Dientes humanos hallados en la isla de Jersey (Reino Unido) muestran el mestizaje entre el 'Homo neanderthalensis' y el 'Homo sapiens'

Los dientes que formaron parte del estudio. (Museo de Historia Natural)

Trece dientes antiguos encontrados en las costas suroeste de la isla de Jersey contienen características tanto de los neandertales como de los humanos modernos, lo que proporciona el ejemplo más sorprendente, hasta ahora, de mestizaje entre estos dos grupos humanos.

Ya es bien sabido que los neandertales y el los humanos modernos llagaron a hibridar entre ambos en Oriente Próximo, pero el nuevo análisis llevado a cabo entre estos dientes de hace más de 40.000 años en el sitio arqueológico de La Cotte de St Brelade, en Jersey, proporciona no solo la mejor ilustración física de su cruzamiento, sino que también es un buen ejemplo del mismo en una zona tan occidental de Europa, dicen los investigadores.

Descubiertos entre 1910 y 1911, se asumió inicialmente que el conjunto de los 13 dientes eran restos de un neandertal, pero investigadores del Museo de Historia Natural de Londres, del Instituto de Arqueología de la UCL, de la Universidad de Kent y de otras cuatro instituciones se reunieron recientemente para volver a examinar los mismos y el resultado es, en primer lugar, que provienen de dos individuos diferentes.

En segundo lugar, se ha concluido que, si bien todos los dientes tienen características y dimensiones consistentes con las de los neandertales, varios de ellos carecen de tales características. De hecho, ciertos aspectos de su forma son típicos de los humanos modernos, el Homo sapiens.

Uno de los dientes neandertal que muestra características propias del 'Homo sapiens'.

Los investigadores utilizaron tomografías computarizadas (TC) de los dientes para estudiarlos con un nivel de detalle que no ha estado disponible para los investigadores en el pasado, y el trabajo ha sido publicado en el Journal of Human Evolution.

Sabemos por el trabajo de datación realizado en el yacimiento que los dientes tienen menos de 48.000 años, por lo que podrían ser algunos de los restos neandertales más jóvenes que se conocen (se cree que los neandertales desaparecieron hace unos 40.000 años).

También se sabe que los humanos modernos llegaron a coincidir con los neandertales en algunas partes de Europa después de hace 45.000 años. En consecuencia, las características inusuales de estos individuos híbridos sugieren que la población de Jersey podría haber tenido una ascendencia dual.

Chris Stringer (izquierda), un experto en evolución humana del Museo de Historia natural de Londres, dice: “Estos dientes tienen menos de 48.000 años, lo que los sitúa en el marco de tiempo en el que los neandertales y el Homo sapiens se superponían. Se suma, pues, la posibilidad de que hubiera una población con ascendencia mixta, y esta idea de una población híbrida podría probarse examinando el ADN antiguo de los dientes, lo que esperamos hacer en el futuro".

“Hemos encontrado las mismas combinaciones inusuales de rasgos neandertales y humanos modernos en todos los dientes. Las raíces de los dientes se ven muy neandertales, mientras que el cuello y las coronas se parecen mucho más a los de los humanos modernos".

“Por ejemplo, las raíces de los dientes apenas están separadas entre sí, como en los neandertales, mientras que la falta de la cresta media del trigonio, que une las cúspides dentales, es típica de los molares modernos. Mi conjetura es que la influencia humana moderna proviene de España y el sur de Francia”, explica Stringer.

La cueva de La Cotte de St Brelade, Jersey. Imagen de Man Vyi. Wiki Commons. La arqueología neandertal está bien conservada en La Cotte de St Brelade, en Jersey, y abarca hasta 200.000 años de la Edad del Hielo.

Las excavaciones llevadas a cabo en el lugar entre 1911 y 1920 proporcionaron más de 20.000 herramientas de piedra del Paleolítico Medio (asociadas con los neandertales en Europa). Los huesos de la megafauna de la Edad de Hielo, como el mamut y el rinoceronte lanudo, también se han encontrado allí, así como los únicos fósiles humanos neandertales tardíos conocidos en las Islas Británicas.

Olga Finch (derecha), conservadora de arqueología de Jersey Heritage, dice: “La Cotte de St Brelade es un sitio de gran importancia y continúa revelando historias sobre nuestros antiguos predecesores. 'Jersey Heritage' ha realizado una gran inversión para asegurar La Cotte contra los desafíos que plantea el cambio climático, y, además, continúa el trabajo de buscar fondos para una mayor protección e investigación en este antiguo lugar, donde hay mucho más esperando ser descubierto''.

Fuentes: nhm.ac.uk | inews.co.uk | bailiwickexpress.com | bbc.com | 1 de febrero de 2021

El hallazgo de un resto óseo animal con grabados se estima como la prueba más antigua del uso de símbolos por los seres humanos

Fotografía de los grabados en el resto óseo de un bovino. Crédito Marion Prévost.

Si bien los científicos e historiadores han supuesto durante mucho tiempo que los grabados en piedras y huesos se han utilizado como una forma de simbolismo que se remonta al período Paleolítico Medio (250.000-45.000 a. C.), los hallazgos que respaldan esa teoría son extremadamente raros.

Un descubrimiento reciente realizado por arqueólogos de la Universidad Hebrea y la Universidad de Haifa, junto con un equipo del Le Centre National de la Recherche Scientifique, en Francia, ha descubierto evidencias de lo que puede ser el primer uso conocido de símbolos. Dichos símbolos se encontraron en un fragmento de hueso en la región de Nesher Ramla, en el centro de Israel, y se cree que tienen aproximadamente 120.000 años de antigüedad.

El descubrimiento de depresiones en un lecho de roca sólida durante la construcción de una fábrica de cemento llevó al equipo de la Universidad Hebrea a investigar el lugar.

Sorprendentemente, el fragmento permaneció en gran parte incólume y los investigadores pudieron detectar seis grabados similares en un lado del hueso, lo que los llevó a creer que estaban en posesión de algo que tenía un significado simbólico o espiritual. El hallazgo, que se ha publicado recientemente en la revista científica Quaternary International, fue descubierto entre un alijo de herramientas de pedernal y huesos de animales expuestos durante las excavaciones arqueológicas realizadas en el lugar referenciado.

Los arqueólogos descubrieron fragmentos óseos de animales mientras trabajaban en el yacimiento al aire libre de Nesher Ramla, el cual se remonta a la era del Paleolítico Medio, y en el que se encontró el hueso grabado.

El Dr. Yossi Zaidner (izquierda), del Instituto de Arqueología de la Universidad Hebrea, dijo que el yacimiento probablemente se usó como un campamento o un lugar de reunión de los cazadores-recolectores del Paleolítico en el que luego sacrificarían los animales que capturaban. Se cree que el hueso identificado proviene de un gran uro salvaje ya extinto, una especie de bóvido muy común en Oriente Próximo en ese momento.

Mediante la utilización de imágenes tridimensionales, métodos microscópicos de análisis y reproducción experimental de grabados en el laboratorio, el equipo pudo identificar seis grabados diferentes con una longitud de 38 a 42 milímetros. La Dra. Iris Groman-Yaroslavski (derecha), de la Universidad de Haifa, explica: "Basándonos en nuestro análisis de laboratorio y el descubrimiento de elementos microscópicos, podemos suponer que alguien de estos tiempos prehistóricos empleó una herramienta afilada de pedernal para realizar los grabados".

Los autores del artículo enfatizan que su investigación deja muy claro que los grabados fueron hechos intencionalmente por el hombre y no pueden haber sido el resultado de las actividades de descuartizamiento de los animales o de procesos naturales sucedidos durante milenios. Señalaron el hecho de que las ranuras de los grabados tienen una forma de U clara y son lo suficientemente anchas y profundas como para que pudieran haber sido hechas por una persona que no tuviera la intención clara de tallar líneas en el hueso.

El análisis también permitió determinar que el trabajo fue realizado por un artesano diestro y en una sola sesión de trabajo.

Se utilizaron imágenes tridimensionales para analizar el fragmento de hueso grabado, lo que permitió al equipo ver una vista detallada de los mismos. El equipo involucrado en el estudio también señaló que su análisis demuestra que las marcas se hicieron intencionalmente y no mientras se mataba al animal.

La profesora Marion Prévost (izquierda), del Instituto de Arqueología de la Universidad Hebrea, dice que todos los indicios indican que había un mensaje definido detrás de los grabados que están en el hueso. "Rechazamos cualquier suposición de que estos surcos fueran una especie de garabatos inadvertidos. Este tipo de obra grabada no se ha visto con semejante nivel de atención tan al detalle".

Pero, ¿cuál sería el mensaje que hay detrás de las seis líneas grabadas en el hueso? Los autores escriben: "Estos grabados son muy probablemente un ejemplo de actividad simbólica y, además, es el ejemplo más antiguo conocido de este tipo de mensaje utilizado en el Levante. Presumimos que la elección de este hueso en particular estaba relacionada con el estatus del animal dentro de la comunidad de los cazadores-recolectores, y es indicativo, por tanto, de la conexión espiritual que estos mantenían con los animales que mataban".

El Dr. Zaidner concluye: "Es justo decir que hemos descubierto uno de los grabados simbólicos más antiguos jamás encontrados en la Tierra, y es, en consecuencia, el más antiguo del Levante. Este hallazgo tiene implicaciones muy importantes para comprender cómo se desarrolló la expresión simbólica en los seres humanos. Al mismo tiempo, aunque todavía no es posible determinar el significado exacto de estos símbolos, esperamos que la investigación continúe revelando detalles clave al respecto".

Fuentes: phys.org | dailymail.co.uk | 3 de febrero de 2021

Sacan a la luz en Taposiris Magna (Alejandría, Egipto) 16 tumbas grecorromanas, una de ellas con una momia con "lengua de oro"

En el centro, una de las momias con una lengua de oro descubierta en Taposiris Magna. Ministerio de Antigüedades de Egipto.

La misión egipcio-dominicana de la Universidad de Santo Domingo, encabezada por la arqueóloga Kathleen Martínez, ha descubierto dieciséis enterramientos del periodo grecorromano con sus respectivas momias en la necrópolis de Taposiris Magna, al oeste de la ciudad mediterránea de Alejandría.

En un comunicado, el Ministerio de Turismo y Antigüedades de Egipto informó del descubrimiento de estos pozos funerarios decorados con motivos "de la época griega y romana", donde se encontró un número no especificado de momias "en mal estado de conservación" que dan pistas de las características de la calidad de la momificación en ese periodo.

Las momias estaban cubiertas con restos de cartonaje dorado y se encontraron amuletos de láminas de oro en forma de lengua, que se colocaban en la lengua del difunto durante el ritual funerario para asegurar que pudiera hablar en el otro mundo ante el dios Osiris, encargado de juzgar a los muertos.

En declaraciones recogidas en la nota, Martínez explicó que "una de las momias estaba cubierta con decoraciones de oro que representan al dios Osiris, mientras que otra llevaba la corona de Atef, decorada con cuernos y una cobra en la frente; y que en el pecho de la última momia también se descubrió un collar dorado con la forma de halcón, el símbolo del dios de los cielos egipcio Horus".

Por su parte, el director general del departamento de Antigüedades de Alejandría, Jaled Abu al Hamd, señaló en el comunicado que a lo largo de esta temporada la misión egipcio-dominicana hizo varios descubrimientos importantes en el sitio, como el de una máscara funeraria de una mujer, ocho chapas de oro y ocho máscaras refinadas de mármol grecorromanas.

La Dra. Kathleen Martínez y el Dr. Glenn Godenho en el templo de Taposiris Magna. Fotografía: Arrow Media

"Durante los últimos diez años la misión encontró un importante grupo de restos arqueológicos que cambiaron la percepción del Templo de Taposiris Magna, donde se hallaron varias monedas con el nombre y la imagen de la reina Cleopatra VII dentro de los muros del templo", indica la nota. Los descubrimientos efectuados hasta el momento muestran que el templo de Alejandría fue construido por el rey Ptolomeo IV, que gobernó del 221 a.C. al 204 a.C.

Kathleen Martínez lidera desde 2005 en el complejo arquitectónico de Taposiris Magna una búsqueda incansable de la tumba de Cleopatra, quien, según la historia, se suicidó en el año 30 d.C después de que su amante, el general romano Marco Antonio, se desangrara en sus brazos. El egiptólogo Zahi Hawass, por su parte, considera que la cámara funeraria de la última reina egipcia debe estar en bajo el Agua en Alejandría y no en este yacimiento.

Fuente: elespañol.com | 1 de febrero de 2021

Las proteínas antiguas ayudan a rastrear el consumo de leche en África en la antigüedad

El pastoreo de ganado en Entesekara en Kenia, cerca de la frontera con Tanzania. A. Janzen.

Un equipo internacional de científicos ha analizado las proteínas conservadas en pequeños trozos de cálculo dental antiguos, un método que ha ayudado a trazar la compleja historia del consumo de leche en la antigüedad en África que hasta ahora había resultado casi imposible de investigar.

Gracias a la proteómica, que permite analizar pequeños trozos de proteínas conservadas en materiales antiguos, los arqueólogos han podido estudiar proteínas específicas de la leche acumuladas en el cálculo dental o sarro, el cual se forma cuando la placa dentaria no se elimina de manera efectiva y acaba calcificada con el tiempo.

En la antigüedad -al no haber cepillos de dientes-, las personas desarrollaban mucho sarro que, ahora, es una mina de oro de información sobre las dietas antiguas, ya que la placa a menudo atrapaba las proteínas de los alimentos y las conservaba durante miles de años.

Ubicación de los sitios arqueológicos muestreados en Kenia y Sudán en relación con la distribución de los principales alelos de persistencia de la lactasa encontrados en las poblaciones modernas de África. Los pequeños círculos en negro representan sitios donde se identificaron proteínas de la leche en muestras de cálculos dentales, y los pequeños círculos blancos son sitios donde las muestras no produjeron proteínas de la leche.

El estudio, publicado hoy en Nature Communications, ha sido liderado por investigadores del Instituto Max Planck para la Ciencia de la Historia de la Humanidad de Jena (Alemania) y de los Museos Nacionales de Kenia (NMK) de Nairobi (Kenia). El equipo analizó el cálculo dental de 41 individuos adultos de 13 antiguos yacimientos de pastores excavados en Sudán y Kenia y recuperó las proteínas de la leche de 8 individuos.

"Algunas estaban tan bien conservadas que fue posible determinar de qué especie animal procedía la leche. Y otras tenían muchos miles de años, lo que apunta a una larga historia de consumo de leche en el continente", afirma la autora principal, Madeleine Bleasdale (izquierda).

Las primeras proteínas lácteas halladas del estudio se identificaron en Kadruka 21, un cementerio de Sudán de hace unos 6.000 años.

Además, en el cálculo dental de otro individuo del cementerio adyacente de Kadruka 1, de hace aproximadamente 4.000 años, los investigadores también identificaron proteínas específicas de leche de cabra, que es "la primera prueba directa hasta la fecha del consumo de leche de cabra en África", comenta Bleasdale.

"Es probable que las cabras y las ovejas fueran fuentes importantes de leche para las primeras comunidades de pastores en entornos más áridos".

El equipo también descubrió proteínas lácteas en el cálculo de un individuo de la colina de Lukenya, un antiguo yacimiento de pastores del sur de Kenia de hace entre 3.600 y 3.200 años.

Mapa de sitios con cálculo dental que contienen proteínas de la leche. A) Área de estudio en relación con la expansión del pastoreo de ganado en África. B) Gráficos circulares que muestran el número de individuos por sitio con proteínas de la leche (sombreados) proporcionales al número total de individuos que pasaron el cribado de la base de datos de firmas orales. Neolítico: ~ 8000–5500 cal. BP ; Kerma: ~ 4450–3450 cal. BP ; Pastoral Neolítico: ~ 3500-1200 cal. BP ; Meroítico: ~ 2300–1600 cal. BP.

La investigación también analizó la singular evolución de la persistencia de la lactasa en África, un aspecto vital para entender cómo los genes y la cultura pueden evolucionar juntos. Normalmente, la lactasa -una enzima necesaria para que el organismo digiera la leche- desaparece después de la infancia, pero en algunas personas su producción persiste hasta la edad adulta; en otras palabras, estos individuos tienen "persistencia de lactasa".

En los europeos hay una mutación principal relacionada con la persistencia de la lactasa, pero en diferentes poblaciones de África hay hasta cuatro, una diferencia que los biólogos no saben muy bien cómo explicar a pesar de décadas de investigación.

Sin embargo, al combinar los hallazgos de los individuos antiguos que bebían leche con los datos genéticos obtenidos de algunos de los antiguos individuos africanos, los investigadores determinaron que los primeros bebedores de leche del continente carecían de la adaptación genética que apoya el consumo de leche en la edad adulta.

Para los autores del estudio, esto sugiere que el consumo de leche creó las condiciones que favorecieron la aparición y propagación de la persistencia de la lactasa en las poblaciones africanas, "un maravilloso ejemplo de cómo la cultura humana ha remodelado -a lo largo de miles de años- la biología humana", destaca la directora del Max Planck, Nicole Boivin (izquierda).

Pero, ¿cómo es que la gente de África bebía leche sin la enzima necesaria para digerirla? La respuesta puede estar en la fermentación: los productos lácteos, como el yogur, tienen un menor contenido en lactosa que la leche fresca, por lo que los primeros pastores podrían haber procesado la leche para obtener productos lácteos más fáciles de digerir, concluye el estudio. EFE.

Fuentes: lavanguardia.com |Instituto Max Planck | 27 de enero de 2021

Itálica sigue dando 'sorpresas': aparece un abanico romano del siglo III en un sarcófago de plomo

El abanico encontrado en Itálica. Se trata de un flabelo excepcional por la calidad de su fabricación y su gran tamaño.

Los trabajos de estudio y catalogación de la colección del Museo Arqueológico de Sevilla, impulsados por la Consejería de Cultura y Patrimonio Histórico con vistas a la rehabilitación integral de su edificio, han permitido localizar una pieza única, de valor extraordinario, de la que existen pocos ejemplares en el mundo: un abanico romano (flabellum) de marfil tipo cocarda, más conocido como paipái, fechado hacia finales del siglo III d. C.

El hallazgo procede, en concreto, de unas excavaciones realizadas en 2005 en las inmediaciones del Conjunto Arqueológico de Itálica, en la avenida de Extremadura de Santiponce (Sevilla). La singular pieza estaba depositada a modo de despedida, de ofrenda final, sobre un sarcófago de plomo de una mujer —de entre 40 y 50 años y 1,58 metros de estatura‒ ataviada, con toda probabilidad, con un rico ropaje, dado los pequeños hilos de oro descubiertos en su interior.

Enviados los materiales de dicha excavación al Museo Arqueológico de Sevilla para su estudio, las labores de catalogación llevadas a cabo ahora por el equipo de conservadores han resuelto el enigma sobre esas dos piezas de marfil de más de treinta centímetros que presentan un hueco amplio en la parte superior ‒con restos de lo que podría ser pan de oro, hecho que apuntaría la rica decoración del objeto‒, una zona intermedia trapezoidal y rematados en punta en el extremo.

"Nos llamó mucho la atención la aparición de dos elementos iguales y sin uso definido sobre un sarcófago de plomo", señala la conservadora del Arqueológico, Julia Herce. "Abrimos una investigación, estudiamos al detalle las piezas ‒morfología y materiales, principalmente‒ e hicimos consultas con otros museos para, finalmente, poder determinar que se trata de uno de los abanicos romanos de mayor tamaño conservados hasta el momento", recalca.

El flabelo presenta un buen estado, pese a encontrarse parcialmente fragmentado. Así, conserva parte de las varillas y quedan en el interior hueco restos de lo que podría ser pan de oro adheridos a una de las paredes. El país, como se denomina a la tela o piel que iría pegado al varillaje, ha desaparecido completamente dado que sería de carácter orgánico, probablemente papiro.

En el interior de la pieza se aprecian restos de lo que parece ser pan de oro.

Se trata de una pieza de gran singularidad al conocerse escasos ejemplares de estas características en todo el occidente romano, que no llegan a la decena, y sobresale por sus dimensiones, uno de los de mayor tamaño conocido. No es descartable que se trate de una pieza importada, dada su excepcional calidad. Asimismo, revela la significación social de la persona enterrada, además de una importante información de las estructuras sociales del momento de la ciudad de Itálica.

La directora del Arqueológico de Sevilla, Marisol Gil de los Reyes, ha indicado que "en el museo son incesantes las tareas de ordenación y clasificación; y en ese contexto de revisión, con la perspectiva de cambio de embalaje y traslado a áreas de reserva especializada para las colecciones más delicadas, se iniciaron las consultas bibliográficas para su mejor clasificación y se pudo reconocer esta singular pieza, tan nuestra: un abanico excepcional por el tamaño y la calidad de su fabricación".

"Una vez reconocido y puestos en contacto con otros museos ‒ha añadido Gil de los Reyes‒ fuimos mejorando el conocimiento y revalorizando esta pieza como uno de los abanicos de mayor tamaño conservados hasta el momento. Se ha procedido a su limpieza y ligera consolidación, ingresando en uno de los almacenes más especiales del Museo: el destinado a material orgánico, con las mejores condiciones de conservación recomendadas".

El abanico o paipái romano se suma ahora a las excepcionales piezas puestas en valor durante la operación de traslado de la colección del Museo Arqueológico de Sevilla, sumándose al mosaico del rapto de Europa ‒hallado en 1886 y no expuesto desde la década de los cuarenta‒, el suelo de adobe del santuario de El Carambolo, con restos de la policromía original, y dos sarcófagos infantiles de plomo, con una hermosa decoración en el exterior.

Una técnico cubre el suelo de terracota del santuario de El Carambolo, piezas que nunca han sido expuestas y que se encuentran en el Museo Arqueológico de Sevilla. RAUL CAROEFE.

La consejera de Cultura y Patrimonio Histórico, Patricia del Pozo, anunció días atrás la inversión de más de 3 millones de euros en la operación logística del traslado de piezas del Museo, a lo que suma la partida destinada a la adecuación como sede provisional de las salas del convento de Santa Inés. En este histórico espacio, se recogerá, bajo el título 'Abierto por obras' una selección única de piezas emblemáticas del Museo, así como las más recientes incorporaciones.

La consejera de Cultura, Patricia del Pozo (izquierda), obsrvando un detalle del mosaico "El rapto de Europa" en los almacenes del Museo Arqueológico de Sevilla.

Fuente:lavozdelsur.es | 30 de enero de 2021

La destreza del pulgar ayudó a impulsar el desarrollo de la cultura humana

Esta imagen esquematiza la diferencia entre el modelo humano y el de los chimpancés de los músculos del pulgar, y que los investigadores utilizaron para estudiar la evolución de la destreza del pulgar. Crédito: Profesora Katerina Harvati, Dr. Alexandros Karakostis y Dr. Daniel Haeufle.

A pesar de las antiguas ideas sobre la importancia de la evolución del pulgar en el uso y desarrollo de herramientas, todavía quedan dudas sobre cuándo surgieron exactamente la destreza manual similar a la humana y el uso eficiente del pulgar, y qué especie de homínido fue el primero en tener esta habilidad.

Ahora, los investigadores que han analizado la biomecánica y la eficiencia del pulgar en diferentes especies humanas fósiles mediante el modelado de músculos virtuales tienen una nueva perspectiva más clara sobre cuándo surgieron estas habilidades y lo que han significado para el desarrollo de una cultura humana más compleja. Los resultados de la investigación, que aparecen en la revista Current Biology, sugieren que un aspecto fundamental de la oposición del pulgar humano apareció por primera vez hace aproximadamente 2 millones de años y no se encontró en los primeros fabricantes de herramientas de piedra propuestos.

"El aumento de la destreza manual en forma de oposición eficaz del pulgar fue una de las primeras características definitorias de nuestro linaje, que proporcionó una formidable ventaja de adaptación a nuestros antepasados", dijo Katerina Harvati (izquierda), de la Universidad Eberhard Karls de Tübingen. "Es probable que sea un elemento crucial que subyace al desarrollo de la cultura compleja durante los últimos 2 millones de años, dando forma a nuestra evolución biocultural".

Los intentos anteriores de estudiar la evolución de la destreza del pulgar se habían basado en comparaciones entre la anatomía esquelética de los humanos modernos y las especies de homínidos anteriores. La suposición era que las similitudes en los restos óseos con la forma humana podrían tomarse como evidencia de destreza. En el nuevo estudio, el equipo dirigido por Harvati adoptó un enfoque nuevo y más completo.

"Nuestra metodología integra el modelado de músculos virtuales de vanguardia con un análisis tridimensional de la forma y el tamaño de los huesos", explica el primer autor y experto en biomecánica manual Alexandros Karakostis (derecha).

"Este proceso incluye el estudio preciso en 3D de las áreas de los huesos donde los músculos se unen en vida. Es importante destacar que pudimos validar las predicciones de nuestros modelos al confirmar que las diferencias observadas entre los taxones vivos (chimpancés y humanos modernos) reflejan los informes de estudios experimentales anteriores", añade.

Al aplicar este nuevo enfoque para responder a la pregunta, los investigadores demostraron que la eficiencia y la destreza del pulgar habían aumentado de manera significativa en los homínidos que vivieron hace 2 millones de años en Sudáfrica. Al mismo tiempo, encontraron que el grado de esta destreza era consistentemente más bajo en las primeras especies propuestas para la fabricación de herramientas, los Australopitecinos. Eso incluye la especie Australopithecus sediba, que también data de hace aproximadamente 2 millones de años. Esto es notable porque los investigadores habían sugerido anteriormente que las proporciones del pulgar humano del Australopithecus sediba reflejaban las capacidades de fabricación de herramientas.

La Dra. Katerina Harvati y el Dr. Alexandros Karakostis desarrollaron un método innovador para calcular la destreza manual de diferentes especies humanas.

"Una de las mayores sorpresas fue encontrar que los fósiles de manos de homínidos del sitio de Swartkrans en Sudáfrica, que datan de hace unos 2 millones de años y se atribuyen a los primeros especímenes 'Homo' o a la rama lateral extinta de homínidos Paranthropus robustus, podrían lograr una destreza en el uso del pulgar similar a la de los humanos modernos", dijo Karakostis.

Los nuevos hallazgos muestran además que las especies que surgen más tarde, que pertenecen a nuestro propio género Homo, incluidos los neandertales, así como los primeros y recientes Homo sapiens, comparten grados igualmente altos de destreza manual. Esos hallazgos se aplicaron también a la especie de cerebro pequeño Homo naledi, a pesar de que esta especie aún no se ha encontrado en asociación con herramientas de piedra.

"Estos niveles de destreza consistentemente altos en especies del género 'Homo' son indicativos del gran valor adaptativo de la oposición del pulgar para la evolución biocultural humana", dice Harvati.

Aunque los modelos empleados se basan en la función de un solo músculo y su articulación, la colocación del pulgar asociado constituye un paso fundamental para cualquier tipo de agarre de precisión durante el uso de herramientas humanas así como para muchos tipos de manipulación de alimentos de los chimpancés. Además se considera ampliamente que el músculo oponens pollicis (oponente del pulgar) ha jugado un papel central en la evolución de la destreza humana.

Los investigadores señalan que la implicación más importante de sus nuevos hallazgos es que un aumento temprano de la destreza del pulgar hace aproximadamente 2 millones de años puede haber sido la base para el desarrollo gradual de una cultura compleja. En este sentido, destacan que este período de tiempo incluye importantes desarrollos bioculturales como la aparición del linaje de Homo erectus con un cerebro grande y amplia dispersión fuera de África. Casi al mismo tiempo, los seres humanos comenzaron gradualmente a explotar los recursos animales y a depender más de las tecnologías de herramientas de piedra.

Los investigadores ahora planean mirar aún más de cerca a grupos específicos, como los neandertales, para dilucidar aún más los detalles de su destreza manual y cómo pueden haber diferido de la de los humanos modernos. También investigarán más de cerca las actividades manuales habituales de los primeros homínidos para arrojar más luz sobre los comportamientos que marcaron la transición a la producción y uso sistemáticos de herramientas entre nuestros ancestros lejanos.

Fuentes: phys.org | une-tuebingen.de | 28 de enero de 2021