Encuentran evidencias de ocupación durante el Neolítico en la Cueva de los Casares (Guadalajara)

El pasado mes de julio los profesores de la UAH, Manuel Alcaraz Castaño y José Javier Alcolea, junto con su equipo de investigación, iniciaron unas excavaciones centradas en seguir recopilando nuevos datos sobre el contexto material de los grupos humanos responsables de la decoración paleolítica de la Cueva de los Casares situado en el valle del Linares (Guadalajara).

Tras una serie de intervenciones en estos dos últimos meses, el equipo técnico ha finalizado la temporada de investigación. Hay que recordar que los investigadores llevan estudiando la gruta desde 2014, y en estas semanas han acabado las catas que vienen realizando desde 2018 a los pies del panel principal del seno A, la zona que recoge las figuras antropomorfas más famosas del monumento.

Zambullida ritual, probablemente, de un ritual chamánico (la representación de la entrada en trance o en el mundo de los espíritus) o de un rito de iniciación.

Los objetivos de este año se han centrado en ampliar el área de excavación iniciada en 2019, con la intención fundamental de localizar más datos arqueológicos que permitan caracterizar las nuevas evidencias de ocupación humana identificadas el año pasado, y que podrían corresponderse con la época en la que se realizaron al menos una parte de las decoraciones rupestres de la cavidad.

Para ello se han recogido nuevas muestras de maderas carbonizadas que permitan proponer una datación de los niveles arqueológicos localizados Y es que las obtenidas en 2019 no fueron concluyentes en cuanto a la cronología de dichos niveles, por lo que ha sido necesario ampliar el muestreo, alcanzando un número de siete muestras de carbón individualizadas, recogidas en diferentes puntos del área de excavación.

Las muestras están ya en los laboratorios de datación de carbono 14 de las Universidades de Oxford (Reino Unido) y Colonia (Alemania), y se espera que comiencen a arrojar los primeros resultados durante 2021.

Por otro lado, los trabajos de este año también han profundizado en la reconstrucción de los paisajes vegetales que rodearon el entorno de la cavidad durante el Pleistoceno, para lo cual se han recogido numerosas muestras de sedimento para realizar análisis de fitolitos.

Los fitolitos son restos de plantas mineralizados que en ocasiones se conservan en los sedimentos de los yacimientos, pudiendo permanecer intactos durante cientos de miles de años. Previamente ya se habían recogido este tipo de muestras en la cavidad y se obtuvieron buenos resultados, por lo que se espera que el nuevo muestreo, mucho más ambicioso que los anteriores, arroje datos significativos no solo sobre los paisajes en los que vivieron los últimos neandertales y los primeros Homo sapiens que habitaron en Los Casares, sino también sobre la gestión de los recursos vegetales por parte de estas sociedades de cazadores-recolectores.

En este caso las analíticas se realizarán en la Universidad de Barcelona. Otra de las novedades de este año es la probable localización de evidencias de ocupación humana durante el Neolítico en las zonas interiores de la cavidad, y concretamente en el Seno B. Así lo indicaría el descubrimiento de cerámicas típicas de esta época en la nueva cata realizada en esta zona de la cueva, cuestión que en todo caso que deberá ser confirmada por las dataciones de carbono 14 de muestras carbonosas recogidas también en esto nuevo nivel.

Por otro lado, en los niveles correspondientes a la ocupación neandertal documentada en el Seno A, que vienen siendo excavados desde 2014, se han recuperado nuevas evidencias arqueológicas, y en concreto tres raederas musterienses realizadas en sílex y cuarcita, que vienen a engrosar el inusitado número de estas herramientas realizadas por neandertales localizado en esta zona de la cavidad.

Finalmente, y aunque en la campaña recientemente finalizada no se ha trabajado de forma específica en la documentación de las grafías rupestres de la cavidad, la localización de nuevas figuras grabadas en el Seno A se sigue produciendo aún sin quererlo, mientras se excava a los pies de sus paneles.

Así, el equipo de la Universidad de Alcalá, que se encuentra actualmente preparando una primera publicación científica sobre los nuevos trabajos de documentación gráfica en varios paneles del Seno A, ha documentado este año al menos tres nuevas figuras en el panel principal de esta zona de la cavidad, incluyendo tanto motivos animales como antropomorfos.

Aunque aún queda mucho trabajo por delante, sobre todo en cuanto a la documentación e interpretación del ingente número de grabados y pinturas presente en las paredes de Los Casares, los investigadores de la UAH se encuentran satisfechos y esperanzados con los resultados obtenidos hasta ahora.

Estos, y otros que vendrán en el futuro cercano, nos acercan cada vez más a comprender los comportamientos culturales, incluyendo aspectos simbólicos, económicos o tecnológicos, que tanto neandertales como homo sapiens desarrollaron en la cueva de Los Casares y su entorno.

Las investigaciones en Los Casares se llevan a cabo gracias a los medios económicos de los proyectos de investigación ‘MULTIPALEOIBERIA’ (ERC2018-STG-805478), financiado por el Consejo Europeo de Investigación de la Comisión Europea, y ‘PALEONTERIOR”, financiado por la Agencia Estatal de Investigación (AEI) y el Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER) a través del Ministerio de Ciencia e Innovación. Los trabajos en la cavidad cuentan con la autorización de la Viceconsejería de Cultura y Deportes de la Junta de Castilla – La Mancha y el apoyo incondicional del Ayuntamiento de Riba de Saelices.

Fuente: nuevaalcarria.com | 30 de noviembre de 2020

Los neandertales no eran más vulnerables a las toxinas del fuego que el 'Homo sapiens'

La idea de que los humanos modernos desplazaron a los neandertales porque estaban mejor protegidos contra los componentes tóxicos del humo está de nuevo en discusión. Un estudio anterior que presentó esta sugerencia ha sido refutado por la investigación genética de científicos de las universidades de Leiden y Wageningen. La nueva investigación ha sido publicada en Molecular Biology and Evolution.

Hacer y usar fuego se considera una de las innovaciones más importantes en la evolución del hombre. El fuego trajo consigo beneficios como el calor, por ejemplo, la protección contra los depredadores y una dieta más amplia, dado que hizo posible cocinar alimentos crudos y no comestibles. Las huellas de fuego no se conservan bien, por lo que no está nada claro cuándo se desarrollaron las habilidades para hacerlo y si los neandertales ya las habían tenido durante mucho tiempo.

Investigación contradictoria

Una desventaja del fuego es que expone a las personas a las sustancias tóxicas del humo. En 2016, aparecieron dos estudios genéticos contradictorios sobre si los humanos modernos o los neandertales eran más capaces de tolerar los compuestos tóxicos producidos por el fuego. Un grupo de científicos estadounidenses estudió una proteína receptora (el receptor de hidrocarburo de arilo o receptor... que responde a los componentes tóxicos del humo y es diferente en las dos especies. Concluyeron que los neandertales eran hasta mil veces más sensibles a estas sustancias tóxicas que los humanos modernos.

Sin embargo, ahora, un grupo de estudio compuesto por investigadores de Leiden, entre ellos el profesor de arqueología, Wil Roebroeks (izquierda), y el biólogo / toxicólogo molecular Jac Aarts (derecha). Junto con colegas de la Universidad e Investigación de Wageningen, ha llegado a la conclusión opuesta, basándose en el estudio de 19 genes diferentes. Descubrieron que los neandertales tenían más variantes genéticas que neutralizaban mejor los efectos tóxicos dañinos del humo que la mayoría de los humanos de hoy en día, y estas variantes genéticas protectoras son predominantemente las variantes más antiguas en términos evolutivos.

...pero ya no más

Aarts y sus colegas de Leiden y Wageningen han repetido el estudio anterior de sus colegas norteamericanos, pero han utilizado un nuevo diseño de investigación que le ha dado a su experimento un mejor enfoque de la biología humana. Usaron células humanas en lugar de las células de rata que habían usado sus predecesores. También investigaron la proteína receptora aludida con mucha más precisión, mediante un estudio de la información genética completa y original de las dos variantes comparativas de la proteína receptora. Descubrieron que no hay motivos para concluir que esta proteína receptora hiciera a los neandertales más vulnerables a las toxinas inherentes en el humo.

Fuego y biología humana

El uso prehistórico del fuego es una de las áreas focales de la investigación arqueológica de la Universidad de Leiden. Estudios anteriores en Leiden han demostrado que los primeros homínidos probablemente sobrevivieron durante muchos miles de años en Europa sin acceso al fuego. Fueron los arqueólogos de Leiden los primeros en demostrar, en 2018, el uso del fuego por los neandertales. Los arqueólogos de Leiden también destacaron el uso del fuego, a nivel mundial, para dar forma a los paisajes por parte de los cazadores-recolectores. Este estudio es actualmente de gran actualidad debido al aumento problemático de los incendios naturales en Australia y Estados Unidos.

Los nuevos hallazgos de Aarts y sus colegas tienen una importancia más amplia que solo el referido a nuestro conocimiento de los primeros homínidos. Su estudio enfatiza la importancia clave de estudiar la función de las proteínas en su contexto biológico relevante.

Fuente: Universidad de Leiden | 24 de noviembre de 2020

Descubren miles de pinturas rupestres en la selva amazónica de Colombia de hace unos 12.500 años

Una de las paredes con pinturas de la denominada "Capilla Sixtina de los antiguos" en la selva amazónica de Colombia: Marie-Claire Thomas. Wild Blue Media.

En la selva amazónica de Colombia se ha constatado que una de las colecciones de arte rupestre prehistórico más grandes del mundo es más extensa de lo que se suponía.

Aclamada como "la Capilla Sixtina de los antiguos", los arqueólogos han encontrado decenas de miles de pinturas de animales y humanos creadas hace unos 12.500 años en acantilados que se extienden a lo largo de casi 13 kilómetros.

Su datación se basa, en parte, en las representaciones de animales de la Edad de Hielo ya extintos, como el mastodonte, un pariente prehistórico del elefante que no ha vagado por Sudamérica durante al menos 12.000 años, o el paleolama, un camélido extinto, así como perezosos gigantes y équidos.

Estos animales fueron vistos y pintados por algunos de los primeros humanos en llegar a este entorno del Amazonas. Sus imágenes ofrecen un vistazo sobre una antigua civilización perdida, y, tal es la magnitud de las pinturas, que llevará varias generaciones estudiarlas.

Hay numerosas huellas de manos entre las imágenes del acantilado. Fotografía: Marie-Claire Thomas / Wild Blue Media.

El descubrimiento se realizó hace unos dos años, pero se ha mantenido en secreto hasta ahora, ya que se filmó para una serie importante de Channel 4 ( canal de televisión del Reino Unido) que se proyectará en diciembre: Jungle Mystery: Lost Kingdoms of the Amazon.

El enclave se encuentra en la Serranía de la Lindosa donde, junto con el Parque Nacional Chiribiquete, se han encontrado otras representaciones artísticas rupestres. La presentadora del documental, Ella Al-Shamahi, arqueóloga y exploradora, le dijo a The Observer: "Este lugar es tan nuevo que ni siquiera le han dado un nombre".

La paleoantropóloga Ella Al-Shamahi, presentadora de la serie Channel 4. Fotografía: Marie-Claire Thomas / Wild Blue Media

Ella habló de la emoción que supuso ver estas impresionantes imágenes creadas hace miles de años. El descubrimiento fue realizado por un equipo británico-colombiano financiado por el Consejo Europeo de Investigación. Su líder es José Iriarte, profesor de arqueología en la Universidad de Exeter y destacado experto en la historia amazónica y precolombina.

“Cuando estás allí, las emociones fluyen ... Estamos hablando de varias decenas de miles de pinturas. Se necesitarán varias generaciones para registrarlas ... Cada giro que haces, te encuentras con un nuevo muro de pinturas", dice Iriarte (izquierda).

“Podemos ver animales que ahora están extintos. Las imágenes son tan naturales y están tan bien hechas que tenemos pocas dudas de que estás mirando un caballo, por ejemplo. El caballo de la Edad de Hielo tenía una cara salvaje y fuerte. La representación es tan detallada que incluso podemos ver el pelaje del caballo. Es fascinante".

Las representaciones también incluyen peces, tortugas, lagartos y pájaros, así como personas bailando y cogidas de la mano, entre otras escenas. Una figura lleva una máscara que se asemeja a un pájaro con pico.

El sitio está en el corazón de Colombia en el área de la Serranía de la Lindosa.

El lugar donde se han encontrado es tan remoto que, después de un viaje de dos horas desde San José del Guaviare, un equipo de arqueólogos y cineastas tuvo que caminar a pie durante unas cuatro horas y evitar, de alguna manera, los habitantes más peligrosos de la región. “Los caimanes están por todas partes, y hay que mantenerse alerta, además, con las serpientes”, dijo Al-Shamahi, recordando que un enorme ofidio, conocido como lachesis o bushmaster, “la serpiente más peligrosa de las Américas, con una tasa de mortalidad del 80%, nos bloqueaba el paso a través de la jungla, pues nos habíamos retrasado en regresar y ya estaba completamente oscuro".

No tuvieron más remedio que pasar junto a esta serpiente, sabiendo que, si eran atacados, había pocas posibilidades de llegar a un hospital. "Estás en el medio de la nada, pero valió la pena al 100% ver las pinturas", agregó.

Tal como se señala en el documental, Colombia es una tierra destrozada después de 50 años de guerra civil entre las guerrillas de las Farc y el gobierno colombiano, ahora con una tregua incómoda. El territorio donde se han descubierto las pinturas estaba completamente fuera de los límites de seguridad hasta hace poco y todavía se requiere de una cuidadosa negociación para ingresar en el mismo.

Al-Shamahi dijo: “Cuando entramos en el territorio de las Farc, fue exactamente como algunos de nosotros hemos estado denuciando durante mucho tiempo. La exploración de la zona, por lo demás, no ha terminado. El descubrimiento científico no ha finalizado, y los grandes hallazgos se encontrarán en lugares en disputa u hostiles".

En cuanto a las pinturas, estas varían en tamaño. Hay numerosas huellas de manos y muchas de las imágenes están en esa escala, ya sean formas geométricas, animales o humanos. Otras son mucho más grandes.

Las pinturas se están filmando para una importante serie de Channel 4 que se proyectará en diciembre, 'Jungle Mystery: Lost Kingdoms of the Amazon'. Fotografía: Ella Al-Shamahi.

A Al-Shamahi le sorprendió también lo alto que están muchos de ellas: “Mido 1,77 metros y me rompía el cuello mirando hacia arriba. ¿Cómo habían escalado estas paredes?", se pregunta, dado que algunas de las pinturas están tan altas que solo se pueden ver mediante la utilización de drones.

Iriarte cree que la respuesta está en las representaciones de torres de madera que hay entre las pinturas, incluidas figuras que parecen saltar con cuerdas desde ellas. Y añade: “Las pinturas tienen un color terracota rojizo, si bien hemos encontramos trozos de ocre que rasparon para hacerlas”.

Al especular sobre si las pinturas tenían un propósito sagrado o de otro tipo, declaró: "Es interesante ver que muchos de los grandes animales representados aparecen rodeados de hombres pequeños con los brazos en alto, casi adorando a estos animales".

Al observar que las imágenes incluyen árboles y plantas alucinógenas, agregó: “Para los pueblos amazónicos, los no humanos como los animales y las plantas tienen alma, y ​​se comunican y se relacionan con las personas de manera cooperativa u hostil a través de los rituales y prácticas chamánicas, las cuales vemos representadas en el arte rupestre".


Al-Shamahi concluye: “Una de las cosas más fascinantes fue ver la megafauna de la Edad de Hielo, dado que la misma es un indicador del tiempo. No creo que la gente se dé cuenta de que el Amazonas ha cambiado en su apariencia. No siempre ha sido esta selva tropical. Cuando miras un caballo o un mastodonte en estas pinturas, resulta claro que no vivían en un entorno selvático. Eran demasiado grandes. En consecuencia, no solo están dando pistas sobre cuándo fueron pintados por algunas de las primeras personas que ocuparon este lugar, lo que, en sí mismo, es simplemente alucinante, sino que también están dando pistas sobre cómo pudo haber sido este lugar, el cual sería más parecido a una sabana".

Iriarte sospecha que hay muchas más pinturas por encontrar: “Solo estamos rascando la superficie”. El equipo volverá tan pronto como la pandemia del Covid-19 lo permita.

Fuentes: theguardian.com | actualidad.rt.com | dailymail.co.uk| 29 de noviembre de 2020

Un equipo de investigadores ofrece una nueva teoría sobre las figuras denominadas 'Venus paleolíticas'

Venus de Willendorf. Está datada entre los años 27.500 y 25.000 a.C Crédito: Wikimedia / CC BY-SA 3.0

Uno de los primeros ejemplos de arte en el mundo, las enigmáticas figurillas denominadas 'Venus paleolíticas', talladas hace unos 30.000 años, han intrigado y desconcertado a los científicos durante casi dos siglos. Ahora, un investigador del Campus Médico Anschutz, de la Universidad de Colorado, cree que ha reunido suficientes evidencias para resolver el misterio detrás de estos curiosos objetos tótems.

Las representaciones portátiles de figuras femeninas obesas o embarazadas, que aparecen en la mayoría de los libros de historia del arte, fueron vistas durante mucho tiempo como símbolos de fertilidad o belleza. Pero según Richard Johnson (izquierda), MD, autor principal del estudio publicado en la revista Obesity, la clave para comprender las estatuillas radica en cambio climático y la dieta.

"Algunas de las obras de arte más antiguas del mundo son estas misteriosas figurillas de mujeres con sobrepeso de la época de los cazadores recolectores en la Europa de la Edad de Hielo, donde no se esperaría ver obesidad en absoluto", dice Johnson, profesor de la Escuela de Medicina de la Universidad de Colorado, especializada en enfermedad renal e hipertensión. "Hemos demostrado que estas figurillas se correlacionan con momentos de estrés nutricional extremo".

Los primeros humanos modernos entraron en Europa durante un período de calentamiento hace unos 48.000 años. Conocidos como auriñacienses, cazaban renos, caballos y mamuts con lanzas que portaban puntas de hueso. En verano comían bayas, pescado, nueces y plantas. Pero entonces, como ahora, el clima no permaneció estático.

Venus de Hohl Fels. Hallada en sur de Alemania tiene al menos 35.000 años. Crédito: Thilo Parg / Wikimedia Commons.

A medida que las temperaturas bajaban, las capas de hielo avanzaron y se produjo el desastre. Durante los meses más fríos, las temperaturas bajaron a 10-15 grados Celsius. Algunas bandas de cazadores recolectores desaparecieron, otras se trasladaron al sur y algunas buscaron refugio en los bosques. La caza mayor había sido sobreexplotada.

Fue durante estos tiempos desesperados cuando aparecieron las figurillas obesas. Tenían entre 6 y 16 centímetros de largo y estaban hechos de piedra, marfil, cuerno y, ocasionalmente, arcilla. Algunas estaban enhebradas y usadas ​​como amuletos.

Johnson y sus coautores, el profesor (retirado) de antropología John Fox, de la American University of Sharjah en los Emiratos Árabes Unidos, y el profesor asociado de medicina Miguel Lanaspa-García, de la Facultad de Medicina de la Universidad de Colorado, midieron las proporciones de la cintura-cadera y la cintura-hombro de las estatuillas y descubrieron que las que se encontraban más cerca de los glaciares eran las más obesas en comparación con los que estaban más alejadas. Creen, pues, que las figurillas representaban un tipo de cuerpo idealizado para las difíciles condiciones de vida reinantes.

Venus de Dolní Věstonice. República Checa. Datada entre el 29.000 y 25.000 a. C.

"Proponemos que tales figurillas transmitían ideales de tamaño corporal para las mujeres jóvenes, y especialmente para aquellas que vivían cerca de los glaciares", declara Johnson, quien además de médico tiene una licenciatura en antropología. "Descubrimos que las proporciones de tamaño corporal eran más altas cuando los glaciares avanzaban, mientras que la obesidad disminuía cuando el clima se calentaba y los glaciares retrocedían".

La obesidad, según los investigadores, se convirtió en una condición deseada. Una mujer obesa en tiempos de escasez podría gestar un hijo durante el embarazo mejor que una que sufre desnutrición. De modo que las figurillas pueden haber estado imbuidas de un significado espiritual: una especie de fetiche o encanto mágico que podría proteger a una mujer durante el embarazo, el parto y la lactancia.

Venus de Grimaldi. Italia. Datada hacia el 22.000 a.C.

Muchas de las figurillas están gastadas, lo que indica que eran reliquias heredadas de madre a hija de generación en generación. Las mujeres que llegaban a la pubertad o accedían a las primeras etapas del embarazo pudieron haberlas recibido con la esperanza de adquirir la masa corporal deseada para asegurar un parto exitoso.

"El aumento de grasa corporal proporcionaría una fuente de energía durante la gestación y a través del destete del bebé, así como un aislamiento del frio muy necesario", afirman los autores.

Promover la obesidad, dice Johnson, aseguraba que el grupo humano podía continuar otra generación en condiciones climáticas precarias.

Venus de Lespugue. Francia. Datada entre 26.000 y 24.000 a.C.

"Las figurillas surgieron como una herramienta ideológica para ayudar a mejorar la fertilidad y la supervivencia de la madre y los recién nacidos", sostiene Johnson. "La estética del arte, por lo tanto, tuvo una función significativa al enfatizar la salud y la supervivencia, a fin de adaptarse a unas condiciones climáticas cada vez más austeras".

El éxito del equipo en acumular evidencias para respaldar su teoría provino de la aplicación de medidas de la ciencia médica a datos arqueológicos y modelos de comportamiento de la antropología.

"Este tipo de enfoques interdisciplinarios están ganando impulso en las ciencias y son muy prometedores", concluye Johnson. "Nuestro equipo también tiene otros temas de arte y migración de la Edad de Hielo en su mira de investigación".

Fuente: phys.org | 1 de diciembre de 2020

Entrevista a Sebastián Vargas: «Las termas mayores de Itálica no son las de Caracalla pero fueron lujosísimas»

Sebastián Vargas apoyado en uno de los muros del Alcázar de Sevilla - Manuel Gómez

Sebastián Vargas Vázquez ha revelado aspectos desconocidos y muy atractivos sobre el Traianeum, las termas mayores y unas presuntas termas en el entorno del santuario dedicado a Trajano, lo que le concederían a la ciudad de los emperadores un potente valor simbólico, político y elitista.

–Empecemos por el Traianeum, ¿Fue tan grande como un campo de fútbol?

–El terreno de juego de un campo de fútbol actual cabría perfectamente dentro del terreno que ocupa el santuario.

–¿Y fue tan esplendoroso como el foro de Trajano en Roma?

–Las características que tuvo lo hicieron un edificio muy potente, costeado y lujoso, posiblemente pagado por el propio emperador y las aportaciones de las élites italicenses. Debió ser un templo muy importante y como nos ocurre con la Catedral de Sevilla, aquello debió ser una montaña de mármol.

–Según sus investigaciones no fue levantado por Trajano.

–Estamos seguro de que fue obra de Adriano y que está dentro del proyecto que el propio emperador diseñó para la nueva ciudad, para la ampliación de la vieja Itálica.

–¿Qué quiso hacer Adriano con un edificio de tan potentes características?

–En primer lugar, elevar a Itálica al nivel de grandes ciudades imperiales como Atenas, Alejandría, Tarragona o Córdoba. Pero no impulsado por una ambición megalómana, sino generando un foco de espiritualidad de primer nivel dedicado al culto al emperador.

–Es curioso. Al parecer tuvo una doble función: foro y templo para el culto imperial. Me recuerdan a las catedrales del gótico, que sirvieron de mercado, de foro y de uso religioso…

–Exactamente. En el Traianeum se concentran el uso religioso y la función de foro, de centro de reunión para socializar en general, donde las élites se hacen notar con importantes donaciones, ofrendas y dedicatorias.

–El Traianeum estuvo levantado con los mejores mármoles del imperio, tuvo en sus exedras o capillas estatuas de hasta ocho metros de altura y las tejas de mármol pesaban 60 kilos cada una. Debió ser tan imponente como el Vaticano.

–Así es. Además, aprovecha un punto topográfico concreto, para que el santuario se viera desde la lejanía, como un potente foco de atracción. Cada vez estamos más seguros que aquel templo no estuvo dedicado sólo a Trajano o a Adriano, sino a toda la dinastía, incluyendo a Nerva y al propio Trajano pater.

–¿Cree que es necesario levantar ex novo el Traianeum para que Itálica sea declarada Bien Mundial por la Unesco?

–Es necesario recuperar el edificio, restaurando restos consolidados y diseñar un programa de musealización. Pero en absoluto hablamos de hacer un edificio ex novo.

Me como la entrevista y no hablamos de las termas mayores. ¿Me las describe periodísticamente?

–Fue otra gran inversión que dejó en Itálica un edificio con termas, palestra y, posiblemente, biblioteca. También abundó el mármol, las estatuas y los mosaicos. Y pavimentos de opus sectile, suelos que formaban figuras geométricas.

–Se lo pregunto de otra forma: ¿Las termas mayores de Itálica son comparables a las de Caracalla?

–Las de Caracalla son dos veces mayores que las de Itálica, pero teniendo en cuenta el tipo de ciudad que era Itálica, le aseguro que eran desmesuradas y lujosísimas.

–El caso es que además de estas termas mayores había otra en la ciudad vieja, en la que fundara Escipión. ¿No era desmesurado?

–Efectivamente porque esas viejas termas ya eran de por sí un complejo de grandes dimensiones, aunque en comparación con ésta, la escala era menor.

Termas Mayores de Itálica (recreación). Se encontraban en la 'nova urbs', y ocupaban una extensión de unas 32.000 metros cuadrados.

–¿Qué falta por excavar de esas termas mayores?

–Gran parte del recinto termal, la palestra y el edificio del fondo de la palestra que es el que pudiera ser la biblioteca.

–Decididamente Itálica perdió la cabeza con el agua. Porque ustedes no descartan la posibilidad de que otras termas estarían ubicadas cerca del Traianeum

–Es una hipótesis de trabajo en base a restos arqueológicos documentados por Pilar León en los años ochenta. A todo ello hay que añadir las termas privadas de algunas de las domus de la ciudad.

–¿Se nos escapa algo en la explicación que motiva que Adriano realizara un esfuerzo inversor tan grande en Itálica?

–Hay datos por resolver. Pero es cierto que Adriano quiere dignificar la ciudad de los emperadores, incluso cediéndole el nuevo estatus de colonia a la ciudad, que podemos entender como una refundación a lo grande de Itálica. Quizás, sin ese nuevo estatuto, el Traianeum no hubiera sido posible.

–Imagino que, en una ciudad como aquella, las élites se instalaron para estar presentes en un espacio de prestigio. Algo así como tener un palacete en Madrid…

–Tuvo que ser muy prestigioso tener casa y formar parte de un proyecto imperial. Era el lugar donde había que estar.

El arqueólogo estuvo nueve años en las excavaciones de la villa romana de Tívoli - M. Gómez.

Villa Tívoli

Arqueólogo, investigador contratado por la Hispalense, escribió su tesis en la Complutense y la leyó en la Universidad Pablo de Olavide, amadrinado por Guadalupe López y Pilar León. El trabajo de licenciatura tuvo por objeto el estudio de los mosaicos geométricos de la vieja Hispania. Hizo realidad el sueño de muchos arqueólogos interesados en la Roma imperial: excavar durante nueve años en la villa Tívoli, el sueño helenístico de Adriano a pocos kilómetros de Roma. De Sevilla se queda con el Alcázar y la biblioteca de la Casa de los Pinelos, para callejear después por las estrecheces que siempre esperan el sonido vivificante de las campanas de la Giralda. No puede con el tráfico y el desorden urbano.

Fuente:abc.es | 23 de noviembre de 2020

El estudio de un fémur izquierdo parcial del 'Sahelanthropus tchadensis' confirma que no era un homínido

El cráneo de 'Sahelanthropus tchadensis' de siete millones de años, conocido como Toumai, visto desde diferentes lados. Imagen: Didier Descouens / Wikicommons

Un pequeño equipo de investigadores de Francia, Italia y los EE. UU. ha encontrado evidencias que sugieren que el Sahelanthropus tchadensis (los expertos se refieren al cráneo de manera coloquial como “Toumai”, que significa 'la esperanza de vivir') no es un homínido y, por lo tanto, no es el antepasado humano más antiguo conocido. En su artículo, publicado en Journal of Human Evolution, el grupo describe el estudio de un hueso fosilizado de una pierna y lo que este denuestra.

Conjunto de restos encontrados por Alain Beauvilain en 2001 en el desierto de Djurab (Républica del Chad): Fuente: Nature.

En 2001, un equipo de cuatro miembros del CNAR dirigido por un francés, Alain Beauvilain, y tres colegas chadianos, Adoum Mahamat, Djimdoumalbaye Ahounta y Gongdibé Fanoné, descubrieron los restos fosilizados del Sahelanthropus tchadensis en un lugar del desierto de Djurab, en Chad. El estudio posterior de los restos, realizado por Michel Brunet y otros invetsigadores, deparó que tenían una antgüedad de entre 6,8 y 7,2 millones de años. También encontraron evidencias que indicaban que el espécimen caminaba erguido, y por lo tanto era un homínido, un ancestro humano.

Debido a esta datación, el hallazgo se describió como el antepasado más antiguo conocido (anterior al hallazgo de "Lucy", que era el antepasado más antiguo conocido hasta ese momento, con 3,2 millones de años). Las evidencias que aportó el equipo dependían principalmente del tamaño de los dientes y un foramen magno situado en posición basal en la parte posterior del cráneo (que indica que caminaba erguido). Después de que Brunet publicara un artículo en el que describía estos hallazgos, muchos especialistas se negaron a reconocer su trabajo porque había sido publicado en una revista que no fue revisada por pares y además se había negado el acceso a los restos fosilizados.

En este nuevo esfuerzo investigador, encabezado por Roberto Macchiarelli (izquierda), de la Universidad de Poitiers, se afirma haber encontrado evidencias que sugieren que el Sahelanthropus tchadensis no caminaba erguido y, por lo tanto, no era un homínido, sino que era un antepasado simio.

El trabajo ha consistido en estudiar un fémur izquierdo parcial que otros investigadores encontraron cerca del sitio donde se habían hallado los restos del Sahelanthropus tchadensis (lo suficientemente cerca como para indicar que era parte de sus restos). El estudio de este fémur indica que provenía de una criatura simiesca que caminaba a cuatro patas, como los gorilas y otros grandes simios. También señalan que el pequeño tamaño de los dientes, como argumentaron Brunet y su equipo, no es evidencia suficiente para afirmar que los restos se corresponden con un homínido; podrían provenir de una pequeña simia hembra.

El fémur parcial TM 266-01-063 de Toros-Menalla, Chad, en vistas anterior (a), posterior (b), medial (c) y lateral (d). Barra de escala = 2 cm. Crédito: R. Macchiarelli, A. Bergeret-Medina, D. Marchi et al. (2020)

En consecuencia, el nuevo estudio concluye que los resultados demuestran que los restos del denominado Sahelanthropus tchadensis no se corresponden con un homínido y, por lo tanto, no es un ancestro humano temprano.

Fuentes: phys.org | chadcradlehumanity.monsite-orange.fr | 24 de noviembre de 2020