Vuelven a estudiar el esqueleto de un soldado hallado en la playa de Herculano y enviado por Plinio el Viejo tras la erupción del Vesubio

Un arqueólogo excava los restos del esqueleto del soldado romano durante la década de 1980. Foto: Parque Arqueológico de Herculano.

Los arqueólogos que hace cuarenta años excavaban en la playa cercana a Herculano se toparon, entre otros, con los restos de un hombre vestido de uniforme, con el rostro hundido en la arena y los brazos inclinados hacia adelante buscando protección. Era una de las trescientas víctimas a las que alcanzó la muerte mientras huían de la terrorífica erupción del monte Vesubio en el año 79 d.C.

Ahora, los arqueólogos han regresado a la antigua playa donde estas personas perdieron la vida para completar la excavación que tuvo lugar allí hace tanto tiempo. El objetivo de los nuevos trabajos será, entre otras cosas, exhumar el antiguo camino que conducía desde la playa hasta la majestuosa 'Villa de los Papiros' de Herculano, que fue propiedad del suegro de Julio César, Lucio Calpurnio Pisón Cesonino (su nombre deriva del descubrimiento de una biblioteca en la casa que conservaba 1.785 rollos de papiro carbonizados).

¿QUIEN ERA ESTE HOMBRE?

Uno de los aspectos más peculiares del yacimiento de Herculano es el hecho de que, en su caso, las condiciones de la erupción, debido a una interacción de flujos volcánicos que fue distinta a la de la cercana Pompeya, han permitido la conservación de numeroso material orgánico, desde muebles hasta telas.

En este contexto, el director del yacimiento de Herculano, Francesco Sirano (izquierda) ha estudiado los restos de una de las víctimas (catalogada por los arqueólogos como la número 26) que fue descubierta y documentada en la primera campaña de excavaciones en el yacimiento, en los años ochenta. Inicialmente identificado como un simple soldado, este hombre, que conservaba parte de su armadura y una especie de mochila rectangular colgada a su espalda en la que llevaba unas herramientas de carpintería, pudo haber jugado un importante papel en aquella tragedia. Alrededor de su cintura se descubrió, asimismo, un cinturón de cuero ricamente decorado con planchas de plata y oro, del que colgaba una espada, también decorada y provista de una hermosa empuñadura de marfil. Portaba también una daga bellamente decorada. Y junto al cadáver se descubrió un botín de monedas, doce denarios de plata y dos de oro en total, una suma considerable.

El esqueleto de Herculano tal como fue descubierto. Foto: Parque Arqueológico de Herculano.

"Pudo ser un oficial de la flota que participó en la misión de rescate lanzada por Plinio el Viejo para ayudar a la gente de los pueblos y villas enclavados en esta parte de la bahía de Nápoles", explica Sirano. Así, muy probablemente este hombre acudió a rescatar a los desesperados habitantes de Herculano, apiñados por centenares durante horas en la playa en el interior de los fornixes o contenedores para almacenamiento que normalmente se usaban para estibar redes y equipos de pesca. Pero las devastadoras oleadas de flujo piroclástico arrojadas por el volcán arrasaron con todo: casas, personas, animales y objetos a una velocidad de 80-100 kilómetros por hora, empujando a docenas de cadáveres al mar.

Restos de la espada y el cinturón que llevaba el militar. Foto: Parque Arqueológico de Herculano.

UN SOLDADO DE LA FLOTA

El análisis de los huesos del soldado ha revelado que tenía entre 40 y 45 años en el momento de su muerte, que estaba acostumbrado a la actividad física y que disfrutaba de buena salud. Pero si era un soldado ¿a qué cuerpo pertenecía? La idea de que estaba destinado en Herculano ha sido descartada, según Sirano, "porque no tenemos ningún informe sobre las guarniciones del ejército romano establecidas en la zona del Vesubio". Así que solo existen dos posibilidades: que fuera un pretoriano o un miembro de la flota de rescate enviada para salvar a los habitantes de Herculano. La presencia de pretorianos sí está documentada en la bahía de Nápoles y también en Pompeya en el siglo I d.C., añade el director, pero siempre con funciones especiales.

Sin embargo, hay dos elementos que, según los investigadores, parecen primar la hipótesis de que era un soldado de la flota: por un lado, la riqueza de su panoplia militar, que incluía armas muy similares a las encontradas en 1900 en una excavación en la villa de Bottaro, cerca de Pompeya, y que eran propiedad ​​al parecer de un oficial de alto rango o quizás incluso un almirante de la flota de Plinio el Viejo; y, por otro, los instrumentos de trabajo que llevaba en la mochila que cargaba a la espalda y que lo identificarían como un faber navalis, una figura muy importante en los barcos militares romanos: ingenieros y carpinteros altamente especializados. Y, por último, pero no menos importante, explica Sirano, está la considerable suma de dinero que llevaba consigo y el hecho de que sus huesos fueran encontrados a poca distancia de los restos de una embarcación militar.

Restos de algunas de las víctimas de la erupción del Vesubio en Herculano. Foto: iStock.

La excavación confirma, según Sirano, el gran interés arqueológico que tiene la antigua playa de Herculano, con un gran potencial para sacar a la luz nuevos elementos que contribuyan a una reconstrucción histórica y arqueológica de los cuerpos militares de la antigua Roma. Las nuevas excavaciones abarcarán un área de unos dos kilómetros y contarán con profesionales del Proyecto de Conservación de Herculano y expertos del Parque Arqueológico de Herculano.

Según los investigadores, las expectativas puestas en la nueva campaña de excavación, cuarenta años después de la primera, son altísimas. Así, a la espera de que se completen los trabajos de restauración de las armas del soldado de Herculano y den comienzo los nuevos trabajos arqueológicos en el yacimiento, todas las hipótesis permanecen abiertas.

Fuente: nationalgeographic.com.es | 12 de mayo de 2021

Hallan 250 tumbas excavadas en la roca en la necrópolis egipcia de Al-Hamidiyah

Tumbas excavadas en la roca en la necrópolis de Al Hamidiyah. Ministerio de Antigüedades de Egipto

Una misión arqueológica egipcia ha descubierto unas 250 tumbas rupestres de nobles y altos funcionarios ubicadas en la necrópolis de Al-Hamidiyah, en la provincia de Sohag, al sur del país, durante un proyecto de documentación histórica en la zona, según ha informado este martes el Ministerio de Turismo y Antigüedades.

En un comunicado, el secretario general del Consejo Supremo de Antigüedades, Mustafa Waziri explicó que las tumbas cuentan con múltiples estilos y fueron excavados en varios niveles de la montaña oriental de Sohag, donde algunas de ellas tienen uno o varios pozos de entierro y otras con un corredor que se comunica con la sala del difunto.

"Estas tumbas datan de períodos desde el final del Imperio Antiguo (3100 a.C.- 2125 a.C.) hasta el final de la época ptolemaica (309 a.C.- 30 a.C.)", precisó Waziri. El ministro también ha desvelado que uno de los enterramientos más antiguos consta de una puerta falsa, inscrita con jeroglíficos y escenas que representan al dueño de la misma realizando sacrificios y personas haciendo ofrendas a los difuntos, al tiempo que hay una entrada que conduce a una galería con un pozo funerario reutilizado en épocas posteriores.

La misión, perteneciente al Consejo Supremo de Antigüedades, también encontró un gran número de vasijas de cerámica, algunas de las cuales se usaban en las tareas diarias de la época, y otros objetos funerarios. En concreto, se han documentado vasijas esféricas de pequeño tamaño con restos de pintura amarillenta en el exterior, otras de alabastro, alfarería, restos de un espejo redondo de metal, huesos humanos y de animales, y muchos fragmentos de ánforas de llamado Periodo tardío.

Asimismo, se encontraron restos de piedra caliza con inscripciones que pueden representar placas funerarias de propietarios de tumbas que datan de finales de la Dinastía VI.

El proyecto de documentación ha registrado hasta ahora más de 300 mausoleos en la zona que son tumbas de gobernantes y empleados de la IX región del Alto Egipto, considerada uno de los centros administrativos importantes del antiguo Egipto. El centro principal de la región era la ciudad de Akhmim, y la deidad principal de la región era el dios "Min".

Los arqueólogos esperan hallar más tumbas antes de que el proyecto esté finalizado.

Fuentes: elespañol.com | abc.es | 12 de mayo de 2021

La mayoría de las historias sobre el antepasado común de humanos y chimpacé no son compatibles con los fósiles de simios conocidos

El último ancestro común de los chimpancés y los humanos representa el punto de partida de la evolución ambos. Los fósiles de simios juegan un papel fundamental a la hora de reconstruir la naturaleza de nuestra ascendencia simia. Crédito de la imagen: Christopher M. Smith.

Comprender los orígenes del linaje humano (homínidos) requiere reconstruir la morfología, el comportamiento y el entorno del último antepasado común de chimpancés y humanos. En una nueva investigación, los paleoantropólogos del Museo Americano de Historia Natural y de otros lugares observaron los principales descubrimientos en esta área desde los trabajos de Charles Darwin y concluyeron que la morfología de los simios fósiles era variada y que es probable que el último antepasado simio compartido tuviera su propio conjunto de rasgos, diferentes de los de los humanos modernos y los simios modernos.

Los humanos se separaron de los simios, específicamente, el linaje de los chimpancés (género Pan), en algún momento entre hace 9,3 y 6,5 millones de años, al tiempo que el bipedalismo habitual evolucionó tempranamente en los homínidos.

Para comprender los orígenes de los homínidos, los paleoantropólogos tienen como objetivo reconstruir las características físicas, el comportamiento y el entorno del último ancestro común de humanos y chimpancés.

“En 'The Descent of Man' en 1871, Charles Darwin especuló que los humanos se originaron en África a partir de un antepasado diferente de cualquier especie viviente. Sin embargo, se mantuvo cauteloso dada la escasez de fósiles en ese momento”, dice el Dr. Sergio Almécija (izquierda), investigador de la División de Antropología del Museo Americano de Historia Natural.

"150 años después, se han encontrado posibles homínidos en África central y oriental, y algunos afirman que incluso en Europa. Además, más de 50 géneros de simios fósiles ahora están documentados en África y Eurasia".

"Sin embargo, muchos de estos fósiles muestran combinaciones de mosaicos de características que no coinciden con las expectativas de los antiguos representantes de los linajes modernos de simios y humanos. Como consecuencia, no existe un consenso científico sobre el papel evolutivo desempeñado por estos simios fósiles".

La historia evolutiva de los simios y los humanos es en gran parte incompleta: mientras que las relaciones filogenéticas entre las especies vivas pueden recuperarse utilizando datos genéticos, la posición de la mayoría de las especies extintas sigue siendo polémica; sorprendentemente, quedan por descubrir fósiles suficientemente completos que puedan atribuirse a los linajes de gorilas y chimpancés; asumir diferentes posiciones de los simios fósiles disponibles, o ignorarlos debido a la incertidumbre, afecta notablemente a las reconstrucciones de nodos ancestrales clave, como el del último ancestro común chimpancé-humano. Crédito de la imagen: Almécija et al ., Doi: 10.1126 / science.abb4363.

Hay dos enfoques principales para resolver el problema de los orígenes humanos:

(i) "De arriba hacia abajo", que se basa en el análisis de los simios vivos, especialmente los chimpancés.

(ii) "De abajo hacia arriba", que le da importancia al árbol más grande de los simios en su mayoría extintos.

Por ejemplo, algunos científicos asumen que los homínidos se originaron a partir de un antepasado que caminaba sobre los nudillos, parecido a un chimpancé. Otros argumentan que el linaje humano se originó a partir de un antepasado que se parece más, en algunos aspectos, a algunos de los extraños simios del Mioceno.

Al revisar los estudios que rodean estos enfoques divergentes, el Dr. Almécija y sus colegas discuten las limitaciones de confiar exclusivamente en uno de estos enfoques opuestos al problema de los orígenes de los homínidos.

Relaciones filogenéticas entre hominoides vivos y rangos cronoestratigráficos de hominoides fósiles.

Un árbol filogenético de hominoides vivos calibrado en el tiempo se representa junto a los rangos espacio-temporales de los hominoides fósiles mencionados en el trabajo de investigación. Los taxones fósiles están codificados por colores basados ​​en posibles hipótesis filogenéticas. La línea discontinua verde vertical indica que hay una continuidad en el registro de simios fósiles africanos. Sin embargo, actualmente, es escaso entre ~ 14 y 10 Ma. Las inferencias filogenéticas sólidas y duraderas de los simios son difíciles, en parte, debido a la naturaleza fragmentaria del registro fósil y los altos niveles probables de homoplasia. Muchos taxones de simios del Mioceno están representados únicamente por fósiles dentognáticos fragmentarios, y se ha cuestionado la utilidad de las mandíbulas y los molares para inferir la filogenia en los simios. Otra área de incertidumbre se relaciona con la posición de muchos simios africanos del Mioceno temprano y medio en relación con el nodo hominoide de la corona. El descubrimiento o reconocimiento de fósiles de fósiles del Mioceno temprano más completos ayudaría a resolver su posición y, por tanto, lo que realmente define al gran simio y a la familia humana. Los tiempos de división se basan en las estimaciones del reloj molecular de Springer.et al., (hominoides y homínidos) y Moorjani et al., que están más actualizados para homínidos y Pan-Homo. Las siluetas no están a escala. Los recuadros sombreados representan distribuciones geográficas (el verde es África, el oro es Europa y el morado es Asia).

Los estudios 'de arriba hacia abajo' a veces ignoran la realidad de que los simios vivos son solo los sobrevivientes de un grupo mucho más grande, y ahora en su mayoría extinto.

Por otro lado, los estudios basados ​​en el enfoque 'de abajo hacia arriba' tienden a otorgar a los simios fósiles individuales un papel evolutivo importante que se ajusta a una narrativa preexistente.

En general, los investigadores encontraron que la mayoría de las historias sobre los orígenes humanos no son compatibles con los fósiles que tienen hoy.

“Las especies de simios vivientes son especies especializadas, reliquias de un grupo mucho más grande de simios ahora extintos”, dijo la Dra. Ashley Hammond (derecha), conservadora asistente de la División de Antropología del Museo Americano de Historia Natural.

"Cuando consideramos toda la evidencia, está claro que una historia evolutiva humana basada en las pocas especies de simios actualmente vivas carece de gran parte del panorama general".

"Las características únicas y, a veces inesperadas, y las combinaciones de características observadas entre los simios fósiles, que a menudo difieren de las de los simios vivos, son necesarias para desenredar las características de los homínidos heredadas de nuestros antepasados ​​simios y que son exclusivas de nuestro linaje", agrega la Dra. Kelsey Pugh (izquierda), investigadora postdoctoral en la División de Antropología y el Consorcio de Primatología Evolutiva de Nueva York en el Museo Americano de Historia Natural.

“Los simios vivos por sí solos ofrecen pruebas insuficientes. Las dispares teorías actuales sobre la evolución de los simios y los humanos estarían mucho más informadas si, junto con los primeros homínidos y los simios vivos, los simios del Mioceno también se incluyeran en la ecuación”, dijo el Dr. Almécija.

"En otras palabras, los simios fósiles son esenciales para reconstruir el 'punto de partida' a partir del cual evolucionaron los humanos y los chimpancés".

El trabajo de investigación al respecto ha sido publicado en la revista Science.

Fuente: sci-news.com | 7 de mayo de 2021

El microbioma de los europeos del Paleolítico superior era mucho más parecido al de los neandertales que al de los europeos modernos

Mandíbula de la Dama Roja hallada en la cueva de El Mirón (Cantabria)

En 2010, un grupo de arqueólogos encontró en la cueva de El Mirón (Cantabria) los restos de una mujer enterrada hace 19.000 años. Esta sepultura llamó la atención de los expertos por su antigüedad, pero también porque los huesos estaban cubiertos de pintura roja y con cúmulos de polen que indicaban que la tumba había sido decorada con flores. Se la bautizó entonces como la Dama Roja. Estos restos han servido de muestra para un nuevo estudio que pretendía analizar la evolución de las bacterias bucales desde los primeros homínidos hasta el ser humano moderno.

El trabajo ha descubierto que hay una diferencia importante entre el conjunto de microorganismos de los europeos del Paleolítico superior (grupo al que pertenece la Dama Roja) y los humanos que llegaron al continente hace 14.000 años. Las bacterias de los primeros son muy similares a las de los neandertales, mientras que las de los segundos se asemejan más a los del hombre moderno.

Al conjunto de bacterias que tenemos en nuestro organismo se las conoce como microbioma. Además de en la boca, están presentes en otros lugares, como la nariz, los pulmones, los intestinos o la piel. Si bien el grueso de estos microbios son comunes a todos los humanos y pasan de una generación a otra durante la infancia, con la lactancia y el contacto directo, hay una parte que varía entre cada individuo.

Manuel González Morales (izquierda), catedrático de la Universidad de Cantabria, investigador del Instituto de Investigaciones Prehistóricas de la misma comunidad y uno de los responsables de la excavación de los restos de la Dama Roja, define el microbioma como “una huella personal”. “Puede haber bacterias concretas que varíen. Nunca somos exactamente idénticos”, explica. Según los cálculos de los expertos, en total estas bacterias suponen un kilo y medio de peso.

Para el estudio se han utilizado muestras de humanos actuales, gorilas, chimpancés y neandertales, además de usar otros datos publicados en informes anteriores. Para analizar al hombre del Paleolítico superior, tomaron muestras de la Dama Roja y al analizarlas, comprobaron que estas cepas de la boca se parecían mucho más a las muestras tomadas en neandertales que a aquellas de los hombres posteriores a hace 14.000 años, antepasados directos de los actuales. En esta fecha se data una ruptura ya que, con el final de la última glaciación, se produce una migración masiva de individuos desde Asia hacia Europa, que acabó reemplazando a la población autóctona. Lo mismo ocurrió con el microbioma de los antiguos europeos. “Las poblaciones que colonizan Europa desde Oriente Medio hace unos 14.000 años tienen microbiomas diferentes a los antiguos europeos, a pesar de que ambos tienen la misma ascendencia neandertal”, explica González.

Los autores del estudio, publicado hoy en la revista PNAS, apuntan a que el hecho de que los antiguos europeos y los neandertales compartan un microbioma muy similar se debe a que lo heredaron de un mismo antepasado que existió hace 600.000 años. En esta época, los investigadores creen que los humanos incorporan el almidón a su dieta, un compuesto que proporciona más energía que otras comidas y que pudo haber ayudado al mayor desarrollo cerebral de la rama Homo. “Hay una separación con el resto de primates que se produce cuando aparecen las bacterias ligadas al procesamiento del almidón. Es una cosa específicamente humana”, señala González.

El microbioma oral central de los homínidos africanos muestra una profunda conservación evolutiva de la estructura del biofilm bacteriano.

Pero esta similitud del microbioma solo se da en las muestras de europeos del Paleolítico superior y no en las de individuos de África. “Los microbiomas de los especímenes del norte de África de esa época también eran diferentes. Eran microbiomas de hombres modernos conviviendo con microbiomas de...”, cuenta González. Esto no significa que la población africana esté más evolucionada que las poblaciones europeas o asiáticas, simplemente “tienen historias evolutivas diferentes”, según apunta el investigador. “Las poblaciones actuales africanas prácticamente no tienen nada de ascendencia neandertal. El resto de las poblaciones de Eurasia y América, que se coloniza desde Asia, sí que tenemos una pequeña proporción de linaje neandertal. En torno a un 1-2 %”, explica.

Para Antonio Rosas (izquierda), profesor de investigación del CSIC este estudio pertenece a una corriente de investigación cada vez más importante, centrada en la influencia de los microbiomas en la vida y la biología. A nivel humano, Rosas considera que “conocer la evolución de este conjunto de microorganismos nos ayuda a entender mucho mejor las cosas desde un punto de vista evolutivo”. Pero estos conocimientos también se pueden aplicar a otros animales y especies. “Es importante tener un criterio independiente para conocer la evolución de los grupos animales. Se trata de estudiar la composición de estos biomas y ver cómo va cambiando”, asegura.

González también es optimista en cuanto a las posibilidades del estudio, aunque considera que “será necesario ampliar la muestra para comprobar si este descubrimiento se da en otras poblaciones del Paleolítico”.

Fuente: elpais.com | 10 de mayo de 2021

Reconocer las formas geométricas, probable singularidad del ser humano

En la imagen un trozo de ocre grabado con un patrón abstracto hallado en la Cueva de Blombos (Sudáfrica) con una antigüedad de 75.000 años.

Los humanos podrían tener una capacidad innata para distinguir las formas geométricas lo que les haría únicos frente a otros primates, según un estudio de investigadores en neurociencia.

Desde el grabado más antiguo atribuido al Homo sapiens -unas líneas paralelas que datan de hace 73.000 años- hasta las casas que dibujan los niños modernos a una edad temprana, el gusto por las formas geométricas regulares es universal entre los humanos.

Indica que los humanos tienen un "lenguaje del pensamiento simbólico", sin duda único en su especie, según el estudio firmado por el doctorando Mathias Sablé-Meyer (izquierda), de la Universidad París-Saclay (PSL)/Collège de France.

Un equipo de investigadores de NeuroSpin, un centro de investigación de imágenes cerebrales dirigido por el neurocientífico Stanislas Dehaene, realizó un experimento que demuestra que "las intuiciones sobre la geometría están presentes en los seres humanos, pero ausentes en los babuinos", según el estudio publicado a finales de abril en la revista Proceedings of the American Academy of Sciences (PNAS).

El experimento consistió en "encontrar al intruso" entre seis formas geométricas simples -cuadriláteros-, de las que solo una presenta una irregularidad, como un lado ligeramente más largo, un error de paralelismo o un ángulo diferente.

Luego se repite la operación, siempre con un cuadrilátero, pero cada vez más complejo.

En la famosa cueva francesa de Lascaux pueden observarse un símbolo geométrico bajo este ciervo de la Edad de Hielo.

Niños de jardín de infancia

El experimento aprovecha el efecto de regularidad geométrica, que hace que el intruso se detecte con mayor facilidad y rapidez si la forma examinada es una figura regular, como un cuadrado.

Por el contrario, es más difícil detectar al intruso cuando la forma es más complicada, como un rombo, un trapecio o un cuadrilátero irregular, es decir, figuras sin ángulos rectos ni lados idénticos o paralelos.

Normalmente, el ser humano sometido al experimento casi siempre encuentra al intruso entre los cuadrados. Pero su tasa de error se eleva al 40% con un cuadrilátero irregular.

Con la colaboración de Joël Fagot, del laboratorio de psicología cognitiva del centro de investigación científica CNRS (Universidad de Aix-Marsella), se entrenaron a babuinos para este juego.

Los resultados fueron excelentes con imágenes no geométricas, como una cereza roja que se distingue en medio de las rodajas de sandía. Pero en cuanto cambiaron a formas geométricas, "su rendimiento cayó en picado", según el estudio.

"Los babuinos se equivocan en todas partes", sea cual sea la forma, dijo Mathias Sablé-Meyer a la AFP.

Los escépticos podrían pensar que los humanos adultos lo hacen mejor que los babuinos porque tomaron lecciones de geometría. Pero no es así porque se observó la misma regularidad geométrica en los niños de jardín de infancia, aunque sean menos eficientes en la tarea.

Nómadas en Namibia

Foto: Mujeres himbas del norte de Namibia.

Algún escéptico podría apuntar también que los niños tienen rudimentos de geometría y viven en un universo hecho de líneas y ángulos. Pero tampoco es el caso. Cuando los investigadores, con la ayuda de Serge Caparos, del departamento de psicología de París-8 Nanterre, sometieron a la prueba a himbas adultos, un pueblo pastoril del norte de Namibia, los resultados fueron comparables a los de los niños franceses.

Sin embargo "sabemos que no tienen nombres para las formas geométricas ni ninguna educación formal sobre sus propiedades", dice Sablé-Meyer.

Además este pueblo nómada vive en un entorno libre de formas geométricas, subraya el estudio, y lo contrasta con el de los babuinos analizados, que "crecieron en un entorno de laboratorio, muy construido".

Los investigadores concluyen que los humanos tienen una capacidad de abstracción simbólica, un "lenguaje" propio que utiliza conceptos como los ángulos rectos o el paralelismo.

Una idea que los investigadores confirmaron utilizando dos modelos de inteligencia artificial.

El primero, que "copia superficialmente la estructura de la corteza visual" -vinculada a tareas de percepción- predice bastante bien el comportamiento de los babuinos.

Pero para dar cuenta del comportamiento humano, es necesario pasar por un segundo modelo, alimentándolo con "información simbólica, con los principios de la geometría euclidiana".

Fuente: france24.com | 9 de mayo de 2021

El primer 'dinero' paneuropeo apareció durante la Edad del Bronce

'Dinero' de la Edad de Bronce en Europa: restos de metal de la 'bolsa de un soldado' del campo de batalla de la Edad del Bronce tardía en el valle de Tollense, Mecklenburg-Vorpommern, Alemania. Crédito: Volker Minkus, copyright: Thomas Terberger

¿Cómo administraban sus finanzas las personas que vivían en la Edad del Bronce antes de que el dinero se generalizara? Investigadores de las universidades de Göttingen y Roma han descubierto que la chatarra de bronce encontrada en tesoros en Europa circulaba como moneda. Estos trozos de chatarra, que podrían incluir espadas, hachas y joyas rotas en pedazos, se usaron como dinero en efectivo a finales de la Edad del Bronce (1350-800 a. C.) y, de hecho, cumplían con un sistema de pesos utilizado en toda Europa.

Esta investigación sugiere que algo muy similar a nuestro 'mercado global' evolucionó en Eurasia occidental a partir del uso diario de la chatarra de bronce como dinero en efectivo por parte de la gente común unos 1000 años antes del comienzo de las civilizaciones clásicas. Los resultados fueron publicados en Journal of Archaeological Science.

El análisis matemático de los pesos de balanza (como los pesos de balanza de la Edad del Bronce del sur de Italia que se muestran aquí) y los desechos de metal en Italia y Europa Central muestra que la unidad de peso (shekel) coincide con el peso de los desechos de metal. Esto sugiere que se utilizaron como moneda común en toda Europa. (barra de escala = 3 cm) Crédito: N. Ialongo.

Este estudio analizó alrededor de 2.500 objetos y fragmentos metálicos de entre los miles de tesoros de finales de la Edad del Bronce que, con el tiempo, se han desenterrado en Europa Central e Italia. Los investigadores utilizaron una técnica estadística que puede determinar si un objeto de medición se corresponde con un sistema subyacente. Esta técnica puede detectar, por ejemplo, si los objetos analizados son múltiplos de una unidad de peso. El análisis de los investigadores proporciona resultados muy significativos para fragmentos y desechos, lo que significa que los objetos metálicos de bronce se fragmentaron intencionalmente para cumplir con pesos predeterminados. Los análisis confirman que la unidad de peso que regulaba la masa de los metales era la misma unidad representada en las ponderaciones europeas del mismo período. Los investigadores concluyen que estos restos se utilizaban como dinero y que la fragmentación de los objetos de bronce tenía como objetivo obtener "pequeñas monedas" o dinero en efectivo.

Mapa que muestra la difusión de la tecnología de pesaje en la Europa de la Edad del Bronce (c. 2300-800 a. C.) Crédito: N. Ialongo.

El comercio en la prehistoria se imagina comúnmente como un sistema primitivo basado en el trueque y en el intercambio de regalos, en el que el dinero aparece como una especie de hito evolutivo en algún lugar durante la creación de las sociedades estatales occidentales. El estudio desafía esta noción al introducir el concepto de que el dinero es una convención de abajo hacia arriba en lugar de una regulación de arriba hacia abajo. El dinero de la Edad del Bronce en Eurasia Occidental surge en un contexto sociopolítico en el que las instituciones públicas o no existían (como era el caso en Europa) o no estaban interesadas en aplicar ningún tipo de política monetaria (como en Mesopotamia). De hecho, el dinero estaba muy extendido y se utilizaba a diario en todos los niveles de la población. La propagación del uso de desechos metálicos para obtener efectivo se produjo en el contexto de la formación de un mercado global en Eurasia occidental.

Representación esquemática de la circulación de objetos fragmentados como "pequeño cambio". Cuanto más adelante en la línea, más agentes están involucrados.

"No había nada 'primitivo' en el dinero anterior a la acuñación, ya que el dinero antes de las monedas realizaba exactamente las mismas funciones que el dinero moderno hace ahora", explica el Dr. Nicola Ialongo (izquierda), del Instituto de Prehistoria e Historia Temprana de la Universidad de Göttingen.

Ialongo agrega: "El uso de estos desechos metálicos no fue un desarrollo inesperado, ya que es probable que los productos perecederos se usaran como moneda mucho antes del descubrimiento de la metalurgia, pero el verdadero punto de inflexión fue la invención de la tecnología de pesaje en el Cercano Oriente alrededor del 3000 a. C. Esto proporcionó, por primera vez en la historia de la humanidad, el medio objetivo de cuantificar el valor económico de las cosas y los servicios, o, en otras palabras, asignarles un precio".

Fuente: phys.org | 7 de mayo de 2021

Los humanos del pasado no son la causa de la extinción de determinadas islas

Llegada en barca a la isla Pantar, Nusa Tenggara, Indonesia. Las ratas gigantes y otras especies que se encuentran en esta cadena de islas no se extinguieron inmediatamente después de la llegada de los humanos, sino que persistieron durante decenas de miles de años junto a las personas antes de extinguirse. © Julien Luoys

Una nueva investigación dirigida por científicos de la Universidad de Griffith y el Instituto Max Planck para la Ciencia de la Historia Humana revela que la llegada de los humanos del Pleistoceno y sus ancestros homínidos a islas deshabitadas no siempre condujo a extinciones generalizadas de las mismas, como a menudo se piensa.

Publicado en Proceedings of National Academy of Sciences (PNAS), el equipo de investigación examinó los registros arqueológicos y paleontológicos de todas las islas habitadas por humanos durante los últimos 2,6 millones de años, y encontró que la llegada de homínidos a menudo tuvo un impacto mínimo en la pérdida de biodiversidad.

"Con frecuencia tenemos esta imagen de que tan pronto como las personas llegan a un nuevo ecosistema, causan cantidades incalculables de daño", dice el investigador principal, profesor asociado Julien Louys, del Centro Australiano de Investigación para la Evolución Humana , "pero descubrimos que esto era solo el caso de las llegadas humanas más recientes a detrminadas islas".

El equipo, compuesto por arqueólogos y paleontólogos, se reunió en 2017 y comparó los registros de llegada de homínidos y extinciones de fauna en islas que abarcan los últimos 2,6 millones de años. Sorprendentemente, encontraron muy poca superposición entre los dos eventos.

“Basándonos en los casos clásicos de extinción de islas del pasado más reciente, esperábamos que la extinción masiva siguiera inmediatamente a la colonización de las islas”, dice Louys, “sin embargo, cuando examinamos los datos, había muy pocos casos en los que esto pudiera demostrarse".

“Incluso en los casos en los que existía un vínculo estrecho entre la llegada de los homínidos y la extinción de las islas, estos no podían separarse de los registros de cambios ambientales provocados por eventos climáticos globales y cambios en el nivel del mar”.

Grupos de islas oceánicas con un registro documentado de homínidos del Pleistoceno y extinción de fauna. En el sentido de las agujas del reloj desde arriba están San Miguel, Santa Rosa y Santa Cruz (A); Irlanda (B); Cerdeña (C); Honshu, Shikoku y Kyushu (D); Ishigaki, Miyako, Kume y Okinawa (E); Luzón, Mindanao, Mindoro y Palawan (F); Nueva Irlanda y Buka (G); Sulawesi (H); Timor, Alor, Flores y Sumba (I); y Chipre, Creta y Naxos (J). MP, Pleistoceno medio; LP, Pleistoceno tardío.

El equipo también registró varios casos de homínidos que abandonaron las islas e incluso de ancestros humanos que se extinguieron.

“Las condiciones ecológicas únicas que impulsan la extinción de las islas definitivamente tampoco perdonaron a los humanos”, dijo la profesora Sue O'Connor (izquierda), de la Universidad Nacional de Australia, investigadora principal del estudio.

Los ecosistemas insulares son algunos de los más amenazados en el mundo de hoy en día y la comprensión de los impactos de las personas anteriores en estos ambientes, y cómo se contrastan con los impactos de las sociedades del siglo XXI, es fundamental para la salvaguardia de ellos en el futuro.

Como dice el Dr. Patrick Roberts (derecha) líder del grupo de investigación del Instituto Max Planck para la Ciencia de la Historia Humana y coautor del estudio, “el inicio de una disrupción humana significativa en los ecosistemas insulares parece ocurrir con la expansión de la agricultura, la introducción de nuevas especies y, quizás lo más significativo, la llegada de fuerzas coloniales y capitalistas de sistemas de tala y plantación extractivas en el transcurso de los últimos 500 años ”.

Los autores esperan que al estudiar los impactos de diferentes poblaciones humanas, economías y sociedades en los entornos insulares en el espacio y el tiempo, podamos obtener una mejor comprensión de cómo se pueden administrar mejor en la actualidad.

Fuente: Instituto Max Planck | 3 de mayo de 2021