Descubren en Jerusalén un sello de la época del Templo con el nombre de una figura bíblica

Foto: Eliyahu Yanai / Ciudad de David

Arqueólogos en la Ciudad de David en Jerusalén encontraron recientemente un artefacto único que sirve como evidencia de la presencia del pueblo judío en la tierra de Israel durante la época del Templo y que hace referencia directa a una figura mencionada en la Biblia.

Los arqueólogos encontraron un sello de alrededor de un centímetro que data de la época del reino de Judá, hace unos 2.600 años.

En el sello se puede leer la inscripción en hebreo antiguo con las palabras "perteneciente a Adonías (Adoniyahu), mayordomo real".

Adonías aparece varias veces en la Biblia y, según Eli Shukron, quien realizó las excavaciones iniciales en los cimientos del Muro Occidental en nombre de la Autoridad de Antigüedades de Israel, "Esta es la primera vez que se realiza este tipo de descubrimiento arqueológico en Jerusalén. El término bíblico 'Asher Al HaBayit' fue la posición ministerial de más alto rango debajo del rey durante los reinados de los reyes de Judea e Israel, sin duda es de gran importancia".


Foto: Eliyahu Yanai / Ciudad de David

Los sellos como el que se encontró eran utilizados en la época del Primer Templo para firmar y sellar documentos oficiales del reino de Judá.

El término traducido como "mayordomo real" (Asher al Habait, en hebreo) era el cargo más importante dentro de la jerarquía real en el reino de Judá y aparece en el listado de posiciones de los ministros del rey Salomón. Es un término que aparece varias veces en la Biblia y que es utilizado para mencionar a un ministro importante que era cercano al rey.

El sello fue encontrado por un voluntario del servicio nacional hace unas tres semanas entre partes de tierra que fue excavada en el año 2013 cerca del Muro de los Lamentos.

Fuente: aurora.israel.co.il | 11 de septiembre de 2019

Los restos más antiguos de consumo de leche en dientes de hace 6.000 años

La evidencia proviene de la placa dental de restos neolíticos. SOPHY CHARLTON / DORSET COUNTY MUSEUM.

La evidencia directa más temprana del consumo de leche del mundo ha sido encontrada en los dientes de granjeros británicos que vivieron en el período Neolítico hace unos 6.000 años.
Un equipo de investigación, dirigido por arqueólogos de la Universidad de York, identificó una proteína de la leche llamada beta lactoglobulina (BLG) enterrada en la placa dental mineralizada de hasta siete personas.

Las muestras de placa dental humana en el estudio son las más antiguas analizadas en busca de proteínas antiguas hasta la fecha en todo el mundo y el estudio representa la identificación más temprana de la proteína de suero de leche BLG hasta el momento.

El período Neolítico en Gran Bretaña fue de 4.000 a 2.400 antes de Cristo y vio el surgimiento de la agricultura, con el uso de animales domesticados como vacas, ovejas, cerdos y cabras, junto con cultivos como el trigo y la cebada. Los arqueólogos también han descubierto evidencia de prácticas culturales complejas, con comunidades neolíticas construyendo grandes sitios monumentales y de entierro.

Los antiguos restos humanos probados en el estudio provienen de tres sitios neolíticos diferentes: Hambledon Hill y Hazleton North en el sur de Inglaterra, y Banbury Lane en East Midlands. Las personas de los tres sitios mostraron la presencia de proteínas de la leche de vacas, ovejas o cabras, lo que sugiere que las personas estaban explotando múltiples especies para obtener productos lácteos.
La placa dental puede ofrecer una visión única de las dietas de las personas de la antigüedad, dado que las proteínas de la dieta quedan atrapadas en su interior cuando los componentes de la saliva la mineralizan para formar sarro o “cálculo dental”.

La autora principal del estudio, Sophy Charlton, del Departamento de Arqueología de la Universidad de York, dijo: “El hecho de que encontramos esta proteína en el cálculo dental de individuos de tres sitios neolíticos diferentes puede sugerir que el consumo de lácteos fue un práctica dietética generalizada en el pasado”.


La Dra. Charlton tomando muestras de la placa de dientes antiguos.

El descubrimiento de las proteínas de la leche es particularmente interesante, ya que estudios genéticos recientes sugieren que las personas que vivían en este momento aún no tenían la capacidad de digerir la lactosa en la leche. Para evitar esto, los antiguos agricultores pueden haber estado bebiendo solo pequeñas cantidades de leche o procesándola en otros alimentos como el queso (que elimina la mayor parte de la lactosa), dicen los investigadores.

La ‘persistencia de la lactasa’, que permite el consumo continuo de leche en la edad adulta, es el resultado de una mutación genética en una sección del ADN que controla la actividad del gen de la lactasa. Sin embargo, los mecanismos detrás de cómo y cuándo evolucionamos esta habilidad siguen siendo un misterio.

El Neolítico vio la introducción de animales domesticados, como ovejas, vacas y cabras.

Charlton agregó: “Debido a que beber algo más que cantidades muy pequeñas de leche habría enfermado a las personas de este período, estos primeros agricultores pueden haber estado procesando la leche, tal vez en alimentos como queso, para reducir su contenido de lactosa”.
“La identificación de individuos más antiguos con evidencia de BLG puede en el futuro proporcionar más información sobre el consumo y el procesamiento de la leche en el pasado, y aumentar nuestra comprensión de cómo la genética y la cultura han interactuado para producir la persistencia de la lactasa”.

Fuentes: elperiodico.com.gt | bbc.com | 10 de septiembre de 2019

Científicos reconstruyen virtualmente el cráneo del ancestro del 'Homo sapiens'

Reconstrucción por computadora de un cráneo que pudo haber pertenecido al ancestro común más antiguo de los seres humanos vivos. CréditoCréditoAurélien Mounier / CNRS-MNHN.

Gracias a los hallazgos paleoantropológicos y a estudios genéticos, una pareja de científicos ha reconstruido virtualmente y en 3D el cráneo del ancestro común de todos los grupos de Homo Sapiens, cuya imagen ha sido desvelada este martes por la revista Nature Communications.
Aurélien Mounier (izquierda), del Centro Nacional francés de Investigación Cienfítifica (CNRS), y Marta Mirazón Lahr (derecha), profesora de la Universidad de Cambridge, han trabajado tres años en este estudio que permite esbozar un cráneo "sorprendentemente moderno": redondeado con frente relativamente alta, protuberancias orbitales abultadas y una cara delantera ligeramente proyectada.

Su comparación con los cinco fósiles africanos contemporáneos a la aparición del Homo sapiens, hace 300.000 años, les permite establecer que una mezcla de las poblaciones del sur y el este de África habría dado lugar a nuestra especie. Los pocos fósiles hallados en Magreb y en el este y sur de África explican el misterio que rodea al surgimiento del Homo sapiens.
"Sabemos por estudios genéticos y paleontropológicos que los ancestros del hombre moderno habrían existido hace aproximadamente entre 300.000 y 200.000 años en África, pero solo tenemos cinco o seis fósiles de ese período y es pronto para ofrecer una hipótesis coherente de lo que pasó", explicó Mounier a Efe.

Los cráneos grises son fósiles que se usaron para modelar el cráneo del ancestro virtual, que se muestra en rojo. De izquierda a derecha: KNM-ER 3733 (H. ergaster), La Ferrassie (H. neanderthalensis), Qafzeh 6 (fósil H. sapiens), Kh-1739 (Sudáfrica, Khoikhoi), AUS001 (Australia), Eu.34.4 .1 (Hungría), EAS-ORSA0427 (China) y NA82 (Huron, Canadá). (Aurélien Mounier - CNRS / MNHN)

Mounier y Mirazón han constatado fuertes similitudes entre las formas craneales de los 263 cráneos estudiados -fósiles y modernos de los 29 grupos de población hallados en África, Europa, China, Australia y Canadá- y la posición de éstos en un árbol de parentesco basado en datos genéticos.
La comparación del fósil virtual recreado por los científicos, con una edad teórica de 300.000 años, con los cinco de sus contemporáneos encontrados en África, sugieren que nuestra especie nació de la mezcla de las poblaciones del este y sur africano, y se mezclaría más tarde con neandertales durante las migraciones hacia Europa.

Un grupo de cráneos del Plesitoceno Medio Tardío utilizados en el análisis. Los investigadores desarrollaron ecuaciones matemáticas que vinculan varios rasgos de los fósiles. CréditoAurélien Mounier / CNRS-MNHN.

El estudio respalda la hipótesis, establecida previamente por otros científicos mediante análisis genéticos, de que una primera migración hacia Oceanía, y más tarde hacia Europa, Asia y finalmente África, habría permitido la extensión del Homo sapiens.

Katerina Harvati (izquierda), una paleoantropóloga de la Universidad de Tübingen, en Alemania, y que no participó en el nuevo estudio, calificó el estudio como "una forma realmente genial de probar hipótesis sobre el registro fósil".

Pero advirtió que cualquier reconstrucción de nuestro ancestro común depende de los cráneos que los científicos examinen. Junto con los fósiles de Israel utilizados, a ella le gustaría ver otros fósiles de humanos modernos agregados al análisis, pues datos adicionales pueden alterar el cráneo virtual, y tal vez incluso teorías sobre nuestros orígenes.

El Dr. Mounier ve el nuevo estudio como un marco para investigar los orígenes humanos, no la última palabra. "Hay muchas cosas que podemos hacer, incluso sin nuevos fósiles", dijo.

Fuentes: lavanguardia.com | nytimes.com | eurekalert.org | 10 de septiembre de 2019

La 'técnica única' que preservó uno de los 'Manuscritos del Mar Muerto' más extensos

Un fragmenteo del "Manuscrito del Templo". Reuters

Los Manuscritos del Mar Muerto son una colección de 972 pergaminos de incalculable valor. No solo son contemporáneos a la época de Jesús de Nazareth. Además contienen datos únicos sobre los orígenes del cristianismo. Un reciente análisis ha revelado un descubrimiento muy sorprendente sobre uno de ellos.

Un equipo de científicos de la Universidad de Harvard ha analizado un fragmento de uno de los manuscritos más importantes que se conocen mediante microscopía de electrones, una técnica que nunca se había usado hasta ahora sobre las reliquias. El resultado arrojó datos inesperados. El pergamino en cuestión se conoce como "Manuscrito del Templo", y los análisis revelan que se fabricó con una tecnología que no solo es diferente a la de los demás manuscritos del Mar Muerto. Además es una técnica desconocida y aparentemente perdida que ni siquiera se ha visto en pergaminos medievales elaborados siglos después.

Detalle de la capa de sales que recubre el manuscrito, vista al microscopio.
Foto: Roman Shuetz y otros (Science Advances)

La razón por la que los investigadores decidieron analizar el "Manuscrito del Templo" y no otro es precisamente porque ya a primera vista se puede apreciar que es diferente a todos los demás. Para empezar es mucho más fino. Su superficie apenas tiene una décima de milímetro, algo muy poco común en los pergaminos de la época. Pese a su delgadez, tiene una longitud de más de ocho metros y se ha conservado increíblemente bien para tener cerca de 2.000 años. También es el más claro de todos los pergaminos hallados en las cuevas de Qumrán, a orillas del mar Muerto. Su superficie es de una tonalidad muy clara en comparación con la de otros pergaminos que suelen exhibir diferentes tonos de marrón.

Los pergaminos para escritura se fabricaban con pieles de animales cuya superficie se rascaba hasta eliminar cualquier rastro de grasa o pelo. Después, se tensaban y se ponían a secar, y en ocasiones se frotaban con sal.

En el "Manuscrito del templo", la tinta se aplicó sobre el lado contrario al habitual. Está escrito por la parte del pergamino que corresponde al interior del animal, no en la cara dónde estaba el pelo como era la costumbre. Además, la superficie del manuscrito parece estar cubierta de una capa de material inorgánico. Los arqueólogos estaban interesados en estudiar precisamente esa capa, así que analizaron su composición química mediante técnicas no invasivas.

Resultados de diferentes análisis de microscopía para determinar la composición del fragmento. Foto: Roman Shuetz y otros (Science Advances)

Lo que encontraron fue una inusual concentración de sales compuestas de sulfuro, sodio y calcio. El hallazgo sugiere que el artesano que fabricó este pergamino aplicó una especie de capa de imprimación a su superficie, una técnica que está muy por encima de los toscos pergaminos usados en la Edad Media. Esta imprimación no coincide con ninguna de las sales comúnmente utilizadas en el mar Muerto, lo que indica que el "Manuscrito del Templo" fue fabricado en algún otro lugar, o se fabricó empleando una técnica y un tipo de sales que desde luego no son propias de esa región y esa época.

La capa de imprimación explica por qué el manuscrito ha sobrevivido tan bien al paso del tiempo pese a las malas condiciones en las que se ha conservado en años recientes. La reliquia fue encontrada en una cueva en el año 1956. Al parecer, los responsables de su descubrimiento fueron los miembro de una tribu de beduinos nómadas que vendieron la reliquia a un comerciante de antigüedades. Este envolvió el rollo de pergamino en celofán, lo metió en una caja de zapatos y lo escondió bajo las tablas del suelo de su tienda.

Los 'Manuscritos del Mar Muerto' fueron hallados en las cuevas de Qumrán, Israel.

Los arqueólogos lo hallaron once años después, pero para entonces ya estaba muy dañado por la humedad. Cualquier otro pergamino hubiera terminado completamente destruido tras ese trato, pero el "Manuscrito del Templo" aguantó. El siguiente paso de los científicos es tratar de averiguar la procedencia de la técnica con la que lo fabricaron. De momento, el análisis nos deja con una respuesta y muchas preguntas. [Sciencemag vía Science Alert].

Fuente: es.gizmodo.com | 11 de septiembre de 2019

Científicas españolas y mexicanas denuncian cómo se desprecia en los museos arqueológicos el papel femenino en la Historia

Cartel de la exposición 'Arte sin artistas. Una mirada al Paleolitico'. ANTONIO ASENSIO

Cuando en 2013 el director del Museo Arqueológico Regional de Madrid, Enrique Baquedano, eligió como cartel anunciador de la exposición Arte sin artistas. Una mirada al Paleolítico el de una mujer pintando los techos de la cueva de Altamira, parte del mundo académico reaccionó con acritud.
¿Cómo se atrevía a plantear tal hipótesis y a presentarla en público? Sin embargo, no existen datos fehacientes de que las figuras fueran realizadas por varones. Ahora, la Universidad Autónoma de Madrid ha publicado el libro Museos arqueológicos y género. Educando en igualdad, que recoge el testimonio de más de una veintena de profesoras, investigadoras, académicas y catedráticas de Historia y Arqueología españolas y mexicanas en el que muestran su completo rechazo a la "visión antropocéntrica" de los museos arqueológicos de ambos países.

Lourdes Prados Torreira (izquierda), catedrática de Arqueología de la Universidad Autónoma de Madrid, recuerda que el cartel del ilustrador Arturo Asensio “fue una provocación científica muy positiva. Al menos en la actualidad, las personas que acudan a los museos y —en especial el público infantil—, podrán plantearse la posibilidad de que esas pinturas pudieran haber sido realizadas por mujeres, cosa que antes nadie se hubiera permitido pensar. Ahora ya existe la duda que invita a la reflexión para romper con dogmas preestablecidos”.


Las expertas, en contra de lo que sostiene la Real Academia de la Lengua (RAE), abogan por dejar de “utilizar el masculino como género exclusivo, porque lejos de ser inclusivo, como pretendidamente se supone, en realidad excluye a las mujeres, contribuyendo a su invisibilidad”. Y ponen el ejemplo de que el llamado Hombre de Flores (Homo floresiensis), una especie humana extinta que habitó una isla indonesia, en realidad era una mujer que vivió hace 18.000 años. Creen que en la mayoría de los museos arqueológicos se difunde un discurso donde se invisibiliza a las mujeres o se infravaloran las actividades que se consideran vinculadas al ámbito femenino y que reflejan estereotipos androcéntricos que “no cuentan con ninguna base científica”. Cuando se explica el proceso de hominización con gráficos, sostienen, “en la mayoría de los casos se representan únicamente individuos de sexo masculino excluyendo —intencionadamente o no—, a las mujeres de la evolución de la humanidad y esa imagen es la que percibe el público, tanto infantil como adulto”.

No se trata, inciden, de que mujeres y los hombres aparezcan realizando las mismas labores, sino que se muestre que tanto unas actividades como otras, son indispensables para el desarrollo de la comunidad. “No hay que idealizar el pasado a través del discurso expositivo, ni de inventarnos relatos para que aparezcan mujeres, se trata de dotar de contenido aquellos ámbitos donde la investigación arqueológica nos indica que ellas desarrollaron sus actividades y que, obviamente, varían según las épocas y culturas”, escribe Lourdes Prados.

“No queremos decir con esto que debamos rechazar la exhibición, por ejemplo, de las momias funerarias de los faraones egipcios, pero sí investigar y exponer otros materiales presentes en las colecciones que nos ayuden a comprender cómo vivía la gente común en las diferentes épocas y culturas, qué comían, cómo eran sus casas, qué objetos utilizaban cotidianamente, cómo elaboraban sus ropas, cómo trabajaban sus campos”. Para las científicas resulta más importante exhibir los objetos con los que se trataban los alimentos o se tejían las ropas en la Edad Media que una moneda de oro descontextualizada en una vitrina.

Y ponen más ejemplos. En la sala de Protohistoria del Museo Arqueológico Nacional se expone la conocida como Dama de Baza (izquierda), una escultura funeraria del siglo IV antes de Cristo que contiene los restos cremados de la difunta. Al encontrarse como ajuar un conjunto importante de armas, durante varios años se interpretó como la tumba de un guerrero y la escultura femenina como la representación de una diosa protectora.

“Sin embargo, los análisis paleoantropológicos recientes han demostrado que se trata de los restos funerarios de una mujer. Por ello, ahora las armas se contemplan en el museo como parte del ajuar de una noble real, que existió", no de una divinidad que protegía a un hombre. Es que son cosas muy diferentes.

Fuente: elpais.com | 6 de septiembre de 2019

Gibraltar presenta a Calpeia, la primera mujer moderna que vivió en el Peñón hace 7.500 años

Los avances científicos han permitido reconstruir la cara de "Calpeia", una mujer neolítica que vivió hace 7.500 años en Gibraltar y cuyo cráneo fue descubierto en una cueva sepulcral del Peñón en unas excavaciones arqueológicas, ha informado hoy el Gobierno gibraltareño. El responsable de Patrimonio del Ejecutivo de la colonia británica, John Cortés, ha presentado hoy esta reconstrucción, que da una idea de que los rostros humanos no han cambiado mucho en los últimos 7.500 años.

La reconstrucción se ha podido hacer gracias a que los avances tecnológicos han permitido extraer segmentos del ADN de los restos de "Calpeia", nombre que se le dio a la propietaria del cráneo hallado en 1996 en una cueva cerca de Punta Europa en referencia a la antigua denominación del Peñón. El Museo Nacional de Gibraltar ha colaborado con la Facultad de Medicina de Harvard para efectuar la reconstrucción y tratar de "ponerle cara" a esta mujer neolítica.

Partían de un cráneo que quedó deformado después de su sepultura, por lo que el proceso ha incluido la remodelación de una copia escaneada del resto y la restauración de las áreas que faltaban. Esos han sido los primeros pasos que han permitido la reconstrucción del rostro de la primera mujer moderna "gibraltareña" conocida que vivió en el Peñón.
Los genes de Calpeia demostraron que tiene un diez por ciento de ascendencia de cazadores-recolectores locales del Mesolítico, y un noventa por ciento de ascendencia de Anatolia, en la actual Turquía.


"O ella o sus antepasados cercanos se trasladaron desde el Mediterráneo oriental y llegaron a Gibraltar, trayendo consigo los nuevos avances y las tecnologías que terminaron propagándose por toda Europa", explica el gobierno gibraltareño sobre la historia de esta mujer de la "Nueva Edad de Piedra" que se caracteriza por la expansión de la agricultura desde Oriente Medio, así como de las primeras cerámicas.

Fuentes: elespañol.com | chronicle.gi | 11 de septiembre de 2019