La necrópolis hallada en el Monte Bernorio de Palencia que resuelve los grandes misterios del mundo funerario celta

Piedras cubriendo una de las tumbas de Monte Bernorio (Palencia) y los objetos metálicos recuperados en el mismo espacio funerario. D. Vacas. IMBEAC

Una de las principales dificultades a las que se enfrentan los arqueólogos e historiadores a la hora de investigar el pasado, sobre todo la Prehistoria, radica en responder al interrogante de qué hacían los antiguos seres humanos con sus muertos. Especialmente ardua resulta la tarea si se reduce a épocas y espacios geográficos concretos, como la cultura celta de la Edad del Hierro europea, caracterizada por la escasez de restos funerarios y la "invisibilidad" de tumbas.


Sin embargo, las recientes excavaciones y el estudio de una necrópolis hallada en Monte Bernorio (Pomar de Valdivia, Palencia) han abierto un escenario inédito y logrado desvelar algunos de los grandes misterios sobre los rituales de enterramiento de estos pueblos.
El yacimiento, un gran oppidum o ciudad fortificada ocupada desde el siglo VIII a.C. y que actuaba como una de las capitales de los cántabros, fue sistemáticamente destruido por las legiones romanas a finales del siglo I a.C. Antes, los habitantes del castro, ubicado en un lugar estratégico para las comunicaciones entre la costa y la Meseta, desarrollaron una cuidadosa ceremonia para despedir a sus seres queridos en la que combinaban restos humanos y animales, objetos materiales y fuego. Los resultados de la investigación, realizada durante más de una década por especialistas del Instituto Monte Bernorio de Estudios de la Antigüedad del Cantábrico (IMBEAC) y varias universidades europeas, acaban de publicarse en la revista científica Journal of Field Archaeology.


"Hemos constatado que las necrópolis celtas no solo eran sitios para enterrar gente, sino que había otros cultos, distintas fórmulas rituales que tenían que ver con la memoria de los muertos, y que incluso después de que hubieran sido enterrados se seguían haciendo fiestas para conmemorarlos", explica Jesús F. Torres-Martínez, director del IMBEAC y uno de los firmantes del artículo junto a Manuel Fernández-Götz, Santiago Domínguez- Solera, David Vacas-Madrid, Mariano Serna- Gancedo, Gadea Cabanillas de la Torre, Marcos Galeano & Ricardo Fernandes. "Demostramos que este mundo funerario era más complejo y tenía más variantes de las que a simple vista parece".

"El ritual funerario que se ha podido reconstruir tenía un orden y un criterio establecidos. El cuerpo del difunto, con sus ropas, adornos, recipientes de cerámica y restos animales, se quemaba en una hoguera. Al mismo tiempo, los vivos celebraban un banquete en el que consumían carne de toro, oveja, ciervo o jabalí procedente de presas domésticas y otras que habían sido específicamente cazadas para la ceremonia. Esos huesos se guardaban para ser arrojados como una especie de ofrenda sobre la tumba".

Resto de una cerámica moldeada a mano del final de la Edad del Bronce con decoración de cordadas impresas. Fotografía Equipo Monte Bernorio.

Los otros elementos involucrados en el festín —tierra, cenizas, carbón y fragmentos cerámicos— también serían seleccionados en una pequeña cantidad y se mezclaban con algunas esquirlas del cuerpo humano incinerado. Todo ese conjunto se enterraba en una pequeña tumba de forma circular u ovalada, cerrada con piedras o pequeños túmulos de tierra. Los arqueólogos denominan este proceso como la práctica del pars pro toto, según la cual los restos humanos y los objetos están simbólicamente representados por una sola parte del cuerpo/artefacto.

Los investigadores, por lo tanto, apuntan que la necrópolis de Monte Bernorio no solo fue usada como cementerio para depositar ajuares o restos humanos fragmentados, sino que evidencia "prácticas culturales intencionales diseñadas para hacer invisibles los restos de algunos de los fallecidos, mientras que al mismo tiempo se conmemoraba su memoria".

Además, las evidencias de fauna halladas en la parte superior de algunas de las sepulturas apuntan a un culto al recuerdo de los fallecidos que habría tenido lugar después del funeral.

Vista aérea de Monte Bernorio y de sus principales estructuras: la muralla, las puertas y el recinto del fuerte romano.

Nuevo escenario

El equipo de investigación del IMBEAC y colaboradores ha llegado a estas conclusiones tras estudiar más de una treintena de túmulos o tumbas, datadas por radiocarbono entre los siglos III-I a.C., descubiertas en la denominada Área 7 de Monte Bernorio, una zona de enterramientos situada en las cercanías de la puerta sur del oppidum. No es el único cementerio documentado en el yacimiento documentado en el yacimiento. En 1890, Romualdo Moro, por encargo del marqués de Comillas, halló una necrópolis tumular en la que recuperaría los célebres puñales de tipo Monte Bernorio (derecha); y a mediados del siglo pasado, Julián San Valero Aparisi documentó otros dos túmulos de incineración con ajuares metálicos.

Las sepulturas del Área 7, rodeada por un foso que delimitaba el espacio sagrado, fueron identificadas durante dos campañas de excavaciones, entre 2007-2008 y 2015-2016. En cuanto al primer grupo, llama la atención, además de la presencia de los materiales quemados descritos, el complejo sistema de conexión entre los hoyos, un "deliberado, repetido e intenso uso del mismo espacio, lo que sugiere un significado simbólico y ritual al área". Los objetos resultaron más modestos que los de las sepulturas prospectadas décadas atrás, fechadas en los siglos V-IV a.C., cuando se incluían armas y ajuares masivos como parte del enterramiento.

El material recuperado en las dos intervenciones arqueológicas fue estudiado posteriormente en el laboratorio. A simple vista no era posible identificar restos de huesos humanos entre las cenizas, pero los análisis científicos han confirmado que los cántabros del I milenio a.C. enterraron de forma intencionada solo una mínima porción de los cuerpos de sus familiares y amigos. "Lo importante, quizás, no era tanto la preservación del cuerpo en sí, sino la perpetuación de una impresión tangible y un recuerdo del difunto y su funeral", describen los arqueólogos. Es decir, que el ritual tenía más trascendencia que el propio cadáver en el viaje del difunto al mundo de los muertos.

Excavación del 'oppidum' cántabro de La Loma y campamento romano de asedio al fondo. Eduardo Peralta Labrador.

Vista de los restos de la muralla que defendía el Bernorio cerca de la puerta sur. Se distingue el estrato sobre el que se apoya, la base y el relleno interior de piedras. Fotografía Equipo Monte Bernorio.

La necrópolis de Monte Bernorio refleja un ejercicio de cremación identificado en otras partes de la Iberia y la Europa de la Edad del Hierro, pero con dos rituales asociados: el de la desaparición del cuerpo y otro para conmemorar la muerte a través de una ceremonia y un lugar de entierro. "Por lo tanto, no podemos hablar de 'invisibilización', ya que la memoria de los difuntos se hizo visible a través del acto de cremación, la propia necrópolis y sus estructuras funerarias y rituales, incluyendo algunas evidencias del culto posterior a los antepasados. Esta y otras necrópolis similares fueron lugares rituales para la memoria de los muertos con una ausencia (casi completa) de restos humanos".

Restos óseos carbonizados de una conserva de carne, una extremidado “jamón” de vacuno, aparecida en relación con una vivienda del Área 3. Fotografía Equipo Monte Bernorio.

El arqueólogo Jesús F. Torres-Martínez considera que este trabajo abre un nuevo escenario para la investigación del mundo funerario celta, más difícil de definir por esa 'desaparición' de los cuerpos: "A veces la gente excava túmulos que están vacíos e igual lo que hay que hacer a partir de ahora es analizar los suelos buscando esquirlas de huesos y fragmentos de cerámica, prestarle más atención a muchos espacios que pueden ser considerados como basureros o difícilmente clasificables".

Detalle de una de las tumbas de la necrópolis, con base de piedra y restos de carbón. IMBEAC

No obstante, queda un gran interrogante por resolver: identificar el lugar donde se quemaban los muertos para que desaparecieran. La principal hipótesis de los investigadores es que la cremación tuviese lugar al lado de los ríos, sobre cuyo cauce se arrojarían las cenizas y los huesos, en un ritual similar al antiesti que aún se practica en la India. Pero todavía no se ha podido confirmar arqueologicamnete. Al mundo funerario celta le quedan todavía muchos secretos por desvelar.

Fuente: elespañol.com | 1 de junio de 2021

Se inaugura en la villa romana de Veranes (Gijón) la primera muestra de la exposición itinerante ‘Iter Romanum-Vías romanas en Europa’

La Red de Cooperación de Ciudades en la Ruta de la Plata lidera Iter Romanum, un proyecto destinado a promocionar un gran itinerario cultural europeo basado en el patrimonio de Roma.

Gijón es la primera localidad en la Ruta Vía de la Plata en acoger la exposición itinerante Iter Romanum – Vías romanas en Europa, una iniciativa de la Red de Cooperación del Patrimonio de Vías Romanas de Europa, asociación que lidera la Red de Cooperación de Ciudades en la Ruta de la Plata.

La exposición recorrerá distintas localidades ubicadas a lo largo de la Ruta Vía de la Plata antes de dirigirse a Braga (Portugal) y desde ahí viajar al resto de países que actualmente forman parte de esta asociación internacional.

El fin de la muestra, que se inaugura hoy en Gijón, es acercar al público general la Red de Cooperación del Patrimonio de Vías Romanas de Europa y sus objetivos, y dar a conocer el patrimonio de los socios que la componen: la Ruta Vía de la Plata (España), la ciudad de Arlon (Bélgica), el Museo Park de Alesia (Francia), la Fundación Aquileia (Italia), la ciudad de Braga (Portugal) y el Instituto para la Protección de los Monumentos Culturales de Sremska Mitrovica (Serbia).

Así, a través de una serie de paneles, se ofrece una amplia visión de los enclaves que articulan conjuntamente la actividad turística y cultural de grandes destinos romanos.

Las claves que vertebran esta exposición son, por un lado, una propuesta que invita a viajar pausadamente y descubrir el rico patrimonio romano de Europa uniendo a personas y lugares con historia y patrimonio compartidos. Y, por otro lado, la puesta en práctica de los valores del Consejo de Europa: diversidad cultural, diálogo intercultural e intercambios mutuos a través de las fronteras.

‘El objetivo de esta red de cooperación internacional es promocionar un gran itinerario cultural europeo a partir de cual desarrollar una oferta de turismo basado en el patrimonio de Roma, incluyendo los sitios arqueológicos que conservan la herencia romana en todo lo referido a su arquitectura, ingeniería y cultura’, explicó en el acto inaugural el concejal de Promoción Económica, Empleo y Turismo, y responsable de la Secretaría de la Red de Cooperación de Ciudades en la Ruta de la Plata, Santos Tejón.

En Gijón, la muestra se puede visitar gratuitamente hasta el 19 de junio en el Museo de la Villa Romana de Veranes. De ahí viajará a Mérida (21 junio - 14 julio), Medina de las Torres (15 - 31 julio), Zamora y La Bañeza (agosto/septiembre).

Iter Romanum – Vías romanas de Europa: la asociación

Hoy, como ayer, las comunicaciones y la movilidad son esenciales en la configuración de los paisajes, entendidos como creaciones culturales. Las densas redes de comunicaciones que hoy surcan Europa poseen una profundidad histórica, que hunde sus raíces en los itinerarios antiguos. Bajo el poder de Roma se diseñó por primera vez una trama de vías, capaces de conectar puntos muy distantes y de ordenar las tierras que atravesaban.

Bajo esta premisa y tras más de 20 años de promoción turística y cultural de la Ruta Vía de la Plata, en 2017 la Red de Cooperación de Ciudades en la Ruta de la Plata decide ampliar su ámbito de actuación e impulsa la creación de una asociación internacional sobre rutas romanas en Europa.

Esta asociación tiene por objetivo la promoción y difusión de los caminos y el patrimonio romanos de sus socios con el fin de impulsar el desarrollo de los territorios en donde se encuentran situados. Para ello, implementará actividades innovadoras y proyectos que pertenecen a cinco campos de acción prioritarios: cooperación en investigación y desarrollo; mejora de la memoria, la historia y el patrimonio europeo; intercambios culturales y educativos para jóvenes europeos; la práctica cultural y artística contemporánea; turismo cultural y desarrollo cultural sostenible.

Socios de la Red de Cooperación del Patrimonio de Vías Romanas de Europa

• Red de Cooperación de Ciudades en la Ruta de la Plata (España), líder del proyecto

En el siglo I a. C. comenzó la construcción de una calzada que, de sur a norte, recorría el oeste de la Península Ibérica. Esta calzada articulaba la conexión de los territorios cantábricos y galaicos con la Lusitania y la Bética recorriendo importantes ciudades romanas o romanizadas (Hispalis, Emerita Augusta, Cáparra, Brigaecium, Legio, Gegionem…).

• Ciudad de Arlon (Bélgica)

Arlon está entre las ciudades más antiguas de Bélgica. Su situación deriva de la ubicación en el cruce de dos importantes vías romanas: Metz a Tongeren y Reims a Trier. Esta posición fue la causa de su desarrollo económico y de por qué la localidad prosperó durante los primeros tres siglos de nuestra era.

• Museo Park de Alesia (Francia)

Alesia es donde, en el año 52 a.C., tuvo lugar el famoso enfrentamiento entre el ejército romano de Julio César y las tribus galas lideradas por Vercingétorix, que intenta frenar el avance del general romano. Después de un ataque fallido, Vercingétorix busca refugio en el oppidum de Alesia, la fortaleza del pueblo de los mandubios.

• Fundación Aquileia (Italia)

Una de las ciudades más grandes del Imperio Romano, una de las comunidades más activas del cristianismo latino primitivo, uno de los puertos antiguos más importantes del Adriático, punto de partida de las principales rutas comerciales, culturales y militares hacia el noreste de Europa.

• Ciudad de Braga (Portugal)

Fundada en torno al 16 d. C., Bracara Augusta es uno de los tres centros urbanos de la región noroeste de la península. Como capital del conventus iuridicus, posee importantes funciones judiciales, fiscales, administrativas y religiosas. Bajo el dominio de la dinastía Flavia, atraviesa un gran desarrollo que justifica su elevación a la capital de la provincia de Galecia.

• Instituto para la Protección de los Monumentos Culturales de Sremska Mitrovica (Serbia)

Los restos arqueológicos de la antigua ciudad de Sirmium se encuentran bajo la actual ciudad de Sremska Mitrovica. Ya existía un asentamiento antes de la conquista romana, habitado por las comunidades nativas de Amantinеs y Sirmiensis, de la que la ciudad recibió el nombre.

Su historia comenzó a finales del siglo I a. C. y se prolongó hasta la conquista de los ávaros en el 582. Sirmium fue la capital de la provincia de Pannonia Secunda, y tras las reformas de Diocleciano (después del 293) se convirtió en una de las ciudades más importantes del Imperio Romano.

Fuente: expreso.info | 28 de mayo de 2021

Un 'Museo de los Neandertales' se levantará en Pinilla del Valle (Madrid)

Parque Arqueológico del Valle de los Neandertales (Pinilla del Valle) | COMUNIDAD DE MADRID

Un 'Museo de los Neandertales' se levantará en Pinilla del Valle (Madrid), según autorizó el Consejo de Gobierno en funciones de la Comunidad de Madrid, que autorizó la contratación de las obras con una inversión de 1,7 millones de euros.

Se tratará del primer establecimiento del Centro de Difusión, Estudio e Interpretación del Parque Arqueológico del Valle de los Neandertales, ha informado la Comunidad de Madrid en un comunicado. Será un espacio anexo al Parque Arqueológico existente.

Está diseñado como un lugar de recepción a los visitantes en el que podrán exhibir piezas originales y réplicas de los hallazgos realizados en el yacimiento, acompañados por paneles explicativos, vídeos y otros recursos museográficos que harán más comprensible el proyecto.

El contrato, por procedimiento abierto simplificado con pluralidad de criterios, tiene un plazo de ejecución previsto de 14 meses.

Uno de los paneles informativos dentro del Valle de los Neandertales, situado en Pinilla del Valle - ISABEL PERMUY

UBICACIÓN

El terreno propuesto para el futuro Centro, que ha sido considerado el idóneo tanto por el Ayuntamiento de Pinilla del Valle como por el Museo, está situado en el núcleo urbano, justo enfrente de los yacimientos, por lo que permite la comunicación visual entre ambos.

Los arquitectos Eduardo Gómez e Ignacio Gías han redactado el proyecto que propone una superficie construida total de 1.086 metros cuadrados, de los que la superficie útil total son 987 metros cuadrados.

El edificio constará de dos cuerpos con dos plantas que incluyen un hall de entrada y acceso, almacén de restos arqueológicos, almacén de materiales de excavación y laboratorio de limpieza, catalogación y restauración.

El cuerpo principal estará dedicado a sala de exposiciones, sala de proyecciones y terraza-mirador enfocada hacia los yacimientos. También contará con ocho despachos destinados a los investigadores, una sala de juntas y un archivo, además de los baños e instalaciones pertinentes que exige la normativa.

El proyecto museográfico, en el que se trabaja actualmente, mostrará piezas originales y réplicas representativas de los fósiles rescatados tanto de fauna como de los propios neandertales. Se trata de una exposición pensada para el gran público, por lo que tendrá un enfoque participativo y contendrá tanto herramientas divulgativas como elementos interactivos y escenografías con teatros virtuales.

Incluirá también dos maquetas de grandes dimensiones y proyecciones de vídeos e infografías. A través de ellas se introducirá al visitante en la nueva realidad que los descubrimientos en Pinilla del Valle cuentan sobre las actividades económicas y subsistenciales de la vida cotidiana de los neandertales. También se mostrarán las capacidades simbólicas, hasta ahora desconocidas, de esta especie homínida.

EL VALLE DE LOS NEANDERTALES

Pinilla del Valle es el único lugar donde se encuentran tres yacimientos distintos con fósiles de neandertales. Situado en el Valle Alto del río Lozoya, a unos 80 kilómetros de la ciudad de Madrid, se trata de un enclave excepcional para el estudio del universo neandertal y forma parte del reducido grupo de los que contienen restos paleantropológicos de esta especie en España y en Europa.

El proyecto está dirigido por los doctores en paleontología Juan Luis Arsuaga, en geología Alfredo Pérez González y en arqueología prehistórica Enrique Baquedano.

Durante todo el año, el parque ofrece visitas guiadas con miembros del equipo de investigación del proyecto. En el recorrido se muestra al público cómo era su forma de vida, así como el antiguo ecosistema en el Valle del Lozoya y aspectos variados de las excavaciones que anualmente se acometen en dicho enclave.

Desde su inauguración en 2015, el Parque Arqueológico del Valle de los Neandertales ha recibido más de 27.000 visitantes. El Valle alto del Lozoya constituyó, durante más de 200.000 años, un lugar central en el que se concentraron grupos de neandertales compartiendo hábitat con hienas, osos o leones. Grandes manadas de herbívoros, como uros, bisontes o rinocerontes se concentraban en los alrededores.

Fuente: diarioalerta.com | 29 de mayo de 2021

Descubren nuevas ciudades mayas en Yucatán gracias a la tecnología LiDAR

Tras el mapeo y el trabajo de campo se han identificacado 8.134 estrucutras. Foto: PLOS One William M. Ringle.

La península de Yucatán es mundialmente famosa por sus ruinas mayas, pues es la zona que ocupó esta antigua civilización durante más de 3.000 años. Sin embargo, a pesar de conocer muchos datos sobre ellos, esta cultura esconde todavía muchos enigmas sobre su forma de vida, su declive, las zonas exactas que ocuparon... Ahora, gracias la tecnología LiDAR (Light Detection And Ranging), los investigadores han conseguido descubrir muchas estructuras ocultas hasta ahora por la espesa vegetación de la zona. Gracias a esta tecnología pionera es posible elaborar un mapa aéreo de la zona con el que no solo identificar nuevos yacimientos arqueológicos, sino también descubrir la evolución urbanística de una zona concreta e incluso conocer como era la gestión de los recursos.

Con el fin de subvencionar la aplicación de esta revolucionaria técnica a la investigación científica se creó en Estados Unidos el NCAM (National Center for Airborne LiDAR Mapping), que ha colaborado con numerosos arqueólogos en el mapeo de extensas áreas repartidas por todo el mundo. En 2017 esta institución seleccionó la región de Puuc para un escaneo, pues era una zona de inmenso potencial que además estaba siendo excavada por el arqueólogo americano William M. Ringle (izquierda) desde hacía veinte años.

EL FUNCIONAMIENTO DEL LIDAR

A bordo de una pequeña avioneta bimotor, el LiDAR sobrevoló durante dos días la jungla de Yucatán a 600 metros de altura, cubriendo un área de 237,23 kilómetros cuadrados. Para obtener unos mejores resultados el vuelo se llevó a cabo en mayo, un mes muy seco en el que habría menos vegetación que interferiera con el láser y obstaculizara el paso de los arqueólogos.

La región de Puuc (recuadro) era una de las más pobladas del Imperio Maya. Foto: PLOS One. William M. Ringle

Este tipo de escaneado consiste en lanzar un haz triangular de rayos láser contra el suelo que, tras atravesar la vegetación, rebotan en la roca madre o las estructuras y son recogidos por el aparato. De este modo se registra la distancia exacta entre el avión y el punto de resistencia, con lo que se obtiene un mapa muy detallado de la superfície en muy poco tiempo. Al tratarse de elevaciones de roca artificiales, las estructuras hechas por el hombre sobresalen sobre el terreno circundante.

Una vez terminada la prospección aérea los datos fueron entregados a Ringle, quien los ha estudiado y corroborado con excavaciones sobre el terreno a lo largo de los últimos cuatro años. Sus conclusiones, recientemente publicadas en PLOS One, muestran un área densamente poblada con centros urbanos muy juntos entre sí (separados por 4 kilómetros o menos). Entre ellos destacan cuatro grandes acrópolis datadas entre 700 y 450 a.C., las cuales anteceden a las grandes ciudades de Uxmal, Kabáh, Sayil y Labná, consideradas hasta ahora como los mayores asentamientos de la zona.

La zona mapeada con las concentraciones de plataformas de construcción. Foto: PLOS One. William M. Ringle.

Asimismo, entre los nuevos complejos identificados por Ringle hay unos imponentes palacios que fueron ocupados entre 600 y 750 d.C., durante el Período Clásico Tardío, junto a multitud de pequeños pueblos repartidos por todo el territorio de Puuc y también algunas canchas de pelota. Del mismo modo el escáner ha sacado a la luz numerosas infraestructuras esenciales para la población: canteras, cisternas de agua, canales de alimentación e incluso algunos caminos.

CASAS Y PALACIOS OCULTOS

Hasta el momento se creía que la región no había sido extensamente poblada hasta el año 600 d.C., pues la mayoría de estructuras identificadas eran de ese período. No obstante el mapa ha desvelado nuevos centros urbanos entre la maleza, que han permitido comprobar que en el siglo VI a.C. ya existían importantes ciudades rodeadas de centros menores dedicados al cultivo de la tierra.

Las mansiones de la nobleza fueron construidas en piedra sobre una plataforma, reconstrucción 3D de una de las estructuras excavadas. Foto: Proyecto Arqueológico Regional de Bolonchén.

Los edificios localizados se pueden dividir en dos grandes categorías: los construidas sobre una plataforma rectangular de piedra están repartidos por toda la zona, mientras que los levantados sobre un simple montículo de tierra y rocas (apenas un 34 % del total) se agrupan en el área central de las tierras bajas. Ambos tipos se construyeron siempre en los bordes de un patio rectangular, formando así centros urbanos fácilmente identificables desde el aire. En total plataformas y montículos suman 7.902, aunque como veremos más adelante no todos estaban reservados a uso residencial o religioso.

Pese a la presencia de algunas ciudades, estos núcleos urbanos se encuentran repartidos equitativamente por toda la región, con una mayor concentración en el fértil Valle de Santa Elena en el norte. Otro rasgo interesante es la ausencia de murallas y fortificaciones, indicio de una región tranquila que no se vio invadida ni sufrió el azote de la guerra civil, hasta ser abandonada en el siglo X durante el enigmático final del Imperio Maya.

Por lo que respecta a su localización, las poblaciones fueron construidas mayoritariamente en la llanura, ya que solo la mitad de las elevaciones están habitadas y apenas un 11.7% fueron convertidas en núcleo urbano. Esto se pude deber a los problemas de aprovisionamiento de agua que afectaron siempre a la región, que convertían las colinas en lugares extremadamente áridos cuando no llovía.

Mediante el trabajo de campo se pudieron dibujar las estructuras sobre el mapa. Foto: PLOS One. William M. Ringle.

CULTIVO EN LAS LADERAS

Tras cuatro años de investigación, el descubrimiento que más ha sorprendido a los investigadores ha sido la presencia de terrazas dedicadas al cultivo en la base de algunas colinas. Estas estructuras no tenían precedente alguno en Puuc, por lo que se ha llegado a la conclusión de que eran una respuesta local a los desafíos que presentaba la zona para la agricultura.

La escasez de agua era sin duda el mayor impedimento a la colonización de la zona, pues al estar su sustrato formado por roca caliza de naturaleza porosa, el agua se filtraba directamente a través de ella y no formaba ríos ni lagos de los que pudiera aprovisionarse la población. Así pues, los habitantes del lugar tuvieron que idear algún sistema para almacenar la lluvia de cara a la estación seca.

Las terrazas surgieron como respuesta a la falta de agua, según han descubierto los investigadores. Foto: PLOS One. William M. Ringle.

LUCHAR CON LA TIERRA

El LiDAR ha revelado numerosas cisternas y aguadas construidas como respuesta a la sequía. Las primeras se encuentran repartidas por campos y poblaciones, y consisten en una cámara subterránea impermeabilizada con cal a la que se accede por un estrecho cuello de botella de 50 centímetros de largo. A veces estas cisternas se excavaron en una plataforma construida expresamente para recoger el agua en su superficie cóncava y encalada, mientras que otras compartían el espacio con casas, templos y palacios.

Pese a la abundancia de lluvia, la región sufría también períodos crónicos de sequía. Foto: PLOS One. William M. Ringle.

Por su parte las aguadas solían aprovechar las concavidades del terreno para recoger de forma natural el agua en un depósito rodeado por muros artificiales, que en ocasiones era alimentado también por una serie de canales impermeabilizados de cientos de metros de largo. Estas albercas podían ser enormes (la más grande tiene capacidad para 22.000 m3) aunque en su mayoría eran de tamaño modesto, además al hallarse todas a 2 kilómetros o más de cualquier centro urbano los estudiosos opinan que su uso sería mayoritariamente agrícola.

A pesar de su alta densidad de población la zona presenta muy pocos caminos, todos de no más de kilómetro y medio, que conectan entre sí poblaciones vecinas. Esto se debe según Ringle a que, al haber poca distancia entre los asentamientos, existiría una gran cantidad de caminos que hoy se ha tragado la selva. Para tratar de recuperar estas carreteras, el equipo ha calculado las rutas que requerían menos esfuerzo y elaborado un mapa de carreteras hipotético.

Caminos teóricos desde las ciudades de Kiuic y Huntichmul. Foto: PLOS One. William M. Ringle.

Sin embargo, estas vías de comunicación no se han podido confirmar mediante su paso por estructuras, pues si bien algunas atraviesan los poblados otras los evitan, y aunque algunas cisternas aisladas al borde del camino se podrían interpretar como áreas de descanso, también pueden ser simplemente la reserva de algún agricultor.

CANTERAS DE PIEDRA

Aunque no era el mejor lugar en el que arar la tierra, la región era en cambio un lugar perfecto para la construcción. Buena muestra de ello son las numerosas canteras que se han identificado por toda la zona, de las que se extraía piedra y cal para levantar las estructuras.

Dada la gran abundancia de piedra caliza en la región, su obtención se realizaba siempre en superfície. Foto: PLOS One. William M. Ringle.

Estas minas son poco profundas y abiertas cerca de los núcleos de población, de hecho algunas de ellas se reutilizaron incluso para cimentar algún palacio, que apoyaba su base en el corte hecho sobre de la colina. Vinculadas a ellas se encontraron asimismo numerosos hornos de leña, que convertían la piedra en cal para su uso como encalado o mortero en la construcción.

Fueron estos hornos (que suman 1.232) los que más llamaron la atención de los arqueólogos en un primer momento, pues en el mapa se veían como unos curiosos anillos hechos con piedras de finalidad desconocida. Su excavación desveló el misterio, pues se trataba de estructuras circulares de 10 metros con restos carbonizados de leña en su interior, que junto a polvo de piedra caliza y la poca cerámica encontrada confirmaron que se trataba de quemadores de cal.

El palacio de Labna fue construido encima de una cantera cortada en la colina. Foto: PLOS One. William M. Ringle.

Para optimizar el trabajo los mayas levantaron sus hornos cerca de las canteras por lo que la mayoría se han encontrado al pie de los montes, lugar del que también obtenían madera para el fuego. Sin embargo otros fueron levantados cerca de palacios y centros urbanos, seguramente como pare de su proceso de construcción.

Aunque la cal era indispensable para la construcción, los antiguos mayas la empleaban también para aumentar la carga alimenticia del maíz al mezclarla en el agua donde se remojaba antes de su consumición, un proceso todavía en uso actualmente. Al ser sumergida durante unas horas, la mazorca de maíz se reblandece y es más fácil de cocer o moler, y si además se le añade cal se liberan sus nutrientes, que así son absorbidos más fácilmente por el cuerpo.

Los más de mil hornos encontrados son prueba visible del importante papel que tenía la cal en Puuc.

Foto: PLOS One. William M. Ringle.

LOS HABITANTES DE PUUC

El último aspecto que los investigadores intentaron reconstruir fue el número de habitantes del lugar en su momento de máxima expansión, algo ciertamente difícil dada la dificultad de establecer los períodos de ocupación de cada área. Para elaborar esta hipotética demografía se tuvieron en cuenta tanto las estructuras como el número máximo de personas que podían abastecer campos y reservas de agua.

Estos cálculos arrojaron una cifras que iban desde los 18.700 hasta los 92.000, por lo que Ringle y sus colegas creen que la región rondaría probablemente los 70.000 habitantes. Sin embargo la población todavía habría podido crecer más, pues las numerosas áreas deshabitadas y sin cultivar se podrían haber colonizado mediante la construcción de nuevas cisternas y aguadas.

En el siglo VI a.C. los palacios de la nobleza se codeaban en las llanuras con los pueblos de los campesinos. Foto: Proyecto Arqueológico Regional de Bolonchén.

La tecnología LiDAR ha demostrado una vez más su gran utilidad para descubrir los detalles del pasado. Sin embargo su uso no solo se limita a la elaboración de mapas, pues gracias a él se puede reconstruir a grandes rasgos la evolución de un yacimiento, sus dinámicas económicas e incluso la cantidad de habitantes que poblaban el territorio cientos de años atrás.

Fuente: National Geographic | 26 de mayo de 2021

Hallan en Turingia (Alemania) un adorno de oro para el pelo usado en la Edad del Bronce

El anillo tiene un diámetro de 11,7 milímetros. Foto: Yvonne Mühleis, LAD Esslingen.

En el año 2000 el arqueólogo aficionado Achim Lehmkuhl descubrió que un agricultor local había desenterrado en un campo de Turingia (Alemania) algunos restos humanos, por lo que puso sobre aviso a las autoridades al tiempo que realizaba una rápida excavación para evitar que estos sufrieran más daños.

Desde entonces la Universidad de Tübingen ha estado realizando intervenciones arqueológicas en la zona que han sacado a la luz una necrópolis de la Edad del Bronce con 29 cuerpos en su interior. Tras datar sus huesos con carbono-14, estas tumbas se han asociado al poblado contemporáneo de la cercana colina Kirchberg, que se levanta a solo 600 metros de distancia.

El clavo verde marca el lugar exacto en el que se econtró el anillo. Foto: University of Tübingen, Institute of Prehistory and Medieval Archaeology.

SEPULTURA ARISTOCRÁTICA

Durante la campaña de 2020 se desenterró un nuevo cuerpo a 150 metros de la necrópolis. Junto a él la estudiante Hannah Huber encontró una especie de prendedor de oro para el pelo, que constituye además el primer objeto de metal precioso hallado en el suroeste de Alemania.

El cadáver fue hallado a apenas 7 centímetros de la superficie debido a la erosión del terreno y estaba orientado con la cabeza en dirección al este. Para poder analizar estos restos mortales con tranquilidad, los arqueólogos excavaron a su alrededor hasta formar un bloque rectangular de tierra, que fue encajado entre cuatro listones de madera y llevado al laboratorio para su análisis.

El estudio del cuerpo reveló que pertenecía a una joven de entre 18 y 21 años de edad y 1,61metros de altura. Por su parte el radiocarbono fijó un marco temporal para su muerte entre el 1861 y el 1616 a.C., así que fue enterrada al mismo tiempo que sus vecinos de la necrópolis. Al igual que ellos esta mujer se llevó poca cosa a la otra vida, de hecho el adorno, una especie de anillo de oro, constituye el único objeto que se ha conservado tras pudrirse su ropa.

Estudiantes del Instituto de Prehistoria y Arqueología Medieval de la Universidad de Tübingen excavando la tumba en 2020.

Raiko Krauss (director de la excavación, a la derecha) y su equipo atornillan un marco de madera con el que extraer el cuerpo del yacimiento. Foto: Veronika Stein/University of Tübingen

UN ORNAMENTO NADA HABITUAL

El hallazgo de joyas de oro y plata en las tumbas de la Edad del Bronce es raro en la región, ya que esta se hallaba lejos de la costa y las principales rutas comerciales. El adorno fue hecho a partir de una barrita plana de seis centímetros de largo, doblada por la mitad y enrollada dos veces alrededor de un trozo de tela o el mismo pelo (pues la irregularidad de su circunferencia ha permitido descartar que se usara para ello un material rígido como madera o cuerno).

La pequeña pieza tiene un diámetro de 11,7 milímetros y pesa solo 0,6 gramos, mientras que la tira de metal presenta una sección rectangular de 5,1 milímetros de ancho por 0,2 de alto. Asimismo, en el metal se han encontrado trazas de su elaboración (uno de los bordes fue aplanado por una cizalla por ejemplo), y un redondeado de las puntas producido por el desgaste.

La forma retorcida del ornamento se debe a que la tira con la que está hecho fue enrollada alrededor de una superfície blanda. Imagen de microscopio: Christoph Berthold, CCA Tübingen.

Uno de los extremos desgastado por el uso. Imagen de microscopio: Christoph Berthold, CCA Tübingen.

Sin embargo la mayor sorpresa la ha proporcionado la composición química del material, obtenida por fluorescencia de rayos X. Esta revela que el oro procede de Cornualles (Inglaterra), concretamente del río Carnon, pues la alta proporción de plata (un 20%) y la presencia en cantidades muy concretas de cobre, platino y estaño así lo confirman.

Aunque Cornualles exportaba metales en abundancia, los habitantes del Kirchberg preferían comprar cobre alpino más económico, al tiempo que adquirían el estaño para convertirlo en bronce del este. Sin embargo algunos materiales raros como el oro no podían obtenerse a través de esta red local y debían ser adquiridos a mercaderes que lo transportaban primero por mar y luego remontando los ríos Rin, Neckar y Ammer hasta llegar al poblado.

Si bien el oro procede de Inglaterra, los objetos más cotidianos, como este brazalete de bronce encontrado en la necrópolis, fueron hechos con cobre de los Alpes. Foto: Hilde Jensen, University Tübingen.

Por haberse hallado cerca de la cadera y presentar una forma irregular se cree que esta especie de anillo sería un adorno para el pelo colocado, por ejemplo, en el extremo de una trenza que colgaría tras la espalda o sobre un hombro.

Todos estos datos han convertido el hallazgo en uno de los más importantes de la Edad del Bronce, no solo por ser el más antiguo de su tipo descubierto en la región, sino porque a la vez nos muestra la gran extensión de las redes comerciales del II milenio a.C., que conectaban un pequeño pueblo de una zona relativamente remota con lugares tan alejados como Inglaterra.

Fuentes: nationalgeographic.com.es | une-tuebingien.de | 31 de mayo de 2021

Hallan grabados prehistóricos de animales por primera vez en Escocia

Tallas prehistóricas que muestran ciervos rojos adultos halladas en cementerio escocés. Crédito: Santiago Arribas Pena/HES.

Un arqueólogo ha encontrado un conjunto de tallas prehistóricas que representan a ciervos rojos adultos en una tumba de Escocia, y la opinión de los expertos de Historic Environment Scotland apunta a que son los más antiguas de su tipo en la región.

Además, constituyen los primeros ejemplos claros de tallas de ciervos rojos desde en el Neolítico hasta la Edad del Bronce temprana no solo en Escocia, sino en todo el Reino Unido.

Un hallazgo inesperado en el cementerio de Dunchraigaig Cairn

El hallazgo inesperado tuvo lugar en Kilmartin Glen, en Argyll, un área que aloja la concentración más importante de restos neolíticos y de la Edad del Bronce en Escocia continental.

El arqueólogo Hamish Fenton (izquierda), de Oxfordshire, fue quien descubrió las tallas de ciervos rojos prehistórica mientras se encontraba explorando el túmulo de Dunchraigaig, un sitio funerario que data de la Edad del Bronce.

Fenton decidió explorar una cisterna que se encontraba al costado del túmulo funerario, por lo que introdujo su cuerpo iluminando su camino con una antorcha, al vivo estilo de Indiana Jones. En su trayecto, se topó con las delicadas tallas en la tapa de la cámara en la que había ingresado y quedó fascinado por sus particularidades.

“Mientras iluminaba con la antorcha, noté un patrón en la parte inferior de la losa del techo que no parecían ser marcas naturales en la roca”, dijo. “Pude ver que estaba mirando un ciervo al revés, y mientras seguía mirando alrededor, aparecieron más animales en la roca”.

Las tallas se remontan al Neolítico o a la Edad del Bronce Temprano y representan dos ciervos rojos machos con astas completamente desarrolladas, mientras que otras tallas sugieren ciervos más jóvenes, según 'Historic Environment Scotland (HES)', que confirmó el descubrimiento.

Las tallas de ciervos rojos halladas en Escocia datan de entre Neolítico y la Edad de Bronce temprana

Las tallas muestran dos ciervos rojos machos con cuernos adultos, así como también otros ciervos que parecen más jóvenes. Las estimaciones sugieren que datan de hace 4.000 y 5.000 años, por lo que corresponderían a un período entre el Neolítico y la Edad de Bronce temprana. Además, apuntan a que son las primeras halladas junto a marcas prehistóricas de copa y anillo en Reino Unido.

La Dra. Tertia Barnett, Investigadora Principal del Proyecto de Arte Rupestre de Escocia, sostiene un gráfico que muestra tallas prehistóricas encontradas en Kilmartin Glen en Argyll, Escocia.

Otro aspecto que llamó su atención fue el nivel de detalle con la que se fueron plasmados los ciervos en la roca. Para la Dra. Tertia Barnett, investigadora principal del proyecto, "este estilo figurativo desafía la vieja suposición de que el arte rupestre británico de esta época exhibía mayoritariamente patrones geométricos".

“Si bien hay algunas tallas prehistóricas de ciervos en el Reino Unido, las otras creadas a principios de la Edad del Bronce son muy esquemáticas”, explicó la experta. “Es notable que estas tallas en el túmulo de Dunchraigaig muestren un detalle anatómico tan grande, y no hay duda sobre qué especies animales representan”.

“Las comunidades locales grababan animales además de los anillos concéntricos, lo que va en la línea de lo que sabemos de otras sociedades neolíticas o de la Edad de Bronce, particularmente en Escandinavia e Iberia", concluye Barnett.

Joana Valdez-Tullett, asistente de investigación del Proyecto de Arte Rupestre de Escocia, observa las tallas

El Historic Environment Scotland dijo que ya han realizado algunos escaneos en 3D; también han construido modelos digitales de las tallas de ciervos rojos del cementerio de Escocia. Con ello, esperan observar con mayor detalle el acabado de la obra y estudiarlas para comprender mejor tanto las técnicas empleadas como su función dentro del sitio.

Fuentes: tekcrispy.com | dailymal.com.uk | bbc.com | 31 de mayo de 2021