigación y las consideraciones arqueológicas, y documentan la excavación en la revista de excavación como parte de su trabajo de investigación.

Los arqueólogos han detectado grabados de figuras humanas, cruces y un motivo vegetal que probablemente fueron tallados por transeúntes en una época posterior a la construcción del depósito subterráneo. FOTO: GILAD ITACH, IAA.

En colaboración con el Ministerio de Construcción y Vivienda y la Municipalidad de Rosh Ha-Ayin, la Autoridad de Antigüedades de Israel tiene planes de que el sitio siga siendo un área abierta accesible al público adyacente al nuevo barrio residencial.

Fuente: enlacejudio.com | National Geographic | 20 de julio de 2017

Descubren la posible tumba de la esposa de Tutankamon en el Valle de los Reyes

Valle de los Reyes donde se muestra diversas entradas a tumbas (Tebas, Egipto). Crédito: mountainpix / Shutterstock

Un grupo de egiptólogos asegura estar cerca de un trascendental descubrimiento relacionado con uno de los personajes más importantes del antiguo Egipto: la posibilidad que una nueva tumba encontrada en el Valle de los Reyes haya sido la elegida para el descanso final de la famosa reina egipcia Ankhesenamun, esposa de Tutankamón.

De acuerdo al arqueólogo Zahi Hawass (izquierda) el hallazgo se produjo tras examinar el sitio entre febrero y mayo pasado, cuando a través de un análisis con radar se descubrió una subestructura que podría ser la entrada de una tumba, y que a su vez fue descubierta gracias cuatro depósitos de fundación y unos orificios en el suelo, los cuales estaban llenos de vasijas de cerámica, restos de alimentos y herramientas, signo inequívoco de la construcción de una tumba en las cercanías. Y aunque por el momento no hay nada confirmado, Hawass asegura que su propietario podría haber sido Ankhesenamun.

“Estamos seguros que hay una tumba allí, pero no sabemos a quién pertenece”, afirmó Hawass a Live Science. “Los antiguos egipcios usualmente hacían cuatro o cinco depósitos de fundación cada vez que comenzaban la construcción de una tumba”, agregó.

Foto: Una estatua de Ankhesenamun.

Para el experto, una de las eminencias de la egiptología a nivel mundial, esta idea se basa en que el nuevo sitio se encuentra en una ubicación cercana a la tumba del faraón Ay, que estuvo casado brevemente con Ankhesenamun y sucedió en el trono a Tutankamón. Esta teoría sin embargo, es cuestionada por algunos estudiosos, que señalan que Ay en realidad era su abuelo materno, e incluso se sugiere que por un tiempo la reina estuvo casada con su propio padre.

Miembro de la antigua realeza egipcia, Ankhesenamun fue la tercera de seis hijas del faraón Akhenaton y su esposa real Nefertiti. Se casó con su medio hermano Tutankamón cuando tenía entre 8 a 10 años de edad y él tenía 13 años, gobernando de 1332 a 1327 a.C. Es posible, según algunas investigaciones, que la pareja haya tenido gemelos nacidos muertos.

De confirmarse el descubrimiento, podría ayudar a desentrañar el destino final de la esposa del rey más popular de Egipto, que desapareció de improviso de los registros históricos, tras su segundo matrimonio.

El equipo planea excavar la cámara recién descubierta para determinar exactamente quién está dentro.

Respaldo del trono enchapado en oro de Tutankamón en el que se ve a Anjesenamón con la corona de Gran Esposa Real.

La momia de la KV21

A Ankhesenamun se le ha relacionado con una de las momias reales aún sin identificar de la tumba KV21 que descansan en el Museo Egipcio de El Cairo. El propio Hawass señaló a ABC el año pasado que las pruebas preliminares de ADN apuntaban a que una de ellas, sin cabeza, podría ser la esposa de Tutankamón. Según el célebre arqueólogo, la otra momia sería la de la hermosa Nefertiti, que Nicholas Reeves cree oculta en una cámara tras las paredes de la tumba de Tutankamón.

Brando Quicili, coautor junto a Hawass del libro «Enigma Nefertiti», subraya, sin embargo, que los análisis de ADN de las dos momias encontradas en la KV21 son «bastante problemáticos» debido a su deficiente estado de conservación. También subraya que con frecuencia las momias se ocultaban en otra tumba para salvarlas de saqueadores.

"La tumba recién encontrada está sin tocar", añade. Qué albergará su interior es un misterio aún por descubrir.
Mapa: Posicionamiento de diferentes tumbas en el Valle de los Reyes.

Fuente:latercera.com | ABC.es| 20 de julio de 2017

Descubren restos de artillería romana en el enclave de Illiturgi (Jaén)

Restos de artillería romana del asedio a Iliturgi, datados en el año 206 antes de Cristo.

El Instituto Universitario de Investigación en Arqueología Ibérica de la Universidad de Jaén ha descubierto un oppidum (ciudad) ibérico de los siglos IV y III antes de Cristo en el cerro de la Muela, en Mengíbar, que se corresponde con el de Iliturgi, destruido y abandonado como consecuencia del asedio militar romano en el contexto de la Segunda Guerra Púnica. Los trabajos, dirigidos por los investigadores del centro Juan Pedro Bellón y Carmen Rueda, se han desarrollado durante los meses de junio y julio dentro de la campaña de excavación realizada en el proyecto Iliturgi Delenda Est (Iliturgi debe ser destruida), que ha contado con la financiación del Ayuntamiento de Mengíbar y del Instituto de Estudios Giennenses (IEG).

La superficie del oppidum tiene entre 12 y 14 hectáreas, lo que aclara su importancia, tanto en tamaño como por la posición estratégica que ocupa en el territorio, según expone Bellón, quien asegura que los restos del asedio localizados son fundamentales para la investigación de la historia militar romana y sitúan en primer plano las investigaciones arqueológicas realizadas en la provincia de Jaén. En concreto, en esta zona próxima a la capital, en la que, se ha descubierto la ciudad romana de Iliturgi, en cerro Maquiz, y el oppidum íbero en el cerro de La Muela, donde se han encontrado por primera vez en la península restos de artillería romana, concentrados en el entorno de uno de los accesos a la acrópolis del asentamiento.

La historia de esta artillería está también documentada. Tras la toma de Carthagonova en el año 209 antes de Cristo, Escipión el Africano no sólo consiguió un importante botín, sino que accedió al arsenal cartaginés de la ciudad, y tan sólo 3 años después las máquinas de guerra capturadas fueron utilizadas en el cerro de la Muela, donde probablemente se ubicó la Iliturgi destruida por los romanos en el año 206 antes de Cristo. Por esta razón, el investigador considera que su equipo ha descubierto un lugar único, desde el punto de visto arqueológico, del conocimiento y patrimonial.

Para la localización del sitio se ha tenido como base una fotografía aérea de los años 1945 y 1946, así como la descripción de Tito Livio sobre la destrucción de Iliturgi. El historiador resalta que primero se produjo la toma de la ciudadela y después se bajó al resto de la ciudad, lo que coincide con la topografía del lugar. En 1945 la huella era muy evidente, la fortificación de la ciudad estaba conservada. Hoy ha desaparecido esa huella, pero el centro andaluz de arqueología está convencido de que si excava, la encontrará.

En los trabajos han participado además miembros del Departamento de Cartografía, Geodésica y Fotogrametría de la Universidad de Jaén, equipos de la Universidad Complutense de Madrid que se ha encargado de la prospección georradar, así como los laboratorios de Paleoambiente y Arqueometría del propio Instituto de Arqueología Ibérica de la Universidad de Jaén, que ha realizado los análisis químicos de los elementos encontrados, como tachuelas y restos de artillería romana. Tanto los restos documentados como la particularidad y originalidad de los mismos, únicos en el ámbito del Mediterráneo antiguo, permiten evaluar el inicio de un proyecto de puesta en valor del sitio, dada localización y fácil acceso desde una de las principales vías de comunicación de la provincia, la Autovía 44.

Fuente: ABC.es| 19 de julio de 2017

La silla de Felipe II... ¿era de Felipe II?

La famosa Silla de Felipe II, desde donde el rey habría contemplado la evolución de las obras del Monasterio de El Escorial, podría no ser tal. Una prestigiosa arqueóloga e historiadora, Alicia Canto, habría demostrado que se trata de un altar celta, donde se realizaban sacrificios hace 23 siglos.


Los primeros humanos que llegaron a Australia lo hicieron mucho antes de lo que se pensaba

Foto: El sitio de Madjedbebe con la excavación en curso. DOMINIC O'BRIEN / CORPORACIÓN ABORIGEN DE GUNDJEIHMI

Cuándo y cómo llegaron los primeros humanos a Australia es algo que ha sido objeto de debate durante décadas. Si bien se acepta que los seres humanos aparecieron en África hace unos 200.000 años, los científicos han llevado cada vez más atrás en el tiempo, la llegada a Australia. Ahora, un equipo de expertos de la Universidad de Washington, ha encontrado y datado artefactos en el norte de la isla que indican que los seres humanos llegaron hace unos 65.000 años, más de 10.000 años antes de lo que se pensaba.

El artículo, publicado en Nature, describe técnicas de datación y hallazgos de artefactos en Madjedbebe, un sitio arqueológico, que podría aportar nueva información sobre los primeros seres humanos y su coexistencia con la vida silvestre en el continente australiano. La datación tiene una gran relevancia en otro contexto ya que cuestiona el argumento de que los humanos causaron la extinción de la megafauna única de Australia, como los canguros gigantes, wombats y tortugas.

"Anteriormente se pensaba que los seres humanos llegaron y dieron caza a estos animales o alteraron su hábitat, lo que les habría llevado a la extinción 45.000 años atrás. Pero nuestro estudio confirma que los humanos llegaron mucho antes que se extinguieran. Esto cambia nuestra visión sobre nuestros antepasados, de aquellos que diezmaron la fauna a unos que convivieron con ella, lo cual es una visión completamente diferente de la evolución humana”, explica en un comunicado Ben Marwick (izquierda), autor principal del estudio.
Desde 1973, en las excavaciones en Madjedbebe, en el norte de Australia, se han desenterrado más de 10.000 herramientas de piedra, pigmentos, restos vegetales y huesos. Allí también se ha hallado lo que se cree son las hachas (con mango) más antiguas del mundo, además de evidencias de que estos primeros seres humanos molían semillas y procesaban plantas.

Gran parte del éxito del proyecto de cinco años de duración se atribuye a un acuerdo único y de referencia entre los investigadores y la comunidad aborigen de los Mirarr, los cuales conservan el control total sobre la excavación y los artefactos descubiertos. Los Mirarr están interesados ​​en apoyar nuevas investigaciones sobre la antigüedad del lugar y en saber más sobre los primeros ocupantes humanos, particularmente dadas las amenazas ambientales planteadas por las actividades mineras cercanas que se llevan a cabo hoy en día.

Foto: La científica Elspeth Hayes (izquierda) con los aborígenes del pueblo Mirarr, Mark Djandjomerr (centre) y May Nango (derecha) en sitio de excavación. Dominic O Brien/Gundjeihmi Aboriginal Corporation.


Foto: Excavación de un hacha.


Foto: Hacha y piedras de moler halladas en la excavación.

Una de las autoras,Mara Page, doctora en Arqueología y Ciencias de la Tierra y el Espacio, analizó los isótopos de carbono estables que se encuentran en los sedimentos, a fin de revelar los tipos de plantas presentes en el pasado y los tipos de ambientes en los que vivieron los primeros pobladores de Australia. Determinó que la vegetación en Madjedbebe se mantuvo estable durante la ocupación humana, lo que sugiere que no hubo ningún cambio ambiental importante que pudiera haberlos obligado a abandonar el área.

Claudio Tuniz, un experto en dataciones y ajeno al equipo de investigación, dijo que la diversidad de artefactos apuntaba a una "cultura compleja que podría haber sido generada y sostenida sólo por grupos sociales relativamente grandes".


Foto: Los arqueólogos Chris Clarkson (izquierda), Richard Fullagar (centro) y Ebbe Hayes (derecha) inspeccionando piedras de moler halladas en el yacimiento. Dominic O Brien/Gundjeihmi Aboriginal Corporation.

Para datar las muestras, el equipo de Marwick utilizó la luminiscencia óptica estimulada (OSL por sus siglas en inglés), una técnica que permite saber cuándo fue la última vez que un grano de arena fue expuesto a la luz solar, imprescindible para determinar cuándo un artefacto fue enterrado. En total los expertos analizaron miles de granos de arena individualmente para establecer edades más precisas.

Pero hay otras sorpresas. Al situar la datación del asentamiento australiano en alrededor de 65.000 años atrás, los investigadores confirman que esos antepasados coexistieron con otro humano temprano, el Homo floresiensis.

Los investigadores están ahora inspeccionando sistemáticamente la zona circundante para encontrar yacimientos adicionales y ver si se pueden encontrar más pruebas de la primigenia ocupación humana.

Ver vídeo en este enlace

Fuentes consultadas: quo.es| 19 de julio de 2017 | washington.edu | theconversation.com | cosmosmagazine.com

Alaska, Embajadora de la Fundación Atapuerca

Yacimientos de la sierra de Atapuerca, 19 de julio de 2017. Olvido Gara (Alaska), cantante, compositora, actriz, presentadora de televisión y una de las figuras más relevantes de la movida madrileña, ha sido nombrada “Embajadora de la Fundación Atapuerca” en los yacimientos de la sierra de Atapuerca. Además, Alaska excavó en 1998 en el nivel TD10 de Gran Dolina.

Esta mañana Juan Luis Arsuaga, José María Bermúdez de Castro y Eudald Carbonell, vicepresidentes de la Fundación y codirectores de las excavaciones de Atapuerca, le han hecho entrega de un diploma acreditativo de su nombramiento, de una tarjeta de acreditación y de una insignia, frente al yacimiento de la Galería, en los yacimientos de la sierra de Atapuerca, en plena campaña de excavación. Además, le han agradecido en nombre de la Fundación y del Equipo de Investigación de Atapuerca su compromiso, con el que respalda el Proyecto Atapuerca.

La Fundación Atapuerca creó la figura de “Embajador de la Fundación Atapuerca" para reconocer y fomentar la implicación personal en el apoyo al Proyecto Atapuerca, y para darle mayor visibilidad pública. La Fundación considera esencial para la continuidad de este proyecto científico de prestigio mundial implicar en su divulgación a personas que por distintas razones puedan contribuir a que el Proyecto Atapuerca consolide el amplio respaldo social de que goza. Cada año la Fundación nombrará un máximo de 4 Embajadores.

En 2017 la Fundación Atapuerca ha nombrado Embajadora a Olvido Gara, Alaska, (que excavó en Atapuerca hace años) y Embajadores a Juan Antonio Corbalán (cardiólogo y novelista, relevante jugador de baloncesto de los 70 y los 80, y colaborador del Periódico de Atapuerca), a Santiago Jiménez (director del Museo de Arnedo en La Rioja y eficaz valedor de Atapuerca desde hace más de 30 años) y a Alberto Velasco (de Mahou San Miguel, cuya implicación desde hace décadas en Atapuerca es especialmente destacada).