Descubren en la ciudad romana de Ammaia el quinto anfiteatro de la antigua provincia de Lusitania

Acceso al anfiteatro de la ciudad romana de Ammaia (Portugal), descubierto en los últimos días con motivo de un proyecto internacional en el que participan expertos de Portugal y España. EFE/Fundación Ciudad de Ammaia

Los trabajos del proyecto arqueológico internacional en la ciudad romana de Ammaia, en Portugal, han permitido identificar un anfiteatro, el quinto localizado en la antigua provincia de Lusitania tras los de Mérida, Cáparra, Conimbriga y Bobadela.

Este proyecto, que se desarrolla por segundo año consecutivo, es una colaboración entre la Fundación de Estudios Romanos-Museo Nacional de Arte Romano de Mérida, la Fundación Ciudad de Ammaia, y la Universidad de Lisboa, y el apoyo del Municipio de Marvao.

«Lusitania: Investigación y Proyecto Arqueológico en la ciudad roman...» es un Proyecto Internacional financiado por el Ministerio de Cultura y Deporte a través de las ayudas convocadas en concurrencia competitiva para Proyectos Arqueológicos en el exterior por el Instituto Cultural de España (IPCE).
Durante los meses de junio y de julio se está llevando a cabo una nueva campaña de excavación arqueológica en la ciudad romana de Ammaia (Marvao), informa el Ministerio de Cultura en nota de prensa.

Foto: Excavación de la puerta monumental de acceso al anfiteatro de Ammaia

En esta anualidad el objetivo marcado en el Proyecto era la exploración y ampliación de los trabajos de prospección y excavación a nuevos espacios públicos de Ammaia, que permitieran un conocimiento más completo de la ciudad romana.

Los trabajos arqueológicos en el área del foro de la ciudad, la zona mejor conocida hasta ahora, han continuado y se avanza en el mejor conocimiento de este complejo, en sus distintas fases constructivas y de uso.

Para preparar la nueva campaña de excavación fueron realizadas prospecciones geofísicas geomagnéticas, con la colaboración del Instituto de Arqueología de Mérida, que permitieron mejorar el conocimiento previo de la nueva área de intervención, así como definir las zonas de mayor interés, donde se presumía la existencia de edificios lúdicos de la ciudad.

Foto: Restos de la ciudad romana de Ammaia

De unos 60 metros

Durante las semanas de excavación que se llevan trabajando, ha sido posible confirmar la existencia de un nuevo edificio público, un anfiteatro, del que se ha podido identificar una de sus puertas, así como el inicio del graderío a ambos lados de la misma.

Esta identificación es de «suma importancia», destaca el ministerio, ya que constituye el quinto anfiteatro identificado en toda la provincia de Lusitania, tras los de Mérida, Cáparra, Conimbriga y Bobadela. Se trata de un edificio de que tendría unos 60 metros de longitud en su eje más largo.
Las próximas semanas continuarán los trabajos para avanzar en la definición del edificio de espectáculos y su entorno. Así, resulta «fundamental» el apoyo de la Fundación Ammaia tanto en el área del anfiteatro como del foro de la ciudad, donde se excava de manera paralela, así como de todas las citadas instituciones implicadas, que acreditan este proyecto como «un ejemplo de programa transfronterizo» entre ambos países en pro del patrimonio y cultura comunes.

Fuente: abc.es | 17 de julio de 2019

Los grabados prehistóricos tienen un significado

Trozo de ocre grabado con un patrón abstracto hallado en el sitio de Blombos (Sudáfrica) con una antigüedad de 75.000 años. © D'Errico / Henshilwood / Nature. Universidad de Burdeos.

Los primeros humanos grabaron motivos abstractos en piedras y objetos desde hace al menos 540.000 años.

Para los arqueólogos que han descubierto estas tramas prehistóricas, la cuestión es si fueron el resultado del azar, del deseo de imitar a la naturaleza o de tener un significado.

Una colaboración sin precedentes entre arqueólogos e investigadores de neuroimagen cognitiva del CNRS, la Universidad de Burdeos y del CEA, confirma por primera vez que nuestros antepasados atribuyeron un significado simbólico a sus creaciones artísticas.

Para llegar a esta conclusión, los investigadores analizaron el impacto en el cerebro humano de la contemplación de los abstractos prehistóricos.

Descubrieron que, cuando contemplamos esas obras, se activan las áreas cerebrales que reconocen objetos, así como una región del hemisferio izquierdo relacionada con el tratamiento del lenguaje escrito.

Este descubrimiento desvela que nuestros antepasados dotaban de significado a sus creaciones artísticas, así como que las usaban como medio de comunicación con los humanos primitivos.

Reacción cerebral

Mapa de Brodmann original con área 19 resaltada en amarillo. Se pueden apreciar las superfices externa (arriba) e interna (abajo).

Para llegar a esta conclusión hay que tener en cuenta que el sistema visual humano está organizado jerárquicamente: el área visual primaria (córtex estriado) analiza los componentes de una imagen (contraste, color, orientación), mientras que el área visual secundaria (áreas 18 y 19 de la clasificación de Brodman) distingue las diferentes categorías visuales.

Eso significa que unas áreas del cerebro están más especializadas en el análisis de los paisajes, y que otras regiones se centran en la percepción de objetos o la escritura.

Los investigadores observaron las zonas del cerebro de los participantes en la investigación que se activaron con los grabados prehistóricos: si eran las relativas a objetos, palabras o paisajes.

Y añadieron algo nuevo a los participantes: un alfabeto desconocido por ellos, con la finalidad de observar también su reacción cerebral ante un texto escrito.

El resultado de esta comparativa puso de manifiesto que la percepción visual de los grabados paleolíticos activa las mismas áreas del cerebro que los objetos.

También que no modifica la actividad de las zonas relacionadas con la visión del paisaje o el alfabeto antiguo.

Según los investigadores, esta constatación confirma que los grabados abstractos más antiguos tienen propiedades visuales similares a las de los objetos a los que podemos atribuir un significado.

Además, los grabados activan una zona cerebral lateralizada en el hemisferio izquierdo, conocida por su participación en el procesamiento del lenguaje escrito, lo que refuerza la idea de que estos grabados tienen el potencial de servir como un medio de comunicación para los humanos primitivos.
Arriba: Grabado descubierto en el sitio de Blombos (Sudáfrica). Centro: Ejemplo de categorías visuales utilizadas en el experimento. Parte inferior: vistas lateral e inferior de las activaciones cerebrales causadas por la percepción de los grabados ubicados en el lóbulo occipital y la parte ventral del lóbulo temporal (HG: hemisferio izquierdo, HD: hemisferio derecho, Inf: vista inferior). Estas activaciones son comparables a las causadas por la percepción de los objetos cotidianos. Crédito: Emmanuel Mellet y Francesco d'Errico.

Importancia histórica

El descubrimiento es importante porque hasta ahora no existe consenso entre los arqueólogos sobre la aparición de los comportamientos simbólicos en nuestra especie.

Para algunos, habría habido una revolución cognitiva repentina, ocurrida con el asentamiento de las poblaciones modernas en Europa hace 42.000 años.

Para otros, el descubrimiento de ornamentos, pigmentos y grabados abstractos en sitios africanos que datan de hace más de 100.000 años, indicaría que las prácticas simbólicas habrían aparecido en este continente y serían la consecuencia del origen de nuestro especies en África.

Para otros, los neandertales y otras denominadas poblaciones arcaicas también tenían comportamientos simbólicos.

Ahora sabemos que nuestros antepasados más remotos transmitían algo con sus creaciones artísticas, que no eran el resultado del azar o de un intento de imitar a la naturaleza.

El arte rupestre y paleolítico refleja que desde el principio de los tiempos humanos somos capaces de dotar de significado a nuestras obras y de dejar un mensaje para futuras generaciones.

Fuente: tendencia21.net | 18 de julio de 2019

La grasa de cerdo y su contribución a Stonehenge

Los residuos aparecían por todas partes en Durrington Walls, el gran asentamiento neolítico situado a apenas tres kilómetros de Stonehenge. La grasa de cerdo aún incrustada en la cerámica de estilo Grooved Wave siempre se había interpretado como residuo de un gran banquete vinculado a la construcción del conocido monumento alrededor del año 2500 antes de Cristo. Los arqueólogos de la Universidad de Newcastle, sin embargo, tienen una explicación alternativa (y sorprendente).

La hipótesis del grupo de investigadores, dirigidos por Lisa-Marie Shillito (izquierda), cuyo estudio ha publicado la revista Antiquity, es que estos residuos estarían relacionados con el uso no alimentario de los recursos animales, una interpretación que apoyaría la teoría del “trineo engrasado” que se habría utilizado para el transporte de los megalitos hasta Stonehenge.

"Cocinar ha sido generalmente la suposición por defecto en arqueología cuando se analizan los residuos de cerámica", señala a Newsweek. "Es la explicación más obvia y a menudo correcta, pero a veces las cosas son un poco más complejas y es importante no atenerse a lo inmediatamente obvio y considerar otras posibilidades. En este caso, podría ser un 'doble propósito': cocinar y recoger la grasa como subproducto. Tuve la idea porque la cantidad de grasa que encontramos en estas ollas era inusualmente alta, los únicos ejemplos comparables eran las lámparas de aceite".

Los nuevos análisis realizados a los recipientes sugieren que, debido a que los fragmentos provienen de platos con un tamaño y forma similares a los cubos (es decir, que no eran para cocinar o servir alimentos), podrían haberse utilizado para la recolección y almacenamiento de sebo, que es una grasa animal sólida y dura que tiene múltiples usos una vez derretida.

La cerámica de Durrington Walls es una de las que está mejor estudiada en cuanto a residuos orgánicos se refiere, ya que cuenta con más de 300 fragmentos que han sido analizados en los últimos años como parte de investigaciones más amplias sobre el uso del estilo Grooved Ware en Gran Bretaña.
Cerámica de estilo 'Grooved Ware' hallada en Durrington Walls (Antiquity)

“El nivel de conservación (de la cerámica) era excepcional y contenía altas cantidades de lípidos (o residuos grasos). Queríamos saber por qué vemos estas grandes cantidades de grasa de cerdo en los recipientes, teniendo en cuenta que los huesos de los animales que se han excavado en el sitio muestran que muchos de los cerdos fueron asados al completo en lugar de cortados, como cabría esperar si hubieran sido cocinados en ollas“, señala Shillito.

Los expertos dan por hecho que los 32 bloques de arenisca llegaron desde las montañas de Preseli, al suroeste de Gales. Para mover esos enormes megalitos hace más de 4.500 años hizo falta un gran esfuerzo humano. Experimentos recientes han sugerido que las piedras de hasta ocho metros de altura y un peso que alcanza las dos toneladas podrían haber sido movidas por 20 personas al colocarlas en un trineo y deslizarlas sobre troncos.

Foto: Modelo de trineo para desplazar los bloques de Stonehenge

El análisis de residuos de grasa absorbida es una técnica habitual entre los arqueólogos para descubrir qué tipo de alimentos se utilizaron con cada uno de los recipientes hallados en las excavaciones. “La cuestión es que se debe prestar más atención a cómo se interpreta esta información”, argumenta Lisa-Marie Shillito.

”Todavía hay muchas preguntas sin respuesta en torno a la construcción de Stonehenge. Hasta ahora, ha habido una suposición general de que los rastros de grasa animal estaban relacionados con la cocción y el consumo de alimentos. Pero puede haber otras cosas también, y estos residuos podrían ser una evidencia tentadora de la teoría del trineo engrasado”, añade.

Los investigadores consideran que "Las interpretaciones arqueológicas de los restos de vasijas y platos a veces solo puede ofrecer una parte del cuadro. Tenemos que pensar en el contexto más amplio de lo que sabemos y adoptar un enfoque múltiple para identificar otras posibilidades si esperamos obtener una mejor comprensión“, concluyen.

Fuentes: lavanguardia.com | pressdigital.es | arkeolojikhaber.com | 17 de julio de 2019

Hallan huesos de animales grabados con incisiones de ocre, de hace 100.000 años, en el yacimiento de Lingjing, en Xuchang, China

Hueso de animal grabado. Crédito: Agencia de Noticias Xinhua

Arqueólogos chinos han descubierto dos huesos grabados con incisiones ocres que datan de hace 110.000 años, lo que proporciona la evidencia más antigua del uso deliberado por parte de los seres humanos de grabados ocres con fines simbólicos.
Los huesos de los animales grabados se descubrieron en el yacimiento de Lingjing, en Xuchang, provincia central china de Henan, donde los investigadores encontraron fósiles craneales humanos que datan de hace 125.000 a 105.000, los cuales recibieron el nombre de "Hombre de Xuchang".
Los hallazgos publicados esta semana en la revista Antiquity, son el resultado de una colaboración entre investigadores de China, Francia y Noruega.

Li Zhanyang (izquierda), el experto principal en el descubrimiento de los huesos grabados, y profesor del Instituto de Patrimonio Cultural de la Universidad de Shandong, dijo que la realización de grabados abstractos se considera un indicador de la cognición humana moderna, lo cual ha llevado al desarrollo de símbolos, dibujos, lenguaje, matemáticas y arte.
Añadió que uno de los huesos tiene siete líneas grabadas de forma clara con presencia de un residuo rojo. Basados ​​en la reproducción experimental y el posterior análisis microscópico, los investigadores encontraron que las marcas secuenciales se hicieron con diferentes herramientas y varios movimientos. Pero no han podido descifrar el significado de las marcas.

Foto: Una fotografía (arriba) y el trazado de un fragmento de hueso grabado encontrado en Lingjing en la provincia china de Henan. (Imagen cortesía de Francesco d'Errico y Luc Doyon)

"Se han desenterrado más de 30.000 fragmentos de huesos en las excavaciones que se llevan a cabo desde 2005, pero no había visto ninguno con tales grabados antes de este hallazgo", dijo Li.
Señaló que las marcas de corte fueron producidas por una punta extremadamente aguda y fueron grabadas en huesos ya envejecidos en lugar de frescos.

Trozo de ocre grabado con un patrón abstracto hallado en el sitio de Blombos (Sudáfrica) con una antigüedad de 75.000 años. © D'Errico / Henshilwood / Nature. Universidad de Burdeos.

El equipo de investigación extendió un agradecimiento especial a Francois-Xavier Le Bourdonnec -conocido por su investigación sobre los primeros grabados de huesos hallados en Sudáfrica- por sus referencias sobre los huesos grabados de Xuchang.

Li dijo que el grabado óseo de Xuchang es unos 40.000 años más antiguo que el hallazgo similar realizado en Sudáfrica, y no se ha encontrado ninguna relación potencial entre los dos.

Fuentes: archaeologynewsnetwork.com | indianexpress.com | 7 de julio de 2019

La Guardia Civil recupera un busto de Adriano robado de un yacimiento de Sevilla

El busto de Adriano recuperado por la Guardia Civil. / DGGC

La Guardia Civil ha recuperado un busto del emperador Adriano, del siglo II, que había sido expoliado en un yacimiento arqueológico de Sevilla. La pieza tiene un enorme valor histórico, cultural y arqueológico, y los expoliadores estaban intentando venderla por medio millón de euros.
Según ha informado este lunes el instituto armado, la operación, denominada Bustiano, se inició a principios de año y ha sido dirigida por el Equipo de Patrimonio de la Unidad Orgánica de Policía Judicial de Sevilla. Los agentes de este grupo tuvieron conocimiento de que varias personas estaban tratando de vender el busto del emperador.

Los guardias averiguaron la identidad del intermediario que estaba ofreciendo la escultura a varios posibles compradores. Se inició entonces una vigilancia sobre esta persona para tratar de localizar la pieza romana. El intermediario residía en El Rubio. Allí los agentes pudieron identificar a varias personas de una misma familia que mantuvieron varias reuniones con posibles compradores.
Todo apuntaba a que esta familia podía tener el busto. Después de investigar una cita entre estos sospechosos, el intermediario y unas personas que podrían estar interesadas en la adquisición del busto, la Guardia Civil averiguó que la pieza podía encontrarse en una finca privada agrícola ubicada en Écija. El terreno es de los padres de los investigados, lo que hacía pensar que podía ser un lugar idóneo para esconder la estatua.

Lugar en el que fue hallada la cabeza del emperador. / DGGC

Los investigadores solicitaron una orden judicial para registrar la finca. El registro se llevó a cabo el 14 de junio. Tras varias horas de inspección, los guardias localizaron, en una nave dedicada a uso agrícola, una zona en la que se observaba que la tierra había sido removida recientemente. Los agentes hicieron una pequeña excavación con las manos y hallaron, a pocos centímetros del nivel del suelo, la cabeza del emperador Adriano.

Tras desenterrarla, la pieza fue trasladada a las dependencias de la Guardia Civil de Sevilla, donde quedó depositada a efectos de recibir el primer informe pericial emitido por la Delegación Territorial de la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía. En ese primer informe, este organismo destacó la autenticidad e importancia del busto recuperado, e incluía una valoración económica estimada en torno a 500.000 €.

El pasado 8 de julio, la Guardia Civil trasladó el busto al Museo Arqueológico de Sevilla, donde se encuentra actualmente depositado para su estudio por la comunidad científica y para la exposición pública.


Estado en el que se encontró el busto. / DGGC

La operación Bustiano, dirigida y coordinada por la Fiscalía de Urbanismo y Medio Ambiente de Sevilla y por el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 1 de Écija, ha culminado con la imputación de tres miembros de una misma familia, cuyas identidades responden a las iniciales A. R. Q., J. R. Q. y C. S. R. Q., los dos primeros de 50 años y nacidos en Osuna, y el tercero de 43 años nacido en Écija. También ha sido imputada otra persona identificada como P. J. C. M., de 43 años y originaria de El Rubio. A todos ellos se les imputa un delito de apropiación indebida y otro contra el Patrimonio Histórico.

La Guardia Civil investiga ahora el origen de la pieza y el lugar del que fue sustraído, si bien no ha querido hacer público el mismo para no generar un efecto llamada y que se produzcan más robos en la zona.

Un retrato a la moda de la época

Los rasgos más seguros para concretar la identificación de esta escultura como un retrato de Adriano son el peinado y la barba. El cabello se dispone alrededor de la frente con rizos claramente marcados con tenacilla. Se trata de un peinado de una cuidada exuberancia conocido por los expertos como gradus o coma in gradus formata, que formó parte de una moda considerada como afeminada por los autores clásicos.

Así lo asegura la arqueóloga del Consorcio de la Ciudad Monumental de Mérida, Rocío Ayerbe Vélez (izquierda), en su estudio Retrato del emperador Adriano, realizado a partir de otro hallazgo de similares características en el interior de la Alcazaba de la capital extremeña. “Al ser un peinado lujoso reflejaba un exceso de cuidado, ya que los hombres que llevaban este arreglo debían pasar demasiado tiempo en manos del peluquero, por lo que fue condenado por los moralistas de la época como una muestra más de decadencia y lujo”.

Busto de Adriano hallado en Mérida

Será en época de Trajano cuando esta moda tan elaborada se instale con más frecuencia. Este apunte por el peinado del emperador Adriano “no es una cuestión superficial ya que en esa época las connotaciones en cuanto a este tipo de adorno capilar eran evidentes debido a que quienes se peinaban de esta manera asumían toda una tradición anterior”, asegura el estudio.

Asimismo, "la barba cuidada es también un elemento típico en la fisonomía de Adriano, pero en él trasciende de la mera anécdota ya que la elección de llevar barba influirá decisivamente en imponer esta moda en las siguientes dos centurias”, asegura la arqueóloga.

Fuentes: diariodesevilla.es | elpais.com | 15 de julio de 2019

Dientes fósiles revelan cómo amamantaban las ‘Australopithecus’

El investigador Renaud Joannes-Boyau en el laboratorio de geoarqueología en la Universidad de Southern Cross. / SCU

El ser humano suele dar el pecho de manera exclusiva entre seis y doce meses, y puede mantener la lactancia materna junto a otros alimentos en los años posteriores. Los bebés de la especie extinta Australopithecus africanus seguían un patrón parecido e incluso podían alargarla en ciertos momentos.

A esta conclusión ha llegado un equipo internacional liderado por los Institutos Nacionales de la Salud estadounidenses (NIH, por sus siglas en inglés). El estudio, publicado en el último número de la revista Nature, indica que estos homínidos, que vivieron hace unos tres millones de años en Sudáfrica, amamantaban a sus crías para asegurarles alimento en periodos de escasez.

Esta investigación “es la primera indicación de la duración de la lactancia materna en uno de nuestros antepasados más antiguos”, afirma a Sinc Renaud Joannes-Boyau, científico de la Universidad de Southern Cross, en Nueva Gales del Sur (Australia) y uno de los autores del estudio.
Para llegar a estas conclusiones, los científicos analizaron la composición de cinco dientes fósiles de Australopithecus africanus, de hace entre 2,6 y 2,1 millones de años de antigüedad y encontrados en la cueva Sterkfontein, en las afueras de Johannesburgo.

“Al igual que los árboles, los dientes contienen anillos de crecimiento que pueden contarse para estimar la edad. Tienen capas de esmalte acumuladas durante el desarrollo e incluyen indicios químicos que reflejan los alimentos que comemos y los ambientes que vivimos”, explica el investigador.

Los científicos pudieron determinar la dieta de estos Australopitecus gracias a un método, desarrollado por Christine Austin, investigadora de la Escuela de Medicina Icahn de Nueva York (EE UU), que utiliza el espectrómetro de masas de plasma inductivo por ablación láser. "Esta técnica es mínimamente invasiva, algo crucial en especímenes raros como los de A. africanus”, señala Joannes-Boyau.

Diagrama esquemático del uso del análisis de ablación con láser para analizar la concentración de estroncio y uranio dentro de un diente. Renaud Joannes-Boyau

La leche materna como apoyo alimentario

Los resultados desvelaron patrones de acumulación de bario, un mineral presente en la leche materna, que sugirieron que las crías eran alimentados solo con leche durante seis y nueve meses, seguidos de una progresiva introducción de alimentos sólidos. “Vimos que, después de un año de edad, los individuos de A. africanus volvieron a consumir leche materna regularmente durante años después del destete inicial”, detalla.

Según el investigador, “La lactancia materna actual dura aproximadamente un año en los países industrializados, aunque parece ser más prolongada en los grupos humanos menos desarrollados tecnológicamente. Los neandertales muestran un patrón similar. Por otro lado, los grandes simios como los chimpancés amamantan durante mucho más tiempo, alrededor de cinco años. Con el Australopithecus africanus vemos un patrón de mezcla”.


Ilustración de una madre y una cría pertenecientes a la especie ‘Australopithecus africanus’. / Jose García y Renaud Joannes-Boyau

Los autores sugieren que esto podría deberse a la escasez estacional de alimentos que sufría el A. africanus. Su dieta era muy variada, tal y como revelan la enorme diversidad de morfología dental e incluía frutas, hojas, hierbas y raíces. Sin embargo, residía en sabanas, donde los inviernos son secos y escasean los recursos.

Las acumulaciones cíclicas de litio en los dientes analizados revelan que la especie no dispuso siempre de comida durante la estación seca y que los bebés eran amamantados durante esos periodos, aunque ya sobrepasaran el año de edad.
Este patrón tiene implicaciones importantes en el conocimiento sobre esta especie. "Se podría saber cuántos hijos podía tener una madre en su vida, las interacciones sociales dentro de la especie o incluso las razones por las que se extinguieron”, subraya Joannes-Boyau.
Esta investigación también demuestra que "los dientes fósiles de al menos dos millones de años de antigüedad mantienen un registro de sus primeros episodios de vida a través de su firma química. Hay potencial para probar este método con otras especies de homínidos”, añade.

No obstante, el científico reconoce que en el caso de especies anteriores como Australopithecus afarensis o Ardipithecus ramidus, el estudio requerirá más trabajo. “Habrá que asegurarse de que estas firmas químicas se conservan en dientes que son millones de años más antiguos”, concluye.

Fuentes: agenciasinc.es | theconverstaion.com | phys.org | 15 de julio de 2019

Atapuerca se adentra en terreno desconocido

Gran Dolina tiene activas excavaciones en varios niveles. - Raúl Ochoa

En el ecuador de la campaña de excavaciones de Atapuerca, el equipo de Gran Dolina se enfrenta a un doble reto. Los excavadores de la parte superior han finalizado el trabajo en el extenso nivel de TD-10, coetáneos en algunos momentos de los homínidos de la Sima de los Huesos. Tras liquidar de manera rápida la capa del 9, completamente estéril, se adentran el en el nivel TD-8. Un espacio en el que penetran en terreno desconocido del que sólo saben los restos de fauna que han aparecido en el retranqueo de la parte izquierda, donde están a dos campañas de llegar a la base.

El nivel TD-8 presenta cronologías de entre 500.000 y 850.000 euros «nuestro próximo reto será comprobar si en este nivel hay o no presencia humana». En el retranqueo de 25 metros cuadrados no la encontraron. «Es extremadamente importante no sólo para la sierra sino para toda Europa porque hay muy poca información de esta época, contadísimos yacimientos», explica el responsable del trabajo en el yacimiento, Andreú Ollé (izquierda). La hipótesis de la que parten es que en esa época «si no hay un despoblamiento sí hay un descenso importante de la población y encontrarlo aquí supondría una excepcionalidad más a las que ya nos tiene acostumbrados Atapuerca».


En la parte baja de Dolina están ya en su fase final. A pie de la base de un yacimiento donde Homo antecessor es protagonista. Con niveles de un millón de años «el registro fósil y arqueológico que nos tenía dar la Dolina casi está llegando al final», explicó María Martinón (derecha). Zonas de entre 800.000 y un millón de años con presencia humana (herramientas, cortes en los restos óseos de la fauna) pero no restos humanos. «Nos sugiere nuevas preguntas sobre si estos homínidos están relacionados con 'Homo antecessor', si tienen relación con los de la Sima…», explica. Jordi Rosell pone también el foco en Ursus dolinensis, una especie de oso de las cavernas descubierta también en este rincón donde han trabajado en los últimos 20 años.

En la zona de la Sima del Elefante está a 60 centímetros de llegar a la base. - Raúl Ochoa

Rastro neandertal

En Gran Dolina trabaja este año menos personal que en otras campañas porque parte del equipo se ha trasladado a Cueva Fantasma. El nuevo yacimiento se excava en superficie y la primera sorpresa es que «está repleta de fósiles», explica la coordinadora de los trabajos, Ana Isabel Ortega (izquierda). Los restos de fauna sobresalen en la superficie del yacimiento. Han aparecido piezas de caballos, hienas, osos y algún ciervo. Junto a ellos ha aparecido una herramienta musteriense, de tipo neandertal, lo que permite asegurar que «estuvo ocupada en época de los neandertales». Trabajan en el área donde en 2016 apareció un parietal humano, casi con seguridad neandertal, y esperan que puedan aparecer más restos.

Cueva Fantasma. @Susana Santamaría. Fundación Atapuerca.


Con la misma esperanza trabaja el equipo de Galería. Allí están en la zona con más restos fósiles y ultiman el entorno en el que apareció un fósil humano. «La esperanza no la perdemos, pero estamos en el paquete con más restos», señalaba Isabel Cáceres (derecha).

En la Sima del Elefante también están empezando a vislumbrar cambios. Están a unos 50 metros de la base del yacimiento y por primera vez se ha unido la zona tradicional de excavación con la que se sitúa bajo el puente. Es el nivel TE-7 con entre 1,3 y 1,4 millones de años. Lo más antiguo de Atapuerca y, prácticamente, de Europa. Los fósiles que aparecen son de animales y tienen cortes en fresco «no tenemos evidencia que sea de origen antrópico, pero no perdemos la esperanza de encontrar alguna evidencia humana», explica Rosa Huguet (izquierda).

Los cráneos de Apidima, una evolución de los de la Sima de los Huesos

Respecto a los cráneos localizados en Apidima (Grecia) datados en 200.000 años y que se han atribuido a Homo sapiens, Juan Luis Arsuaga (derecha), que participó en el análisis de uno de los dos cráneos y que lo adscribió a la especie neandertal, discrepa de esa interpretación. «Para nosotros Apidima 2, que lo estudiamos nosotros, es igual que Apidima 1, aparecieron juntos». Sostiene además que «son una especie evolucionada de los preneandertales de la Sima de los Huesos cien mil años y pico después», explica.

Hace una semana, la publicación científica de uno de los cráneos del yacimiento griego activó todas las alertas. El estudio adscribía este cráneo a la especie Homo sapiens con 210.000 años de antigüedad. Una revolución puesto que los restos más antiguos de nuestra especie se localizaron en Etiopía y tienen entre 196.000 y 160.000 años. En el caso de Grecia abordaría un avance mucho más antiguo de la especie, en una denominada incursión fallida de los sapiens a Europa. Pero Arsuaga se muestra crítico. «Son dos fósiles que han aparecido juntos, a 15 centímetros uno de otro, y son de la misma especie, neandertales arcaicos, los cuales aún no habían desarrollado completamente los rasgos del neandertal clásico», expone.


Fuente: elcorreodeburgos.com | 16 de julio de 2019