La población infantil del enclave prehistórico de Valencina (Sevilla) no tenía privilegios de nacimiento

Uno de los dólmenes que se conservan en Valencina. / JUAN CARLOS VÁZQUEZ


La primera investigación promovida sobre la población no adulta del asentamiento que durante la Edad del Cobre habría poblado con mayor o menor periodicidad el entorno de Valencina de la Concepción y Castilleja de Guzmán (Sevilla) expone que, según los indicios, los individuos de esta antigua cultura no habrían gozado de "altos estatus sociales" por meras razones de nacimiento.

Así queda de manifiesto en el estudio titulado La población no adulta del asentamiento de la Edad del Cobre de Valencina de la Concepción: una aproximación demográfica, contextual y sociológica, un documento que firman los arqueólogos e investigadores Marta Cintas-Peña, Leonardo García Sanjuán, Marta Díaz-Zorita, Ana Mercedes Herrero Corral y Sonia Robles Carrasco.

Este trabajo, recogido por Europa Press, profundiza en el conocimiento del enclave de la Edad del Cobre localizado entre los términos municipales de Valencina de la Concepción y Castilleja de Guzmán, donde descansan los dólmenes de La Pastora, Matarrubilla, Ontiveros y de Montelirio, así como otros múltiples megalitos, tumbas y yacimientos relacionados con las comunidades calcolíticas de la zona.

Una investigación previa publicada en la revista Journal of World Prehistory señalaba que, con una extensión de unas 450 hectáreas, el asentamiento calcolítico de Valencina y Castilleja de Guzmán "es de lejos el mayor asentamiento de la Edad del Cobre en toda la Península Ibérica y posiblemente uno de los mayores de Europa occidental en la prehistoria tardía".

Nivel inferior (Fase I) de PP4-Montelirio Estructura 10.071 con tres inhumaciones individuales. Foto: José Peinado Cucarella

Este estudio, además, planteaba la tesis de que este enclave habría tenido una función ritual o ceremonial y no urbana. Según la investigación, el asentamiento calcolítico de Valencina habría sido "un lugar de reuniones, demostraciones competitivas y rituales, con cambiantes ocupaciones ocasionales o estacionales de la zona, más que una "densa ocupación permanente de carácter urbano".

En este contexto, la "aproximación demográfica, contextual y sociológica" a la población infantil y juvenil del asentamiento humano de Valencina y Castilleja de Guzmán "supone el primer acercamiento específico, en términos científicos, a la demografía, condiciones de vida y posiciones sociales de los niños y adolescentes de las comunidades calcolíticas de dicho entorno", según apunta el último estudio.

Para ello, la investigación se basa en restos óseos rescatados en las excavaciones arqueológicas acometidas en la zona y asociados a 39 individuos no adultos, es decir con edades comprendidas hasta los 17 años. Estos restos humanos, localizados en ocho sectores diferentes del antiguo asentamiento calcolítico de Valencina y Castilleja de Guzmán, se remontan a un periodo que abarca desde el año 3.200 a.C., en el caso de los huesos más antiguos, al 2.300 a.C. en el caso de los huesos de menos antigüedad.

A partir de un análisis de los restos óseos de estos 39 individuos infantiles o juveniles, los autores de esta investigación dan cuenta de diferencias entre las prácticas funerarias correspondientes a los adultos y las relativas a los sujetos no adultos. "Todos estos individuos infantiles o juveniles fueron enterrados "o en compañía de adultos o en estructuras donde también había adultos" sepultados, al mismo tiempo que en el entorno de Valencina y Castilleja de Guzmán "hay numerosos contextos en los que sólo hay adultos" enterrados, por el ejemplo el propio dolmen de Montelirio.

Los investigadores ponen de relieve que 30 de los 39 individuos infantiles o juveniles fueron enterrados en "contextos no megalíticos", es decir en "hoyos o cuevas artificiales", y sólo nueve de estos cadáveres fueron localizados dentro de construcciones megalíticas como tal. Por el contrario, en el caso de los restos óseos descubiertos en esta zona arqueológica y atribuidos a población adulta, "58 de los individuos fueron enterrados en estructuras megalíticas frente a 76 hallados en contextos no megalíticos", lo que arroja una clara diferencia proporcional entre los fallecidos de uno u otro sector demográfico enterrados en las preeminentes tumbas megalíticas.

Además, este estudio señala que ninguno de los individuos no adultos descubiertos en los enterramientos calcolíticos de Valencina y Castilleja de Guzmán tenían asociados artículos o efectos funerarios. "En algunos casos, podemos hablar de artículos mortuorios colectivos que podrían haber estado asociados a adultos y también a individuos no adultos, pero en Valencina no hay contextos (funerarios) en los que los cadáveres de sujetos no adultos presenten una clara relación con efectos mortuorios individualizados", expone el estudio, precisando que "sí hay claros ejemplos de individuos adultos correlacionados con ajuares fúnebres personales".
Los autores de esta investigación interpretan que los indicios sugieren la idea de que en las comunidades del asentamiento calcolítico de Valencina y Castilleja de Guzmán "no había individuos que disfrutasen de altos estatus sociales por nacimiento, como parece ser el caso en algunos colectivos de la Edad del Bronce Argárica".

Fuente: diariodesevilla.es | 26 de agosto de 2018

Descubren en Irak las primeras jarras de cerveza de la historia, con 3.500 años de antigüedad

Dos recipientes para beber y un cubo de loza excavados en Khani Masi (Irak). La nueva investigación muestra que hacia el 1400 a.C. el consumo de cerveza se había convertido en una experiencia individual al usar vasos y copas que variaban en tamaño, desde el equivalente moderno de un vaso pequeño de vino hasta un vaso de cerveza.

La cerveza era de consumo popular desde hace casi 3.500 años en Mesopotamia (Irak), reveló un nuevo estudio publicado en la Revista de Ciencia Arqueológica. El documento resalta evidencias que muestran que los habitantes de finales de la Edad del Bronce de Mesopotamia disfrutaban bebiendo cerveza de cebada, al igual que lo hacemos hoy.


La investigación fue realizada por un equipo internacional de arqueólogos, dirigido por la Dra. Claudia Glatz (izquierda), de la Universidad de Glasgow, y el profesor Jesse Casana, del Dartmouth College. Desde 2016, el equipo estuvo supervisando las excavaciones en Khani Masi, un sitio de la Edad de Bronce situado en el valle del río Alto Diyala, en el noreste de Irak, como parte del Proyecto Regional Sirwan (SRP).

La cerveza y Mesopotamia
Mientras inspeccionaban el área, los investigadores encontraron restos de numerosos recipientes de cerámica que datan de hace 3.500 años. El análisis de estos fragmentos, a su vez, reveló la presencia de compuestos químicos indicativos de una bebida fermentada a base de cebada.

Históricamente se tiene la hipótesis de que la cerveza probablemente se desarrolló de forma independiente en diferentes partes del mundo. De hecho, algunos creen que esta bebida alcohólica era, en realidad, el subproducto de la agricultura basada en cereales, y que la fermentación natural desempeñó un papel en la fase “accidental” de la elaboración de la misma.

Una vista aérea de Khani Masi

El comienzo de la fabricación de proto-cerveza posiblemente se remonta al período Neolítico temprano, alrededor del 9.500 a.C.
Sin embargo, los historiadores ahora creen que la receta estándar más antigua para elaborarla vino de la antigua Mesopotamia. Tal receta fue descubierta en una tablilla sumeria datada en el 1.800 a.C.: el Himno a Ninkasi (derecha). Según los investigadores, Ninkasi era el nombre de la antigua diosa tutelar sumeria de la cerveza o del alcohol. Tradicionalmente, se ha supuesto que la cerveza en Mesopotamia se consumía comunalmente a partir de grandes jarras utilizando pajitas largas y flexibles. La nueva investigación muestra que hacia el 1.400 a.C. el consumo de cerveza se había convertido en una experiencia individual al usar vasos y copas que variaban en tamaño, desde el equivalente moderno de un vaso pequeño de vino hasta un vaso de cerveza.

Excavaciones en curso en Khani Masi

En el nuevo estudio titulado “Revelando cervezas invisibles: un nuevo enfoque para la identifica..., los investigadores añadieron:
“Nuestros resultados analíticos también nos permiten, por primera vez y con confianza, atribuir una gama diversa de recipientes para beber cerveza, y , en consecuencia, rastrear una transformación significativa en las prácticas de su consumo en Mesopotamia".
"También nos proporcionan nuevos conocimientos sin precedentes sobre las relaciones culturales de Mesopotamia con el valle del Alto Diyala River, un corredor estratégico de comunicación entre Mesopotamia y los montes Zagros que formaron parte de las últimas Rutas de la Seda y que apenas hemos comenzado a explorar sistemáticamente".



Como parte de la investigación se desarrolló una nueva técnica analítica para identificar químicamente esta bebida alcohólica en los recipientes encontrados, afirmó la Dra. Jaime Toney (izquierda), también de la Universidad de Glasgow.

“Al utilizar la cromatografía de gases, pudimos detectar y medir un conjunto de compuestos fósiles concurrentes que son propios de la cerveza. Mostramos que este conjunto de compuestos fósiles coincide con los encontrados en la cerveza de cebada moderna, identificando por primera vez un método importante para revelar su presencia, incluso cuando no hay evidencia visible, como la misma cerveza”.

Fuentes: frontera.info | Mail Online | 16 de agosto de 2018

La clave contra enfermedades actuales está en la genética neandertal

Los hombres y mujeres actuales, a excepción de los africanos, llevan en sus genes restos del ADN de neandertales y denisovanos, dos especies humanas ya extinguidas hace 40.000 años pero con los que el Homo sapiens sapiens tuvo descendientes. Y eso es algo que nos ha venido de perlas en términos evolutivos pues, según subraya Svante Pääbo, último premio Princesa de Asturias de Investigación Científica y Técnica, "algunos genes (de ese ADN retenido) tienen que ver con el sistema inmune, presumiblemente ayudándonos a combatir las enfermedades infecciosas".
Pääbo encabeza, junto con Viviane Slon, el equipo del Instituto Max Planck que acaba de identificar los restos del primer fruto del sexo entre una mujer neandertal y un hombre denisovano. Se trata de un hallazgo extraordinario: el primer descendiente directo de la hibridación de dos especies humanas diferentes. El equipo de Pääbo analizó el ADN de un hueso de 1,5 centímetros hallado en la cueva de Denisova, un yacimiento en las montañas siberianas de Altai, cerca de la frontera entre Rusia y Mongolia. Los resultados del análisis revelaron que el hueso perteneció a una adolescente muerta con 13 años hace unos 90.000 años. Decidieron llamarla Denny.
Cada estudio que publica Pääbo -que utilizó los restos de neandertal de la cueva asturiana de Sidrón para secuenciar el genoma de esta especie humana- obliga a reescribir la historia de la evolución humana. Fue él quien en 2010 determinó que los restos hallados en el yacimiento de Denisova (donde también se recuperaron los fósiles de Denny) pertenecían a una nueva especie de homínido que comenzó a denominarse "denisovana". Del hallazgo de Denny no solo se extrae la constatación de la existencia de un híbrido de primera generación, también brotan muchos otros datos. Por ejemplo, siguiendo el rastro de los genes que heredó de su madre, se puede apuntar que los neandertales "no se quedaron en un solo lugar durante miles de años", sino que migraron entre Europa Occidental y oriental antes de que el Homo sapiens sapiens ganara la carrera de la evolución.

El rastro genético en el hombre actual de esas especies extinguidas juega un papel importante, sobre todo en nuestro sistema inmunitario. Los denisovanos, según explica Pääbo en la revista de innovación e investigación de la Comisión Europea, dejaron en nuestro ADN una huella "más impresionante" que los neandertales. Especialmente en los asiáticos actuales. El rastro denisovano en los indígenas de Papúa Nueva Guinea y Australia puede llegar al 5% de su ADN. El último premio Princesa de Asturias de Investigación Científica y Técnica, que recogerá el galardón en octubre en Oviedo, añade, por ejemplo, que son los genes heredados del hombre de Denisova los que han ayudado a los tibetanos actuales a adaptarse a la vida en zonas de gran altura y con poco oxígeno.

En cuanto a los neandertales, su rastro en el hombre actual oscila en entre el 1% y el 2% de nuestro ADN. Pääbo explica que "distintas personas llevan diferentes piezas del genoma del neandertal", de tal manera que en torno al 40-50 por ciento del genoma de esa especie está repartido en el hombre moderno. Los denisovanos aún son un misterio. Su especie se separó de los neandertales hace 400.000-500.000 años, pero convivió con los neandertales y como muestra Denny se reprodujeron entre ellos. Eso sí, esos encuentros sexuales entre especies no habrían sido habituales, opina Pääbo. Había una cierta frontera entre ellos. Tal y como declaró a Nature, Pääbo cree que "cualquier neandertal que viviera al oeste de los Urales nunca conocería a un denisovano en su vida".

Una nueva dimensión

El arqueólogo Marco de la Rasilla (derecha), coordinador de los estudios en el yacimiento neandertal de la cueva de Sidrón (Piloña, en Asturias), considera que el hallazgo por parte del equipo de Svante Pääbo de un híbrido de primera generación entre neandertales y denisovanos "dará una dimensión nueva de cómo se organizaban los grupos (de homínidos). Por ejemplo, habla de la posibilidad de que tuvieran contactos esporádicos".

Svante Pääbo entró en contacto con los restos recuperados del yacimiento piloñés en 2007, cuando los investigadores asturianos presentaron una decena de fósiles en el Museo Nacional de Ciencias Naturales para incorporarlos al proyecto Genoma neandertal. El objetivo era que el análisis de esos restos contribuyera a la secuenciación de todos los genes que componían el ADN de la especie de homínido extinguida hace 40.000 años. Desde entonces, cada avance publicado por este investigador sueco, un auténtico entusiasta de su trabajo, ha aportado más y más luz a la historia de la evolución humana. La última, el descubrimiento de Denny, la hija adolescente de una neandertal y un denisovano.

"Gracias a estos hallazgos -explica Marco de la Rasilla- la información sobre el comportamiento de estos grupos (de homínidos) es cada día más afinada", concluye.

Fuente: laopinioncoruna.es | 25 de agosto de 2018

El sexo entre especies y los secretos de Denny, la primera híbrida

Los humanos tenemos una sensibilidad especial para distinguirnos de los otros. El neurólogo argentino Facundo Manes (izquierda) cuenta cómo comprobó esta tendencia en un experimento con chilenos mapuches y no mapuches. “Les colocamos electrodos y les mostramos fotos de ambos grupos sociales. En cuestión de milisegundos el cerebro se da cuenta de si la foto pertenece a su etnia o no, y si pertenece lo asocia con algo positivo y, si no, con algo negativo”, explica.

Las pequeñas diferencias entre los individuos de nuestra especie han servido para negar la humanidad a grupos casi idénticos en multitud de ocasiones y no cuesta imaginar el recelo mutuo que debieron sentir las poblaciones humanas de hace más de 30.000 años, cuando los Homo sapiens aún tenían que compartir la Tierra. “Los denisovanos y los neandertales eran bastante distintos genéticamente. Como comparación, un denisovano y un neandertal eran más distintos entre ellos que dos personas cualquiera que vivan hoy, sin importar de dónde sean”, explica Viviane Slon (derecha).

La secuenciación del genoma de especies extintas ha mostrado que algunos de sus miembros superaron ese recelo inicial, copularon y tuvieron descendencia. En la actualidad, todas las poblaciones humanas, salvo los subsaharianos, tienen al menos un 2% de ADN neandertal, y los estudiosos del material genético antiguo han observado que, pese al escaso número de individuos del Pleistoceno cuyo genoma se ha secuenciado, los vestigios de cruces entre diferentes especies aparece en los análisis con una frecuencia inesperada.


Hace tres años, un equipo del Instituto de Antropología Evolutiva de Leipzig (Alemania) liderado por Svante Pääbo, el padre de la revolución del ADN antiguo, secuenció el genoma de un humano moderno encontrado en Rumanía a partir de una mandíbula fósil (Oase 1, derecha). Solo había que remontarse cuatro generaciones para encontrar un ancestro neandertal en el árbol genealógico de aquel hombre. El hallazgo parecía improbable, pero esta semana se anunció un descubrimiento que hasta ahora se habría considerado imposible. Slon, Pääbo y varios miembros más del dream team de la paleogenómica de Leipzig habían encontrado al primer caso de descendiente directa entre dos grupos humanos distintos. Denny, como han llamado a la joven de 13 años encontrada en la cueva siberiana de Denisova, tenía una madre neandertal y un padre denisovano.

“Estos estudios nos dicen que la mezcla entre estos grupos sería frecuente cuando se encontraban, aunque no se encontrarían mucho, porque eran pequeños y estaban separados por grandes distancias”, afirma Sergi Castellano (izquierda), un investigador del University College de Londres que cuando trabajaba en Leipzig demostró que neandertales y humanos procrearon durante decenas de miles de años. Más difícil de saber a partir de los análisis genéticos es la naturaleza de aquellos encuentros, si se trataría de un sexo más o menos consensuado, si después Denny fue criada también por su padre o si la tribu la aceptó como una más.

La adolescente de Denisova fue un pequeño milagro. Las especies de sus padres se habían comenzado a separar hace 390.000 años y desde entonces su compatibilidad reproductiva no había dejado de descender. Este fenómeno se ha observado en los cruces entre neandertales y Homo sapiens. “Existen algunos estudios genéticos que apuntan a que la hibridación habría afectado negativamente a la fertilidad neandertal. Las madres 'Homo sapiens' que engendraban fetos masculinos habrían desarrollado un tipo de histocompatiblidad hacia el cromosoma Y del neandertal que, en muchos casos acabarían con abortos naturales”, añade María Martinón-Torres (derecha), directora del Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana (CENIEH) en Burgos.

Una vez nacida, también es posible que su carácter mestizo le complicase la vida. “Existen estudios, como los de Rebecca Ackerman, sobre híbridos de primera y segunda generación de monos babuinos, que demuestran que en los híbridos se producen un número muy alto de anomalías poco frecuentes en las poblaciones originales, y que son sin duda reflejo de alteraciones del desarrollo”, indica Martinón-Torres. “En estos híbridos existe un número significativamente mayor de patologías dentales bilaterales y asimetrías craneales, por ejemplo. Además, los híbridos suelen ser mucho mayores o mucho más pequeños que las especies parentales, lo que es evidencia de una modificación de los procesos de desarrollo normales”, continúa. “Podemos decir que aunque la pieza encaja, el encaje no es biológicamente perfecto”, concluye.

La directora del CENIEH apunta además a otro misterio en torno a aquellos humanos con padres de especies distintas. “Sabemos poco sobre cómo reconocer a un híbrido en el registro fósil. Tenemos siempre la idea de que tiene que tener un poco de su padre y de su madre o una morfología intermedia entre ambos. Sin embargo, estos estudios sobre híbridos de babuinos de Ackerman apuntan a que muchas veces no se parecen ni a su padre ni a su madre, sino que se producen novedades morfológicas”.

La propia Martinón-Torres, en un artículo publicado en Current Anthropology que aborda la cuestión de los denisovanos como híbridos, propuso que en la búsqueda de más individuos de esta especie se traten de identificar anomalías, como cambios de tamaño significativos, asimetrías o patologías dentales. En este sentido, recuerda que, si se compara con los de los neandertales, “los dientes hallados en Denisova son gigantes” (izquierda).

Es muy probable que Denny fuese una niña especial para su grupo, pero de ella solo se conserva un pequeño fragmento de hueso y su genoma no nos dice si era mayor o menor que un neandertal o un denisovano normal o si tenía un cráneo asimétrico. Para completar estos huecos del rompecabezas, los cazadores de denisovanos llevan años peinando amplias regiones de Asia en busca de nuevos yacimientos en los que comenzar a reconstruir a esta especie que solo conocemos por su ADN. Cuando se encuentren, la experiencia dice que también se hallarán los rastros del sexo entre especies y se podrá saber más sobre cómo se relacionaban entre ellas e incluso tratar de reconstruir cómo fue el final del resto de especies humanas con las que ya no podemos copular.

Fuente: elpais.com | 25 de agosto de 2018

Los egipcios comenzaron a momificar a sus difuntos mucho antes de lo que se pensaba

Momia de Turín S. 293 (RCGE 16550). Vista dorsal (Museo Egipcio, Turín).

La comunidad científica mantenía desde hace años que las momias prehistóricas egipcias se crearon por azar, pero cada vez son más los datos que apuntan a que se intervino en su conservación.
Una investigación nueva publicada en «Journal of Archaeological Science» muestra que los antiguos egipcios embalsamaban a sus difuntos 1.500 años antes de lo que se calculaba hasta ahora. El descubrimiento se ha logrado gracias a una de las momias intactas más antiguas del mundo.

La primera técnica de embalsamamiento egipcia

La momia en cuestión está datada entre el 3.700 y el 3.500 a.C., se conserva en el Museo Egipcio de Turín (Italia) y nunca se había sometido a ningún tratamiento de conservación. Estas cualidades ofrecieron al equipo científico, dirigido por las universidades de York y Macquarie, en el Reino Unido y Australia respectivamente, una oportunidad sin igual para analizar la momia con precisión.
Las pruebas químicas forenses mostraron una práctica de embalsamamiento que apunta a que la momia de Turín no lo es por accidente. El equipo descubrió la fórmula de embalsamamiento original utilizada en el antiguo Egipto para conservar cadáveres y protegerlos de la descomposición.

Esta es la primera vez que se obtienen pruebas irrefutables de embalsamamiento de una momia prehistórica egipcia intacta. Los resultados ofrecen además indicios inéditos de que la fórmula se utilizó en una zona geográfica amplia. En su formulación se incluyeron agentes antibacterianos en cantidades similares a las empleadas por los embalsamadores egipcios en su apogeo unos 2.500 años más tarde.

Según declaró el doctor Stephen Buckley (izquierda), de la Universidad de York y coautor del estudio, a la BBC: «La momia encarna literalmente el embalsamamiento, el cual fue fundamental para la momificación egipcia durante 4.000 años. Hasta ahora, no contábamos con una momia prehistórica que mostrase de una manera tan perfecta por medios químicos los orígenes de lo que después se convertiría en el proceso de momificación icónico que todos conocemos».
El trabajo en la momia ofreció datos adicionales como que el ritual de momificación se ejecutó alrededor del 3.600 a. C. en un hombre que murió con entre 20 y 30 años.

El proceso de momificación egipcio al descubierto

En declaraciones al Daily Mail, la doctora Jana Jones (derecha), egiptóloga y experta sobre prácticas de enterramiento egipcias antiguas de la Universidad Macquarie, indicó lo siguiente: «El descubrimiento es una contribución fundamental al limitado conocimiento que se posee sobre el período prehistórico y ofrece información nueva y vital sobre esta momia en concreto».

En palabras del profesor Tom Higham (izquierda), vicedirector del Oxford Radiocarbon Accelerator Unit (Reino Unido): «Existen muy pocas momias de este tipo “natural” que puedan analizarse. Nuestra datación mediante carbono-14 la sitúa en la primera cultura Naqada de la prehistoria egipcia, antes del período faraónico clásico, y estacronología tan temprana nos ofrece una información sin par sobre el tratamiento funerario antes del auge del Estado».

Subrayó además la importancia del estudio en el que participó: «Los resultados alteran en gran medida los conocimientos vigentes sobre el desarrollo de la momificación y el empleo de agentes embalsamadores y demuestran la capacidad de la ciencia interdisciplinaria para conocer el pasado».

La receta básica para momificar era la siguiente:
  • Aceite vegetal, posiblemente aceite de sésamo
  • Extracto de plantas o raíces "tipo bálsamo" que podría provenir de una especie de junco (Scirpus holoschoenus)
  • Goma vegetal, un azúcar natural que podría haber sido extraído del árbol de acacia
  • Crucialmente, resina de alguna conífera, probablemente resina de pino
Al mezclarse con el aceite, la resina le otorgaba propiedades antibacterianas, que impedían la descomposición del cuerpo.

¿Cómo dieron con la fórmula?

El científico de la Universidad de York comenzó a buscar la receta de la momificación hace varios años, cuando analizó con sus colegas sustancias químicas presentes en textiles usados para envolver momias.

El nuevo estudio se centró en sustancias presentes en las vendas con las que se envolvió el cuerpo. Derechos de autor de la imagen STEPHEN BUCKLEY UNIVERSITY OF YORK

Los textiles se encuentran en la colección egipcia del Museo Bolton, en la localidad del mismo nombre en el norte de Inglaterra. Los tejidos datan aproximadamente del año 4.000 a.C., una época muy anterior al período en que se creía comenzaron las momificaciones.

"En general se pensaba que la momificación había comenzado cerca del año 2.600 a.C., cuando se construyó la Gran Pirámide, pero encontramos pruebas de que la tradición de preservación de cuerpos comenzó antes", afirmó Buckley.

La momia no había sido sometida a procedimientos de conservación y ofrecía una oportunidad única de estudiar la receta química original de embalsamiento usada en el antiguo Egipto.
"Combinando análisis químico con examen visual del cuerpo, investigaciones genéticas, datación por radiocarbono y análisis microscópicos del lino en los vendajes, confirmamos que esta momificación se practicó en un hombre de entre 20 y 30 años, cerca del año 3.600 a.C.", señala Jana Jones.

¿Por qué importa este descubrimiento?

Árbol de acacia en el desierto en Egipto
La receta incluye una g.oma vegetal, un azúcar natural que podría haber sido extraído del árbol de acacia. Derechos de autor de la imagen GETTY IMAGES.

El hecho de que la misma fórmula fue usada casi 2.000 años después para embalsamar a los faraones significa que "Hemos dado con una especie de identidad panegipcia, mucho antes de que se formara una de las primeras naciones Estado en el año 3.100 a.C. Los orígenes de esa identidad son mucho más antiguos de lo que pensábamos". ", señaló Buckley a la BBC.

El estudio también revela cómo y cuándo los antiguos egipcios perfeccionaron la receta de embalsamiento antibacteriano que permitió la preservación de las icónicas momias. El embalsamiento era simplemente uno de los pasos en el proceso cuidadoso de preservar los cuerpos. Los pasos principales de la momificación, luego de lavar y purificar el cuerpo, eran los siguientes:
  • Extraer el cerebro, posiblemente usando un procedimiento para licuarlo
  • Extraer los órganos internos
  • Colocar el cuerpo en natrón, una sal natural para desecarlos
  • Recubrir el cuerpo en la receta para embalsamar con el fin matar las bacteriasy sellarlo
  • Envolver el cuerpo en vendas de lino o sudario
"Lo fundamental para preservar el cuerpo era desecarlo y recubrirlo en la receta para embalsamar", explicó Buckley. "La momificación estaba en el corazón de esta cultura".
Buckley señaló que para los antiguos egipcios, "La etapa después de la muerte ofrecía una oportunidad de seguir disfrutando de la vida. Pero debían preservar el cuerpo para que el espíritu tuviera un hogar".

Fuentes: cordis.europa.eu | bbc.com | 23 de agosto de 2018

Descubren una extraordinaria máscara del rey Pakal II en Palenque

Una máscara modelada en estuco que representa al gobernante Pakal, además de un adorno para la nariz, único en su tipo, y un pasaje subterráneo, son los recientes hallazgos que el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) realizó en la edificación conocida como El Palacio de Palenque, en Chiapas.

Los arqueólogos descubrieron, además, un sinfín de restos de animales como tortugas, roedores, cangrejos, peces y demás fauna acuática; así como minerales y otros elementos que forman parte de una vasta ofrenda maya.
Los responsables de los trabajos de conservación y restauración, los cuales rindieron estos frutos en mayo pasado, fueron el arqueólogo Arnoldo González Cruz y la restauradora Haydeé Orea Magaña; el primero mencionó que estos hallazgos corresponden al periodo Clásico Tardío (684-720 d.C.) de la cultura maya.

El director general del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), Diego Prieto Hernández, destacó que estos descubrimientos se suman a las decenas de hallazgos que se acumulan en los últimos años gracias al trabajo de investigación.
Destacó que Palenque es uno de los sitios arqueológicos más explorados, lo que permite un acercamiento más tangible hacia su historia; al cual acude un gran número de personas ávidas de información y de conocimiento del vasto universo cultural maya.

“Estos gobernantes que van apareciendo en Palenque nos están dando pistas muy importantes para entender las estructuras de gobierno y todo lo que significaron las confrontaciones entre los grandes centros de poder maya en el periodo clásico”, mencionó.

Precisó que la primera etapa de los trabajos de conservación fue resultado del apoyo del Fondo de Embajadores del Departamento de Estado para la Preservación Cultural (AFCP, por sus siglas en inglés), de 500 mil dólares.

Los trabajos comenzaron desde enero con el propósito de contener las afectaciones causadas por el intemperismo y la fauna local; aunado a la conservación integral de las cubiertas de las Casas A, B, C, D y E del conjunto arquitectónico conocido como El Palacio, donde apareció la imponente máscara.

Arnoldo González confirmó que en la Casa E del complejo arquitectónico, las labores estaban encaminadas a atender la acumulación de agua en el patio, pues en época de lluvia se filtraba el agua y provocaba problemas de humedad en el inmueble, por lo que el piso, cuyo nivel era similar a la crujía del edificio, fue escarbado.

Fue así que se localizó lo que se presume es un estanque y en el fondo la cabeza de estuco que Arnoldo González consideró es una figura de naturaleza humana, ya que no es fantástica ni representa a un Dios; también se hallaron las figurillas, restos cerámicos, vasos y huesos de pescados que se asocian al depósito.
Respecto al subterráneo, indicó que es parte de los sistemas constructivos, el cual es una subestructura en la Casa C el cual nadie esperaba y les hace pensar que en algunas otras edificaciones podrían estar presentes.

Fuentes: nssoaxaca.com | excelsior.com.mx| 25 de agosto de 2018