Descubren cerca de 40 monumentos del periodo Neolítico en el entorno de Newgrange (Irlanda)

Foto: Señalización de los monumentos descubiertos en Newgrange \ UCD.

Un equipo del University College Dublin (UCD) ha descubierto casi 40 monumentos previamente desconocidos cerca de Newgrange, incluido un monumento "espectacular" que se alinea con el amanecer en el solsticio de invierno.

Los hallazgos probablemente van desde el período neolítico (4000 a. C.), hasta la Edad del Bronce (2500 a. C.) y la Alta Edad Media.

El sitio de uno de los monumentos recién descubiertos encontrados cerca de Newgrange. Crédito: University College Dublin.

Se cree que el monumento alineado con el amanecer del solsticio de invierno es alrededor de 200 a 300 años más reciente que la tumba de corredor de Newgrange, datada alrededor del 3200 a.C., y fue descubierto a pocos metros de este famoso enclave prehistórico.

El Dr. Steve Davis (izquierda) y un equipo de la Escuela de Arqueología de la UCD utilizaron un sistema de imágenes geofísicas a gran escala para revelar los nuevos monumentos como parte de un proyecto conjunto con el Instituto Arqueológico alemán de la Comisión Romano-Germánica, con sede en Frankfurt. La investigación es también parte del proyecto "Boyne to Brodgar", el cual está examinando las conexiones entre los enclaves neolíticos del Valle de Boyne y las Islas Orcadas.

"Estas tecnologías han cambiado en los últimos años nuestra comprensión del paisaje de Brú na Bóinne más allá de toda apreciación al respecto", dijo el Dr. Davis.

Hasta ahora, los estudios han sido financiados por el gobierno alemán. A este respecto el Dr. Davis dijo: 'Desafortunadamente, la financiación del patrimonio en Irlanda nunca se recuperó desde que se sufrió la crisis financiera de hace unos años".

"En consecuencia, simplemente no hay dinero para financiar este tipo de trabajos. Los equipos que traen los alemanes costaría alrededor de 150.000 euros, lo que probablemente equivale a cuatro años del presupuesto total disponible para la investigación de la arqueología irlandesa (excluyendo los principales esquemas de financiación del Consejo de Investigación de Irlanda)".
"Personalmente trabajo en estrecha colaboración con el servicio de Monumentos Nacionales y aprecio su apoyo, pero la realidad es que Irlanda no está capacitada para hacer este tipo de investigación sin la ayuda de la Comisión Romano Germánica", agregó.

La directora de esta institución alemana, la profesora Eszter Bannfy (izquierda), junto con su colega el Dr. Knut Rassmann, han suministrado la infraestructura necesaria para inspeccionar cientos de hectáreas de tierra en las áreas centrales y adyacentes de Bru na Boinne. De hecho, el equipo puede inspeccionar hasta 25 hectáreas en un día utilizando una máquina de imágenes geofísicas a gran escala.

El Dr. Rassmann declaró se está probando un satélite radar especial en cooperación con el Centro Aeroespacial Alemán, "lo que permitirá a los topógrafos obtener una visión general sin precedentes del paisaje".

En el estudio se utilizaron sensores remotos basados ​​en satélites, drones, escaneo por láser desde el aire y detectores geofísicos para estudiar el terreno de Brú na Bóinne, un área en el condado de Meath, la cual contiene algunos de los paisajes prehistóricos más importantes del mundo, entre los que se incluyen las grandes tumbas megalíticas de corredor de Knowth, Newgrange y Dowth, así como alrededor de otras 90 construcciones del período Neolítico. El área estudiada incluía ubicaciones a ambos lados del Valle de Boyne, dentro del meandro del río Boyne, y alrededor de las tumbas prehistóricas de Newgrange, Knowth y Dowth.

Los estudios realizados hasta el momento se han llevado a cabo con el permiso del Consejo de Monumentos Nacionales y los propietarios locales, ya que la mayoría de las tierras involucradas no son propiedad del Estado.

La tumba de corredor de Newgrange en el condado de Meath data del 3200 a. C., por lo que es más antigua que Stonehenge y las pirámides egipcias. Crédito: University College Dublin.

Newgrange es sinónimo del solsticio de invierno, pues la luz del amanecer ilumina la cámara funeraria en ese día, y es una de las tumbas de corredor más conocidas en Brú na Boinne. Desde 1993, este lugar ha sido declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

Turistas presenciando el solsticio de invierno en la tumba de Newgrange. Foto: Niall Carson / PA Archive / PA Images.

El Dr. Davis, quien ha trabajado durante más de una década en Brú na Bóinne, dijo que "Los monumentos recién descubiertos probablemente van desde casas del Neolítico temprano hasta recintos de madera neolíticos, así como monumentos funerarios de la Edad del Bronce y algunas granjas de los inicios de la Edad Media".

"Todavía hay lagunas significativas en nuestro conocimiento, sobre todo en nuestra comprensión de los asentamientos, pero seguimos trabajando en ello".
"Los resultados de los estudios llevados a cabo este año se basan en la excepcional sequía del verano del año pasado, los cuales continúan demostrándonos el significativo paisaje arqueológico que tenemos en Brú na Bóinne", agregó.

Un túmulo más pequeño en Newgrange en Irlanda. Pic: Luthy Yannick / DPA / PA Imágenes.

El proyecto se extenderá más allá de Newgrange para vincularse con otros sitios neolíticos del Atlántico norte que se están investigando: "El objetivo a largo plazo es trabajar con la Comisión Romano Germánica en otros paisajes del Atlántico Norte, por lo que también estamos colaborando juntos en Orkney, y la Isla de Man es otra posible área de estudio".

Cuando finalice el proyecto Boyne to Brodgar, que comenzó hace cinco años, se habrán inspeccionado más de cinco kilómetros cuadrados.

Fuentes: University College Dublin | extra.ie | 8 de agosto de 2019

Encuentran en Israel relieves de posibles diosas de la fertilidad desnudas de hace 3.500 años

Una de las tallas encontradas durante las excavaciones puede mostrar una diosa de la fertilidad. © Gabi Laron / Excavaciones de Tel Rehov, Universidad Hebrea de Jerusalén.

En Rehob, una ciudad de Israel de 3.500 años de antigüedad conocida actualmente como Tel Rehov, se ha descubierto un escarabajo con inscripciones y cinco tabletas de arcilla con tallas de mujeres desnudas. Según recoge la web de noticias científicas Live Science, lo más seguro es que semejantes tallas representen a antiguas diosas de la fertilidad como Asherah y Astarté.

«Estas estatuillas eran usadas en casa como parte de la práctica religiosa popular en la esfera doméstica, principalmente en lo referente a la fertilidad de la mujer», explicó a dicha página web Amihai Mazar (izquierda), profesor de arqueología en la Universidad Hebrea de Jerusalén y responsable –junto a Uri Davidovich (derecha)– de tales descubrimientos en una excavación. Mazar añadió que se habían encontrado tallas similares en otros sitios arqueológicos en la región.

La villa de Rehob vivió su mejor momento durante una época en la que Egipto controlaba gran parte de la región; la ciudad se encontraba además cerca de Beit She'an, cuyo importante papel en la historia se debe a su localización geográfica próxima al río Jordán y al valle de Jezreel, escribieron Mazar y Davidovich en un artículo publicado en el Boletín de las Escuelas Americanas de Investigación Oriental en el que detallaron sus hallazgos.

Esta estatuilla de mujer desnuda fue encontrada por un niño de 7 años en Tel Rehov en 2015. © Clara Amit, cortesía de la Autoridad de Antigüedades de Israel

El escarabajo, compuesto por el mineral esteatita, tiene un jeroglífico que dice que fue creado para un hombre muerto llamado Amenemhat y que era el «escriba de la casa del supervisor de elementos sellados», según la traducción de la inscripción realizada por la profesora de la Universidad Hebrea de Jerusalén, Arlette David (izquierda).

"Los 'elementos sellados' a los que se hace referencia en la inscripción representan varios productos y materiales tratados por la administración", escribió la profesora David, en el apéndice del artículo publicado.

Es un misterio saber quién era exactamente este individuo y qué estaba haciendo el escarabajo en el edificio donde fue encontrado. "Dado que no hay otro testimonio de un Amenemhat, 'escriba de la casa del supervisor de elementos sellados', no sabemos nada más sobre él, incluso dónde fue enterrado", dijo la profesora David a Live Science en un correo electrónico.


Dos vistas del escarabajo de esteatita con la inscripción que porta.

Arlette David señaló que es posible que Amenemhat nunca haya vivido o visitado Rehob, y que el escarabajo haya sido utilizado en esa ciudad como un recordatorio del control de Egipto sobre el área.
Tanto el escarabajo como dos de las tallas se encontraron dentro de una gran edificación, cuya finalidad y tamaño se desconocen, pues todavía no se ha excavado por completo el lugar. Aún así, se sospecha que habría sido un gran y complejo edificio público –un palacio, un espacio administrativo o incluso la casa de alguien que perteneciese a la élite– debido a sus amplias paredes, sus muros de contención, su patio espacioso con un largo pasillo en su parte sur y sus profundos cimientos.

Será necesario hacer más investigación para determinar para qué se utilizó exactamente. Podría ser parte de un palacio, un edificio administrativo o la residencia de una persona de élite, escribieron Mazar y Davidovich.

Foto: Tel Rehov visto hacia el norte

Fuentes: abc.es | livescience.com | 26 de julio de 2019

Descubierta por casualidad en el norte de Grecia una tumba helenística intacta del siglo I antes de Cristo

Detalle de la excavación en Mavropigi (Grecia) - ABC

Hace pocos días se derribó una casa en el pueblo de Mavropigi (cerca de la ciudad de Kozanis), como parte de las obras de la compañía estatal de electricidad DEI, para continuar una excavación minera y extraer lignito. Como en todas las construcciones y demoliciones en Grecia, es obligatorio la participación de un arqueólogo para cerciorar que no existen restos arqueológicos en el lugar. En este caso, y a solo metro y medio de profundidad, los arqueólogos se encontraron con el enterramiento intacto de una mujer del periodo helenístico tardío, de finales del siglo I antes de Cristo.

Detalle de la excavación en Mavropigi (Grecia)

Una tumba de gran riqueza

La responsable de esta excavación y directora del Servicio Arqueológico de Kozanis, Aretí Chondrogianni-Metoki (izquierda), ha declarado que «La muerta encontrada en el sepulcro está colocada sobre un lecho funerario de cobre, perfectamente conservado». El lecho está decorado y se considera de gran valor, ya que pocas veces se han encontrado lechos parecidos en el norte del país y especialmente en perfectas condiciones.
Al encontrarse este sepulcro intacto, se estudiarán con atención los objetos que rodean a la mujer fallecida, que tenía una hoja de oro dentro de su boca. A su alrededor se han encontrado distintos cinco objetos cerámicos y uno de cristal donde se guardaban perfumes y ungüentos, así como siete placas de oro, que –se considera– decoraban el tejido que cubría su cuerpo. Tenía también un pequeño objeto de oro en una mano, posiblemente parte de su vestimenta.


La directora del servicio arqueológico de Kozani ha destacado que el estudio detallado de este enterramiento se efectuará en el cercano Museo Arqueológico de Aiani (pronunciado en griego «Eani») . En el caso del cuerpo de la mujer encontrada dentro de la tumba, se estudiará su edad y su condición física, posiblemente también la causa de su fallecimiento. Sí está claro –según la señora Jondroyan– que se trata de una mujer de elevada posición o bien por ser de familia rica o por tener un puesto importante en la sociedad.

Detalle de la excavación en Mavropigi (Grecia)

Un pueblo entero expropiado

Se estudiará también en el museo la calidad del trabajo metalúrgico del lecho y el departamento arqueológico se concentrará en la estratificación social del asentamiento al que pertenece la tumba, porque todos los edificios del pueblo de Mavripigi han sido expropiados y el lugar será excavado para continuar los trabajos de minería de la empresa eléctrica.

Sus habitantes han abandonado ya sus casas que están siendo derribadas, como la que ha descubierto esta tumba, y se esperan más sorpresas dado que la zona fue habitada desde finales de la Edad de Bronce, hacia 1600 antes de Cristo, y continuó teniendo actividad hasta finales de la época bizantina.

Pueblo de Mavropigi; a la derecha, instalaciones de la compañía estatal de electricidad. DEI

Ya se han encontrado en la zona restos de asentamientos, de enterramientos, de casas y granjas. El servicio arqueológico deberá documentar cada descubrimiento lo antes posible para que la empresa de electricidad pueda continuar su trabajo.

De hecho, hace pocas semanas se descubrió un proyectil de obús sin detonar de la Segunda Guerra Mundial y acudieron los servicios competentes del ejército griego para desactivarlo, mientras que Jondroyani solicitó al Ministerio de Defensa que detecte las posibles municiones sin estallar de la zona.

Fuentes: abc.es | archaeologynewsnetwork.blogspot.com| 11 de agosto de 2019

Descubren un diente de neandertal en la Sima de las Palomas (Murcia)

Restos óseos encontrados en la Sima de las Palomas en la actual campaña.

Desde que un naturalista se encontrara en 1991 con los primeros restos de un neandertal, la Sima de las Palomas (Murcia), situada en la montaña conocida como Cabezo Gordo (Torre Pacheco), ha sido una auténtica mina de oro para los arqueólogos. Las investigaciones de los últimos años han confirmado que los neandertales ocuparon ese lugar en el Paleolítico, y que además lo hicieron mucho antes de lo que se pensaba.

El coordinador de las investigaciones, el británico Michael Walker, explicó que este verano han encontrado un molar perteneciente a esa época, a tal profundidad que es indudable que su procedencia se remonta a más de 100.000 años de antigüedad.

Con este diente, son ya 15 los restos pertenecientes a distintos individuos del Homo neanderthalensis, «una cifra bastante elevada para lo habitual», según Walker, profesor emérito de la Universidad de Murcia, que trabaja junto a la Universidad de Oxford en estas exploraciones que se iniciaron hace más de 25 años.


En esta campaña, señala el informe, la excavación ha avanzado hasta una profundidad respetable y ha alcanzado los dos metros bajo tierra, y algo más de seis bajo la misma visera rocosa a la que había llegado el relleno de sedimento de la sima cuando se iniciaron las exploraciones.

La presencia de restos a tanta profundidad confirma su antigüedad, que se corresponde con el último periodo interglaciar. «Estos niveles profundos tienen, no ya 50.000 años como los esqueletos famosos de los neandertales, sino que pueden llegar a una antigüedad de entre 100.000 y 130.000 años», señala Michael Walker. En 2018 también encontraron un molar, en 2017 un fragmento mandibular y en 2016 dos incisivos, por lo que se confirma la presencia de los neandertales en esta época anterior.

La zona donde están investigando está separada de los esqueletos articulados neandertales a través de un conglomerado durísimo que se consolidó hace más de 65.000 años, por lo que es imposible que correspondan a una época posterior.

Foto: Exposición de las investigaciones de este verano en la Sima de las Palomas. Iván J. Urquízar

Ya utilizaban el fuego

Otra novedad del hallazgo de este año es que el diente hallado estaba alterado por la combustión. Hacía unos veinte años que no encontraban algo así. Los indicios apuntan a que los restos de la Sima de las Palomas corresponden a un lugar donde los neandertales enterraban a sus fallecidos. En general, no presentan signos de haber sido incinerados, pero en esta caso sí sucede así.

Otra conclusión que se puede extraer de ello es que los neandertales utilizaban el fuego antes de lo que se pensaba. En esta capa de más de 65.000 años de antigüedad han encontrado útiles paleolíticos y huesos de animales con señales de combustión. «No hemos podido detectar empedrados o socavones que pudieran implicar un hogar delimitado; pero los indicios de la preparación y el asado de la carne abundan en toda el área bajo investigación», señala el informe de la campaña de excavaciones.

Además, este verano se han descubierto huesos que podrían pertenecer a un animal de importantes dimensiones, como una hiena o un león de las cavernas, una especie extinta que solo se conoce por las pinturas rupestres y por restos fósiles como estos. Esta capa en la que están trabajando es extraordinariamente rica en restos de animales, desde la tortuga y el conejo hasta caballos, ciervos, uro, rinoceronte, hiena, lobo, puercoespín, etcétera.

También explican que la excavación de numerosos restos quemados de caballo silvestre podría apoyar la conjetura de que procedieran de esta capa otros tantos recuperados hace años por los propios investigadores junto con fragmentos quemados de cráneos neandertales.
En los últimos tres años han identificado huesos y dientes de una hiena, un carnívoro grande, caballo, ciervo, etc. Así pues, creen que es posible que las capas profundas en vías de excavación correspondan al vertedero de un campamento neandertal situado alrededor de la boca de la sima en una pequeña terraza que luego fue eliminada por la erosión.

Fragmento de una mandíbula de un niño neandertal hallada en la Sima de las Palomas en 2017.

Sospechan que se alimentaban de materia vegetal

Según han comprobado en la campaña de excavaciones paleontropológicas en la Sima de las Palomas, además de la carne, «es verosímil que el Hombre de Neandertal, que habitaba esta zona, se alimentase con productos de origen vegetal».

El profesor Walker, coordinador de los trabajos, es coautor con Amanda Henry y Robert Power, investigadores del prestigioso Instituto Max-Planck de Antropología Evolutiva de Leipzig, de un nuevo artículo científico sobre la presencia de fitolitos en el sarro de dientes neandertales de la Sima de las Palomas y otros yacimientos de la franja mediterránea de España.

«Los fitolitos demuestran que comían plantas, con toda probabilidad las semillas de gramíneas», explican los investigadores. Actualmente, están esperando los resultados de un estudio sobre las muestras tomadas de dientes de rumiantes excavados en el yacimiento de la Sima de las Palomas. Dicha investigación se desarrolla de la Universidad de Tubinga, en Alemania.

Fuente: laopiniondemurcia.es | 8 de agosto de 2019

Excavan en la Cueva del Bolomor (Valencia) para hallar restos neandertales de hace 250.000 años

Un grupo de arqueólogos busca restos en la Cova del Bolomor de Tavernes (Valencia) en una campaña anterior. / LP

Un grupo de 25 arqueólogos inicia este martes una nueva campaña de excavaciones en la Cueva del Bolomor de Tavernes de la Valldigna (Valencia). La intención es hallar restos neandertales de hace 250.000 años, así como otros de fauna o herramientas de trabajo, pero también se confía en que puedan aparecer restos de homínidos, como ya ha ocurrido en alguna ocasión anterior. Los trabajos se llevan a cabo cada verano en esta cavidad desde el año 1989.

De hecho, hace sólo unos meses tuvieron lugar unos actos de conmemoración por las tres décadas de investigación y trabajos arqueológicos con abundantes hallazgos. Bolomor es una de las cavidades más relevantes de toda la península..., ya que en ella se han encontrado tanto restos de homínidos, como de fauna y hogares, además de miles de herramientas líticas. El año pasado, fueron 7.000 las piezas arqueológicas recuperadas que en conjunto superan ya más de 300.000.
Pero, sobre todo, la singularidad de esta cueva radica en que se han encontrado evidencias de fuego controlado, de hace 230.000 años, un gran avance para la humanidad. Es justo esto lo que hace que la cavidad, junto a otras muchas aportaciones, sea un atractivo para los estudiosos de las diferentes etapas de la Prehistoria en la vertiente mediterránea.

El director de los trabajos es el arqueólogo Josep Fernández (izquierda), quien tutela al equipo de 25 profesionales que estarán este año durante varias semanas en Bolomor. La intervención se lleva a cabo por el Museo de Prehistoria de Valencia, con el permiso de la Dirección General de Patrimonio de la Consejería de Cultura, y acabará el próximo 9 de septiembre. Fernández explicó que los 25 profesionales realizarán sus trabajos en dos zonas de la cavidad.

Por un lado se excavará en la parte norte de la cueva, donde se lleva años trabajando en el nivel XIII, correspondiente a una etapa cálida de hace 250.000 años, es decir del Pleistoceno medio. De este nivel quedan unos 10 cm y la intención es finalizarlo para dar paso al nivel XIV en posteriores campañas. Fernández comentó que en años anteriores este área ha sido muy relevadora. En la campaña anterior aparecieron «numerosas herramientas líticas y restos de fauna», precisó el responsable de los. Pero recordó que uno de los años más fructíferos fue 2016, cuando aparecieron 15.000 herramientas líticas y más de 150 restos de fauna procesadas por los neandertales.

En la campaña de 2016 estuvieron en el yacimiento 80 profesionales durante dos meses. Por otra parte, las excavaciones también buscarán piezas en el sector occidental de la cavidad, una zona algo más reciente que corresponde con un pasado de 100.000 años, aquí se actuará en el nivel III. La cueva tiene un total de 17 niveles o estratos, por lo que tiene por delante muchas campañas. La población que habitó en los niveles más recientes la cueva fue la de neandertales que se extinguieron hace unos 35.000 años, pero no se descarta hallar restos de otros homínidos más antiguos que les precedieron.

Fuente: lasprovincias.es | 9 de agosto de 2019

Hallan en la Cueva Karain (Antalya, Turquía) un hacha de hace 350.000 años

Un equipo de arqueólogos ha hallado en la Cueva de Karain, en Antalya, Turquía, la que podría ser la segunda hacha más antigua del mundo, con una antigüedad estimada de unos 350.000 años.
La Cueva de Karain, una gruta natural que fue usada por los humanos prehistóricos, y que constituye un importante yacimiento del Paleolítico, está situada a las afueras del pequeño pueblo turco de Yagca, a menos de 30 kilómetros de la ciudad mediterránea de Antalya, un conocido destino turístico de Turquía.

Fragmentos de cráneos de neandertal descubiertos en el pasado en esta cavidad evidenciaban presencia humana desde hace al menos 200.000 años.


Harun Taskiran, profesor del departamento de arqueología de la Universidad de Ankara, dijo que durante el proceso de excavación, encontraron, en los sedimentos del Paleolítico medio, un hacha afilada por los dos lados cuyo tamaño equivale al de una mano humana. Según Taskiran, el hacha debió haber sido utilizada para cazar, y ya el pasado año se encontró otra hacha similar.
La presencia de hachas y herramientas ratifica que la cueva fue un espacio vital donde los antiguos humanos fabricaban herramientas. También se demuestra que habían descubierto el fuego y que separaban la carne de los animales que cazaban con todo tipo de herramientas.


Las excavaciones en la Cueva Karain comenzaron en 1946, y se cree que el área tiene una antigüedad de 500.000 años.

Taskiran añadió que restos óseos de neandertales, hipopótamos, rinocerontes y elefantes también se hallaron en la cueva.

Fuentes: hurriyetdailynews.com | ntv.com.tr | 8 de agosto de 2019

Los humanos ya conquistaron la alta montaña hace más de 40.000 años

El refugio de Fincha Habera, en las montañas Bale de Etiopía, sirvió de hogar a varios grupos humanos durante milenios GÖTZ OSSENDORF

Hace algo menos de 70.000 años, desde África partió una migración que transformó el mundo. Los participantes en aquel viaje eran Homo sapiens, una especie que ya había salido de este continente en varias ocasiones, pero que en ninguna oleada anterior había conseguido transformar el mundo como lo hizo en la última. Aquellas nuevas generaciones tenían algo especial. En pocos miles de años, se expandieron por todo el mundo y se convirtieron en la única especie humana viva sobre la tierra.

Se cree que uno de los últimos espacios conquistados por aquellos humanos fueron las montañas más elevadas, a partir de 2.500 metros de altitud. Allí, la falta de oxígeno dificulta la vida de los humanos, que además deben enfrentarse a las bajas temperaturas, la aridez del terreno o la intensa radiación ultravioleta de las alturas. Sin embargo, algunos descubrimientos recientes sugieren que los humanos ya habían seguido hacía tiempo la llamada de las montañas.

En mayo de este año, la revista Nature publicó el hallazgo de la mandíbula de un denisovano en la cueva china de Karst Baishiya, a 3.280 metros de altitud, en la meseta tibetana (derecha). Con 160.000 años de antigüedad, los restos de este pariente cercano, encontrados por un monje budista, serían un indicio de que aquella especie humana se había adaptado a las alturas mucho antes que los sapiens, cuyos restos más antiguos en alta montaña rondan los 40.000 años. Este hallazgo explicaría además que esta especie cuente con una variante genética que facilita la adaptación a la altitud.

Sin embargo, según critica Mark Aldenderfer (izquierda) esta semana en la revista Science, la mandíbula china no está acompañada por restos arqueológicos que demuestren una adaptación de aquellos humanos a la vida en altura. La llegada de aquel individuo a la altura de Karst Baishiya pudo ser circunstancial, según el investigador de la Universidad de California en Merced (EE UU). “Los datos no apoyan la afirmación de que el yacimiento representa una adaptación exitosa a altas elevaciones antes de la llegada a la región de los 'Homo sapiens' modernos”, añade.

Esta semana, Science publica también los resultados de un equipo internacional de científicos en el que sí se aportan evidencias arqueológicas que apoyan la idea de un asentamiento prolongado a una altitud elevada, en este caso en las montañas Bale, en el sur de Etiopía. Hace 45.000 años, cuando los valles que rodeaban la región aún eran demasiado secos para la supervivencia, en el refugio de Fincha Habera, a 4.000 metros de altura, era posible salir adelante, sobre todo gracias a un gran roedor que también cazaban las hienas.

El Tachyoryctes macrocephalus, una rata topo de más de medio kilo de peso, era una fuente de alimento abundante y principal como muestra que el 93,5% de los restos animales encontrados en aquellos yacimientos humanos pertenecen a este animal. Los huesos quemados sugieren además que solían asarlos al fuego. En la misma zona y a la misma altitud, los investigadores encontraron varios afloramientos de obsidiana, que aquellos humanos utilizarían para elaborar las herramientas de piedra que, junto a trozos de cerámica o una cuenta de cristal, se encontraron en los yacimientos.


Mandíbula de la rata topo 'Tachyoryctes macrocephalus', el alimento básico de aquellos primeros colonizadores de la alta montaña GÖTZ OSSENDORF

Según cuentan los autores, Fincha Habera fue usado como residencia por distintos grupos de Homo sapiens durante milenios. La gran cantidad de herramientas encontradas, los restos característicos de las fogatas y del uso de la cueva como hogar, la ingente cantidad de heces humanas o las pruebas de que allí se preparó comida con frecuencia muestran que aquel lugar, a unos cientos de metro por debajo de los glaciares, fue, pese a la dureza del clima, un buen refugio.
El yacimiento etíope ofrece una idea de cómo podía ser la vida de aquellos primeros colonizadores de las montañas, pero los hallazgos recientes muestran que esta parte de la historia de la humanidad aún debe completarse y que puede haber muchas sorpresas. Pese a que las elevadas altitudes tengan muchas características hostiles, en algunos momentos de la historia de la evolución humana y del planeta las montañas pudieron ser un buen hogar para nuestros ancestros.

Fuentes: elpais.com | aaas.org | 8 de agosto de 2019

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Hace 45.000 años hubo poblaciones viviendo en las montañas Bale, en Etiopía, a unos 4.000 metros de altitud

Vista del refugio de rocas Fincha Habera (Montañas Bale) que ha servido como lugar de residencia de recolectores de la Edad de Piedra Media / Götz Ossendorf

La vida a gran altitud impone una serie de limitaciones y estrés sobre el cuerpo humano. Debido a esto, se creía que el asentamiento de poblaciones en entornos a gran altitud –más de 2.500 metros sobre el nivel del mar– era algo reciente en la historia de la humanidad.

Los restos hallados en un refugio a 4.000 metros de altitud en un refugio rocoso en las montañas de Bale, en Etiopía, parecen demostrar lo contrario. La investigación, que se publica en la revista Science, revela a través de análisis arqueológicos, biogeoquímicos y cronológicos de restos fósiles, que en esos yacimientos vivieron poblaciones de recolectores de la Edad de Piedra, hace unos 45.000 años.

Foto: Vista exterior e interior de Fincha Habera.

“Los habitantes prehistóricos de la zona eran cazadores-recolectores, lo que significa que eran altamente móviles, no sedentarios, y vivían de la comida que obtenían para alimentarse. Constituían pequeños grupos y usaban el lugar como una especie de campamento base”, declara a Sinc Götz Ossendorf, científico de la Universidad de Colonia (Alemania) y coautor del trabajo.
El yacimiento fue descrito por primera vez por un equipo ruso en 2013 mientras realizaban trabajos paleoecológicos (polen y esporas) en el refugio de rocas para reconstruir el entorno de los últimos 16.000 años. “Nosotros fuimos los primeros en descubrir los depósitos arqueológicos que datan entre 47.000 y 31.000 años atrás”, añade el investigador.

Foto: Paisaje del valle de Harcha caracterizado por bloques de piedra depositados por un glaciar durante la glaciación Würm.


Las fechas de radiocarbono del yacimiento sugieren que la ocupación comenzó durante el Pleistoceno tardío. El entorno permitió estadías a largo plazo en el área conocida como Fincha Habera durante varios miles de años de forma repetida, aunque los científicos desconocen si esta ocupación fue permanente.

Esto se debe a que esta región durante la última glaciación estaba más allá del borde de los glaciares. Por tanto, había cantidad de agua suficiente disponible, ya que se derretían en fases.

Inhóspito para vivir, ideal para investigar

Las montañas de Bale están en una región bastante inhóspita y con un bajo nivel de oxígeno en el aire. Las temperaturas fluctúan bruscamente y llueve mucho. En este entorno, los arqueólogos hallaron evidencias de que estas personas cazaban ratas topo gigantes, extraían obsidiana a 4.200 metros sobre el nivel del mar para fabricar sus herramientas y usaban agua derretida de los glaciares cercanos.
“Encontramos muchos huesos de ratas-topo gigantes que tenían marcas de corte y la mayoría estaban carbonizados, por lo que estamos seguros de que la gente las comía”, apunta a Sinc Bruno Glaser (izquierda), autor principal del estudio en la Universidad Martin Luther Halle-Wittenberg (Alemania). Estos animales eran fáciles de cazar y proporcionaron suficiente carne, suministrando así la energía necesaria para sobrevivir en un terreno muy abrupto.

Además de estos fósiles, hallaron miles de artefactos de piedra de obsidiana (derecha) típicos de la Edad de Piedra Media, restos de fauna que los humanos prehistóricos cazaban, entre ellos antílopes y un solo fragmento de cascarón de huevo de avestruz. “Estas aves no viven en estas altitudes, por lo que los humanos prehistóricos deben haberlas traido de las tierras bajas”, dice Ossendorf.

Las duras circunstancias de las montañas Bale presentan condiciones ideales para el trabajo de los científicos, ya que el suelo solo ha cambiado en la superficie durante los últimos milenios. Dichos análisis solo pueden realizarse en áreas naturales con poca contaminación, de lo contrario, el perfil del suelo cambiaría demasiado por el impacto más reciente.

Por este motivo, los científicos desarrollaron un nuevo tipo de paleotermómetro que podrá usarse para rastrear el clima en la región, incluida la temperatura, la humedad y la precipitación.

Foto: Excavación y muestreo de los depósitos arqueológicos de la Edad de Piedra Media en Fincha Habera. Götz Ossendorf

“Utilizamos un paleotermómetro existente que emplea la cantidad de lípidos producidos por las bacterias del suelo en función de la temperatura. Además, desarrollamos un paleohigrómetro basado en un enfoque de isótopos estables acoplados de lípidos y azúcares de cera vegetal. Actualmente, ambos métodos solo se utilizan para la reconstrucción del paleoclima”, explica Glaser.

Capacidad de adaptación

Según el equipo de investigación, este estudio no solo proporciona nuevas ideas sobre la historia de los asentamientos humanos en África, sino que también da información importante sobre el potencial humano para adaptarse física, genéticamente y culturalmente a las condiciones ambientales cambiantes. Un ejemplo de ello son los grupos de personas que viven en las montañas etíopes hoy en día, que pueden lidiar fácilmente con bajos niveles de oxígeno en el aire.

El trabajo liderado por la Universidad Martin Luther Halle-Wittenberg (Alemania) también ha contado con la cooperación de las universidades alemanas de Colonia, Rostock y Marburgo, así como las de Berna (Suiza) y Addis Abeba (Etiopía).

Fuentes: agenciasinc.es | 8 de agosto de 2019