Un estudio sugiere que los neandertales se extinguieron debido a una enfermedad crónica

Reproducción del rostro de un hombre de neandertal que se exhibe en el nuevo Museo del Neandertal en la ciudad croata de Krapina, en el norte de Croacia.

Es uno de los grandes misterios sin resolver de la antropología. ¿Qué mató a los neandertales y por qué prosperó el Homo sapiens mientras aquellos se precipitaban a la extinción? ¿Fue algún tipo de plaga específica sólo para los neandertales? ¿Hubo algún tipo de evento cataclísmico en Eurasia que condujo a su desaparición?

Un nuevo estudio de un equipo de antropólogos físicos y anatomistas sugiere una causa menos dramática pero igualmente mortal.

Publicado por la revista The Anatomical Record, el estudio Reconstructing the Neanderthal Eustachian Tube: New Insights on Disease Susceptibility, Fitness Cost, and Extinction sugiere que el verdadero culpable de la desaparición de los neandertales no fue un patógeno exótico.
Por el contrario, los autores creen que el camino hacia la extinción bien podría haber sido la más común e inocua de las enfermedades infantiles (y gran preocupación de los padres de niños pequeños): las infecciones crónicas del oído.

"Puede sonar exagerado, pero cuando reconstruimos por primera vez las trompas de Eustaquio de los neandertales, descubrimos que son notablemente similares a las de los bebés humanos", dijo el coinvestigador y profesor asociado de la Universidad de Ciencias de la Salud de Downstate, Samuel Márquez (izquierda).

"Las infecciones del oído medio son casi omnipresentes entre los bebés porque el ángulo plano de las trompas de Eustaquio de un bebé es propenso a retener las bacterias de otitis media que causan estas infecciones, el mismo ángulo plano que encontramos en los neandertales".

En esta era de antibióticos, estas infecciones son fáciles de tratar y relativamente benignas para los bebés humanos. Además, alrededor de los 5 años, las trompas de Eustaquio en los niños humanos se alargan y el ángulo se vuelve más agudo, permitiendo que el oído drene, eliminando todas estas infecciones recurrentes más allá de la primera infancia.
Pero a diferencia de los humanos modernos, la estructura de las trompas de Eustaquio en los neandertales no cambiaba con la edad, lo que significa que estas infecciones del oído y sus complicaciones, incluyendo infecciones respiratorias, pérdida de audición, neumonía, no sólo se convertían en crónicas, sino en una amenaza de por vida para la salud general y la supervivencia.

Esta ilustración muestra la estructura de la trompa de Eustaquio en el hombre de neandertal y su similitud con el bebé humano / foto SUNY Downstate Health Sciences University

"No es sólo era la amenaza de morir de una infección", dice el doctor Márquez. "Si estás constantemente enfermo, no estarías tan en forma para competir con tus primos 'Homo sapiens' por la comida y otros recursos. En un mundo de supervivencia del más apto, no es de extrañar que el hombre moderno, no el neandertal, prevaleciera".

"La fuerza del estudio radica en la reconstrucción de la trompa de Eustaquio cartilaginosa", dijo Richard Rosenfeld (izquierda), profesor distinguido y presidente de otorrinolaringología en SUNY Downstate. "Esta nueva y previamente desconocida comprensión de la función del oído medio en el neandertal es lo que nos permite hacer nuevas inferencias sobre su impacto en su salud y estado físico".
"He aquí otro giro intrigante en la historia, en constante evolución, del neandertal, esta vez involucrando una parte del cuerpo que los investigadores habían descuidado casi por completo", dijo el doctor Ian Tattersall, paleoantropólogo y curador emérito del Museo Americano de Historia Nacional.

"Se añade a nuestra imagen gradualmente emergente de los neandertales como parientes muy cercanos que, sin embargo, diferían en aspectos cruciales respecto del hombre moderno".

Fuentes: downstate.edu | eurekalert.org | 19 de septiembre de 2019

Arqueólogos israelíes confirman la existencia del reino bíblico de Edom

Foto: Excavaciones en antiguas minas de cobre como parte del Proyecto del Valle Central de Timna de la Universidad de Tel Aviv. Cortesía de E. Ben-Yosef.

Nuevos restos arqueológicos fueron hallados en el desierto de Arava, entre Israel y Jordania, y han sido atribuidos al reino bíblico de Edom, que floreció durante los siglos XII y XI antes de Cristo.
En el Génesis 36:31 se describe un reino edomita anterior al siglo X a. C.: "... los reyes que reinaron en Edom antes de que cualquier rey israelita reinara". Pero el registro arqueológico ha llevado a interpretaciones contradictorias de este texto.

Un nuevo estudio de especímenes encontrados en sitios de producción de..., dirigido por Erez Ben-Yosef (izquierda), del Departamento de Arqueología y Culturas del Cercano Oriente Antiguo de TAU (Universidad de Tel Aviv), y Tom Levy (derecha), de la Universidad de California, en San Diego, revela la historia no contada de una sociedad próspera liderada por una "red de alta tecnología" de cobre.
El cobre, utilizado en la antigüedad para producir herramientas y armas, era el recurso más valioso en el antiguo Cercano Oriente. La producción de cobre es un proceso complejo, que requiere diferentes etapas y niveles de experiencia. “La fundición de cobre era esencialmente la alta tecnología de la antigüedad”, señaló Ben-Yosef.

El equipo del profesor Ben-Yosef analizó cientos de hallazgos de antiguas minas de cobre en Jordania (Faynan) e Israel (Timna) para reconstruir la evolución y el refinamiento de la industria manufacturera de cobre a lo largo de 500 años, abarcando el comienzo del primer milenio antes de Cristo (1300- 800 a.C.). Identificaron cambios dramáticos en la escoria de cobre descubierta en los yacimientos de Arava.

Mapa de los principales enclaves productores de cobre en Wadi Arabah (Israel / Jordania).

"Utilizando la evolución tecnológica como un proxy (un sustituto) de los procesos sociales, pudimos identificar y caracterizar el surgimiento del reino bíblico de Edom", explica el profesor Ben-Yosef en un comunicado. "Nuestros resultados demuestran que sucedió antes de lo que se pensaba anteriormente y de acuerdo con la descripción bíblica".

Los análisis de Ben-Yosef sobre la escoria de cobre, el desperdicio de la extracción de cobre por fundición, muestran una clara caída estadística en la cantidad de escoria del cobre a lo largo del tiempo, lo que indica que la producción se había racionalizado por expertos en eficiencia. Los investigadores atribuyen esta mejora repentina a una de las invasiones egipcias más famosas de Tierra Santa: la campaña militar del faraón Shoshenq I (el "Shishak" bíblico, de la XXII dinastía), que saqueó Jerusalén en el siglo X a. C.
La nueva investigación indica que la intervención de Egipto en la tierra de Edom no estuvo acompañada de destrucción. En cambio, desencadenó un "salto tecnológico" que incluyó una producción y comercio del cobre más eficientes.

Principales características de la organización de la producción y de los canales detallados para la industria del cobre en Wadi Arabah durante el Bronce Tardío y la Edad del Hierro temprana (las flechas y cuadros punteados indican componentes opcionales con evidencia débil o nula).

"Demostramos una repentina estandarización de la escoria en la segunda mitad del siglo X a.C., desde los sitios de Faynan en Jordania hasta los sitios de Timna en Israel, un área extensa de unos 2.000 kilómetros cuadrados, lo cual ocurrió justo cuando los egipcios entraron en la región", dice el profesor Ben-Yosef.

"La eficiencia de la industria del cobre en la región estaba aumentando. Los edomitas desarrollaron protocolos de trabajo precisos que les permitieron producir una gran cantidad de cobre con un mínimo de energía".
Pero Egipto en este momento era un poder débil, según el profesor Ben-Yosef. Si bien su influencia en la región es clara, probablemente no controlaba la industria del cobre, que seguía siendo una empresa local de Edomita.

Foto: Recolección de muestras de escoria y carbón en “Slaves 'Hill”, Timna Valley, Israel. Las finas capas de desechos tecnológicos, bien datadas por radiocarbono, proporcionan un registro detallado del cambio tecnológico en el Edom bíblico.

Se excavaron más de 6 metros de desechos de producción de cobre en Khirbat en-Nahas, Jordania. Los materiales excavados aquí y en otros sitios se usaron para rastrear más de cuatro siglos de evolución tecnológica y social en el Edom bíblico. (T. Levy).

"Como consumidor de cobre importado, Egipto tenía un interés personal en racionalizar la industria. Parece que, a través de sus lazos a larga distancia, éstos fueron un catalizador de innovaciones tecnológicas en toda la región. Por ejemplo, el camello apareció por primera vez en la región inmediatamente después de la llegada de Shoshenq I", dice el profesor Ben-Yosef.
"Nuestros nuevos hallazgos contradicen la opinión de muchos arqueólogos de que el Arava estaba poblado por una alianza de tribus, y son consistentes con la historia bíblica de que aquí hubo un reino edomita", concluye el profesor Ben-Yosef. "Una floreciente industria del cobre en Arava solo puede atribuirse a una política centralizada y jerárquica, y esto podría ajustarse a la descripción bíblica del reino edomita".

Minas de cobre en Timna, a 35 km al norte de Eilat. Doron Horowitz / Flash90

Aunque nunca se había dudado de la existencia del reino edomita, se asumió ampliamente que había surgido a finales del siglo VIII a.C,. en la meseta edomita ubicada en Jordania, cerca de Petra y al sureste del Mar Muerto.

“Antes de que construyeran su capital en la meseta, los edomitas eran un reino complejo y organizado, pero aún eran nómadas. Habitaban en tiendas de campaña. No tenían pueblos o ciudades, pero contaban con cementerios y sitios de fundición”.

Los edomitas finalmente se asentaron en ciudades de la meseta y construyeron poblados a lo largo de las rutas comerciales, pero estos hallazgos demuestran que poseían un sistema centralizado de organización mucho antes de que se establecieran.

Fuentes: larazon.es | enlacejudio.com | timesofisrael.com | 19 de septiembre de 2019

Plumas de aves podrían haber sido utilizadas hace más de 300.000 años en Oriente Próximo

La disposición de estas marcas y el tipo de fracturas sobre los huesos indican que no están hechas para la extracción de masas musculares y de médula, como es el caso de este carpo-metacarpo de un cisne.

Ruth Blasco, investigadora del Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana (CENIEH) lidera un estudio tafonómico publicado recientemente en la revista Journal of Human Evolution, que presenta evidencias de que las aves no solo fueron aprovechadas como alimento, sino también por sus plumas hace más de 300.000 años en Oriente Próximo.
Los resultados de este estudio, en el que han colaborado investigadores de la Universidad de Tel Aviv en Israel, la Universitat Rovira i Virgili, el IPHES de Tarragona y el Institut Català de Paleontologia Miquel Crusafont de Barcelona, sugieren que la explotación aviar no se limitó sólo a la alimentación, ya sea como complemento a la dieta o como recurso ocasional, sino también como posible uso de plumas con finalidad no nutricional.

“Nosotros proponemos que hubo una combinación entre el aspecto dietético y simbólico de las aves como característica del nuevo modo de adaptación que supuso el complejo cultural Achelo-Yabrudiense del Pleistoceno medio en el Próximo Oriente”, declara Ruth Blasco (izquierda).

Cisne, paloma, cuervo y estornino

La manipulación humana de las aves halladas en el yacimiento israelí de Qesem Cave viene determinada por la identificación de marcas de corte, fracturas por flexión y mordeduras humanas en los huesos de las alas de cisne (Cygnus sp.), de paloma (Columba sp.), de cuervo (Corvus ruficollis) y de estornino (Sturnus sp.).
A pesar de ser especies radicalmente distintas, las modificaciones que presentan algunos de los huesos podrían relacionarse con aspectos que van más allá del nutricional. En el caso del cuervo, las marcas de corte se sitúan en la parte distal del cúbito o ulna, y podrían estar relacionadas con el desplumado. A nivel experimental se ha comprobado que esta zona del hueso suele estar contactada con la herramienta durante el desarrollo de esta actividad, ya que apenas hay masa muscular asociada a este hueso.

“No obstante, el hecho de detectar marcas que posiblemente sean el resultado de la extracción de piel y plumas, no quiere decir que el animal fuera obtenido única y exclusivamente con esta finalidad, sino que esta fase del procesamiento fue llevado a cabo en el yacimiento”, señala Blasco.

Modelo tridimensional de marcas de corte en el hueso distal de un cisne. Qesem Cave. Ruth Blasco

Un caso especial

Sin duda, el caso que cabe resaltar en este estudio es el carpometacarpo (hueso distal del ala) de cisne, ya que es el elemento que presenta mayor número de incisiones y aserrados del conjunto, circunstancia que denota una insistencia en el procesado de esta parte del ala.
Dicha parte anatómica apenas presenta masa muscular, sólo piel, plumas y tendones. Las plumas de esta zona del ala son especialmente largas y estrechas, y la peculiaridad es que están fuertemente adheridas tanto al carpometacarpo como a las falanges, produciendo una elevada dificultad en su extracción.

“El hecho de detectar un número alto de marcas e incluso una fractura intencional por flexión indica que los recursos no alimentarios fueron especialmente buscados en este caso”, comenta Blasco.

El investigador del IPHES Jordi Rosell (derecha) con el profesor Ran Barkai, de la Universidad de Tel Aviv en el yacimiento de Qesem - IPHES

Las aves en el debate científico

La presencia de pequeños animales en el registro arqueológico paleolítico se ha considerado durante mucho tiempo una variable clave para evaluar aspectos fundamentales del comportamiento humano.
El origen de la inclusión de estos animales en la subsistencia humana ha generado un intenso debate durante los últimos cincuenta años vinculando modelos ecológicos con aspectos eco-sociales, medioambientales y culturales.

Las aves dentro de este debate ocupan un lugar destacado no solo debido a su pequeño tamaño o a las dificultades que implica su captura (principalmente debido a sus capacidades de vuelo y evasión), sino también a su posible papel simbólico en relación con los recursos no nutricionales que proporcionan (plumas, garras, etc.).

Fuentes: cenieh.es | iphes-noticies.blogspot.com | haaretz.com | 24 de septiembre de 2019

Una pelvis de hace 10 millones de años cuestiona cuándo y cómo nos pusimos de pie

Resto de una pelvis de Rudapithecus - Carol Ward

El estudio de un fósil de un raro y antiquísimo ancestro humano puede cambiar sustancialmente lo que sabemos sobre la evolución. Se trata de una pelvis de Rudapithecus hungaricus, un extraño homínido parecido a un mono que vivió en el centro de Europa hace 10 millones de años. Desenterrado en 2016 de una antigua mina cerca de la aldea de Rudabanya, en el norte de Hungría, el hueso sugiere que la capacidad humana de moverse sobre dos piernas podría tener orígenes ancestrales más profundos de lo que se pensaba.

Las investigaciones sobre Rudapithecus parecen indicar que era pariente de los simios y humanos africanos modernos, una sorpresa dada su ubicación en Europa. «Rudapithecus era bastante parecido a un mono y probablemente se movía entre las ramas como lo hacen los simios ahora, sosteniendo su cuerpo en posición vertical y trepando con los brazos», dice Carol Ward (izquierda), profesora en la Facultad de Medicina de la Universidad de Missouri y autora principal del estudio, que aparece publicado en Journal of Human Evolution. «Sin embargo, habría diferido de los grandes simios modernos al tener una espalda baja más flexible, lo que significaría que cuando caía al suelo, podría haber tenido la capacidad de pararse más como los humanos», explica. Es decir, caía al suelo de pie, no a cuatro patas.

Pelvis fósil de Rudapithecus -en el centro- en comparación con la de un macaco -a la izquierda- y un orangután a la derecha. Foto: University of Missouri.

Transición más directa

Los simios africanos modernos tienen una pelvis larga y una espalda baja y corta porque son animales muy grandes, una de las razones por las que normalmente caminan a cuatro patas cuando están en el suelo. Los humanos tienen espaldas inferiores más largas y flexibles, lo que les permite pararse erguidos y caminar eficientemente sobre dos piernas, una característica distintiva de la evolución humana.

Ward cree que si los humanos evolucionaron de una estructura corporal similar a la de un simio africano, se habrían requerido cambios sustanciales para alargar la espalda baja y acortar la pelvis. Si los humanos evolucionaron de un antepasado más parecido a Rudapithecus, esta transición habría sido mucho más directa.

Como el fósil no estaba 100% completo, durante su estudio el equipo utilizó nuevas técnicas de modelado 3D para completar digitalmente su forma y luego comparó sus modelos con animales modernos. «Pudimos determinar que Rudapithecus habría tenido un torso más flexible que los simios africanos de hoy porque era mucho más pequeño, solo del tamaño de un perro mediano», afirma Ward. «Esto es significativo porque nuestro hallazgo respalda la idea sugerida por otras evidencias de que los antepasados humanos podrían no haberse construido como los simios africanos modernos».


Los investigadores creen que Rudapithecus era bastante parecido a un mono, pero cuando caía se quedaba de pie como un humano - John Siddick.

Cambio radical

«Este fósil sugiere un cambio radical de paradigma para comprender los orígenes de los homínidos. Caminar erguido es el sello distintivo de nuestro linaje, y tradicionalmente nos hemos hecho la pregunta '¿por qué nos pusimos de pie?' para encontrar explicaciones sobre cómo y por qué se originó nuestro linaje. Sin embargo, esta nueva evidencia sugiere que hemos estado haciendo la pregunta equivocada todo el tiempo, y en su lugar deberíamos preguntarnos '¿por qué nuestros antepasados nunca se pusieron a cuatro patas?», explica la investigadora.
«Y si vamos a obtener las respuestas correctas sobre cómo y por qué evolucionamos, necesitamos hacer las preguntas correctas. Y este fósil de Rudapithecus pelvis nos muestra cuál es la pregunta correcta», añade.

Ward cree que el próximo paso será llevar a cabo un análisis 3D de otras partes del cuerpo fosilizado de Rudapithecus para obtener una imagen más completa de cómo se movía, dando una idea más clara de los ancestros de los simios y humanos africanos.

abc.es | nationalgeographic.com.es | 19 de septiembre de 2019

Descubren varias piezas de 60.000 años de antigüedad en la Cueva del Pendo (Cantabria)

Excavaciones Científicas Que Se Están Realizando En La Cueva Del Pendo AYUNTAMIENTO DE CAMARGO


El equipo del Instituto Internacional de Investigaciones Prehistóricas de Cantabria (IIIPC) de la Universidad de Cantabria está llevando a cabo a lo largo de esta semana la cuarta campaña de sus investigaciones en la Cueva del Pendo, en Camargo, Cantabria, y ya han hallado varias pieza con 60.000 años de antigüedad.

Se trata de puntas de flecha, además de otras herramientas como arpones para la pesca y huesos decorados con figuras de animales, junto a restos de huesos de diversas especies que dan idea de la dieta que siguieron, dientes de varias especies animales que habitaron la zona como colmillos de hienas, etc, según ha informado en un comunicado el Ayuntamiento de Camargo.
Las numerosas piezas que se están recogiendo en esta campaña científica, en la que colabora el Ayuntamiento de Camargo, se estudiarán a lo largo de los próximos meses en los laboratorios de la Universidad de Cantabria, de tal forma que se pueda seguir analizando las formas de vida del Homo sapiens durante el Paleolítico superior, y la del Homo neanderthalensis durante en el Paleolítico medio.

Estas campañas de investigación en la cueva camarguesa, incluida en la lista del Patrimonio de la Humanidad de la Unesco desde julio de 2008, tienen como objetivo seguir encontrando pistas que permitan analizar de manera cronológica la evolución de nuestra especie desde sus orígenes hasta alcanzar el pensamiento simbólico y abstracto.

Foto: Uno de los investigadores junto a útiles y herramientas de diversas épocas. / ALBERTO AJA

El primer teniente de alcalde, Héctor Lavín, el concejal de Patrimonio Cultural, José Salmón, el concejal de Turismo, Eugenio Gómez, y la concejala de Juntas Vecinales, Marián Vía, han visitado el desarrollo de estos trabajos que están siendo dirigidos por los investigadores Edgard Camarós y Marián Cueto, y que este año están centrados tanto en la zona donde realizó sus excavaciones Julio Martínez Santaolalla como en el área que hace décadas investigó Jesús Carballo.

Lavín ha destacado el "excelente trabajo que se está llevando a cabo para potenciar el valor científico que tiene El Pendo a la hora de erigirse como lugar clave para comprender la evolución de nuestra especie" dado que en ella se contabilizan "cientos de miles de restos dejados por las cientos de miles de personas que pudieron pasar por allí a lo largo de tantos periodos gracias al uso que tuvo la cueva durante miles de años" como lugar de reunión en el que se compartió conocimiento, mientras que Salmón ha recordado que la cavidad "constituye nuestro principal activo a la hora de poner en valor el patrimonio cultural de Camargo".

Gómez, por su parte, ha subrayado que desde el Ayuntamiento de Camargo se están llevando a cabo desde hace cinco años "importantes acciones encaminadas a promocionar la Cueva del Pendo y a potenciar su importancia arqueológica y turística tanto dentro como fuera del municipio" a través de iniciativas como talleres divulgativos para niños y adolescentes, cursos como los que se han llevado a cabo en verano a través de la UC, acciones de promoción en ferias turísticas y en citas culturales y deportivas, etc., mientras que Vía ha destacado el "orgullo" que supone para Camargo el contar con esta cavidad declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 2008 y Patrimonio Rupestre Europeo por el Consejo de Europa 'Caminos de Arte Rupestre Prehistórico' en 2017. También en 2017 Camargo se sumó al convenio suscrito entre el Gobierno de Cantabria y el Consejo Departamental de La Dordoña (Francia) destinado a potenciar la colaboración en torno al patrimonio prehistórico de ambas regiones, para favorecer que la Cueva del Pendo sea conocida más allá de nuestras fronteras.


CARACTERÍSTICAS DE LA CUEVA

Se trata de una cueva que cuenta con muchos yacimientos dentro de una misma cavidad, lo que supone una importante diferencia con respecto a otras cuevas, ya que fue un área ocupada intensamente desde hace 85.000 años hasta la Edad del Bronce.
La Cueva cuenta además por el Friso de las Pinturas descubierto en 1997 cuyas imágenes destacan, entre otros aspectos, por ser más antiguas que las de Altamira y por el empleo en su confección de la perspectiva.

Esta cavidad se encuentra a sólo unos minutos de una de las principales vías de llegada de turistas a la comunidad autónoma como es el Aeropuerto de Parayas, así como cerca de los principales nudos de comunicación por carretera, ferrocarril, y barco. Además, la zona en la que se ubica está declarada como Área Natural de Especial Interés, que permite también asegurar la conservación de este entorno por su interés botánico, faunístico, ecológico, paisajístico y geológico. Por ello, en las inmediaciones de la cavidad se cuenta con una senda turística pedestre habilitada por el Ayuntamiento de Camargo, que permite conocer en profundidad la riqueza arqueológica y paisajística del lugar. Esta ruta cuenta además con paneles informativos en los que se ofrece información sobre la forma de vida de quienes habitaron la zona en la prehistoria, y en la que se pueden contemplar los dibujos de tres ciervas descubiertas en la cueva mediante análisis multiespectrales de la luz que permiten detectar pigmentos que son invisibles al ojo humano.

Fuente: 20minutos.es | 19 de septiembre de 2019

Marcos García Díez: "El arte paleolítico sirvió como elemento de cohesión, agrupación y creación de identidad"

Marcos García Díez, profesor de Prehistoria de la Universidad Complutense

El profesor de Prehistoria de la Universidad Complutense de Madrid, Marcos García, ofrece esta tarde una conferencia, a las 20.30 horas, que bajo el título "El arte paleolítico: los orígenes del arte, los símbolos y las creencias", repasará la historia de las representaciones empleadas por nuestros antepasados para expresarse.

–Esta tarde ofrece una conferencia en La Alhóndiga. ¿Sobre qué va a versar?
–En la conferencia nos vamos a preguntar sobre el arte paleolítico desde el punto de vista simbólico. Formas, en mi opinión, que tuvimos la necesidad de inventarnos hace al menos unos 400.000 o 500.000 años. También realizaremos un repaso a las diferentes interpretaciones que se ha dado al arte paleolítico, tanto a la hora de construir un lenguaje, como a la hora de transmitir ideas o conceptos. Hablaremos de cuándo surgen los lenguajes gráficos, las formas en que transmiten información, ideas y conceptos y también nos preguntaremos cuándo esas formas realmente suponen un elemento que sirvió como componente de cohesión, de agrupación e identidad.

–¿Qué era lo que intentaban transmitir estos hombres primitivos a través de estas pinturas y grafías?
–Una de las cosas más relevantes es sin duda la idea de grupo. Nosotros hoy en día nos relacionamos socialmente con referentes como las banderas o los himnos. A una escala menor, a través de elementos como la ropa que llevamos. Y son estos elementos los que nos permiten rastrear cómo nos organizamos en la sociedad a diferentes niveles. Creo que el arte de nuestros antepasados va en ese sentido. Entonces, ¿para qué podría servir? Entre otros aspectos, para marcar los territorios, no en el sentido de propiedad, sino en cuanto a uso temporal de una superficie. Porque estas poblaciones eran grupos nómadas que iban marcando los territorios en los que estaban.

–¿Fueron evolucionando este tipo de manifestaciones a lo largo del tiempo?
–Hubo una evolución en cuanto al tipo de forma que se construía. A veces se trataba de signos. Otras veces eran animales o una combinación de los dos. El arte te permite ver cómo los territorios en determinados momentos han tenido una ocupación geográfica particular. Y eso no aclara más que el juego de las alianzas, de las redes sociales que existían en su día. Unas redes, que han ido cambiando a lo largo de la historia. Porque si el arte expresa algo, es el reflejo de esa diversidad, de esa multiculturalidad y de esa flexibilidad que tenemos las personas sobre los territorios.

–¿La aparición del arte supuso de alguna forma un punto de inflexión en la Historia de la Humanidad?
–Generalmente siempre tendemos a ver los cambios como saltos. Es uno de los errores que cometemos. Este arte, o lenguaje gráfico, realmente empieza a aparecer hace 500.000 años, de una forma sencilla, a través de líneas o líneas paralelas. Esas representaciones se van extendiendo, lo que indica que se produjo un proceso de socialización del arte y de la capacidad de transmitir ideas a partir de imágenes, no solo a través de su forma verbal. No se produjo un cambio o una ruptura, sino que a pesar de que la capacidad para realizarlo existía, probablemente tuvo que haber una necesidad social para que explotase, algo que se produjo hace unos 40.000 años. Fue un proceso progresivo de socialización de esta capacidad, de estas herramientas que están vinculadas a un ámbito cognitivo.

–¿Nos queda aún mucho por saber de nuestros antepasados?
–Partimos con una limitación, y es que jugamos con pocas evidencias. Tampoco tenemos ningún testimonio de cómo vivían. Por eso, a la hora de interpretarlo, usamos un razonamiento lógico. Nos basamos en lo que vemos y conocemos de grupos primitivos actuales. Y usamos, entre las diferentes teorías que podemos deducir por la etnografía, la que más se ajusta a los datos que tenemos. Aunque si algo nos muestra la etnografía es que, frente a un mismo significante puede haber varios significados. Es lo que hace que surjan los debates científicos.

Fuente: laopiniondezamora.es| 17 de septiembre de 2019