La hibridación con Neandertales reintrodujo ADN 'perdido' en los humanos modernos

Foto: Determinado ADN antiguo se perdió cuando los humanos modernos (cráneo humano en el fondo) emigraron de África, pero fue "encontrado" nuevamente cuando hibridaron con los neandertales (cráneo en primer plano).

Cuando los neandertales se aparearon con los humanos modernos, compartieron algo más que un momento íntimo y su propio ADN. También devolvieron miles de antiguas variantes de genes africanos que los Homo sapiens euroasiáticos habían perdido cuando sus antepasados se extendieron fuera de África en pequeñas bandas hace entre 60.000 y 80.000 años. Restaurada en su linaje, esta diversidad genética puede haber sido un regalo para los Homo sapiens eurasiáticos mientras se diseminaron por el mundo. Sin embargo, algunas de estas variantes africanas son una carga hoy en día: parecen aumentar el riesgo de adicción a la nicotina y provocar obesidad.

En conferencias llevadas a cabo la semana pasada, en la reunión anual de la Sociedad Estadounidense de Genética Humana, un equipo de investigadores anunció que algunas variantes genéticas neandertales heredadas por los humanos modernos fuera de África no son propiamente genes neandertales, sino que provienen de la condición humana ancestral. El trabajo resalta la cantidad de diversidad genética que se perdió cuando los humanos modernos pasaron por un cuello de botella genético al salir de África.
“Los humanos modernos dejaron atrás, en África, muchas variantes genéticas beneficiosas", dice el genetista evolutivo Tony Capra (izquierda), de la Universidad Vanderbilt, en Nashville. “La hibridación con los neandertales proporcionó la oportunidad de recuperar algunas de esas variantes, aunque con muchos alelos de neandertal potencialmente débiles también".

Su equipo encontró las antiguas variantes africanas cuando examinaron los genomas de más de 20.000 individuos del Proyecto 1000 Genomas y en el registro del banco de datos electrónicos de salud Vanderbilt's BioVU. Pronto notaron un patrón extraño: los estiramientos de los cromosomas heredados de los neandertales también llevan alelos antiguos, o mutaciones, que se encuentran en todos los africanos que estudiaron, incluidos los pueblos Yoruba, Esan y Mende. Los investigadores encontraron 47.261 de estos alelos reintroducidos en los genomas de los europeos y 56.497 en los asiáticos (pues tienen más ascendencia neandertalque los europeos). En los euroasiáticos estos alelos solo se encuentran junto a los genes neandertales, lo que sugiere que todo este ADN se heredó al mismo tiempo, cuando los antepasados de los eurasiáticos se aparearon con los neandertales hace aproximadamente 50.000 años.

"La explicación más plausible es que estos alelos representan la condición humana ancestral, heredada por los neandertales y los humanos modernos en África de su ancestro común", dice Capra. Cuando los seres humanos modernos emigraron fuera de África, su pequeño número poblacional resultó un cuello de botella genético en el que perdieron muchos alelos que permanecían en poblaciones más grandes del continente africano. Más tarde, los neandertales reintrodujeron estos alelos, junto con distintos genes neandertales, en los ancestros de los eurasiáticos, aduce Capra. Algunos de estos alelos antiguos fueron beneficiosos, tal como uno que impulsó la respuesta inmune.
Pero los humanos de hoy en día podrían preferir haberse desprendido de algunos de ellos. Hasta ahora, el equipo de Capra ha encontrado tres variantes funcionales, las cuales están asociadas con la adicción a la nicotina, la obesidad y la pigmentación de la piel.

"Los datos de que los neandertales ayudaron a recuperar parte de la diversidad ancestral perdida de los humanos modernos son muy convincentes", comenta el genetista Mait Metspalu (derecha), del Biocentro Estonia, en Tartu, quien escuchó las conferencias.

Otros genetistas en la reunión se centraron en los "desiertos" del ADN, donde los humanos modernos no heredaron ADN de los neandertales o de otros humanos arcaicos. Una de estas regiones incluye el gen del lenguaje, FOXP2.

Esto sugiere que en nuestros antepasados, la selección natural eliminó la versión neandertal de este gen. Utilizando software estadístico que evalúa la expresión génica basada en el tipo de gen, la estudiante de posgrado de Vanderbilt, Laura Colbran (izquierda), descubrió que las versiones neandertales de este gen habrían bombeado una cantidad mucho menor de proteína FOXP2 que la expresada en cerebros modernos.
En personas actuales, una mutación rara es lo que provoca que miembros de una familia produzcan la mitad de la cantidad habitual de la proteína FOXP2 desencadenando graves defectos en el habla, señala Simon Fisher (derecha), director del Instituto Max Planck de Psicolingüística, en Nijmegen, Países Bajos, quien descubrió este gen. La expresión del gen FOXP2 puede ser clave para el lenguaje, dice Fisher.

Fuente: sciencemag.org | Ann Gibbons | 23 de octubre de 2017

Explorando la antigua Babilonia: Placa de terracota con un soberano a subasta

¿Qué te viene a la mente cuando escuchas el nombre "Babilonia"? ¿El Jardín del Edén, el diluvio bíblico, los Jardines Colgantes de Nabucodonosor, una de las Siete Maravillas del Mundo Antiguo? Una placa de terracota babilónica única que proporcionó una visión de la antigua Babilonia ha salido a subasta en la plataforma de subastas online Catawiki, y su equipo de expertos en hallazgos arqueológicos están encantados de compartir su historia con vosotros.

Una civilización ribereña

Los griegos se referían a ella como la tierra entre los dos ríos o Mesopotamia. Estaba entre el Tigris y el Éufrates del Iraq moderno. Incluso el fango de los ríos jugó un papel importante en el desarrollo del primer sistema de escritura utilizado inicialmente para la administración agrícola - la escritura cuneiforme. Los ladrillos de barro se grabaron con un punzón de madera o caña para crear los símbolos familiares en forma de cuña del primer lenguaje escrito registrado. Estos ladrillos de arcilla se hornearon para formar un archivo permanente de la administración de los estados de la ciudad como Babilonia y Ebla. Increíblemente, las culturas mesopotámicas incluso hicieron sobres de barro cocido para su correspondencia y estos simples documentos administrativos son ahora muy valiosos para los coleccionistas.

Lo más significativo para los eruditos del antiguo Oriente Próximo son los descubrimientos, como la traducción de un relato temprano del mito de las inundaciones. Las tabletas de arcilla cuneiforme fueron adaptadas para usos múltiples, no solamente textos contables y administrativos. Bibliotecas enteras han sobrevivido para darnos una idea del funcionamiento de la antigua civilización del Oriente Próximo.

Placa de arcilla

En Catawiki, una antigua placa de arcilla babilónica que representaba a un rey, fue ofrecida a subasta. Podemos identificarlo como rey por su característico casco con forma de colmena y con cuernos; grueso, barba rizada y manto de estilo pastoril. El dios-rey lleva un tridente en su mano derecha, y es posiblemente una representación del rey como Ninazu, una deidad del inframundo. Como el Osiris egipcio, este dios es, a la vez, dios de la agricultura y del inframundo.


Aunque su altura es de apenas 10 cm, esta placa de terracota es una imagen poderosa. Esta pieza pertenece a una colección privada muy bien documentada de Madrid y es una oportunidad única para que los coleccionistas posean una imagen real semidivina de la cultura babilónica antigua, de aproximadamente el año 2000 a. C.


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El Mesolítico de Villena en la vanguardia de la arqueología en Europa

Un proyecto financiado por el Consejo Europeo de Investigación estudia en yacimientos de Villena la demografía de los últimos cazadores y recolectores de la prehistoria

Desde el pasado marzo el Instituto Catalán de Paleocología Humana y Evolución Social ha venido desarrollando en Villena un proyecto de investigación sobre la demografía de las últimas poblaciones de cazadores y recolectores de la Prehistoria y cómo el cambio climático afectó al grupo. Este estudio, financiado por El Consejo Europeo de Investigación con una ayuda económica que asciende a 1.460.000 euros, supone un impulso en el conocimiento y puesta en valor del patrimonio prehistórico de la ciudad alicantina, generando oportunidades de trabajo para jóvenes arqueólogos de la comarca.


Bajo la mirada del Castillo de la Atalaya, durante el frío invierno de 1963, cuando la tarea encomendada era acometer unas obras en un solar de Villena, llegaron de forma repentina los regalos de Navidad: se encontró el Tesoro de Villena. Uno de los principales hallazgos arqueológicos de oro de España. Está custodiado en el Museo Arqueológico José María Soler, ubicado en los bajos del mismo ayuntamiento. Una auténtica maravilla que tiene más de 3.000 años de antigüedad y que hace algo más de 60 forma parte del patrimonio de nuestro país. Y es que si por algo es famosa Villena es por su gran riqueza arqueológica. Uno de los yacimientos de referencia es el de Cabeza Redondo, un poblado de la Edad del Bronce de unos 3.500 años de antigüedad. Sin embargo, hay otros periodos anteriores que hasta ahora no se habían podido estudiar con profundidad.


Desde primeros de marzo el IPHES, Instituto Catalán de Paleocología Humana y Evolución Social, ha venido desarrollando en la localidad un proyecto de investigación sobre la demografía de las últimas poblaciones de cazadores y recolectores de la Prehistoria que consiste en la reconstrucción de las dinámicas demográficas durante el periodo que transcurre desde el final de la última glaciación hasta la aparición de la agricultura.

Un etapa que según el director de este proyecto, Javier Fernández-López de Pablo “era muy interesante porque los grupos de población eran muy pequeños y se tuvieron que enfrentar a situaciones de cambios climáticos y ambientales muy dramáticos. En este proyecto intentamos averiguar cómo estos cambios afectaron al tamaño de la población y a los procesos de transmisión cultural”. Un programa que comenzó en octubre de 2016, aunque los trabajos de campo, que terminarán en dos semanas, se iniciaron el pasado marzo. Durante estos cinco primeros meses se han llevado a cabo excavaciones arqueológicas en el yacimiento de Arenal de la Virgen, que cuenta con restos de un campamento de la época del mesolítico de hace unos 9.000 años de antigüedad, y en Casa Corona, donde se han encontrado restos del mismo período y de otros de la Prehistoria más recientes. Según Javier Fernández “durante estos meses hemos trabajado en estos yacimientos. Durante los próximos años estudiaremos lo que hemos obtenido de las nuevas excavaciones”.

Un proyecto arqueológico que tendrá una duración total de cinco años y que está financiado por el Consejo Europeo de Investigación, el órgano más prestigioso que subvenciona este tipo de estudios en toda Europa. En la actualidad, en España, solamente hay otros dos que cuentan con este tipo de ayuda. En este caso es de 1.460.000 euros, y estará dirigida, sobre todo, a la contratación de personal investigador.


Los resultados tendrán grandes implicaciones en Villena. Por un lado, una inyección de recursos y de dinero público destinados al conocimiento del patrimonio arqueológico local. Por otro lado, se contribuye al fomento de la empleabilidad.

Además de un amplio equipo formado por 14 personas, entre ellas investigadores, especialistas en geoarqueología o en reconstrucción paleoambiental, también se ha contado con 20 estudiantes voluntarios de varias universidades españolas y con la contratación de personal recién licenciado de Villena, Novelda y Biar con el objetivo de que, según las palabras de Javier Fernández, “conozcan y tengan la oportunidad en los inicios de su carrera profesional de entender el tipo de arqueología que se está llevando a cabo en la localidad. Este trabajo nos ha dado la oportunidad de ofrecer empleo a otros investigadores o arqueólogos más jóvenes que se están formando”.

Este proyecto ampliará el conocimiento sobre la herencia histórica de Villena. Las conclusiones resultantes de este estudio formarán parte de la propia cadena de valor del patrimonio histórico de la localidad.

La primera víctima de un tsunami murió en Papúa Nueva Guinea hace 6.500 años

Cráneo de Aitape, de 6.500 años de antigüedad, encontrado en Papúa Nueva Guinea

Después de haber estado estudiando un cráneo humano que se encontró en Papúa Nueva Guinea en 1929, expertos de universidades estadounidenses, Australia y Nueva Zelanda han llegado a la conclusión de que perteneció a una persona que había muerto hace unos 6.500 años, víctima de un tsumani, según informa la revista científica PLoS One.

Los restos óseos se encontraron en un pequeño pueblo de 18.000 habitantes en la costa norte de la isla, cerca de la ciudad de Aitape, en la provincia de Sandaun. Inicialmente, los restos se atribuyeron a la especie Homo erectus, el antepasado del Homo sapiens, que vivió desde hace 1,9 millones de años hasta hace 70.000 años.

Los encontró el geólogo australiano Paul Hossfeld sepultados en un manglar que se conoce como Paniri Creek, a los pies de las montañas Torricelli, a unos 12 kilómetros hacia el interior de la laguna Sissano. Hossfeld describió la zona, pero nunca llegó a tomar muestras de ella.

Los investigadores siguieron estudiando tanto la muestra ósea, que situaban en el Pleistoceno tardío, justo cuando se calcula que los humanos aparecieron en África, como el espacio donde fue encontrada. Y ahora han confirmado que se trata de la primera víctima conocida de un maremoto.


”Los huesos habían sido bien estudiados, pero se había prestado poca atención a los sedimentos donde fueron desenterrados”, dijo James Goff (izquierda), de la Universidad de Nueva Gales del Sur, en declaraciones a la BBC.

Los arqueólogos han comparado los sedimentos del área donde se encontró el cráneo con el suelo de una región cercana afectada por un devastador tsunami en 1998 que acabó con la vida de unas 2.000 personas, y así han descubierto que la zona de Aitape sería, en aquella época, una laguna costera.

Ubicación del sitio y los restos óseos encontrados. / PLoS One

“Con las pruebas que tenemos a mano, estamos bastante convencidos de que esta persona es la víctima de tsunami más antigua que se conoce, o su tumba fue desplazada por culpa de uno, lo que llevó a su cabeza, pero no al resto del cuerpo, a quedar enterrada de forma natural donde luego permaneció sin descubrirse durante miles de años”, añade Goff.

“Lo que hicimos fue tomar muestras para realizar un análisis en el laboratorio que nos diera más información sobre la edad y la historia de la zona”, asegura Mark Golitko (derecha), de la Universidad de Notre Dame, Indiana. Al comparar los resultados de los sedimentos con los de la zona afectada por un maremoto en 1998 descubrieron “similitudes geográficas” y unos organismos microscópicos del océano que demostraban que los lugareños habían experimentado tsunamis durante miles de años.

Los investigadores aseguran que esta región del Pacífico está marcada por una historia de maremotos “catastróficos" que "han causado muertes, abandono de los asentamientos costeros, desplazamiento de personas, pérdida generalizada de recursos costeros, inicio de guerras, desmoronamiento de las rutas comerciales y un rico historial de las tradiciones orales. Más de 3.000 personas murieron en 1998 cuando un tsunami golpeó la región cerca de Aitape".

Demostración de ello es que en el valle de Aitape, los poblados a mediados del Holoceno se encontraban alrededor de 12-14 kilómetros hacia el interior de la costa actual. Pero la isla de Papúa Nueva Guinea ha estado ocupada al menos durante los últimos 35.000 años, aunque hay pocas evidencias arqueológicas.

Explican que hace entre 6.000 y 7.000 años, la estabilización del nivel del mar en la isla permitió a los pobladores del lugar resituarse en hábitats costeros y abandonar las cordilleras Bewani, Torricelli y Barida, donde se refugiaron durante la época de mayor amenza de tsumanis.

El equipo de campo en Aitape, dirigido por Ethan Cochrane y Mark Golitko.

Equilibrar el riesgo y la recompensa

El descubrimiento ayudará a los antropólogos a entender cómo las personas se adaptan y prosperan en las áreas costeras que están sujetas a estos peligros naturales, y por qué optaron por mudarse a esas áreas y permanecer allí a pesar de los peligros ambientales.

"Podría ser porque la costa norte de Nueva Guinea también es muy productiva en este momento en términos de recursos alimenticios", explicó Ethan Cochrane, profesor de la Universidad de Auckland (izquierda).
"Entonces tal vez las personas están equilibrando el riesgo y la recompensa de los alimentos. Comprender este tipo de compensaciones adaptativas será clave para mitigar el riesgo y garantizar los medios de subsistencia de las poblaciones costeras de hoy", agregó.

Fuentes: elperiodico.com | edition.cnn.com | 27 de octubre de 2017

Localizados dos campamentos romanos en Manzaneda y Petín (Orense)

Vista aérea tomada por los investigadores del campamento romano de Penedo dos Lobos, en Manzaneda, Orense.

El grupo de investigación RomanArmy.eu, que en abril pasado daba a conocer la localización de un campamento romano en el concello de Verín, en el lugar conocido como Auteiro de Arnás, en la parroquia de Tamagos, acaba de publicar en la revista de arqueología "Gallaecia", de la Universidad de Santiago, el hallazgo de otros dos campamentos romanos en la provincia de Orense, que se encuentran situados en los concellos de Manzaneda y el otro en Petín.
El artículo "Hallazgos arqueólogos recientes para el estudio dela presencia militar romana en el oriente gallego" está firmado por los investigadores José Manuel Costa, Joao Fonte, Manuel Gago, Andrés Menéndez y Valentín Álvarez. Los dos primeros trabajaron en el yacimiento que se localizó en Verín, dentro de un ambicioso proyecto que tiene como finalidad profundizar en la presencia militar de los romanos en el noroeste peninsular.

Huellas del campamento militar romano en Tamagos, Verín, Orense.

"Mientras trabajábamos en Verín, una persona contactó con nosotros para informarnos de que en Manzaneda había algo que nos podía interesar, citándonos concretamente el lugar conocido como Penedo dos Lobos", cuenta José Manuel Costa, arqueólogo director de la investigación. El tema les interesó y realizaron una investigación del lugar mediante fotografía aérea, llegando a la conclusión de que "sí había algo. Y cuando estábamos trabajando en el yacimiento de Manzaneda, surgió lo de Petín".

En el Penedo dos Lobos localizaron un recinto a casi 1.500 metros de altitud y muy cerca de la estación de montaña. Tiene alrededor de 2,4 hectáreas de superficie, en la que se aprecian los terraplenes que delimitan las zonas defensivas del terreno, muros y foso. Podía acoger en su interior a alrededor de 1.500 legionarios.

"Conserva las cuatro puertas de entrada, que tienen la forma de un cuarto de circunferencia, característica de los romanos y está construido con un parapeto pétreo. Es uno de los pocos ejemplos de la península ibérica que no emplea tierra en su construcción", señala José Manuel Costa, quien se muestra sorprendido por la excelente conservación del conjunto y afirma que "es una auténtica joya".

O Penedo dos Lobos (Manzaneda, Ourense). Lienzo Oeste (arriba) y 'clauicula' Norte (abajo)

Cabeza do Pau, en Petín

El recinto de Cabeza do Pau, en Petín, está situado en la cumbre de un monte, a más de 1.200 metros de altitud, entre las parroquias de Mones y Santoalla do Monte. También dispone de un parapeto de piedra y está rodeando la cumbre, dominando todo el contorno y también se encuentra muy bien conservado. El parapeto delimita una zona de 11 hectáreas, aunque la superficie útil de acampada es mucho menor.


Eslabones para explicar su presencia

El reto que se plantea ahora a los investigadores que participan en el proyecto es dilucidar cuál era el motivo que llevó a las tropas romanas a puntos como Penedo dos Lobos, en Manzaneda, y Cabeza de Pau, en Petín. "Es el gran reto que tenemos ahora, saber cuándo estuvieron allí y por qué", afirma José Manuel Costa. "No sabemos si se hizo durante la conquista o para consolidar después la conquista. Estamos buscando eslabones para explicar su presencia", asegura.

Salvo los parapetos, terraplenes y fosos ya localizados, se desconoce qué otros restos puede haber en los campamentos. "Posiblemente eran tropas que estuvieron allí poco tiempo; semanas o meses, por lo que será muy difícil de hallar otros restos. Todo está a expensas de nuevos estudios. La zona está cubierta por la vegetación, pero lo positivo es el excelente estado de conservación de los dos yacimientos", concluye Costa.

Este es el nuevo reto del grupo Romanarmy.eu, que reúne a arqueólogos profesionales, investigadores y profesores universitarios de Santiago, Oviedo, Braga, Durhan, Exeter, Edimburgo, Newcastle o Leiden. Su objetivo en este proyecto es determinar la presencia del ejército romano en el noroeste de la península durante la época de la conquista e invasión de Hispania.

Fuente: laregion.es | 25 de octubre de 2017

La mirada de los primeros europeos

Recreación del aspecto en vida del hominino número 5 de Dmanisi.

Las ilustraciones de especies extinguidas son tremendamente sugerentes, en particular cuando son realizadas por excelentes profesionales. Es el caso del paleo-ilustrador ucraniano Roman Yevseyev. Estas ilustraciones están basadas no solo en habilidades artísticas, sino en un conocimiento extraordinario de lo que se sabe sobre la anatomía de las especies del pasado. No quería dejar de compartir la imagen que acompaña a este texto, dedicada al posible aspecto de la cara de uno de los individuos recuperados en el yacimiento de Dmanisi, en la República de Georgia.

El cráneo número 5 de este yacimiento, datado en cerca de 1,8 millones de años, se completó con el hallazgo de los restos etiquetados con las siglas D 2600 (mandíbula) y D 4500 (neurocráneo y cara superior). Se trata de uno de los cráneos mejor conservados del registro fósil. Los restos pertenecieron a un varón de mediana edad, con un cerebro pequeño de poco más de 600 centímetros cúbicos, un esqueleto facial muy desarrollado y dientes de gran tamaño. En particular, las raíces de sus caninos son tan largas y gruesas, que necesitan alojarse en un hueso alveolar de dimensiones exageradas.

Su hallazgo en el yacimiento de Dmanisi ha dado lugar a un encendido debate, atizado por el hecho de los otros cuatro cráneos del yacimiento son significativamente más pequeños y menos robustos. El conjunto podría representar a cuatro hembras y un macho de la misma especie con un dimorfismo sexual muy acusado o a dos especies diferentes. El equipo oficial que excava e investiga el yacimiento de Dmanisi se inclina por la primera hipótesis. La estratigrafía del yacimiento es muy compleja y el nivel fosilífero podría haberse depositado en momentos distantes en el tiempo. Pero los expertos que excavan el yacimiento argumentan que todos los restos fósiles encontrados hasta la fecha son contemporáneos. Los miembros del equipo oficial de Dmanisi piensan que la existencia de dos especies humanas en el mismo ecosistema es difícil de sostener. Para rebatir esta hipótesis tendríamos que fijarnos en los yacimientos del este de África de un período similar. Las especies Homo habilis, Homo ergaster y Homo rudolfensis no tuvieron problemas para coexistir en el mismo hábitat.

Foto: Los cráneos del 1 al 5, en el paisaje de Dmanisi. UNIVERSIDAD DE ZÚRICH.

Por otro lado, los miembros del equipo oficial de Dmanisi se han inclinado por adscribir todos los individuos de Dmanisi a la especie Homo erectus. De acuerdo con su criterio, Homo erectus habría vivido en África y Asia desde hace unos dos millones de años hasta hace unos 100.000 años y su variabilidad morfológica sería enorme. Otros expertos sostienen que Homo erectus solo habitó en Asia, al tiempo que se discute sobre la asignación taxonómica de los homininos de Dmanisi. En 2000, la paleo-antropóloga Marie Antoinette de Lumley propuso el nombre Homo georgicus para los homininos de Dmanisi, basándose en la peculiar morfología de la mandíbula D 2600. El resto del cráneo apareció cinco años más tarde, confirmando la extrema robustez de aquel especimen.

Tal vez ajeno a estos debates, Roman Yevseyev ha realizado una excelente recreación del aspecto en vida del propietario del cráneo 5 de Dmanisi. Su mirada causa cierta desazón. Pero, sin duda, lo más inquietante es saber que la humanidad actual tiene en su genealogía a humanos con una apariencia seguramente muy similar a la que Yevseyev ha revivido del pasado.

Fuente: quo.es | 26 de octubre de 2017