Hallan evidencias de presencia humana, de hace 13.000 años, en la laguna de Tagua Tagua, en la región de O’Higgins (Chile)

El proyecto “Tagua Tagua Milenaria” finalizará en pocos días su primera etapa de trabajo sobre el terreno, tras dos semanas de excavación y recolección de fósiles en la antigua Laguna de Tagua Tagua, una extensa área arqueológica de importancia mundial, ubicada a 140 kilómetros de Santiago de Chile.

En esta primera fase, a cargo del arqueólogo de la UACH, Rafael Labarca (izquierda), el grupo multidisciplinario ha evidenciado la existencia de asentamientos humanos de la época de transición del Pleistoceno-Holoceno en la antigua laguna de Tagua Tagua, en la región de O’Higgins (Chile). Esta importante evidencia científica permitiría confirmar algunas hipótesis sobre los modos de vida de los primeros humanos en Chile y la extinción de la megafauna presente en el lugar, transformándose en uno de los sitios arqueológicos más importante del continente, abriendo nuevas perspectivas a la investigación científica mundial.

Foto: Una vista de Parque Tagua Tagua.

El paleontólogo e investigador postdoctoral de la Universidad de O’Higgins, Erwin González (derecha), a cargo de la segunda fase de análisis en laboratorios nacionales y extranjeros, revela que la evidencia de un poblamiento temprano convierte a Tagua Tagua en un laboratorio natural excepcional para la investigación científica mundial, “Tagua Tagua es el sitio con la mayor biodiversidad animal del pleistoceno de Chile, lo cual permitió que la laguna se posicione como un gran eco-refugio para los humanos, al menos desde hace más de 13.000 años”, detalla el investigador, agregando que además de la importancia para el mundo científico “este hallazgo debe aportar a la ciencia, a la investigación escolar y universitaria, y al desarrollo de un polo de turismo científico y patrimonial que impacte positivamente en el territorio”.

El patrimonio científico local, entendido como todos los saberes que surgen de la ciencia y que son parte de la cultura de un territorio, es uno de los pilares del proyecto. Bajo esa premisa el Vicerrector de la Universidad de O’Higgins, Marcello Visconti (izquierda) enfatiza el compromiso de la Academia por la puesta en valor del patrimonio científico. “Nos encontramos en un lugar que podría dar respuesta a una infinidad de preguntas y que alberga información valiosísima de nuestro pasado, que podría explicar el presente y proyectar el futuro”, señala el vicerrector.

En tanto, Rodrigo Verschae (derecha), Director del Proyecto Asociativo Explora O’Higgins, aseguró que “Tenemos una tremenda responsabilidad de visibilizar la continuidad de un trabajo que se viene realizando hace más de 70 años, iniciado por grandes investigadores como Ignacio Domeyko, Lautaro Núñez y Julio Montané, y que hoy la ciencia permite analizar con tecnología de punta y nuevas perspectivas, y de esta forma ayudar a explicar la evolución del hombre y las especies”, agregó Verschae quien además señaló que parte de esta investigación se puede conocer en el Documental “Tagua Tagua Milenaria” recientemente estrenado en el Festival de la Ciencia O’Higgins 2020, disponible en redes sociales de Explora O’Higgins.

En los próximos meses comenzará la fase de análisis de evidencias en laboratorios de la Pontificia Universidad Católica y otros centros de investigación en Estados Unidos, España y Nueva Zelanda gracias a convenios de colaboración científica que harán que Tagua Tagua recorra el mundo.

El equipo compuesto por arqueólogos, paleontólogos, geólogos y biólogos, entre otros, es la continuación de las primeras investigaciones arqueológicas iniciadas en la década del 60, que hoy cobran vida en este proyecto liderado por la Universidad de O’Higgins, en colaboración con la Universidad Austral de Chile, la Pontificia Universidad Católica y la Ilustre Municipalidad de San Vicente de Tagua Tagua, y que además cuenta con el apoyo público-privado a través de organismos nacionales como CODELCO, la Fundación Añañuca, el Proyecto Asociativo Explora O’Higgins, e internacionales como la Fundación Palarq.

Foto: Una vista de Parque Tagua Tagua.


Descubren lo que podía ser la casa de Nazaret donde se crió Jesús

Entrada a la casa del siglo I ubicada bajo el convento de las Hermanas de Nazaret.

Un equipo de arqueólogos trabajando en la ciudad de Nazaret, en la actual Israel, ha identificado los vestigios de una vivienda bastante bien conservada del siglo I. Los expertos consideran que podría ser la casa donde Jesús pasó su infancia. La estructura, que se apoyó en una cueva natural, tenía varias dependencias, una escalera excavada en la roca e incluso una azotea; y el estudio de su excelente artesanía interior sugiere que tuvo que ser obra de un hombre docto en estas labores, como José, según los investigadores.

El hallazgo del sitio no es nuevo. Las ruinas se descubrieron en 1880 bajo el convento de las Hermanas de Nazaret. Ya en ese momento se lanzaron las primeras hipótesis sobre si podría ser la casa de Jesús, pero la mayoría de los expertos las han rechazado a lo largo del siglo XX. Sin embargo, el investigador británico Ken Dark (izquierda), profesor de Arqueología e Historia en la Universidad de Reading, que lleva trabajando en el sitio con su equipo desde 2006, ha reavivado la teoría con nuevas evidencias.

En 2015, basándose en análisis preliminares, Dark ya publicó un artículo en la revista Biblical Archaeology Review sugiriendo que esa podría haber sido la casa de Jesús, José y María.

Ahora ha dado a conocer nuevos resultados en el libro The Sisters of Nazareth convent: A Roman-period, Byzantine and Crusader site in central Nazareth, que confirman que esta estructura es del siglo I y que no se podría hacer esta identificación bíblica-arqueológica con ningún otro sitio de la ciudad, según informa The Times.

El experto explica en su obra la compleja secuencia de ocupación del sitio. La vivienda inicial, en la que se han hallado fragmentos de cerámica y de vasija de piedra caliza -esto refuerza la teoría de que ahí vivió una familia y que pudo ser judía por los materiales de estos objetos-, se abandonó en algún momento del siglo I. El sitio empezó a utilizarse durante época romana como cantera y lugar de enterramiento. A finales del siglo IV, cuando el cristianismo se convirtió en la religión oficial del Imperio, se construyó una pequeña iglesia-cueva adyacente decorada con mosaicos.

La vida en la zona

Las investigaciones de Dark y su equipo han desvelado también que sobre la estructura del siglo I y la posterior iglesia se levantó en el siglo V, en época bizantina, otro edificio religioso, el de mayor tamaño de Nazaret, y que podría ser su catedral. El investigador ha señalado que los vestigios de esta iglesia encajan con una descripción del siglo VII que habla de un templo erigido sobre la casa de Jesús y que se había convertido en un importante lugar de peregrinación. Es la única iglesia en la región, junto con la de San Pedro en Cafarnaúm, construida sobre estructuras del siglo I.

La casa del siglo I que muestra una de sus paredes excavadas en la roca. La posición de la escala indica la línea de una bóveda del período cruzado.

El espacio cristiano fue arrasado por los ejércitos musulmanes durante la época de las Cruzadas y reconstruido a finales del siglo XII principios del XIII. Los arqueólogos han descubierto un nivel de materiales quemados que confirman estos acontecimientos. Dark, consciente de que es imposible afirmar al 100% que esa casa fue en la que se crio Jesús, se ha mostrado no obstante optimista: "Todas las razones para dudar que podría ser se han ido. Esto es algo emocionante".

El Proyecto Arqueológico de Nazaret ha demostrado que este sitio ofrece una secuencia estratificada completa e importante de la antigua Nazaret, que incluye características del período romano temprano y posteriores bien conservadas.

La escalera de acceso que baja desde el nivel del suelo del Convento de las Hermanas de Nazaret hasta el nivel de la era bizantina que alberga la 'Iglesia de la Nutrición' de los siglos IV-V descrita en el relato de peregrinos del siglo VII 'De Locis Sanctis'. La escala de la iglesia y sus estructuras circundantes sugiere que Nazaret era un centro de peregrinación durante el período bizantino mucho más grande e importante de lo que se suponía anteriormente.

Las excavaciones en varios sitios cercanos a Jerusalén también han desvelado pistas sobre cómo era la vida en ese sitio en la época de Jesús. Roma tomó el control de Israel durante el siglo I a.C., pero Dark y su equipo han encontrado evidencias de que, a pesar de la creciente influencia romana, las personas que vivían en Nazaret y sus alrededores rechazaban su cultura.

Los arqueólogos han examinado un valle cerca de la localidad llamado Nahal Zippori, y concluyeron que las personas que vivían en el lado norte del valle, cerca de la ciudad romana de Séforis, estaban más dispuestas a abrazar la cultura romana que las del sur, más cerca de Nazaret, quienes parecen haberla rechazado. "Esto sugiere que el área de Nazaret era inusual, dada la fuerza de su sentimiento anti-romano y/o la fuerza de su identidad judía", ha explicado Dark.

Fuentes: elespañol.com | dailymail.co.uk | madainproject | 23 de noviembre de 2020

Los contactos de Formentera en la Edad del Bronce

Los primeros pobladores de Formentera, entre el 1750 y el 850 antes de Cristo (Edad del Bronce) mantuvieron relaciones con otras poblaciones contemporáneas de Menorca y del sudeste de la Península: Alicante y Cartagena. Es una evidencia que resulta tras comprobar los restos minerales encontrados en el yacimiento arqueológico de Es Cap II, en Formentera.

Uno de los directores de la misión, Pau Sureda (izquierda), afirma: «Tenemos estudios de ADN que nos sugieren la conexión de estos poblados con otras comunidades de la Península y Menorca, pero son datos generales y no podemos precisar, aún, el origen de estos primeros pobladores» de Formentera.

A medida que los historiadores avanzan en sus trabajos para desvelar detalles de cómo vivían los habitantes de la Edad del Bronce, más se sabe sobre cómo estaban organizados, con qué otros territorios mantenían contactos, cuál era su dieta y ahora, con la excavación de la cueva 127 de la Mola, cómo eran sus ritos funerarios.

El grupo de arqueólogos que trabaja estos días en ambas misiones está dirigido por Edgard Camarós y Sureda, y cuentan con el respaldo del Consell de Formentera y del Instituto Internacional de Investigaciones Prehistóricas de Cantabria (IIIPC), así como del Centro Superior de Investigaciones Científicas.

La campaña de este año se prolonga hasta el 27 de noviembre y el pasado lunes comenzaron, por séptimo año, con los trabajos de consolidación del poblado prehistórico de Es Cap II. Se calcula que en este espacio pudieron llegar a convivir tres grupos familiares que podían sumar unas 30 personas. Pero este poblado solo es uno de los 21 yacimientos de la misma época localizados en es Cap de Barbaria, que en aquel momento era el centro neurálgico de la isla.

Durante nueve siglos, existe constancia de que esas poblaciones vivían agrupadas en pequeñas colectividades con su ganado, incluso se ha detectado la presencia de cerdos y vacas, en menor proporción que cabras y ovejas, más abundantes. La dieta la completaban con moluscos, se han llegado a encontrar más de 8.000 conchas de lapas, y con mijo, un cereal más resistente a los periodos de sequía.

Los trabajos en Es Cap II se centran ahora en la consolidación de una de las cámaras y de uno de los muros perimetrales. El objetivo es museizar este espacio para que sea comprensible a los visitantes.

Paralelamente, los arqueólogos avanzaron ayer en una grieta de la cueva 127, sin haber encontrado más rastros de restos humanos, por el momento.

Fuente: diariodeibiza.es | 17 de noviembre de 2020

Hallan restos humanos, de hace 4.000 años, en la cueva 127 de Formentera

Al fondo de una de las galerías de la cueva 127, en la Mola, que está excavando un grupo de arqueólogos que investiga la Edad del Bronce en Formentera, se hallaron ayer restos humanos unos cien años más antiguos que los de los tres individuos encontrados hasta ahora en este enclave.

El director del proyecto que investiga los ritos y la arqueología funeraria de los primeros pobladores de la isla, Edgard Camarós (izquierda), explicó: «Estamos encontrando lo que pensamos que son restos humanos más antiguos de los que ya habíamos encontrado». Es decir, si los restos humanos de tres individuos hallados en anteriores campañas datan del 1.890 antes de Cristo, «estos que hemos encontrado pensamos que serían unos cien años más antiguos».

Han hallado fragmentos muy pequeños de huesos de cráneo y de dientes, concretamente del molar de un individuo que debió de ser enterrado en esa cueva hace unos 4.000 años.

Pau Sureda, que comparte la dirección del proyecto, señaló que «ahora toca realizar estudios de antropología física para ver si esos restos pueden corresponder a uno o a varios individuos».

Camarós aclara: «Pensamos que estos restos son muchos más antiguos y contemporáneos con los de Ca na Costa», monumento megalítico situado cerca de es Pujols donde se hallaron restos de ocho individuos durante una excavación del Museo Arqueológico de Ibiza y Formentera en los años setenta del siglo pasado.

Pero el hallazgo de una pieza dental, de un molar, en la cueva de la Mola, permite extraer ya algunas conclusiones.

Edgard Camarós precisó: «Ese molar que hemos encontrado tiene un enameloma, que es una perla que está en la raíz del diente y que nos ha ayudado a descifrar la dentista de Formentera, Blanca González; este detalle es muy interesante porque solo lo tiene entre el uno y el tres por ciento de la población y nos habla de las patologías de quien lo ha sufrido».

El enameloma está relacionado con infecciones en las encías, por eso Camarós apunta que ese diente les está diciendo que «esa persona tenía una deficiencia en la higiene dental, una vida complicada y salud deficiente. Si lo comparamos con los restos hallados antes, en la misma cueva, nos habla de estrés en su desarrollo y salud precaria». De hecho, la media de vida de esa época era de unos 40 años.

Estas fueron algunas de las conclusiones que presentaron ayer los arqueólogos en una conferencia celebrada en el Centro de Deportes Náuticos de la Savina y que sirvió para hacer balance de esta campaña arqueológica que concluye el 27 de noviembre.

Para el año que viene estos expertos quieren avanzar, gracias a las técnicas que les ofrece la actual tecnología, en el análisis de los restos de Ca na Costa, que se encuentran en el Museo Arqueológico de Ibiza y Formentera.

«En 2021 estudiaremos el ADN de los restos de Ca na Costa, si nos dan permiso claro», apunta Camarós.

El objetivo, aclara su colega Sureda, es poder comparar genéticamente Ca na Costa con la cueva 127 de la Mola: «Entonces, podríamos extraer conclusiones en clave social más profundas».

Fuente: diariodeibiza.es| 20 de noviembre de 2020

La población de la Sima de los Huesos de Atapuerca aumenta a 29 individuos

Fragmento de mandíbula AT-2, recuperada en 1976 entre los sedimentos removidos. Se han encontrado varios dientes sueltos, que son compatibles con este ejemplar y que se han asignado al individuo II. / MARIO MODESTO

José Mª Bermúdez de Castro, responsable del Programa de Paleobiología del Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana (CENIEH), lidera un artículo, que se acaba de publicar en la revista Anatomical Record, sobre la población del yacimiento de la Sima de los Huesos, en la sierra de Atapuerca (Burgos), en el que se confirma que son 29 los individuos que conforman este grupo humano del Pleistoceno medio, en lugar de los 28 estimados en estudios anteriores.

Durante la campaña de excavación de 2019 se alcanzó la impresionante cifra de 7.600 fósiles humanos de la Sima de los Huesos, que forman una colección única en el mundo para el estudio de la variabilidad de una especie del pasado. En 2003, cuando la cifra de restos fósiles ascendía a 4.000, se había calculado que en esa colección estaban representados 28 individuos.

En las últimas campañas de excavación se han obtenido restos óseos muy completos, y otros que han permitido reconstruir cráneos, mandíbulas, así como huesos del esqueleto postcraneal. Por ese motivo, parecía necesario volver a realizar un estudio demográfico de la Sima de los Huesos, que se llevó a cabo en enero de 2020, partiendo de la hipótesis de que el número de individuos representado en la colección podría haber aumentado de manera significativa. Sin embargo, sorprendentemente, el incremento en el número estimado de individuos ha pasado únicamente de 28 a 29.

“Hemos podido comprobar que algunos individuos se han ido completando, mientras que otros siguen representados por los mismos dientes y trozos de mandíbula recuperados durante los primeros años de excavación”, señala José Mª Bermúdez de Castro (izquierda). “Parece claro que el daño realizado en el yacimiento antes del hallazgo en 1976 de los primeros fósiles humanos fue muy importante y se ha perdido mucha información de algunos de los individuos”, añade el co-director de Atapuerca.

Sexo y edad

Además, en este trabajo se ha realizado una revisión del sexo de los individuos de la Sima de los Huesos. Se ha estimado que nueve individuos podrían ser masculinos y quince femeninos. A pesar de este desequilibrio, los análisis estadísticos concluyen que la proporción 8:15 podría proceder de una población en la que machos y hembras estaban representados de manera equitativa.

Por otro lado, existe un exceso de individuos inmaduros y adultos muy jóvenes (82,8%). Sólo se ha registrado un individuo infantil, mientras que cuatro adultos habrían alcanzado la madurez, posiblemente entre 40 y 45 años.

“Con una mortalidad tan elevada a edades tan tempranas la viabilidad reproductora de un grupo de cazadores y recolectores del Pleistoceno no sería factible. Puesto que la mortalidad del conjunto de individuos de la Sima de los Huesos se aproxima mejor a un perfil de tipo catastrófico, es posible que un evento singular y de naturaleza desconocida hubiera acabado con su vida”, declara Bermúdez de Castro.

Fuente: cenieh.es | 5 de noviembre de 2020

La impresionante colección Torlonia, un tesoro de historia y belleza, expuesta por vez primera en Roma

Durante decenios permaneció depositada de forma un tanto caótica en un edificio romano, cerca del Tíber en el centro de Roma. Ahora, por primera vez, se expondrá al público en los Museos Capitolinos de Roma con el título “Los mármoles de Torlonia.Coleccionar obras maestras”. Se incluye una selección de 92 obras entre las 620 piezas excepcionales del arte griego y romano de la colección: sarcófagos, bustos y estatuas grecorromanas.

Todo ello, es el resultado de las adquisiciones de las colecciones más destacadas de las familias patricias de Roma, así como de los hallazgos de excavaciones de las propiedades de grandes latifundios de la aristocrática familia Torlonia, dinastía de banqueros, propietaria de Villa Albani, una de las joyas por su riqueza artístico-arquitectónica de la Ciudad Eterna, construida a mitad del siglo XVII por deseo del cardenal Alessandro Albani, un gran coleccionista de esculturas antiguas, sobrino del papa Clemente XI. El purpurado gustaba de mostrar su colección a los aristócratas para hacer alarde de su erudición y su exquisito olfato por la antigüedad clásica.

Una colección de leyenda

Para el ministro de Cultura, Dario Franceschini, “la Colección Torlonia constituye un patrimonio extraordinario, un conjunto de obras excepcionales que da fe del coleccionismo de antigüedades”. En efecto, no es solo una colección, sino que se trata de una colección de colecciones, un ejemplo único de la historia del coleccionismo de arte antiguo en Roma, desde el siglo XV al XIX.

La Colección Torlonia llegó a constituir una auténtica leyenda: solo era accesible a unos pocos elegidos, e incluso los historiadores la conocían únicamente por su catálogo, realizado en 1881. Fue idea del príncipe Alessandro Raffaele Torlonia (1800-1886) exhibir su maravillosa colección, fundando el Museo Torlonia de escultura antigua, en via de la Lungara, abierto en 1875, alcanzando de inmediato enorme fama por el número y la calidad de las obras expuestas.

El Museo Torlonia se convirtió además en la más significativa colección para la historia de las excavaciones, de la restauración y de los estudios arqueológicos. Con los años el museo languideció y se cerró en 1976. Un descendiente de los aristócratas que formaron la imponente colección, Alessandro Torlonia (1925-2017), un apasionado de arqueología, llegó a un acuerdo con el ministerio de Cultura, para que las obras de arte estuvieran disponibles para la gran exposición que ahora, tras años de negociaciones, se inaugura en Roma.

Una muestra que es una increíble antología de la belleza. Franceschini, el ministro de Bienes Culturales, ha dicho, al presentar la exposición, que “el estado italiano está dispuesto a poner recursos y lugares para crear un museo adecuado para albergar la Colección Torlonia”.

Viaje por la historia del coleccionismo

Para la exposición se han elegido 92 obras, extraordinarias por su calidad, pero también por su historia”, ha manifestado Carlotta Loverini Botta de la Fundación Torlonia, que gestiona la colección. Muchas tienen su historia particular. “Cabra en reposo”, escultura de mármol de tamaño natural, es una obra original de la antigua Roma, pero se cree que la cabeza y cuernos fueron esculpidos por el gran escultor del barroco Gian Lorenzo Bernini. Entre las maravillas de la colección, está un relieve de piedra que representa una viva escena del puerto de la antigua Roma.

La exposición se articula como un viaje, en cinco secciones, por la historia del coleccionismo de mármoles antiguos griegos y romanos, para concluir con la visión de la exedra de los Museos Capitalinos donde se reúnen la célebre estatua ecuestre de Marco Aurelio, la loba romana y los bustos donados en 1471 por la el papa Sixto IV al pueblo romano para legitimar el poder del papado en la urbe al regresar de Aviñón, queriendo marcar simbólicamente la continuidad del poder con la antigua Roma.

La donación de Sixto IV está acompañada de una inscripción calificada de “sensacional y un gesto altamente democrático”, por el comisario de la muestra, el profesor Salvatore Setis (izquierda): “Sixto IV, pontífice máximo, en su inmensa benignidad, decide restituir y asignar perpetuamente estas insignes estatuas de bronce, testimonios perennes de excelencia y de valor, al pueblo romano, de cuyo seno habían salido”, dice la inscripción del Pontífice.

Este acto fundamental marcó el inicio del coleccionismo que antes de la caída de Roma no había tenido interés. El aumento paulatino de las piezas en el Campidoglio se cristalizaría en el nacimiento del primer museo público del mundo, fundado por el papa Clemente XII en 1734. Así se completa el viaje, en el que cada pieza permite no sólo un goce estético, sino la comprensión y diferenciación en el tiempo del coleccionismo y la restauración del arte antiguo italiano.

“Nunca había visto la colección Torlonia hasta que me llamaron para comisionar esta exposición. Sentí una emoción inolvidable: rápidamente reconocí muchas de las piezas que están en el los manuales”, cuenta Salvatore Settis.

La exposición, que estará abierta al público desde el día 14 de octubre hasta el 27 de junio de 2021, y, si las condiciones sanitarias lo permiten, seguramente comenzará un tour internacional. Hay conversaciones abiertas para llevar los mármoles de los Torlonia con otros varios museos, como el Louvre, aunque nada está cerrado. Y cuando regresen a Roma, la idea es que sigan visibles al público en un nuevo Museo Torlonia en Roma. “Esta muestra es muy importante porque es el primer paso para la recuperación al público de la colección Torlonia”, asegura Settis. El fallecido príncipe Alessandro Torlonia, muy vinculado a sus esculturas, estaría satisfecho.

Fuentes: abc.es | lavanguardia.com | wallpaper.com | jornada.com.mx | yahoo.com | medium.com | clarin.com | 15 de noviembre de 2020

Impresionante hallazgo en las ruinas de Pompeya: los cuerpos de dos hombres que huían de la erupción del Vesubio

Los dos cuerpos hallados. Crédito: Ansa.

En un sorprendente hallazgo, fueron descubiertos dos cuerpos perfectamente íntegros, intactos, el de un siervo y su amo, que intentaban escapar de una de las calamidades naturales quizás más famosas de la historia: la erupción del volcán Vesubio en el año 79 d.C., que sepultó totalmente las antiguas ciudades romanas de Pompeya, Herculano y Stabia.

El hallazgo fue anunciado hoy con bombos y platillos por el Ministerio de Bienes Culturales de Italia, que destacó que al revivir la antigua técnica de los calcos de yeso, perfeccionadas, salieron a la luz detalles impresionantes, fruto de excavaciones realizadas en los últimos meses, pese al coronavirus, en las famosas ruinas pompeyanas. Pueden admirarse, en efecto, formas y curvas, lineamientos, pliegues de las túnicas, miembros y manos con las venas que aún parecen pulsar.

Foto: ANSA / LUIGI SPINA / Parco Archeologico di Pompei

"Estas dos víctimas buscaban quizás refugio en el criptopórtico (como se llamaba en la arquitectura de la antigua Roma un corredor o pasaje cubierto), donde en cambio fueron arrollados por la corriente piroclástica a las 9 de la mañana", explicó Massimo Osanna (izquierda), director del Parque Arqueológico de Pompeya, que precisó que las dos personas murieron por un shock térmico, como demuestran sus pies y manos, contraídos. "Es una muerte que para nosotros hoy es una fuente de conocimiento increíble", subrayó.

Durante la primera fase de la erupción del Vesubio, cuando la antigua ciudad romana de Pompeya fue totalmente sepultada por la lava, las primeras víctimas fueron las que quedaron atrapadas en los ambientes, debido a los derrumbes provocados por el material volcánico. De estas personas solo quedaron los esqueletos. Poco después, cuando la ciudad fue invadida por el flujo piroclástico que llenó los espacios, las personas murieron en forma instantánea, por el shock térmico. Y sus cuerpos se quedaron en la misma posición en la que fueron sorprendidas y atropelladas por la terrible corriente de fuego, como es el caso del siervo y su amo.

Detalle de uno de los cuerpos encontrados cerca de Pompeya (AP)

Sus dos cuerpos fueron hallados en el área de Civita Giuliana, a 700 metros de Pompeya. Allí en 2017 se descubrió una lujosa vivienda dotada de una gran terraza panorámica con vista al golfo de Nápoles y de Capri y hasta de una caballeriza donde se hallaron restos de tres caballos de raza. Fue debajo de esa terraza, en el criptopórtico, donde ocurrió el nuevo hallazgo.

Foto: Restos del caballo enjaezado hallados en Pompeya en 2018 (ANSA / CESARE ABBATE)

Este fue posible gracias a la técnica ideada en el siglo XIX por el arqueólogo Giuseppe Fiorelli (derecha), inventor del método para realizar los calcos de las víctimas de la erupción. Este prevé colar yeso líquido en las cavidades dejadas por los cuerpos descompuestos en el seno del material volcánico; una vez que el yeso se solidifica, se remueve el terreno que lo rodea para sacar a la luz la forma obtenida. "La arqueología ya no se estudiará en los mármoles o en los bronces, sino sobre los cuerpos de los propios antiguos, raptados por la muerte después de dieciocho siglos de olvido", escribió Fiorelli en febrero de 1863.

Desde entonces, mucha agua pasó bajó el puente. Y hasta hoy en Pompeya se han realizado más de cien calcos, entre los cuales muchos famosos, que pueden verse en vitrinas ubicadas a lo largo del parque arqueológico.

Los cuerpos

Pero los detalles aparecidos en los cuerpos salidos ahora a la luz, gracias al perfeccionamiento de la técnica, revelan mucho más, destacan los arqueólogos, los cuales, en efecto, pudieron sacar muchas conclusiones. La primera víctima es probablemente un chico de entre 18 y 23 años, de un 1,56 metros de alto. Tiene la cabeza inclinada, con los dientes y los huesos del cráneo aún parcialmente visibles; viste una túnica corta, de la que puede verse la impronta en la parte baja del vientre, con ricos pliegues. Las marcas del tejido sugieren que se trata de una tela pesada, probablemente fibras de lana, un detalle que podría avalar la nueva hipótesis que indica que la erupción, en vez de haber sido el 24 de agosto, en pleno verano, podría haber sido el 24 de octubre.

Por otro lado, la presencia de una seria de aplastamientos vertebrales, inusuales para la joven edad del chico, hace pensar que hacía trabajos pesados y que, muy probablemente, era un esclavo.

Foto: Detalle de otro de los cuerpos hallados. (Foto di Luigi Spina)

Fue durante la realización de este primer calco que se logró descubrir los huesos de un pie que revelaron la presencia de una segunda víctima. Esta se encontraba en una posición totalmente distinta, pero que ya había sido vista en otros calcos de Pompeya, con las piernas abiertas y las rodillas dobladas, las manos sobre el pecho. La forma del cuerpo, ataviada con un atuendo distinto, parecido a una capa de lana que utilizaban las personas de la nobleza, sugiere que se trata de un hombre de más edad, de entre 30 y 40 años y de 1,62 metros de alto.

"Es un descubrimiento realmente excepcional, porque por primera vez, después de más de 150 años, desde el primer uso de la técnica creada por Fiorelli, ha sido posible no solo realizar calcos perfectos de las víctimas, sino también indagar y documentar con nuevas tecnologías las cosas que llevaban en el momento en el que fueron golpeados por los vapores hirvientes de la erupción", dijo Osanna, sin ocultar su entusiasmo, en declaraciones a la agencia Ansa.

Un misterio aún parcialmente desvelado, aclara el arqueólogo, porque las excavaciones de los próximos meses probablemente nos dirán hacia dónde se dirigían estos dos hombres y, quién sabe, tal vez incluso aclaren más cuál fue su papel en la amplia y suntuosa residencia donde se han encontrado.

"Hay que subrayar también que hemos tenido suerte", dice Osanna, "porque el compartimento en el que hemos encontrado los cuerpos de los dos hombres había escapado tanto de las excavaciones de principios del siglo XX como de los ladrones de tumbas".

También aplaudió el descubrimiento el ministro de Bienes Culturales, Dario Franceschini (izquierda). "Este hallazgo extraordinario demuestra que Pompeya es importante en el mundo no solo por el gran número de turistas, sino porque es un lugar increíble de investigación, estudio y formación", dijo, al precisar que "aún quedan más de veinte hectáreas por excavar, un gran trabajo para los arqueólogos de hoy y del futuro".

Fuentes: lanacion.com.ar | Elisabetta Piqué | ansalatina.com | phys.org | 21 de noviembre de 2020