El hallazgo del mosaico romano de Las Regueras, en ‘National Geographic’


La prestigiosa publicación National Geographic se ha hecho eco del reciente hallazgo de un mosaico romano en Las Regueras, un descubrimiento localizado durante una cata arqueológica impulsada por el Ayuntamiento en el yacimiento de Villa de San Martin.

El artículo, firmado por Alec Forssmann y publicado en la edición digital de hoy, destaca que pertenece a una “suntuosa villa romana”, y que es el cuarto hallado en Asturias. Acompañado de gran cantidad de fotos, la publicación da cuenta de la importancia del hallazgo, que sitúa a Las Regueras como la capital de la romanización en Asturias.

La publicación de National Geographic puede consultarse en este enlace.

Fuente: lavozdeltrubia.es | 18 de mayo de 2018

Hallan arte tallado en Las Regueras (Asturias) de hace más de 13.000 años

El Museo Arqueológico de Asturias acogió ayer la presentación de dos nuevos hallazgos encontrados en 2016 por Miguel Ángel de Blas y Carlos Briansó en la cueva de La Paloma en Soto de Las Regueras (Asturias).

Se trata de dos piezas de arte mueble magdaleniense, un tallo y una punta de asta de cérvidos, en las cuales se observan las figuras grabadas con un buril de tres renos, una cabra y otro cérvido, además de otros signos de una perfección extraordinaria.

En el caso del grabado de renos están muy marcados el pelaje, el ojo y la papada, son dos machos dándose la espalda. En el caso del grabado de la cabra hispánica figura una cuerna de doble curvatura, lo que fue fundamental para identificarla y en el trozo de punta de asta representa una hembra en celo, con astas pequeñas.

Motivos faunísticos (renos) grabados en la cara a del asta.
Protomos de animales (cabra y reno hembra) grabados en la cara b del asta.
Se dató con el sistema AMS, un acelerador de partículas en la Universidad de Upsala (Suecia) al que suele acudir el arqueólogo y profesor, Miguel Ángel de Blas. Para la extracción de la muestra para el análisis sin dañar la pieza se recurrió al conocido joyero ovetense, Pedro Álvarez. La datación de la pieza es entre 13670 y 13260 a. C. Se puede datar según su análisis en la época magdaleniense superior, lo que viene a corroborar la presencia de renos (rangifer tarandus) en la cordillera cantábrica ya que el clima de la época lo hacía posible.

Tres perspectivas de las superficies decoradas del asta de ciervo.

La Cueva de La Paloma fue investigada por primera vez en 1914 y 1915 por J. Cabré y Hernández Pacheco y en esa época ya se constató la importancia del yacimiento. El arqueólogo Miguel Ángel de Blas, uno de los arqueólogos que presentaron ayer el hallazgo, participó en Las Regueras, en la excavación de los túmulos de Piedrafita en Soto y fue discípulo del profesor y etnógrafo e investigador reguerano, José Manuel González.

Toda la información sobre el hallazgo de la cueva se encuentra en este enlace.

Fuente: lavozdeltrubia.es | 18 de mayo de 2018

Hallan evidencias de que la Puna (Catamarca, Argentina) estuvo habitada hace 40.000 años

En Antofagasta de la Sierra, en Catamarca (Argentina), arqueólogos encontraron restos que probarían que el sector puneño que comparte la vecina provincia con Salta estaba habitado por personas hace 40.000 años. El hallazgo, si se termina por corroborar la fecha mediante diferentes pruebas de datación que se están efectuando, echaría por tierra la teoría académica de que el continente americano empezó a ser ocupado por humanos hace alrededor de 15.000 años desde Asia.

"Tuve suerte, encontramos una aguja en un pajar", dijo a El Tribuno Carlos Aschero (izquierda), el reconocido arqueólogo que dirige la investigación en el sitio Cacao 1A, que es la cueva donde se descubrieron los elementos prehistóricos que pueden marcar un antes y un después en el mundo científico.

La cueva, que también tiene pinturas rupestres y restos culturales de otros períodos, se encuentra a 4 kilómetros del límite del departamento salteño Los Andes. Todo ese sector fue el hábitat, hace 40.000 años, de los cazadores y recolectores cuya existencia ahora se ha empezado a descubrir.

Aschero es investigador del Instituto Superior de Estudios Sociales (ISES) de doble dependencia Conicet-Universidad Nacional de Tucumán (UNT). Nacido en Buenos Aires y radicado en Tucumán, hace 50 años, ejerce la Arqueología y es considerado una eminencia en ese ámbito.

En el sitio se encontraron dos mechones de pelo humano que pueden ser la punta del ovillo de estudios genéticos que podrían abrir la puerta a descubrimientos inconmensurables sobre los orígenes de los pueblos americanos. Se inventariaron, además, herramientas de piedra tallada utilizadas para corte y raspado, unos pendientes de cobre y excremento y fragmentos de huesos de animales que formaron parte de megafauna ya extinta.

La datación de los restos se efectuó en laboratorios de Estados Unidos mediante métodos que utilizan el elemento orgánico carbono 14. Aschero, según explicó, espera que en las próximas semanas le lleguen los resultados de otros cuatro estudios de datación que también se hicieron en el país norteamericano para confirmar los primeros que se hicieron. Dijo, además, que remitirá a la universidad inglesa de Oxford unas muestras para tener más pruebas de lo que apareció en la cueva Cacao.


Origen

La teoría más aceptada es que los primeros pobladores de América llegaron al continente mediante un puente que se formó entre la parte oriental de Siberia y el extremo norte de Alaska al bajar el nivel del mar en el estrecho de Bering debido a la última glaciación. Cuando volvió a calentarse la tierra ese paso, el puente de Beringia, desapareció. Todo ese proceso se produjo, aproximadamente, hace 25.000 años hasta hace 10.000 años. Las pruebas arqueológicas muestran que, efectivamente, en ese período se produjeron migraciones de personas desde Asia.

La incógnita que surge, entonces, es por qué aparecen evidencias de actividad humana hace 40.000 años en la Puna catamarqueña.

"En el norte de Brasil hay tres sitios que también rondan los 40.000 años de antigüedad y el que encontramos sería el cuarto con fechas similares que estarían pasando totalmente la marca de los 15.000 años que se había sostenido hasta ahora como el poblamiento del continente", dijo Aschero, y se preguntó: "¿Qué pasa con ese espacio de tiempo en el que aún no hay datos arqueológicos?".



Las incógnitas que se abren con el descubrimiento

La importancia del descubrimiento arqueológico que se hizo en Antofagasta de la Sierra radica en todas las preguntas que surgen, tanto por la antigüedad insólita del sitio como por los restos de cabello que se encontraron, que también corresponderían a una persona que estuvo en ese lugar hace 40.000 años. Las respuestas que vaya dando la ciencia a esas incógnitas serán, sin duda, fundamentales para reconfigurar las teorías sobre cómo se pobló América.

Jorge Martínez (izquierda) es doctor en arqueología de la Universidad Nacional de Tucumán e investigador del Instituto Superior de Estudios Sociales. Participa en la investigación de la cueva Cacao, donde se encontró el material prehistórico.

Explicó a El Tribuno que los restos de cabello brindan la posibilidad de conocer desde la paleogenética, a partir de análisis de ADN, cuál es la vinculación del individuo con los grupos que ingresaron por el Estrecho de Bering desde Asia.

“Toda nuestra herencia genética se transmite, obviamente, de padres a hijos, y así sucesivamente a lo largo del tiempo. Todos tenemos una especie de firma genética que para el caso de los grupos originarios de toda América se subdividen en cuatro grandes grupos genéticos o linajes, que se repartieron por todo el continente. Obviamente que hubo entrecruzamiento, pero esa carga genética se mantiene”, dijo el especialista.

Señaló que si se rescata material genético de los cabellos, se podrá establecer a cuáles de esos cuatro grupos pertenecía el cazador recolector que dejó su testimonio orgánico en la Puna norteña hace miles de años.

“Puede corresponder o, quién sabe, quizás puede dar algo distinto. Así como no estaba en los planes dar con algo tan antiguo es todo un misterio qué es lo que pueda surgir del análisis del cabello”, señaló Martínez.


Exploradores

El grupo que pasó por la cueva Cacao hace 40.000 años subsistía de la caza de, por ejemplo, caballos, que antes de extinguirse formaban parte de la megafauna de esta zona. Fueron, además, recolectores.
“Eran pequeños grupos altamente móviles, que iban explorando y anexando territorios obviamente bajo un modelo de caza y de recolección”, detalló el arqueólogo.

Es factible, según aclaró el especialista, que también podrían haber estado en otra región, como las Yungas, por ejemplo, pero en esa geografía su paso no podría haber quedado resguardado como sí ocurrió en la aridez de la Puna.

Fuente: eltribuno.com | 18 de mayo de 2018

El Museo Arqueológico de Murcia se adentra en el Cañón de Almadenes con la exposición 'Más que cuevas'

El Museo Arqueológico de Murcia (MAM) acoge la inauguración de la exposición 'Más que cuevas. Arte rupestre y arqueología en el cañón de Almadenes (Cieza, Murcia)', organizada por la Consejería de Turismo y Cultura con la colaboración de la Universidad de Murcia.

La muestra, que han presentado el director general de Bienes Culturales, Juan Antonio Lorca, y los comisarios Joaquín Lomba e Ignacio Martín Lerma, reúne un centenar de piezas que invitan a adentrarse en este paisaje.

Almadenes, según ha recordado Lorca, "alberga una inusual concentración de arte rupestre postpaleolítico, con casi una veintena de cavidades con arte levantino y esquemático, y donde se pueden encontrar las tres únicas muestras de arte paleolítico regional, en el que ahonda esta muestra con el fin de mejorar su conocimiento".

El MAM exhibe numeroso material hallado en las excavaciones de la Cueva del Arco, La Serreta y El Pozo (Calasparra), además de paneles explicativos, maquetas y fotografías.
Así, se encuentra una gran maqueta del cañón, una fotografía a tamaño real de los más de seis metros de arte rupestre del panel principal de La Serreta con los últimos hallazgos y la reconstrucción de un hogar paleolítico inspirado en el localizado en la Cueva del Arco, datado en más de 30.000 años.


La exposición se inaugura coincidiendo con las actividades organizadas esta semana para celebrar el 'Día y la Noche de los Museos', y, como ha explicado el responsable de Bienes Culturales, "resume los resultados de los tres años de trabajo que siguieron al incendio ocurrido en 2015 y que afortunadamente no afectó al rico patrimonio arqueológico".
Al respecto, Lorca ha apuntado que "se trata de unos trabajos de investigación que, como ocurre también en otros muchos yacimientos, nos ayudan a dar forma al pasado de nuestra Región y, en definitiva, saber quiénes somos".
Ha añadido que "desde el Gobierno regional apoyamos su difusión, ya que tanto el patrimonio arqueológico como el histórico y el artístico contribuyen de forma notable a incrementar el atractivo turístico y cultural de los municipios".



NUEVOS HALLAZGOS

En los últimos tres años, y gracias a la implicación de las administraciones, de la Universidad de Murcia y del pueblo de Cieza, los investigadores han descendido a diferentes cavidades con el objetivo de descubrir nuevas pinturas, se ha actualizado la información sobre el arte paleolítico mediante la aplicación de nuevas tecnologías y se ha iniciado la excavación de la Cueva del Arco. Asimismo, se han organizado visitas durante los trabajos de campo y varias conferencias.
Lorca ha avanzado que "fruto de este intenso trabajo, se han localizado más cuevas y nuevas figuras de arte rupestre en las ya conocidas, y se han detectado niveles de ocupación neandertal en la Cueva del Arco, unos hallazgos que se dan a conocer al público con esta muestra".


Ignacio Martín-Lerma, delante de la cavidad principal de la Cueva del Arco, en el entorno del Cañón de Almadenes de Cieza (Región de Murcia).

Todo ello hace a los investigadores fijarse como objetivos la publicación de la monografía con los calcos nuevos de las pinturas paleolíticas y postpaleolíticas y continuar la excavación de los niveles paleolíticos de la cueva.

La Cueva del Arco es un espacio ocupado desde hace 30.000 años hasta el Neolítico antiguo y en él se ha identificado la presencia neandertal a través de materiales y restos de hogares.
De este modo, "se ha convertido en un nuevo e importante punto en el mapa del conocimiento del Paleolítico de nuestra Región", ha afirmado Lorca, quien ha recordado que "Murcia, con más de un centenar de cuevas y abrigos con arte rupestre, es una de las comunidades que forman parte de la zona denominada Arte Rupestre del Arco Mediterráneo de la Península Ibérica (Arampi), declarado Patrimonio de la Humanidad en 1998".

A través de la muestra "la gente no solo ve arte y arqueología, puede respirar el Cañón de Almadenes", han enfatizado los comisarios Joaquín Lomba e Ignacio Martín Lerma, que, a su vez, han resaltado la "singularidad" del yacimiento de la Cueva del Arco, que posee arte Paleolítico, "muy extraño de encontrar a nivel de nacional y único a nivel regional".

'Más que cuevas' se podrá visitar hasta el 30 de septiembre de martes a viernes, de 10.00 a 14.00 y de 17.00 a 20.00 horas; los sábados, de 11.00 a 14.00 y de 17.00 a 20.00 horas, y los domingos, de 10.00 a 14:00 horas. Más información en www.museosregiondemurcia.es.

Fuente: lavanguardia.com| 17 de mayo de 2018

El frío impulsó los grandes cambios de la humanidad, según un investigador

A lo largo de 3.500 millones de años de vida en la Tierra el clima ha sido el factor que ha determinado la evolución humana, la cultural y los grandes acontecimientos de la historia, según el investigador José Enrique Campillo (izquierda), quien explica que, por ejemplo, el enfriamiento agudizó el ingenio de los humanos.

Campillo acaba de publicar el libro "Homo Climaticus" (editorial Crítica), en el que en sus casi 400 páginas emprende un viaje desde el Big Bang hasta la actualidad para explicar cómo "el clima nos hizo humanos".
Aunque la oscilación entre glaciaciones y calentamientos globales llevaron la vida al borde de la extinción en varias ocasiones, también "permitió el desarrollo de la solución más versátil y eficaz para la supervivencia: el cerebro".

Y es que, según este escritor, "el clima creó el cerebro humano, que es un producto del frío, y es la herramienta que nos ha permitido superar la mayor parte de las adversidades climatológicas".
De hecho, concreta en una entrevista con Efe, es el enfriamiento del planeta el que "agudiza el ingenio humano" y propicia los cambios, tanto biológicos como culturales.

Incluso los grandes acontecimientos históricos estuvieron determinados por el clima de su tiempo, siendo este "el único enemigo al que Roma no fue capaz de hacer frente", detalla Campillo (Cáceres, 1948), premio nacional de Investigación de la Sociedad Española de Diabetes en 1989.
El imperio romano, que alcanzó su auge durante una etapa de calentamiento global "superior al actual", comenzó su declive cuando el frío trajo consigo sequía y hambre y propició que las tribus bárbaras descendiesen hasta conquistar la península itálica.

Los puentes y defensas romanas no fueron un impedimento, puesto que la congelación de los ríos permitió que "los hombres del norte" los cruzasen con más facilidad.

Los enfriamientos periódicos impulsaron grandes cambios en la humanidad: en el escenario de la "pequeña edad de hielo" se incubó y desarrolló la llamada Revolución científica, que contribuyó a la transformación de la cultura y el pensamiento europeo (siglos XVI y XVII).
En cuanto a la Revolución francesa, Campillo explica en su libro que entre 1783 y 1784 se produjo una erupción en el volcán islandés Laki, que liberó grandes cantidades de cenizas y gases tóxicos que viajaron hasta Europa sobre el Atlántico "envenenando el aire y aumentando el desastre agrícola y ganadero" que se venía padeciendo por el frío.

"La mezcla de las bajas temperaturas, la hambruna, el caos civil y la ilustración filosófica cuajó en las revoluciones".

A pesar del calentamiento que está experimentando el planeta hoy en día, y "frente al alarmismo actual, el hombre ha sobrevivido a cambios climáticos más severos", defiende Campillo.
"Hay que entenderlo como un fenómeno natural que está siendo influenciado de forma significativa por los humanos, algo que no había sucedido en toda la historia del planeta", asevera.
Diversos científicos y estudios aseguran que "estamos entrando en una nueva etapa, denominada Antropoceno", que indica que gran parte de los cambios del planeta son de origen humano.
Las consecuencias de la intervención del hombre "son imprevisibles" y "solo podemos estar seguros de que el futuro pertenece a las bacterias porque cuando nosotros, que estamos condenados a desaparecer, lo hagamos, solo quedarán ellas", concluye.

Fuente: cope.es | 16 de mayo de 2018

-----------------------------------------------------------------------------------------------------------


José Enrique Campillo, con su libro 'Homo climáticus'. :: J. V. Arnelas

«Somos hijos del frío y del hambre, no estamos diseñados para la opulencia»

José Enrique Campillo Álvarez (Cáceres, 1948) se ha convertido ya en una voz autorizada para abordar las teorías evolucionistas. Médico y catedrático de Fisiología en la Universidad de Extremadura lleva años tratando el tema con el respaldo de los lectores. Tras 'La cadera de Eva' y 'Mono obeso', da un paso más y ahora trata en 'Homo climaticus' cómo el clima ha influido en la historia y en la evolución.

–¿Cómo llega al 'Homo climaticus'?
–Llevo bastante tiempo relacionando la evolución con la salud. Investigando para otros libros me di cuenta que muchos de los grandes acontecimientos a lo largo de la evolución estaban influidos por el clima. Recopilando información llegué a la conclusión de que esta influencia iba más allá. Toda la historia de la vida en el planeta está determinada por el clima. Me embarqué en esta aventura que me ha costado cinco o seis años investigando.

–¿A qué se debe esa influencia?
–Partimos de una base. Todos los seres vivos, desde una bacteria al propio humano, solo tienen cuatro habilidades: nutrirnos, reproducirnos, agruparnos y defendernos de los peligros. Para hacer todo eso necesitamos energía, que nos llega a través del clima.

–¿En qué fenómenos climáticos notamos los cambios?
–En las glaciaciones, por ejemplo. En la historia de la vida ha habido glaciaciones tremendas. Las que llaman bola de nieve, toda la tierra se cubrió de dos kilómetros de hielo. Se extinguieron más del 90% de las especies. También ha habido calentamientos. El último fenómeno importante fue hace 65 millones de años. Por meteoritos y volcanes vino la desaparición de los dinosaurios. Lo más importante es que a partir de ahí, la tierra no hizo más que enfriarse hasta la glaciación.

–¿Después de los dinosaurios vinieron los primeros homínidos?
–En medio de una glaciación de millones de años apareció la especie humana. Somos hijos del frío. Nuestro cerebro es fruto del frío. La especie humana no se ha extinguido porque el cerebro le ha permitido adaptarse. Si tiene frío caza a un animal y coge su piel para abrigarse. Somos la única especie capaz de colonizar todos los hábitat. Los polos, la selva, las alturas o los desiertos. No hay ningún animal capaz de vivir en tantos entornos.

–¿Cuándo termina la glaciación en la que aparecen los homínidos?
–Hace doce mil años termina esa glaciación y desde entonces, todo ha sido calentarse. De ahí viene, por ejemplo, el diluvio universal. Fue hace ocho mil años. Con el calentamiento hubo deshielo, subió el nivel del mar de forma brusca. Lo que se conoce como diluvio fue en realidad una inundación en la zona del Mar Negro. Diversos enfrentamientos y calentamientos dieron origen a situaciones históricas.

–¿Por ejemplo?
–Si revisamos nuestra era, a partir del nacimiento de Cristo, encontramos varios casos muy claros. Desde 1.300 hasta 1.800 hubo un enfriamiento grande que se llamó la pequeña edad de hielo. Tuvo un pico hacia el año 1.700. Media Europa se moría de hambre. Fue el sustrato para la Revolución Francesa. Los nobles estaban en sus castillos atiborrándose de comida y bien resguardados del frío mientras el resto de gente apenas tenía para comer. Con un calentamiento global, posiblemente, no se habría desencadenado la Revolución Francesa.

–¿Con el calor hay más estabilidad?
–Un ejemplo claro es el Imperio Romano. El apogeo, sobre el año 100, coincide con un periodo cálido. Hay buenas cosechas, alimentos abundantes... El declive coincide con el enfriamiento. Las tribus del norte, muertas del frío, bajaron al sur de Europa. Invadieron la península italiana y fue el saqueo de Roma. Todos los acontecimientos climáticos influyeron en la historia en nuestra evolución. La peste negra –entre 1.300 y 1.400– coincidió con otro pico de frío.

–¿Y en estos momentos, en qué situación estamos?
–El aumento de temperatura que hay hoy día no llama la atención. Viene ocurriendo desde hace ochocientos mil años. El inconveniente es que los valores de CO2 nunca han pasado de los 300 partes por millón. Nunca jamás. Ahora estamos en más de cuatrocientos. El calentamiento va en los patrones que conocemos, pero se ha disparado la emisión de gases invernadero. Entramos en lo que se llama el fenómeno antropogénico. La influencia del hombre sobre el propio clima.

–En todo este repaso de clima e historia, ¿qué ha sido lo más sorprendente?
–He llegado a la conclusión de que nosotros, como especie, somos hijos del hambre y del frío. No estamos preparados para la opulencia. Hace cincuenta mil años, en plena glaciación, no había verano. En esas condiciones de enorme dificultad, la evolución jugó su papel. Somos la especie más fuerte. Ya estamos en siete mil millones de habitantes. Lo tenemos invadido todo y como no nos pongan cota, nos vamos a cargar al resto de especies.

–Pues ahora somos una especie casi obesa.
–El problema es que estamos diseñados para sobrevivir al hambre. Pero en la sociedad moderna opulenta y sedentaria comemos todos los días cantidades tremendas sin mover un músculo. Hacemos un uso inadecuado de nuestro diseño y nos produce la enfermedad. Es la ley de la naturaleza. Todos los seres vivos necesitan moverse y gastar energía para comer. Nosotros no. Vamos contra la naturaleza. Por eso necesitamos salir a correr a las siete de la tarde.

Fuente: hoy.es | 17 de mayo de 2018

Descubren lo que podría ser la versión más antigua de nuestro alfabeto

Foto: Un lado de un óstracon, de 3.400 años de antigüedad, podría mostrar un precursor antiguo de nuestra secuencia del alfabeto.


El primer ejemplo de nuestro alfabeto, una posible frase mnemotécnica que ayudó a alguien a recordar "ABCD", ha sido descubierto inscrito en una pieza de piedra caliza (ostracon) hace 3.400 años procedente del antiguo Egipto, según cree un erudito.
Tres de las palabras comienzan con el equivalente antiguo de B, C y D, creando lo que puede ser una frase mnemotécnica.

Thomas Schneider (izquierda), profesor de Egiptología y Estudios del Cercano Oriente en la Universidad de Columbia Británica, informó sobre descubrimiento en un artículo publicado recientemente en el Boletín de las Escuelas Americanas de Investigación Oriental. "Este hallazgo sería la primera certificación histórica de 'nuestra' secuencia del alfabeto", dijo a Live Science en un correo electrónico.
Los especialistas de hoy en día a veces llaman al antepasado primitivo de nuestra secuencia del alfabeto ABCD la secuencia "abgad", porque esta frase menciona algunas de las primeras letras de la versión temprana de nuestro alfabeto. Hasta este descubrimiento, el ejemplo más antiguo de esta secuencia databa de hace unos 3.200 años, escribió Schneider en su artículo.

El alfabeto que usamos en la actualidad se deriva del utilizado por los fenicios, una civilización que floreció hace aproximadamente entre 3.500 y 2.300 años en el Mediterráneo oriental. Ellos empleaban lo que los expertos llaman una lengua semítica, un término que se refiere a una rama de lenguas que remonta sus orígenes al Medio Oriente, cada una compartiendo algunas palabras similares. El precursor temprano de nuestro alfabeto estaba escrito en lenguas semíticas. Sin embargo, pocos textos escritos en lenguas semíticas datan de hace 3.400 años o más.

¿Primeros ABCDs?

Un equipo de arqueólogos del Cambridge Theban Tombs Project, dirigido por Nigel Strudwick (derecha), descubrió el óstracon en 1995 en una tumba que perteneció a un oficial egipcio llamado Sennefer, y recientemente Schneider la estudió y descifró. Mientras que el texto está escrito en hierático -una forma de escritura jeroglífica egipcia- "todas las palabras parecen ser de origen lingüístico extranjero y son en su mayoría semíticas", escribió Schneider en su artículo.

Un lado de la pieza de piedra caliza contiene una serie de símbolos jeroglíficos egipcios que representan las palabras "bibiya-ta" (una palabra que puede significar "caracol de tierra"), "garu" (una palabra que puede significar "paloma") y "da'at" (una palabra que puede significar 'milano'), anota Schneider en su artículo. Hace más de 3.000 años, la "g" habría representado el sonido que "c" tiene hoy en día, precisa Schneider a Live Science. Esto significa que la primera letra de cada una de estas palabras es el equivalente antiguo de "BCD".

Hay símbolos frente a estas tres palabras que son más difíciles de interpretar, pero se podrían deletrear como "elta'at" (una palabra que puede significar "geco" o "lagarto"). Y es posible que todos los signos juntos formaran la frase "y el lagarto y el caracol, y la paloma y el milano ...", escribe Schneider en su artículo, una frase que puede haber ayudado a la persona que escribió el texto a recordar el orden correcto del antiguo precursor del alfabeto de hoy en día.

Foto: la otra cara del óstracon. © Nigel Strudwick

Otra secuencia alfabética

El otro lado del óstracon también contiene una serie de palabras semíticas escritas en hierático. Los investigadores deletrean las palabras "hahāna lāwī ḥelpat mayyin leqab". Las primeras letras de las primeras cuatro palabras de esa serie -las letras "hlhm"- representan las primeras de otra secuencia alfabética antigua, una que nunca llegó a ser tan popular como el precursor antiguo de nuestro alfabeto.

Estas palabras forman una frase que significa, "hacer agradable al que dobla la caña y riega [según el Qab"]. El "qab" es una unidad de medida que equivale a aproximadamente 1,2 litros. Esta frase probablemente ayudó a la persona que escribió esta inscripción a recordar las primeras letras de esta secuencia alfabética, afirma Schneider.

Ben Haring (izquierda), un profesor de Egiptología en la Universidad de Leiden, fue el primero en reconocer la secuencia "hlhm" en este óstracon y publicó un artículo sobre el mismo en 2015 en el Journal of Near Eastern Studies.

¿Práctica del alfabeto semítico?

Quien escribió estas inscripciones hace 3.400 años puede haber estado tratando de recordar el comienzo de ambas secuencias alfabéticas. Sennefer fue un funcionario que se ocupó de los asuntos exteriores de Egipto y probablemente entendía las lenguas semíticas que se usaban en el Mediterráneo oriental.

Cuando se estaba construyendo la tumba de Sennefer, tal vez los escribas que ayudaron a construirla estaban tratando de aprender las lenguas semíticas, y uno de ellos escribió estas palabras como ejercicio de práctica, según sugiere Schneider.

Foto:© Nigel Strudwick 1997-2018

El artículo de Schneider fue publicado recientemente, como se dice más arriba, pero aún está por verse cómo los académicos reaccionarán ante sus conclusiones.

Haring, quien identificó la secuencia "hlhm", dijo que le agrada el trabajo de Schneider, pero que es cauteloso sobre la idea de que el otro lado del óstracon muestre evidencia del antiguo precursor de nuestra secuencia de alfabeto moderno. Un problema importante con la investigación de esta pieza es la falta de textos escritos en semítico que daten de hace 3.400 años. Esto significa que, cuando los expertos analizan las palabras, deben usar textos semíticos de periodos posteriores para entenderlas, aunque sus significados podrían haber sido diferentes hace 3.400 años, sostiene Haring.

Cuando Haring publicó su hallazgo "hlhm" en 2015, lo hizo como una sugerencia, pues incluso él no estaba convencido de su propio descubrimiento en ese momento. Él afirma que su hallazgo ha recibido con una amplia aceptación entre los expertos, pero queda por ver si la propuesta de Schneider recibirá la misma aceptación.

Fuente: livescience.com | 16 de mayo de 2018