Hallan los sellos más antiguos del mundo

Un equipo de arqueólogos ha desenterrado los que podrían ser los sellos más antiguos del mundo.
El descubrimiento ha tenido lugar en la antigua ciudad de Karkamis, en el sureste de Turquía, muy cerca de la frontera con Siria. En estos sellos, con 4.000 años de antigüedad, se observan figuras, inscripciones en lengua hitita y descripciones de la administración del imperio. Se cree que tenían una función comercial. En ellos se representa a funcionarios, algunos de los cuales podrían haber sido responsables de la seguridad fronteriza.

Karkamis fue uno de los principales centros urbanos del imperio Hitita, que se extendió por Anatolia y por el norte de Siria. Hoy se considera una de las ciudades antiguas más importantes del mundo y un auténtico paraíso para los arqueólogos.

Fuente: es.euronews.com | 26 de septiembre de 2017

El 40% de los hombres de la Península Ibérica descienden de un antepasado común que vivió hace unos 4.500 años

Mapa de la expansión de la variante cromosómica R1b-DF27. Realizado por la UPF.
Que los humanos venimos de un antepasado común es una evidencia de sobra conocida. El Adán cromosomal-Y original habría sido un hombre africano homólogo de la Eva mitocondrial que poseía el cromosoma Y del cual descienden todas las variantes que se encuentran en la población actual de Homo Sapiens.

El cromosoma Y tan sólo supone el 1% de todo el genoma masculino, pero es el responsable de que los hombres sean anatómicamente hombres, ya que es el encargado de evitar la formación de los ovarios en el feto y permitir el desarrollo de los testículos. Y solo se transmite de padres a hijos.
A partir del Adán cromosómico la evolución humana propició el desarrollo de distintas variantes del cromosoma Y. Una de ellas es la conocida como R1b-DF27, que se originó a partir de un individuo que vivió hace entre 4.000 y 4.500 años, según ha revelado un estudio de la Universitat Pompeu Fabra (UPF) y la Universidad del País Vasco (UPV/EHUS).

Los investigadores han analizado muestras de ADN de casi 3.000 hombres de la Península Ibérica y de Francia y han llegado a la conclusión que el R1b-DF27 está presente en el 40% de los varones ibéricos y solo en el 10% de los hombres que viven más allá de los Pirineos. Si nos centramos únicamente en el País Vasco, el porcentaje se eleva hasta el 70%.

“A pesar de su elevada frecuencia actual en el País Vasco, las medidas internas de diversidad y las estimaciones por antigüedad son más bajas en los vascos que en cualquier otra población, lo que descarta esta región como punto de origen de la variante”, explica Francesc Calafell (izquierda), jefe del grupo de investigación en Genómica de la Individualidad de la UPF.

Los científicos creen que lo más probable es que este antepasado común del 40 por ciento de los varones ibéricos apareciera en el noreste de la Península.
“La historia evolutiva de los cromosomas Y humanos parece haber ocurrido a ráfagas, con aumentos en la frecuencia de ciertas variantes a raíz de cambios culturales o innovaciones tecnológicas“, señala Calafell.

La hipótesis que barajan los expertos es que R1b-DF27 se originara en Iberia -”Esta región muestra las mayores estimaciones de diversidad y antigüedad”, dicen- coincidiendo con el movimiento de oriente a occidente que se produjo durante la transición entre el Neolítico y la Edad de Bronce, cuando los pueblos ibéricos no indoeuropeos se establecieron en la costa mediterránea y en el interior porque los pueblos celtas ocupaban el centro y el oeste de la Península Ibérica.

Mapas de contorno de las frecuencias de los alelos derivados de los SNPs analizados en este manuscrito.

El estudio de esta variante del cromosoma Y puede ayudar, explican los investigadores, a rastrear eventos migratorios en los que participaron hombres ibéricos. En las poblaciones de Latinoamérica, por ejemplo, se ha encontrado el R1b-DF27 en frecuencias del 40% en Colombia, del 36% en Puerto Rico, del 10% en México y del 8% en Perú.

Esta modificación cromosómica es notablemente inferior en las poblaciones con un componente indígena más fuerte, como México y Perú, lo que evidencia una menor mezcla de sus individuos con los colonizadores en el pasado. En Europa, esta variante del cromosoma Y permite seguir las huellas de la expansión medieval de la Corona de Aragón en el Mediterráneo durante los siglos XIV y XV y también la ocupación castellana de Flandes en el siglo XVI.

“Una variante cromosómica con frecuencias relativamente altas en poblaciones ibéricas y rara en otras regiones como la R1b-DF27 puede tener, además, aplicaciones en la genética forense porque su presencia en una muestra biológica recogida en la escena de un crimen puede ayudar a identificar el origen geográfico de quien la aportó”, aseguran desde la Universitat Pompeu Fabra.
Por último, el cromosoma Y se utiliza a menudo en los estudios relacionados con los apellidos, ya que estos últimos suelen transmitirse también a través de la línea masculina. Para ello, se analizan los subgrupos del cromosoma Y y, teniendo en cuenta su similitud entre hombres que comparten el mismo apellido, se establece un origen genealógico compartido.

Fuente: lavanguardia.com | 26 de septiembre de 2017

Un estudio a gran escala secuencia genomas para reconstruir la prehistoria de las poblaciones de África

Pese a que los Khoi-San del África meridional se separaron tempranamente de otros africanos, llevan el ADN de pastores del este de África.

El primer estudio a gran escala del antiguo ADN humano del África subsahariana abre nuevos puntos de vista a la identidad de las poblaciones prehistóricas de la región, cómo se movieron y se reemplazaron entre sí durante los últimos 8.000 años.

Los descubrimientos, publicados el pasado 21 de septiembre en la revista Cell por un equipo de investigación internacional dirigido por la Escuela de Medicina de Harvard, responden a varios misterios ddesde hace tiempo y revelan detalles sorprendentes sobre la ascendencia africana subsahariana, incluyendo adaptaciones genéticas en el estilo de vida de cazadores y recolectores, y los primeros indicios de la distribución de la población antes de que los agricultores y pastores pasaran por el continente hace unos 3.000 años.

"Los últimos miles de años fueron un período increíblemente rico y formativo, clave para entender cómo las poblaciones de África llegaron a donde están hoy en día", dijo el Dr. David Reich (derecha), profesor de genética en Harvard Medical School y miembro asociado del Broad Institute of MIT. "Los ancestros que existieron durante ese período de tiempo es un paisaje tan inexplorado que todo lo que hemos aprendido era nuevo".

El Dr. Reich comparte la autoría principal de este estudio con Ron Pinhasi, de la Universidad de Viena, y Johannes Krause, del Instituto Max Planck para la Ciencia de la Historia Humana y de la Universidad de Tübingen, en Alemania.

"El ADN antiguo es la única herramienta que tenemos para caracterizar la diversidad genómica del pasado. Nos enseña cosas que no sabemos sobre Historia desde la Arqueología y la Lingüística, y puede ayudarnos a entender mejor las poblaciones actuales", dijo Pontus Skoglund (izquierda), investigador postdoctoral en el laboratorio del Dr. Reich y primer autor del estudio. "Necesitamos asegurar que utilizamos el ADN antiguo para el beneficio de todas las poblaciones del mundo, quizá especialmente de África, la cual contiene la mayor diversidad genética humana del planeta, pero que no ha sido atendida por la comunidad genómica".

Mucho tiempo en llegar

Aunque la investigación del ADN antiguo ha revelado ideas sobre la historia de las poblaciones de muchas áreas del mundo, indagar en la ascendencia profunda de los grupos africanos no ha sido posible hasta hace poco, dado que el material genético se degrada rápidamente en climas húmedos y cálidos.

Los avances tecnológicos -incluyendo el descubrimiento realizado por Pinhasi y sus colegas de que el ADN persiste por más tiempo en los pequeños y densos huesos del oído- están ahora empezando a romper tal barrera climática. El año pasado, el Dr. Reich y sus colegas utilizaron las nuevas técnicas para generar los primeros datos del genoma de los primeros agricultores del Cercano Oriente que vivieron entre 8.000 y 12.000 años atrás.

En el nuevo estudio, Skoglund y su equipo, incluidos colegas de Sudáfrica, Malawi, Tanzania y Kenia, se obtuvo ADN de los restos de 15 antiguos africanos subsaharianos. Los individuos provenían de una variedad de regiones geográficas y tenían una antigüedad entre aproximadamente 500 a 8.500 años.

Los investigadores compararon estos antiguos genomas, junto con el único otro antiguo genoma conocido de la región -publicado previamente en 2015-, contra los de casi 600 individuos actuales de 59 poblaciones africanas y 300 personas de 142 grupos no africanos.

"Estamos removiendo las primeras capas de la transición agrícola al sur del Sahara", dijo Skoglund. "Ya podemos ver que había un paisaje completamente diferente de poblaciones hace apenas 2.000 o 3.000 años".


El Monte Hora, en Malawi, donde se obtuvo el ADN más antiguo del estudio, pertenciente a una mujer que vivió hace más de 8.000 años. Imagen: Jessica C. Thompson / Universidad de Emory

Lapso de tiempo genómico

Casi la mitad de las muestras que analizó el equipo provino de Malawi, proporcionando una serie de instantáneas genómicas de la misma localización a través de miles de años. Las series cronológicas revelaron la existencia de una antigua población de cazadores-recolectores que los investigadores no esperaban.

Cuando la agricultura se extendió por Europa y Asia Oriental, los agricultores y pastores se expandieron a nuevas áreas y se mezclaron con los cazadores-recolectores que vivían allí. Las poblaciones actuales heredaron así el ADN de ambos grupos.

El nuevo estudio encontró evidencias de movimientos y mezclas similares en otras partes de África, pero después de que los agricultores llegaran a Malawi, los cazadores-recolectores parecen haber desaparecido sin aportar ninguna ascendencia detectable en las personas que viven allí hoy en día.
"Parece que hubo un completo reemplazo de la población", dice el Dr. Reich. "No hemos visto pruebas claras de un evento como este en ningún otro lugar".

Las instantáneas de Malawi también ayudaron a identificar una población que se extendió desde el extremo sur de África hasta el ecuador, hace unos 1.400 años, antes de desaparecer. Ese misterioso grupo compartió ascendencia con el actual pueblo Khoi-San del sur de África, y dejó algunas muestras de ADN en la gente de un grupo de islas a cientos de kilómetros, en la costa de Tanzania.
"Es increíble ver en estas poblaciones ADN que ya no existe", señala el Dr. Reich. "Está claro que la recopilación de muestras de ADN adicionales nos enseñará mucho más".

"Los Khoi-San son gente tan genéticamente distintiva que fue una sorpresa encontrar un ancestro estrechamente relacionado tan lejos, al norte, hace sólo un par de miles de años", añade el Dr. Reich.

El nuevo estudio también encontró que los africanos occidentales pueden rastrear su linaje en un antepasado humano que pudo haberse separado de otras poblaciones africanas incluso antes que los Khoi-San.


Este gráfico muestra la diversidad de ADN antiguo de la población de África sobre la base de los datos genéticos disponibles por los científicos y cómo se propagó. Encontraron que una población del Cercano Oriente se extendió por África Oriental hace al menos 3.100 años. Al mismo tiempo, otra expansión impulsada por agricultores estaba teniendo lugar en África Occidental.

Enlaces perdidos

La investigación también arrojó luz sobre los orígenes de otro grupo único, el pueblo Hadza de África Oriental.

"Tienen una apariencia distinta, tanto por su lenguaje como por su genética, y algunos científicos especulan que, al igual que los Khoi-San, podrían representar un grupo que divergió tempranamente de otras poblaciones africanas", afirma el Dr. Reich. "Nuestro estudio, en cambio, muestra que están de alguna manera en medio de todo".

Los Hadza, según comparaciones genómicas, están hoy más estrechamente relacionados con los no africanos que con otros africanos. Los investigadores plantean la hipótesis de que los Hadza son descendientes directos del grupo que emigró fuera de África, y que, posiblemente, se extendió también dentro del continente africano después de hace unos 50.000 años.

Otro descubrimiento estaba en espera en el África oriental

Los científicos habían predicho la existencia de una población antigua basada en la observación de que la gente actual de África meridional comparte ascendencia con gente del Cercano Oriente. Los restos hallados en Tanzania de una niña de 3.000 años de antigüedad ha proporcionado la prueba que faltaba.

El Dr. Reich y sus colegas sospechan que dicha niña pertenecía a una población de pastores que contribuyó con una ascendencia significativa en la gente actual de Etiopía y Somalia hasta Sudáfrica. La población antigua era aproximadamente un tercio eurasiática, y los investigadores han sido capaces de localizar con mayor precisión esa ascendencia ancestral en la región de Levante.
"Con esa muestra en la mano, ahora podemos decir más cosas acerca de quiénes fueron esas personas", dice Skoglund.

Sin embargo, aunque el hallazgo aclara un misterio, levanta otro: la gente actual en el cuerno de África tiene adicionalmente ancestros del Cercano Oriente que no pueden ser explicados por el grupo al que pertenecía la niña.


Fotografía de la Fingira Rock, donde se localizaron restos óseos de tres individuos analizados en el estudio, el más antiguo tiene unos 6.100 años de antigüedad.

Seleccion natural

Por último, el estudio ha dado un primer paso en el uso de ADN antiguo para comprender la adaptación genética de las poblaciones africanas.

Se necesitaba "estrujar el agua de una piedra", dado que los investigadores han trabajado con pocas muestras antiguas, recuerda el Dr. Reich. Sin embargo, Skoglund fue capaz de identificar dos regiones del genoma que parecen haber sido sometidas a selección natural en el sur de África.
Un proceso adaptativo provocó el aumentó de protección contra la radiación ultravioleta, y que los investigadores proponen podría estar relacionado con la vida en el desierto de Kalahari. Otra variante ha sido encontrada en los genes relacionados con las papilas gustativas, la cual, según los investigadores, pudo ayudar a la gente a detectar los venenos de las plantas.

Los investigadores esperan que su estudio fomente más estudios sobre el diverso paisaje genético de las poblaciones humanas de África, tanto en el pasado como en el presente. El Dr. Reich también dijo que espera que el trabajo haga recordad que la historia africana no terminó hace 50.000 años, cuando grupos de humanos comenzaron a emigrar hacia el Cercano Oriente y más allá.

"La última Edad de Piedra en África es como un agujero negro en cuanto a la investigación se refiere. El ADN antiguo puede solucionar esa brecha", concluye el Dr. Reich.

Fuente: Harvard Medical School | 21 de septiembre de 2017

Sevilla recupera este otoño el tiempo de Adriano y Trajano

El tiempo de Adriano y Trajano fue una de las grandes épocas de la Historia. Un momento en el que el imperio romano se transforma incorporando la gran diversidad de las culturas mediterráneas. Un tiempo de integración, mestizaje e hibridación en el que Roma fue paradójicamente más Roma que nunca. Esa época estuvo protagonizada por dos personajes cuyo origen estaba en las provincias del imperio, concretamente en Itálica: Trajano y Adriano.


Este año se conmemoran los 1900 años de la muerte de Trajano y el ascenso al trono de Adriano. Y Sevilla, al ser la patria de los emperadores, se convertirá en lugar de referencia para la revisión científica de ambos. Un congreso internacional organizado por la Universidad de Sevilla y una exposición en el Museo Arqueológico impulsada por la Universidad Pablo de Olavide serán las destacadas citas de un otoño en el que también continúa en marcha el proyecto de la candidatura para declarar Itálica como patrimonio de la humanidad. Un reto promovido por la asociación civil Civisur y respaldada por diversas instituciones.

La exposición, que se inaugurará en octubre en el Museo Arqueológico, lleva el sugerente título de «Metamorfosis: El nacimiento de una nueva Roma», cuyo comisario es el profesor de Historia Antigua de la Pablo de Olavide, Juan Manuel Cortés Copete. Esta muestra contará con la exhibición de los cinco bustos de Adriano realizados en Hispania y que proceden de Sevilla, Mérida, Tarragona, Yecla y el Museo del Prado.

El otro plato fuerte será el ambicioso congreso internacional «De Trajano a Adriano. Roma matura, Roma mutans» que prepara la Universidad de Sevilla y que tendrá lugar entre el 26 y el 28 de octubre. Los responsables de este encuentro científico son Antonio F. Caballos Rufino, Salvador Ordóñez Agulla y José Carlos Saquete Chamizo.

La cita tiene como misión actualizar las últimas investigaciones sobre este brillante periodo del imperio romano que protagonizaron dos hijos de la Bética. «Con esta conmemoración quedará de manifiesto, una vez más, por su misma romanidad, la universalidad de Andalucía y su centralidad histórica en Europa», aclaran los organizadores.

Sevilla será el eje de un congreso que inaugurará en el Paraninfo el profesor Werner Eck, de la Universidad de Colonia, con la conferencia «Trajano y Adriano: ¿dos gobernantes contrapuestos» y que clausurará la profesora de la Universidad de Sevilla Pilar León-Castro con «Itálica: de la madurez trajanea a la mutación adrianea».
En el epílogo del encuentro se presentará el número especial que la revista «Andalucía en la Historia» ha dedicado a «La Bética: cuna de emperadores» y habrá una visita guiada al Museo Arqueológico y a Itálica.

1900 aniversario de la muerte de Trajano

No podía pasar desapercibida, al menos para el mundo académico, la conmemoración del 1900 aniversario de la muerte en Selinunte de Cilicia, el 8 de agosto del 117 d. C., del emperador Trajano —Imperator Caesar Nerva Traianus Augustus—, nacido en Itálica, y de la llegada al poder de Publius Aelius Hadrianus, nacido el 24 de enero del 76 en Roma, aunque de familia italicense.
Trajano llegó a ser el personaje más poderoso de su tiempo. Con él —el llamado Optimus Princeps— llegó el tiempo de las provincias. Mientras que con Adriano se llevó a cabo un proceso de racionalización en la gestión del Estado. Ambos son considerados los emperadores más romanos de entre todos los romanos.

Entre los especialistas que se reunirán en una Sevilla convertida en laboratorio de reflexión sobre la época dorada de Roma están profesores procedentes de universidades de Alemania, Francia e Italia como Patrick Le Roux, Matthäus Heil, Ségolene Demougin, Stephane Ne Benoist, Sabine Lefebvre, Gian Luca Gregori, Christian Witschel, Rudolf Haensch y Marietta Horster.

De universidades españolas participarán María del Pilar González-Conde Puente y Juan Manuel Abascal Palazón (Alicante), Francisco Marco Simón (Zaragoza), Santiago Montero Herrero (Madrid), Enrique Melchor Gil, Juan Francisco Rodríguez Neila y Antonio David Pérez Zurita (Córdoba) y Sergio García-Dils de la Vega, del Servicio de Arqueología del Ayuntamiento de Écija. Así como los profesores de la Hispalense Pilar Pavón Torrejón, José Carlos Saquete Chamizo, Aurelio Padilla Monge y Rosario S. de Castro-Camero, Anthony Álvarez Melero, Salvador Ordóñez Agulla y Antonio Caballos Rufino que hablará sobre Itálica como cuna de emperador y patria imperial.

Fuente: ABC.es | 24 de septiembre de 2017

Descubren un misterioso papiro que explica cómo se transportaron los bloques de piedra de la Gran Pirámide de Guiza

Papiro antiguo hallado en el puerto marítimo de Wadi Al-Jarf, que ha dado una nueva idea del papel que desempeñaron los barcos en la construcción de la pirámide de Guiza.

Durante siglos ha sido uno de los enigmas más grandes del mundo: cómo una sociedad de la Edad de Bronce con poca tecnología creó la Gran Pirámide de Guiza en Egipto, la más antigua y única superviviente de las Siete Maravillas del Mundo Antiguo.

Ahora los arqueólogos han descubierto una prueba fascinante que muestra cómo los egipcios transportaban bloques de piedra caliza y granito de 2 toneladas y media más de 800 kilómetros para construir la tumba del faraón Khufu en aproximadamente el año 2.600 antes de Cristo.
Con 150 metros de altura, es la más grande de todas las pirámides y fue, hasta la Edad Media, la estructura artificial más grande de la Tierra. Ahora el descubrimiento de un papiro antiguo, una barca ceremonial y un ingenioso sistema de obras hidráulicas han arrojado luz sobre la infraestructura creada por los constructores.


El material arqueológico detallado muestra que miles de trabajadores cualificados transportaron 170.000 toneladas de piedra caliza a lo largo del Nilo en botes de madera que se mantenían unidos por cuerdas, a través de un sistema de canales especialmente construido hasta un puerto interior situado a pocos metros de la base de la pirámide.
También se ha encontrado un pergamino de papiro antiguo en el puerto marítimo de Wadi Al-Jarf, que ha dado nuevas ideas sobre el papel que desempeñaron los barcos en la construcción de la pirámide.

Escrito por Merer, un supervisor a cargo de un equipo de 40 obreros de élite, es el único relato de primera mano sobre la construcción de la Gran Pirámide, y describe con detalle cómo las piedras fueron enviadas río abajo desde Tura hasta Giza.


En su diario, Merer también describe cómo su tripulación estuvo involucrada en la transformación del paisaje, abriendo diques gigantescos para desviar el agua del Nilo y conducirla hacia la pirámide a través de canales artificiales.

Aunque se sabe desde hace mucho tiempo que el granito de las cámaras internas de la pirámide se extrajo en Asuán, a más de 850 kilómetros al sur de Guiza, y las piedras calizas de Tura a 12 kilómetros de distancia, los arqueólogos no estaban de acuerdo en cómo fueron transportadas.
El arqueólogo Mark Lehner, experto en la materia, ha descubierto pruebas de una vía fluvial perdida bajo la polvorienta meseta de Giza. “Hemos delineado la cuenca central del canal, la cual creemos que fue la principal zona de entrega al pie de la meseta de Guiza", dijo.


Otro equipo de arqueólogos ha desenterrado un barco ceremonial diseñado para que Khufu comandara en el más allá, lo que da nuevas ideas sobre la construcción de embarcaciones en aquel momento.

Un equipo de especialistas restauró las tablas de madera antes de escanearlas con un láser 3D para determinar cómo se ensamblaron. Descubrieron que estaban cosidas con lazos de cuerda.

Fuente: columnacero.com | 24 de septiembre de 2017

Descubren el templo de Artemisa Amarysia en la isla de Eubea (Grecia)

Un equipo de arqueólogos griegos y suizos localizó en la isla griega de Eubea, tras diez años de excavaciones, los restos del templo de Artemisa Amarysia, el lugar de culto más importante de la antigüedad en esta isla.


Los arqueólogos hallaron varios edificios construidos entre los siglos VI y II a.C. y una fuente subterránea, así como una serie de inscripciones que hacen referencia a Artemisa Amarysia. "El hallazgo de las inscripciones es muy importante porque no deja ninguna duda de que el templo es el de Artemisa Amarysia", declaró Amalia Karapasjalidu, la arqueóloga griega que dirige las excavaciones en el yacimiento. Karapasjalidu explicó que el periodo de auge del templo se sitúa entre los siglos IV y II a.C., aunque hay indicaciones claras de que el lugar se utilizaba para el culto de Artemisa en periodos anteriores y posteriores a estos siglos. "Unos hallazgos datan incluso del periodo geométrico (siglos IX-VIII a.C.) y el material de construcción de la fuente fue reutilizado una segunda vez, lo que en la antigüedad ocurría con frecuencia", dijo Karapasjalidu.









La existencia de este templo es mencionada por primera vez en la obra del geógrafo Estrabón, del siglo I a.C. En el volumen X de su obra, Estrabón sitúa el templo a una distancia de siete estadios (un estadio equivalía aproximadamente a 185 metros), es decir, casi un kilómetro y medio, de la ciudad de Eretria. Seguir esa referencia resultó en que la búsqueda del templo se hizo durante décadas en lugares erróneos, hasta que el profesor de la universidad de Neuchtel, en Suiza, Denis Knoepfler, especialista en inscripciones, mostró, a finales de los años 70, que la verdadera distancia de Eretria al templo era de 60 estadios, es decir, unos 11 kilómetros. "En los años 90, iniciamos una excavación en un lugar cercano al templo, tras la detención de una banda que llevaba a cabo allí excavaciones arqueológicas ilegales, y hallamos centenares de pequeñas estatuas con uso ritual dedicadas a Artemisa. Entonces me convencí de que el templo estaba en los alrededores", explicó Karapasjalidu. La arqueóloga resaltó que su equipo halló al inicio de su excavación del yacimiento actual una importante galería del siglo IV a.C. "Estábamos convencidos de que se trataba del templo de Artemisa, pero no teníamos la prueba de las inscripciones que hemos hallado este año", concluyó Karapasjalidu.

Fuente: EFE | El Comercio, 22 de septiembre de 2017