El análisis de genomas humanos antiguos arrojan nueva luz sobre la historia de Asia Oriental

Cráneo de Qihe 2, un individuo de hace unos 8.400 años procedente de la cueva Qihe, Fujian, China Crédito: FAN Xuechun

Genomas recién descubiertos de individuos del periodo Neolítico en Asia Oriental recién han revelado una pieza que faltaba en la prehistoria humana, según un estudio realizado por el equipo de la profesora Qiaomei Fu (izquierda), del Instituto de Paleontología y Paleoantropología de Vertebrados (IVPP) de la Academia de Ciencias de China, que publica la revista Science. Se ha descubierto que el movimiento de poblaciones jugó un papel profundo en la historia genética de los asiáticos orientales.
Los investigadores utilizaron técnicas avanzadas para recuperar ADN antiguo de 25 individuos que datan de hace 9.500 a 4.200 años y de un individuo de entre el norte y sur de Asia Oriental que se remonta a 300 años atrás. El nuevo ADN secuenciado pone de relieve un período importante en la historia temprana de Asia Oriental: la transición de la economía de los cazadores-recolectores a la economía agrícola.
Una teoría que se planteaba anteriormente para el movimiento de poblaciones en el este de Asia es que durante el Neolítico, una "segunda capa" de individuos agricultores reemplazó a una "primera capa" poblacional de cazadores-recolectores en el este y el sudeste asiático. Aunque la genética de los humanos antiguos en el sudeste asiático, Siberia y el archipiélago japonés ha sido bien estudiada, hasta ahora se sabía poco sobre la genética de los humanos antiguos en el norte y sur de China.


Muestreo de un diente en una sala limpia del IVPP

La profesora Fu y su equipo descubrieron que estos humanos neolíticos comparten una relación genética más estrecha con los asiáticos orientales actuales, primos hermanos de esta "segunda capa". Esto sugiere que los ancestros primarios que componen la estructura genética de los asiáticos orientales de hoy en día ya estaban viviendo en el este de Asia continental hace 9.500 años.

Si bien se pueden hallar ancestros más divergentes en el sudeste asiático y el archipiélago japonés, en el continente chino las poblaciones neolíticas ya exhibían las características genéticas que ostentan los asiáticos orientales actuales.
En particular, esto incluye a los primeros hombres del Neolítico del sur de Asia Oriental que datan de hace unos 8.000 años, a los cuales se les ha venido considerando como pertenecientes a la "primera capa", según la teoría expuesta más arriba. De hecho, la profesora Fu y su equipo han demostrado que estos antiguos asiáticos adscritos tradicionalmente a la "primera capa" comparten una relación más estrecha con los asiáticos del este de la "segunda capa". Por lo tanto, los resultados del estudio actual no son compatibles con un modelo de dispersión en "dos capas" durante el periodo Neolítico en Asia Oriental.

Los científicos también descubrieron que los primeros asiáticos neolíticos del este estaban más diferenciados genéticamente entre sí que los asiáticos actuales, dado que hace 9.500 años a.C., existía una ascendencia norteña a lo largo del río Amarillo, que llegaba hasta las estepas orientales de Siberia, distinta de una ascendencia sureña existente a lo largo de la costa sur de China y las islas del estrecho de Taiwán desde hace 8.400 años a.C.

Resto óseo fosilizado de un individuo de hace unos 9.500 años procedente de la cueva Bianbian, Shandong, China. Este individuo era parte de un grupo de ascendencia norteña que se encuentra a lo largo del río Amarillo y hasta las estepas orientales de Siberia.

Impacto durante el Neolítico tardío

El movimiento de poblaciones pudo haber comenzado a impactar en los asiáticos orientales durante el Neolítico tardío. Por ejemplo, la población del sur de Asia Oriental habría compartido una conexión con la población costera del norte, y, en consecuencia, la ascendencia de los primeros pobladores haberse extendido en la zona norte.

En la actualidad, la mayoría de las poblaciones de Asia Oriental no están claramente separadas en dos grupos distintos. Los actuales asiáticos del este, tanto del norte como del sur, comparten una relación genética más estrecha con las poblaciones neolíticas del norte de Asia Oriental, y a lo largo del río Amarillo, que con las poblaciones neolíticas de la costa sur de China.

Otros análisis muestran que casi todos ellos tienen una mezcla de la ascendencia norteña y sureña del Neolítico de Asia Oriental, si bien la ascendencia norteña juega un papel más preponderante. El movimiento de población, particularmente desde el norte hacia el sur, a lo largo del río Amarillo, fue una fase prominente de la prehistoria del este de Asia después del Neolítico. Curiosamente, los actuales chinos Han de todas las provincias, tanto del norte como del sur, muestran una cantidad similar de influencias genéticas procedentes del norte y del sur.

Los ancestros del sur, aunque hoy están menos representados en el continente asiático oriental, tuvieron una gran influencia en otras regiones. Los hablantes de austronesia actuales, que comparten una estrecha relación genética con los actuales asiáticos continentales del este, y que viven en una amplia franja de islas en el sudeste asiático y el Pacífico sudoccidental, muestran también una relación genética notablemente estrecha con las poblaciones neolíticas de la costa sur de China.

De la insinuación a la evidencia

Los materiales arqueológicos que datan del Neolítico Medio han sugerido durante mucho tiempo la conexión entre los isleños austronesios y las poblaciones en el este de Asia continental. Y ahora, las relaciones genéticas descubiertas por la profesora Fu y su equipo muestran, en efecto, evidencias inequívocas de que los hablantes de austronesia actuales se originaron a partir de una población proto-austronesia procedente del sur de China hace al menos 8.400 años.
La historia revelada por estos 26 humanos antiguos resalta el profundo impacto que el movimiento y la mezcla de poblaciones tuvieron en la historia humana, pero también revelan una continuidad que se remonta a hace 9.500 años.

A diferencia de Europa, las influencias de Asia Central no tuvieron ningún papel en la conformación de la ascendencia de Asia Oriental, pues la mezcla genética se produjo en gran medida a escala regional entre las poblaciones del norte y del sur del este de Asia.
Todavía se desconoce toda la lista de ancestros presentes en Asia Oriental durante el periodo Neolítico, ya que no se han recuperado datos del genoma de muchas regiones del interior del este de Asia continental.

Pero las conexiones costeras entre poblaciones antiguas de Siberia, Japón, China y el sudeste asiático, sugieren que a medida que se recupere y estudie más ADN antiguo, se revelará una compleja historia de contacto y mezcla en la prehistoria humana de Asia Oriental.

Fuentes: eurekalert.org | nature.com | interestingengineering.com |14 de mayo de 2020

El análisis de las huellas halladas en Engare Sero, Tanzania, podrían indicar una división sexual del trabajo en el Pleistoceno tardío

El emplazamiento de las huellas halladas en Engare Sero, Tanzania. Una erupción del colcán Oldoinyo L'engai, al fondo, produjo las cenizas que las conservaron. CYNTHIA LIUTKUS-PIERCE

Hace miles de años, un grupo de personas caminó por el suelo africano, y sus huellas permanecen para encender una antorcha sobre los movimientos y conductas de nuestros antepasados.
Más de 400 huellas fueron dejadas por pies humanos en Engare Sero, Tanzania, originalmente descubiertas en el entorno del lago Natrón por un miembro de una comunidad Masai local hace más de una década, y su antigüedad y formación fueron descritas en 2016.

Mapa de la región del lago Natron que muestra la ubicación del emplazamieto de las huellas en Engare Sero, Tanzania, señalando ubicaciones específicas de conjuntos de huellas tanto de humanas como de animales

Los análisis geológicos revelaron que las huellas, todas preservadas en la misma superficie por cenizas endurecidas del volcán cercano Ol Doinyo Lengai, se hicieron en algún momento entre 19.000 y 6.000 años atrás, esto es, alrededor del Pleistoceno tardío.

Ahora, los análisis paleoantropológicos, publicados en la revista Scientific Reports, exploran lo que las huellas fosilizadas revelan sobre las personas que las hicieron.

"Las huellas son componentes raros en el registro fósil humano", dice el autor principal Kevin Hatala (izquierda), de la Universidad de Chatham, en Pittsburgh, EE. UU., "Sin embargo, pueden conservar instantáneas excepcionales sobre el comportamiento humano en nuestro pasado distante".

El tamaño, la separación y la orientación de un grupo de huellas sugieren que fueron hechas por 17 personas caminando juntas en dirección suroeste, entre las que habría 14 mujeres adultas, dos hombres adultos y posiblemente un adolescente.

Este tipo de estructura grupal era poco frecuente, pero es coherente con las actividades observadas de forrajeo cooperativo, sexualmente divididas, de los cazadores-recolectores modernos como los Achés de Paraguay y los Hadza de Tanzania. Por lo tanto, los hallazgos podrían reflejar una división de la actividad del forrajeo, basada en la diferenciación sexual, de las antiguas comunidades humanas.

Ejemplos de huellas en Engare Sero, Tanzania. De arriba a abajo están las huellas A8, I2 y D6. Las fotografías normales de las huellas están a la izquierda, y a la derecha las imágenes ortográficas de las mismas en 3D y coloreadas de acuerdo con sus profundidad. Las imágenes no están configuradas en escala común, pero cada imagen incluye una barra de escala que tiene 15 cm de longitud. Los degradados de color que denotan profundidad no comparten una escala común y, en cambio, se especifican a la derecha de las mágenes. Las escalas de esos gradientes se informan en centímetros.

"No es sorprendente ver evidencias de tal comportamiento en aquel tiempo, pero es fascinante observar una instantánea directa del registro fósil que es consistente con ese tipo de escenario".
"Nuestras suposiciones sugieren que estos homínidos se movían a velocidades de entre 1,2 y 1,5 metros por segundo. La similitud en los patrones de los rastros nos dicen, a su vez, que el grupo de 17 personas se desplazaba de manera conjunta", explica Hatara.

"Otra investigación ha demostrado que los humanos tienden a auto-seleccionar las velocidades óptimas para minimizar el gasto de energía, pero los contextos sociales y de comportamiento pueden hacer que las personas se aparten de sus velocidades energéticamente óptimas, y, en concreto, las velocidades que se han calculado a partir de las huellas de Engare Sero coinciden con los datos experimentales sobre las velocidades que adoptan los grupos mixtos de hombres y mujeres cuando viajan juntos", añade el investigador.

Mapa esquemático que muestra el conjunto de huellas humanas preservadas en Engare Sero. Las huellas asociadas con la misma dirección se indican con un color común.

Los autores del trabajo de investigación especulan, pues, que 14 de estos rastros dejados por las huellas correspondían a mujeres que caminaban y forrajeaban juntas, y que eran visitadas y acompañadas en ocasiones por los varones, tal como se observa entre los cazadores-recolectores Achés y Hadza mencionados.

Otras seis huellas de huellas muestran a un grupo de personas moviéndose hacia el noreste a diferentes velocidades, dos caminando de forma rápida y una de ellas corriendo, lo que sugiere que era poco probable que hubieran viajado juntas. Por otra parte, el hecho de que no haya huellas desviadas en sus direcciones podría deberse a restricciones físicas del paisaje.

Una de las huellas humanas fosilizadas encontradas en Engare Sero,Tanzania. William Harcourt-Smith, CC BY-ND.

Otras huellas de homínidos que se encuentran en los márgenes del lago Turkana, en Kenia, indican que sus dueños se movían a lo largo de las orillas para forrajear, lo que viene apoyado por las huellas existentes de bóvidos que indican que los animales iban a beber.
En Engare Sero, la falta de huellas de bóvidos dificulta la confirmación de un patrón similar, y, aunque hay huellas de cebras y búfalos a unos 30 metros de distancia perpendiculares a las de los humanos, los investigadores informan que no hay evidencias claras para sacar conclusiones al respecto.

Sin embargo, Hatala está ansioso para que se apliquen nuevos métodos analíticos. "Esperamos que estas huellas fosiles motiven que haya más estudios que puedan dar cuenta del potencial de las mismas y nos proporciones información sobre el comportamiento humano del pasado", dice.
En cualquier caso, según los autores del trabajo de investigación publicado, estas huellas podrían indicar una temprana división del trabajo basada en el sexo en las antiguas comunidades humanas.

Fuentes: cosmosmagazine.com | National Geographic | 15 de mayo de 2020

El análisis de orina antigua en Aşikli Höyük (Turquía) puede dilucidar el tamaño de su población y aspectos de la domesticación de animales

Las excavaciones en Asikli Hoyuk han descubierto evidencias de la domesticación de ovejas y cabras. Arichivo fotográfico del Proyecto Mary Stiner / Aşikli Höyük.

Hace unos 10.000 años un grupo de cazadores-recolectores se instaló en una llanura aluvial de la actual Turquía y permaneció en la misma durante un milenio. Todavía hoy se pueden ver los restos de las casas que construyeron. Los arqueólogos han trazado las callejas del asenamiento y descubierto esqueletos intactos debajo de los antiguos pisos de yeso de las viviendas. Se puede decir que, después de todo este tiempo, Aşikli Höyük está notablemente bien conservado.

Pero el arqueólogo Jordan Abell (izquierda) no vino por ver estas cosas la última vez que visitó Aşikli Höyük en 2017, sino que lo hizo en busca algo invisible: orina antigua.

La gente de Aşikli Höyük, como es obvio, orinaba. Y lo mismo hacían sus rebaños de ovejas y cabras. Al estimar la cantidad de orina antigua depositada en los terrenos de Aıkli Höyük, Abell y sus colaboradores han podido reconstruir la cantidad de población de humanos y animales que había la misma hace 10.000 años. A esto se le podría llamar 'arqueología urinaria'.
Vista parcial del asentamiento de Aşikli Höyük

"El método es, hasta donde veo, totalmente nuevo y creativo", dice Benjamin Arbuckle (derecha), antropólogo de la Universidad de Carolina del Norte en Chapel Hill, el cual estudia la domesticación de animales en Turquía durante el mismo período.

La domesticación de ovejas y cabras es lo que hizo que Arbell y los coautores del estudio, publicado en Science Advances, se interesaran por la orina de modo preferente.

Los huesos de animales, e incluso el estiércol, hallados en Aşikli Höyük sugieren que sus ocupantes estuvieron entre las primeras personas del mundo en llevar a cabo la domesticación de ovejas y cabras. Estas gentes encerraron a estos aninales, que una vez fueron salvajes, cerca de sus hogares y aprendieron a sacrificar a los machos jóvenes para maximizar el tamaño de sus rebaños.

Una zanja profunda en Aşıklı Höyük donde se excavaron algunas de las presuntas muestras de orina (archivo fotográfico del proyecto Mary Stiner / Asikli Hoyuk).

Fue el descubrimiento de inusuales cristales de nitratina en Aşikli Höyük lo que llevó al equipo a pensar en la orina de ovejas y cabras. "Hay muy pocos lugares en la Tierra que tengan estos cristales de nitratina formados en sus suelos. Son espacios que tienden a ser muy secos y ostentan altas concentraciones de sales", dice el profesor Abell, quien ahora es investigador paleoclimático en la Universidad de Columbia, y que, junto con sus colaboradores de la Universidad de Arizona y de la Universidad de Estambul, se preguntaba si la orina era la fuente de esas sales. Para comprobarlo recogieron 113 muestras en Aşikli Höyük. Estaban especialmente interesados ​​en los "basureros", esto es, en los antiguos montones de basura donde se habían acumulado los desechos de animales y humanos. Se aseguraron de recolectar muestras de diferentes capas, tanto dentro y alrededor de los basureros, para abarcar así los 1.000 años en que la gente vivió en Aşikli Höyük.

De vuelta al laboratorio, Abell buscó las firmas químicas de la orina (sodio, nitrato y cloro) en cada una de estas muestras. La parte difícil del proceso es que estas sales también pueden provenir de otros lugares, así como hallarse, en diversas concentraciones, en el agua de lluvia y en los sedimentos naturales alrededor de Aşikli Höyük. Entonces Abell, para superar este problema, construyó un modelo con el que intentar dar cuenta de estas distintas fuentes. Además, para asegurarse de que sus suposiciones no estuvieran totalmente fuera de lugar, comparó las concentraciones de sal en las muestras de orina tomadas en Aşkli Höyük con las del ganado de engorde actual estabulado, lo que le permitió descubrir que eran similares. El modelo finalmente estimó que un promedio de 1.790 humanos y animales orinaban cada día en Aşikli Höyük durante los 1.000 años de duración de este enclave.


Mapa que muestra las áreas de excavación y las ubicaciones de muestreo en Aşikli Höyük.

A medida que el equipo aumentó el análisis de las capas de tierra en el tiempo, se encontraron incrementos de 10 a 1000 veces más concentraciones de sales de orina al final del período de ocupación de un milenio. Esto sugiere que la población humana y/o animal de Aşıklı Höyük se estaba haciendo cada vez más grande y más densa (desafortunadamente, los arqueólogos no tienen forma de distinguir entre la orina antigua humana y animal usando el método empleado). Suponiendo que el modelo sea efectivo, estos depósitos de orina pueden verse como un registro de la transición de la humanidad de cazadores-recolectores a granjeros que domesticaban animales.

Los restos de huesos, señala Arbuckle, son evidencia de animales comidos por los humanos. "Ahora bien, es realmente difícil saber si estos son fruto de la caza o de la domesticación, o, incluso, si solo algunos de ellos fueron cazados y otros domesticados", afirma. Por otro lado, grandes cantidades de orina sugiere que los animales y las personas que los pastoreaban se quedaban y orinaban en un solo lugar.

En este punto, el uso de sales de orina para comprender el tamaño la población de Aşikli Höyük depende de muchos factores. Canan Çakirlar (izquierda), una zoóloga y arqueóloga de la Universidad de Groningen, describe el método empleado como "muy prometedor", pero también señala que no se sabe mucho sobre cómo los depósitos de orina podrían haber cambiado químicamente a lo largo de los milenios. Además, otros factores también pueden haber cambiado: de hecho, las personas y el ganado tenían dietas diferentes hace 10.000 años, lo que podría producir diferentes concentraciones de sales en la orina.
Hay que tener en cuenta, incluso, que los patrones de lluvia sobre el emplazamiento de Aşikli Höyük también podrían haber variado. Hoy en día es un lugar bastante seco, pues la región recibe alrededor de 400 milímetros de lluvia al año, lo que favorece el estudio que al respecto se lleva a cabo. "Sería más difícil estudiar los depósitos de orina en lugares más húmedos, donde la lluvia y una capa freática cambiante empañarían las finas capas de sales de orina", dice Abell.

No obstante, él espera obtener más datos sobre Aşikli Höyük el próximo año, en el que se tomarán más muestras de sedimentos en otras áreas y se estudiará la poca lluvia que cae sobre el lugar. También le gustaría obtener un poco de orina de las ovejas locales que todavía deambulan por los campos cercanos. Al fin y al cabo, diez mil años después de que los humanos aprendieron a criar sus rebaños en esta zona, todavía continúan con esta labor.

Las ovejas todavía pastan en los campos alrededor de Aşikli Höyük. (Jordan Abell)

Fuentes: theatlantic.com | Universidad de Arizona | archandanth.com | 17 de abril de 2020

Científico del CENIEH analiza el paisaje de los Prepirineos que habitaron los neandertales

Roca dels Bous. Crédito: A. Benito Calvo

El investigador Alfonso Benito Calvo, responsable de la línea de investigación de Geomorfología y Procesos de Formación del Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana (CENIEH), lidera un artículo que se acaba de publicar en la revista Quaternary Research, donde se analiza la formación de la Roca dels Bous (Lérida), un yacimiento que habitaron los neandertales, en relación con la evolución de este paisaje ocurrida en los Prepirineos durante los últimos 60.000 años.

En este trabajo se han investigado los procesos que sucedieron durante la ocupación neandertal de este yacimiento musteriense, situado en el cañón del río Segre (Sant Llorenç de Montgai), mediante técnicas geomorfológicas 3D desarrolladas a partir de drones, además de técnicas estratigráficas, estadísticas y de datación por Luminiscencia (OSL).

“El paisaje que actualmente percibimos es muy distinto al que habitaron los neandertales. La Roca dels Bous no era un mirador sobre-elevado con vistas al valle, por contra, los datos parecen indicar que estaba junto al fondo del valle y que los neandertales tenían en la palma de la mano los recursos que ofrecía la vega del río Segre, más ancha que en la actualidad”, explica Alfonso Benito Calvo (izquierda).

La reconstrucción de la evolución del paisaje en esta zona es clave para entender los patrones neandertales en la ocupación de este territorio, que funcionó de enlace entre Europa y la península ibérica, conectando las zonas altas de los Pirineos con la Cuenca del Ebro.

Fuente: cenieh.es | 11 de mayo de 2020

Encuentran en Croacia un «barco cosido» romano de hace 2.000 años en buen estado

Han encontrado en Croacia un pecio notablemente bien conservado de un antiguo barco de 2.000 años de antigüedad que fue cosido con cuerdas y clavos de madera. El buque fue desenterrado del yacimiento arqueológico de Porta de Mar en la antigua ciudad romana de Poreč, donde se había hundido cerca de un antiguo muelle.

Hace dos mil años, Poreč era parte de la provincia romana de Dalmacia y el puerto blindado de la ciudad lo hacía ideal tanto para la defensa como para el comercio marítimo, explican desde el Daily Mail, que apunta la consideración de los expertos de que se trata del mayor hallazgo arqueológico de Croacia en este siglo, pues arroja luz sobre las antiguas prácticas de construcción de barcos.

Los cinco metros del velero, que se ha encontrado incrustado en el barro, mantienen todavía sus maderas originales habiendo sobrevivido buena parte de su entablado. "Está muy bien conservado porque se hallaba a cierta profundidad en el suelo y no podía ser penetrado por el oxígeno", dijo la arqueóloga Klaudia Bartolić Sirotić (izquierda) a Croacia Week.

"La mayor parte del encofrado, costillas y quilla del barco ha sobrevivido, dijo Bartolić Sirotić a Archaeology.org, y los investigadores han podido observar la huella que el resto del barco había dejado en el barro para determinar la clase de barco que fue".
Según el equipo de especialistas el barco tenía una sola vela y posiblemente era un bote privado empleado para pescar.


Los llamados «barcos cosidos» son característicos de los constructores de barcos del norte del Adriático en el siglo I a.C., y presentaban tablones en el casco exterior que estaban esencialmente cosidos usando cuerdas y clavos de madera al casco interior.


El hallazgo Porta de Mar no es el único habido en Croacia. La mayoría de los barcos cosidos del país datan de períodos anteriores y fueron desenterrados por arqueólogos marinos bajo el agua, haciéndolos mucho más difíciles de estudiar.

"Este espécimen de Porec es uno de los tres barcos que se ha encontrado en tierra y que no es parte de una prospección arqueológica subacuática", añade Bartolić Sirotić.


El buque fue descubierto como resultado de un proyecto de reurbanización que verá la zona portuaria de Poreč renovada y más cómoda para los peatones. Mientras tanto, los arqueólogos están trabajando para completar el estudio de la embarcación donde fue hallada, antes de que sus restos sean trasladados y mostrados al público en el museo de Poreč.

Fuentes: abc.es | dailymail.co.uk | 7 de mayo de 2020

Moncayo, ‘zona cero’ del expolio arqueológico

Casco celtibérico expoliado, antes y después de su restauración por el Museé d'Art Classique de Mougains


El saqueo arqueológico del área del Moncayo (Zaragoza y Soria) puede estar “mucho más presente y ser más destructivo y grave de lo pensado hasta ahora, con una actividad mantenida durante las últimas cuatro décadas que ha alimentado múltiples canales del mercado negro internacional”. Así finaliza el estudio La destrucción del patrimonio celtibérico. El caso del valle del río Huecha y de la Sierra del Moncayo, firmado por expertos de la Universidad de Alicante, del alemán Museo Central Romano-Germánico de Maguncia (RGZM) y del Gobierno de Aragón.
Un panorama que, según el informe, muestra “la intensidad, continuidad y complejidad” del expolio, provocado tanto por saqueadores profesionales como ocasionales, así como el deterioro en el patrimonio por la ejecución de obras públicas y repoblaciones forestales llevadas a cabo sin los preceptivos informes arqueológicos.

Fuente: Universidad de Barcelona / Grup de Recerca en Arqueologia Protohistòrica. N. C. / EL PAÍS

Estas acciones han dañado y arrasado tanto oppida [ciudades fortificadas en lugares elevados] como necrópolis o santuarios celtibéricos, erigidos desde el siglo XII a. C. hasta el I d. C. por este pueblo que ocupaba aproximadamente las áreas de las actuales Aragón, La Rioja, Soria y Navarra. Una práctica que no solo aqueja a esta zona, sino “a todas las regiones de la península ibérica”. El estudio denuncia también que han sido los españoles los promotores principales del saqueo: “El expolio del patrimonio celtibérico ha tenido un limitado apoyo extrapeninsular”. Las colecciones celtíberas que han salido ilegalmente son espectaculares. Destacan la de RGZM, en Maguncia, la colección A. Gutttmann de Berlín y la T. Dermirjian de Nueva York.

El estudio detalla una docena de yacimientos destrozados, entre los que sobresale Aratis (Aranda de Moncayo), la ciudad que fue saqueada durante más ... sin cesar y donde los expoliadores hallaron una veintena de cascos y miles de objetos de la vida cotidiana y militar de los celtíberos. Los expertos recuerdan que las más de 10.000 piezas recuperadas por la Guardia Civil en las operaciones Helmet I y Helmet II en 2013 corresponden solo a fragmentos y elementos mal conservados que “no pudieron vender los expoliadores”, por lo que concluyen que el saqueo tuvo que ser “sin echarle demasiada imaginación mucho mayor”.

El coleccionista y filántropo Christian Levett durante el acto de entrega de los cascos celtíberos en París. Fernando Pérez.


Este caso, que acabó con la condena de los saqueadores, tuvo un amplio seguimiento en los medios de comunicación, y hasta un final feliz porque el coleccionista británico Christian Levett, al conocer la procedencia ilícita de lo que había adquirido, restituyó siete cascos celtíberos a España a finales del año pasado.

Pero Aratis no ha sido, ni mucho menos, un caso único, tal y como detalla el artículo científico de Alberto J. Lorrio, Raimon Graells, Michael Müller-Karpe, Francisco Romeo y J. Ignacio Royo. Los arqueólogos e historiadores mencionan, entre otros, la necrópolis de La Atalaya (Cortes de Navarra, Navarra), la necrópolis de Burrén y Burrena (Fréscano, Zaragoza), la de Carraveruela (Magallón, Zaragoza), la de El Quez (Alberite de San Juan, Zaragoza) y la de La Oruña (Vera de Moncayo, Zaragoza).

“El saqueo del patrimonio es una realidad e implica la pérdida del conocimiento histórico de una cultura que actuó como bisagra entre poblaciones mediterráneas, íberas, aquitanas, vacceas y vetonas, entre otras, con un arte y una tecnología del metal recordado por las fuentes antiguas como excelente”, señala Raimon Graells i Fabregat (izquierda), profesor de Prehistoria de la Universidad de Alicante.

Los daños patrimoniales, sin contar los científicos, son espectaculares. En la necrópolis de Burrén y Burrena se arrasaron más de cinco hectáreas tanto por la acción de los saqueadores como por una repoblación forestal entre 2004 y 2005. "Lo destruido correspondía a un cementerio tumular de incineración fechable en las fases intermedias de la Edad del Hierro”.
Los expertos ofrecen más ejemplos. "A mediados de los noventa, se tuvo la noticia de que personas residentes en la cercana Tarazona llevaban varios años expoliando con detectores de metales el oppidum y la necrópolis de La Oruña". La inspección que se realizó determinó que “resultaba imposible calcular el número de piezas sustraídas, pero a juzgar por la densidad de las estructuras saqueadas —varias decenas— estamos ante la pérdida irreparable de una parte muy importante del yacimiento”. Los arqueólogos dieron parte a la Guardia Civil, que no pudo demostrar la culpabilidad del “principal sospechoso”.


Un centenar de armas

El estudio analiza también qué materiales han salido de España y se exponen públicamente a pesar de su procedencia ilegal. En el caso del Museo Central Romano-Germánico (RGZM), se contabilizan 165 objetos celtibéricos en sus vitrinas, de los cuales 105 son armas y 53 de ornamentación, que han sido estudiadas recientemente.

Por su parte, la colección A. Guttmann “se especializó en la adquisición de armas”, entre las que destaca un conjunto de casos hispano-calcídicos saqueados en Aratis; la colección T. Demirjian cuenta “con piezas singulares del arte autóctono”, fundamentalmente broches de cinturón damasquinados en oro y plata que eran únicos en el mundo hasta que la Guardia Civil en 2013 encontró entre las 10.000 piezas incautadas de Aratis 10 broches similares.

La recapitulación de las piezas objeto del contrabando impresiona. Las dividen en cinco grupos: armas ofensivas, ornamentos de vestuario, joyas, escultura celtibérica y cerámica. Y así van detallando espadas y puñales, cascos, armas defensivas, puntas de lanza, fíbulas, pectorales, placas, broches, cinturones, cabezas esculpidas, ornamentos… Un saqueo que los expertos tildan directamente de “escandaloso” y que todavía no tiene fin.

Terreno removido con una pala en el yacimiento de Aranda de Moncayo. /DAVID ASENSIO

DOBLE ROBO EN ARATIS

Al inspeccionar los catálogos de piezas de la colección Guttmann, adonde fueron a parar la mayoría de los cascos expoliados en Aranda de Moncayo, los expertos descubrieron que “no todos los ejemplares procedían de un mismo contexto”, como se creía, sino de dos. El primer grupo de yelmos “puede atribuirse a un depósito de armas al que probablemente también pertenece el casco vendido en Londres en 1990 [los ladrones los ofrecían a subastas y museos] en el que los cascos aparecían aceptablemente completos, aunque aplastados, en una ladera rocosa”.
El segundo grupo cascos estaría formado por piezas mal conservadas e, incluso, incompletas, “fruto de las inutilizaciones intencionadas como las que caracterizan los ajuares funerarios” celtibéricos.

Los autores del informe añaden que la confirmación de que todas las piezas procedan de Aranda, tal y como se puso de manifiesto en el juicio que condenó a los expoliadores, ha permitido documentar una desconocida necrópolis junto a la ciudad celtibérica expoliada –los condenados utilizaron incluso palas excavadoras para extraer las joyas lo más rápidamente posible- lo que “demuestra el potencial y la importancia del yacimiento” de Aratis.

Fuente: elpais.com | 10 de mayo de 2020