Los humanos vivían hasta los 70 años antes de contar con los avances de la medicina moderna

Un hombre de 70 años era un 'matusalem' antes de la medicina moderna.

Un estudio de numerosos restos óseos humanos antiguos echa por tierra el mito de que la mayoría de antepasados de nuestra especie no vívía mucho más de 40 años antes de la medicina moderna.
Christine Cave (izquierda), becaria de doctorado de la Escuela de Arqueología y Antropología de la Australian National University, ha desarrollado un nuevo método para determinar la edad de la muerte de los restos esqueléticos en función del desgaste de los dientes.

Utilizando su método, que desarrolló analizando el desgaste de los dientes y comparándolo con poblaciones vivas de culturas comparables, examinó los restos esqueléticos de tres cementerios en Inglaterra con personas enterradas entre los años 475 y 625.

Su investigación determinó que no era raro que las personas vivieran hasta la vejez. "A veces la gente piensa que en esos días si vivías hasta los 40 años era lo mejor que se podía alcanzar. Pero eso no es cierto", afirma.

"Para las personas que vivieron vidas tradicionales sin medicamentos o productos modernos, la edad de muerte más común era de 70 años, y eso es notablemente similar en todas las culturas".
Cave dijo que el mito se ha creado debido a las deficiencias en la clasificación de las personas mayores en los estudios arqueológicos.

"Las personas mayores han sido muy ignoradas en los estudios arqueológicos y parte de la razón de ello ha sido la incapacidad de identificarlos. Cuando se determina la edad de los niños, se utilizan puntos de desarrollo como la erupción dental o la fusión de huesos que ocurren a cierta edad. Una vez que las personas crecen por completo, es cada vez más difícil determinar su edad a partir de los restos esqueléticos, razón por la cual la mayoría de los estudios solo tienen una categoría de edad más alta de 40 o más. De modo que efectivamente no distinguen entre un hombre en forma y saludable de 40 años y un frágil de 95 años. No tiene sentido si estás tratando de estudiar a gente mayor".


Foto: Restos esqueléticos del estudio de Christine Cave. Imagen: ANU

Cave dijo que el nuevo método les dará a losrq aueólogos una visión más precisa de las sociedades pasadas y cómo era la vida de las personas mayores.

Para aquellos en los tres cementerios que estudió, que fueron Greater Chesterford en Essex, Mill Hill en Kent y Worthy Park en Hampshire, encontró una marcada diferencia en la forma en que hombres y mujeres de la tercera edad fueron enterrados.

"Las mujeres eran más propensas a recibir entierros prominentes si morían jóvenes, pero era mucho menos probable que les dieran uno si eran viejas. Los hombres de categoría superior generalmente están enterrados con armas, como una lanza y un escudo u ocasionalmente una espada", explica.

"Las mujeres fueron enterradas con joyas, como broches, cuentas y alfileres. Esto resalta su belleza, lo que ayuda a explicar por qué la mayoría de los entierros de alto estatus para mujeres fueron para aquellos que eran bastante jóvenes".

El estudio se ha publicado en Journal of Anthropological Archaeology.

Fuente: periodistadigital.com | 5 de enero de 2017

Arqueólogos israelíes encuentran un yacimiento de hace medio millón de años

Maayan Shemer, de la Autoridad de Antigüedades de Israel, muestra un hacha de mano de hace medio millón de años. Fotografía: Picasa / Israel Antiquities Authority

El hallazgo de trabajadas herramientas de sílex en el centro de Israel, cerca del pueblo árabe-israelí de Jaljulia, sugiere que las capacidades cognitivas de aquellos homínidos estaban mucho más cerca de las nuestras de lo que hasta ahora se creía.

"El descubrimiento es increíble, tanto por el estado de preservación de las piezas como por sus implicaciones en nuestra comprensión de esta antigua cultura material", dijo la directora de la excavación, Maayán Shemer, de la Autoridad de Antigüedades de Israel.

Shemer indica que se aprecia una gran variedad tecnológica en los artefactos encontrados y que las investigaciones, que llevan a cabo conjuntamente con la Universidad de Tel Aviv, ayudarán a entender mejor el período en el que el Homo Erectus habitaba aquellas tierras.

Puesto que Israel está plagado de restos arqueológicos, cada vez que se emprende una construcción, el terreno es explorado por expertos antes de que se otorguen los permisos, y así fue en este caso también.

Desde que se iniciaron las excavaciones arqueológicas hace un año se han encontrado cientos de miles de artefactos que, según los investigadores prueban que aquellos primeros seres habían desarrollando patrones de pensamiento modernos, incluso antes de haber evolucionado en humanos más modernos.

"Este extraordinario yacimiento nos permitirá trazar el comportamiento de nuestros antecesores prehistóricos directos, y reconstruir su estilo de vida y comportamiento en el muy largo viaje de la existencia humana", señaló el director del departamento de arqueología de la Universidad de Tel Aviv, Ran Barkai (izquierda).

Antes de que se concedan los permisos de construcción de viviendas en la zona, el equipo arqueológico se afana en conseguir todo el material que puede y montañas de sedimentos ya han sido retiradas de esa hectárea de terreno, que fue el banco pantanoso de un río que fluía en lo que hoy es Cisjordania e Israel central.

"Era el lugar perfecto para los humanos: el agua traía el sílex de las montañas, utilizadas para hacer herramientas allí mismo, y también atraía animales, cazados aquí mismo. Tenían todo lo que la gente prehistórica podía necesitar", explicó Ran Barkai.

Lena Brailovsky, arqueóloga de la Autoridad de Antigüedades de Israel, muestra algunas de las herramientas de sílex halladas en el sitio prehistórico de Jaljulia. Ariel David.

Muchos de los artefactos encontrados son hachas de mano hechas de diferentes tipos de sílex que Barkai llama "el cuchillo suizo del paleolítico", utilizados por los humanos prehistóricos durante más de un millón de años sin apenas modificaciones.

Pero aquí está el problema: mezcladas entre la multitud de hachas, los arqueólogos también encontraron herramientas de sílex producidas utilizando una técnica diferente de tallado, mucho más compleja y reciente en el tiempo.


El misterio de Levallois

Las hachas tradicionales se hacen golpeando lentamente un trozo de sílex en la forma deseada, pero las herramientas de Levallois se producen en dos etapas. En primer lugar, el núcleo de pedernal es cuidadosamente recortado en una forma específica, y luego, con un golpe decisivo, con un percutor, se separa una lasca que ostenta la forma y el tamaño de la herramienta deseada.
"El tallado de estas piezas requiere de un salto conceptual que permite imaginar la herramienta deseada ante de empezar a darle forma", informó el arqueólogo, enfatizando con esto la importancia del hallazgo.

Esta técnica produce escamas más largas y delgadas, y puede haber sido desarrollada porque los homínidos comenzaron a unir puntas líticas a lanzas de madera, en lugar de simplemente golpear las cosas con sus hachas de mano, especula el arqueólogo.
Durante mucho tiempo se pensó que la técnica de Levallois se había desarrollado entre los homínidos más avanzados, el Neandertal y el Homo sapiens, y que era el resultado de un salto decisivo en nuestra evolución biológica y tecnológica.

Pero el yacimiento de Jaljulia es demasiado antiguo como para ser atribuido a humanos anatómicamente más modernos, dice Barkai.
"Hay una gran discusión sobre la técnica de Levallois, cuándo fue inventada y si existe una conexión entre la evolución física y la evolución tecnológica", dice.

Foto: Una punta Levallois, de hace medio millón de años, hallada en el lugar. Ariel David.

Ya en 2014, una investigación publicada en la revista Science se centró en una mezcla de hachas y herramientas Levallois encontradas en un desfiladero de Armenia que data de hace más de 300.000 años. El estudio concluyó que esta coincidencia de herramientas sugiere que tal técnica más avanzada no fue introducida repentinamente por la llegada desde África de un nuevo homínido más inteligente, sino que evolucionó localmente a partir de los métodos anteriores.

Si se confirma la datación del yacimiento de Jaljulia, se retrasaría el reloj sobre un hito tecnológico clave en nuestra evolución, y en uno que muy probablemente nosotros, los Homo sapiens, no podemos reclamar como propio.

Las habilidades cognitivas avanzadas requeridas para hacer esas herramientas incluso precederían al uso controlado del fuego, es decir, el fuego que los homínidos encendían por sí mismos en lugar de ayudarse de los incendios provocados por un rayo. Según Barkai, puede haber alguna evidencia de uso esporádico de fuego en Jaljulia, pero la evidencia más temprana de un incendio sostenido y controlado se encontró en la cueva de Qesem, a menos de 10 kilómetros de distancia, pero que data 100.000 años más tarde . (Algunos arqueólogos creen que el control del fuego se logró en Gesher Benot Yaakov, en el norte de Israel, hace unos 800,000 años).

Maayan Shemer, directora de excavación de la Autoridad de Antigüedades de Israel, señala un hacha de hace medio millón de años. (Samuel Magal, Cortesía de la Autoridad de Antigüedades de Israel).

Maayan Shemer concluye diciendo que el equipo trabajará con urbanistas para ubicar estratégicamente jardines públicos y otros espacios abiertos en las áreas más prometedoras, con la esperanza de que algún día los investigadores puedan regresar a Jaljulia y renovar sus exploraciones.
Los arqueólogos cerraron la excavación en diciembre. Se espera que el sitio esté cubierto para que pueda comenzar la construcción en el nuevo vecindario. "Por un lado, es triste enterrar un hallazgo tan importante, por otro, si no hubieran planeado un nuevo vecindario, nunca hubiéramos sabido que estaba aquí", dice Barkai.

Fuentes: eldiario.es | timesofisrael.com | haaretz.com | 7 de enero de 2018

Descubren un recinto prehispánico mochica para reuniones protocolares al norte de Perú

Luego de cuatro meses de trabajo, los arqueólogos hallaron el recinto.

Arqueólogos peruanos descubrieron un recinto protocolar de unos 1.700 años de antigüedad en un complejo arqueológico de la cultura prehispánica mochica en Lambayeque, informó este domingo el diario El Comercio.
El hallazgo, que se realizó hace varias semanas y se mantuvo en secreto para el trabajo de los investigadores, pertenece a la fase mochica media y sería una sala de banquetes protocolares para personajes de alto rango, según su descubridor, el arqueólogo Walter Alva (izquierda).

“Los banquetes en el mundo mochica se realizaban en estructuras y salones especiales. En ese lugar los señores se reunían para tratar temas de política, negocios e intercambio de productos (trueque)”, señaló Alva.
Luego de cuatro meses de trabajo los arqueólogos hallaron el recinto, donde destaca un trono principal adornado con escenas de pesca, a un lado concavidades donde se colocaban recipientes con alimentos y productos que serían servidos en el banquete. Se encontraron también murales con imágenes de peces.

En el recinto también se encontraron murales con varias escenas de peces. (Foto: Difusión)

En la parte posterior, a un lado del salón principal, hay un podio circular que servía para que el jerarca se dirigiera a los súbditos, señala el diario.

Según las primeras investigaciones, el recinto había sido intencionalmente enterrado por los mochicas cuando decidieron marcharse a otro valle.

Alva dijo que el hallazgo en el complejo arqueológico Limón “es muy especial debido a su relación directa con la iconografía mochica encontrada anteriormente y porque revela detalles sobre las relaciones sociales de esa cultura”.


FOTO: EL COMERCIO

La cultura moche o mochica se desarrolló entre el 100 y el 700 Después de Cristo en la actual ciudad de Trujillo, a 570 kilómetros al norte de Lima. Se ha podido conocer más sobre esta cultura pre-incaica por los descubrimientos de algunas tumbas intactas de sus gobernantes, como la del Señor de Sipán (gobernante del siglo III) y la Señora de Cao.

Fuente: publimetro.pe | 7 de enero de 2017


Ver vídeo en este enlace.

¿Es esto un sauna de 4.000 años de antigüedad?

Imagen aérea de las excavaciones en Little Catwick Quarry. Crédito: John Tibbles

Un equipo de investigadores, dirigido por el arqueólogo independiente John Tibbles, ha encontrado evidencias que sugieren que un círculo de postes de madera (woodhenge), descubierto en Yorkshire, Inglaterra, hace varios meses, podría haber sido utilizado para sacrificios, o quizás como sauna. Tibbles habló recientemente con el Yorkshire Post, ofreciendo detalles del lugar y sus ideas sobre su propósito.


El woodhenge fue descubierto en Little Catwick Quarry, en Yorkshire, cerca de un pueblo llamado Harnsea, y fue parte de un yacimiento que ha estado bajo excavación desde 1992. Sin embargo, incluso después de excavar su superficie, aún es difícil distinguir la configuración del lugar, si bien, desde el aire, las cosas se vuelven más claras. Su forma es un gran círculo formado por una zanja y un banco de arena exterior, con rectángulos en sus bordes y un montón de piedras pequeñas en su centro.

Hace miles de años, el monumento, "excepcionalmente raro", se habría visto a kilómetros de distancia y podría haber sido un lugar para la cremación ritual o incluso como sauna.

La estructura ha sido datada en hace aproximadamente 4.000 años, colocándola en el límite entre el Neolítico y la Edad del Bronce. El trabajo realizado en la misma, informa Tibbles, mostró que los rectángulos en los bordes eran bases para lo que parecían ser edificios con postes de madera o bancos simples. También había dos entradas, una en el lado noroeste y otra en el lado sureste del círculo.

En el medio del 'woodhenge' se descubrió un pozo que contenía piedras quemadas. En la foto está el arqueólogo John Tibbles (izquierda).

El pozo en el centro del lugar ha sido objeto de mucho estudio. Es un agujero lleno de piedras quemadas que parecen haber sido llevadas después haber sido puestas al fuego. Piedras similares fueron encontradas enterradas cerca de las entradas. Tibbles sugiere que tales piedras indican la posibilidad de rituales, posiblemente para cremaciones, en las que los cuerpos de difuntos eran quemados y luego eliminados. Señala que parece lógico considerar que podría haber un vínculo entre este lugar y el enclave de Sandsfield, que está a solo un kilómetro y medio de distancia y tiene un cementerio con una zanja anular y 37 urnas, y data de aproximadamente del mismo período de tiempo.


Tibbles sugiere que también existe otra posibilidad: que la estructura se usó, en realidad, como una gran sauna. Podrían llevarse rocas calientes, señala, y luego echar un poco de agua en ellas para hacer vapor. Su estructura podría ser una especie de casa de sudor similar a las utilizadas por los primeros indios americanos.

Los investigadores planean seguir excavando en la primavera a medida que la cantera se extienda.

Un trozo de cerámica de alrededor de 4000 años de antigüedad fue encontrado en Little Catwick Quarr.

Fuentes: Maestro Viejo | Mistery PLanet | 5 de enero de 2018

Descubren en Galicia un petroglifo con cuarenta eingmáticos símbolos

El Ayuntamiento de Touro (A Coruña) certificó la localización del primer petrogliflo en su territorio, ubicado entre las parroquias de Circes y Calvos de Socamiño. Según informó el consistorio, el trabajo de investigación en la ribera media del Ulla llevó a los técnicos municipales, con apoyo de la Asociación Cultural Colectivo A Rula, a la localización de una nueva muestra de arte rupestre del grupo galaico “de relevante interés por su situación, historia, morfología y soporte”.

El petroglifo está localizado muy próximo a la ruta 'Uniendo Caminos por el Ulla', que enlaza la ruta de la Cascada das Hortas-Santa Marta con la desembocadura del río Lañas, en la actualidad en trámites de homologación.

Vista general del “Camiño das chousas” y el petróglifo da Pena furada

En la loseta se distinguen múltiples “coviñas”, algunas de ellas claramente comunicadas entre sí. La nueva muestra de arte rupestre se sitúa concretamente en el Monte da Pena Furada, en la orilla del llamado Camino das Chousas, que cruza el monte y enlaza con la carretera que comunica las parroquias de Calvos y Circes. El petroglifo no figura en ningún catálogo y publicación conocida, y por tanto, tampoco en el actual inventario patrimonial que incluye el Plan General de Ordenación Municipal de Touro aprobado en el año 2010. Los grabados se distribuyen por casi toda la superficie de una piedra de loseta de casi dos metros de largo por un metro de ancho ubicada prácticamente a ras del suelo.


El petroglifo cuenta como motivos principales con más de cuarenta cazoletas de forma redondeada y ovoide distribuidas por casi la totalidad de la superficie. Las dimensiones de los motivos oscilan entre los dos y los 12 centímetros y su hondura, entre 1 y 3 centímetros, según destaca el informe del colectivo A Rula. Lamentablemente, se encuentra fragmentado, por lo que es razonable pensar que el número de motivos fuera mayor tiempo atrás.

Los investigadores ven complicado precisar un periodo concreto de la Prehistoria en la que fue elaborado, porque parte de ella fue extraída por canteros. El colectivo A Rula data el hallazgo entre finales del Neolítico y la recta final de la Edad de Bronce. Resalta A Rula que este petroglifo tiene especial importancia porque son escasas las manifestaciones rupestres sobre losas, con la rareza añadida de la escasa presencia de estos vestigios en las comarcas de Arzúa y de Melide.

Fuente: elidealgallego.com | 4 de enero de 2018

El ADN de una niña reescribe la historia de los primeros americanos

Hallazgo de los restos de dos niñas en el yacimiento de Upward Sun River, en Alaska.

Una niña está reescribiendo buena parte de la historia de los primeros americanos. Sus restos, hallados en Alaska, tienen una antigüedad de unos 11.600 años. Un grupo de investigadores ha logrado obtener su genoma completo. Al compararlo con el de nativos americanos tanto ancestrales como actuales, han comprobado que pertenecía a un pueblo desconocido hasta ahora. Más importante aún, los genes de la pequeña señalan que los primeros americanos son más antiguos de lo que se creía y cruzaron desde Asia antes de lo que se pensaba.

La teoría más aceptada sobre los primeros americanos mantiene que cruzaron a América desde Asia por un puente terrestre que quedó sumergido al final de la última glaciación. Lo que no está tan claro es si aquellos primeros colonos pertenecían a un mismo grupo o vinieron en distintas oleadas. Tampoco se sabe con certeza cuándo cruzaron y qué paso en los milenios siguientes hasta llegar a la amplísima diversidad genética, lingüística y cultural de los actuales nativos americanos.
"En 2015 mostramos que los ancestros de los nativos americanos entraron en una única oleada desde Siberia y que fue en América donde divergieron en dos grandes ramas", dice el investigador en paleogenómica del Museo de Historia Natural de Dinamarca, el mexicano Víctor Moreno Mayar (izquierda). Aquel trabajo, publicado en Science, señalaba que la división americana se produjo hace unos 13.000 años, cuando los hielos de la última glaciación estaban en retirada. Ahora, el nuevo estudio liderado por Moreno desvela que "la niña de Alaska era una nativa americana pero su ADN nos dice que formaba parte de una población externa, diferente de las otras dos ramas".

La niña, nombrada 'Pequeño Amanecer', solo vivió entre seis y doce semanas y fue enterrada en las cercanías del río Upward Sun, en la parte central de Alaska. El yacimiento ya ha dado algunos frutos, como el registro más antiguo de consumo de salmón en suelo americano. Su datación por radiocarbono la sitúa como uno de los fósiles humanos más antiguos localizados más al norte.
Pero son sus genes los que más alegrías están dando a la ciencia. Al contar con los datos de todo su genoma, su ADN se convierte en un punto de referencia muy robusto a la hora de compararlo con otras poblaciones del pasado. Teniendo en cuenta mecanismos de diferenciación como la deriva genética, el flujo de genes entre grupos o la tasa de mutaciones, los investigadores lograron un reloj biológico muy preciso cuyos resultados publica la revista Nature.

Así, los investigadores confirmaron que los ancestros de los primeros americanos empezaron a diferenciarse de otros pueblos asiáticos hace más de 36.000 años. Doce milenios después, el aislamiento era completo, reforzado porque fue entonces cuando la Edad de Hielo marcó su máximo glacial, quedando muy pocas regiones del hemisferio norte libres de hielo y con presencia humana. "La niña nos dice también que hace 20.000 años los nativos americanos ya eran americanos", comenta Moreno. Estuvieran donde estuvieran (en Asia, América o entremedias), para entonces eran genéticamente diferentes de los asiáticos.

Ilustración de cómo debía ser el poblado de 'Pequeño Amanecer'. ERIC S. CARLSON Y BEN POTTER


"Lo que no sabemos es dónde se originó el linaje americano", reconoce Moreno. Pero 'Pequeño Amanecer' vuelve a dar pistas. Después de su separación inicial, los genes de la niña muestran que sus antepasados mantuvieron el contacto (hubo flujo genético) con otras poblaciones americanas. Y para ello debían estar en la misma región, probablemente al norte de la gigantesca capa de hielo que cubría casi todo el actual Canadá y buena parte de los EE UU. Por entonces, la corriente del Pacífico norte hacía de Alaska un lugar más habitable y libre de hielo perpetuo.

Sobre la relevancia del estudio, el investigador de las universidades de Cambridge (Reino Unido) y Copenhague (Dinamarca) y coautor del estudio, Eske Willerslev (izquierda), afirma: "Hemos podido mostrar que probablemente entraron en Alaska hace algo más de 20.000 años. Se trata de la primera vez que tenemos una evidencia genética directa de que todos los nativos americanos pueden ser rastreados hasta una única población de origen, por medio de una única migración fundadora", afirma.

Las palabras de Willerslev, y toda la investigación, vienen a confirmar parte de la conocida como hipótesis de la parada en Beringia. Postulada en 2007, en ella se sostiene que los ancestros de los primeros americanos se aislaron, durante milenios, de sus orígenes asiáticos, y que aquella población fundacional encontró refugio en alguna región desconocida situada en el encuentro entre Asia y América hoy sumergida bajo el estrecho de Bering. El estudio de Nature corrobora el aislamiento durante milenios, pero no dónde se produjo.
Cuadro: ¿Este u oeste? Los investigadores no han determinado si los antepasados ​​de los nativos americanos se separaron después de que llegaron a Alaska, o si la división ocurrió en Siberia y provocó dos o más migraciones a Beringia


Gráfico del patrón de migración sugerido por la nueva evidencia de ADN. UNIVERSIDAD DE CAMBRIDGE

"¿Dónde estuvo viviendo esta población aislada de ancestrales nativos americanos hace más de 15.000 años? La cuestión se complica por el hecho de que este periodo de aislamiento se produjo durante el Último Máximo Glacial, cuando las condiciones eran tan frías y secas en el hemisferio norte que las poblaciones humanas de muchos lugares, como Siberia, tuvieron que abandonarlas por un clima tan extremo", recuerda el científico del Instituto de Investigación Ártica y Alpina de la Universidad de Colorado-Boulder (EE UU), John F. Hoffecker (derecha).

Para Hoffecker, que no ha participado en el actual estudio, la investigación, aunque relevante, falla al no reconocer la existencia de pistas sobre la presencia humana en diversas partes de Beringia muy anteriores (de 30.000 a 25.000 años).

"No tenemos ADN antiguo de estas zonas, por lo que no sabemos si eran en realidad nativos americanos ancestrales, pero no es ilógico suponer que lo fueran y, por tanto, que se tratara de la población que quedó aislada en Beringia de su origen asiático durante el último Máximo Glacial", afirma.

Foto: Excavación en el sitio de Upward River Sun en Alaska. Foto de Ben Potter

Fuente: elpais.com | 3 de enero de 2018

La cronología de los glaciares de la Cordillera Cantábrica es diferente a la de los europeos

El 'Jou Negro', helero de los Picos de Europa

La máxima extensión de los glaciares de la Cordillera Cantábrica durante la última glaciación del planeta no coincide con la de otras masas de hielo de Europa, según los datos publicados en un monográfico de The Geological Society. Investigadores de la Universidad de Valladolid (Uva) han analizado los estudios que existen al respecto y los han plasmado en esta síntesis, junto a dataciones realizadas por ellos mismos en los Picos de Europa y en la Montaña Palentina. Los resultados están más próximos a los registrados en los Pirineos y confirman que la glaciación en la península ibérica tuvo rasgos diferenciales.

“En el momento en el que se registra más frío, los glaciares cantábricos son más cortos pero de un mayor grosor”, comenta Enrique Serrano Cañadas, investigador del Departamento de Geografía de la UVa. Su hipótesis es que, en una primera etapa todavía relativamente cálida, la cercanía con el océano habría provocado altos niveles de humedad y precipitaciones en forma de nieve, lo cual habría hecho que los glaciares ocupasen una gran extensión, aunque fuesen poco consistentes. Sin embargo, posteriormente aumenta el frío y se reducen las precipitaciones, momento en el que se registra el último máximo glaciar en Europa y la nieve se transforma en hielo formando una capa más sólida, pero de menor extensión.

Enrique Serrano, investigador de la UVa

El último periodo glaciar se registró hace 20.000 años, pero este trabajo, en el que también han participado investigadores de la Universidad de Cantabria y de la universidad escocesa de Aberdeen (Reino Unido), sugiere que en la Cordillera Cantábrica la máxima extensión de los glaciares se habría producido antes de 40.000 años.

Habitualmente, los expertos que estudian estos fenómenos utilizan diversas técnicas. Una de las más conocidas es la del carbono 14, que utiliza este isótopo para determinar la edad de los materiales. La materia orgánica que los investigadores encuentran en antiguos lagos (paleolagos) también permite establecer correlaciones temporales, ya que determinadas formas de vida necesitan condiciones climáticas muy determinadas para desarrollarse.

Medidas GPS-RTK de los desplazamientos por solifluxión en Campoo (Cordillera Cantábrica)

Por otra parte, el trabajo de campo es esencial. Los sistemas de información geográfica (SIG) y la fotointerpretación ayudan a entender lo que no se aprecia a simple vista. Por ejemplo, “podemos calcular la línea de equilibrio del glaciar, es decir, el momento en el que dejaba de acumular hielo y empezaba a fundirse”, teniendo en cuenta la topografía y utilizando modelos digitales del terreno. Hoy en día existe un programa preciso, desarrollado en la Universidad de Aberdeen por Ramón Pellitero Ondicol, doctor por la Universidad de Valladolid.

Zonas periglaciares

El trabajo de Enrique Serrano abarca también las zonas periglaciares, es decir, la presencia de hielo en zonas no glaciares, y el permafrost, los suelos helados permanentes, que en España se limitan a las zonas de alta montaña. Detectar dónde están y dónde desaparecen tiene una gran relevancia, puesto que está directamente relacionado con el cambio climático. “En general, estudiamos la criosfera, la superficie de la Tierra con agua en estado sólido, es importante conocer qué está pasando y qué ha sucedido en el pasado reciente para estimar lo que puede ocurrir en el futuro”, comenta.

Campamento para el estudio del periglaciarismo (sondeos BTS). En Tucarroya, Pirineos

Los datos que los investigadores españoles del permafrost pueden aportar se suman a los obtenidos a escala planetaria y permiten comprender mejor la evolución del clima. Estos científicos se agrupan en torno a la asociación IPA-España (International Permafrost Association-España) y acaban de publicar otro artículo en la revista Quaternary Science Reviews que también es una síntesis que trata de actualizar el conocimiento en torno a las zonas periglaciares de la península ibérica.

Este trabajo, liderado por el investigador Marc Oliva, de la Universidad de Lisboa, también cuenta con la participación de Enrique Serrano y muestra la evolución del hielo en el Holoceno, es decir, los últimos 11.000 años. Los depósitos periglaciares han ido variando en función de los cambios en las condiciones de temperatura y humedad, pero mientras que hoy en día se reducen a la alta montaña, por encima de los 2.000 metros de altitud, en épocas anteriores eran muchos más extensos, alcanzando incluso zonas llanas como el valle del Duero. Especialmente relevante fue el frío que implicó intensos procesos periglaciares en las montañas de la península ibérica en lo que se conoce como Pequeña Edad del Hielo, que abarca desde el siglo XIV hasta el XIX.

Sondeos BTS en Pirineos

Fuente: comunicacion.uva.es | 2 de enero de 2018