El Marq brinda una calurosa acogida al Egipto de Marina Escolano

Marina Escolano, doctora en Egiptología por la Johns Hopkins University de Baltimore, en Estados Unidos, impartió ayer en el Marq una interesantísima conferencia bajo el sugerente título de Zodíacos, Papiros y Planetas. Astronomía en el Egipto Grecorromano.

Una charla, ante un Salón de Actos lleno, en la que la doctora Escolano habló de cómo los sacerdotes egipcios de época grecorromana concebían el cielo, cómo incorporaron conocimientos astronómicos procedentes de Mesopotamia, qué herramientas utilizaban en su trabajo, y qué relación existía en la Antigüedad entre astronomía y astrología.

Tal como reveló Escolano, Egipto, contrariamente a lo que consideraban los estudiosos modernos, se situaba en un lugar central en la circulación del conocimiento científico en la Antigüedad, como lo atestiguan los bellos relieves astronómicos de templos como Dendera (con su famoso zodíaco) y papiros con tablas astronómicas que reflejan conocimientos punteros en astronomía matemática.

La presentación de la conferencia corrió a cargo del Diputado de Cultura y Vicepresidente del MARQ, César Augusto Asencio, y del director técnico del Museo, Manuel Olcina.

Marina Escolano, doctora en Egiptología por la Johns Hopkins University de Baltimore, en Estados Unidos, impartió ayer en el Marq una interesantísima conferencia bajo el sugerente título de Zodíacos, Papiros y Planetas. Astronomía en el Egipto Grecorromano.

Una charla, ante un Salón de Actos lleno, en la que la doctora Escolano habló de cómo los sacerdotes egipcios de época grecorromana concebían el cielo, cómo incorporaron conocimientos astronómicos procedentes de Mesopotamia, qué herramientas utilizaban en su trabajo, y qué relación existía en la Antigüedad entre astronomía y astrología.

Tal como reveló Escolano, Egipto, contrariamente a lo que consideraban los estudiosos modernos, se situaba en un lugar central en la circulación del conocimiento científico en la Antigüedad, como lo atestiguan los bellos relieves astronómicos de templos como Dendera (con su famoso zodíaco) y papiros con tablas astronómicas que reflejan conocimientos punteros en astronomía matemática.

La presentación de la conferencia corrió a cargo del Diputado de Cultura y Vicepresidente del MARQ, César Augusto Asencio, y del director técnico del Museo, Manuel Olcina.

Fuente: MARQ Alicante

Este LETAL palo de madera del Neolítico mataba a una persona de un solo golpe

El 'Bateador del Támesis'. /Universidad de Edimburgo

Hace algún tiempo, los arqueólogos sacaron un palo de madera de una parte anegada de la orilla norte del río Támesis. Después de haberlo datado aproximadamente entre 3530 y 3340 a. C., lo denominaron Bateador del Támesis, porque aseguran que el instrumento había sido utilizado por una persona para vencer a otra durante el período neolítico.

Ahora, los investigadores, de la Universidad de Edimburgo (Escocia, Reino Unido), ha encontrado evidencia de que el Bateador del Támesis podía matar a otra persona con solo con un solo golpe en la cabeza.

Medir la eficacia de un arma arqueológica es difícil. Por mucho que se haga en nombre de la ciencia, no está permitido usarlas en personas reales, así que el equipo creó sus propios mazos siguiendo el modelo del original, y también sus propias cabezas. Según su artículo publicado en la revista Antiquity, para ello usaron un modelo que había sido diseñado para pruebas militares de balística. Los cráneos estaban hechos de poliuretano que se llenaban con gelatina y se envolvían con una capa de goma.

El palo original y la répilica creada por los investigadores. /Universidad de Edimburgo

Para golpearlas, los investigadores solicitaron la ayuda de un voluntario masculino de 30 años, que debía hacerlo con tanta fuerza como si estuviera peleando por su vida. Al examinar los resultados, los investigadores descubrieron que el Bateador del Támesis era, de hecho, un arma que podía usarse para romper el cráneo de un ser humano y matarlo.

Los investigadores compararon los cráneos falsos fracturados con los reales que habían sido desenterrados de los cementerios neolíticos y encontraron al menos uno que parecía muy similar, sugiriendo que la persona que había hecho el daño probablemente usaba un arma de este estilo. En conjunto, la evidencia sugiere que este palo era más letal de lo que se pensaba. También crea una mejor imagen de cómo era la violencia neolítica, agregaron los investigadores, señalando que el mazo probablemente se habría utilizado solo en escenarios en los que alguien estaba muy decidido a matar a otro.

Foto: Esta comparación nos muestra la similitud entre las fracturas realizadas en el modelo sintético de cráneo durante el experimento y las lesiones observadas en el cráneo de un hombre de 35 a 40 años de edad enterrado en el yacimiento neolítico de Asparn/Schultz. ( Meaghan Dyer (izquierda); Teschler-Nicola 2012/Copyright Antiquity (derecha).

La agresión intraespecífica, que lleva a asesinar a los de nuestra misma especie y que los humanos compartimos con otros primates, fue heredada parcialmente de algún antiguo ancestro. Los niveles de agresión en la sociedad humana variaron notablemente: crecieron con la llegada de la Edad de Hierro, alcanzaron su pico durante la Edad Media, pero cayeron dramáticamente en la Edad Moderna. A estas conclusiones llegó un equipo científicos españoles que analizó los niveles de violencia intraspecífica en distintos mamíferos y sociedades humanas. Los resultados del artículo fueron publicados el año pasado en la revista Nature.

Fuente: nmas1.org| Beatriz de Vera | 13 de diciembre de 2017

La Estrella de Belén, esa estrella que nunca existió

Desde la exégesis más objetiva y aplicando el método histórico-crítico a los propios Evangelios canónicos, resulta harto inútil y pueril ofuscarse con el supuesto referente astronómico de la "Estrella de Belén", en cuánto que es communis opinio para los exégetas neotestamentarios (NT) que el llamado mesías Jesús nació en Nazaret de Galilea, y no en Belén de Judea (cap. 4.0).

Todo indica que no hubo Estrella de Belén, ni Magos de Oriente, ni Matanza de niños varones, ni Huida a Egipto. Todo fue un grandilocuente relato de Mateo, un thriller de invención piadosa, de muy posible inspiración midráshica pero con una clara intencionalidad apologética de dar cumplimiento a un antiguo enunciado profético.

Todo este maravillosismo exuberante e inverosímil del capítulo 2º de Mateo sobre los relatos de la infancia de Jesús fueron compuestos con el propósito preferencial de satisfacer el requisito mesiánico de su origen betlemita, profetizado en las Escrituras del AT para, así, rubricar la autenticidad de Jesús como el Mesías esperado. En los textos neotestamentarios (NT) sólo los evangelistas Mateo y Lucas, muy condicionados por sus feligresías judeocristianas, novelaron tramas muy distintas con la única finalidad de llevar el nacimiento de Jesús a Belén de Judea, la que era conocida como patria del rey David para, así, legitimarlo como el auténtico Mesías enviado por Dios, dando cumplimiento de la profecía veterotestamentaria (AT) de Miqueas (Miq 5, 1).

Esta extensa exégesis de disertación sobre el lugar del nacimiento de Jesús (el llamado, Jesucristo) y de su posible ascendencia davídica está realizada desde una visión crítica y racional, que no teológica1 ni cristológica. Aunque, eso sí, muy sujeta a la evidencia de lo que la vox populi, esas gentes y muchedumbres en el entorno de Jesús, expresaron en los Evangelios canónicos en los versículos de su ministerio público (ver 4.0).

En el libro El nacimiento del Mesías del académico y exégeta bíblico de renombre mundial y sacerdote católico, Raymond E. Brown, se expone de manera determinante: «Los abrumadores datos en contra han hecho que la tesis de que Belén no fue el lugar de nacimiento de Jesús sea communis opinio de los intérpretes del Nuevo Testamento» (Brown, 1982, 537, cita C. Burger)2. Pues, desde una visión objetiva, el conjunto del relato de la infancia de Jesús narrado por Mateo presenta dificultades histórico-exegéticas muy serias e insalvables.

Además, ninguna hipótesis astronómica resuelve satisfactoriamente la inverosímil movilidad de una estrella que sólo consiguen visualizar unos magos venidos de Oriente: «Ellos, después de oír al rey Herodes (en Jerusalén), se pusieron en camino, y la estrella que habían visto en Oriente, iba delante de ellos, hasta que fue a posarse sobre el lugar donde estaba el niño» (Mt 2, 9). Es una grave incongruencia que en la corte del rey Herodes y en toda Jerusalén nadie se percatase de ese evento estelar extraordinario que servía de guía a unos magos: «Entonces Herodes, llamando a parte a los magos, averiguó de ellos con exactitud el tiempo de la aparición de la estrella» (Mt 2, 7).
Mateo en su primera mención a la "estrella" emplea su forma acusativa singular griega de "astera" = (su) estrella: «Porque hemos visto su estrella en el Oriente», pero luego también emplea los formas astēr y astéros. Si hubiese empleado el vocablo neutro griego de ástron (pl. cielo) de semántica más genérica, sí hubiese dado oportunidad a otras manifestaciones cósmicas tales como: astro, constelación, conjunción de planetas, cualquier objeto astral de difícil identificación (novas), incluso aquí hubiese cabido también la opción de cometa. Si bien, Mateo nunca contempló el vocablo griego clásico "kométes", cometa (kómē, cabellera). Sólo como curiosidad, en el famoso poema del 4º oráculo Nm 24,17 (LXX) fue empleado el vocablo neutro griego ástron: «…/ se levanta la estrella (ástron) de Jacob».

La primera adopción iconográfica -del cometa- como figuración belena surgió a raíz de la difusión de la obra pictórica del Giotto "La Adoración de los reyes magos". El pintor florentino quedó tan impactado del cometa 1301 (un retorno del cometa Halley) que quiso inmortalizarlo en esta pintura de 1304. Él y el resto de la humanidad desconocían que este fulgurante cometa era en realidad el cometa periódico Halley en una nueva incursión hacia el Sol, el mismo cometa que antaño tuvo un retorno en el año 11 a.C.

Ciertamente sabemos que los dos primeros capítulos de Mateo y Lucas, únicos Evangelios canónicos que narran los relatos de la Anunciación, la Natividad y la infancia de Jesús, tales relatos no superan el método histórico-crítico, son relatos de cierta inspiración midráshica sobre relecturas y reminiscentes similitudes con pasajes de las antiguas Sagradas Escrituras (AT), unos relatos evangélicos de marcada intencionalidad apologética para adoctrinar y convencer a sus feligresías y nuevos prosélitos. Ambos relatos de la infancia carecen del más básico rigor histórico y temporal, incluso algunos evangelistas llegan a mostrar ciertas confusiones geográficas. La utilización por parte de Lucas del referente histórico del censo de Quirino (Lc 2,1-3): «el primer censo (…) siendo Quirino gobernador de Siria» resulta inexacta y anacrónica, su inclusión sólo respondía a una coartada geopolítica de imperiosa necesidad para trasladar el parto de Jesús a Belén de Judea. Cuesta comprender que si los cuatro evangelistas fueron inspirados por un "soplo divino" cómo este aliento divino no socorrió las confusiones e inexactitudes geográficas de Marcos (Mc 7,31) y no enmendó los relatos tan contradictorios entre Mateo y Lucas durante el periplo del nacimiento y la infancia de Jesús, pues Lucas fue desconocedor del periplo mateano de la sagrada familia por tierras de Egipto. Por qué ese "soplo divino" no ilustró mejor al erudito Lucas con el inexacto y anacrónico uso del censo de Quirino, promulgado por César Augusto (Lc 2,1-2).

Tal es la exigua datación temporal mostrada en todo el corpus neotestamentario (NT) que ni siquiera el año de mayor solemnidad e identidad para el cristianismo -el año de la crucifixión y de la supuesta resurrección de Jesús-, en ningún texto neotestamentario se tuvo la deferencia de mencionarse, ni en la cronología del calendario siriaco, ni en datación de computo romano AUC (Ab Urbe Condita). Ni siquiera Lucas, como el mejor cronista y más prolífico evangelista, señaló el año de la muerte y resurrección de Jesús.

No obstante, hay una clara unanimidad en aceptar y situar la datación del nacimiento de Jesús en los ultimísimos años de vida del paranoico Herodes I el Grande, entre el año 7 y 4 a.C., tomando como referencia histórico-temporal los vv Mt, 2,1; Lc 1,5; Lc 3,1-2; Lc 3,23.

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El Palacio Real acogerá hasta el 14 de enero el Belén Napolitano del Príncipe

Desde el pasado miércoles 6 de diciembre y hasta el domingo 14 de enero de 2018, puede contemplarse el Belén del Príncipe expuesto en el Salón de Alabarderos del Palacio Real de Madrid.

Su origen se remonta al Rey Carlos III cuando reunió para su hijo, el futuro Carlos IV, uno de los conjuntos más importantes que se conservan.

El Belén de Palacio –cuya visita es gratuita- está formado por más de 200 figuras napolitanas, además de otras genovesas y españolas. Algunas piezas fueron adquiridas en 2001 a talleres italianos que, desde el siglo XVIII, han mantenido la tradición en figuras y elementos arquitectónicos hasta nuestros días. Siguiendo la tradición importada por el Rey Carlos III a España, al Belén de Palacio se han ido incorporando arquitecturas de los diferentes Reales Sitios, trabajos realizados por los técnicos de Patrimonio, cumpliendo así con la costumbre participativa napolitana de la instalación de los “pesepri”. Estos trabajos incluyen las distintas escenografías y las vestimentas de los personajes del Belén. Todos los años hay alguna novedad respecto a anteriores, montaje, belenística.

En los belenes napolitanos las escenografías eran efímeras y cada año se concebía un montaje diferente. Dando continuidad a esta tradición, al Belén de Palacio, se han ido incorporando objetos inspirados en los Palacios y Monasterios de Patrimonio Nacional.

Confirman que en la Prehistoria de la península ibérica ya se usaban redes kilométricas de distribución de herramientas pulimentadas

En la parte superior, mapa de la Península Ibérica que muestra la ubicación de eclogitas arqueológicas y rocas relacionadas y su circulación en el sur y sudeste de la península ibérica. Las estrellas amarillas muestran los yacimientos arqueológicos estudiados en este trabajo y las estrellas rojas muestran los yacimientos arqueológicos estudiados por otros autores. También se representan los afloramientos geológicos de eclogita. En la parte inferior, mapa de la región central de la Cordillera Bética que muestra la distribución de eclogitas arqueológicas y rocas relacionadas.

Geólogos y arqueólogos de la Universidad de Granada han descubierto las primeras evidencias de la existencia de un conjunto de canteras de rocas eclogíticas, un tipo de piedra óptima para la producción de útiles, que luego se distribuían a través de la península ibérica.
Los investigadores han localizado dos canteras en el Parque Natural Sierra de Baza (Granada), cuya producción se llegó a extender hasta áreas de Murcia, Ciudad Real o Valencia; lo que evidencia que estas sociedades prehistóricas creaban amplias redes de distribución.
José Antonio Lozano, Encarnación Puga, Antonio García Casco, Francisco Martínez Sevilla, Francisco Contreras Cortés, Javier Carrasco Rus y Agustín Martín Algarra son los investigadores de la UGR que aportan por primera vez la documentación de la existencia de canteras prehistóricas de rocas eclogíticas en la península ibérica.

El geólogo José Antonio Lozano, responsable de la investigación, sobre el terreno de la cantera de la Rambla del Agua (Granada).

El equipo de investigación detalla este hallazgo: “Las rocas ígneas básicas metamorfizadas fueron utilizadas en el sur de la península ibérica durante la Prehistoria Reciente, abarcando una horquilla cronológica muy amplia entre el 5500 y 1500 a.C, como materia prima para la elaboración de útiles pulimentados: hachas, azuelas, cinceles y martillos. La dureza y resistencia al golpeo de estas rocas, debido a sus características mineralógicas y texturales, las hacía especialmente idóneas”.

Este trabajo geoarqueológico ha descubierto dos canteras dentro del Parque Natural Sierra de Baza (Granada): la de la Rambla del Agua y la del Cerro de San Cristóbal, que datan cronológicamente su uso durante un lapso de tiempo que oscila entre el Neolítico Antiguo y la Edad del Bronce. Los análisis petrográficos y geoquímicos de las materias primas correspondientes a dichas canteras se han comparado con materiales arqueológicos detectados en diferentes áreas del sur de la península ibérica. Es así como se han descubierto las redes de distribución de rocas eclogíticas.

Síntesis del proceso de producción. A: Extremo distal de la preforma de la axila del hacha hecha por astillado (Rambla del Agua); B: Extremo distal del hacha hecha por picoteo (Cerro de San Cristóbal); C: Hacha pulida con fisuras de choque térmico (Cueva de las Ventanas, Piñar, Granada). Solo los productos A y B se llevaron a cabo en las canteras.

El arqueólogo Francisco Martínez Sevilla apunta que “lo interesante de este descubrimiento es que los materiales son distribuidos más allá del área local, por ejemplo hasta Ereta del Pedregal (Valencia), a alrededor de 380 kilómetros del punto de origen en la Sierra de Baza. De esta forma, se establecieron redes de contacto con el sureste y el este durante la Prehistoria Reciente”.
Según el geólogo José Antonio Lozano, autor principal del estudio, el escenario espacial se amplía si se tienen en cuenta los útiles de actinolititas (asociadas a las eclogíticas) de los yacimientos arqueológicos correspondientes al levante, y las de anfibolita de albita-epidota de algunos de los yacimientos arqueológicos de la mitad peninsular, a más de 400 km de distancia de la Sierra de Baza. Según Lozano, “si dichas herramientas se obtuvieron de la misma unidad geológica que las eclogíticas, como así se piensa, estamos ante un escenario de distribución muy amplio”.

El descubrimiento de canteras en la Sierra de Baza revela la importancia de los afloramientos geológicos primarios en lugar de la extracción de guijarros en depósitos de ríos o playas y sedimentos recientes. Esta fenomenología arqueológica de la Prehistoria Reciente responde a la necesidad de utilizar abundante materia prima de extraordinaria calidad y soporte natural para la creación de estos útiles.

Fuente: canal.ugr.es | 12 de diciembre de 2017

Así es el extraordinario sistema de gestión del agua de hace 5.100 años usado en China

Cuatro años de excavaciones han desenterrado un inmenso proyecto de ingeniería del agua creado en China hace unos 5.100 años. Esto es anterior al sistema comparable más antiguo conocido, que es de Mesopotamia y data de hace unos 4.900 años.

Sólo se tardó una década para que las 3.000 personas estimadas construyeran el sistema de gestión del agua y los investigadores necesitaron casi la mitad de ese tiempo para excavarlo. Newsweek informa que los investigadores estuvieron trabajando en el sitio de 2009 a 2013. El equipo utilizó muestras arqueológicas, datos de teledetección, modelos geográficos e imágenes satelitales mientras intentaba discernir cómo se manejaba el agua en la región del Delta del Yangtze entre los años 5300 a.C. y 4300 a.C. Hablando sobre el tiempo estimado para la construcción del proyecto de ingeniería, la autora del estudio Yijie Zhuang, del Colegio Universitario de Londres, dijo a Newsweek que "las presas se construyeron de forma sorprendentemente rápida dada su gran escala".



La investigación arqueológica ha desenterrado un extenso e intrincado sistema de presas altas, bajas y diques. Los investigadores escriben en su trabajo publicado en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS) "junto con los restos bien excavados de la ciudad de Liangzhu y sus campos de arroz, los nuevos hallazgos representan uno de los mayores esfuerzos de la ingeniería del paisaje hidráulico en el mundo antiguo".

Liangzhu era una sociedad neolítica agrícola que existió en China desde aproximadamente 3300 a.C. hasta 2300 a.C. La gente de esta cultura vivía a lo largo de las partes bajas del Delta del Río Yangtze de China, en lo que hoy es la provincia de Zhejiang. Hasta el reciente descubrimiento del sistema hidráulico, los restos arquitectónicos de la cultura Liangzhu eran conocidos por incluir las murallas de la ciudad, residencias, muelles, talleres, altares y tumbas.


Un estudio de la cultura de Liangzhu muestra que estas personas "poseían conocimientos sobre el tejido de seda, el lacado entre otras cosas en la construcción de madera. Sin embargo, esta cultura es quizás mejor conocida por sus sofisticados artefactos de jade".



Estos artefactos fueron probablemente usados para propósitos rituales, y los dos tipos más prominentes son conocidos como cong (琮) y bi (璧). Un cong es un "tubo cuadrado con agujero redondo" y un bi es "un disco ancho con agujero central". Miles de bi han sido desenterrados de tumbas de la élite Liangzhu.

El documento PNAS sobre el sistema de gestión del agua describe lo que el reciente descubrimiento puede decirnos acerca del pueblo Liangzhu:
“La cultura de Liangzhu representó un pico de desarrollo cultural y social temprano anterior a las dinastías chinas históricamente registradas; por lo tanto, este estudio revela más sobre los orígenes antiguos de la ingeniería hidráulica como un elemento central de los desarrollos sociales, políticos y económicos (...) Concurrente con la evidencia de los logros tecnológicos y el éxito económico, una relación única entre el orden ritual y el poder social se ve en los objetos de jade renombrados en los entierros de la élite de Liangzhu, ampliando así nuestra visión más allá de la vista”.



Se dice que el inmenso sistema hidráulico ha soportado la antigua ciudad de Liangzhu con un tamaño estimado de unas 300 hectáreas de estructuras. Su descubrimiento proporciona un nuevo aspecto a la historia del Liangzhu y también está reescribiendo la historia de la ingeniería china temprana.

Fuente: Taringa.net, 6 de diciembre de 2017