Los babilonios se adelantaron en más de mil años a los griegos en la invención de la trigonometría

Foto: La tablilla babilónica Plimpton 322 presenta cuatro columnas (separadas por tres hendiduras) y 15 filas de números cuneiformes, pero seguramente tuvo más porque está fragmentada. / UNSW/Andrew Kelly.

El arqueólogo que inspiró el personaje de Indiana Jones, el estadounidense Edgar Banks, descubrió hace un siglo en Irak una enigmática tablilla babilónica repleta de números cuneiformes. Tras un siglo de debates matemáticos, investigadores australianos desvelan ahora su secreto: se trata de una tabla trigonométrica de hace 3.800 años, la más antigua conocida hasta la fecha, que enseña como hacer cálculos trigonométricos sin ángulos y con una precisión sin precedentes.

Foto: El profesor Daniel Mansfield enseña la tablilla Plimpton 322, que se conserva en la Biblioteca de Manuscritos y Libros Raros de la Universidad de Columbia, en Nueva York. / UNSW/Andrew Kelly.

Dos investigadores de la Universidad de Nueva Gales del Sur (UNSW, Australia) han analizado una famosa tablilla de arcilla babilónica, datada entre entre 1822 y 1762 antes de Cristo, y han descubierto que se trata de la tabla trigonométrica más antigua y precisa del mundo. Posiblemente los antiguos escribas matemáticos las utilizaban para realizar los cálculos necesarios para levantar templos, palacios, canales y otras construcciones.


El estudio confirma que los babilonios se adelantaron en más de mil años a los griegos en la invención de la trigonometría (el estudio de los triángulos) y muestra un sofisticado y antiguo conocimiento matemático que había permanecido oculto hasta ahora.

La tablilla, denominada Plimpton 322, fue descubierta en la primera década del siglo XX, en lo que ahora es el sur de Irak, por el diplomático, arqueólogo, académico y comerciante de antigüedades Edgar J. Banks, el personaje real en el que se basó otro de ficción mucho más popular: Indiana Jones.


En esta tablilla aparecen grabadas, con la escritura cuneiforme de la época, una serie de cuatro columnas y 15 filas de números que siguen un original sistema sexagesimal (de base 60, como nuestro sistema horario), en lugar del sistema decimal con base 10 que utilizamos hoy en día. Las cifras describen una secuencia de 15 triángulos rectángulos, que van reduciendo su inclinación y 'aplanando' fila tras fila.

Basándose en estudios previos y observando que el borde izquierdo de la arcilla está roto, los investigadores plantean que Plimpton 322 tuvo originalmente seis columnas y probablemente debía estar formada por 38 filas de caracteres cuneiformes.

Ternas pitagóricas mucho antes de Pitágoras

"Esta tablilla lleva desconcertado a los matemáticos desde hace más de 70 años, porque se dieron cuenta de que contiene un patrón especial de números llamado terna pitagórica", explica uno de los autores, Daniel Mansfield, de la Escuela de Matemáticas y Estadística de la UNSW en Sidney.

Una terna pitagórica es una lista de tres números enteros positivos: a, b y c, donde se cumple que a2 + b2 = c2. Un ejemplo sencillo son los números enteros 3, 4 y 5, pero los valores que presenta Plimpton 322 a menudo son considerablemente mayores, como los que refleja en su primera fila, donde aparece el triplete 119, 120 y 169.

El nombre de esta terna se deriva del teorema de Pitágoras, que para un triángulo rectángulo establece que el cuadrado de la hipotenusa (lado opuesto al ángulo recto) es la suma de los cuadrados de los otros dos lados.

“Los babilonios conocían los triples pitagóricos mucho antes de que naciera Pitágoras, como se puede ver en esta y otras tablillas”, señala Mansfield a Sinc, y destaca: “Además nos enseñan cómo hacer trigonometría sin usar los ángulos, una trigonometría mucho más simple que no requiere conceptos avanzados como ángulos o números irracionales”.

La desconocida trigonometría que describe la tablilla para los triángulos rectángulos se basa en ratios o relaciones, no en ángulos ni círculos. Según los autores, es una obra matemática fascinante que demuestra el genio de sus creadores: "La tablilla no sólo contiene la tabla trigonométrica más antigua del mundo, sino que también es la única completamente precisa, debido al diferente enfoque babilónico de la aritmética y la geometría”.


El estudio (aquí), que se publica en Historia Mathematica (la revista oficial de la Comisión Internacional de Historia de las Matemáticas), apunta la predilección de los babilónios por la precisión de los números, y compara la tablilla con la llamada tabla de senos de Madhava (construida en el siglo XIV por este matemático y astrónomo indio), demostrando que Plimpton 322 es una tabla trigonométrica “exacta y potente”.

Las tablas trigonométricas permiten usar la información de un lado de un triángulo rectángulo para determinar la de los otros dos. Hasta ahora se consideraba al astrónomo griego Hiparco, que vivió alrededor de 120 años antes de Cristo, como el padre de la trigonometría, y a su 'tabla de cuerdas' como la tabla trigonométrica más antigua.


"Pero Plimpton 322 precede a Hiparco en más de 1.000 años", insiste el otro autor, el profesor Norman Wildberger, quien considera que gracias a esta tablilla se abren nuevas posibilidades no sólo para la investigación matemática moderna, sino también para la educación matemática: "Nos ofrece una trigonometría más simple, más precisa, que tiene claras ventajas sobre la nuestra".

El mundo antiguo enseñando algo nuevo

"Esto significa que tiene gran relevancia para nuestro mundo moderno”, añade Mansfield por su parte. “La matemática babilónica puede no haber estado de moda durante más de 3.000 años, pero hoy tiene posibles aplicaciones prácticas en topografía, gráficos por ordenador y en el campo de la educación. Es un raro ejemplo del mundo antiguo enseñándonos algo nuevo".

"Plimpton 322 era una herramienta poderosa que podría haber sido utilizada en la topografía de los campos o para los cálculos arquitectónicos en la construcción de palacios, templos o pirámides escalonadas", aventura Mansfield, aunque reconoce a Sinc que, en realidad, “es difícil decirlo con seguridad, porque nuestra ventana a ese mundo es muy pequeña: sólo podemos echar un vistazo y decir lo que parece ser”.

En cualquier caso, los autores descartan que, como se pensaba hasta ahora, la tablilla sirviera simplemente para que los profesores de la época comprobarán las soluciones de los estudiantes a la hora de resolver problemas de ecuaciones cuadráticas.


Plimpton 322, que se cree procede de la antigua ciudad sumeria de Larsa (a unos 250 km. al sur de Bagdad), actualmente se conserva en la Biblioteca de Manuscritos y Libros Raros de la Universidad de Columbia en Nueva York.

"Existe un tesoro de tablillas babilónicas como esta, pero sólo se ha estudiado una parte. El mundo matemático está empezando a descubrir que la antigua, aunque muy sofisticada, cultura matemática de los babilonios todavía tiene mucho que enseñarnos", concluye Wildberger.

Fuente: Agencia SINC, 24 de agosto de 2017

Descubren una misteriosa inscripción escrita en griego que alude al emperador romano Justiniano I en Jerusalén

La inscripción dice: “El más piadoso emperador romano Flavio Justiniano y el sacerdote y abad que más ama a Dios, Constantino, levantaron este edificio en la decimocuarta indicción”.
Un mosaico de alrededor de 1500 años con una inscripción en griego casi intacta fue descubierto durante los trabajos de instalación de cableado de telecomunicaciones al norte de la Ciudad Vieja de Jerusalén.

La inscripción, descifrada por la Dra. Leah di Segni de la Universidad Hebrea de Jerusalén, cita al famoso emperador Justiniano I o El Grande que rigió el Imperio Bizantino (o de acuerdo a la perspectiva, el aún entonces y hasta el año de 1453, Imperio Romano) en el siglo VI, así como a un sacerdote cristiano de nombre Constantino.

A Justiniano I se le considera el “último” emperador romano, en una época en la que la historiografía lo llama ya Imperio Bizantino y no Romano; cuando el centro de poder político y económico ya no era Roma sino Constantinopla (la actual Estambul, Turquía); y cuando la lengua hablada por sus habitantes pasó del latín al griego. Él fue el último emperador bizantino en tener como idioma materno al latín.


Su deseo siempre fue restablecer al Imperio Romano desde la Península Ibérica hasta el Medio Oriente como en la época clásica, cosa que logró de manera efímera. Su obra material más famosa es la Iglesia de Santa Sofía que hoy es un punto turístico muy importante en Estambul, así como el haber establecido la codificación del derecho romano existente, punto de partida histórico para los sistemas jurídicos de diversos países de Europa y Latinoamérica.

Di Segni presume que la inscripción fue escrita para conmemorar la fundación del edificio por parte del sacerdote. La palabra “indicción” se usaba como un método para contar los años con propósitos fiscales. Se piensa que el mosaico corresponde al piso de un hostal para peregrinos que sirvió durante el gobierno del emperador Justiniano.

Para David Gellman, de la Autoridad de Antigüedades de Israel (AAI) y quien supervisó la excavación, esto fue como haber encontradouna carta directa de alguien de hace 1500 años.
“La excavación en un área extremadamente pequeña expuso restos antiguos que fueron muy dañados por trabajos de infraestructura en las últimas décadas. Estábamos a punto de cerrar la excavación cuando de repente, entre las tuberías y los cables dimos con la esquina del mosaico. ¡El corazón se me salía del pecho!” comentó Gellman durante la conferencia de prensa en la que se presentó el descubrimiento en el Museo Rockefeller de Jerusalén y quien considera que esto es el pináculo de su carrera como arqueólogo.

David Gellman posa junto al mosaico.

Para Gellman, el establecimiento de un albergue para peregrinos por el emperador Justiniano el Grande en el camino de Damasco indica la importancia de Jerusalén para el Imperio Bizantino.
De la misma manera, el equipo de Gellman encontró restos de uno de los muros del albergue, fragmentos de alfarería y otros tipos de utensilios, así como 3 monedas bizantinas del siglo VI.
De acuerdo a la AAI y a Di Segni, el nuevo mosaico es de la misma índole del descubierto también en Jerusalén en la década de los años 70 en la llamada Nea Ekklesia, que Justiniano construyó dedicada a Maria, la madre de Jesús.

Tal como en el reciente descubrimiento, los nombres de Justiniano como el del sacerdote Constantino aparecen en la inscripción de Nea Ekklesia, lo que da pistas de la influencia que tenía este último en Jerusalén.

La inscripción descubierta en la Nea Ekklesia en 1970.

Fuente: The Times of Israel / Reproducción autorizada con la mención siguiente: ©EnlaceJudíoMéxico

Machu Picchu: Su génesis, su auge, su ocaso

Machupicchu, esa hermosa y mágica ciudadela construida en la cima de una montaña del Perú, ha hecho historia en el mundo desde su “descubrimiento” por el profesor norteamericano Hiram Bingham y, más aún, desde que se le reconoció Maravilla Mundial. Sin embargo, su verdadera historia permaneció, hasta ahora, desconocida. Sólo se estudió y se investigó la estructura arquitectónica de la ciudadela, se atribuyó su construcción, sin mayores pruebas, al Inka Pachakuteq y se especuló mucho sobre su origen  funciones y ocaso. Actualmente se discute si es propiedad privada de unos ricos agricultores cusqueños o es un bien cultural que pertenece al Estado peruano.

Hoy me permito presentar ante el pueblo del Perú el primer resultado de mi investigación sobre la real historia de Machupicchu donde intento  demostrar básicamente tres hipótesis: 1) Que fue el Inka Wiraqocha quien ordenó la construcción de Machupicchu y no el Inka Pachakuteq. 2) Que cumplía una función eminentemente religiosa pues era la “mansión sagrada” y temporal del Dios-Rey Wiraqocha; y 3) que su ocaso se debió a la orden del Inka Pachakuteq para su despoblamiento, su abandono y su perpetuo olvido. Para llegar a estos nuevos planteamientos ha sido necesario conocer e investigar la vida y la obra de los reyes inkas del Perú desde el mítico Manco Kapac  hasta Tupac Amaru II y, para el caso específico de Machupicchu hurgar en la vida de Titu Kusi Wallpa, Quichka Tupac y Titu Kusi Yupanqui. El largo trajinar en la biografía de los gobernantes inkas (Ver mi libro: Los reyes inkas del Perú) me permitió avizorar, por “cuerda separada”, la real historia de Machupicchu.

 Examinemos la primera hipótesis. En primer lugar, el inicio de la edificación de Machupicchu se realizó aproximadamente entre los años 1385-86, es decir, cuando Pachakuteq (1387-1471) era todavía un niño. Su construcción debe haber durado unos 20 o 30 años de rudo trabajo de miles de campesinos esclavizados (Yanakunas y mitmakunas).

En segundo lugar, y esta evidencia es irrefutable, Wiracocha el Inka adoptó como su ascendiente y protector (Tótem) al Cóndor, ave majestuosa y tradicional de los andes peruanos he hizo que en el Cusco se le representara y rindiera culto en una peña llamada “Kunturqaqa” (La peña del Cóndor) tal como lo describe Garcilaso en sus Comentarios Reales. Asimismo, ordenó a sus arquitectos e ingenieros que diseñen la construcción de la ciudadela en lo más alto del “cerro viejo” dándole  forma de la mencionada ave andina tal como puede apreciarse en las fotografías tomadas desde la cima de Wayna Picchu. Ordenó también la construcción, cerca al Templo del Sol, de un templo dedicado especialmente a la veneración del ave (El templo del Cóndor).

Veamos brevemente la biografía del inka Wiracocha (1355 – 1435). Fue el octavo gobernante del Estado cusqueño y sus padres fueron Yawar Waqaq y Choque Chiqlla Yupay. Su nombre original fue Kichka Tupac (Blas Valera). Fue erigido rey del Cusco después del asesinato de su padre por los insurreccionados Condesuyos. Luego de asumir plenamente el poder inició la expansión político militar de su Estado hacia la zona norte del Cusco llegando hasta un lugar extraño donde observó la existencia de tres cerros: Uno pequeño, otro muy empinado y el tercero semiplano: los llamó Uchuy Picchu (Cerro pequeño), Wayna Picchu (Cerro joven) y Machu Picchu (Cerro viejo) respectivamente. De vuelta al Cusco luego de sus exitosas conquistas y haber extendido su Estado cambió su nombre por el de Qatun Tupac (Tupac el Grande). Luego de aproximadamente 10 años de haber consolidado su poder en el Cusco y de haber remozado la ciudad se hizo llamar Wiracocha arguyendo que el mismo Dios principal de los Inkas se le había presentado en sueños y designado dios en la tierra autorizándole adoptar su propio nombre. Es decir, por propia decisión se trasformó en Dios y Rey al mismo tiempo.

Fue durante aquellos años que ideó, planificó y ordenó la construcción de una ciudadela sagrada, en honor del Dios Wiracocha, el mismo, destinado para su tranquilidad y descanso (Aukasamana). Ordenó la construcción de un hermoso templo-palacio para él y templos para el dios sol (Inti), para la diosa luna (Killa), para el cóndor, etc.; asimismo aposentos especiales para los sacerdotes y las sacerdotisas (Aqllakuna) al servicio del dios sol y del inka; habitaciones para los astrónomos, ingenieros y arquitectos, etc. En los alrededores se levantaron pequeños cuarteles para la guardia del Inka y para la custodia de la ciudadela. Así surgió y llegó a su apogeo lo que hoy conocemos como la mágica y misteriosa ciudadela de Machupicchu.

Pero fueron pocos los años que el dios-rey Wiracocha pudo gozar de las bondades de la “ciudad sagrada”. Su hijo el príncipe Kusi Yupanqui luego de su circunstancial conversión en rey del Cusco, luego de la batalla con el poderoso ejército de los Chancas encabezado por Uscovilca, y de la muerte de su padre ordenó la desocupación total de la ciudadela y su olvido permanente. Veamos qué motivó éste extraño comportamiento de Titu Kusi Yupanqui, hoy conocido con el sobrenombre de Pachakuteq.  Wiracocha y Pachakuteq, padre e hijo, desde muy temprano cobijaron un odio profundo entre ellos. La fuerte personalidad del niño y adolescente Titu Kusi Yupanqui intranquilizó demasiado a su padre y al no poder controlar su conducta conflictiva y belicosa con los hijos de los otros nobles (Rompía brazos y piernas y dejaba  mal heridos, en sus juegos, con otros niños y adolescentes) y por transgredir las reglas del Warachikuy, lo castigó desterrándolo a un páramo llamado Chita para que viva con los esclavos pastores de llamas (Llamamichiq). Mientras tanto en el Cusco Wiracocha había nombrado como su sucesor a Urko, hijo en su hermosa concubina Qori Chulpi (Maicito de oro). Esto acrecentó el odio de Kusi hacia su padre y más aún cuando el ejército de Uscovilca, rey del poderoso  Estado confederado Chanka – Pokra – Wanka, cercó al Cusco e instó a Wiracocha su rendición quien huyó cobardemente a refugiarse en su ciudadela sagrada (que hoy conocemos como Machupicchu).

Luego del resonante y sorpresivo triunfo de Kusi sobre Uscovilca, su padre, lejos de recompensarlo con la sucesión, lo menosprecio y persistió en su hijo bastardo Urko como nuevo rey del Estado cusqueño. Wiracocha y Urko, no conformes con el manifiesto desprecio al victorioso Kusi, complotaron para asesinarlo. Alertado del complot por sus espías Kusi retornó apresuradamente al Cusco. Luego de algunos años padre e hijo se volvieron a encontrar en el Cusco donde Wiracocha, al ver la gran transformación de la ciudad, lo llamó Pachakutiq (“Transformador del mundo”).
Ese mismo día Kusi cobró venganza con su padre: le arrancó la corona de rey de la cabeza y se la colocó a sí mismo asumiendo desde ese momento el reinado del Cusco (1445?). Sus primeras dos ordenanzas fueron: 1) Que Wiracocha pida arrodillado perdón a los nobles y a la ciudad del Cusco por su insólito y cobarde abandono ante la arremetida de los chankas; y 2) Desterrarlo a vivir hasta su muerte en su ciudadela llamada lugar de “tranquilidad y descanso” (Aukasamana), es decir, Machupicchu.  Al fallecimiento de Wiracocha, su hijo ahora rey Pachakuteq ordenó el despoblamiento y total desalojo y olvido de la ciudadela donde su odiado padre pasó sus últimos días. Todos los tesoros de Machupicchu (Oro, plata, orfebrería, cerámica, textilería, etc.) fueron transportados al Cusco  Se saqueó, destruyó e incendió todo lo de menor valor y se abandonó para siempre la ciudadela. Quienes ofrecieron resistencia (sacerdotes, aqllas, guardias, etc.) fueron muertos Ello explica el por qué existe evidencia de destrucción e incendios; asi como de numerosos cadáveres en el lugar. Explica también el por qué el 90% de lo que H. Bingham se llevó a la Universidad de Yale fueron sólo “fragmentos” (Afirmación sostenida por el Dr. Luis G. Lumbreras).

Finalmente,  cuando Pachakuteq  ordenó  el desalojo de Machupicchu (o tal vez antes) dispuso la construcción de otra ciudadela para su lugar de descanso y recreo. Eligió un sitio cercano y con características geomorfológicas similares a Machupicchu y solicitó a sus arquitectos e ingenieros diseñen la ciudadela dándole la forma de un puma, su tótem preferido. Una vez construida la mencionada ciudadela  le dio el nombre de Choquequirao (Cuna de oro), nombre en honor de su abuela Choque Chiqlla Yupay (Joya de oro muy preciada). y trasladó todo el oro, plata y demás ornamentos (orfebrería, ceramios y textiles) de Machupicchu a Choquequirao para embellecer la ciudad. Esta nueva ciudadela se convirtió, casi cien años después, en el bastión de resistencia de los últimos inkas del Tawantinsuyo.  Fue el lugar donde por más de 36 años (1536 – 1572)  los destronados reyes inkas (Manko, Sayri Tupac, Titu Kusi Yupanqui y Tupac Amaru I) ofrecieron tenaz resistencia a los invasores europeos. Después de la despiadada ejecución de Tupac Amaru (I), de su esposa e hijos por los españoles, la ciudadela fue abandonada, sus hermosas edificaciones paulatinamente se deterioraron y fueron cubiertas por una densa vegetación. Una pequeña parte del oro y la plata de Choquequirao pasaron a cubrir el rescate que Atao Wallpa pagó a Pizarro y la mayor parte de los valiosos objetos fueron  sigilosamente transportados a un lugar que permanece desconocido hasta hoy. Se cree que a ese lugar se le denominó “Paytiti”, nombre que alude el desprecio a la voracidad española y cuyo significado sería: “Dejar para ellos sólo plomo” y no oro ni tampoco plata.

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Por Julio Valdivia Carrasco
Catedrático universitario.
Profesor de Filosofía.
jvc400@hotmail.com

Castil de Griegos (Guadalajara) o el misterio de cómo desapareció la igualdad de sexos en la Celtiberia

Foto: Muralla y gran torre.

El pasado 25 de julio dio comienzo una nueva campaña de trabajos arqueológicos en el castro celtibérico de Castil de Griegos, en Checa (Guadalajara). Situado en el corazón del Parque Natural de Alto Tajo, este asentamiento se encuentra en la cima de un elevado cerro. Aunque ahora pueda parecer un lugar alejado de las grandes urbes, lo cierto es que Castil de Griegos era un punto ideal desde el que vigilar una de las pocas vías de comunicación natural que cruzan la sierra.
Desde que se empezaron a ejecutar los trabajos arqueológicos en este yacimiento, Castil de Griegos ha destacado sobre manera por las notables construcciones defensivas que sus habitantes levantaron en sucesivas fases a lo largo de la Edad del Hierro. Sólo por ellas, ya se trata de un lugar único en todo el territorio nacional. Sin embargo, año tras año sigue enriqueciendo su historia con nuevos descubrimientos y misterios.


El año pasado se confirmaba la teoría de que la fortaleza protegía a artesanos con talleres de orfebrería y metalurgia. Ahora, la conocida como Gran Dama pone sobre la mesa la cuestión de la igualdad entre hombres y mujeres. O más bien, la pregunta de qué ocurrió para que ésta se perdiera.
Los estudios realizados en el yacimiento permiten conocer cuestiones interesantes sobre las formas de vida, la dieta y las enfermedades de los habitantes de esta comunidad prerromana.
En este sentido destacan los resultados obtenidos en una sepultura singular en la que descansaba la mujer que los investigadores han bautizado como La Gran Dama: una mujer de entre 40 y 50 años, bien alimentada y con un ajuar de gran riqueza constituido por numerosos objetos de adorno personal, desde tocados hasta pulseras, brazaletes, fíbulas, collares y placas pectorales, todos de bronce.

La Gran Dama vivió en el siglo VIII a.C., justo en los primeros momentos de ocupación de Castil de Griegos, que no sería destruido y abandonado hasta el siglo II a.C., coincidiendo con la llegada de las fuerzas romanas, como demuestra el hallazgo de un denario romano de plata en el asentamiento.
“Los análisis nos permitieron saber que La Gran Dama estaba bien alimentada”, señala uno de los codirectores de la excavación, Juan Pablo Matínez Naranjo. Sin embargo, las analíticas realizadas en las tumbas del siglo III o II a. C. “nos dicen que los hombres están sistemáticamente mejor alimentados que las mujeres. Además, había más probabilidades de que las mujeres tuvieran tumbas sin ajuar”, continúa relatando. “Parece que en la antigüedad había más igualdad de género, pero se fue perdiendo”. Ahora hay que profundizar en las razones que llevaron a que eso se produjera.


Una fortaleza única

Al margen de este tema, sobre el que se continúa investigando, otro de los puntos de interés del yacimiento son sus sistemas defensivos. Aunque su importancia ya era conocida, durante esta campaña ha quedado aún más confirmada. “Hemos sacado a la luz una gran torre defensiva de planta rectangular, de unos 90 metros cuadrados, cuyas paredes exteriores conservan una altura de casi 4 metros”, explica Martínez Naranjo.

También se ha documentado que esta torre se construyó sobre una muralla anterior, cuyo trazado coincide con los restos defensivos hallados durante la pasada campaña. Esta nueva estructura viene a sumarse al complejo sistema defensivo que caracteriza a este castro, convirtiéndolo en una auténtica fortaleza que hace honor a su nombre y cuyas complejas defensas lo distinguen del resto de poblados de la zona de época prerromana.

Precisamente, los investigadores están constatando la "existencia de diferentes fases constructivas en estas murallas, que constituyen un auténtico repertorio de los distintos modelos defensivos conocidos entre los siglos VI-II a. C”. En este sentido, "hay que destacar, por su monumentalidad y estado de conservación, la fase del siglo III a.C., momento en el que se incorporan elementos de influencia púnico-helenística".

A esto hay que añadir la constatación de que estas murallas están defendiendo en su interior talleres dedicados a la orfebrería y a la metalurgia, entre otras actividades artesanales, confirmando que Castil de Griegos fue un gran centro productor hasta finales del siglo II a.C. “Este hecho lo convierte en un yacimiento excepcional no sólo a nivel provincial, sino en el vasto territorio que comprende la Celtiberia”, afirma José Ignacio de la Torre, el otro codirector del proyecto arqueológico.

“Pero aún hay más”, recalcan los arqueólogos. Castil de Griegos es un caso único de la celtiberia por otra razón: no es solo un castro, sino que está formado por dos recintos amurallados de manera independiente, separados entre sí por un foso excavado en la roca.
“A la monumentalidad de sus sistemas defensivos hay que sumar el buen estado de conservación de las estructuras, motivo por el cual tenemos previsto la consolidación, puesta en valor y musealización del yacimiento para su presentación al público”, señala Jesús Alba, alcalde de Checa.


Un referente nacional

La importancia de los descubrimientos realizados en Castil De Griegos permite afirmar que este yacimiento se ha convertido en un referente nacional. “Consideramos que los hallazgos arqueológicos documentados en Castil de Griegos hasta la fecha suponen un extraordinario impulso para la investigación arqueológica”, indican los directores de la excavación. “Permitirán conocer el buen hacer constructivo y productivo de las gentes que lo habitaron. De su puesta en valor dependerá que se convierta en un referente patrimonial”.

Dada la importancia y complejidad de este conjunto arqueológico, al que viene a sumarse la necrópolis de Puente de la Sierra, al pie de Castil de Griegos, el equipo arqueológico dirigido por Juan Pablo Martínez Naranjo y José Ignacio de la Torre Echávarri, ha contado, entre otros, con la colaboración de diferentes instituciones científicas de carácter multidisciplinar.
Es el caso de los laboratorios Beta de Miami para las dataciones de Carbono 14; el Centro de Asistencia a la Investigación de la Facultad de Biología de la Universidad Complutense de Madrid, dirigido por el Doctor Gonzalo Trancho, donde se realizaron los estudios paleoantropológicos de los restos óseos de varias tumbas de la necrópolis; así como la empresa Revives, encargada de las reconstrucciones en 3D del castro.

Las excavaciones forman parte de los Proyectos de Investigación del Patrimonio Arqueológico y Paleontológico subvencionados por la Consejería de Cultura de la Junta de Comunidades y cuentan con el inestimable apoyo de los Planes de Empleo del Ayuntamiento de Checa.

Fuente: nuevaalcarria.com | 14 de agosto de 2017

Arqueólogos buscan un puticlub de la legión romana en Herrera de Pisuerga (Palencia)

Dos estudiantes trabajan en las labores de excavación del Camino de las Ánimas. Antonio Quintero

La excavación en el Camino de las Ánimas saca a la luz restos de un asentamiento que abastecía a la Legión IV macedónica



Dicen que el de prostituta es el oficio más antiguo de la historia y en la antigua Roma era una profesión muy demandada, aún más en los asentamientos militares, y por esta razón se está buscando algún indicio que permita encontrar un lupanar junto a la ciudad de Pisoraca, en la que se asentó el campamento de la Legión IV macedónica, en la actual localidad palentina de Herrera de Pisuerga.
La excavación arqueológica de Herrera de Pisuerga lleva desde 1930 ofreciendo información sobre la vida de los militares romanos desplazados a Hispania durante las Guerras Cántabras y ha llegado el momento de indagar en la ‘cannabae’, el asentamiento anexo al campamento que servía de abastecimiento a las tropas, en el que vivían civiles que ofrecían bienes y servicios, dentro de los cuales estaban comerciantes, artesanos y también prostitutas.
La ‘cannabae’ de Herrera de Pisuerga se extendía hacia las afueras de lo que es ahora el municipio palentino, tras cruzar el río Burejo, y allí están buscando los restos de este asentamiento civil, en el que se han encontrado una treintena de monedas datadas entre los siglos III y IV, además de útiles de uso cotidiano, como varios pasadores para recoger el pelo, cuchillos o diferentes objetos cerámicos.

Encontrar el lugar físico que hacía las veces de prostíbulo en la ‘cannabae’ es una labor complicada, aunque sí que ha habido hallazgos que dejan entrever la promiscua vida de los romanos asentados en el campamento. «Hemos excavado en la parte de arriba y hemos encontrado una habitación de militares llena de ostras por el suelo, como una alfombra, y entre las ostras había tres vasos con motivos pornográficos», apuntan los arqueólogos que participan en estos trabajos en el Camino de las Ánimas.

Fuente: MARCO ALONSO > Herrera  |  El Norte de Castilla

Tras los pasos de los últimos neandertales en Barrika (Vizcaya)

Joseba Rios-Garaizar, a la izquierda, explica el trabajo en Aranbaltza-3 a los participantes en una visita organizada por el Museo de Arqueología de Vizcaya. / PEDRO URRESTI

Clanes de neandertales vivieron hace entre 90.000 y 42.000 años a orillas del arroyo Urgozo, en Barrika (Vizcaya). Eran nómadas. Se establecían en un lugar durante semanas o meses y, cuando los recursos empezaban a escasear, trasladaban el campamento a otro sitio, dejando tras de sí todo tipo de restos. Cazaban ciervos y bisontes; recolectaban frutos, tubérculos y moluscos; usaban el fuego para cocinar y calentarse; tallaban sofisticadas herramientas de piedra. Hasta que se extinguieron hace unos 30.000 años, poco después de la llegada de nuestros antepasados desde África. Ahora, un equipo de arqueólogos intenta desentrañar en el yacimiento de Aranbaltza, en Barrika, cómo eran los últimos neandertales, en un proyecto de investigación financiado por la Diputación de Vizcaya.

«Siempre se ha dicho que eran una especie humana con muy pocas capacidades intelectuales y técnicas, que se adaptaba muy mal a los cambios en su entorno. Lo que vemos aquí y en otros yacimientos es que no es así. Los neandertales tenían formas de vida muy variadas, que cambian a lo largo del tiempo», explicó ayer Joseba Rios-Garaizar, del Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana y director de las excavaciones, a los participantes en una visita organizada por el Museo de Arqueología de Vizcaya.

«Con visitas como esta queremos demostrar a la gente que las piezas arqueológicas carecen de sentido fuera de sus contextos. Nuestro museo es especial. No exponemos obras de arte, sino documentos históricos que no son solo los materiales, sino también los estratos, los contextos de los que proceden», dice el arqueólogo Iñaki García Camino, director del centro.

El arqueólogo Joseba Rios Garaizar.

Aranbaltza está en terrenos de lo que fue una cantera que se llevó por delante buena parte de la historia del lugar. El yacimiento lo encontró Iñaki Libano, un getxotarra que desde los años 70 ha descubierto 65 enclaves arqueológicos en Uribe Kosta. Cuando en 2003 se abrió en la zona una zanja para una tubería de saneamiento, se acercó para ver si, como ya había pasado otras veces, las excavadoras habían sacado a la luz herramientas de piedra. «Al fondo de la zanja, vi unas puntas chatelperronienses», recuerda Libano, que ayer recuperaba restos vegetales de hace 90.000 años al fondo de Aranbaltza-3, el sector donde los arqueólogos han trabajado este verano. El Chatelperroniense es la cultura de los últimos neandertales. Se desarrolló hace entre 45.000 y 32.000 años, y se caracteriza por unas puntas tecnológicamente muy avanzadas. «Estamos en el único yacimiento chatelperroniense al aire libre de la Península Ibérica», destaca Rios-Garaizar.


Un refugio en la playa

En Aranbaltza-2 se han encontrado más de 3.500 piezas chatelperronienses de hace unos 42.000 años. «Son las herramientas que fabricaban aquellas gentes. Creemos que esta zona era un sitio en el que tallaban sílex, pero en el que también descuartizaban animales, trabajaban pieles...». Lo sofisticado de la técnica de talla lleva al director de las excavaciones a pensar en una cierta división del trabajo. «Las puntas de Chatelperron exigen para su fabricación un importante conocimiento técnico. No las podría hacer cualquiera. Eso nos está hablando de especialistas en talla».

A pocos metros, pero ya hace entre 65.000 y 55.000 años, Aranbaltza-1 era una playa fluvial en la que aquellos humanos construyeron al borde del Urgozo estructuras para vivir más cómodamente, como haríamos nosotros. «Tenemos restos de hogares -círculos de piedras alrededor del fuego-, muretes que levantaban con bloques de basalto de 50 kilos para protegerse del viento -que pueden formar parte de cabañas- y grandes lajas de arenisca. Encima de una de ellas encendieron un fuego. Pensamos que lo usaron de algún modo para aislarse de la humedad de lo que era una playita. Yacimientos neandertales con estructuras hay una docena en Europa y en la cornisa cantábrica, ningún otro».


Excavación de las ocupaciones del paleolítico Medio en el sector I de Aranbaltza (Foto: Joseba Rios-Garaizar).


Si en Aranbaltza-2 había piezas chatelperronienses, «aquí había un montón de núcleos Levallois, de los que se sacan lascas muy regulares, muy finas y muy bien hechas. Creemos que estamos ante otro taller». La causa de la intensa actividad de talla en la zona es el sílex de los acantilados de Barrika, que funciona como atractor de los neandertales y que se ha encontrado en yacimientos a más de 150 kilómetros.

En Aranbaltza-3, una charca de inundación en la margen del río, los arqueólogos han descubierto también algo extraordinario: materia vegetal de hace 90.000 años asociada a restos de herramientas. «Nos permite saber qué vegetales podían comer y tenían a su disposición». En un sondeo hecho cerca de la actual zona de excavación, han encontrado una punta de madera trabajada, una pieza única que están estudiando. «Los neandertales no eran unos brutos. En Aranbaltza, estamos viendo un registro cultural al que lo único que le falta para ser igual que el nuestro es manifestaciones simbólicas evidentes, arte», concluye Rios-Garaizar.

Fuente: elcorreo.com | 19 de agosto de 2017