Leonardo da Vinci: qué es la "mano de garra" por la que el artista dejó la Mona Lisa inconclusa

El porqué Leonardo da Vinci dejó inconclusas varias obras, entre ellas la Mona Lisa, ha sido un misterio durante siglos para el que investigadores en Italia tiene una respuesta.

Médicos de ese país sugieren que el artista podría haber sufrido un daño en los nervios del brazo producto de una caída, lo que le impidió seguir sus trabajos de pintura en sus últimos años. Consideran que es factible diagnosticar parálisis ulnar, o "mano de garra", al analizar la representación de su mano derecha en dos obras de arte que muestran a Da Vinci.

Se había sugerido que el deterioro de la mano derecha del maestro italiano fue causado por un derrame cerebral. Pero en un artículo del Journal of the Royal Society of Medicine (Sociedad Real de Medicina de Londres), los médicos sugieren que fue un daño nervioso lo que le causó que ya no pudiera sostener un caballete y un pincel.

Da Vinci, que vivió de 1452 a 1519, fue un artista e inventor cuyos talentos incluyeron la arquitectura, la anatomía, la ingeniería y la escultura, así como la pintura. Pero los historiadores del arte han debatido con qué mano solía dibujar y pintar.

El análisis de sus dibujos muestra un sombreado inclinado desde la parte superior izquierda a la inferior derecha, lo que sugiere que era zurdo. Sin embargo, todos los documentos biográficos históricos parecen indicar que usó su mano derecha cuando estaba creando otros tipos de obras.

Este es el retrato de Leonardo que ha permitido a los investigadores concluir que no sufrió un derrame cerebral - Museo de Galerías de la Academia, Venecia.

"Una cierta parálisis"

Para esta investigación se analizaron dos obras de arte que muestran a Leonardo da Vinci en las últimas etapas de su vida. Uno es un retrato dibujado con tiza roja en el siglo XVI, atribuido a Giovanni Ambrogio Figino.
Inusualmente, muestra su brazo derecho en gran parte oculto en pliegues de ropa. Su mano es visible, pero en una "posición rígida y contraída".

"En lugar de representar la típica mano cerrada observada en la espasticidad muscular posterior a un accidente cerebrovascular, la imagen sugiere un diagnóstico alternativo tal como parálisis ulnar, comúnmente conocida como 'mano de garra'", dijo el doctor Davide Lazzeri,(izquierda), especialista en cirugía plástica reconstructiva y estética de la Clínica Villa Salaria en Roma, quien dirigió el análisis.

El nervio cubital se extiende desde el hombro hasta el dedo meñique y controla casi todos los músculos intrínsecos de la mano que permiten movimientos motores finos. Una caída podría haber causado un traumatismo en la parte superior del brazo, lo que llevó a la parálisis o debilidad.

No hay informes de deterioro cognitivo u otro deterioro motor, lo que ofrece evidencia adicional de que un accidente cerebrovascular fue una causa poco probable del deterioro de Da Vinci, dijo Lazzeri. "Esto puede explicar por qué dejó numerosas pinturas incompletas, incluida la Mona Lisa, durante los últimos cinco años de su carrera como pintor, mientras seguía enseñando y dibujando", añadió.

El grabado de Marcantonio Raimondi en 1505 puede mostrar a Leonardo da Vinci tocando un instrumento llamado lira da braccio. Foto: cortesía del Museo de Arte de Cleveland.

Se examinó otra imagen, un grabado de un hombre tocando un instrumento de cuerda renacentista llamado lira da braccio. El hombre en el grabado fue identificado recientemente como Leonardo da Vinci.

Se obtuvo evidencia adicional de una entrada del diario de un asistente del Cardenal sobre una visita a la casa del artista en 1517. El asistente, Antonio de Beatis, escribió: "Uno no puede esperar más de un buen trabajo de parte de él, ya que cierta parálisis le ha lisiado la mano derecha".
"No obstante, aunque Messer Leonardo ya no puede pintar con la dulzura que le era propia, todavía es capaz diseñar e instruir a otros", añadió.

Fuente: bbc.com | abc.es | 4 de mayo de 2019

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La obra que demuestra que Leonardo Da Vinci era ambidiestro

La obra 'Paesaggio', el primer trabajo fechado (5 de agosto de 1473) de Da Vinci, se encuentra en la Galería de los Uffizi de Florencia.


Leonardo Da Vinci escribía y pintaba con ambas manos. Es decir, no era zurdo, como se pensaba hasta ahora. Esta es la conclusión a la que llegó un equipo de expertos tras analizar uno de los primeros dibujos del artista toscano.

Se trata del Paesaggio, más conocido como 8P por su número de inventario, una obra que se encuentra en la Galería de los Uffizi de Florencia. Es el primer trabajo fechado (5 de agosto de 1473) de Da Vinci y muchos lo consideran su primer dibujo famoso.
Esta obra, además de tener dibujos, cuenta con dos escritos. El primero está en el frente, trazado según la famosa escritura especular del artista, es decir, de derecha a izquierda. El segundo texto se encuentra en la parte de atrás y está escrito en el orden clásico, de izquierda a derecha.

La clave del enigma

En el estudio se utilizaron técnicas y materiales experimentales bajo la supervisión de la historiadora del arte Cecilia Frosinini. Derechos de autor de la imagen: LE GALLERIE DEGLI UFFIZI.

La confirmación de la ambidextría del genio toscano surge de la comparación entre estas dos oraciones, ambas autógrafas y realizadas con la misma tinta.

Además, los expertos realizaron "una escrupulosa investigación caligráfica", según la Galería de los Uffizi, que llevaron a cabo comparando los dos escritos con varios otros textos de Da Vinci. Y el resultado proporcionó pruebas adicionales sobre esta habilidad del genio.
El estudio de los materiales, las características típicas de los escritos de Leonardo y la comparación con otros documentos indicaron que el artista realizó el escrito especular presumiblemente con la mano izquierda.

En cambio, el escrito de la parte de atrás de la obra lo hizo con la mano derecha. A pesar de contener algunos elementos gráficos diferentes dado el uso de las dos manos, ambas caligrafías tienen numerosas características clave comunes, "inequívocamente atribuibles al estilo único de Leonardo", asegura la Galería de los Uffizi en un comunicado.

Los autores de la investigación

Leonardo da Vinci es considerado por muchos como el máximo exponente del Renacimiento. Derechos de autor de la imagen: GETTY IMAGES.

Los expertos que firman este descubrimiento forman parte del Opificio delle Pietre Dure, un instituto autónomo del Ministerio de Cultura italiano especializado en el campo de la restauración de obras de arte con sede en Florencia.

El estudio duró varias semanas, en las que se utilizaron técnicas y materiales experimentales bajo la supervisión de la historiadora del arte Cecilia Frosinini.
"Leonardo nació zurdo, pero se le enseñó a escribir con su mano derecha desde una edad muy temprana", dijo Frosinini.

Al analizar sus escrituras, agregó, "uno puede ver que su caligrafía con la mano derecha está entrenada y bien ejecutada".

La obra el Paesaggio será trasladado a Vinci, el pueblo originario del artista, para una muestra que conmemorará el quinto centenario de su muerte en el mes de mayo.

Fuente: bbc.com | 8 de abril de 2019

Un estudio encuentra más probable al 'Australopithecus afarensis' como ancestro del género 'Homo' que al 'Australopithecus sediba'

Reconstrucción de un "Australopithecus afaresis" (izquierda) y de un Australopithecus sediba.

Aunque tradicionalmente se ha considerado al Australopithecus afarensis (cuyo máximo representante es la famosa Lucy) como ancestro directo del género Homo, el hallazgo del Australopithecus sediba condujo a un debate sobre cuál de ellos, en realidad, debería ocupar dicho puesto.

Un análisis estadístico llevado a cabo recientemente de los datos fósiles muestra que es improbable que el Australopithecus sediba, un fósil hallado en Sudáfrica con casi casi 2 millones de años de antigüedad, sea el antepasado directo del género Homo al que pertenecen los seres humanos de hoy en día.

La investigación, realizada por paleontólogos de la Universidad de Chicago y publicada esta semana en Science Advances, concluye que es el Australopithecus afarensis el ancestro más probable del género Homo.

Los primeros fósiles de Australopithecus sediba se desenterraron cerca de Johannesburgo en 2008, y, desde entonces, se han descubierto cientos de fragmentos de esta especie. Sin embargo, el fósil del género Homo más antiguo conocido es una mandíbula de una especie aún no identificada hallada en Etiopía que tiene 2,8 millones de años de antigüedad y es, por tanto, anterior al Australopithecus sediba en 800.000 años.

Varias vistas de la mandíbula del género Homo,, conocida como LD 350-1, hallada en Etiopía / W. KIMBEL

A pesar de esta diferencia de tiempo, los investigadores que descubrieron al Australopithecus sediba han afirmado que se trata de una especie ancestral del género Homo. Si bien es posible que el Australopithecus sediba (el antepasado en hipótesis) puede ser posterior al fósil Homo más antiguo (el descendiente hipotético) en 800,000 años, el nuevo análisis indica que la probabilidad de encontrar este patrón cronológico es altamente improbable.

"Definitivamente, es posible que el fósil de un antepasado sea posterior a un descendiente en mucho tiempo, pero pensamos que era conveniente ir un paso más allá y preguntarse qué tan probable era que ello sucediera, y nuestros modelos muestran que tal probabilidad es casi nula", dijo el autor principal del estudio, Andrew Du (izquierda), quien se unirá a la facultad de la Universidad del Estado de Colorado después de concluir su investigación postdoctoral en el laboratorio del Doctor Zeray Alemseged (derecha), profesor en el Departamento de Organismos Biológicos y Anatomía de la Universidad de Chicago.

Du y Alemseged también revisaron la literatura científica en busca de otras hipotéticas relaciones entre ancestros y descendientes en especies de homínidos. De los 28 casos que encontraron solo un fósil de un descendiente era más antiguo que su antepasado propuesto (o, lo que es lo mismo, el fósil del ancestro era más reciente que el del descendiente), pertenecientes un par de especies Homo separadas por 100.000 años, esto es, mucho menos que los 800.000 años que separan al Australopithecus sediba y el fósil Homo más antiguo. En este contexto, el promedio de esperanza de vida de cualquier especie de homínido es de aproximadamente un millón de años.
"Una vez más, vemos que es posible que el fósil de un antepasado sea posterior al de su descendiente", dijo Du. "Pero 800.000 años es bastante tiempo".

Alemseged y Du sostienen que el Australopithecus afarensisis es el mejor candidato para ser el antepasado directo del género Homo por varias razones.

Los fósiles de Australopithecus afarensis han sido datados en unos tres millones de años, es decir, están más cerca de la datación de la primera mandíbula del género Homo hallada en Etiopía, además de ser más antiguos. Por otro lado, Lucy y sus congéneres, incluido Selam (derecha), el fósil de un Australopithecus afarensis niño que Alemseged descubrió en el año 2000, se encontraron también en Etiopía, a pocos kilómetros de donde se descubrió la mandíbula fósil del genéro Homo mencionada. Y las características de esta mandíbula también se asemejan a las de los Australopithecus afarensis de modo suficiente como para poder considerarla descendiente directo de éstos.

"Dada la sincronización temporal, la geografía y la morfología, estas tres características nos hacen pensar que el 'Australopithecus afarensis' es un mejor candidato que el 'Australopithecus sediba'", dijo Alemseged.

"Uno puede estar en desacuerdo sobre la morfología y las diferentes características de un fósil, pero el nivel de confianza que podemos depositar en los análisis matemáticos y estadísticos de los datos cronológicos presentes en el documento publicado hace que nuestro argumento sea muy sólido", concluye.

Fuente: phys.org| 8 de mayo de 2019

El brutal asesinato de una familia hace 5.000 años revela aspectos violentos de la Edad del Bronce

La fosa común hallada en el sur de Polonia estaba ocupada por hasta 15 individuos de la misma familia (PNAS)

Hombres, mujeres, niños. Padres, madres, hijos, hermanos. No hubo piedad. Hasta 15 miembros de la misma familia fueron asesinados brutalmente hace 5.000 años cerca del actual pueblo de Koszyce, en el sur de Polonia. Todos, absolutamente todos, murieron de forma violenta, golpeados en la cabeza hasta provocar fracturas craneales. Así eran las tragedias familiares en la Edad del Bronce.


No todo fue, sin embargo, cruel y sanguinario en aquél suceso. Porque los sobrevivientes se tomaron mucho cuidado a la hora de enterrar a cada uno de los individuos en la posición idónea dentro de una misma fosa común, según se desprende de un estudio publicado en la revista Proceedings of the National Academy of Science.

Los fallecidos pertenecían a una etnia específica de Europa central y oriental conocida como la cultura de las ánforas globulares. Se ubicaba en la zona definida por la cuenca del río Elba en el oeste y la del Vístula en el este, extendiéndose hacia el sur hasta el curso medio del Dniéster y hacia el este hasta alcanzar el Dniéper.

El nombre de esta cultura -que se mantuvo activa entre el 3.400 y el 2.800 a.C.- proviene de las vasijas de cerámica con forma globular y de dos o cuatro asas que se han encontrado en las tumbas de los miembros de este grupo étnico. Además, eran vecinos de la cultura de la cerámica cordada, posibles causantes de la masacre durante un periodo de expansión.

“El tercer milenio antes de Cristo fue un período de grandes cambios culturales y demográficos en Europa que marcó el comienzo de la Edad del Bronce. La gente de la estepa póntica (de Europa oriental) se expandió hacia el oeste, lo que llevó a la formación de la compleja cultura de la cerámica cordada que transformó el panorama genético de Europa”, escriben los arqueólogos.

Una tumba de la cultura de ánforas globulares desenterrada en Weimar (Alemania) y recreada en el Museo de Prehistoria de Turingia, el 12 de agosto de 2016. Wikipedia.org / Wolfgang Sauber.

Los recientes análisis de ADN realizados por los investigadores de la Universidad de Copenhague a los esqueletos descubiertos en 2011 ha confirmado el parentesco entre los 15 individuos y ha mostrado que el entierro fue “ordenado y sistemático”. Esto sugiere que quien los puso en la fosa conocía a la perfección a esta familia numerosa formada por cuatro núcleos distintos.

Las madres, por ejemplo, estaban enterradas junto a sus hijos, de entre 5 y 15 años. Alguna incluso la pusieron “acunando” a su pequeño. Había también cuatro hermanos (aunque de distinta madre) que también ocupaban puestos unos al lado de otros. En cambio, los padres y otros parientes varones de mayor edad fueron curiosamente separados del grupo principal.

Solo hay un padre presente en la tumba y está situado junto a su pareja y su hijo. Además, hay un bebé de unos dos años que fue sepultado sin sus padres, aunque compartía estrechas relaciones de parentesco con los individuos que tenía a su alrededor. Hay un último caso extraño, el de una mujer adulta que no parece estar relacionada genéticamente con nadie más de la fosa, pero que está ubicada al lado de un chico joven “del que pudo estar tan cerca en la vida como en la muerte”.

A - Reconstrucción artística del entierro de Koszyce basado en rasgos fenotípicos inferidos de los genomas antiguos. B - Representación esquemática de los lugares de entierro y la genealogía que muestran las relaciones de parentesco. C - Red basada en coeficientes de parentesco. (Michał Podsiadło / PNAS )

El hecho de que en este trágico entierro no haya, extrañamente, más hombres adultos hace pensar a los expertos que las mujeres y los niños fueron asesinados mientras estos estaban fuera. En tal sentido, sugieren que al regresar tal vez de una expedición de caza se encontraron a sus familias asesinadas a manos de un grupo rival violento.

Se cree que las gentes de la cultura de la cerámica cordada se cruzaron y se fusionaron con la gente de la cultura yamna (o yamnaya), sobre los cuales recientemente se ha publicado que pudieron haberse constituido en un grupo muy violento en su expansión por el oeste de Europa.


“Los eventos brutales de este tipo -escriben los investigadores- pueden haber sido demasiado comunes en los inestables y tumultuosos inicios del tercer milenio antes de Cristo. Pero toda esa violencia no puede ocultar el fuerte sentido de afiliación y cohesión familiar que prevaleció entre este grupo de personas”.

Fuentes: lavanguardia.com | dailymail.co.uk | 8 de mayo de 2019

Un nuevo estudio sobre el monumento de Avebury (Inglaterra) sugiere que se comenzó como una vivienda unifamiliar

El monumento de Avenury tiene el círculo de piedras más grande del mundo (iStockphoto)

El henge de Avebury es uno de los monumentos megalíticos más grandes y famosos del Neolítico europeo. Situado en la llanura de Salisbury, en el condado de Wiltshire (Inglaterra), el círculo de piedras más grande del mundo fue construido hace unos 5.000 años y es incluso más antiguo que el de Stonehenge, que está ubicado a apenas unos kilómetros de distancia.

Aunque aún nadie sabe a ciencia cierta cuál es el significado de estos monumentos, un grupo de arqueólogos acaba de descubrir que Avebury podría estar construido en el mismo sitio que una casa más antigua, con lo que todo el complejo conmemoraría una vivienda relativamente modesta de un pasado muy vetusto.

Avebury se encuentra a unos 40 Km al norte de Stonehenge y es lo suficientemente grande como para que quepan dos círculos del tamaño de este último. (Detmar Owen a través de Wikimedia Commons)

Según un estudio publicado este miércoles en la revista Antiquity , esta enorme forma de conmemorar un edificio doméstico habría iniciado un proceso que continuó durante siglos y en el que se fueron agregando más y más detalles a la construcción. Los autores concluyen que puede haber otras casas neolíticas debajo de Avebury, con un gran potencial para futuros estudios.

“Encerrado en lo más profundo del 'henge', suponemos que fueron las conexiones que este antiguo edificio tuvo con un linaje significativo, quizás fundador, lo que lo llevó a adquirir una importancia histórica y que el sitio se transformara y pasara de ser un lugar cotidiano a otro sagrado”, escriben los investigadores.

El proceso de construir un monumento neolítico sobre una casa es una evidencia documentada en otros espacios. En Hazleton North (Gloucestershire), por ejemplo, antes del cuarto milenio se edificó una tumba sobre una antigua vivienda. “La casa de Avebury quizás duró solo una o dos generaciones, pero después de que se derrumbara ​​probablemente dejaron un restos visibles que fueron respetados cuidadosamente”, indican.

Un grabado antiguo de Avebury, con sus dos círculos interiores (iStockphoto)

Este complejo monumental, declarado Patrimonio de la Humanidad en 1986, está formado por múltiples círculos de piedra, un movimiento de tierras de 420 metros de diámetro y avenidas pétreas pareadas. El problema es que este espacio ha sido mucho menos estudiado que el de Stonehenge. La última excavación importante fue, por ejemplo, en la década de 1930.

Los arqueólogos Mark Gilligins, Joshua Pollard y Kristian Strutt argumentan que "Los eventos previos a los movimientos de tierras realizados alrededor del año 2.500 antes de Cristo tuvieron una relación directa con el desarrollo posterior del monumento”. Según sus análisis, todo habría comenzado a finales del cuarto milenio antes de Cristo.

“En esa época hubo una actividad significativa en la región donde finalmente se construyó Avebury. La evidencia arqueológica muestra que había varios asentamientos dispersos y pequeños que se unieron lentamente después del 3700 a.C., y que las huellas materiales de estos espacios fueron usadas como referencia tanto en el edificio como en el entorno del monumento".

Avebury (Antiquity)


El investigador Alexander Keiller excavó en 1939 el círculo interior sur y, antes de que la Segunda Guerra Mundial interrumpiera su trabajo, descubrió una serie de detalles en el monumento, incluyendo barrancos, fosas y hoyos justo al norte de una piedra vertical a la que se conoce como el Obelisco.

En un primer momento, se creyó que estas características fueron introducidas en época medieval, algo que descartan Gilligins y sus colaboradores. “Nunca se encontró cerámica medieval en la zona y esta es una estructura notablemente similar a la de las casas más pequeñas del Neolítico temprano encontradas en Gran Bretaña e Irlanda”, consideran.

Para obtener más datos sobre la conexión entre la casa y otras características de Avebury, los investigadores utilizaron un radar para estudiar el suelo y detectar piedras de arenisca (sarsen) ocultas. Así fue como encontraron varias anomalías que indican posibles megalitos anteriores y otras características que indicarían que el monumento seguía los ejes principales de la casa. Las herramientas de pedernal en el sitio y la edad de viviendas similares en otros lugares sugieren que esto fue alrededor de 3700 a.C.

Los colores indican las zonas que ocuparía la antigua casa (Antiquity)

De aquí que los arqueólogos planteen ahora una secuencia de construcción que empezaría con la vivienda neolítica, a la que le seguiría el obelisco y, más tarde, un círculo de piedras levantado sobre la edificación anterior. Luego habría aparecido el círculo interior sur y las líneas radiales. “Es posible que esta actividad se distribuya durante 1.500 años, desde el Neolítico temprano hasta la Edad del Bronce Temprano. Esperamos que, en los próximos cinco o seis años, podamos comprender mejor la cronología precisa", dice Pollard. El equipo también quiere investigar el círculo de piedra interior del norte de Avebury para ver si eso también podría haber sido construido en el sitio de una casa anterior.

Fuentes: lavanguardia.com | newscientist.com | 10 de abril de 2019

El deshielo de Alaska revela sitios prehistóricos en áreas antes congeladas

Una máscara de madera de cientos de años fue descubierta en 2007 por un niño que se tropezó con ella mientras jugaba en la playa cerca de su casa en Quinhagak, una aldea en el oeste de Alaska, frente al mar de Bering. Fue el primer objeto de miles que datan del siglo XVII y pertenecieron a un asentamiento de esquimal Yupik.

Cestas, fustes de arpón finamente tallados, platos labiales, muñecas de madera y agujas de tatuaje de marfil fueron emergiendo de debajo de la tierra a medida que se descongela el permafrost y se incrementa la erosión por el cambio climático en esta región.

Más de una década después del primer descubrimiento, la colección llegó a unos 100 mil objetos prehistóricos yupik, la mayor de este tipo en el mundo, que se exhibe en un nuevo museo en Quinhagak, hogar de unos 700 indígenas.



"Ésta es, de lejos, la excavación más importante en mis cuarenta años de carrera, y eso que he trabajado en algunos sitios bastante espectaculares”, dice Rick Knecht, arqueólogo de la Universidad de Aberdeen, en Escocia.

Knecht ha liderado en esta década una carrera contrarreloj para preservar el mayor número de objetos posible ubicados en el sitio de excavación, a unos 5 km de Quinhagak, y bautizado Nunalleq, que significa 'Pueblo Viejo' en lengua yupik.

"El pueblo pudo haber perdido su pasado y un vínculo tangible con ese pasado, lo que habría sido una tragedia increíble”, agrega.

El árqueólogo Rick Knecht ha llegado a recuperar más de 100.000 objetos prehistóricos yupik.

Grandes pérdidas

Sitios similares probablemente están desapareciendo a medida que se derrite el suelo congelado, que preservó estos tesoros por siglos, y la erosión no para. "Salvamos éste, pero otras decenas de miles se están perdiendo ahora mismo debido al cambio climático”, lamenta. “En algunos lugares del Ártico, la costa ha retrocedido más de una milla [1,6 km] y desde que llegué a Quinhagak, ha retrocedido unos 10 a 20 metros en apenas 10 años”.

Basado en la datación por radiocarbono de los materiales orgánicos ubicados en Nunalleq, expertos creen que este sitio se remonta a los tiempos que los historiadores llaman ‘Guerra de arco y flecha’, cuando los yupik estaban involucrados en feroces conflictos, mucho antes de que los rusos llegaran a Alaska a principios del siglo XIX.


Pero no fue fácil convencer a los ancianos de las comunidades, que creen firmemente que estos lugares no deben ser perturbados.

"Le tomó dos años a Warren Jones convencer a la aldea, uno por uno, que permitiera abrir un sitio arqueológico”, cuenta Knecht. “Lo pensaron largo y tendido y algunos de los ancianos que se mostraron reacios son ahora nuestros más firmes partidarios”.


“Tragedia cultural”

Muchos residentes de la aldea se ofrecen como voluntarios para trabajar con Knecht y su equipo de arqueólogos y estudiantes mientras examinan la tierra para salvar lo que puedan.
"Uno tiene la terrible sensación de que trabaja contra el tiempo y te das cuenta de todo el alcance de la tragedia cultural que crea el cambio climático”, dice Knecht. “Es deprimente, realmente deprimente. Es un espectáculo de terror”.



Pero dentro del horror, hay un aspecto positivo.

El interés de los yupik por conocer sobre sus tradiciones y sus ancestros se ha renovado. Varios aldeanos trabajan en réplicas de los artefactos encontrados en Nunalleq, mientras que estudiantes de la escuela local organizaron una compañía de danza tradicional y otros han comenzado a aprender el idioma de sus antepasados.

A eso se suma el inmenso orgullo que tienen los locales por su espectacular colección, envidia para cualquiera de los grandes museos del mundo. "Estos objetos pertenecen a la comunidad, pero estamos dispuestos a compartirlos y enviarlos a los museos en calidad de préstamo para que la gente aprenda sobre nosotros”, asegura.

Fuentes: tribunanoticias.mx | rpp-pe | unotv.com | 5 de mayo de 2019

Demuestran que los neandertales capturaban también águilas reales para elaborar posibles adornos


Foto: Stewart finlayson

El águila real ha sido cazada y venerada por las culturas humanas durante miles de años. Sin embargo, esto pudo no haber sido una práctica exclusiva del Homo sapiens: los neandertales también pudieron haber capturado a estas impresionantes aves de presa hace unos 130.000 años, según una nueva investigación. Es más, los humanos modernos es posible que hubieran aprendido las técnicas de captura de águilas de sus primos neandertales.

Con sus luminosas plumas de color caoba y su enorme envergadura de 2,2 metros, el águila real (Aquila chrysaetos) se la ha solido asociar con deidades solares en las religiones de todo el mundo, desde las mitologías romanas y griegas hasta los sistemas de creencias tradicionales de los nativos americanos.
Un equipo de antropólogos quiso averiguar si los neandertales formaban parte de esa herencia. En este sentido, hallaron huesos y garras de águilas en docenas de yacimientos en Europa central y occidental ocupados tanto por los neandertales como por los humanos modernos, y se dispusieron a revisar las investigaciones asociadas con 154 yacimientos neandertales para comprobar si el águila real se destacaba de alguna manera.
Aunque los restos de palomas y cuervos eran las aves más numerosas, los restos de águilas reales también estaban presentes en 26 sitios. Según informan los investigadores en Quaternary Science Review, las marcas de cortes a lo largo de los huesos de las alas (donde las águilas tienen poca carne) sugieren que los neandertales extrajeron las plumas con sumo cuidado. Los cortes adicionales en los huesos de las patas de las aves indican que sus garras también estaban delicadamente separadas del resto de sus cuerpos.

No se ha descubierto ningún ornamento neandertal derivado del águila real, pero en 2015 un equipo de antropólogos informó haber encontrado garras de otro tipo de águila, el águila de cola blanca, con las que se había formado un collar de origen neandertal (derecha).

En consecuencia, debido a que los neandertales aparentemente capturaban y diseñaban adornos de grandes rapaces en Eurasia, miles de años antes de que los humanos modernos emigraran a este continente desde África, los autores sugieren que nuestros ancestros muy posiblemente pudieron haber aprendido tales prácticas al observar a sus vecinos neandertales.

Fuente: sciencemag.org | 26 de abril de 2019