Descubren dos sarcófagos de época romana en Israel

Una nueva y amplia instalación que se está construyendo en el Parque Safari de Ramat Gan será un importante complemento para su hospital de fauna salvaje. El nuevo complejo, diseñado para ofrecer servicios veterinarios avanzados a aves y mamíferos, incluye un quirófano especializado y una gran guardería de aves que proporcionará un alojamiento tranquilo y con calefacción para las frecuentes alimentaciones necesarias durante las temporadas de cría de polluelos.

Durante su construcción, la semana pasada se hizo un descubrimiento extraordinario: se encontraron dos sarcófagos únicos, antiguos ataúdes de piedra, en los movimientos de tierra.

Los veteranos trabajadores del safari presentes en ese momento dijeron que los ataúdes se habían encontrado hace años en la zona del aparcamiento del safari. En su momento, los sarcófagos se trasladaron a un lugar cercano a la clínica veterinaria y a la zona de la sabana africana, pero con el paso de los años se olvidaron y quedaron enterrados bajo la arena y la espesa vegetación.

Cuando hace unos días empezaron las obras del nuevo hospital de fauna, el contratista que trabajaba en la zona empezó a cavar. De repente, Rami Tam, jefe de la zona de la sabana africana, se dio cuenta de que los dos ataúdes sobresalían del suelo. Rápidamente llamó al director de gestión y sanidad animal, Shmulik Yedvab, que acudió a ver el hallazgo y se puso en contacto con Alon Klein y Uzi Rothstein, de la Unidad de Prevención de Robos de la Autoridad de Antigüedades de Israel. Los inspectores no daban crédito a lo que veían, y se quedaron asombrados al ver sarcófagos de este tipo en el Parque Safari. Tras un examen exhaustivo, confirmaron con entusiasmo la gran antigüedad del singular hallazgo.

A juzgar por las piedras y su ornamentada decoración, los sarcófagos estaban destinados a personas de alto estatus que, evidentemente, estaban enterradas cerca del Parque Safari.

Según los arqueólogos de la Autoridad de Antigüedades de Israel, los sarcófagos tienen aproximadamente 1.800 años de antigüedad y datan de la época romana. Están ornamentados con discos simbólicos -para proteger y acompañar al alma en su viaje al más allá- y guirnaldas de flores, utilizadas a menudo para decorar sarcófagos también en el periodo helenístico. Entre las guirnaldas hay unos espacios en blanco ovalados que, según los arqueólogos, debían rellenarse originalmente con un motivo habitual de racimos de uvas, pero por alguna razón desconocida el trabajo quedó inacabado.

Los sarcófagos, hechos de piedra local -probablemente de las colinas de Judea o de Samaria-, son imitaciones locales de los prestigiosos sarcófagos de mármol de Proconeso, en la isla turca de Mármara. Encontrados juntos, los dos sarcófagos presentan una ornamentación idéntica y es posible que hayan sido fabricados para un matrimonio o para miembros de una misma familia. Se desconoce la procedencia exacta de los sarcófagos, pero es probable que estuvieran enterrados cerca del Parque Safari, en la región de Messubim, el emplazamiento de la antigua Bnei Brak en la época romana, que conocemos por la Hagadá de Pascua.

Los ricos propietarios de los sarcófagos, enterrados con su ajuar personal, no tenían ni idea de que los ataúdes encontrarían un lugar de honor junto a jirafas, elefantes y una guardería de aves. El martes de esta semana, los sarcófagos fueron trasladados al lugar que les corresponde en los depósitos de los Tesoros Nacionales de Israel.

Fuentes: israelnoticias.com | 21 de febrero de 2021

¿Qué raro embalsamamiento le hicieron a una momia de hace 3.000 años?

La momia de una mujer llamada Meruah escondía un raro caparazón de barro. Chau Chak Wing Museum

Sir Charles Nicholson fue un hombre de múltiples facetas. Además de dedicarse a la política, tuvo tiempo de fundar la Universidad de Sydney y convertirse en explorador, anticuario y filántropo a lo largo de sus casi 100 años de vida (1808-1903). Entre 1856/7, durante un viaje a Egipto, se encaprichó del sarcófago de una momia y se hizo con el conjunto completo: ataúd, cuerpo momificado y cubierta de madera decorada.

De regreso a Australia, lo donó todo a la Universidad en 1860 hasta que los restos pasaron a formar parte del Museo Chau Chak Wing de Sydney. Los primeros análisis de la inscripción del ataúd identificaron al propietario como una mujer noble llamada Meruah.

La iconografía utilizada indicaba que el sarcófago fue realizado alrededor del año 1.000 antes de Cristo, durante la XX Dinastía (1190-1070 a.C.) que fundó Sethnajt, general de los ejércitos egipcios, y que fue la última del periodo conocido como Imperio Nuevo.

Imágenes de TC renderizadas en 3D de Meruah momificada y que muestran el caparazón de barro. (Crédito de la imagen: 2021 Sowada et al .; Cortesía del Museo Chau Chak Wing y Macquarie Medical Imaging; CC BY 4.0 )

A pesar de los diversos estudios a los que se había sometido el conjunto (el último, una tomografía computarizada realizada en 1999) nadie se había percatado de la extraña peculiaridad de la momia. Investigaciones recientes usando tecnología punta han permitido descubrir que Meruah fue recubierta con un raro caparazón de barro pintado tras su embalsamamiento, según un artóiculo ublicado en la revista PLOS ONE.

Los arqueólogos ya habían hallado ocasionalmente en el pasado cuerpos momificados entre finales del Imperio Nuevo hasta la Dinastía XXI (1294-945 a.C.) que usaban una cubierta de resina dura que protegía el cuerpo, especialmente para las momias reales de la época.

Los especialista de la Universidad Macquarie han determinado que Meruah era una joven de entre 26 y 35 años. Los escáneres corporales no revelaron genitales externos, y los órganos reproductores internos habían sido extraídos durante la momificación. Aún así, sus características óseas (huesos de la cadera, mandíbula y cráneo) sugerían claramente que se trataba de una mujer.

Las imágenes de TC muestran a la persona momificada desde diferentes ángulos. El caparazón se puede ver como una delgada línea blanca (flechas). (Crédito de la imagen: 2021 Sowada et al .; Cortesía del Museo Chau Chak Wing y Macquarie Medical Imaging; CC BY 4.0)

La datación por radiocarbono de las envolturas de lino señalan que esta persona vivió entre los años 1200 y 1113 antes de Cristo, lo que significa que el cuerpo es más antiguo que el ataúd. Los investigadores creen que los comerciantes egipcios del siglo XIX engañaron a Nicholson colocando el cuerpo en un sarcófago que no era el suyo para venderlo como un juego completo.

Los análisis también revelaron que el caparazón de barro envuelve completamente el cuerpo y está encajado en distintas capas dentro de las envolturas de lino. Las imágenes más internas indican que Meruah fue dañada relativamente poco después del embalsamamiento, y que la cubierta y algunos envoltorios adicionales se aplicaron para reunificar y restaurar el cuerpo.

¿Conjunto completo?

El equipo de arqueólogos, liderado por Karin Sowada (izquierda), de la Universidad de Macquarie, creen que el caparazón de barro les dio a quienes cuidaban a los fallecidos la oportunidad de emular las prácticas funerarias de la élite -que usaban capas de resina importada- con materiales más baratos y disponibles localmente.

"Esta concha de barro que encierra el cuerpo de una mujer embalsamada dentro de las envolturas textiles es un nuevo conocimiento que sumamos a nuestra comprensión de la momificación del antiguo Egipto", señala Sowada. Lo que aún no es posible determinar es si esta práctica estaba muy extendida en el Imperio Nuevo o si se reduce a este caso excepcional.

Fuentes: lavanguardia.com | livescience.com | 6 de febrero de 2021

Hallan en Inglaterra un fructífero asentamiento de la Edad del Hierro y restos de una villa romana

Estructura de una casa circular de la Edad del Hierro excavada por arqueólogos cerca de Wittenham Clumps, Inglaterra. Fotografía: DigVentures.

Cuando los arqueólogos comenzaron a excavar la tierra cerca de un castro de la Edad del Hierro en Wittenham Clumps, una famosa fortificación en Oxfordshire (Inglaterra), tenían la esperanza de descubrir algo de interés dado que el área ha estado ocupada durante más de 3.000 años. Pero nada los preparó para la emoción de descubrir un gran asentamiento de la Edad del Hierro con los restos de más de una docena de casas circulares que datan del 400 a. C. al 100 a. C., así como una enorme villa romana construida entre finales del siglo III y principios del IV.

Las estructuras habrían permanecido enterradas bajo el extenso paisaje verde si no fuera por una decisión de Earth Trust, la organización benéfica ambiental que cuida el entorno, de reconstruir un centro de visitantes. La investigación arqueológica fue parte de la planificación llevada a cabo al repecto.

Lisa Westcott Wilkins (izquierda), de DigVentures, una empresa social de arqueología, describió el descubrimiento como 'asombroso'. “Eran casas de personas y, obviamente, durante el último año, todos hemos pasado mucho tiempo en casa. Al contemplar toda la idea del 'hogar', a medida que surgía cada una de estas casas, pensábamos en cómo vivía la gente y cómo podría haber estado usando su espacio. Eso, para mí, era lo más emocionante. Es muy evocador".

Cuando se le preguntó si tenían grandes expectativas cuando comenzaron la excavación, dijo: “Estabamos esperanzados. Nunca se sabe con certeza. Teníamos la idea de que habría habido muchos asentamientos en la zona, pero, sinceramente, es asombroso que haya surgido tanta evidencia de la vida diaria real de las personas. Ha sido una de esas excavaciones en las que sientes que casi puedes extender la mano y tocarlas".

Chris Casswell (derecha), director del trabajo de campo de DigVentures, dijo: "Excavaciones anteriores en el área habían descubierto evidencias de colonos en la Edad del Bronce, la Edad del Hierro y la época romana, pero no teníamos idea de que iba a haber algo así. Cada una de las casas circulares de la Edad del Hierro tenía unos 10 metros de diámetro y sus habitantes habrían sido agricultores.

Las casas redondas, según explicam desde DigVentures, eran las casas típicas de la Gran Bretaña prehistórica. Se construían con postes de madera y paredes de adobe con un techo puntiagudo de paja.

Los arqueólogos encontraron también lo que llamaron “refrigeradores” de la Edad de Hierro, o sea pozos excavados en el suelo del asentamiento, y a veces dentro de los límites de las propias casas circulares, en los que se metían recipientes cerámicos (izquierda) con comida para mantenerla fría y segura.

Al menos tres cuartas partes de la villa romana todavía están enterradas, ya que supera el área de excavación que se extiende por poco más de una hectárea. Aunque las paredes de las casas se han reducido a escombros, ofrecen un plano claro de un edificio sustancial con un diseño de “corredor alado”.

Pozos en los que se guardaban recipientes con comida para manternerla 'refrigerada' y en buen estado.

La villa mide más de 30 metros de largo y cuenta con 7 columnas de base. Los arqueólogos tienen la teoría de que perteneció a una familia adinerada que se dedicaban a la granja adyacente. Coladores (derecha), cucharas, cuchillos, una pala y ollas, son algunos de los artefactos domésticos que fueron identificados dentro de la villa. Sin embargo, piezas como una espátula quirúrgica, que probablemente servía para untar aceite en heridas, y cepillos de hueso, demuestran el alto estatus de los antiguos habitantes.

Los arqueólogos también encontraron al menos dos cementerios romanos con más de 40 tumbas y hornos de secado de maíz construidos en piedra. Otros hallazgos recuperados hasta ahora incluyen vasijas de la Edad del Hierro bien conservadas y dos peines de hueso romanos, instrumentos quirúrgicos y muchos fragmentos de cerámica.

Restos de un adulto hallado en el cementrio romano. Fue claramente decapitado, puesto que colocaron la cabeza a los pies.

Espátula médica. Foto: Dig Aventures

Uno de los peines de hueso encontrado junto a la cabeza de alguien que fue enterrado en Oxfordshire hace casi 2.000 años. Tiene dientes más anchos en un lado y más estrechos en el otro, al igual que los peines modernos de hoy en día. Es increíblemente delicado y es sorprendente que haya sobrevivido casi intacto.

Westcott Wilkins dijo que "los peines de hueso eran artículos personales muy hermosos que estaban en un estado de conservación muy alto".

Igualmente se ha encontrado evidencia de una estructura con muchos ladrillos y tejas, y los arqueólogos piensan que podría ser algún tipo de horno en el que quizás se tostaba maíz. Se está a la espera de más análisis a fin de determinar cuál era su finalidad.

Posible estructura de un horno para el tostado de maíz.

Casswell añade: “Era un asentamiento importante de la Edad del Hierro. Probablemente, no se puede considerar una sorpresa, puesto que estamos justo al pie de Wittenham Clumps, un enorme castro fortificado. El asentamiento, muy posiblemente, continúe en el paisaje más allá de donde hasta ahora hemos mirado".

“Por lo general salimos y hacemos geofísica, lo que nos proporciona una imagen de lo que podría haber bajo tierra, pero en este lugar no se obtuvo nada. Sólo se mostraron un par de anomalías, por lo que se puede considerar el hallazgo como completamente inesperado".

Jayne Manley (izquierda), directora ejecutiva de Earth Trust, dijo: “El prominente castro de la Edad de Hierro, edificado por nuestros antepasados ​​en Wittenham Clumps es una característica icónica del paisaje local. Estamos muy entusiasmados con estos descubrimientos".

La organización ahora está buscando formas de dar vida a estos pueblos antiguos, una vez finalizada la excavación, mediante la creación de tres réplicas de casas redondas de la Edad del Hierro y así mostrar a los visitantes cómo podría haber sido el asentamiento.

Réplicas de casas circulares, como estas en Castell Henllys, en Pembrokeshire, se construirán una vez finalicen los trabajos de excavación. Fotografía: Premier / Alamy.

Casswell concluye: "Earth Trust ha estado tratando de promover el medio ambiente, y ahora, con suerte, también el medio ambiente histórico".

Fuentes: theguardian.com | eluniversal.com.mex | digventures.com | 14 de febrero de 2021

Confirman la existencia de un taller metalúrgico en el castro de Alava (en Salas, Asturias)

El arqueólogo Rubén Montes López, ante una muralla defensiva hallada en el castro en 2019/ Foto Fundación Valdés Salas.

En el castro de Álava (en Salas, Asturias) se trabajaban metales preciosos, como la plata, en la segunda Edad del Hierro, entre los siglos IV y II antes de Cristo. Así lo han confirmado los análisis impulsados por la Fundación Valdés-Salas tras las campañas de excavaciones realizadas en 2019 y 2020 en el castro de Alava (Salas).

En las excavaciones se halló un lote de fragmentos cerámicos que corroboran la existencia de un taller metalúrgico con manipulación de cobre y plata durante la Edad del Hierro. «Un dato que contribuye significativamente al conocimiento de las actividades económicas de los habitantes del castro, confirma la destreza de sus artesanos y resulta de particular relevancia en el contexto del noroeste peninsular, donde el trabajo de la plata en los siglos previos a la conquista romana estaba escasamente representada», señala la Fundación, que participa en el estudio del castro dentro del proyecto Beriso.

Castro de Alava. Trinchera arqueológica sobre uno de los fosos defensivos.

«Los resultados preliminares del estudio arqueométrico en curso, realizado por Ignacio Montero y Óscar García-Vuelta en el Laboratorio de Microscopía Electrónica y Microanálisis del Instituto de Historia del C.S.I.C., ha permitido constatar la existencia en el castro de Alava (Salas, Asturias), durante la Segunda Edad del Hierro (siglos IV-II a.C.), de un taller metalúrgico que trabajó metales de cobre y plata.

Para el estudio de los restos metálicos se recurrió a la técnica de espectroscopía de energía dispersiva por fluorescencia de rayos X, aplicada con espectrómetros portátiles, utilizándose también microscopía electrónica de barrido, en combinación con microanálisis por energía dispersiva de rayos X. El hallazgo de salpicaduras de plata en la superficie de estas cerámicas constituye un testimonio arqueológico excepcional, ya que a la escasez de este metal en el registro arqueológico del noroeste peninsular se suma la antigüedad que revela el contexto de recuperación de las piezas», señala la Fundación en un comunicado.

La investigación sobre las piezas prosigue actualmente, estando en curso otros procedimientos arqueométricos, como el análisis por isótopos del plomo, que permitirá aportar nueva información sobre la procedencia de las materias primas empleadas y los modos de producción de estos talleres metalúrgicos prerromanos.

Foto: Excavaciones en el castro de Alava (Salas) en agosto de 2018. S. A. / P.

Los trabajos arqueológicos en el castro de Alava, iniciados en 2018 y con dirección de campo a cargo del arqueólogo Rubén Montes López, se enmarcan en el Proyecto Beriso y están promovidos por la Fundación Valdés-Salas, que comparte patrocinio con la Fundación Banco Sabadell y la empresa minera Orovalle Minerals. En la iniciativa colaboran también el Ayuntamiento de Salas, las Universidades de Oviedo y Granada y el Instituto de Historia del C.S.I.C., a través del proyecto I+D+i del Ministerio de Ciencia e Innovación LOKI denominado Economías locales, economía imperial: El occidente de la Península Ibérica, siglos II a.C.- II d.C. que dirige la Dra. Inés Sastre.

Se trata de un proyecto que tiene por objetivo prioritario el estudio del patrimonio arqueominero y del poblamiento asociadoen época protohistórica de la comarca asturianas de Salas y Belmonte y que cuenta con la dirección científica del Catedrático de Prehistoria de la Universidad de Oviedo, Miguel Ángel de Blas, y del especialista en arqueología castreña del Museo Arqueológico de Asturias, Ángel Villa Valdés.

Fuente: lavozdetrubia.es | 3 de febrero de 2021

El arqueólogo Rafael Ramos revela detalles inéditos de la Dama de Elche en su último libro

La Dama de Elche. Hallazgo, arqueología e historia es el título del nuevo libro que acaba de publicar la editorial Almuzara. Se trata de una obra del arqueólogo Rafael Ramos, quien recoge en este volumen todos los periodos en los que la emblemática escultura ilicitana ha sido partícipe de la historia.

Explicar qué simboliza hoy y qué representó en su época la obra escultórica es uno de los objetivos de este estudio, en el que el autor analiza la pieza con exhaustividad e incluye en este proyecto todo lo conocido hasta ahora exponiendo nuevas hipótesis valientes cimentadas en el amplio conocimiento que tiene de la sociedad ibérica, de su ritualidad y de su religiosidad.

Y es que desde finales del siglo XIX hasta hoy son muchas las situaciones en las que el busto ibérico ha sido protagonista. Su hallazgo y venta generan una historia apasionante por los elementos que en ella confluyen. Entre los capítulo más curiosos de la historia de la Dama de Elche cabe destacar el que hace referencia a su salida del Museo del Louvre y su regreso a España.

La escultura antropomorfa ibera supone uno de los componentes más importantes de la llamada cultura ibérica, que permite comprenderla integrada en un fenómeno mediterráneo que se desarrolló en determinados lugares de sus territorios costeros. Pocos personajes reconocidos cubren tantos momentos históricos como lo hace la Dama de Elche. En vida fue alguien de relevancia social en su entorno, pero como pieza arqueológica supera con creces su popularidad desde el momento de su hallazgo.

El arqueólogo Rafael Ramos ante una réplica de la Dama de Elche y con uno de sus libros pueblicado: "LOS IBEROS". ANTONIO AMORÓS.

Trayectoria profesional

Rafael Ramos Fernández es arqueólogo, miembro de la Real Academia de la Historia, vicepresidente y director de la Fundación Universitaria de Investigación Arqueológica La Alcudia, profesor honorífico de la Universidad de Alicante y miembro de la Asociación Profesional de Arqueólogos de España.

Ha sido director de los museos arqueológico «Alejandro Ramos Folqués» y monográfico de La Alcudia, director del Instituto de Etnología de la Comunidad Valenciana, director de las excavaciones arqueológicas de La Alcudia, El Parque, El Promontorio y Caramoro, medalla al mérito en las Bellas Artes 1996 de la Real Academia de San Carlos, jefe del departamento de Arqueología y Prehistoria de la Facultad de Letras de la Universidad de Valencia en el CEU de Alicante, secretario de Congresos Nacionales de Arqueología y Numismática, secretario general del Consejo Valenciano de Cultura y presidente de su Comisión de Patrimonio Histórico.

Fuente: informacion.es | 11 de febrero de 2021

Se presenta en Madrid la muestra "El ingenio al servicio del poder. Los códices de Leonardo da Vinci en la corte de los Austrias"

La Comunidad de Madrid ha presentado este lunes la exposición "El ingenio al servicio del poder. Los códices de Leonardo da Vinci en la corte de los Austrias", que indaga en la influencia del genio italiano en el Renacimiento Español, y que se podrá ver en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando hasta mayo.

La comisaria de la muestra, Magoga Piñas Azpitarte, ha explicado que entre los siglos XVI y XVII, como corte de Felipe II, "Madrid se convierte en un foco de ciencia y tecnología impresionante", atrayendo a artistas, científicos y técnicos y conocimiento, como los manuscritos de Leonardo da Vinci, de los cuales en España se conservan dos que no están en la exposición, porque no han podido salir de la Biblioteca Nacional.

Según Piñas, aparte de los dos que se conservan, conocidos como los Códices Madrid, "llegaron muchos más", casi todos los que se encuentran custodiados en los mejores museos del mundo, además de los aproximadamente 20 que desaparecieron, "y hay un misterio muy grande sobre qué pasó con ellos".

"Aunque muchos volvieron a Italia y de ahí se repartieron por el mundo y otros seguramente arderían en uno de los incendios de las grandes bibliotecas", Piña ha expresado su deseo de que todavía pueda aparecer al menos "una hojita perdida" en algún archivo.

La consejera de Cultura y Turismo, Marta Rivera, ha presentado la muestra 'El ingenio al servicio del poder. Los códices de Leonardo da Vinci en la corte de los Austrias'. Una muestra inédita, que reivindica la importancia de la ciencia y la transmisión del conocimiento en la España de los Austrias y presenta un Madrid que fue foco fundamental del saber de la época. (Foto: Comunidad de Madrid)

Asimismo, ha reconocido que le gustaría que esta exposición animara a otros investigadores a seguir investigando, a raíz de la revelación de algunos indicios de qué personas pudieron consultarlos. Así, cree que todos los que trabajaron con el escultor Pompeo Leoni en las obras del Monasterio de San Lorenzo de El Escorial pudieron tener contacto con ellos, como Juan de Herrera, Jacopo da Trezzo y Juanelo Turriano.


En este sentido, la exposición cuenta la historia del paso por España durante décadas de esos códices, de los que la gran mayoría están perdidos o ya no existen, al tiempo que supone un viaje por la ciencia y la tecnología en España, especialmente alrededor de la corte de Felipe II en Madrid.

"Hubo unas patentes alucinantes", ha recalcado Piñas, quien ha destacado la máquina de vapor de Jerónimo de Ayanz, cuyos dibujos parecen muy inspirados en los manuscritos de Leonardo da Vinci. Asimismo, entre las obras expuestas ha destacado el manuscrito Los 21 libros de los ingenios y de las máquinas, "el primer tratado hidráulico que se hizo en Europa", que es "de una belleza comparable a esos manuscritos de Leonardo da Vinci".

"Queremos contar que aquí en España se hacían en esa épocas cosas muy similares, con unos inventos y unos desarrollos tecnológicos muy parecidos, y algunos de ellos tienen indicios de que pudieran quizá haber estado inspirados en esas libretas que estuvieron aquí", ha explicado. Esos indicios son, entre otros, las huellas de lectura halladas en algunas obras originales de Leonardo, con anotaciones en castellano hechas por estudiosos, una práctica habitual en la época.

Además, en la muestra se pueden ver seis dibujos relacionados con Leonardo da Vinci del archivo de la Real Academia, que, aunque son copias, algunos tienen mucho valor, como el del Combate entre un dragón y un león, que se cree que es la copia más antigua de un dibujo perdido del propio Da Vinci.

81 obras, cedidas por 23 instituciones

El ingenio al servicio del poder. Los códices de Leonardo da Vinci en la corte de los Austrias ofrece una variada selección de obras (pintura, escultura, instrumentos científicos y técnicos, manuscritos, libros, planos y grabados), procedentes de instituciones nacionales e internacionales, así como de colecciones particulares.

En total, en la exposición se han reunido 81 obras, cedidas por 23 instituciones, entre las que destacan la Biblioteca Nacional de España, el Museo Arqueológico Nacional, Patrimonio Nacional, el Museo Nacional del Prado, el Archivo General de Simancas, el Archivo Histórico de Protocolos de Madrid, la Biblioteca de la Universidad de Turín o la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando.

La muestra se completa con la edición de un catálogo, que reúne 18 artículos en los que el equipo de comisariado y otros destacados investigadores profundizan desde diferentes enfoques y perspectivas en el esplendor científico, técnico y cultural de la época y en su influencia posterior.

La exposición se complementará, a partir del 20 de febrero, con un programa de visitas guiadas gratuitas dirigidas al público adulto. Además, durante el mes de abril tendrá lugar un ciclo de conferencias, en el que se abordarán las diferentes facetas del contenido del proyecto expositivo.

En su vistia, la consejera de Cultura y Turismo, Marta Rivera de la Cruz, ha manifestado que "Madrid siempre ha sido un lugar de encuentro e intercambio de cultura y pensamiento", y ha defendido que esta característica "se ha mantenido a lo largo de los siglos y, por lo tanto, forma parte del ADN de la región".



La consejera ha invitado a los madrileños a acudir a la exposición, donde "se respetan y cumplen todas las medidas sanitarias, bajo el lema de que 'la cultura es segura'".

Fuentes: masinteresmadrid.com | comunidad.madrid | 16 de febrero de 2021

Lugar: Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, Calle Alcalá, 13, 28014 Madrid

Fechas: del 16 de febrero al 16 de mayo del 2021

Horario:

  • De martes a viernes de 10 a 14 y de 17 a 20 horas
  • Sábados, domingos y festivos de 10 a 20 horas
  • Cerrado: lunes y 1 de mayo

Organiza: Dirección General de Patrimonio Cultural de la Comunidad de Madrid

Colabora: Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, Biblioteca Nacional de España y Patrimonio Nacional

Entrada: Tarifa general: 2 €