No es una guía de autopistas, es un mapa de calzadas romanas

A la izquierda, un camino en Cantabria que durante décadas se confundió con una calzada romana. A la derecha, una calzada romana descubierta en Soria. Isaac Moreno

Un repaso a parte del legado de los romanos en España: nuestro idioma, procedente del latín; el nombre de muchas ciudades, como Zaragoza; o algunos de nuestros monumentos icónicos, como el acueducto de Segovia. Este tuit, con más de 6.000 retuits en sus primeros tres días de publicación, señala otra aportación: las vías de comunicación.
Los mapas proceden del libro Aventuras ibéricas, del hispanista Ian Gibson. Puedes comparar el mapa de calzadas y el de autopistas y autovías con más detalle a continuación.

Calzadas

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Autopistas y autovías

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Algunas de las ciudades más importantes de Hispania en el Imperio Romano lo siguen siendo en la actualidad, de ahí que las calzadas romanas y la distribución actual de carreteras se parezcan. "No solo pasa en España. En otros países como Italia, Grecia o la antigua Yugoslavia comparten trazados", dice a Verne por teléfono Isaac Moreno, ingeniero civil del Ministerio de Fomento y especialista en ingeniería antigua.

La distribución de las autopistas actuales y de las calzadas es parecida por las ciudades que conectan, pero es que en algunas ocasiones las primeras incluso han sido construidas encima de las segundas. "Las calzadas, como las carreteras de hoy, están hechas por ingenieros. Sabían cuáles eran los mejores corredores por los que trazar las calzadas. Estudiaban cómo sortear la complicada orografía de la península. Es normal que coincidan con los diseños modernos", indica Moreno. Es decir, el mejor recorrido para una calzada era el mismo hace siglos que para una carretera actual.

Ese es el motivo por el que muchas calzadas romanas se han perdido para siempre bajo kilómetros y kilómetros de autopistas. "Somos tan brutos que se han hecho algunos destrozos para los que ya no hay remedio. Hay muchísimas autopistas que van justo por encima de las calzadas romanas, lo que supone una pérdida de patrimonio impresionante", dice Moreno. El experto asegura que esta destrucción empezó en el siglo XVIII, cuando arrancó el desarrollo de la actual estructura radial de carreteras (por entonces solo eran caminos). Los campos de cultivo también han sepultado muchas calzadas romanas.

Un ejemplo de calzada romana bajo una carretera. Isaac Moreno (Vías romanas e infraestructuras modernas)

Moreno asegura que en el mapa de Aventuras ibéricas hay algunas imprecisiones. "Se sabe muy poco de la verdadera distribución de las calzadas romanas. No están todas las que son, ni son todas las que están", especifica. Asegura que la parte mejor estudiada es el norte de la península.

¿Cómo eran las calzadas romanas?

"Existe la idea popular de que la superficie de las calzadas romanas era un empedrado de grandes losas, pero no es así", explica Moreno. En realidad, las calzadas romanas que conectaban sus ciudades tenían una superficie de gravilla o zahorras. "Si fueran como vemos en las películas, no serían prácticas para los carros y los caballos", añade.

La imagen clásica que tenemos de las calzadas romanas sí se corresponde con el aspecto que tenían las vías urbanas, es decir, las calles dentro de las ciudades. Las calzadas tenían una estructura de varios niveles, con una cimentación en la que sí destacan las piedras grandes.

La actual red de autopistas y autovías es radial, con una serie de autopistas que parten de Madrid. Sin embargo, el centro de la península ibérica no era tan importante para los romanos. Según Moreno, la calzada principal era la que conectaba León con Tarragona, pasando por Zaragoza o Burgos. "Era una vía de riqueza. Todo el oro que los romanos extraían de Las Médulas llegaba a Roma a través de esta calzada", dice Moreno.

El experto en calzadas también destaca la ruta que conectaba Zaragoza y Mérida, "coincide en varios tramos con la A-2 y la A-5", y la que unía Mérida y Salamanca, un tramo de la Vía de la Plata.
"Las calzadas romanas son las grandes desconocidas de la ingeniería romana", considera Moreno, autor de un mapa detallado online de las calzadas romanas en Castilla y León. En este vídeo explica que eran construidas por empresas privadas, las constructoras de la época.

Fuente: verne.elpais.com | 27 de febrero de 2018

Descubren una lámina con escritura ibérica de gran valor arqueológico en la Illeta dels Banyets (Alicante)

Los diputados y personal del yacimiento, en la visita a las excavaciones, este martes - ABC

La campaña de excavaciones en la Illeta dels Banyets en El Campello (Alicante) ha sacado a la luz dos hallazgos "excepcionales" por su relevancia: un fragmento de una escultura y una lámina con signos de escritura ibérica que podría situar allí la llegada del alfabeto grecoibérico a este territorio.

En el caso de esta última, se trata de una lámina de plomo que se presenta doblada y en la que se reconocen signos de escritura ibérica, concretamente grecoibérica propia de la Contestania, la región ibérica que ocupaba la actual provincia de Alicante y parte de Murcia. Precisamente láminas de plomo en grecoibérico se han encontrado varias en el poblado de Serreta (Penàguila-Cocentaina-Alcoi) y dos más en otros tantos yacimientos murcianos.

Que el íbero adopte este alfabeto para transmitir físicamente su lengua es una manifestación cultural de primer orden, ya que trasluce una fuerte influencia griega en estas tierras. El descubrimiento de esta lámina en la Illeta es muy importante, puesto que señalaría que, hoy por hoy, el punto de recepción y transmisión de este alfabeto se daría en este centro costero, según fuentes de la Diputación.

Aunque la excavación del Barrio Suroeste no ha finalizado, esta intervención a nivel arqueológico ha sido de suma importancia dada la calidad y cantidad de los objetos hallados, pues amplían de forma notable los conocimientos sobre el desarrollo urbano de la Illeta durante la segunda fase y han permitido conocer nuevas estructuras y espacios que no son comunes en otros yacimientos de época ibérica.


Yacimiento de La Illeta

Zona visitable ampliada

A nivel museístico supone una ampliación de casi 400 metros cuadrados del espacio expositivo y propicia un cambio en los itinerarios de los visitantes que les permitirá recorrer el espacio dedicado a la protohistoria de una manera más libre, así como contemplar los distintos edificios desde puntos de vista hasta ahora desconocidos.

Según ha informado este martes la Diputación de Alicante, el resultado de las últimas actuaciones consolida "la singularidad y el valor del enclave, único en el litoral mediterráneo y de gran valor arqueológico".

Los diputados de Cultura y Arquitectura, César Augusto Asencio y Jaume Lloret, respectivamente, han visitado el paraje, junto al director técnico del MARQ, Manuel Olcina, y el arquitecto de la Diputación, Rafael Pérez, para conocer de primera mano el nuevo tramo de la calle principal. Se trata de la arteria más amplia del paraje, con una anchura de cuatro metros, y las excavaciones han reafirmado que el poblado estaba dotado de un urbanismo complejo, bien desarrollado y planificado desde el inicio.

Además, los trabajos han sacado a la luz otro resto de interés: un fragmento de escultura en piedra, parte de la boca de un toro realizada en arenisca, que se confirma como la primera talla cierta de la Illeta dels Banyets, puesto que la única hallada hasta el momento era de origen más dudoso.
Se trata de un toro similar a otros descubiertos en los yacimientos de Benidorm, la Vila Joiosa, Monforte del Cid o Petrer que se presentan en posición echada con las cuatro patas flexionadas, con cuernos y orejas postizas y de otro material, quizá hueso o metal.

Esta pieza se ha encontrado en el poblado, un lugar que no le es propio ya que la escultura ibérica forma parte de monumentos funerarios, coronando las estructuras, o en santuarios extraurbanos. Por ello, todo indica que el fragmento seria transportado hasta el enclave, ya en época ibérica, desde el área de la necrópolis situada junto a la torre renacentista.

Fuente: abc.es | 27 de feberero de 2018

Esta Semana Santa, lánzate a descubrir la red de juderías de España

La Semana Santa está a la vuelta de la esquina y, con ella, la oportunidad de regalarte el primer gran viaje del año, que no tiene por qué llevarte lejos de casa: ¿y si te decimos que muy cerca te está esperando un cóctel viajero único en el mundo, repleto de historia, cultura, gastronomía y mil y un planes viajeros? ¡Esta Semana Santa, lánzate a descubrir la Red de Juderías de España!

Imagina el plan: cuatro o cinco días libres por delante, buena compañía, el móvil a tope de batería para hacer todas las fotos del mundo y, esperándote, 19 ciudades por toda España deseosas de compartir contigo la riquísima herencia judía que las convierte en auténticos tesoros viajeros. Ávila, Barcelona, Cáceres, Calahorra, Córdoba, Estella-Lizarra, Hervás, Jaén, León, Lucena, Monforte de Lemos, Palma de Mallorca, Plasencia, Oviedo, Ribadavia, Segovia, Tarazona, Toledo y Tudela... ¡En cualquiera de ellas te espera una experiencia viajera inolvidable!

Las juderías del noroeste

Si pones rumbo al noroeste, tu ruta por las juderías de España te llevará por Ribadavia, Monforte de Lemos, León y Oviedo, cuatro ciudades repletas de atractivos en los que su herencia sefardí brilla con luz propia. En Ribadavia, el paseo por su judería es todo un viaje en el tiempo. Recorrer sus estrechas callejuelas de aires medievales es encontrar detalles sefardíes a cada paso: estrellas de David esculpidas en fachadas, menoráhs … y costumbres milenarias que han aquí sobrevido al paso del tiempo, como, por ejemplo, las recetas de la Tahona de doña Herminia, uno de los pocos lugares de España donde degustar dulces elaborados con auténticas recetas hebreas tradicionales. En la cercana Monforte de Lemos, la calle Falagueira conserva todo el sabor de la época en que los sefardíes hicieron de la ciudad una de las más ricas en cultura de la España judía. El Barrio Húmedo de León, que se extiende por lo que fue la judería de la ciudad, es uno de los mejores de España para ir de tapas, y, ¿sabías que en los alrededores de La Casina, en la plaza del Fontán de Oviedo, se ubicaba la antigua judería? ¡Descúbrelo en primera persona!

Las juderías de Navarra y La Rioja

El legado sefardí está también presente en tierras navarras y riojanas. En estas comunidades, Calahorra, Estella-Lizarra, Tudela y Tarazona son los puntos del mapa a marcar en esta escapada de Semana Santa. En Calahorra, la plaza del Doctor García Antoñanzas marca el principio de la antigua aljama judía, que se hace presente en el paladar en el Hotel Ciudad de Calahorra, donde puedes degustar un guisado sefardí, cocinado bajo las las reglas del Kashrut y que es el origen de muchas recetas españolas tradicionales, como el cocido. En Tarazona, no te pierdas la casa de los conversos Casanate, reconstruida en 1371 y destinada al culto y el estudio, donde se conservan algunos capitales con forma de Menorah y su única nave se orienta hacia Jerusalén. En Estella-Lizarra, donde se documenta la presencia de población judía nada más y nada menos que en 1135, aguardan los restos de dos juderías -la Vieja y la Nueva- bajo la ciudad, y donde la muralla que le servía de protección, visible a lo largo de 300 metros, en la colina que está encima de la calle Curtidores, es el icono más destacado. Y nn Tudela, la antigua judería se extendía muy cerca de la Plaza de los Fueros, epicentro de la vida social tudelana, un lugar ideal para disfrutar de cualquiera de sus animadas terrazas.

Magia mediterránea en las juderías de Barcelona y Palma de Mallorca

Barcelona y Palma de Mallorca son dos de los destinos turísticos más populares del mundo, ¡así que imagina todas las experiencias viajeras que puedes vivir en ellos! Y si además le sumas descubrir y disfrutar de su herencia judía, la escapada será simplemente perfecta. La capital catalana guarda gran parte de la memoria sefardí en el MUHBA El Call, ubicado en un edificio de origen medieval que se cree fue propiedad de un comerciante judío de la Edad Media, y donde se exponen diferentes piezas de cerámica, vidrio, orfebrería... En la cercana Palma de Mallorca, su bellísimo centro histórico guarda el recuerdo de sus dos calls, el Mayor y Menor, el primero en el barrio de Sa Calatrava, asomado al Mediterráneo, y el segundo, por las actuales calles de Jaume II, de las Monjas y el callejón de ca’n Berga.

Monumentalidad y gastronomía en las juderías de Extremadura

Extremadura es, siempre, una opción de viaje de lo más recomendable y, en primavera, con su naturaleza estallando de color, todavía más. Por ello, recorrer la comunidad siguiendo la ruta de sus juderías es una apuesta segura. Comienza por la de Cáceres, que se extiende por las calles del barrio de San Antón, que se encontraba al otro lado de la ciudad amurallada, y donde puedes visitar el Olivar de la Judería, un pequeño jardín al pie de la muralla que fue el huerto de una antigua casa judía. En Plasencia, el Palacio Carvajal Girón, un espectacular palacio del S. XVI, ocupa el mismo solar en el que se construyó la Sinagoga Nueva, y junto a ella, en dos calles que aún hoy serpentean hacia el centro de la ciudad –la Trujillo y la Rúa Zapatería- te espera el aroma de aquellos tiempos, como lo hace el exquisito menú sefardí de Casa Juan: ¡su cordero confitado con cus cus o los latkes de manzana son simplemente deliciosos! Y termina tu ruta por las juderías de Extremadura en Hervás, en cuyo barrio medieval, está una de las juderías mejor conservadas de toda España. Compruébalo pasando por la calle Rabilerio y contempla el panorama de Hervás desde el puente de la Fuente Chiquita, que cruza el río Ambroz: la vista es impresionante.

La herencia de Sefarad en Andalucía

Jaén, Córdoba y Lucena: tres ciudades repletas de historia que encierran, también, una importante herencia judía. En la capital jiennense, la presencia judía se remonta al siglo VII: su antigua judería, estupendamente documentada, tenía su entrada en la Puerta de Baeza, que recuerda hoy una menorá gigante, y que abre el paso a un dédalo de calles donde destaca la capilla de San Andrés, que fue en tiempos una de las sinagogas de la ciudad. En el siglo XI, Córdoba se convirtió en el lugar más importante para los judíos en la península ibérica, hasta que las tropas de Fernando III el Santo conquistaron la ciudad. Su judería ha conservado su trazado típico, y en calle Judíos, blanca y muy estrecha, que discurre como una delgada línea en el tupido entramado urbano, está su sinagoga, y en plaza de Tiberiades se erige la estatua dedicada a Moises Ben Maimon, Maimónides, probablemente la figura hebrea más importante nacida en la península ibérica. Imprescindibles también es la Casa de Sefarad en la confluencia de la Calle Judíos con la calle Averroes. A Lucena, la antigua Eliossana, le adorna con justicia el sobrenombre de “Perla de Sefarad”: a su rico patrimonio árabe y cristiano se suma el judío, con la necrópolis, la más grande de Europa, como icono más importante, y la iglesia de San Mateo, el único recinto sacro en el interior de la medina que fue mezquita en el periodo de dominio almohade después de haber cumplido las funciones de sinagoga. En Lucena no dejes de visitar la Confitería Cañadas, la única que fabrica artesanalmente pasteles sefardíes desde 1913, y el restaurante Tres Culturas, con platos sefardíes como el timbal de rabo de toro al estilo sefardí o las berenjenas en varitas fritas con miel de caña. ¡Buen provecho!

Toledo, Segovia y Ávila: las juderías monumentales

Toledo, Segovia y Ávila no pueden faltar en tu escapada de Semana Santa siguiendo la herencia de Sefarad. La ciudad de las Tres Culturas atesora un riquísimo legado judío: el yacimiento de la Sinagoga de Sofer, la Sinagoga de Santa María la Blanca, la Sinagoga del Tránsito, el Museo Casa del Greco, que fue el hogar de Samuel Ha-Leví, gran rabino de la aljama de Segovia y tesorero del rey Pedro... Una colección de lugares únicos que puedes repasar tras su visita degustando un vino kosher y platos sefardíes en el restaurante Dehesa de Majazul. En Segovia, con su judería bellamente restaurada, no puedes perderte la iglesia del convento de Corpus Christi, que fue la Sinagoga Mayor de la ciudad, el palacio de Abraham Senneor, donde está el Centro Didáctico de la Judería, y el cementerio judío, excavado en El Pinarillo, y desde el que se tienen las mejores vistas del perfil de la capital segoviana. A un paso de Segovia se encuentra Ávila, cuya judería se articulaba en torno a las actuales calles de los Reyes Católicos y del Pocillo y donde contemplar el atardecer desde el Jardín de Moshé de León, uno de los grandes místicos abulenses, con la puerta de la Malaventura abierta en la muralla de Ávila y el infinito campo abulense recortado tras ella, es uno de los momentos más especiales de tu escapada de Semana Santa por las Red de Juderías de España.

Sobre la Red de Juderías de España - Caminos de Sefarad

La Red de Juderías de España, Caminos de Sefarad, es una Asociación constituida por municipios que cuentan, en sus conjuntos medievales, con un patrimonio arquitectónico, histórico, medioambiental y cultural, herencia de las Comunidades judías que los habitaron. Los miembros de la Red actúan de forma conjunta en defensa del patrimonio histórico y legado judío promoviendo proyectos culturales, turísticos y académicos y realizando una política de intercambio de experiencias nacionales e internaciones que contribuyan al conocimiento y respeto mutuo de pueblos, culturas y tradiciones. Ávila, Barcelona, Cáceres, Calahorra, Córdoba, Estella-Lizarra, Hervás, Jaén, León, Lucena, Monforte de Lemos, Oviedo, Plasencia, Ribadavia, Segovia, Tarazona, Toledo y Tudela vienen recuperando desde hace 20 años sus juderías, invirtiendo tiempo y recursos en la rehabilitación de casas, calles, palacios y cuantos edificios se puedan salvar del olvido y recuperar el conocimiento de las vidas de las familias judías de toda procedencia y condición. Historia oculta, desvelada después de quinientos años y ahora recuperada. La Asociación actúa sin ánimo de lucro y con plena independencia en la defensa de este legado. La Red de Juderías de España, en su proyección internacional, es miembro fundador del Itinerario Europeo del Patrimonio Judío, y realiza una intensa labor de difusión en el extranjero. Más información, en http://www.redjuderias.org

La dispersión humana por el sur de Europa tuvo lugar hace menos de un millón de años

Geocronólogos del Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana (CENIEH) lideran un trabajo publicado en la revista Quaternary Geochronology sobre la cronología del yacimiento de Gran Dolina, situado en la Sierra de Atapuerca (Burgos), cuyos resultados ratifican un pulso de dispersión humana por el sur de Europa hace alrededor de un millón de años, según informaron fuentes del centro.

Se trata de un estudio paleomagnético de los niveles estratigráficos inferiores de este yacimiento burgalés cuyo objetivo ha sido determinar la presencia o no del subcrón Jaramillo, un evento geológico de polaridad magnética normal ocurrido hace alrededor de un millón de años, para mejorar el marco cronológico de la industria lítica hallada en el nivel TD4, y por tanto de la presencia humana en Atapuerca.
“Gran Dolina es uno de los yacimientos que mejor preserva un registro sedimentario del Pleistoceno medio e inferior en Europa, por tanto, conocer la cronología de los niveles estratigráficos que lo componen es un elemento importantísimo para entender la presencia y el desarrollo de la actividad humana en la zona”, explica Claudia Álvarez Posada (izquierda), autora principal de este artículo.

Se han analizado muestras de los niveles TD4 a TD6 mediante paleomagnetismo, metodología cada vez más utilizada para establecer dataciones absolutas dada su gran versatilidad y el hecho de que tiene un registro cronológico extremadamente amplio, ya que el campo magnético queda registrado en los sedimentos desde su formación. Hoy por hoy hay un registro conocido que cubre un marco temporal de más de 180 millones de años hasta la actualidad, por lo que, como afirma Claudia Álvarez , “es un herramienta muy potente para la cronología”.

Escala cronológica de la polaridad geomagnética de los últimos 5 millones de años. Dentro de un cron de polaridad predominantemente inversa (como por ejemplo Matuyama) puede haber pequeños episodios, de corta duración, que se llaman subcrones con polaridad directa (Jaramillo, Olduvai y Reunión) y la situación contraria, subcrones de polaridad inversa en un cron de polaridad básicamente directa.

Este método, junto con los datos aportados por la bioestratigrafía y los recientes estudios de datación por Resonancia Paramagnética Electrónica (ESR) realizados en el yacimiento, ha permitido establecer con certeza una edad posterior al subcrón Jaramillo para el nivel TD4, es decir, menor al millón de años, lo que es consecuente con un pulso de dispersión humana por el sur de Europa durante el intervalo de tiempo conocido como transición del Pleistoceno inferior.

Doble estudio

Este artículo forma parte de un doble estudio paleomagnético de Gran Dolina, que engloba los niveles de TD1 a TD6, llevado a cabo para conocer mejor la antigüedad de los diferentes niveles estratigráficos que componen el relleno del yacimiento.

El segundo artículo, que acaba de publicarse en la revista Quaternary Science Reviews, está centrado en la cronología de los rellenos sedimentarios interiores, y corrobora las dataciones obtenidas en TD4.

Fuente: burgosconecta.es | 27 de febrero de 2018

El legado prehistórico que dormía en León

Juan Carlos Campos ante los laberintos que descubrió hace una década en Peñafadiel. - Amando Casado

El día que Juan Carlos Campos descubrió unos espectaculares petroglifos ni siquiera tenía pensado ir al Teleno. «Voy al sitio donde nunca hay nada», le había dicho a su mujer. Cuando estaba a punto de darse la vuelta, se topó con grabados de 6.000 años de antigüedad decorados con motivos inéditos. Dibujos y mensajes cuyo significado nadie ha descifrado aún. Unos grabados que dejaron atónito a Jeff Saward, una autoridad mundial en laberintos.

Han pasado diez años de aquel hallazgo y, en este tiempo, el legado prehistórico que dormía en León ha ido saliendo a la luz. Los grabados de Peñafadiel fueron la «semilla», porque, a partir de entonces, no sólo Campos, sino una pequeña legión de aficionados como él a la arqueología, han encontrado cazoletas y grabados que van de la Prehistoria a la Edad Media en lugares como Lucillo, Peñafurada (en Andiñuela), Peñamartín (en Chana de Somoza), en prácticamente toda la Maragatería, en el Bierzo, en los Ancares y en Alija del Infantado.

Campos publicará a finales de marzo el libro Grabados rupestres de la provincia de León, auspiciado por el Centro de Estudios Marcelo Macías, donde contará todos los descubrimientos de esta fructífera década. El libro es su particular forma de preservar unos hallazgos que «la Junta ni siquiera se ha dignado incluir en su inventario de Bienes de Interés Cultural. Todo lo contrario a lo que ocurre en Galicia», lamenta.

Sus descubrimientos desataron una «fiebre de piedras» en la comarca y muchos otros devotos de la arqueología se apuntaron a la búsqueda de un tesoro prehistórico desdeñado por los investigadores, aún cuando la Universidad certificó la antigüedad de los petroglifos próximos al Teleno, a los que Campos denomina «la joya de la corona». Gracias a su espectacularidad —dice— «la gente se involucró en la búsqueda de nuevos grabados» y los hallazgos se multiplicaron por cuatro. En su libro citará a una docena de personas que localizaron más de una veintena de estaciones rupestres, donde hay, como mínimo, dos o tres piedras con dibujos y laberintos milenarios.

«Para la Junta, los petroglifos parecen un problema, porque no ha demostrado interés en ponerlos en valor. Ellos no se mueven y les molesta que otros encuentren cosas. En cambio, hemos conseguido que la gente de los pueblos hable de la Prehistoria».


De arriba abajo, Mariam de Cabo e Isady Cadierno ante los petroglifos que localizaron en Maragatería - Imagen cedida por Campos.

Buscadores de tesoros

Entre los descubrimientos hay que destacar los que salieron a la luz el año 2014 en los Ancares. José Anglés Correa, un amante de la montaña, localizaba nada menos que siete estaciones rupestres en esta comarca leonesa; los primeros hasta la fecha. Asimismo, son excepcionales los que Campos encontró en el Castro Colorado, que podrían ser uno de los únicos vestigios astures que han perdurado. Campos batió este asentamiento astur-romano del ayuntamiento de Valderrey hasta que dio con unos grabados que han resultado ser excepcionales. Se trata de un grupo de antropomorfos (figuras esquemáticas con forma humana), posiblemente de la Edad del Hierro, en posición orante y quizá las primeras representaciones del arte astur de este tipo que aparecen en León.

Detalle de una de las figuras antropomorfas localizadas por Juan Carlos Campos en el Castro Colorado. - Juan Carlos Campos

En su nuevo libro Campos también describe los que aparecieron en Castrillo de la Valduerna y en Villar del Monte. Con estos hallazgos el arte prehistórico deja de ser irrelevante en León y aún faltan muchas zonas por ‘batir’, sobre todo, en la Montaña Oriental.

Celos aparte, algunos arqueólogos e historiadores sí reconocen la labor encomiable de estos aficionados, que figurarán con nombres y apellidos en el nuevo libro de Campos. Ana Franganillos descubrió una estación rupestre cerca de Viforcos; Mark Raes, un belga afincado en Andiñuela,localizó en esta localidad petroglifos con forma de serpiente; y Pedro Dios, natural de Priaranza de la Valduerna, encontró una roca con grabados rupestres mientras pescaba en el Duerna.

Fuente: diariodeleon.es | 28 de febrero de 2018

Los caballos salvajes se han extinguido completamente, según un estudio

Equus przewalskii caballus. /Eric Andresen / Flickr.com

Los caballos de Przewalski no son los últimos caballos salvajes existentes hasta la actualidad, sino los descendientes asalvajados de animales domesticados hace unos 5.500 años en Asia Central, según informa Science. Es más, los antepasados ​​de los caballos modernos fueron domesticados mucho más tarde, hace unos 4.000 años. Aparentemente, en algún momento, los caballos domésticos fueron reemplazados por caballos salvajes de origen desconocido, que los antiguos pueblos domesticaron por segunda vez. Genetistas de 14 países, Francia, Rusia y Kazajistán, llegaron a esta conclusión, al analizar más de 80 genomas de caballos antiguos y modernos.

La domesticación de caballos condujo a cambios fundamentales en la economía y la movilidad de los pueblos antiguos. Los caballos están asociados con la difusión de lenguas indoeuropeas, la aparición de nuevas formas de metalurgia y nuevos métodos de guerra. Presumiblemente, los caballos fueron domesticados por pobladores de la cultura Botai, que existió hace 5.700-5.100 años en el territorio de Kazajstán moderno. A juzgar por los hallazgos en sus asentamientos (1, 2), los pobladores de Botai hicieron arneses y caballos con bridas, los representaron en platos y bebieron leche de yegua. A las mismas conclusiones llegaron los genetistas, analizando el ADN de restos de caballos de los estacionamientos de Botai.

Los autores del nuevo estudio, dirigido por Ludovic Orlando (izquierda), de la Universidad de Toulouse, Francia, y Sandra Olsen (derecha), de la Universidad de Kansas, EEUU, decidieron observar cómo los caballos domésticos de Botai evolucionaron a los animales modernos. Para averiguarlo, cortaron los genomas de 42 caballos que vivieron desde hace cinco a mil años en Eurasia, incluido el ADN de los restos de 20 caballos de Botai. Además, los científicos analizaron los genomas ya publicados de 46 caballos antiguos (que vivieron en el período de 42.800-5.100 años atrás) y caballos modernos, incluidos siete Przhevalsky. Con base en los datos obtenidos, los investigadores construyeron un árbol filogenético.
El resultado mostró que los caballos que vivieron en Eurasia durante los últimos 4.000 años, incluidas las razas modernas, no provenían de Botai, sino de caballos desconocidos. Su genoma correspondió al ADN de los caballos Bota en solo 2.8%. Asimismo, los de Botai resultaron ser los antepasados ​​de los modernos caballos Przewalski, que hasta ahora eran considerados los únicos caballos salvajes que aún existen.

Los antepasados ​​de los caballos de Przewalski que hoy habitan en Mongolia fueron criados para tener marcas de "manchas de leopardo" en su piel Ludovic Orlando, Seas Goddard y Alan Outram.

Los autores del estudio sugieren que en el tercer milenio antes de Cristo, las personas domesticaron una población diferente de caballos que no tenían nada que ver con los Botai. Esto o sucedió en otro centro de domesticación, o aparecieron otros caballos en la población domesticada de Botai, que gradualmente los reemplazaron.

Recientemente, científicos prousieron por primera vez que el número de dedos de los caballos no se redujo por un proceso evolutivo, sino que se fusionaron para formar extremidades delanteras compactas con pezuñas.

Ekaterina Rusakova
Texto traducido por María Cervantes
Esta noticia ha sido publicada originalmente en N+1, ciencia que suma.
Fuente: nmas1.org| 26 de febrero de 2018

El misterioso derrumbe de los mayas, la avanzada civilización que vaticinó su propia caída

Máscara funeraria de jade del rey K'inich Janaab' Pakal, Palenque. - Vídeo: Descubren una megalópolis maya oculta en la selva de Guatemala que demuestra la grandiosidad de la civilización más importante de América.

Un grupo de arqueólogos ha descubierto recientemente miles de edificios mayas, una auténtica megápolis con palacios y pirámides, escondida bajo la selva guatemalteca, en el departamento de Petén, gracias a una revolucionaria tecnología láser. Un descubrimiento que saca a flote otro rastro de una civilización que iluminó América de forma tan fulminante como luego fue su desaparición. Todavía hoy resulta un completo enigma la causa principal del derrumbe de la cultura maya. Un misterio que solo la arqueología puede dar respuesta, aunque sea a base de juntar las piezas del puzle.

La mayoría de los misterios derivados de la civilización maya proceden del desconocimiento que había, hasta hace 150 años, de prácticamente todo lo concerniente a su forma de vida y su estructura social. Uno de los mayores estudiosos mayas, Norman Hammond (izquierda), recuerda en varias de sus obras que «los mayas van siendo llevados, paulatinamente, desde la Prehistoria a la Historia y en ese proceso se les va despojando de gran parte de su ministerio, sin menoscabo del interés que presentan».

El gran estallido cultural de los mayas

Como explica el catedrático de historia Patricio de Blas Zabaleta en el libro «La Empresa de América» (EDAF), en el territorio ocupado por los mayas se han detectado más de 50 importantes poblados del periódico Clásico de esta cultura, que se extendían por zonas de México, América Central y llegó a ocupar 350.000 kilómetros cuadrados. Influidos por los olmecas, la civilización maya se gestó durante el periodo Formativo entre 1.300 y 450 a.C con grandes pirámides, tumbas y edificios públicos. Sin embargo, fue entre el 300 y el 900 d.C, mientras Europa se internaba en la Alta Edad Media, cuando se produjo el gran estallido cultural de los mayas.

Lejos de la imagen de un pueblo campesino organizado en torno a grandes centros ceremoniales, los arqueólogos han modificado sus interpretaciones de los mayas en los últimos años, hasta concluir que alcanzaron gran complejidad urbana. Las rutas comerciales iban de las zonas altas a las bajas, valiéndose de ríos y caminos para desplazar a pulso las mercancías. El resultado era una sociedad estratificada y jerarquizada, con sacerdotes, aristócratas, comerciantes, artesanos y campesinos, al más puro estilo de una metrópoli europea. También se sabe hoy que realizaban cultivos estables y aplicaban técnicas agrícolas complejas (terrazas, riego) más allá de siembras itinerantes y primitivas en plena selva, como siempre se había creído.

La articulación de la civilización maya en ciudades-Estado, encabezadas por reyes todopoderosos, que luchaban y se aliaban entre sí sin llegar a unificarse en un solo Estado, como los incas o los aztecas, recuerda al modelo heleno en Europa. Ninguna ciudad llegó a ser suficientemente grande (los reinos no se extendía más allá de una distancia de tres días de marcha desde su capital) o rica para someter por sí misma al resto, pero aún así existía cohesión cultural entre todas estas urbes.

Fotografía de 1892 del Templo de Kukulkán en Chichén Itzá.

Las pirámides escalonadas, con un habitáculo en la cúspide, suponían la máxima expresión del arte maya. Sin olvidar los imponentes templos, los temescales para los baños de vapor y los palacios y las canchas para el juego de la pelota, que en parte tenían sentido religioso. Como en las divinidades mexicas y toltecas, sus rituales incluían mutilaciones, derramamientos de sangre y sacrificios humanos. La arqueología ha constatado, además, lo avanzado de su nivel tecnológico en sus trabajos en jade y en cerámica y en sus ajuares de bella factura.

Otros mundos ya destruidos

Los mayas contaban con un sistema de escritura jeroglífica, de los pocos plenamente desarrollados del continente americano precolombino, así como una precisión en astronomía que asombra hoy a los expertos. Los códices de París y Dresde constatan informaciones exactas de los ciclos del Sol, la Luna y Venus, de modo que podían predecir los eclipses y distinguían planetas del sistema solar como Júpiter, Saturno, Marte y Mercurio. Su calendario solar era incluso superior al calendario juliano, el que estuvo vigente en Europa hasta finales del siglo XVI. Todo ello fue posible gracias a sus amplios conocimientos matemáticos. Inventaron el concepto cero y un sistema vigesimal, además de realizar cálculos astronómicos de mucha complejidad.

En el siglo IX se produjo el colapso de esta cultura. Los datos señalan que el derrumbe se registró poco después del momento de mayor auge, sin apenas tiempo de percibir un periodo de decadencia como los grandes imperios del mundo. Muchos centros poblacionales fueron abandonados de la noche a la mañana, especialmente en las tierras bajas, las más desarrolladas a nivel cultural. La razón exacta del desastre nunca ha estado clara. Pudo deberse a motivos naturales (tres sequías prolongadas aceleraron su decadencia), con un agotamiento de las tierras a causa de cultivos muy agresivos; o a consecuencia de una revolución como respuesta a la presión tributaria y a las grandes diferencias sociales. Otra posibilidad es que el derrumbe se debiera al creciente acoso de los poderes vecinos.


Estatuilla de la isla de Jaina que representa a un guerrero maya del periodo Clásico.

Sea de una forma u otra, los mayas vieron con fatalismo la decadencia de su civilización. Como si fueran conscientes de su caída irremediable, esa actitud pesimista fue una de las causas que agravaron su propia crisis. En este sentido, la religión maya creía en la existencia de varios mundos anteriores, ya extinguidos, y en el carácter cíclico de la vida.

Miles de mayas se marcharon de las ciudades tradicionales para fundar otras urbes cercanas a las costas del Caribe, como Mayapán o Tulum, que también acabaron siendo abandonadas durante los siglos XIV y XV tras violentas guerras. En este periodo Posclásico, el poder político se desplazó a la península de Yucatán a través de una visión más militarizada e influida por la cultura tolteca. La llegada de los españoles supuso el golpe final de la cultura maya, que ya estaba reducida a pequeños y pocos reinos.

Fuente: abc.es | 26 de febrero de 2018