¿Quiénes fueron los misteriosos pueblos neolíticos que permitieron el surgimiento del antiguo Egipto?

Cráneo neolítico hallado en Gebel Ramlah, Egipto.

Para muchos, el antiguo Egipto es sinónimo de los faraones y las pirámides del Período Dinástico Temprano, el cual comenzó alrededor del 3.100 a.C. Sin embargo, mucho antes de eso, alrededor de 9.300-4.000 a.C, florecieron los enigmáticos pueblos neolíticos. De hecho, fueron los estilos de vida y las innovaciones culturales de estos pueblos los que proporcionaron la base de las civilizaciones avanzadas que estaban por venir.

¿Pero quiénes fueron estos pueblos? Tal como se constata, en realidad no se les ha estudiado mucho, al menos en relación con sus sucesores. Sin embargo, excavaciones realizadas en seis yacimientos -con algunos de los análisis al respecto publicados recientemente- nos han proporcionado importantes conocimientos sobre sus misteriosas formas de vida.

Una razón por la que sabemos tan poco sobre el Egipto neolítico es que los yacimientos a menudo son inaccesibles al estar por debajo de la antigua llanura de inundación del Nilo o en desiertos periféricos.

Con el permiso del Egypt’s Supreme Council of Antiquities (SCA), nosotros, miembros de la Combined Prehistoric Expedition, hemos podido explorar enclaves neolíticos en el desierto occidental de Egipto. Estos yacimientos que estamos actualmente excavando se encuentran a lo largo de las antiguas orillas de un lago estacional extinto cerca de un lugar llamado Gebel Ramlah.


Aunque el emplazamiento no es exuberante, durante el periodo Neolítico era más húmedo que hoy en día, lo que permitió a los antiguos pastores asentarse en medio de la nada. Nos hemos centrado en el Neolítico Final (4.600-4.000 a.C), el cual fue construido sobre el éxito del Neolítico Tardío (5.500-4.650 a.C) con base a vacas y cabras domesticadas, procesamiento de plantas silvestres y entierros de ganado. Estas personas también hicieron aparentes megalitos, santuarios e incluso círculos de piedra, los cuales parecen un poco a un pequeño Stonehenge.

Durante la fase final del período Neolítico, la gente comenzó a enterrar a los muertos en cementerios formales. Los esqueletos nos proporcionan información importante, dado que son de personas que alguna vez vivieron e interactuaron con los entornos culturales y físicos de aquellos tiempos. La salud, las relaciones, la dieta, e incluso las experiencias psicológicas, pueden dejar signos reveladores en los dientes y restos óseos.

Entre 2001 y 2003 excavamos tres cementerios de esta época -el primero en el desierto occidental-, donde descubrimos y estudiamos 68 esqueletos. Las tumbas estaban llenas de artefactos, con cerámica decorada, conchas marinas, piedras y adornos de cáscaras de huevo de avestruz. También descubrimos mica tallada (un mineral de silicato) y restos de animales, así como elaboradas herramientas cosméticas para mujeres y armas de piedra para los hombres.

Artefactos hallados en las excavaciones realizadas entre 2001 y 2003.

Hemos averiguado que estas gentes disfrutaron de una baja mortalidad infantil, eran altos y tuvieron una larga vida. Los hombres tenían un promedio de 170 cm de estatura, mientras que las mujeres ostentaban unos 160 cm. La mayoría de los hombres y mujeres vivieron más de 40 años, y algunos tenían más de 50 años, edades avanzadas para aquellos tiempos.

Curiosamente, entre 2009 y 2016, excavamos dos cementerios más que resultaron muy diferentes. Después de analizar otros 130 esqueletos, descubrimos que pocos artefactos los acompañaban en sus tumbas, que sufrieron una mayor mortalidad infantil, y que su estatura y sus vidas fueron más cortas. Estamos hablando, respecto del caso anterior, de varios centímetros menos y quizás diez años menos de vida en los adultos de ambos sexos.

Sorprendentemente, el más grande de estos dos cementerios tenía un área de enterramientos separada y destinada a los niños menores de tres años, en su mayoría eran bebés, incluidos fetos avanzados. También se encontró tres mujeres enterradas con bebés, por lo que cabe deducir que tal vez murieron en el parto. De hecho, este es el cementerio infantil más antiguo que se conoce en el mundo.

Gebel Ramlah. Cementerio para recién nacidos. Entierro 33 (Foto: A. Czekaj-Zastawny)

Interpretación de los hallazgos

En consecuencia, ¿qué nos puede decir todo esto sobre tales pueblos, dejando de lado sus descendientes? Resulta que mucho. Podemos emplear los hallazgos para hacer interpretaciones sobre el género, las etapas de la vida, el bienestar del que disfrutaban, su estatus y otras cosas.
Por ejemplo, ¿por qué había tales diferencias entre los dos tipos de enterramientos excavados? Podían haber pertenecido a poblaciones separadas, pero semejante circunstancia es poco probable debido a las similitudes físicas generales entre los mismos. Entonces, tal vez ello implique la existencia de una variación debido al estatus, con un cementerio destinado a la élite y otro para los trabajadores. Tal evidencia se constituye en la más antigua hallada en Egipto.

Izquierda: restos óseos en una tumba bien conservada. Derecha: restos óseos muy erosionados por la acción del viento.

Los enterramientos también arrojan luz sobre las estructuras familiares de la época. La proporción general de sexos en todos los cementerios es de tres mujeres por cada hombre, lo que puede indicar la práctica de la poligamia. Por otra parte, el número total de tumbas y la falta de referencia a casas individuales sugiere que estos sitios fueron cementerios familiares extendidos.

También creemos que el logro de la "personalidad", es decir, la edad en que los niños eran socializados y convertidos en "personas", se alcanzaba a los tres años, dada su inclusión, a partir de esta edad, en los cementerios para adultos.

Foto: Las flechas indican inserción incorrecta de los premolares
Se ha constatado, asimismo, que hay una clara evidencia de respeto hacia las personas previamente enterradas por parte de aquellos que reutilizaban las tumbas para depositar a sus muertos. Al encontrarse con viejos esqueletos, a menudo reposicionaron cuidadosamente los huesos de estos antepasados. En algunos casos interesantes hicieron incluso intentos de "reconstruir" los esqueletos al reemplazar, por ejemplo, aquellos dientes que se habían caído, si bien no siempre de forma correcta.

Todos estos indicadores de conducta, junto con la arquitectura tecnológica y ceremonial aparentemente innovadora, mencionada anteriormente, como son los círculos de piedra y los santuarios, implican un nivel de sofisticación que va más allá de unos simples pastores. Tomados en su conjunto, los hallazgos nos brindan una idea de lo que estaba por venir en el antiguo Egipto.

Conservación de los yacimientos

Un componente clave de nuestro trabajo implica la conservación del patrimonio egipcio (y mundial). No hemos encontrado evidencias de saqueos de tumbas, a diferencia de los enterramientos en el Valle del Nilo. Las últimas personas en tocar material neolítico en Gebel Ramlah vivieron en aquel tiempo. Sin embargo, la erosión relacionada con el viento ha llegado a un punto donde los restos que fueron enterrados comienzan a estar en o cerca de la superficie.

De hecho, el ritmo de destrucción ha aumentado significativamente desde 2001. Una vez expuestos, el contexto de estos enterramientos puede perderse y el material orgánico convertirse en pedazos. Ello significa qu,e si no hubiéramos descubierto estos restos cuando lo hicimos, se habrían perdido muy pronto para siempre. Desgraciadamente, esto significa, con mucha probabilidad, que otras tumbas de la época estén desapareciendo.
Por esta razón, nosotros y el SCA hemos decidido que, cuando hayamos estudiado el material excavado, sea de nuevo enterrado en el lugar para que pueda, con suerte, sobrevivir otros miles de años más.

Fuente: theconversation.com | 1 de agosto de 2019

  1. Profesor y Líder de Materia, Antropología y Arqueología, Liverpool John Moores University
  2. Profesor Asociado, Academia Polaca de Ciencias
  3. Investigador en el Instituto de Arqueología de la Academia de Ciencias de Polonia.

Científicos armenios se unen para resolver el misterio de Carahunge

Dos instituciones que durante años han tenido diferencias sobre la naturaleza del 'Stonehenge armenio' finalmente han aunado fuerzas para estudiarlo conjuntamente. El objetivo de las dos organizaciones es resolver si el complejo arqueológico de Carahunge, también conocido como Zorats Karer, es un antiguo observatorio astronómico o un asentamiento que tuvo funciones de mausoleo.
Ubicada cerca de la ciudad de Sisian, en el sur de Armenia, esta estructura prehistórica está compuesta por 223 rocas dispuestas en círculo de tal manera que asimilan la formación del enigmático monumento megalítico de Stonehenge, en el Reino Unido. Actualmente se desconoce su marco temporal de construcción, pero los expertos señalan que se erigió en algún momento entre la Edad del Bronce Medio y la Edad del Hierro.




Su investigación ha causado controversia y ha dividido las opiniones de los arqueólogos. Para la ONG histórico-cultural Bnorran, el sitio arqueológico constituye el observatorio astronómico más antiguo conocido, ya que consideran que varias de las piedras que lo conforman están dirigidas hacia la mayor estrella de la constelación del Cisne, Deneb.

"Creemos que Carahunge, donde se encuentran más de 200 piedras, 80 de las cuales presentan agujeros, es un antiguo observatorio astronómico", aseguró Arevik Sargsyan, uno de los miembros de la citada institución. Además indica que, de acuerdo a antiguos estudios, el complejo dataría del año 5500 a.C.


El físico armenio Paris Herouni argumentó que algunas de las piedras habían sido colocadas deliberadamente para alinearse con Deneb, la estrella más brillante de la constelación de Cygnus.

Mientras tanto, el Instituto de Arqueología y Etnografía, de la Academia Nacional de Ciencias de Armenia, señala que se trata de un asentamiento prehistórico que tiene el estatus de un mausoleo. El director del instituto, Ashot Piliposyan, asegura que durante las excavaciones no se ha descubierto en Carahunge ni una sola herramienta astronómica, y que algunas de las piedras también presentan orificios en la parte inferior, lo que significa que no apuntan al firmamento. Piliposyan enfatizó la singularidad del monumento en toda Transcaucasia.

Compuesto por más de 200 piedras, y con una estructura circular en su interior, se ha argumentado que Carahunge es anterior a Stonehenge por 2.500 años, pero su propósito ha sido durante mucho tiempo motivo de discordia.

A pesar de estas diferencias, ambas organizaciones firmaron el 30 de julio un acuerdo para trabajar en las investigaciones de manera conjunta y poder obtener una conclusión final sobre el propósito del monumento megalítico.

“La cuestión requiere estudios en todos los aspectos. Hemos discutido muchos problemas durante la firma del acuerdo, incluso consideramos que tal vez en el futuro sea posible construir un museo cerca del monumento para mostrar todos los materiales relacionados con este antiguo complejo arqueológico", dijo Piliposyan.

80 de las piedras tienen agujeros perforados, según los informes, haciendo que las piedras silben al paso del viento. De esto se deriva el nombre Carahunge: 'piedras que hablan'.

Ambas partes acordaron suspender las excavaciones en Carahunge hasta que se realice un seminario conjunto de astrónomos, arqueoastrónomos, arqueólogos, etnógrafos, naturalistas y muchos otros expertos para desarrollar un plan y llevar a cabo una investigación, lo que conducirá a una conclusión general.



Fuentes: canal13sanjuan.com | armenpress.am | dailymail.co.uk | 2 de agosto de 2019

Hallada la tumba de un príncipe y 24 aristócratas guerreros íberos en Alarcos (Ciudad Real)

Foto: Sepulcro del príncipe íbero hallado en Alarcos. UNIVERSIDAD DE CASTILLA-LA MANCHA

Visión general de la península ibérica tres siglos antes de Cristo: un revoltijo de pueblos (celtas, celtíberos, lusitanos, íberos…) y dos potencias en lucha a muerte (Roma y Cartago) justo sobre el territorio donde esas culturas habitaban. En el 235 a.de C., el general cartaginés Amílcar Barca irrumpe en Iberia. Arrasa a los diversos pueblos íberos que encuentra en su camino. Finalmente, estos se coaligan y se enfrentan a él en la batalla de Helike (posiblemente Elche o Elche de la Sierra, Albacete). Le dan muerte en el 228.

Año 2018 después de Cristo, los arqueólogos e historiadores María del Rosario García Huerta, Francisco Javier Morales Hervás y David Rodríguez González terminan su investigación —después de tres años de excavaciones y dos de laboratorio— sobre la necrópolis íbera de Alarcos (Ciudad Real): hallan 25 tumbas de aristócratas guerreros íberos, incluida una que los expertos consideran que puede corresponder a un príncipe, excavadas en el periodo histórico en el que Amílcar fallece en la batalla.

“No sabemos el papel concreto de estos íberos de Alarcos en los sucesos de la época de la Segunda Guerra Púnica”, señala el profesor de Prehistoria de la Universidad de Castilla-La Mancha David Rodríguez, “pero es muy tentador [aunque muy poco probable] imaginar que estuvieran con el cartaginés o quizá lucharon al lado del rey oretano Orisón u Orisos en Helike, ciudad sitiada por Amílcar a la que acudieron diversos contingentes de oretanos [pueblo íbero] para liberarla de los cartagineses. Pero no debe ser casualidad que la mayoría de las tumbas más ricas de la necrópolis de Alarcos y adscritas a aristocracias guerreras sean precisamente de este período y posteriores", entre los años 220 y 90 antes de nuestra era.

Foto: Cerro de Alarcos. A la izquierda, ubicación del yacimiento íbero. UNIVERSIDAD DE CASTILLA-LA MANCHA

De las 25 tumbas —dos de ellas corresponden a mujeres enterradas con armas— destacan tres enterramientos por su riqueza, tanto por la calidad como por la abundancia del armamento (falcatas, escudos, lanzas…), la evidencia de poseer caballos (bocados), orfebrerías de lujo (oro, plata, colgantes de cornalina) y por los sacrificios hechos tras su fallecimiento. Una de las tumbas guardaba 453 tabas (astrágalos) de cordero, para lo que hubo que sacrificar 222 animales, según los cálculos de los expertos. Los cuerpos de los fallecidos fueron incinerados y guardados en vasijas que la excavación ha devuelto a la luz.

Otra de las tumbas pudo pertenecer a un príncipe, ya que se emplearon grandes bloques de piedra, escalonados y bien trabajados, si bien fue saqueada en la antigüedad por los valiosos objetos que encerraba. En el resto de sepulcros se han encontrado 327 objetos, de los que el 9% fue fabricado con oro. También se ha hallado otra tumba, que en realidad es un cenotafio, que corresponde a un enterramiento sin cuerpo, ya que el guerrero habría muerto muy lejos del poblado y no se pudieron recuperar sus restos. Sin embargo, se le abrió una tumba con todo el ajuar que le correspondía como aristócrata y guerrero.

Foto: Varios arqueólogos trabajan en las tumbas halladas en Alarcos. UNIVERSIDAD DE CASTILLA-LA MANCHA

Los análisis han demostrado que existían diferencias notables entre las tumbas halladas —que han sido clasificadas en tres grupos: opulentas, intermedias y más sencillas—, pero todas pertenecientes a "un elevado estatus incluso comparadas con otras de su mismo ámbito cultural" en diferentes yacimientos íberos de la Península. Lo que llama la atención a los investigadores es que apenas se hayan detectado fuera de esta necrópolis cuerpos del "pueblo llano". "No sabemos qué hacían con los restos de esta gente, quizás usaban para ellos otro tipo de rito funerario como la inmersión, es decir, que los tirasen al río o algo así. Es un misterio", explica Rodríguez, y más teniendo en cuenta que el poblado donde vivían podía albergar a más de mil personas y el asentamiento se extendió durante casi cinco o seis siglos.

El oppidum (colina) de Alarcos, un yacimiento de 33 hectáreas, se alza sobre un cerro de 100 metros de altura y está rodeado de buenas defensas naturales (río Guadiana), lo que permitió que fuera un establecimiento apto para un hábitat permanente. "La necrópolis de Alarcos", dice David Rodríguez, "supone un notable salto cualitativo en el conocimiento de la realidad funeraria ibérica, al poder presentar contextualizados un conjunto de tumbas y materiales que nos permiten abordar con más garantías una mejor definición del ritual funerario ibérico en general y del oretano en particular".


Foto: Falcatas halladas en Alarcos, las temidas espadas íberas. UNIVERSIDAD DE CASTILA-LA MANCHA


Nunca se podrá saber con certeza si estos guerreros mataron a Amílcar, pero sí se conoce cómo murió este, según el historiador romano Apiano. "Los reyes íberos [refiriéndose a las huestes oretanas de Orisos] lo mataron de la siguiente forma: llevaron carros cargados de troncos a los que uncieron bueyes y los siguieron provistos de armas. Los africanos al verlos se echaron a reír. Pero cuando estaban muy próximos, prendieron fuego a los carros y los arrearon contra el enemigo. El fuego provocó el desconcierto de los africanos. Al romperse la formación, los íberos, cargando a la carrera, dieron muerte a Amílcar y a un gran número de los que estaban defendiéndolo”. A lo mejor, el príncipe de la tumba hallada en Alarcos fue el que diseñó la estrategia.
ALARCOS, LA GRAN DERROTA CRISTIANA

El poblado íbero al que corresponde la necrópolis desenterrada se ubicaba justo donde ahora se erigen las ruinas del castillo medieval de Alarcos (Poblete, Ciudad Real). La fortaleza es el testigo de la batalla que enfrentó a las tropas de Alfonso VIII, el 19 de julio de 1195, con el califa Abu Yaqub al-Mansur. La derrota castellana fue completa, porque el monarca no esperó los refuerzos del resto de reyes cristianos. Tuvo que esperar hasta 1212, en Las Navas de Tolosa, para tomarse la venganza. En esta ocasión, aceptó la ayuda de Aragón, Navarra y caballeros francos.

Fuente: Vicente G. Olaya | El País, 6 de agosto de 2019

Hallan restos de herramientas y animales del período epimagdaleniense en la Cova la Foia, (Vilafranca, Castellón)

Foto: Imagen de las puntas de flecha facilitada por el Ayuntamiento de Vilafranca

Un proyecto dirigido por el investigador Dídac Román (izquierda), de la Universidad Jaime I de Castellón, y por la profesora Inés Domingo (derecha),de la Universidad de Barcelona, ha permitido descubrir y recuperar miles de restos arqueológicos, principalmente industria lítica y fauna, durante la que ha sido la quinta campaña de excavación en la cueva conocida como “Cova de la Foia de Vilafranca”. Hasta la fecha es el yacimiento más antiguo en las comarcas del norte de Castellón, en el Levante ibérico.

Estos hallazgos, que pertenecen a un periodo situado al final del paleolítico que se conoce como epimagdaleniense, permiten constatar que la Cova de la Foia estuvo ocupada hace unos 14.000 años.

Las investigaciones realizadas en esta cueva se enmarcan en varios proyectos de investigación que pretenden estudiar las ocupaciones humanas y las manifestaciones artísticas de los humanos desde el paleolítico hasta los inicios del neolítico en las comarcas de Castellón.

Excavación en la Cova la Foia de Vilafranca

El meticuloso trabajo realizado ha permitido que, a lo largo de las dos semanas de trabajo de campo, el personal investigador y el grupo de estudiantes y recién graduados en Arqueología de distintos puntos de España, hayan podido excavar dos capas de 5 cm en las que han encontrado principalmente herramientas de piedra (puntas de flechas, cuchillos…) y restos de animales.

La presencia de un elevado número de estos elementos hace pensar al equipo de investigación que este yacimiento debía de ser un lugar de hábitat principal para los grupos nómadas en el que «pasaron largas temporadas».

Miembros del equipo de la excavación trabajando en el yacimiento de la Cova de la Foia. (Foto: Universitat Jaume I)

Los resultados de este hallazgo permitirán realizar una comparación con otros estudios de la zona para comprender la evolución y las características culturales y económicas de los grupos humanos que habitaron este territorio al final del paleolítico, así como conocer cómo se desarrolló este periodo en la provincia de Castellón.

Fuente: noticiasdelaciencia.com| 29 de julio de 2019

Hallan cráneos de bebés supuestamente sacrificados en rituales en el Puig de Vinaròs (Castellón)

La concejala de Cultura, Anna Fibla, y Arturo Oliver, arqueólogo de la diputacion de Castellón, en la presentación de los resultados de los trabajos de excavación en el Puig de Vinarós. EUROPA PRESS

La última campaña de excavaciones realizada durante este julio en el yacimiento del Puig de la Misericordia, situado en el cerro de la ermita de los patronos de Vinarós (Castellón), ha dado como resultado valiosos hallazgos como restos de cráneos de bebés supuestamente sacrificados formando parte de un ritual.

Se trata de fragmentos de cráneos de niños de muy corta edad -recién nacidos o de tan solo varios meses de vida- procedentes de los recién descubiertos tres enterramientos rituales, según ha apuntado este lunes el arqueólogo director de los trabajos, Arturo Oliver, jefe del servicio provincial de Arqueología de la Diputación de Castellón.

La campaña también ha permitido sacar a la luz dos collares de bronce prácticamente íntegros que ahora están en tratamiento para que no se deshagan, broches, restos de cerámica y de animales, entre otros objetos.

Foto: Los objetos y restos óseos hallados en la excavación

Destaca también el hallazgo de conchas utilizadas en la arquitectura: «La concha es un símbolo de la fecundidad por su parecido con los genitales femeninos, ya hallamos pechinas en los muros del II a.C. y ahora, bajo un agujero donde se ponía la columna para sustentar los techos, hemos encontrado una pechina situada allí como un ritual».

En la campaña 2019 se ha trabajado en los restos del VI a.C. y también una pequeña estancia en los niveles del VII a.C. «No podíamos continuar bajando por un problema de estabilidad de los muros, pero esto nos ha permitido centrarnos más en la superficie y poner al descubierto más ámbitos del edificio y observar perfectamente su distribución y su funcionamiento», ha subrayado Oliver. Además, se ha localizado la puerta de acceso «lo que permite saber mejor la manera en que se circulaba por el interior del poblado y las dependencias del VI».


Yacimiento del Puig de la Misericordia (o de Vinarós). / Diputación de Castellón

Tanto el arqueólogo como la concejala de Cultura, Anna Fibla, han destacado que resulta prioritario trazar un plan de conservación y consolidación de los muros, algunos de hasta tres metros de altura, además de continuar con las excavaciones hasta acabar todo lo datado en el VI a.C. Es necesario tomar medidas para sustentar los muros y evitar desmoronamientos, como los del pasado otoño a causa de las fuertes lluvias, han dicho.

Los trabajos de excavación de esta campaña, finalizada el pasado 20 de julio, también han ido a cargo de la Diputación de Castellón con la colaboración del Ayuntamiento de Vinarós, como en los anteriores veranos, bajo la dirección de Arturo Oliver y con la ayuda de estudiantes universitarios. Pueden ser necesarias cuatro campañas más anuales para dejar el poblado totalmente excavado, ante lo que el arqueólogo ha apostado por que se fomente su aprovechamiento social, turístico y didáctico ante lo fácil de su acceso, «por lo que es una lástima que no se aproveche más».


Foto: Una vista de las excavaciones en el yacimiento Puig de la Misericordia

Este poblado es singular porque se remonta al VII a.C y fue ampliado en el V a.C. por tratarse de un conjunto residencial donde vivía la élite social de aquella época. Al sufrir en el VII a.C. un incendio que lo destruyó por completo, sus pobladores lo abandonaron todo allí, lo que ha permitido numerosos hallazgos. «Encontramos cerámica, materiales de bronce, restos animales y vegetales, que permite estudiar también la arquitectura y el entorno y la ecología del momento, qué tipo de agricultura tenían y la economía que tenían».

Este poblado es uno de los importantes de toda la cultura ibérica con más de 2.700 años de antigüedad, no solamente por su singularidad, sino también porque abarca todas las fases ibéricas. Los restos hallados este verano han sido depositados en el Museo de Bellas Artes de Castellón, donde también permanecen los anteriores hallazgos.

Foto: El arqueólogo Arturo Oliver (en primer término) dirigiendo las excavaciones

Las primeras excavaciones en El Puig de Vinarós comenzaron en el año 1980 pero después estuvieron paradas hasta 2013, cuando se reiniciaron, y desde entonces se hacen campañas cada verano.

Fuente:levante-emv.com | 29 de julio de 2019

Los arqueólogos de Pompeya, acusados de «vandalismo» por los vulcanólogos

Fresco del mito griego de Leda y el cisne encontrado bajo la lava de Pompeya - ABC

Las excavaciones de Pompeya siguen maravillando al mundo porque cada día hay nuevos descubrimientos. Pero lo que nadie podía imaginarse es que en ese escenario en el que trabajan arqueólogos, geólogos, físicos, químicos, vulcanólogos, biólogos, arquitectos y técnicos dotados con todo tipo de tecnología, se desatara una batalla entre vulcanólogos y arqueólogos. Estos últimos son acusados de «vandalismo» porque «están destruyendo la historia de las erupciones del Vesubio».

En una carta publicada en la prestigiosa revista Nature, Roberto Scandone (izquierda), profesor de Vulcanología en la Universidad de Roma, y sus colegas hacen un furibundo ataque: «Excavando en Pompeya, los arqueólogos están destruyendo los depósitos geológicos, lo que significa que cualquier información sobre la erupción almacenada en el interior de ese terreno, acaba perdiéndose».
Scandone y sus colegas afirman que «es alarmante que los depósitos volcánicos sean prácticamente sacrificados durante las excavaciones arqueológicas. Hemos sugerido que en las excavaciones se podrían dejar intactas algunas secciones representativas de los depósitos de las erupciones, pero esto ha sido ignorado».

Las primeras excavaciones de Pompeya se iniciaron en 1748 bajo el reinado de Carlos III de Borbón. Desde entonces, la antigua ciudad romana, sepultada bajo cenizas y lapilli, se ha reconstruido con detalles inimaginables, proporcionando una visión extremadamente real sobre la vida de las personas que vivían allí cuando se produjo la erupción del volcán, en el 79 d. C.

Erupción del Vesubio en 1944

Denuncia contra el método de las excavaciones

La denuncia no se limita a la carta publicada en Nature. Un grupo de 70 vulcanólogos italianos y extranjeros se han unido también a la firme protesta del presidente del Instituto nacional de Geofísica y Vulcanología (INGV), profesor Carlo Doglioni (derecha) contra el método de excavaciones de Pompeya.

Doglioni escribió recientemente al ministro de Bienes Culturales, Alberto Bonisoli, lamentando los daños que se están haciendo a la vulcanología: «La comunidad científica vulcanológica italiana y extranjera, con rarísimas y esporádicas excepciones, no tiene manera de ver los productos de la erupción en el aérea de las excavaciones y de estudiar el diferente impacto que estos han tenido sobre los edificios y en los diversos puntos de la ciudad».
No es solo un tema científico, advierte el profesor Doglioni: «Los calcos (la recuperación de personas, animales y vegetales mediante yeso, cemento y agua) de Pompeya se han retirado de su posición original haciendo imposible reconstruir dónde y cuándo intentaron escapar los habitantes. El estudio de esta erupción no tiene solo un aspecto teórico, sino que contiene un inmenso patrimonio de información para la vulcanología a nivel mundial; puede ser una lección de protección civil, sobre cómo salvarse, de qué se debe hacer o no hacer en caso de erupción».
Concluye el presidente del INGV pidiendo que «cualquier fragmento de productos volcánicos sea conservado en su posición original y que sea permitido el acceso de los vulcanólogos, para profundizar en el estudio de las erupciones con los nuevos conocimientos en la materia: no hay un lugar en el mundo donde sea tan evidente la violencia tras el imprevisto despertar de un volcán adormecido. Puede ser un progreso para la ciencia, para la previsión de la actividad del Vesubio».

Panorámica de Pompeya (Italia) con el Vesubio al fondo - ABC.

Investigar la futura actividad del Vesubio

A propósito de una futura actividad del Vesubio, Christopher Kilburn, vulcanólogo de la United Kingdom’s University College de Londres, coautor de la carta a Nature, precisa que no hay preocupación porque se vaya a producir una erupción en tiempo breve, pero las autoridades deberían estar preparadas. «Esto significa que tenemos necesidad de contar con todas las informaciones posibles de los depósitos de la erupción del 79 d.C.». Más de tres millones de personas viven en el área del Vesubio, de ellas 600.000 en la que está considerada como «zona roja».

Ante las duras acusaciones lanzadas por los vulcanólogos, el director general del Parque Arqueólogico, el profesor Massimo Osanna (izquierda), prestigioso arqueólogo, ha salido al paso destacando que ha sido «larga y provechosa la colaboración» entre arqueólogos y vulcanólogos. «Todas las actividades de excavación han sido supervisadas por vulcanólogos de la Universidad de Nápoles Federico II, que han registrado la estratigrafía, tomado muestras y construido la cartografía», afirma el professor Osanna.

Profesor Luzón: fundamental la investigación multidisciplinar

Confirma también la opinión de Osanna el profesor Jose María Luzón (derecha), exdirector del Museo Arqueológico Nacional y Museo del Prado, con una amplia trayectoria de investigación sobre las excavaciones de Pompeya. Lo encontramos en Roma y al preguntarle si forma parte de los «vándalos», según acusación de los vulcanólogos, se ríe abiertamente: «Yo he trabajado con vulcanólogos. Las erupciones del Vesubio están muy estudiadas. Y se pueden hacer no solo en Pompeya, sino en varios kilómetros cuadrados en el área vesubiana».

Precisa el profesor Luzón que es muy larga la historia de las erupciones del Vesubio, cuya actividad habría comenzado hace más de 400.000 años. Noticias más seguras se comienzan a tener sobre una erupción de hace unos 39.000 años, con unas dimensiones colosales, que sepultó a gran parte de la región de Campania. «Debajo de Pompeya hay otra Pompeya de la Edad del Bronce y vete a saber si hay cosas del Paleolítico», precisa el profesor Luzón, quien considera fundamental la investigación multidisciplinar en las excavaciones: «Yo estuve trabajando en una casa de Pompeya y tuve al lado un geólogo de Turín; he tenido en el equipo químicos, paleontólogos… Es interesante también contar con un vulcanólogo, porque a veces ven cosas que tú no ves».

Seguramente hoy, con las nuevas tecnologías, la arqueología es más multidisciplinar que nunca: «Con los métodos actuales se puede ver lo que no pudieron hacer nuestros antepasados. Por ejemplo, nuestros abuelos excavaban una sepultura de la Edad del Bronce y sacaban huesos, un trozo de metal, unas cosas de piedra, etc. Pero hoy, en una excavación similar, hecha con tecnología de última generación se han sacado hasta los tejidos», resalta el profesor Luzón.

Fuentes: abc.es | smithsonianmag.com | 29 de julio de 2019

Pueblos iberomauritanos fueron los primeros consumidores de caracoles

Arqueólogos marroquíes descubren dos ánforas empleadas para envasar aceite y pescado cerca de Tánger, Marruecos. Foto: EFE

Los pueblos iberomauritanos fueron los primeros consumidores de caracoles que comenzaron a consumir caracoles en su dieta, según demuestran restos arqueológicos que sitúan esta costumbre tan lejos como 16.000 años atrás.

La información fue revelada el pasado viernes durante la "jornada de puertas abiertas" que organiza el Instituto Nacional de Ciencias de Arqueología y de Patrimonio (Insap, por sus siglas en francés), situado en la capital Rabat.

El arqueólogo de la Prehistoria y profesor en el instituto, Youssef Bokbot, explicó que los hallazgos fósiles encontrados demostraron que los pueblos iberomauritanos fueron los primeros consumidores de caracoles o ghulala, palabra de etimología bereber con la que se conoce a este animal en Marruecos.

Imagen de la cueva de Ifri N'Aamar en su entorno.

Bokbot apoyó su tesis en un corte estratigráfico traído de la cueva de Ifri Namar, cerca de la región norteña de Nador, en el que se veían restos de conchas de caracoles, al mismo tiempo que daba detalles sobre la forma de establecer la datación de estos fósiles.

El corte estratigráfico formaba parte de varios "mobiliarios" arqueológicos procedentes de distintas prospecciones y de diferentes épocas ordenados en los almacenes del Insap, que abrió este viernes 26 de julio por primera vez sus puertas a los medios de comunicación.

Los profesionales de este instituto - creado en 1985 y dirigido ahora por el profesor Jamal Bennacer conocido por supervisar el equipo que encontró el más antiguo Homo sapiens de Jebel Irhoud- destacaron la importancia del instituto para entender el comportamiento de la humanidad, al mismo tiempo que se quejaron de la falta de medios para realizar sus investigaciones en condiciones óptimas.


En Marruecos, existen dos laboratorios de análisis de restos arqueológicos a los que recurre el instituto, uno de ellos de la Gendarmería Real y el otro en el Centro de Estudios Nucleares de la Maamora, aunque la mayoría de las muestras se mandan a laboratorios especializados en Estados Unidos o en Europa.

"Entre las misiones de este instituto está responder a la pregunta de la identidad en Marruecos, cuán antiguos somos, así como los grupos humanos que pasaron por aquí y sus modos de vida", dijo el profesor y arqueólogo Abdeljalil Bouzouggar.

Fuente: elcomercio.com | 26 de julio de 2019