Seqenenre-Taa II, el faraón capturado en el campo de batalla y torturado hasta morir

La doctora Sahar Saleem, junto al sarcófago del faraón Seqenenre-Taa-II para realizar una tomografía computarizada de la momia.

Seqenenre-Taa-II fue el faraón que gobernó el sur de Egipto a fines de la dinastía XVII, más o menos entre el 1558 y 1553 antes de Cristo. Esa fue una época convulsa. Los hicsos (cuyo nombre en egipcio antiguo era Heqau-Khasut, "los gobernantes de las tierras extranjeras") ocuparon la parte norte de Egipto y tomaron Avaris (actual Tell el Dabaa) como capital durante un tiempo llamado "segundo período intermedio" (1650-1550 a. C.).

Aunque los faraones mantuvieron el poder sobre el sur (con capital en Tebas), todo el territorio se vio obligado a pagar tributos a los invasores. Un papiro antiguo reveló las hostilidades entre Seqenenre y el rey de los hicsos llamado Apophis. Según el texto, Apophis envió un mensaje hostil en el que indicaba que unos ruidosos hipopótamos en un estanque en Tebas estaban perturbando su sueño en Avaris (a 644 kilómetros de distancia), y exigía que el espacio sagrado tebano fuera destruido, lo que era un grave insulto a Seqenenre-Taa II.

Guerra

Este insulto pudo haber sido el preludio de la guerra. El texto que se refiere a la misma se halla en una losa de roca tallada en Tebas. Aunque el final de la historia se perdió, el documento acaba con Seqenenre llamando a sus consejeros, quizás para iniciar las hostilidades. Deir el-Ballas, un asentamiento al norte de Tebas fundado durante el reinado de este faraón, probablemente fue la base de las campañas militares contra los hicsos.

Durante la guerra, el primogénito de Seqenenre, llamado Kamose, murió durante una batalla y tuvo que ser su hermano Ahmose quien completara la expulsión de los hicsos, a los que persiguió hasta Sharuhen (en la actual Franja de Gaza) para reunificar Egipto. Pero, ¿y Seqenenre? Su figura había desaparecido de golpe de la trama.

La momia de Seqenenre-Taa II se descubrió por primera vez en la década de 1880. Incluso entonces, los arqueólogos notaron varias heridas prominentes en el rostro del faraón. Crédito de la imagen: Sahar Saleem.

En 1881, en Deir el-Bahari (Tebas), unos arqueólogos hallaron su momia. Las inscripciones en los envoltorios de lino originales confirmaron que ese era el cuerpo de Seqenenre-Taa. Taa (o Tao) era su nombre de nacimiento y significaba "Thoth es grande", mientras que "Seqenenra" era el nombre del trono y significaba "Aquel a quien Ra ha hecho valiente".

Los investigadores del siglo XIX ya atestiguaron el estado de putrefacción del cuerpo debido a una momificación limitada, así como lesiones graves en la cabeza que sugerían una muerte violenta. Pero no había heridas en ninguna otra parte. Con el paso de los años las teorías se fueron diversificando. ¿Murió en una batalla? ¿Fue víctima de una conspiración palaciega?¿Por qué fue momificado apresuradamente?

Hubo que esperar más de un siglo pare encontrar las respuestas a todas estas preguntas. Una reciente tomografía computarizada ha revelado detalles desconocidos de sus lesiones que los embalsamadores habían ocultado hábilmente, según explican los especialistas en un artículo publicado en la revista Frontiers in Medicine.

Los rayos X confirmarían que Seqenenre fue capturado en el campo de batalla, ya que sus manos mostraban evidencias de que habían sido atadas a la espalda, evitando que pudiera escapar o defenderse de un ataque. "Esto sugiere que (el faraón) estaba en primera línea junto a sus soldados, arriesgando su vida para liberar a Egipto", dice la doctora Sahar Saleem (izquierda), profesora de radiología de la Universidad de El Cairo.

Los análisis realizados sugieren que la ejecución fue realizada por múltiples atacantes. En las pruebas se han detectado muestras de hasta cinco armas distintas de los hicsos que coincidían con las heridas del rey egipcio. "La muerte de Seqenenre fue más bien una ejecución ceremonial", indica.

"En la ejecución normal de un prisionero atado, se podría suponer que solo un asaltante ataca, posiblemente desde diferentes ángulos pero no con diferentes armas", explica Saleem, que ha trabajado en este caso junto al exministro egipcio de antigüedades, el famoso arqueólogo Zahi Hawass.

Una radiografía de la momia del faraón Seqenenre-Taa II. El cráneo y muchos de los huesos están desarticulados. Crédito de la imagen: Sahar Saleem.

El faraón tenía un gran corte en la frente, cortes alrededor de los ojos y las mejillas, y una puñalada en la base del cráneo que pudo haber alcanzado el tallo cerebral. El faraón tenía un corte de 7 cm de largo en la frente, que habría sido producido por un golpe de hacha o espada desde arriba. Esta herida por sí sola podría haber sido fatal. Otro corte potencialmente mortal, por encima del ojo derecho del faraón, tenía 3,2 cm de largo y posiblemente hecho con un hacha. Más cortes en la nariz, el ojo derecho y la mejilla derecha vinieron desde el lado derecho y desde arriba y pueden haberse realizado con el mango de un hacha o con un bastón sin filo, dijeron los investigadores.

Mientras tanto, alguien frente al rey blandió una espada o un hacha en la mejilla izquierda del faraón, dejando otro corte profundo. Desde la izquierda, un arma, probablemente una lanza, penetró en la base de su cráneo, dejando una herida de 3,5 cm de largo (3,5 cm).

Tomografía computarizada del cráneo de Seqenenre-Taa II, cuyas heridas faciales sugieren una muerte violenta de un combatiente. (Crédito de la imagen: Sahar Saleem)

Embalsamadores

Seqenenre tenía unos 40 años cuando murió y sus embalsamadores se esmeraron para ocultar sus heridas. Utilizaron un método sofisticado para tapar las lesiones de la cabeza bajo una capa de material de embalsamamiento que funcionaba de manera similar a los rellenos utilizados en la cirugía plástica moderna.

Esto implicaría que la momificación tuvo lugar en un laboratorio de momificación real y no en un lugar mal equipado, como se interpretó anteriormente. Saleem y Hawass fueron pioneros en el uso de tomografías para estudiar a faraones y guerreros del Imperio Nuevo.

Estudiaron a personajes tan ilustres como Hatshepsut, Tutankamón, Ramsés III, Tutmosis III o Ramsés II. Sin embargo, Seqenenre parece ser el único de entre este grupo que estuvo en la primera línea del campo de batalla. "Su muerte motivó a sus sucesores a continuar la lucha para unificar Egipto y comenzar el Imperio Nuevo, el período de mayor poderío del antiguo Egipto, entre los siglos XVI y XI a. C. ", concluyen.

Fuentes: lavanguardia.com | livescience.com | 22 de febrero de 2021

Descubren dos sarcófagos de época romana en Israel

Una nueva y amplia instalación que se está construyendo en el Parque Safari de Ramat Gan será un importante complemento para su hospital de fauna salvaje. El nuevo complejo, diseñado para ofrecer servicios veterinarios avanzados a aves y mamíferos, incluye un quirófano especializado y una gran guardería de aves que proporcionará un alojamiento tranquilo y con calefacción para las frecuentes alimentaciones necesarias durante las temporadas de cría de polluelos.

Durante su construcción, la semana pasada se hizo un descubrimiento extraordinario: se encontraron dos sarcófagos únicos, antiguos ataúdes de piedra, en los movimientos de tierra.

Los veteranos trabajadores del safari presentes en ese momento dijeron que los ataúdes se habían encontrado hace años en la zona del aparcamiento del safari. En su momento, los sarcófagos se trasladaron a un lugar cercano a la clínica veterinaria y a la zona de la sabana africana, pero con el paso de los años se olvidaron y quedaron enterrados bajo la arena y la espesa vegetación.

Cuando hace unos días empezaron las obras del nuevo hospital de fauna, el contratista que trabajaba en la zona empezó a cavar. De repente, Rami Tam, jefe de la zona de la sabana africana, se dio cuenta de que los dos ataúdes sobresalían del suelo. Rápidamente llamó al director de gestión y sanidad animal, Shmulik Yedvab, que acudió a ver el hallazgo y se puso en contacto con Alon Klein y Uzi Rothstein, de la Unidad de Prevención de Robos de la Autoridad de Antigüedades de Israel. Los inspectores no daban crédito a lo que veían, y se quedaron asombrados al ver sarcófagos de este tipo en el Parque Safari. Tras un examen exhaustivo, confirmaron con entusiasmo la gran antigüedad del singular hallazgo.

A juzgar por las piedras y su ornamentada decoración, los sarcófagos estaban destinados a personas de alto estatus que, evidentemente, estaban enterradas cerca del Parque Safari.

Según los arqueólogos de la Autoridad de Antigüedades de Israel, los sarcófagos tienen aproximadamente 1.800 años de antigüedad y datan de la época romana. Están ornamentados con discos simbólicos -para proteger y acompañar al alma en su viaje al más allá- y guirnaldas de flores, utilizadas a menudo para decorar sarcófagos también en el periodo helenístico. Entre las guirnaldas hay unos espacios en blanco ovalados que, según los arqueólogos, debían rellenarse originalmente con un motivo habitual de racimos de uvas, pero por alguna razón desconocida el trabajo quedó inacabado.

Los sarcófagos, hechos de piedra local -probablemente de las colinas de Judea o de Samaria-, son imitaciones locales de los prestigiosos sarcófagos de mármol de Proconeso, en la isla turca de Mármara. Encontrados juntos, los dos sarcófagos presentan una ornamentación idéntica y es posible que hayan sido fabricados para un matrimonio o para miembros de una misma familia. Se desconoce la procedencia exacta de los sarcófagos, pero es probable que estuvieran enterrados cerca del Parque Safari, en la región de Messubim, el emplazamiento de la antigua Bnei Brak en la época romana, que conocemos por la Hagadá de Pascua.

Los ricos propietarios de los sarcófagos, enterrados con su ajuar personal, no tenían ni idea de que los ataúdes encontrarían un lugar de honor junto a jirafas, elefantes y una guardería de aves. El martes de esta semana, los sarcófagos fueron trasladados al lugar que les corresponde en los depósitos de los Tesoros Nacionales de Israel.

Fuentes: israelnoticias.com | 21 de febrero de 2021

¿Qué raro embalsamamiento le hicieron a una momia de hace 3.000 años?

La momia de una mujer llamada Meruah escondía un raro caparazón de barro. Chau Chak Wing Museum

Sir Charles Nicholson fue un hombre de múltiples facetas. Además de dedicarse a la política, tuvo tiempo de fundar la Universidad de Sydney y convertirse en explorador, anticuario y filántropo a lo largo de sus casi 100 años de vida (1808-1903). Entre 1856/7, durante un viaje a Egipto, se encaprichó del sarcófago de una momia y se hizo con el conjunto completo: ataúd, cuerpo momificado y cubierta de madera decorada.

De regreso a Australia, lo donó todo a la Universidad en 1860 hasta que los restos pasaron a formar parte del Museo Chau Chak Wing de Sydney. Los primeros análisis de la inscripción del ataúd identificaron al propietario como una mujer noble llamada Meruah.

La iconografía utilizada indicaba que el sarcófago fue realizado alrededor del año 1.000 antes de Cristo, durante la XX Dinastía (1190-1070 a.C.) que fundó Sethnajt, general de los ejércitos egipcios, y que fue la última del periodo conocido como Imperio Nuevo.

Imágenes de TC renderizadas en 3D de Meruah momificada y que muestran el caparazón de barro. (Crédito de la imagen: 2021 Sowada et al .; Cortesía del Museo Chau Chak Wing y Macquarie Medical Imaging; CC BY 4.0 )

A pesar de los diversos estudios a los que se había sometido el conjunto (el último, una tomografía computarizada realizada en 1999) nadie se había percatado de la extraña peculiaridad de la momia. Investigaciones recientes usando tecnología punta han permitido descubrir que Meruah fue recubierta con un raro caparazón de barro pintado tras su embalsamamiento, según un artóiculo ublicado en la revista PLOS ONE.

Los arqueólogos ya habían hallado ocasionalmente en el pasado cuerpos momificados entre finales del Imperio Nuevo hasta la Dinastía XXI (1294-945 a.C.) que usaban una cubierta de resina dura que protegía el cuerpo, especialmente para las momias reales de la época.

Los especialista de la Universidad Macquarie han determinado que Meruah era una joven de entre 26 y 35 años. Los escáneres corporales no revelaron genitales externos, y los órganos reproductores internos habían sido extraídos durante la momificación. Aún así, sus características óseas (huesos de la cadera, mandíbula y cráneo) sugerían claramente que se trataba de una mujer.

Las imágenes de TC muestran a la persona momificada desde diferentes ángulos. El caparazón se puede ver como una delgada línea blanca (flechas). (Crédito de la imagen: 2021 Sowada et al .; Cortesía del Museo Chau Chak Wing y Macquarie Medical Imaging; CC BY 4.0)

La datación por radiocarbono de las envolturas de lino señalan que esta persona vivió entre los años 1200 y 1113 antes de Cristo, lo que significa que el cuerpo es más antiguo que el ataúd. Los investigadores creen que los comerciantes egipcios del siglo XIX engañaron a Nicholson colocando el cuerpo en un sarcófago que no era el suyo para venderlo como un juego completo.

Los análisis también revelaron que el caparazón de barro envuelve completamente el cuerpo y está encajado en distintas capas dentro de las envolturas de lino. Las imágenes más internas indican que Meruah fue dañada relativamente poco después del embalsamamiento, y que la cubierta y algunos envoltorios adicionales se aplicaron para reunificar y restaurar el cuerpo.

¿Conjunto completo?

El equipo de arqueólogos, liderado por Karin Sowada (izquierda), de la Universidad de Macquarie, creen que el caparazón de barro les dio a quienes cuidaban a los fallecidos la oportunidad de emular las prácticas funerarias de la élite -que usaban capas de resina importada- con materiales más baratos y disponibles localmente.

"Esta concha de barro que encierra el cuerpo de una mujer embalsamada dentro de las envolturas textiles es un nuevo conocimiento que sumamos a nuestra comprensión de la momificación del antiguo Egipto", señala Sowada. Lo que aún no es posible determinar es si esta práctica estaba muy extendida en el Imperio Nuevo o si se reduce a este caso excepcional.

Fuentes: lavanguardia.com | livescience.com | 6 de febrero de 2021

Hallan en Inglaterra un fructífero asentamiento de la Edad del Hierro y restos de una villa romana

Estructura de una casa circular de la Edad del Hierro excavada por arqueólogos cerca de Wittenham Clumps, Inglaterra. Fotografía: DigVentures.

Cuando los arqueólogos comenzaron a excavar la tierra cerca de un castro de la Edad del Hierro en Wittenham Clumps, una famosa fortificación en Oxfordshire (Inglaterra), tenían la esperanza de descubrir algo de interés dado que el área ha estado ocupada durante más de 3.000 años. Pero nada los preparó para la emoción de descubrir un gran asentamiento de la Edad del Hierro con los restos de más de una docena de casas circulares que datan del 400 a. C. al 100 a. C., así como una enorme villa romana construida entre finales del siglo III y principios del IV.

Las estructuras habrían permanecido enterradas bajo el extenso paisaje verde si no fuera por una decisión de Earth Trust, la organización benéfica ambiental que cuida el entorno, de reconstruir un centro de visitantes. La investigación arqueológica fue parte de la planificación llevada a cabo al repecto.

Lisa Westcott Wilkins (izquierda), de DigVentures, una empresa social de arqueología, describió el descubrimiento como 'asombroso'. “Eran casas de personas y, obviamente, durante el último año, todos hemos pasado mucho tiempo en casa. Al contemplar toda la idea del 'hogar', a medida que surgía cada una de estas casas, pensábamos en cómo vivía la gente y cómo podría haber estado usando su espacio. Eso, para mí, era lo más emocionante. Es muy evocador".

Cuando se le preguntó si tenían grandes expectativas cuando comenzaron la excavación, dijo: “Estabamos esperanzados. Nunca se sabe con certeza. Teníamos la idea de que habría habido muchos asentamientos en la zona, pero, sinceramente, es asombroso que haya surgido tanta evidencia de la vida diaria real de las personas. Ha sido una de esas excavaciones en las que sientes que casi puedes extender la mano y tocarlas".

Chris Casswell (derecha), director del trabajo de campo de DigVentures, dijo: "Excavaciones anteriores en el área habían descubierto evidencias de colonos en la Edad del Bronce, la Edad del Hierro y la época romana, pero no teníamos idea de que iba a haber algo así. Cada una de las casas circulares de la Edad del Hierro tenía unos 10 metros de diámetro y sus habitantes habrían sido agricultores.

Las casas redondas, según explicam desde DigVentures, eran las casas típicas de la Gran Bretaña prehistórica. Se construían con postes de madera y paredes de adobe con un techo puntiagudo de paja.

Los arqueólogos encontraron también lo que llamaron “refrigeradores” de la Edad de Hierro, o sea pozos excavados en el suelo del asentamiento, y a veces dentro de los límites de las propias casas circulares, en los que se metían recipientes cerámicos (izquierda) con comida para mantenerla fría y segura.

Al menos tres cuartas partes de la villa romana todavía están enterradas, ya que supera el área de excavación que se extiende por poco más de una hectárea. Aunque las paredes de las casas se han reducido a escombros, ofrecen un plano claro de un edificio sustancial con un diseño de “corredor alado”.

Pozos en los que se guardaban recipientes con comida para manternerla 'refrigerada' y en buen estado.

La villa mide más de 30 metros de largo y cuenta con 7 columnas de base. Los arqueólogos tienen la teoría de que perteneció a una familia adinerada que se dedicaban a la granja adyacente. Coladores (derecha), cucharas, cuchillos, una pala y ollas, son algunos de los artefactos domésticos que fueron identificados dentro de la villa. Sin embargo, piezas como una espátula quirúrgica, que probablemente servía para untar aceite en heridas, y cepillos de hueso, demuestran el alto estatus de los antiguos habitantes.

Los arqueólogos también encontraron al menos dos cementerios romanos con más de 40 tumbas y hornos de secado de maíz construidos en piedra. Otros hallazgos recuperados hasta ahora incluyen vasijas de la Edad del Hierro bien conservadas y dos peines de hueso romanos, instrumentos quirúrgicos y muchos fragmentos de cerámica.

Restos de un adulto hallado en el cementrio romano. Fue claramente decapitado, puesto que colocaron la cabeza a los pies.

Espátula médica. Foto: Dig Aventures

Uno de los peines de hueso encontrado junto a la cabeza de alguien que fue enterrado en Oxfordshire hace casi 2.000 años. Tiene dientes más anchos en un lado y más estrechos en el otro, al igual que los peines modernos de hoy en día. Es increíblemente delicado y es sorprendente que haya sobrevivido casi intacto.

Westcott Wilkins dijo que "los peines de hueso eran artículos personales muy hermosos que estaban en un estado de conservación muy alto".

Igualmente se ha encontrado evidencia de una estructura con muchos ladrillos y tejas, y los arqueólogos piensan que podría ser algún tipo de horno en el que quizás se tostaba maíz. Se está a la espera de más análisis a fin de determinar cuál era su finalidad.

Posible estructura de un horno para el tostado de maíz.

Casswell añade: “Era un asentamiento importante de la Edad del Hierro. Probablemente, no se puede considerar una sorpresa, puesto que estamos justo al pie de Wittenham Clumps, un enorme castro fortificado. El asentamiento, muy posiblemente, continúe en el paisaje más allá de donde hasta ahora hemos mirado".

“Por lo general salimos y hacemos geofísica, lo que nos proporciona una imagen de lo que podría haber bajo tierra, pero en este lugar no se obtuvo nada. Sólo se mostraron un par de anomalías, por lo que se puede considerar el hallazgo como completamente inesperado".

Jayne Manley (izquierda), directora ejecutiva de Earth Trust, dijo: “El prominente castro de la Edad de Hierro, edificado por nuestros antepasados ​​en Wittenham Clumps es una característica icónica del paisaje local. Estamos muy entusiasmados con estos descubrimientos".

La organización ahora está buscando formas de dar vida a estos pueblos antiguos, una vez finalizada la excavación, mediante la creación de tres réplicas de casas redondas de la Edad del Hierro y así mostrar a los visitantes cómo podría haber sido el asentamiento.

Réplicas de casas circulares, como estas en Castell Henllys, en Pembrokeshire, se construirán una vez finalicen los trabajos de excavación. Fotografía: Premier / Alamy.

Casswell concluye: "Earth Trust ha estado tratando de promover el medio ambiente, y ahora, con suerte, también el medio ambiente histórico".

Fuentes: theguardian.com | eluniversal.com.mex | digventures.com | 14 de febrero de 2021

Confirman la existencia de un taller metalúrgico en el castro de Alava (en Salas, Asturias)

El arqueólogo Rubén Montes López, ante una muralla defensiva hallada en el castro en 2019/ Foto Fundación Valdés Salas.

En el castro de Álava (en Salas, Asturias) se trabajaban metales preciosos, como la plata, en la segunda Edad del Hierro, entre los siglos IV y II antes de Cristo. Así lo han confirmado los análisis impulsados por la Fundación Valdés-Salas tras las campañas de excavaciones realizadas en 2019 y 2020 en el castro de Alava (Salas).

En las excavaciones se halló un lote de fragmentos cerámicos que corroboran la existencia de un taller metalúrgico con manipulación de cobre y plata durante la Edad del Hierro. «Un dato que contribuye significativamente al conocimiento de las actividades económicas de los habitantes del castro, confirma la destreza de sus artesanos y resulta de particular relevancia en el contexto del noroeste peninsular, donde el trabajo de la plata en los siglos previos a la conquista romana estaba escasamente representada», señala la Fundación, que participa en el estudio del castro dentro del proyecto Beriso.

Castro de Alava. Trinchera arqueológica sobre uno de los fosos defensivos.

«Los resultados preliminares del estudio arqueométrico en curso, realizado por Ignacio Montero y Óscar García-Vuelta en el Laboratorio de Microscopía Electrónica y Microanálisis del Instituto de Historia del C.S.I.C., ha permitido constatar la existencia en el castro de Alava (Salas, Asturias), durante la Segunda Edad del Hierro (siglos IV-II a.C.), de un taller metalúrgico que trabajó metales de cobre y plata.

Para el estudio de los restos metálicos se recurrió a la técnica de espectroscopía de energía dispersiva por fluorescencia de rayos X, aplicada con espectrómetros portátiles, utilizándose también microscopía electrónica de barrido, en combinación con microanálisis por energía dispersiva de rayos X. El hallazgo de salpicaduras de plata en la superficie de estas cerámicas constituye un testimonio arqueológico excepcional, ya que a la escasez de este metal en el registro arqueológico del noroeste peninsular se suma la antigüedad que revela el contexto de recuperación de las piezas», señala la Fundación en un comunicado.

La investigación sobre las piezas prosigue actualmente, estando en curso otros procedimientos arqueométricos, como el análisis por isótopos del plomo, que permitirá aportar nueva información sobre la procedencia de las materias primas empleadas y los modos de producción de estos talleres metalúrgicos prerromanos.

Foto: Excavaciones en el castro de Alava (Salas) en agosto de 2018. S. A. / P.

Los trabajos arqueológicos en el castro de Alava, iniciados en 2018 y con dirección de campo a cargo del arqueólogo Rubén Montes López, se enmarcan en el Proyecto Beriso y están promovidos por la Fundación Valdés-Salas, que comparte patrocinio con la Fundación Banco Sabadell y la empresa minera Orovalle Minerals. En la iniciativa colaboran también el Ayuntamiento de Salas, las Universidades de Oviedo y Granada y el Instituto de Historia del C.S.I.C., a través del proyecto I+D+i del Ministerio de Ciencia e Innovación LOKI denominado Economías locales, economía imperial: El occidente de la Península Ibérica, siglos II a.C.- II d.C. que dirige la Dra. Inés Sastre.

Se trata de un proyecto que tiene por objetivo prioritario el estudio del patrimonio arqueominero y del poblamiento asociadoen época protohistórica de la comarca asturianas de Salas y Belmonte y que cuenta con la dirección científica del Catedrático de Prehistoria de la Universidad de Oviedo, Miguel Ángel de Blas, y del especialista en arqueología castreña del Museo Arqueológico de Asturias, Ángel Villa Valdés.

Fuente: lavozdetrubia.es | 3 de febrero de 2021

El arqueólogo Rafael Ramos revela detalles inéditos de la Dama de Elche en su último libro

La Dama de Elche. Hallazgo, arqueología e historia es el título del nuevo libro que acaba de publicar la editorial Almuzara. Se trata de una obra del arqueólogo Rafael Ramos, quien recoge en este volumen todos los periodos en los que la emblemática escultura ilicitana ha sido partícipe de la historia.

Explicar qué simboliza hoy y qué representó en su época la obra escultórica es uno de los objetivos de este estudio, en el que el autor analiza la pieza con exhaustividad e incluye en este proyecto todo lo conocido hasta ahora exponiendo nuevas hipótesis valientes cimentadas en el amplio conocimiento que tiene de la sociedad ibérica, de su ritualidad y de su religiosidad.

Y es que desde finales del siglo XIX hasta hoy son muchas las situaciones en las que el busto ibérico ha sido protagonista. Su hallazgo y venta generan una historia apasionante por los elementos que en ella confluyen. Entre los capítulo más curiosos de la historia de la Dama de Elche cabe destacar el que hace referencia a su salida del Museo del Louvre y su regreso a España.

La escultura antropomorfa ibera supone uno de los componentes más importantes de la llamada cultura ibérica, que permite comprenderla integrada en un fenómeno mediterráneo que se desarrolló en determinados lugares de sus territorios costeros. Pocos personajes reconocidos cubren tantos momentos históricos como lo hace la Dama de Elche. En vida fue alguien de relevancia social en su entorno, pero como pieza arqueológica supera con creces su popularidad desde el momento de su hallazgo.

El arqueólogo Rafael Ramos ante una réplica de la Dama de Elche y con uno de sus libros pueblicado: "LOS IBEROS". ANTONIO AMORÓS.

Trayectoria profesional

Rafael Ramos Fernández es arqueólogo, miembro de la Real Academia de la Historia, vicepresidente y director de la Fundación Universitaria de Investigación Arqueológica La Alcudia, profesor honorífico de la Universidad de Alicante y miembro de la Asociación Profesional de Arqueólogos de España.

Ha sido director de los museos arqueológico «Alejandro Ramos Folqués» y monográfico de La Alcudia, director del Instituto de Etnología de la Comunidad Valenciana, director de las excavaciones arqueológicas de La Alcudia, El Parque, El Promontorio y Caramoro, medalla al mérito en las Bellas Artes 1996 de la Real Academia de San Carlos, jefe del departamento de Arqueología y Prehistoria de la Facultad de Letras de la Universidad de Valencia en el CEU de Alicante, secretario de Congresos Nacionales de Arqueología y Numismática, secretario general del Consejo Valenciano de Cultura y presidente de su Comisión de Patrimonio Histórico.

Fuente: informacion.es | 11 de febrero de 2021