Descubren un gran cementerio de 5.000 años de antigüedad en Kenia

Vista del yacimiento de Lothagam Norte (Kenia), donde ha hallado el cementerio - Katherine Grillo

Lothagam es un yacimiento paleolítico situado en la actual Kenia que ha ido revelando a los arqueólogos distintas pistas de cómo eran los primeros pobladores homínidos de África. La última revelación ha removido algunas de las creencias asentadas de los expertos, porque las investigaciones han descubierto que sus restos más antiguos (hace 5.000 años) pertenecen a un cementerio de enormes dimensiones en que los cadáveres no se depositaban en función de las clases sociales.

En el lugar -de un diámetro de 30 metros- se levantó un camposanto paleolítico que podría haber estado en funcionamiento hasta 500 años, se han hallado al menos 580 cadáveres. Cuando la cavidad estaba llena, o casi llena, la comunidad llenaba el agujero y colocaba tierra sobre él. Luego lo cubrían con piedras de basalto de tamaño uniforme elegida para el rito. Lo novedoso es que estos cuerpos no se dispusieron por jerarquías, poder económico o físico.

«Gente de diversas edades y de ambos sexos fueron enterrados, y la mayoría de los individuos estaban acompañados con ornamentos. No hay pruebas de una estratificación social», indica el estudio liderado por Elisabeth A. Hildebrand (izquierda), de la Universidad Stony Brook.
«Hasta hace poco, los arqueólogos pensaban que las nuevas élites instigaban construcciones monumentales para reforzar simultáneamente su propia autoridad y servir como símbolos de la unidad social», señala la profesora asociada Elisabeth A. Hildebrand a la cadena de televisión CNN. El mejor ejemplo de la teoría es lo que ofrecieron los egipcios, que ya levantaron tumbas a sus faraones antes del 3.000 a. C.

«En múltiples áreas de África, la monumentalidad se desarrolló a medida que los pastores nómadas creaban grandes cementerios y practicaban otras formas de conmemoración», señala el estudio publicado en 'The Proceedings of the National Academy of Sciences'. «Cuando las sociedades agrarias comenzaron a desarrollarse, las jerarquías comenzaron a desarrollarse también. Algunos se convirtieron en más poderosos y surgieron las diferencias en salud y riqueza y aparecieron las circunstancias sociales. Así que la gran pregunta es: ¿Ocurrió lo mismo con las sociedades pastorales?», señaló Hildebrand al diario The Guardian.

El descubrimiento en Lothagam ha provocado que quienes estudian las primeras civilizaciones de la Humanidad tengan que replantearse las ideas prestablecidas. «En arqueología, solemos pensar que las construcciones monumentales estaban asociadas con el sedentarismo y los excedentes de alimentos y mano de obra controlados por las élites. Es una parte de la narración dominante sobre 'el surgimiento de la civilización'», reconoció la profesora de antropología de la Universidad Rice de Houston, Susan Keech McIntosh (derecha), al periódico The New York Times.

«Estos motivos bien pueden haber ocurrido en el caso entre los agricultores sedentarios, pero los hallazgos en el yacimiento Lothagam North Pillar muestran que algunos ejemplos de monumentalidad se desarrollaron por otras razones que no se relacionaban con las élites», añade la profesora Hidebrand, experta en las primeras poblaciones del este de África.

Paleta de piedra con talla zoomorfa de bovino hallada en el cementerio comunitario de Lothagam North, Kenia. Imagen cortesía de Katherine Grillo.

«El cementerio fue construido por los primeros pastores de la región... y nos da pruebas sólidas de que, de hecho, sí siguieron una trayectoria diferente de cambio social. La gente se reunió en grandes cantidades, probablemente gastando sangre, sudor y lágrimas para construir estas grandes estructuras, pero no tenemos pruebas de jerarquía o diferencia social», argumenta Hidebrand en The Guardian. Las investigaciones revelan que los pobladores dedicaron un tiempo y esfuerzo considerable para arrastrar pilares de basalto de casi un metro de alto que se encontraban a más de un kilómetro del lugar y los colocaban en el lado este de la plataforma, que a su vez rodeaban con rocas. Otros círculos más pequeños y túmulos también han aparecido en el área alrededor de la plataforma principal y se deduce que durante un tiempo también pudieron formar parte del rito de enterramiento.

Colgantes y pendientes de piedra recuperados en el cementerio de Lothagam North Pillar, en Kenia, el cual tiene unos 5.300 años de antigüedad. Fue utilizado como sitio de enterramiento durante aproximadamente 700 años. Entonces, abrupta y misteriosamente, los entierros se detuvieron. Cortesía de Carla Klehm.

El campo de anillos rocosos, columnas de piedras y túmulos funerarios fue construido por una tribu de pastores ambulantes hace 5.000 años, cuando un período húmedo daba paso a otro más seco en el que varios valles y senderos se abrían a los pobladores nómadas de África para ofrecer lugares muy fértiles (que ayudarían al surgimiento de una incipiente agricultura y facilitaban la alimentación de los animales domesticados). Según algunos expertos, la explicación podría ser que los primeros pastores construyeron el cementerio junto al lago Turkana como un lugar para reunirse y fomentar las redes sociales y así hacer frente a las crisis provocadas por cambios ambientales y económicos.


Los arqueólogos que han llevado a cabo el estudio apuntan a que, en medio de los cambios profundos en el paisaje y las incertidumbres socioeconómicas de una comunidad nómada con unas fronteras territoriales móviles, «la decisión de erigir monumentos suponía una importante fuerza unificadora para estos primeros pastores de África oriental». Así, los ganaderos conservaron su independencia (y la correspondiente falta de clases) al tiempo que se garantizaron su supervivencia gracias al intercambio social y cultural y la protección frente a los imprevistos.

Fuente: elnortedecastilla.es | 2 de septiembre de 2018

Hallan restos de dos neandertales adultos en la famosa cueva de Shanidar, en la región del Kurdistán (Irak)

La paleoantropóloga británica, la Dra. Emma Pomeroy, señala las partes de un cráneo neandertal hallado en la cueva Shanidar de la región del Kurdistán, el 12 de septiembre de 2018. (Foto: Kurdistán 24)

Un equipo de arqueólogos ha informado que encontraron los restos fosilizados de otros dos adultos neandertales en la famosa cueva de Shanidar, en la región del Kurdistán, los cuales se suman a otros descubiertos desde la década de 1950.

Hace cinco años, el Gobierno Regional de Kurdistán (KRG) firmó un acuerdo con la Universidad de Cambridge para llevar a un grupo de arqueólogos a buscar y excavar huesos de neandertales en la cueva de Shanidar, ubicada en la montaña Bradost en el área de Erbil en Barzan (derecha). En el pasado, los arqueólogos han encontrado partes de 10 esqueletos de neandertal en Shanidar, lo que eleva el total a 12.

"Lo que tenemos aquí, a primera vista, es el cráneo de un adulto de neandertal", dijo la Dra. Emma Pomeroy, paleoantropóloga británica que trabaja en las excavaciones de campo en la cueva.

"Ha sido bastante aplastado por las piedras y por todo el suelo que tenía encima, pero en realidad está bastante completo. Podemos ver la mandíbula inferior, la mandíbula superior, así como los dientes y las cuencas oculares. Entonces, con suerte, cuando hayamos terminado de excavar, y saquemos todos los huesos, podremos reconstruirlo".
"Parece ser el primero de los dos individuos que tenemos en esta área, pues tenemos un individuo debajo y otro encima, y parece que también una piedra se ha colocado de modo intencionado encima de los dos", añade.

Pomeroy mencionó que una de las preguntas que tienen es si los tales neandertales fueron enterrados al mismo tiempo o si volvieron al sitio para enterrar conjuntamente a uno de sus muertos.


Señaló que esto es algo que el equipo está abordando desde múltiples ángulos, empleando una gama completa de técnicas y especialistas de varias instituciones del Reino Unido y otros países.
"En general, somos alrededor de 12 personas y todas con diferentes especialidades. Algunos son expertos en suelos ..., yo soy especialista en huesos de neandertal y otros en el estudio del medio ambiente o las herramientas líticas que utilizaban, así como en el tipo de animales que encontramos aquí y que podrían haber sido comidos", continuó.

"Esperamos poder reconstruir una imagen sólida de cómo vivieron aquí, cómo era su vida y qué hicieron cuando los miembros de su grupo murieron, añade.

Reproducción de un entierro neandertal en Shanidar (Irak)

Anteriormente, los arqueólogos encontraron restos de diez neandertales dentro de la cueva, los cuales datan de hace 35.000 a 65.000 años atrás.

Hace unos sesenta años, el arqueólogo estadounidense Ralph Solecki descubrió por primera vez los restos de nueve neandertales en la cueva de Shanidar, donde él y su equipo llevaron a cabo excavaciones entre 1951 y 1960.

"La cueva de Shanidar es uno de los lugares más importantes del planeta para la arqueología", dice Christopher Hunt (izquierda), otro arqueólogo que trabaja actualmente en la excavación. "Muchos de los huesos [de los antiguos neandertales encontrados] están muy rotos, pero cuando [Solecki] hizo su trabajo, había muy poca ciencia arqueológica", afirmó.

"Estamos encantados, porque tenemos algunas nuevas pruebas esqueletales, y en particular, un nuevo cráneo". "Así que es muy emocionante", continuó. "Hay muchos tipos de análisis científicos que se necesitarán hacer al respecto. Pero antes de que podamos hacerlos, tenemos que, con mucho cuidado, sacar los restos de la cueva".
Hunt cree que este es un enorme tesoro para Kurdistán y para la arqueología. "Es un tesoro de conocimiento. No hay oro, no hay rubíes, pero hay conocimiento ... y no tiene precio".

Fuente: kurdistan24. net | rudaw.net | 20 de septiembre de 2018

Comprender la organización social bárbara del siglo VI y sus migraciones a través de la paleogenómica

Al llevar a cabo un análisis exhaustivo sobre factores genéticos, históricos y arqueológicos, en dos cementerios bárbaros del siglo VI, un equipo de investigadores ha recogido nuevos datos sobre una era clave conocida como el Período de la Grandes Migraciones, el cual sentó las bases de la sociedad europea moderna. Esta época, que abarca desde el siglo IV al VIII, siguió al declive del Imperio Romano de Occidente y supuso una gran transformación socioeconómica y cultural en toda Europa. Sin embargo, a pesar de más de un siglo de trabajos académicos de historiadores y arqueólogos, gran parte de este período aún permanece desconocido o se debate acaloradamente, ya que faltan relatos escritos que sean fiables.

Un trabajo de investigación, publicado en Nature Communications, busca arrojar nueva luz sobre cómo se formaron estas comunidades, cómo vivían sus gentes y cómo interactuaron con las poblaciones locales a las que supuestamente llegaron a dominar. El equipo internacional de genetistas, historiadores y arqueólogos, dirigido por el profesor Patrick Geary (izquierda), del Instituto de Estudios Avanzados, y el profesor Krishna Veeramah (derecha), de la Universidad Stony Brook en los EE. UU., el profesor Johannes Krause (izquierda abajo), del Instituto Max Planck para la Ciencia de la Historia Humana, en Jena, Alemania, y el profesor David Caramelli (derecha abajo) de la Universidad de Florencia, en Italia, han secuenciado por primera vez los genomas de dos cementerios enteros, uno en Hungría y otro en Italia.


Esta investigación proporciona la imagen más clara hasta ahora de las vidas y movimientos de las comunidades asociadas con los lombardos, un pueblo bárbaro que gobernó la mayor parte de Italia durante más de doscientos años después de haber invadido la provincia romana de Panonia (en la Hungría actual) en el año 568 d.C. Los datos del equipo del cementerio húngaro, Szólád, casi duplican, hasta la fecha, la cantidad de genomas antiguos obtenidos en un solo enclave. Esta caracterización genómica en profundidad ha permitido al equipo examinar la relación entre los antecedentes genéticos de la comunidad y el material arqueológico dejado atrás.

El profesor Patrick Geary, del Instituto de Estudios Avanzados, autor principal del artículo, dijo: "Antes de este estudio, no habríamos esperado observar una relación tan fuerte entre los antecedentes genéticos y la cultura material. Del trabajo se desprende que estas particulares comunidades tenían una mezcla de individuos con diferentes antecedentes genéticos, que eran conscientes de estas diferencias y que probablemente les influyeron en su identidad social".


Mapa que muestra la provincia romana de Panonia, el Reino Lombardo y la ubicación de los dos cementerios secuenciados. Crédito: Krishna R Veeramah.

Un resultado algo sorprendente fue que, en ambos cementerios, los individuos enterrados con ajuares elaborados, como espadas y escudos para los hombres y collares de cuentas y broches para las mujeres, tendían a tener un antecedente genético asociado con los europeos modernos del norte y centro de hoy en día, mientras que los bienes de las tumbas de individuos con genomas de aspecto del sur de Europa eran mucho menos abundantes. Tales individuos con abundantes bienes funerarios también habían habrían consumido dietas más ricas en proteínas.

"Lo que hemos presentado en este estudio es un marco interdisciplinar único para el futuro", agrega Geary. "Al reunir a expertos de diferentes disciplinas para reinterpretar y reconciliar evidencias históricas, genómicas, isotópicas y arqueológicas, logramos mejorar nuestro conocimiento del pasado, compilar nueva información sobre cómo se movían las poblaciones, cómo se transmitía la cultura, comprender mejor la identidad y adoptar nuevas formas de entender la complejidad, la heterogeneidad y la maleabilidad, de las poblaciones europeas en el pasado y en el presente".

Objetos hallados en la tumba 32, masculina, de Colegno. Crédito: Soprintendenza Archeologia, Belle Arti e Paesaggio per la Città Metropolitana di Torino.

Este enfoque también permitió a los investigadores reconstruir, por primera vez, genealogías integrales de las personas que fueron enterradas en estos cementerios, y descubrir que las relaciones familiares que abarcan varias generaciones probablemente sean clave para establecer estas comunidades. "Parece que ambos cementerios se organizaron en torno a uno o dos grandes grupos de parientes biológicamente relacionados, y la gran mayoría de estos individuos eran hombres", dijo Veeramah. "Además, estas personas relacionadas tienden a compartir la ascendencia genética norte/central asociada con ricos bienes funerarios".

El equipo concluyó que era inusual ver este tipo de ascendencia genética en Hungría y en Italia en el siglo VI. "Aunque necesitamos más datos, nuestros resultados actuales son consistentes con la idea de que los bárbaros migraron desde el norte del Danubio y el este del Rin, lo que sugiere que estamos observando las invasiones descritas anteriormente por los romanos", dijo Veeramah. "También es probable que la organización social se basara en grandes grupos masculinos de parentesco biológico de alto estatus, y estos fueron clave para establecer comunidades en Italia luego de que hubieran migrado".

Veeramah, Caramelli, Krause y Geary enfatizaron que semejantes resultados representan meras instantáneas del período considerado, y que, en consecuencia, llevar a cabo más trabajos en otros cementerios de otras regiones es vital para comprender en todo su alcance esta etapa histórica. "Es probable que estudiemos algunos cementerios nuevos situados a 50 km de distancia, bien sean 100 años más antiguos o más jóvenes, y se acaben encontrando patrones de organización social muy diferentes. Tales pueblos son complicados, y casi con toda seguridad lo fueron durante el Período de las Grandes Migraciones", afirma Geary. "Hay miles de cementerios medievales que podamos estudiar. Y es de esperar que ello sea solo el comienzo de nuestro trabajo".

Fuente: PHYS.ORG | firenzetoday.it |unifimagazine.it| 11 de septiembre de 2018

Las ´MVSAS´ del Foro Romano se exhiben en el Arqueológico de Cartagena antes de viajar al Nacional de Madrid

Las cuatro pinturas de las Musas, halladas en las excavaciones del Molinete, viajarán a Madrid y a Murcia, pero antes se exhibirán en el Museo Arqueológico Municipal de Cartagena, 'Enrique Escudero de Castro'. Las cuatro representaciones serán, finalmente, expuestas de manera permanente en el futuro Museo del Foro Romano del Molinete en Cartagena.

Cartagena Puerto de Culturas ha organizado, junto con el Museo Arqueológico Nacional de Madrid y el Museo Arqueológico de Murcia, una nueva exposición temporal, 'MVSAS', con objeto de difundir los trabajos arqueológicos realizados en los últimos años en la colina del Molinete. La muestra está formada por las pinturas del siglo I de las musas Calíope y Terpsícore, Apolo y un texto pintado alusivo al emperador Heliogábalo, hallados en las excavaciones de la mencionada colina y recientemente restauradas.

La alcaldesa de Cartagena, Ana Belén Castejón, ha presentado este lunes, 17 de septiembre, la exposición itinerante de 'MVSAS'. La regidora ha estado acompañada por el director general de de Bienes Culturales de la CARM, Juan Antonio Lorca; el concejal del área de Cultura del ayuntamiento de Cartagena, David Martínez; los directores de la excavación 'Barrio del Foro', José Miguel Noguera y María José Madrid; la directora de Conservación-Restauración del Molinete/Barrio del Foro Romano, Izaskun Martínez; así como responsables de Cartagena Puerto de Culturas y del Museo Arqueológico Municipal, Enrique Escudero de Castro.

La alcaldesa se ha mostrado satisfecha al presentar "este proyecto que a cada uno de los que estamos aquí, nos ilusiona especialmente”. Castejón también ha explicado el motivo de esta exposición itinerante porque, “el Barrio del Foro es uno de nuestros yacimientos más importantes, que nos ha sorprendido gratamente con grandes descubrimientos y que queremos compartir con el resto del país”. La exposición, según ha explicado la regidora, servirá también para promocionar el futuro 'Museo del Foro Romano del Molinete'. Por este motivo, MVSAS' estará en el Museo Arqueológico Nacional de Madrid, desde el 1 de octubre hasta el 9 de diciembre, y en el Museo Arqueológico de Murcia, desde el 18 de diciembre hasta el 17 de febrero de 2019. '


Antes de comenzar su viaje, 'MVSAS' se exhibirán en el Museo Arqueológico Municipal de Cartagena, 'Enrique Escudero de Castro', el martes 18 de septiembre. Por la mañana, personal de Cartagena Puerto de Culturas estará a disposición de los visitantes para explicar las piezas que se expondrán durante ese día. Por la tarde, los directores de la intervención realizada, José Miguel Noguera, catedrático de Arqueología de la Universidad de Murcia, e Izaskun Martínez, directora de Conservación-Restauración del Molinete/Barrio del Foro Romano, presentarán y comentarán los cuadros antes de su viaje.

Esta presentación tendrá un aforo reducido de 25 personas y se realizará en dos pases: a las 17:30 un pase general y a las 18:30 un pase para los amigos del Club Cartagena Puerto de Culturas y la Asociación de Amigos del Museo Arqueológico 'Musae Domus'. Para reservar será necesario contactar con Cartagena Puerto de Culturas en el teléfono 968 500 093. Esta actividad está organizada por el Museo Arqueológico Municipal de Cartagena, Cartagena Puerto de Cultural y la Asociación de Amigos del Museo Arqueológico 'Musae Domus'.

Con motivo de la muestra también se ha programado un ciclo de conferencias en el museo de Madrid con la intención de reflexionar y divulgar los trabajos arqueológicos, de conservación-restauración y puesta en valor realizados en el Parque Arqueológico del Molinete de Cartagena. Un gran proyecto de recuperación patrimonial financiado gracias al convenio firmado entre el Ayuntamiento de Cartagena y la Fundación Repsol, siendo gestionado por el consorcio Cartagena Puerto de Culturas.

Fuente: murcia.com | 17 de septiembre de 2018

Hallan pruebas de la capacidad artística de los humanos de la Cueva del Arco (Murcia)

Ignacio Martín Lerma observa con detenimiento las paredes de la galería que nace al fondo de la cavidad superior. /FRAN RAMÍREZ

A poco más de una semana de que concluya la cuarta campaña de excavación de la Cueva del Arco (Murcia), los investigadores ya celebran lo fructífera que está resultando.

Los trabajos han sacado a la luz importantes materiales del Gravetiense (de hace unos 30.000 años, en el Paleolítico Superior) y del Musteriense (del Paleolítico Medio y asociado a los neandertales). Unos hallazgos que serán presentados en público el próximo sábado, anuncian los directores de la excavación Ignacio Martín Lerma, de la Universidad de Murcia, y Dìdac Roman, de la Universidad de Valencia, y que «arrojarán luz sobre el pasado ayudándonos a entender mejor la Prehistoria en nuestra región», apunta el profesor de Prehistoria de la UMU. Y analiza: «Los hallazgos evidencian la gran capacidad simbólica y la destreza tecnológica de los grupos humanos del Paleolítico», adelanta.

Además, añade, la secuencia que tiene la cueva permitirá reconstruir el clima y medio ambiente desde hace 50.000 años hasta hace 10.000. «Los rellenos de las diferentes cuevas indican alternancia entre fases frías y cálidas, así como particularidades sedimentarias que hacen de los depósitos algo único en todo el sureste», detalla el profesor.

El equipo, integrado por 15 personas, la mayor parte de ellos estudiantes y doctorandos de Arqueología de la Universidad de Murcia, así como diversos estudiantes de países como Brasil, Italia y Francia, avanza a pasos de gigante, aunque con rigurosa metodología, dados los conocimientos de los arqueólogos que participan.

La sorpresa no se ha hecho esperar y tras un sorprendente vacío, se abre en la Cueva del Arco un mundo de posibilidades. «En abril pasado, se realizó una campaña extraordinaria de 4 o 5 días para levantar el nivel neolítico de la entrada de la cavidad superior y, debajo, el sedimento era estéril», cuenta el profesor de Prehistoria de la UMU. Ante el imprevisto, en vez de cundir el desánimo, la perseverancia llevó a Martín Lerma a realizar un sondeo en lo que parecía el fondo del abrigo y, ¡eureka!, «apareció un adorno colgante, una concha perforada que nos revelaba la presencia humana del Paleolítico Superior en la zona más profunda de la cavidad superior»

Este importante hallazgo ha marcado la actual campaña, que ya de por sí resultaba interesante: «La ventaja de la Cueva del Arco es que tenemos una larga secuencia de ocupaciones del Paleolítico Medio al Neolítico. Las primeras ocupaciones son neandertales (de hace unos 45.000 años), a la que siguen diversos niveles de hace entre 30.000 y 18.000 años. La Cueva del Arco deja de usarse como hábitat con la llegada de los primeros agricultores y ganaderos del Neolítico (hace unos 6.000 años)», explica Martín Lerma.

Pintura de la cabeza de un caballo. En el móvil se ve una representación de la misma.

«Todo o nada»

Además, junto a la excepcionalidad que supone el hecho de que sea el poblamiento prehistórico más antiguo del Cañón de Almadenes y de que albergue arte y contexto arqueológico, y hábitat, se suma que «los restos neandertales están muy arriba en la cavidad principal: lo que en otras excavaciones ha costado 15 años encontrar, aquí lo tenemos a menos de un metro y no es sedimento que se haya movido, porque los hogares neandertales, con sus piedras alrededor, certifican que los niveles están sin alterar». Una circunstancia que les permitirá datar cada estrato inferior.

Foto: Conjunto rupestre del Arco.

Apasionado de la Arqueología, Martín Lerma reconoce que el hecho de que la Cueva del Arco, «un enclave perfecto y monumental entre dos zonas con yacimientos paleolíticos muy reconocidos: Almería y el Levante», sea un conjunto de cavidades prácticamente colmatadas por los sedimentos impide conocer con certeza hasta dónde podrán remontarse en el estudio del Paleolítico. «No sabemos exactamente por dónde vamos, pero cada vez que profundizamos encontramos nuevas áreas en las que seguir buscando. En arqueología es el todo o nada», ejemplifica el director de la excavación.
Y esta vez ha sido el todo. Bajo los materiales paleolíticos desenterrados, se abre una gruta de la que, de momento, no se ve el fin. «¡Y aún estamos en el vestíbulo!», recuerda.

Fuente: laverdad.es | 19 de septiembre de 2018

Un estudio internacional sugiere la existencia de sociedades antiguas integradas en una economía global

Nathaniel Kitchel (izquierda), un ex estudiante de doctorado de la Universidad de Washington en Antropología, y Maureen Boyle, arqueóloga de la Universidad Estatal de Utah, excavan en las cuevas de las montañas Bighorn en 2017. Los elementos recopilados en este enclave se utilizaron como parte de la base de datos de radiocarbono empleada en el documento de investigación publicado en PNAS el pasado 17 de septiembre. Crédito: Robert Kelly

Mediante la utilización del consumo de energía como medida, un equipo de científicos internacionales ha descubierto que las civilizaciones antiguas estaban involucradas en una globalización más acentuada de lo que se creía anteriormente, lo que sugiere que una economía global integrada no es nada nuevo y pudo haber beneficiado a las sociedades humanas durante siglos.
Esta investigación arqueológica es la primera de su tipo, porque en lugar de centrarse en regiones o culturas específicas, ha utilizado la datación mediante radiocarbono para examinar las sociedades humanas en una escala más amplia y a más largo plazo.

Los resultados del estudio fueron publicados en la revista PNAS por los autores Jacopo A. Baggio (izquierda), profesor asistente en el departamento de Ciencias Políticas de la Universidad de Florida Central, Jacob Freeman (derecha), profesor asistente en departamento de Arqueología de la Universidad Estatal de Utah, y Erick Robinson, asistente de investigación postdoctoral en el Departamento de Antropología de la Universidad de Wyoming.

El equipo investigador constató que las sociedades a menudo experimentaban auges y quiebras simultáneamente, un proceso conocido como sincronía.

Para su estudio utilizaron la datación de radiocarbono y los registros históricos para medir el consumo de energía a lo largo de un período histórico que abarca desde hace unos 10.000 años a 400 años d.C., un marco temporal que abarca una gran parte de la actual era del Holoceno. En este sentido, cuanto mayor es el consumo de energía, más probable es que una sociedad tenga una población y una actividad política y económica en auge. Algunas de las áreas examinadas incluyeron el oeste de los Estados Unidos, las Islas Británicas, Australia y el norte de Chile.

Respecto a las dataciones mediante radiocarbono, éstas provinieron de artículos orgánicos, tales como semillas, huesos de animales y madera quemada, conservados en antiguos depósitos de basura. La datación mediante radiocarbono mide la desintegración radiactiva del átomo carbono-14 para hallar la antigüedad de la materia orgánica analizada.

Los resultados y el análisis de los investigadores sugieren que la existencia de una globalización temprana fue posible como una estrategia que las sociedades llevaron a cabo para crecer a través de la migración, el comercio y el conflicto con otras sociedades distantes, cuando la 'capacidad de carga' de tales sociedades comenzaba a sobredimensionarse.

El profesor Baggio, coautor del estudio, utilizó el consumo de energía como una forma de ver las civilizaciones.

Baggio, quien también es miembro del Centro Nacional de Investigación Costera Integral y del grupo de investigación del Sistema Costero Sustentable de la UCF, dijo que es especialmente importante estudiar la capacidad de recuperación (resiliencia) de las sociedades, es decir, la capacidad de reponerse de un desastre a largo plazo, y en tal sentido la datación mediante radiocarbono es una herramienta útil para esta evaluación.

"La resiliencia es intrínsecamente dinámica", dice Baggio. "En consecuencia, se vuelve muy difícil comprender la resiliencia de una sociedad en un corto espacio de tiempo. En el estudio publicado tenemos la oportunidad de observar estas tendencias más largas y ver realmente cómo las sociedades reaccionaron y se adaptaron, y cuáles fueron los auges y desplomes de las mismas. Ojalá este estudio pueda enseñar algunas lecciones que aprender en la sociedad moderna de hoy en día".

Baggio subraya que el ascenso y caída de las sociedades parece ser una parte inherente de la civilización.

"La información obtenida en el estudio se detiene en hace 400 años, y ha habido un gran cambio en el trránsito de las economías orgánicas a las economías de combustibles fósiles. Sin embargo, las tendencias similares de sincronización continúan aún más hoy en día, dadas las interdependencias de nuestras sociedades", añade Baggio.

Freeman dijo que el nuevo estudio sugiere que la existencia de un proceso de sociedades que crean conexiones y se vuelven interdependientes, conocido como globalización, también se desarrolló entre las sociedades humanas de hace milenios. "Si cada cultura fuera única, no esperaría ver ninguna sincronía, o armonía, en los registros humanos del consumo de energía", dijo Freeman.

Foto: Erick Robinson, investigador postdoctoral de la Universidad de Washington, recoge una muestra de radiocarbono de 1.000 años de antigüedad en el Monumento Nacional de los Dinosaurios en Utah.

Robinson, por su parte, insiste en que es importante mirar no solo las culturas en momentos específicos, sino también a largo plazo. "Debemos movernos hacia adelante y hacia atrás entre las diferentes escalas espaciales y temporales para poder entender la imagen completa", afirma. "Cuando tomamos una perspectiva más amplia, seguimos siendo interdependientes con los demás, sin importar nuestras diferencias culturales".
Sin embargo, aunque la interconexión tiene ventajas para las sociedades, también puede haber caídas, sostiene Robinson.

"Cuanto más estrechamente conectados e interdependientes nos volvemos, más vulnerables somos a una gran crisis social o ecológica en otro país", dijo. "Mientras más sincronizados estamos, cuanto más ponemos todos nuestros huevos en una sola canasta, menos nos adaptamos a los cambios imprevistos que se vienen encima. La crisis financiera de 2007 a 2008 es un buen ejemplo reciente", concluye Robinson.

Fuentes: Universidad Central de Florida | PHYS.ORG | 18 de septiembre de 2018

Descubren enterramientos infantiles en recipientes cerámicos en Castillejo del Bonete (Ciudad Real)

El equipo de arqueólogos que excava este verano en Castillejo del Bonete, el yacimiento prehistórico de Terrinches (Ciudad Real) declarado Bien de Interés Cultural (BIC), ha hallado múltiples enterramientos infantiles al final de la galería 4, que se encontró el año pasado bajo el monumento tumular y en la que se centra la campaña de este año.

Aunque no es la primera vez que aparecen restos de niños en la cueva del centro ceremonial sí lo es el hallazgo de dos enterramientos depositados en el interior de pithoi (recipientes cerámicos). Se trata de restos que se encuentran en muy buen estado de conservación por lo que permitirán avanzar en el estudio de este centro ceremonial orientado a los solsticios y vinculado a una reli....
El hallazgo es “sorprendente”, a juicio del equipo que dirigen los profesores doctores, el arqueólogo Luis Benítez de Lugo (izquierda) y la arqueóloga forense María Benito Sánchez (derecha) que, a falta del estudio antropológico, consideran que la situación de los enterramientos infantiles podría indicar una sectorización del espacio cementerial, que dividiría la población entre adultos y subadultos.

La campaña de excavaciones 2018 finalizará en los próximos días y el primer balance no podría ser más exitoso, ya que además se han localizado huesos de al menos 20 individuos en el interior de la cueva. Así lo considera el alcalde de Terrinches, Nicasio Peláez, que recuerda que el año pasado el Plan Regional de Investigación del Patrimonio Arqueológico y Paleontológico de Castilla-La Mancha permitió encontrar esta nueva galería subterránea que ha permanecido sellada desde la Prehistoria.

Restos óseos hallados en el Castillejo del Bonete.

Peláez explica que en la campaña de este año, cofinanciada por la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha y el Ayuntamiento de Terrinches con 33.080 euros y en la que han participado alumnos de la Universidad Complutense de Madrid y trabajadores del Plan de Empleo del Ayuntamiento, ha sido muy fructífera. “Se han realizado numerosos hallazgos que permiten entender el ritual funerario y religioso practicado en Castillejo del Bonete dos mil años antes de Cristo, durante la Edad del Bronce”, afirma.

En la dirección de esta campaña de excavaciones han participado además las arqueólogas Inés Pérez Guzmán y Uxue Pérez Arzak, así como las antropólogas Alexandra Muñoz e Isabel Beltrán.

Trabajos en el yacimiento de Castillejo del Bonete.

Sobre Castillejo del Bonete

Castillejo del Bonete fue declarado Bien de Interés Cultural (BIC) en 2014 y cuenta con financiación a través de la línea de ayudas a proyectos de investigación competitivos de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha. Es un santuario solar compuesto por varios túmulos conectados entre sí mediante corredores. Todo el complejo monumental fue edificado sobre una cueva natural que consta de varias galerías. La cueva, que ha permanecido sellada desde la Prehistoria hasta su descubrimiento en 2003, está acondicionada mediante construcciones diversas. También cuenta con arte rupestre esquemático. Tanto su interior como los túmulos exteriores fueron empleados recurrentemente durante más de cinco siglos para enterrar personas, depositar objetos y realizar ritos de comensalidad.

Yacimiento funerario del Castillejo de Bonete.

Su origen data de la época del Bronce de La Mancha, la denominación historiográfica genérica de la subdivisión espacial y temporal de la Prehistoria en la península ibérica también conocida como Cultura de las Motillas. Grupos humanos sedentarios, que basaban su sustento en la ganadería y la agricultura, ocuparon el territorio actualmente conocido como La Mancha (gran parte de la provincia de Ciudad Real, prácticamente toda la de Albacete y parte de las de Toledo y Cuenca) a partir del Calcolítico, constituyendo uno de los sustratos indígenas que dio origen a la cultura íbera.

Fuente: elconfidencialdeciudadreal.com | 18 de septiembre de 2018