Gastronomía vaccea en clave arqueológica

Enterramiento de la necrópolis vaccea de Pintia, en el que se aprecian diferentes tipos de vasos utilizados como ajuar funerario.

Los vacceos poseían una rica variedad de utensilios y recipientes en sus cocinas que sirvieron no solo para elaborar comidas, sino también para diversos tipos de rituales, como pueden ser los funerarios. Así se pone de manifiesto en el último número de la revista Oppidum, editado por la Unidad de Arqueología de IE University, que recoge un novedoso artículo donde se estudian los instrumentos culinarios, tales como cazos, cucharas, morteros, ralladores, coladores o embudos.

El autor de este artículo, el profesor Juan-Francisco Blanco García (izquierda) describe los agentes implicados en el proceso de elaboración y transformación de los alimentos y analiza el repertorio de instrumentos cerámicos de la cocina vaccea, presentes en fechas tan tempranas como el siglo IV d. C. Además, aporta valiosa información sobre la preparación y variedad de alimentos consumidos por esta cultura representativa del valle del Duero.

Entre los materiales arqueológicos aparecidos en las diferentes excavaciones del área vaccea, existe una amplia variedad de instrumentos destinados al procesado de alimentos, resultando un testimonio extraordinario de la gastronomía de nuestros antepasados. Algunos de estos utensilios también fueron empleados en celebraciones funerarias y se asocian a banquetes fúnebres. “Probablemente, su versatilidad los convirtió en utensilios aptos para funciones variadas, permitiendo traspasar los fogones y formar parte de otro tipo de rituales, pues también hacen acto de presencia en otros ambientes además de los domésticos, como áreas funerarias o en espacios abiertos como calles y callejones”, indican los investigadores.

Los investigadores de IE University, Cesáreo Pérez y Olivia Reyes, y el experto Eusebio Dohijo, colaborador científico del centro AMARC de IE University (Antiquity & Middle Ages Research Centre), dan a conocer en Oppidum un estudio epigráfico de un anillo signatario hallado en el cementerio tardoantiguo en la zona de las Pizarras de Coca (Segovia). Este anillo, que podría situarse entre el último cuarto de siglo VII y la primera mitad del siglo VIII, pudo pertenecer a un miembro de la élite hispanovisigoda.

Según los investigadores, el hallazgo es significativo pues este anillo de bronce presenta en su chatón, una leyenda con una invocación a Cristo y el nombre y la representación de su portador.
A diferencia de otros, este anillo en particular procede de una excavación arqueológica, concretamente, de un enterramiento efectuado sobre las ruinas de una importante villa palaciega de Coca. “Esta sortija fue descubierta en el dedo corazón de la mano izquierda de uno de los tres individuos que compartieron la sepultura número dieciocho. Podemos hacernos cierta idea de su propietario, al apreciar un busto masculino grabado en la parte central del chatón; aunque de forma esquemática, de ojos resaltados”, indican los arqueólogos de IE University.

Anillo signatario hallado en el cementerio tardoantiguo en la zona de las Pizarras de Coca. / IE UNIVERSITY

Tal y como refieren sus autores, miembros del Antiquity & Middle Ages Research Centre de IE University, “estos anillos con sello, tan frecuentes en época romana e ideados además para sellar documentos resultan menos abundantes en época visigoda; en especial aquellos con motivos cristianos y leyenda breve (Petrus, Paulus, etc.)”. “Con frecuencia, suelen incluir los nombres personales de sus portadores, donde una comunidad cristiana reconocería el de su obispo, o cualquier otra dignidad eclesiástica”, añaden los investigadores.

Los siglos VII y VIII son tiempos poco conocidos, subrayan, para añadir que “por ello, los estudios sistemáticos y extensivos en núcleos urbanos como Segovia y Coca, o espacios rurales como las villas de Aguilafuente, los Casares de Armuña, o Las Pizarras en Coca, nos pueden ayudar a transformar los parcos conocimientos que de ellos tenemos para esta época”.

La Unidad de Arqueología de IE University está integrada por un equipo de profesionales que cuenta con una amplia y larga experiencia en la enseñanza y práctica de la arqueología, bajo la dirección del profesor doctor Cesáreo Pérez González. Desde su creación, la Unidad ha trabajado en diferentes lugares nacionales e internacionales: en Coca (cuna del último emperador romano de Oriente y Occidente, Teodosio I el Grande), en Tiermes, considerado uno de los yacimientos hispanorromanos más singulares de la Península Ibérica y donde los arqueólogos de IE University vienen trabajando desde el año 2007, o en Herrera de Pisuerga, yacimiento conocido como el campamento de la Legio IV Macedonica y del Ala Parthorum, que jugó un papel fundamental en las guerras cántabras bajo el gobierno de Augusto, emperador que hizo de Roma la capital del arte y la literatura. Además, a escala internacional, la Unidad ha estado llevando a cabo proyectos en países como Italia, Egipto, Ecuador o Chile.

Fuente: eladelantado.com | 19 de junio de 2019

Hallan en nuestro genoma ADN de un antepasado desconocido

El área central de los cromosomas, el centrómero, contiene ADN que ha sobrevivido en gran parte sin cambios durante cientos de miles de años, según encontraron investigadores de la UC Davis y el Laboratorio Lawrence Berkeley. Parte de este ADN proviene de neandertales u otros parientes o ancestros antes de que los humanos modernos emigraran fuera de África. (Sasha y Charles Langley).

En el interior de los centrómeros, los aún poco conocidos núcleos centrales de nuestros cromosomas, un equipo de investigadores de las Universidades de California en Davis y Santa Cruz, y del Lawrence Berkeley Laboratory, acaban de hacer un descubrimiento excepcional: grandes fragmentos de ADN neandertal y, lo más intrigante, también de otras antiguas especies de homíninos aún desconocidas para nosotros. El hallazgo se acaba de publicar en la revista eLife.

Los centrómeros se encuentran justo en medio de los cromosomas. En la clásica imagen de los libros de Biología, constituyen su punto más estrecho, justo donde las aspas de la "x" se juntan. Tienen la misión de servir de anclaje para las fibras que separan los cromosomas cuando las células se dividen, por lo que son de la máxima importancia a la hora de comprender lo que sucede cuando la división celular falla, provocando cáncer o defectos genéticos.

El ADN de los centrómeros contiene, además, montones de secuencias genéticas, muchas de ellas repetidas y colocadas sin un orden aparente, motivo por el cual los científicos no han conseguido aún mapear esa parte de nuestro genoma con precisión.

"Son el corazón oscuro del genoma. Siempre les decimos a los estudiantes que no vayan allí", bromea Charles H. Langley, autor principal del estudio (izquierda).

Los centrómeros tienen la particularidad de que no se cruzan cuando las células se dividen para formar, por ejemplo, esperma u óvulos. Y, sin esa "reorganización" que se produce en cada nueva generación, pueden conservar, intactos, fragmentos muy antiguos de ADN.
Por eso, Langley y su equipo razonaron que podría haber haplotipos (grupos de genes que se heredan juntos a lo largo de la evolución humana) que se extendieran a lo largo de vastas porciones de nuestro genoma, incluidos los centrómeros. Y se pusieron a buscar en ellos ejemplos de material genético antiguo. En concreto, los investigadores buscaron cambios heredados que afectaran a una única letra del ADN, lo que les facilitaría la labor de mapear los haplotipos en el interior de los centrómeros. Sus primeros intentos se llevaron a cabo con Drosophilas, las populares moscas de la fruta.

Según Langley, encontrar cenhaps (centromeric haplotypes), haplotipos en los centrómeros, tiene dos importantes implicaciones para la ciencia. La primera es la posibilidad de diferenciar los cromosomas entre sí por sus centrómeros. Lo cual permitiría llevar a cabo pruebas para ver si esas diferencias tienen un impacto en la parte del ADN que se hereda y la que no, además de saber si existen haplotipos que sean más propensos a estar involucrados en errores que desemboquen en enfermedades.

La segunda implicación es que a partir de ahora los científicos podrían utilizar los centrómeros para estudiar tanto la ascendencia como la descendencia evolutiva. Es decir, bucear en el material genético de las antiguas especies humanas que nos precedieron.


Diagrama esquemático de un cromosoma eucariótico ya duplicado y condensado (en metafase mitótica). (1) Cromátida, cada una de las partes idénticas de un cromosoma luego de la duplicación del ADN. (2) Centrómero, el lugar del cromosoma en el cual ambas cromátidas se tocan. (3) Brazo corto. (4) Brazo largo.

Con ese objetivo, y tras un largo entrenamiento con las moscas de la fruta, Langley y sus colegas decidieron pasar al ADN humano. De modo que estudiaron las secuencias genéticas de los centrómeros del proyecto "1.000 genomas", un catálogo público de variaciones humanas. Y tuvieron éxito. De hecho, descubrieron haplotipos que abarcaban los centrómeros de todos los cromosomas humanos.

Pero entre esas secuencias de genoma (en concreto en el cromosoma X) los investigadores encontraron todo un "tesoro genético": varios haplotipos centroméricos principales que representan linajes que se remontan a hace medio millón de años. Si consideramos el genoma en su conjunto, la mayor parte de la diversidad se observa entre genomas africanos, en consonancia con la propagación más reciente de humanos fuera del continente negro. Aquellos primeros emigrantes, sin embargo, no llevaron con ellos uno de los linajes de haplotipos centroméricos más antiguos.

En el cromosoma 11, los científicos hallaron haplotipos muy divergentes de ADN neandertal en genomas no africanos. Estos haplotipos divergieron entre hace 700.000 y un millón de años, alrededor del tiempo en que los ancestros de los neandertales se separaron de otros ancestros humanos.

Además de eso, resultó que el centrómero del cromosoma 12 también contiene un haplotipo arcaico aún más antiguo, que parece derivar de un antepasado nuestro que es aún desconocido para la ciencia.

Según se explica en el artículo, ese ADN neandertal en el cromosoma 11 podría influir, incluso en la actualidad, en nuestro sentido del olfato. Las células que responden al gusto y al olfato, en efecto, llevan receptores odorantes activados por firmas químicas específicas. Los humanos tenemos alrededor de 400 genes diferentes para activar estos receptores olfativos, y 34 de ellos residen en haplotipo centromérico del cromosoma 11.

En cuanto al haplotipo centromérico del cromosoma 12, poco más se puede decir. Llevamos en nuestro interior la herencia genética de por lo menos una especie antigua de la que aún no hemos encontrado fósil alguno. Los paleontólogos, pues, tienen ahora un nuevo objetivo para los próximos años...

Fuentes: abc.es | ucdavis.edu | eurekalert.org | 20 de junio de 2019

Atapuerca abre una «época dorada» de cuatro o cinco años con grandes hallazgos

Eudald Carbonell y José María Bermúdez de Castro, codirectores del yacimiento de Atapuerca.

Los codirectores de las excavaciones de Atapuerca aseguran que todo el equipo está «ilusionado» a la espera de los frutos que puedan dar los yacimientos en esta campaña y en las próximas. Y es que consideran que han entrado en un «nuevo ciclo» de cuatro o cinco años en el que llegan a partes «muy fértiles» de varios yacimientos del complejo y que puede ser una «época dorada» para el enclave burgalés. Durante este periodo se irá fraguando la retirada de los tres codirectores actuales, aunque los hallazgos seguirán con quienes les releven. «Es lo mismo que ocurrió cuando tomamos el relevo de Emiliano Aguirre y comenzaron a aparecer hallazgos espectaculares en Atapuerca», explica uno de los codirectores, José María Bermúdez de Castro.

De momento, en esta campaña, presentada ayer, habrá 200 investigadores que por primera vez trabajarán simultáneamente en nueve yacimientos, aunque tras el peritaje de todo el entorno, los codirectores están convencidos de que «hay trabajo para siglos, porque puede haber centenares de yacimientos», afirma Bermúdez de Castro. Otro codirector, Eudald Carbonell, pone como ejemplo al nuevo yacimiento de La Paredeja, donde ya han profundizado 20 metros, aunque creen que tiene al menos 30 de profundidad con restos; y La Ciega, en el que todavía no han empezado a excavar, pero que creen que puede tener una gran riqueza y formar parte de otro núcleo de yacimientos tan importante o más que la Trinchera del ferrocarril. Allí se encuentran los más emblemáticos del complejo, como Galería, el Elefante o Gran Dolina.

Ampliar el equipo

Reconocen que la gran extensión del complejo hace que la campaña de excavaciones sea complicada y que sea muy difícil aumentar el número de integrantes del equipo. En esta ocasión, han optado por retirar algunos investigadores de otros yacimientos para poder generar dos equipos, que suman unas veinte personas, para trabajar en Cueva Fantasma, donde se localizó en un sondeo un parietal (derecha) que puede corresponder a un neandertal, aunque ahora el objetivo es documentar su antigüedad y su entorno, además de buscar nuevos restos.
Otro de los puntos clave de Atapuerca en esta campaña es Gran Dolina, donde están cerca de llegar al nivel TD-6, donde se definió hace años una nueva especie, el Homo antecessor, y ahora esperan encontrar más restos, dado que se trata de un nivel «muy rico», con una superficie a excavar de casi 80 metros cuadrados.

Bermúdez de Castro considera que sería bueno ampliar el equipo de excavaciones, aunque reconoce que es algo enormemente complejo, porque requiere reforzar los laboratorios, el lavado de sedimentos en el río y toda la logística, por lo que se lo plantearán al término de esta campaña y siempre con mucha prudencia. La antigüedad de los restos de Atapuerca parecía no tener fin. Desde que se descubrieron en Gran Dolina los restos de los primeros europeos, de hace cerca de un millón de años, esa era la barrera a batir y se consiguió.

En la Sima del elefante (izquierda) aparecieron vestigios de presencia de homínidos de 1,3 millones de años y algunos indicios hacían pensar que se podría llegar más cerca de los dos millones, en torno a 1,8 millones. Sin embargo, los codirectores han echado el freno. Creen que los restos de homínidos que se podrán encontrar en el complejo no superarán 1,5 millones de antigüedad. En este sentido, otro de los codirectores, Bermúdez de Castro, recuerda que en los yacimientos de Dmanisi, en Georgia, se han encontrado restos de 1,8 a 1,9 millones de años y si apareciera algo más antiguo, seguramente ya no sería género Homo, sino Austrolopithecus.

Además, señala que en otros yacimientos europeos también se han encontrado restos de una antigüedad próxima al millón y medio de años, aunque los de Atapuerca se pueden datar con mayor seguridad, ya que el resto se encuentran en zonas freáticas, donde ha podido haber movimientos que hacen muy difícil asegurar su datación.

Fuente: abc.es | 20 de junio de 2019
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José María Bermúdez de Castro, presentó en el Museo de la Evolución Humana (MEH) su último libro ‘Atapuerca. Persiguiendo un sueño’


José María Bermúdez de Castro durante un momento de la presentació de su libro. - SANTI OTERO

El codirector de los Yacimientos de Atapuerca, José María Bermúdez de Castro, presentó ayer en el Museo de la Evolución Humana (MEH) su último libro ‘Atapuerca. Persiguiendo un sueño’, que recoge a través de fotografías y de sus propios apuntes personales, la historia de los yacimientos durante estos 40 años. El antropólogo explicó que muchas de estas fotografías fueron realizadas personalmente por él y a las que calificó de «gamberras», puesto que retrataban momentos del día a día, durante las campañas de excavaciones.

Durante el acto, José María Bermúdez de Castro estuvo acompañado a su vez por la directora general de Políticas Culturales, Mar Sancho, el presidente de la Fundación Atapuerca, Antonio Miguel Méndez Pozo; el director gerente del Museo de la Evolución Humana y del Sistema Atapuerca, Alejandro Sarmiento; y el director general de la Fundación Atapuerca, Javier Gutiérrez.


Editado por la Junta de Castilla y León, el libro es la culminación de las actividades que sirvieron para conmemorar los 40 años de excavaciones en la Sierra de Atapuerca el año pasado y que tuvieron su punto culminante en la exposición ’40 años de excavaciones en la Sierra de Atapuerca’, que se puede visitar en la segunda planta del Museo. Además de esta muestra, el MEH organizó una serie de encuentros y talleres para celebrar la efeméride.

El libro repasa, con fotografías del propio Bermúdez de Castro, la historia del proyecto científico de Atapuerca, así como de las personas que han formado parte del equipo de investigación durante todos estos años. Las fotografías están acompañadas por notas y recuerdos del codirector de los yacimientos.

Está dividido en varias partes: ‘Los comienzos’; ‘En las entrañas de Cueva Mayor’; ‘El regreso a la luz’; ‘Bautismo internacional’; ‘Los grandes proyectos’; ‘Atapuerca. La historia interminable’ y ‘Epílogo’. También es la historia personal de José María Bermúdez de Castro, aquel joven que leía cautivado ‘El primer antepasado del hombre’ del famoso arqueólogo Donald Johanson, el estudiante que realizó su tesis en Canarias y el investigador que llegó a Atapuerca de la mano de Emiliano Aguirre, padre del proyecto ‘Atapuerca’.

Bermúdez de Castro explicó además, que estas fotografías están acompañadas por un texto «bastante sentido», afirmó, puesto que «son sus inicios» en este proyecto y reflejan lo que supuso para él trabajar en Atapuerca. «Son fotos sencillas, simples», indicó, pero que «te dan la imagen de que las personas son del día a día», añadió. «No veréis casi ninguna de pose, son fotos robadas y simpáticas».



Asimismo, el autor anunció que todas las fotografías que componen el libro, así como aquellas que ha logrado recuperar a lo largo de los años, algunas pertenecientes al fotógrafo Mariano Bautista, serán donadas a la Fundación Atapuerca, puesto que considera que la labor que tiene que hacer la fundación es «ir guardando la historia de este proyecto», para que estas se digitalicen y pueda conservarse este proyecto.

En este sentido, el presidente de la fundación señaló que la inversión necesaria para llevar a cabo esta acción se presentará al comité ejecutivo de la fundación el próximo 25 de junio, y afirmó que esperan que «apoye la inversión», y añadió que estas fotografías serán «bien recibidas y tratadas». Una colección fotográfica a la cual el antropólogo no supo poner una cifra exacta, aunque señaló que realizadas por él, hay entorno a las 3.000-4.000 fotografías, mientras que dispone de varios álbumes de fotografías tomadas por Mariano Bautista.

Palanca de desarrollo

Por otro lado, en relación al Museo de la Evolución Humana, la directora general de Políticas Culturales, Mar Sancho, anunció que desde su puesta en marcha, se han recibido más de 4 millones de visitas, de las cuales casi el 80% corresponden a visitantes de fuera de Castilla y León, y un 14% llegan desde el extranjero. En este sentido, remarcó que el Sistema de Atapuerca se ha constituido como una «verdadera palanca de desarrollo económico turístico y cultural en Castilla y León».
Además, indicó que el centro de Arqueología Experimental de Atapuerca y el Centro de Acceso de Ibeas de Juarros son dos espacios que «claramente han mejorado la atención de cara a los visitantes», añadió.

Fuente: elcorreodeburgos.com | 19 de junio de 2019

Una exposición en Murcia analiza la dimensión histórica de Ibn Mardanish, el rey Lobo

La exposición 'Rey Lobo. El Legado de Ibn Mardanish' divulga, a través de más de 250 piezas, el contexto, los fundamentos ideológicos y económicos de proyecto político de esta figura histórica. La muestra, que se inaugura el jueves 20 de junio, se podrá visitar hasta el 1 de diciembre en el Museo Arqueológico de Murcia, en el Museo de Santa Clara y el conjunto de San Juan de Dios, estos dos últimos vinculados a la figura de Ibn Mardanish.

La consejera de Turismo y Cultura en funciones, Miriam Guardiola, presentó hoy la exposición acompañada por sus comisarios Jorge Eiroa y María Ángeles Gómez, y explicó que "la muestra es el resultado de un intenso trabajo de un proyecto de investigación subvencionado por la Fundación Seneca que ha tratado de definir la dimensión histórica de este personaje y de su emirato, a través de un pormenorizado estudio de las fuentes documentales y del registro material conservado". En este sentido, añadió que "estamos ante la mayor reunión de piezas y documentación que se ha llevado a cabo de la historia del rey Lobo y mostrará la evolución de la ciudad y su entorno durante su reinado".



Muhammad ibn Sa'd ibn Mardanís, conocido como 'el Rey Lobo', convirtió la antigua provincia de Tudmir en un estado independiente entre 1147 y 1172, siendo la ciudad de Murcia su capital. Consiguió englobar un extenso territorio que incluía amplias zonas del Levante y Andalucía y frenar el avance de los almohades, presentes en la península Ibérica desde mediados del siglo XII.

Este amplio proyecto expositivo congrega colecciones de más de veinte instituciones distintas de nuestro entorno, actualmente dispersas en distintos museos autonómicos y municipales, y de otras instituciones, públicas y privadas, de ámbito nacional, relacionadas, de alguna forma, con el emirato de Ibn Mardanís. Entre las 250 piezas que se exhiben podemos encontrar la colección del castillejo de Monteagudo procedente del Museo Arqueológico Nacional, nunca antes expuesta en la Región, o un conjunto de monedas almorávides con ceca Murcia halladas en una excavación arqueológica en una alquería de Cáceres.

Estamos, por tanto, "en la primera exposición que se realiza de este personaje histórico tan importante para la historia de nuestra Región, y que junto con la que actualmente se exhibe en el Palacio de San Esteban, y los itinerarios por los yacimientos (San Esteban, Muralla de Verónicas, conjunto de Monteagudo) completa una visión global que contextualiza y da una dimensión de la importancia del rey Lobo".



Para favorecer la comprensión, la Fundación Integra ha realizado un audiovisual y se han programado una serie de actividades como conferencias, y talleres infantiles. Todo ello con la idea de mejorar la experiencia de la visita y estimular el interés del público.

Guardiola agradeció el trabajo a los comisarios y la colaboración científica de Pilar Garrido, Alicia Carrillo, Carolina Domenech, Andrés Martínez, Martín Guillermo, Sikvia Yus y Virgilio Martínez, así como a los museos que han prestado obras, a la Universidad de Murcia, la Fundación Séneca y la Fundación Integra.


Actividades complementarias

Para completar el conocimiento de esta figura,actualmente se exhibe en el Palacio de San Esteban la muestra 'Poder y producción en la almunia del Rey Lobo', que se puede visitar hasta septiembre y que está dedicada a la almunia del Castillejo de Monteagudo, la finca de recreo del emir Sa'd ibn Mardanís. Dirigida por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas, muestra qué eran, cómo se organizaban y qué funciones tuvieron este tipo de almunias, propiedades rústicas de los sultanes y la aristocracia de al-Andalus que se extendieron durante la Edad Media.

Además, también se pueden realizar recorridos arqueológicos por diferentes espacios como el yacimiento de San Esteban, la muralla de verónicas, el Centro de Interpretación de la Muralla de Santa Eulalia y el Conjunto de Monteagudo.

Fuente: murcia.com | 18 de junio de 2019

CosmoCaixa Barcelona expone 160 fósiles de la fauna que habitó la península hace 9 millones años

Una exposición del CosmoCaixa de Barcelona permite conocer la fauna que habitó la península ibérica hace 9 millones de años, en la que destacan desde grandes predadores, como el tigre de dientes de sable, hasta mastodontes, rinocerontes o jiráfidos, sin olvidar la microfauna.

La exposición "Sables y mastodontes", organizada por 'la Caixa' y el Museo Arqueológico Regional de la Comunidad de Madrid, contiene 160 piezas originales de las especies que vivieron durante el Mioceno, halladas en los yacimientos ubicados en la localidad madrileña de Torrejón de Velasco.
Según ha explicado el director del Museo Arqueológico Regional de la Comunidad de Madrid, Enrique Baquedano (izquierda), que ha dirigido el recorrido por la exposición este miércoles, los yacimientos del Cerro de los Batallones son "el conjunto más excepcional de fósiles del mioceno superior que existe en el mundo actualmente".

Baquedano ha precisado que la peculiaridad de Batallones se debe a la gran cantidad de carnívoros que se hallaron durante las excavaciones -que se iniciaron hace casi 30 años- y a la trampa natural que se creó en los yacimientos, que ha llevado a una "acumulación extraordinaria de fósiles".

Según el director del museo madrileño, la formación del cerro pasó por una primera etapa, en la que se formó la trampa natural por la erosión de sedimientos, donde "cayeron y quedaron atrapados todo tipo de especies que hemos recuperado".

"Esta acumulación de carne atraía a su vez a más fauna, y de esta forma, durante un período de entre 100.000 y 500.000 años, se fueron acumulando restos de animales", ha explicado Baquedano.
Entre las especies depredadoras halladas en los más de diez yacimientos de Batallones destaca el tigre dientes de sable, un felino de tamaño superior a los leones de sabana actuales, con una apertura de boca de 180 grados y unos afilados colmillos que le permitían especializarse en matar a grandes presas.

Calaveras de tigres con dientes de sable.


"El tigre dientes de sable no cazaba en manada ni a través de la persecución como el león actual, sino que lo hacía al acecho", ha explicado Baquedano, quien ha añadido que "esta forma de cazar lo condenó a la extinción, ya que con solo fracturarse un diente, su principal arma, estaba muerto".

La exposición también destaca las muestras de dos tipos de rinocerontes que coexistieron durante el Mioceno -uno con cuernos y el otro, sin-, un hipparion -un caballo prehistórico que tenía aún tres dedos-, un cráneo y una mandíbula de mastodonte y una jirafa con el cuello visiblemente más corto que el de la actual.

Además, las numerosas campañas de excavación dirigidas por el paleontólogo Jorge Morales también han dejado el caparazón completo de una tortuga gigante, así como los huesos de animales más pequeños, como ranas, aves o lagartos que, "a pesar del tamaño de sus huesos y de la antigüedad, se han conservado perfectamente", ha celebrado Baquedano.

Fósiles de un équido y de una tortuga gigante.


Al final de la exposición, Baquedano ha reflexionado sobre la similitud entre la extinción de las especies del Mioceno y la amenaza actual.

"Algunos de los grandes herbívoros es probable que desaparecieran tanto por el cambio de clima de la época, que evolucionaba hacia un clima más cálido antes del período de las glaciaciones, como por la amenaza de los homínidos, que llegaban de África a Eurasia", ha explicado.
Por su parte, la directora general adjunta de la Fundación Bancaria 'la Caixa', Elisa Durán, ha calificado la exposición de "una experiencia arqueológica del yacimiento más importante de Europa del Mioceno que permite al espectador conocer la fauna de hace millones de años y las repercusiones del cambio de clima en las especies".

Esqueleto de un tigre de dientes de sable en actitud amenazadora.

La exposición, que albergará el CosmoCaixa durante un año, irá acompañada de varias actividades y talleres a cargo de paleontólogos que incidirán en los ecosistemas del Mioceno.
Sables y Mastodontes se podrá visitar del 19 de junio de 2019 al 31 de mayo de 2020 en CosmoCaixa Barcelona (Isaac Newton, 26).

Fuentes: eldiario.es | elnacional.cat | 19 de junio de 2019

Unas obras de alcantarillado destapan una supuesta sauna de la Edad de Hierro “casi intacta”

La monumental construcción, cubierta de arena de playa, forma parte del Castro da Atalaia, que ocupaba una península en Cervo (Lugo) sobre la que en 2005 se autorizaron 82 pisos. Parte de la estructura que ha aflorado durante unas obras de saneamiento en A Atalaia (San Cibrao, municipio lucense de Cervo). Crédito de la foto: AXA ARQUEOLOXÍA.

Unas obras para renovar el alcantarillado y meter bajo tierra el tendido eléctrico han sacado a la luz la que podría ser la sauna de época castreña mejor conservada del noroeste peninsular. La estructura, compuesta en principio por cuatro estancias cuadrangulares y de unos tres metros y medio de altura, se hallaba sepultada bajo arena de playa, entre casas habitadas y oculta por el firme asfaltado de la rúa do Faro, en el paradisíaco enclave de la península de A Atalaia (Cervo, Lugo). La construcción, de dimensiones monumentales, se encuentra en el corazón de este territorio de seis hectáreas, cercado por las playas, que primitivamente fue una isla unida a tierra firme por un estrecho istmo arenoso.
Los obreros que abrieron el suelo para instalar el saneamiento enseguida dieron la voz de alarma al Ayuntamiento y desde la semana pasada trabaja en el lugar la empresa Axa Arqueoloxía. El director de los estudios, Emilio Ramil, asegura que la edificación está "casi intacta". Se puede ver la falsa bóveda (que normalmente en las otras excavaciones no se conserva), el tanque o piscina en la que se colocaban piedras calientes, el banco corrido y lo que se cree que es una boca de horno. También está la "piedra formosa", un monolito en forma de enorme pared plana que servía de separación entre estancias y daba acceso, por una diminuta puerta por la que había que pasar arrastrándose, a la sala de vapor.

Se supone que la sauna daba servicio al castro que en la Edad de Hierro pudo llegar a extenderse por toda la península, ocupada también durante la romanización y la Edad Media, como revelan los sucesivos hallazgos de cerámica castreña, de terra sigillata y medieval. Hace algo más de una década, en aquel lugar abrazado por el mar comenzó a perpetrarse el que podría haber llegado a ser uno de los mayores atentados contra el patrimonio de Galicia en este siglo, si un grupo de vecinos no lo hubiese frenado.

Una urbanización de 82 pisos repartidos en tres bloques empezó a edificarse con autorización del Ayuntamiento (PP) mientras la Xunta (bipartito PSOE-BNG), alertada del valor arqueológico de los terrenos, se demoraba entre 2005 y 2006 en pronunciar su dictamen a pesar de que el valor patrimonial del terreno constaba desde antes. La obra acabó paralizada después de que las máquinas destruyesen parte del yacimiento y hoy todavía perdura el esqueleto en hormigón de un edificio empezado a construir, mientras el consistorio, aún bajo gobierno del PP, planea "poner en valor" el conjunto arqueológico.

Foto: Restos del Castro da Atalaia a los pies del esqueleto sin demoler de la urbanización que paralizaron los vecinos. Crédito de la foto: XOSÉ MARRA.

El martes, un arqueólogo de la Xunta de Galicia visitó la supuesta sauna para hacer una valoración oficial. De momento, mientras no se lleve a cabo una datación (para lo que se cuenta con muestras de carbón) se mantiene la teoría del balneario castreño como única hipótesis, porque la estructura, con variaciones, repite las características exclusivas de estos edificios. Actualmente, con la de A Atalaia, se conocen media docena en Galicia, tres de estos baños termales localizados recientemente en el norte de la comunidad. Emilio Ramil también dirige la investigación que se está llevando a cabo en Cedeira (A Coruña), donde se ha confirmado que la sauna ya estaba en uso en el siglo III antes de Cristo. Entre el norte de Portugal y Asturias suman otra treintena, y las primeras en identificarse en el país vecino (Citania de Briteiros, Castro das Eiras) conservaban monolitos tan artísticamente labrados que dieron lugar a ese nombre de "pedra formosa" ("hermosa", en gallego "fermosa") con el que ahora se denomina en general a todas las saunas de los poblados que ya estaban asentados cuando llegaron los romanos.

Presa entre viviendas

La excavación de la de A Atalaia mide de momento unos 12 metros de largo (lo equivalente a tres de las cuatro estancias) y ocupa el vial, que permanece cortado. El Ayuntamiento aguarda la catalogación de la Consellería de Cultura de la Xunta antes de decidir cómo actuar en un espacio atenazado por fincas particulares y los cimientos de las casas que flanquean la calle, lo que hará imposible excavar la planta completa del edificio. Ramil destaca que esta sería la tercera sauna que aparece en Galicia en un castro asentado en una península que se adentra en el mar, después de las localizadas en Ortigueira y Cedeira.

El grupo de vecinos que se movilizó en la pasada década contra la urbanización de Punta Atalaia para salvar el castro fundó un combativo grupo, Mariña Patrimonio, que desde entonces ha denunciado decenas de destrozos de restos arqueológicos en el norte de Lugo y ha investigado y ha descubierto numerosos yacimientos, como minas romanas, monumentos funerarios, petroglifos y hasta algún asentamiento vikingo. El colectivo ya alertó en 2008 de la posible existencia de la sauna castreña de Cervo después de localizar cuatro noticias en El Progreso de Lugo, de 1974, sobre la misteriosa estructura, de la que se apuntaba un presunto origen fenicio. Hace 45 años, durante unas obras en un lugar que el periódico identificaba como la Casa de Dorita, se descubrió un edificio enterrado en la arena.
Foto: Vista parcial del supuesto tanque de agua con banco y una hornacina, arriba, a la derecha, en el yacimiento descubierto. Crédito de la foto: AXA ARQUEOLOXÍA.

La Dirección General de Patrimonio paralizó entonces las obras y, supuestamente, encomendó a Manuel Chamoso Lamas las indagaciones. Sin embargo, de aquella campaña no se conserva ningún informe, cuando este metódico arqueólogo e historiador siempre dejaba constancia de sus hallazgos en "tres o cuatro folios con fotos y resultados", comenta ahora Ramil. Lo único que ha aparecido han sido los reportajes de prensa y una grabación en súper 8 tomada supuestamente por "algún turista". El yacimiento, que realmente no estaba bajo la Finca de Dorita, sino bajo el camino público, volvió a ser tapado con arena. Y aunque los vecinos explicaban a Mariña Patrimonio detalles que seguían recordando de la excavación de los setenta, no se supo más de él hasta que fortuitamente ha vuelto a emerger. Ahora, Manuel Miranda, el portavoz del colectivo que vela por los yacimientos de la comarca, sostiene que esta podría ser la sauna de la Edad de Hierro "mejor conservada de Europa".

Fuente: SILVIA R. PONTEVEDRA | El País, 19 de junio de 2019