El deshielo saca a la luz en Noruega una ruta comercial vikinga perdida durante siglos y centenares de artefactos

Los arqueólogos recogen restos cerca del glaciar de Lendbreen, Noruega. Johan Wildhagen / Antiquity

Trashumancia, viajes entre distintas regiones e incluso expediciones comerciales. Muchos han sido los motivos que han empujado a los humanos a cruzar los pasos de montaña. Sus efectos, sin embargo, no siempre han sido visibles. Pero ahora, con el calentamiento global, la cosa está cambiando. En Noruega, por ejemplo, un grupo de excursionistas descubrió en 2011 una túnica de lana de 1.700 años de antigüedad. El hielo de esta zona montañosa ha seguido derritiéndose y ha permitido descubrir toda una ruta comercial vikinga perdida durante siglos.

El camino está cerca del glaciar Lendbreen que se ha derretido rápidamente en los últimos nueve años. Los artefactos que han ido encontrando los arqueólogos indican que el sendero estuvo en uso entre los años 300 y 1500 y probablemente tuvo su momento de esplendor alrededor del año 1000, "una época de mucha movilidad, centralización política y creciente comercio y urbanización en el norte de Europa”, según explican los investigadores en un estudio publicado en la revista Antiquity.


La zona de hielo de Lendbreen se está derritiendo rápidamente, como lo muestran las fotos tomadas en 2006 (arriba) y 2018 (abajo). Foto: ESPEN FINSTAD / SECRETS OF THE ICE

Los cientos de hallazgos realizados entre 2011 y 2015 en este lugar de la sierra de Jotunheimen -que agrupa las 29 montañas más altas de Noruega, incluido el pico más elevado de los Alpes Escandinavos, el Galdhopiggen- han servido para conocer que este paso se utilizó durante cientos de años para transportar todo tipo de productos, desde mantequilla a astas de renos, hasta los mercados europeos más remotos.

Los objetos (de material orgánico) más antiguos datan de la Edad del Bronce, entre el 1750 a.C. y el 300 después de Cristo. Son principalmente flechas y otros partes de equipos de caza, probablemente utilizados para matar renos. Aún así, hacia la parte superior del parche de hielo los artefactos “congelados en el tiempo” eran diferentes y estaban más densamente concentrados.

Imagen: (A) palo hecho de cabra o cordero, (B) cuchillo con mango de madera, (C) zapato, (D) manopla, (E) forraje de hojas, (F) madera y (G) una rueca. ( L. Pilø et al., 2020/Antiquity)

El suelo recién expuesto estaba cubierto de herraduras y clavos de hierro, bastones, viejos trineos destrozados, guantes de lana, zapatos de cuero, huesos de caballos de carga, montones de estiércol de equinos, un cuchillo con mango de madera, una rueca de madera (para sujetar la lana durante el hilado manual) y un batidor de madera, además de un bastón con una inscripción rúnica.

El equipo de investigadores -que ha realizado un exigente trabajo de campo a gran altitud, en condiciones climáticas a menudo terribles- incluso descubrió decenas de piedras apiladas que marcaban los límites de un camino que se extendía desde el valle y los cimientos de un refugio situado justo debajo de la cresta de la montaña. “La preservación de los objetos que emergen del hielo es simplemente impresionante”, dice Espen Finstad, coautor del estudio. “Es como si se hubieran perdido hace poco tiempo, no hace siglos ni milenios”.


Los restos sin fecha de un perro, junto con su collar y correa. (Espen Finstad)

El sitio, según apuntan los arqueólogos era nada más y nada menos que un “puerto de montaña” que enlazaba el valle del río Otta con los pastos de la alta montaña, separados por solo unos días de viaje. El análisis de radiocarbono de 60 objetos ha revelado que el paso se usó regularmente desde el año 300 de nuestra era. “Los lugareños usaron la capa de nieve durante todo el año para poder moverse a través de las rocas irregulares de la cresta”, argumentan los especialistas.

La ruta de Lendbreen habría alcanzado su punto álgido en la Era Vikinga, alrededor del año 1000. Las fechas proporcionadas por los estudios en el laboratorio sugieren que la presión demográfica que empujó a los vikingos a tomar los barcos con destino a los rincones más lejanos de Europa e incluso les llevó a América del Norte también los impulsó a explorar rincones cada vez más remotos de su tierra natal, como las altas montañas.


Viajar a través de zonas a gran altura podía ser relativamente fácil, especialmente si sabes llegar hasta allí y hay nieve en el suelo, afirman los autores del estudio. Por eso las altas montañas a veces servían como rutas principales de comunicación, en lugar de ser grandes barreras geográficas.

Entre los restos encontrados aparecen peines hechos con astas de reno característicos de las tumbas vikingas del sur. Y los registros históricos sugieren que la mantequilla fue un producto importante en la exportación de mercancías de Noruega a Inglaterra. El género se trasladaba estacionalmente. En primavera, las manadas de ganado iban hasta los prados y, en otoño, se regresaba con cuernos de reno y pieles, mantequilla y forraje para animales.

Paso encontrado (L. Pilø et al., 2020/Antiquity)

"Esta ruta de las montañas Jotunheimen fue un enlace vital que conectaba lo que a primera vista parece un rincón remoto e inhóspito de Noruega con un amplio mundo de comercio”, señalan los investigadores. Al menos hasta alrededor del año 1400. El abandonó del camino coincidió con la llegada de la Peste Negra a Noruega, que mató a la mitad de la población del país.
“La disminución del paso de Lendbreen probablemente fue causada por una combinación de cambios económicos, climáticos y pandemias de la Edad Media tardía, incluida la Peste Negra”, dice Lars Pilo, autor principal del artículo. “Cuando el área local se recuperó, las cosas habían cambiado y esta ruta se perdió en la memoria”, añade.

Hallazgos relacionados con el caballo: una mandíbula (arriba a la izquierda), herradura (arriba a la derecha), cráneo del caballo (abajo a la izquierda) y estiércol de caballo (abajo a la derecha). (L. Pilø et al., 2020/Antiquity)

Junto con la llamada Pequeña Edad de Hielo, un período frío que duró algunos siglos y que comenzó alrededor del año 1300, la peste aplastó la economía de la zona. Así fue como el paso de montaña fue olvidado durante más de 600 años, hasta que el cambio climático permitió su redescubrimiento. El derretimiento extremo ocurrido durante el verano de 2019 posiblemente acabó con casi todo el hielo de la era vikinga.

“El derretimiento final reveló muchos hallazgos notables, como un perro con collar y correa, una raqueta de nieve para caballos y una caja de madera que aún tenía la tapa puesta”, señalan. Si bien este hielo en retroceso probablemente condujo a que se destruyesen los últimos restos del paso de Lendbreen, el mismo proceso también reveló los primeros artefactos de otro paso 10 kilómetros más al oeste, en la misma cresta.

Raqueta para la nieve adaptada para un caballo. Espen Finstad

Fuentes: lavanguardia.com |es.gizmodo.com | elespañol.com | 16 de abril de 2020

Los residentes del asentamiento prehistórico de Çatalhöyük (Turquía) eran enterrados dentro de sus propios hogares

Foto: Jason Quinlan

Los residentes de la protociudad prehistórica de Çatalhöyük, de 8.000 años de antigüedad, eran enterrados en las casas donde vivían, según una investigación realizada por la Dra. Katarzyna Harabasz, profesora asistente en el Departamento de Arqueología de la Universidad de Szczecin (Polonia).
Çatalhöyük es uno de los enclaves arqueológicos más famosos del mundo. Ubicado en la parte sur de Anatolia, en el centro de Turquía, estuvo habitado sin interrupción durante más de mil años entre 7.100 y 6.000 a. C., y se cree que, durante su período de mayor prosperidad, miles de personas vivieron en este asentamiento, densamente construido en varias docenas de hectáreas.

Como regla general, los investigadores epecializados se centran en un tema específico y rara vez intentan obtener una visión más amplia de las gentes prehistóricas y su forma de vida. Pero en este caso, la Dra. Harabasz y su equipo llevaron a cabo no solo el análisis de huesos de esqueletos particulares, sino que también analizaron el lugar de sus entierros.


Algunos de los restos estudiados fueron descubiertos en una casa que se utilizó entre 6.700-6.500 a. C. En ese periodo temporal, los muertos eran enterrados en muchos hogares, pues esa era la costumbre. Sin embargo, hasta ahora no estaba claro si los restos hallados pertenecían a personas que habían vivído en las mismas casas en que fueron encontrados, o si eran casas destinadas específicamente como lugares de enterramientos para un número adecuado de residentes de otros hogares cercanos.

Los investigadores encontraron que en los restos de una mujer fallecida (entre los 35 y 50 años de edad en el momento de su muerte) había rastros de hollín orgánico.

La Dra. Harabasz (izquierda) dijo: “Tal circunstancia sugiere que durante su vida la mujer inhaló los humos de la cocina del hogar, lo que le causó una carbonosis. La exposición a largo plazo a los humos le pudo haber provocado trastornos en el tejido pulmonar, lo que habría derivado en una insuficiencia respiratoria".

Estas condiciones ambientales de la casas probablemente no eran una excepción en el asentamiento de Çhatalhöyük, ya que los hogares estaban pegados unos con otros, y, por ello, la comunicación tenía lugar sobre los tejados. A vista de pájaro, el asentamiento parecía un panal. Por lo tanto, una ventilación eficiente de las habitaciones no era posible.

Harabasz añade: “En la casa donde descubrimos los restos, la disposición de la cocina impedía una buena ventilación. Por lo tanto, la inhalación de humos puede indicar que la fallecida vivía en esa casa y que fue enterrada en la misma".

Agregó que los muertos eran colocados en cavidades poco profundas, que luego se cubrían y sus superficies se enlucían.


Los arqueólogos a menudo encuentran cadáveres encogidos de modo antinatural, lo que, en su opinión, puede estar relacionado con la manipulación de los restos después de la muerte. Los cuerpos, además, probablemente eran sometidos a procedimientos no conocidos antes de ser colocados en las cavidades funerarias.

La Dra. Harabasz dijo: “Hay casos conocidos de que se volvía a abrir una tumba para recuperar algunas partes del esqueleto. Y en algunos edificios, las actividades funerarias se repetían regularmente, lo que daba como resultado la reubicación de personas anteriormente fallecidas".



También se descubrió que la mujer enterrada en el edificio tenía una estatura de 154 centímetros, y que sus ocupaciones principales giraban en torno a la elaboración de cestas y esteras.

"Este aspecto fue confirmado por el análisis antropológico, el cual mostró que había un desgaste de los dientes superiores frontales, con rastros de sostener cuerdas, cordeles, o materiales orgánicos con la mandíbula superior", explica, y agregó que la mujer había sufrido un traumatismo a lo largo de su vida, y que el mismo, que se había curado, era visible en su frente.

Durante el período en que vivió la mujer, el asentamiento estuvo habitado por la población más grande de su historia. Se sabe por otros estudios que el entorno natural alrededor de Çhatalköyük fue sobreexplotado, y que ello probablemente causó una escasez de alimentos, dado que algunos de los cadáveres analizados sufrían de escorbuto u osteoporosis.

Al mismo tiempo, los estudios óseos muestran que los hombres eran más móviles, que viajaban a distancias más largas y pastaban animales,pues ostentaban un mayor número de lesiones en las articulaciones en comparación con las mujeres.


El enclave arqueológico de Çatalhöyük fue inscrito a la Lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO en 2012, y el primer trabajo de excavación realizado en él fue llevado a cabo por el arqueólogo británico James Mellaart en la década de 1960.

Las investigaciones en el asentamiento no se reanudaron hasta 1993, y desde entonces hasta 2017 un equipo internacional de especialistas ha estado dirigido por el profesor Ian Hodder, de la Universidad de Stanford. Una misión polaca de la Universidad de Adam Mickiewicz, en Poznań, ha estado activa allí desde 2001, y actualmente coopera con el Museo Arqueológico de Konya, donde se exhiben los esqueletos hallados en Çatalhöyük.

Fuente: scienceinpoland.pap.pl | 25 de marzo de 2020

Hallan en Irak un importante palacio Asirio gracias a un sistema de túneles creado por el Estado Islámico

Cripta debajo del patio de la mezquita destruida con entradas a los túneles. Fuente: dpa

Un grupo de arqueólogos alemanes ha logrado importantes hallazgos en un palacio asirio en Mosul (al norte de Irak). Entre ellos destaca el descubrimiento de la sala del trono de Asarhaddón, que ha sido posible gracias a un sistema de túneles construido por la organización terrorista Estado Islámico (EI).

«Esa es la amarga verdad. Los terroristas causaron una gran destrucción, pero gracias a ella pudimos llegar a ciertos descubrimientos», dijo el arqueólogo Peter Miglus (izquierda), de la Universidad de Heidelberg (al suroeste de Alemania) en declaraciones que cita el Frankfurter Allgemeine Zeitung.

El rey asirio Asarhaddón gobernó desde 680 a 669. Fuente: Wikipedia / Maur

Los túneles se remontan al verano de 2014, cuando miembros del EI ocuparon Mosul y volaron una mezquita que estaba situada en una colina (Nebi Yunus) sobre la tumba del profeta Jonás. La organización terrorista quería destruir todo lo que consideraban lugares de infieles y donde pudiera haber culto a santos o a profetas distintos a Mahoma. Aquella mezquita había sido construida sobre los restos de un palacio militar del imperio asirio que dominó la región aproximadamente hasta el año 600 antes de Cristo.
Tras volar la mezquita cavaron un sistema de túneles debajo de los escombros. «Probablemente buscaban restos arqueológicos del palacio para venderlos en el mercado negro», dijo Miglus. La milicia terrorista del EI se financió con este modelo de negocio, el cua,l consecuentemente, empujó su iconoclastia de manera más consistente.

La mezquita destruida por IS sobre la tumba del profeta Jonás. Crédito: Picture Alliance / dpa


La Tumba de Jonás, en Mosul antes de la destrucción (AKRAM ABDELWAHAD AGHA)

Cuando en 2017 el ejército iraquí reconquistó la ciudad el sistema de túneles estaba intacto y, con él, el camino hacia el palacio asirio. Si el EI no hubiera volado la mezquita probablemente los arqueólogos no hubieran podido llegar hasta el palacio, ya que la realización de excavaciones arqueológicas debajo de aquella hubiera sido prácticamente imposible.

Tras la reconquista de la ciudad el equipo de arqueólogos de Heidelberg empezó a investigar varios sitios arqueológicos de la región, entre otros aquel donde está el palacio, por encargo del Gobierno iraquí.

Puerta del palacio con el relieve de un toro alado y un gran umbral de piedra. Fuente: dpa

Durante semanas los arqueólogos recorrieron los túneles, que en algunos lugares tienen sólo 70 centímetros de alto, y realizaron diversos descubrimientos como inscripciones reales, cuatro relieves de figuras de porteros asirios y toros alados de varios metros de altura.

En el interior del sistema de túneles descubrieron la mencionada sala del trono de Asarhaddón, la más grande del imperio asirio con una longitud de 55 metros y con una plataforma de cinco metros de altura en la que el gobernante asirio recibía a sus visitantes. Es la sala del trono más grande en el Imperio Asirio hasta la fecha, explica Peter Miglus.

Un túnel en el palacio asirio de Mosul (Peter Miglus)

El palacio en Tell Nebi Yunus se conocía desde hace décadas, pero solo unas pocas partes de él se podían ver más de cerca. Solo la brutal destrucción de la mezquita por EI ahora hace posible una amplia investigación. El gobierno de Iraq, que ha invitado a los arqueólogos a trabajar en el hallazgo, llevará también a cabo la reconstrucción de la mezquita destruida. "Nuestra idea es que se reconstruya en conjunto la mezquita y el palacio real asirio, creando así un vínculo visible entre el antiguo Oriente y el Islam", dice el asiriologo de la Universidad de Heidelberg, Stefan Maul, al Tagesspiegel de Berlín.

Miglus admitió que la forma en como se llegó a estos descubrimientos no le satisface. «El precio fue demasiado alto», dijo. El EI destruyó en la región importantes sitios históricos como el palacio de Nimrud.

Fuentes: abc.es | welt.de | 14 del abril de 2020

¿Quién vivió cerca de Pömmelte, el 'Stonehenge alemán'?

Pömmelte es un santuario en forma de anillo con muros de tierra, zanjas y montones de madera que se encuentra en la parte noreste de Alemania, al sur de Magdeburgo, capital del estado federado de Sajonia-Anhalt. El sitio recuerda mucho al mundialmente famoso monumento de Stonehenge, y es probable que la gente allí realizara rituales muy similares a los que se realizaban en éste último hace 4.300 años en lo que ahora es Gran Bretaña.

En las inmediaciones del santuario, los arqueólogos de la Oficina Estatal de Conservación y Arqueología de Monumentos, junto con otros expertos de la Universidad de Halle, han encontrado numerosos restos de un asentamiento que se remonta a miles de años durante sus últimas dos campañas de excavación. A partir de este mes abril, el asentamiento se sacará a luz lo del modo más completo posible.

Franziska Knoll (izquierda), arqueóloga del Instituto de Historia del Arte y Arqueología de Europa en la Universidad de Halle, explicó a Deutsche Welle que la excavación cubrirá un área de unos 29.000 metros cuadrados. Ya se han encontrado 37 casas alargadas en el área y, a juzgar por las excavaciones anteriores, Franziska Knoll está segura de que "probablemente podremos identificar más casas de este tipo entre el revoltijo de pilares de madera".
Los investigadores esperan que las excavaciones proporcionen información detallada sobre el entorno social y religioso de la cultura Unetice de la Edad del Bronce (2300-1600 a. C.). Los arqueólogos también atribuyen el mundialmente famoso disco celeste de Nebra a la cultura Unetice. Después de todo, esta es una de las áreas de asentamientos más grandes de esta época en toda Europa central.

Además, se investigará la estructura de construcción de un foso circular cerca del municipio de Schonebeck, a menos de un kilómetro del santuario circular. Las fotografías aéreas también han mostrado un complejo de tumbas de 6.000 años de antigüedad al sur del santuario de Pömmelte perteneciente a la llamada cultura Baalberge.

Numerosos hallazgos prueban que un asentamiento cerca de Pömmelte fue utilizado por diferentes culturas durante más de 300 años.

¿Quién vivió en el asentamiento de Pömmelte?
Contrariamente a suposiciones anteriores, ahora se sabe -por numerosos hallazgos- que el asentamiento cerca de Pömmelte fue utilizado por diferentes culturas durante más de 300 años. Pömmelte fue construido entre el final de la Edad Neolítica y los inicios de la Edad del Bronce. Hubo varias fases de asentamiento, ya que los diseños de casas más antiguas se pueden atribuir a la cultura del Vaso Campaniforme (2500-2050 a. C.) al final de la Era Neolítica. "En realidad tenemos evidencias de asentamientos de ambas culturas", dice Knoll. Las casas alargadas y los hallazgos de cerámica muestran muy bien cómo se desarrolló la cultura Unetice a partir de la cultura del Vaso Campaniforme.

Todavía no está claro cuántas personas vivieron alguna vez en este asentamiento y qué hacían sus habitantes. Es posible que cuidaran el santuario o facilitaran las visitas durante los rituales que allí se llevaban a cabo. Los hallazgos arqueológicos inglesas en Durrington Walls, en el área de Stonehenge, indican que personas de un área geográfica más grande solían reunirse en tales instalaciones de forma inesperada, según Knoll.

Los amaneceres y atardeceres jugaron un papel central en los rituales en Pömmelte y Stonehenge.

Una comparación obvia con Stonehenge
La comparación con el monumento mundialmente famoso del sur de Inglaterra es bastante comprensible, ya que ambos santuarios circulares, Stonehenge y Pömmelte, fueron construidos por representantes de la cultura del Vaso Campaniforme hace más de 4.300 años, es decir, al final del periodo Neolítico.

Ambos complejos tienen una planta muy similar. También se descubrieron referencias astronómicas en ambos: en Stonehenge tienen que ver con los solsticios de verano e invierno, y en Pömmelte con los festivales de medianoche a mediados de febrero y a fines de octubre-principios de noviembre, cuando el sol sale y se pone a través de su entrada central. Aunque Pömmelte carece de las piedras de varias toneladas características en Stonehenge, el santuario alemán es comparable en términos de historia cultural.

No fue sino hasta 2005/2006 que el complejo de Pömmelte fue descubierto mediante fotografía aérea. El asentamiento consiste en una serie de siete anillos concéntricos, el más grande de los cuales tiene aproximadamente 115 metros de diámetro con zanjas y bancos elevados.

La extensión total de Pömmelte y su similitud con Stonehenge solo se puede ver desde el aire.

Santuario impresionante
Para hacer que el complejo suponga una experiencia más intensa en los visitantes, la estructura de madera original fue reconstruida en 2016. Esto proporciona, al menos, una idea del impresionante efecto que este santuario central pudo haber tenido entre las gentes del pasado.
"El interior del mismo no está construido y hay mucho espacio, y, en consecuencia es excelente para reunir grandes multitudes de personas. La acústica allí también es excelente, y eso da una buena impresión", dice Knoll.

Los hallazgos, muy bien conservados en el subsuelo, han proporcionado información inusualmente detallada sobre los complejos rituales y prácticas de sacrificio del Neolítico y la Edad del Bronce Temprano. Se encontraron pozos de sacrificio en la zanja circular, en la que se depositaron fragmentos de vasijas de cerámica, huesos de animales, hachas de piedra y piedras de moler, e incluso esqueletos humanos, en tres fases cronológicamente diferentes.

Estructura reconstruida en Pömmelte.

¿Instalaciones comparables?
Los enclaves de Stonehenge y Pömmelte se construyeron cerca de ríos, a pesar de que el curso exacto del antiguo río Elba, hace 4.000 años, aún no se ha determinado arqueológica e hidrogeológicamente. "La importancia de las vías fluviales nunca debe subestimarse, incluso en tiempos prehistóricos, desde el punto de vista del transporte de bienes y personas a través de una determinada geografía", dice Knoll.

Después del descubrimiento del foso, el asentamiento y un gran cementerio con entierros de ambas culturas en el distrito de Pommelte, el siguiente paso será buscar posibles rutas o más infraestructuras. Según Knoll, es bastante concebible que "en algún lugar de la zona hubo una vez un paisaje sagrado comparable al entorno de Stonehenge".


Estudiantes de la Universidad Martin Luther de Halle y la Universidad de Southampton han excavado juntos cerca del santuario en forma de anillo.

Estrecha cooperación con arqueólogos británicos
Por esta razón, la Universidad de Halle está trabajando en estrecha colaboración con sus colegas de la Universidad de Southampton que participan intensamente en las excavaciones alrededor de Stonehenge. Ambas partes se han beneficiado enormemente de esta cooperación, informa Knoll.
Si bien los investigadores británicos aportan sus muchos años de experiencia, especialmente en arqueología interdisciplinaria del paisaje, es muy interesante para los arqueólogos británicos que en Alemania, en contraste con Gran Bretaña, se descubran grandes áreas que permiten una visión arqueológica completamente diferente. Además, aunque hay muchas tumbas alrededor de Stonehenge, no hay asentamientos comparables a los que ahora se están excavando en Pömmelte.
En vista de la pandemia de coronavirus, sin embargo, aún no es posible decir si los estudiantes de la Universidad de Southampton podrán excavar en Pömmelte a partir de julio en adelante según lo planeado.

Fuentes: dw.com | 8 de abril de 2020

Valdelugueros pone a punto la calzada romana de Vegarada (León)


Detalle de las obras en la calzada. FOTO CORTESÍA DE EMILIO OREJAS

Es una ruta milenaria. Transitada por guerreros cántabros y astures, los soldados de las legiones romanas le dieron traza de calzada. Un paso crucial también para pastores de rebaños trashumantes, arrieros y peregrinos; ahora, para senderistas. Es la calzada romana de Vegarada, conocida también como la 'Ruta de las Reliquias', el primer itinerario de San Salvador, que vigilaron los templarios por la importancia que tenían para la cristiandad los tesoros que se guardaban, como el Arca Santa.
Ahora está en obras. Se trata de un tramo de tres kilómetros, incluido en el programa de cinco millones de euros de la Diputación para salvar el patrimonio olvidado, al que se acogieron bienes histórico-artísticos de 40 ayuntamientos.

La calzada romana que atraviesa el Curueño cuenta con un proyecto que asciende a 200.000 euros, de los cuales la Diputación aporta 180.000; y el resto, el Ayuntamiento de Valdelugueros. Su alcalde, Emilio Orejas, explica que eligieron este pequeño tramo —que comienza un poco antes de Lugueros y concluye en el puente de la Fuente Nueva—, porque «el paisaje es fascinante», con el ‘tótem’ del Pico Bodón y su imponente silueta.

Una ruta clave en la Historia

La obra no la ha parado por el estado de alarma decretado por el coronavirus, sino por el mal tiempo. En unas semanas se reanudarán los trabajos de restauración de esta vía. Solo falta por ejecutar una tercera parte, que, previsiblemente, concluirá antes del verano.

La recuperación de la calzada, según Orejas, tiene una finalidad doble: rescatar un itinerario histórico y hacerlo visitable; y, por tanto, atractivo para el turismo. Uno de los pocos recursos que le quedan a esta España vaciada que abarca a buena parte de la provincia. «Va a quedar un paseo circular espectacular, fácil de hacer y muy accesible», dice.

Foto: Restos de calzada en muy buen estado de conservación en la subida a los altos de la Braña.

La ruta de Vegarada fue clave en la dominación de Hispania por el Imperio Romano. Una vía de comunicación entre la meseta y los puertos marítimos del Norte. La calzada conectaba Lucus Asturum (Asturias) con el asentamiento de la Legio VI Victrix primero y la Legio VII Gemina después (actual León) y la zona de Asturica Augusta (Astorga).

Sin duda, fue utilizada miles de años antes por los primeros pobladores. La prueba fue el descubrimiento en 2006 de dos esqueletos en una cueva, los conocidos como los Hermanos de La Braña-Arintero, un hito científico, por tratarse de los primeros humanos del Mesolítico a los que se les secuenció el genoma, que permitió certificar su parentesco.

La calzada romana de Vegarada es una senda serpenteante a izquierda y derecha del río Curueño, con firme de piedra, de unos 60 kilómetros —entre Valdelugueros y Puente Villarente—, con numerosos monumentos que atestiguan la importancia de este paso montañoso durante siglos, incluidos ocho puentes y pontones de origen romano y medieval, como el conocido de los Verdugos o del Ahorcado, fortalezas y castros como los de Canseco, Arintero, Lugueros, Tolibia de Abajo o Valdeteja.

Foto: puente del Villarín, de fábrica indudablemente romana. Se observa a la izquierda la plataforma de la calzada.

En la Guerra Civil, debido a su carácter estratégico, se construyeron numeras fortificaciones militares, aún visibles, para controlar el paso de tropas hacia Asturias.
La intervención en la calzada permitirá rescatar un trazado que el tiempo y la falta de inversiones han desdibujado, en algunas partes por completo. Una calzada que fue testigo de incontables refriegas entre los reinos cristiano y musulmán.

Fuente: diariodeleon.es | 9 de abril de 2020

Una nueva excavación española en Eritrea aporta restos de hace más de un millón de años

Una nueva excavación española en Eritrea, en el Cuerno de África, ha hallado restos de fauna gigante, troncos de plantas y herramientas de hace más de un millón de años, que ayudarán a conocer mejor el clima y ecología del Pleistoceno inferior en la cuenca de Engel Ela-Ramud.

La excavación se realizó del 16 de febrero al 11 de marzo pasado y estaba codirigida por Bienvenido Martínez-Navarro (izquierda), profesor de investigación ICREA (Institució Catalana de Recerca i Estudis Avançats) en el IPHES (Instituto Catalán de Paleoecología Humana y Evolución Social), y ha sido financiada por la Fundación Palarq y el Ministerio de Cultura.
Durante la octava campaña de excavación, un equipo integrado por paleontólogos, arqueólogos y geólogos, codirigidos por Bienvenido Martínez-Navarro y Tsegai Medin, investigador de la Comisión Eritrea de Cultura y Deportes, intervinieron en la cuenca de Engel Ela-Ramud, en el sector más septentrional del valle del Rift africano, en el triángulo de los Afar, cerca de donde fue descubierta la famosa Lucy.

Los trabajos han aportado restos de fauna gigante, troncos de plantas fosilizadas y herramientas líticas de hace más de un millón de años, que, según ha explicado Martínez-Navarro, "ayudarán a conocer mejor el clima y ecología de ese período en África".
Las prospecciones paleontológicas y arqueológicas efectuadas en las áreas de Delahaitu, Gameré y Bolali han permitido localizar importantes fósiles de grandes mamíferos, algunos de ellos en superficie y otros en posición original, especialmente de búfalos, elefantes y cerdos, e industria lítica achelense.

Además, se han prospectado los sectores de Erau, donde se ha identificado un nuevo nivel con fósiles, en el que aparecieron dos cráneos incompletos de hipopótamo gigante.
En estos trabajos han participado Lorenzo Rook y Luca Pandolfi, de la Universidad de Florencia, Tsegai Medin y Dawit Araia del grupo eritreo, el restaurador contratado por el IPHES, Jesús Peinado, y Bienvenido Martínez-Navarro.

Con el mismo equipo se ha prospectado por primera vez el sector de Dibokole-Diaritana, donde se han obtenido algunos restos óseos de bóvidos, y troncos de plantas fosilizadas que permitirán conocer las especies de árboles presentes en la región durante el Pleistoceno inferior.

Tronco fosilizado de hace un millón de años. Foto: Proyecto Engel Ela-Ramud.

También se ha continuado la excavación del yacimiento de Luba Gadhi II-Gallardo bajo la dirección de Antoni Canals (IPHES-URV) con la colaboración de los eritreos Abel Ghirmay, Isaias Tesfazghi y Samuel Tesfamariam.

Se ha actuado en un total de 14 metros cuadrados y se han recuperado 44 registros correspondientes a industria lítica achelense y a fauna, mayoritariamente correspondiente a cocodrilo, hipopótamo y a un cerdo gigante.

En la reciente campaña han continuado los trabajos geológicos liderados por Oriol Oms (Universidad Autónoma de Barcelona), incidiendo no sólo en la recogida de datos geológicos y cartográficos, sino que también se han muestreado diversas series estratigráficas para la realización de estudios de isótopos a través de los registros de ostrácodos y gasterópodos, por parte de Alejandro Granados, de la Universidad de Málaga, que ayudarán a conocer mejor el clima y ecología de la cuenca durante el Pleistoceno inferior.

La última semana de campaña, ya en la capital de Eritrea, Asmara, se dedicó a la restauración y estudio de los materiales arqueológicos y paleontológicos en el Laboratorio de la Comisión de Cultura y Deportes, dirigido por Tsegai Medin. EFE.

Fuentes: republica.com | dicyt.com | 8 de abril de 2020

Una investigación revela que la Amazonia boliviana fue clave para la domesticación de plantas hace más de 10.000 años

Islas forestales de la Amazonía vistas desde arriba - Umberto Lombardo

Por donde pasamos, dejamos huella, cambiamos el paisaje. Hasta lo que consideramos un paraíso prístino, los bosques del Amazonas aún no mancillados por intereses económicos, ya fueron transformados por los primeros humanos que los habitaron hace 10.000 años. Y de una forma formidable, según sugiere un estudio internacional en el que ha participado la Universidad Pompeu Fabra.

Los investigadores han descubierto que esos primeros moradores crearon en los Llanos de Moxos, al norte de Bolivia y suroeste de la Amazonía (un área que comprende unos 125.000 kilómetros cuadrados) 4.700 montículos artificiales en los que cultivaron plantas silvestres como mandioca y calabaza para su consumo. Los resultados aparecen publicados en la revista Nature

El hallazgo de estas «islas forestales» se ha producido en lo que ahora es Llanos de Moxos, en el norte de Bolivia, una zona de sabana que se inunda de diciembre a marzo y es extremadamente seca de julio a octubre. Sin embargo, los montículos se mantienen por encima del nivel del agua durante la temporada de lluvias y permiten que los árboles crezcan. ¿Fueron hechos así a propósito, para que los cultivos no se inundaran? Javier Ruiz-Pérez (izquierda), del departamento de Humanidades de la Pompeu Fabra y coautor del artículo, cree que es una posibilidad, aunque reconoce que los motivos y el modo en que estas áreas artificiales se construyeron «todavía no se conocen con exactitud».

«Probablemente se formaron como resultado de la acumulación involuntaria de desechos (por ejemplo, restos de conchas de gasterópodos tras su consumo) y actividades que llevaban a cabo en el asentamiento, como la quema de materia orgánica», explica el investigador en un correo electrónico a ABC.

«Pero tampoco podemos descartar la posibilidad de que amontonaran sedimentos intencionalmente o incluso que se trate de una combinación de ambos escenarios. Los montículos podían ofrecer protección frente a las inundaciones durante la estación húmeda y eran espacios ideales para cultivar al tiempo que practicaban caza y recolección fuera de las 'islas'», argumenta.
El estudio consistió en un análisis regional sin precedentes, a gran escala, de 61 yacimientos arqueológicos, identificados previamente por satélite, ahora manchas de bosque rodeadas de sabana. Se recuperaron muestras de 30 islas forestales y se realizaron excavaciones arqueológicas en cuatro de ellas.

Fitolitos estudiados en la investigación. Foto: UPF

Mandioca, calabaza y maíz

Utilizando células silicificadas de plantas, llamadas fitolitos, que se encuentran bien conservados en los bosques tropicales, los expertos documentaron en los montículos las primeras evidencias encontradas en la Amazonía de mandioca (hace 10.350 años), calabaza (hace 10.250 años) y maíz (hace 6.850 años).

Los autores creen que esas plantas fueron escogidas porque eran ricas en hidratos de carbono y fáciles de cocinar, y probablemente proporcionaban una parte considerable de las calorías que consumían los primeros habitantes de la región, que también se alimentaban de pescado, un poco de carne y frutos obtenidos mediante recolección.

Los Llanos de Moxos (Bolivia). Foto: Umberto Lombardo

Muchos cultivos importantes como la mandioca, la calabaza, los cacahuetes, algunas variedades de guindilla (chili) y la judía llamada jackbean son genéticamente muy cercanos a plantas silvestres que viven en la Amazonía, por lo que los científicos ya sospechaban que esa zona podía ser uno de los primeros lugares del mundo donde se domesticaron las plantas. Sin embargo, hasta ahora esta teoría no había sido documentada con hallazgos arqueológicos.

Ahora, por fin, la nueva investigación sitúa a la Amazonía como la quinta área del mundo donde los humanos domesticaron vegetales por primera vez hace unos 11.000 años. Las otras cuatro se encuentran en China (mijo menor, arroz), Oriente Próximo (trigo, cebada), el sudoeste de México (maíz, frijoles) y el noroeste de Sudamérica (calabaza, quinoa, patatas).

Equipo de trabajo de campo en la isla Manechi. Al medio, Javier Ruiz-Pérez. FO TO: Javier Ruiz-Pérez

"Nuestros resultados confirman que los Llanos de Moxos son un punto clave para el cultivo temprano de plantas y demuestran que, desde su llegada, los humanos han causado una profunda alteración de los paisajes amazónicos, con repercusiones duraderas para la heterogeneidad del hábitat y la conservación de las especies", indica el estudio.

Aunque se sabe poco sobre el origen de los primeros pobladores del sudoeste de la Amazonía, las evidencias encontradas muestran que formaban grupos itinerantes o semi-itinerantes que no eran solo cazadores y recolectores, sino colonizadores que modificaron considerablemente el paisaje construyendo montículos donde cultivaban plantas.

Trabajo de campo en una isla forestal en los Llanos de Moxis (Bolivia). Foto: Umberto Lombardo

Fuentes: abc.es | upf.edu | nationalgeographic.com.es| 8 de abril de 2020