El misterio de los romanos decapitados en Suffolk (Inglaterra)

Un difunto yace en su lecho funerario mientras dos mujeres se lamentan. Tumba de Paestum. Foto: iStock.

Cuando un ciudadano moría en la antigua Roma, el familiar más cercano debía recoger su último aliento con un beso y cerrar sus ojos. Los demás, rotos de dolor, debían llamarlo por su nombre varias veces para comprobar que realmente estaba muerto. Después, el cuerpo era depositado en el suelo donde se lavaba y ungía con sustancias aromáticas. Luego se exponía durante varios días sobre el lecho fúnebre para que todos sus allegados pudieran despedirlo. Era el principio de los rituales funerarios que acompañarían al difunto hasta su lugar de inhumación o incineración (ambos ritos se usaron en Roma) fuera de las murallas de la ciudad, adonde era trasladado en procesión. De hecho, los últimos kilómetros de vía que llevaban a Roma estaban jalonados por lápidas funerarias o pequeños monumentos que honraban la memoria de los difuntos.

Uno de los esqueletos decapitados de Great Whelnetham. Foto: Archaeological Solutions.

UN HALLAZGO SORPRENDENTE

Pero lo que tradicionalmente los estudiosos conocían sobre los ritos y costumbres funerarias de los romanos iba a cambiar en 2019 cuando el arqueólogo Andrew Peachey, de la empresa Archeological Solutions, realizó un descubrimiento sorprendente en el transcurso de una excavación arqueológica en la localidad de Great Whelnetham, en el condado de Suffolk, en Inglaterra: los restos de cincuenta y dos esqueletos del siglo IV (un período en el que la presencia romana en Britania empezaba a disminuir), diecisiete de los cuales habían sido decapitados posmortem (en 2010, en York, la antigua Eboracum, aparecieron también los restos de unos romanos decapitados, pero en este caso al parecer fue perimortem).

"No esperábamos encontrar tantos y tan bien conservados", explica un sorprendido Peachey (izquierda). "Lo más excepcional del hallazgo radica en que a algunos de los difuntos los enterraron con la cabeza colocada entre las piernas".

Desde 1964, los arqueólogos sabían que en la zona existía un gran asentamiento romano fundado en el siglo I d.C. De hecho, el condado de Suffolk se hallaba bajo el control de la tribu de los icenos cuando los romanos invadieron Britania en el siglo I, y hasta principios del siglo V d.C. fue un área intensamente poblada. Pero dadas las características arenosas del terreno, lo esperable era que cualquier resto óseo hubiera desaparecido con el paso de los siglos.

Así que la sorpresa fue mayúscula cuando durante las excavaciones empezaron a salir a la luz los restos de hombres, mujeres y niños que muy posiblemente habían habitado en aquel lugar. Peachey, responsable de las excavaciones, no ha podido explicar el motivo de esas decapitaciones, aunque sí se ha atrevido a sugerir una teoría: "Este parece ser un rito fúnebre realizado con precisión que podría estar asociado con un grupo en particular dentro de la población local".

Un esqueleto con la cabeza depositada entre sus piernas. Foto: Archaeological Solutions.

UN ENTIERRO POCO HABITUAL

Según los investigadores, no es extraño encontrar en los cementerios romanos algunos enterramientos poco habituales, pero el caso de Suffolk es realmente curioso. De los cincuenta y dos esqueletos, tan solo diecisiete fueron enterrados en posición 'supino', es decir acostados boca arriba. El resto fueron enterrados boca abajo, en posición 'prono', o en una posición agachada con la cabeza entre las piernas o los pies. Otro hecho curioso es que cuatro de las cabezas estaban colocadas junto a cuerpos que no eran los suyos.

"A excepción de tres o cuatro cementerios en todo el país, es muy raro hallar una proporción tan alta de enterramientos atípicos en una necrópolis romana. En este caso podríamos considerar este tipo de enterramientos normales entre esa comunidad", según Peachey.

Peachey destaca asimismo el hecho de que los fallecidos no habían sido ejecutados. Los investigadores, así, piensan que tras la muerte sus cabezas fueron separadas con cuidado del cuerpo, cortadas desde delante, justo detrás de la mandíbula, más como si se tratase de una operación quirúrgica que no una simple ejecución en la que se cortaba la cabeza de manera violenta. Una posible explicación, según el arqueólogo, es que esta fuera una práctica funeraria llegada desde otro lugar y que fuera traída por "mano de obra o incluso esclavos de una finca situada en otro territorio del Imperio romano". Para salir de dudas, el estudio de las proteínas y de los isótopos de los huesos podría aclarar la procedencia de estas personas. En todo caso, Peachey ha planteado la hipótesis de que ese singular ritual formara parte de un culto muy específico en el que se veneraba la cabeza humana como parte del alma. De hecho, el sistema de creencias de algunas tribus celtas prerromanas relacionaba las decapitaciones con la liberación del espíritu.

Los arqueólogos excavan en Great Whelnetham, en el condado de Suffolk. Los arqueólogos excavan en Great Whelnetham, en el condado de Suffolk. Foto: Archaelogical Solutions.

PERSISTE EL MISTERIO

Lo que sí se sabe de estas personas es que la mayoría vivieron hasta una edad bastante avanzada para la época, aunque también había un niño de corta edad y dos un poco más mayores, de unos nueve o diez años. Los torsos de estos esqueletos estaban bastante desarrollados, lo que sugiere que muy posiblemente realizasen duras tareas agrícolas: "Estaban bien nutridos y varios tenían brazos y cuerpos muy robustos, acordes con una población agrícola trabajadora", comenta Peachey.

Sin embargo, el análisis de la dentadura de alguno de los esqueletos reveló que la dieta de estos individuos era alta en azúcares naturales y carbohidratos, y que la higiene bucal no era la adecuada: a la mayoría de los esqueletos les faltaban piezas dentales y sufrían abscesos. Aparte de estos problemas dentales, algunos padecieron tuberculosis, algo que era muy común en las comunidades agrícolas de la época. El equipo de arqueólogos también descubrió una gran zanja repleta de diversos elementos de la vida cotidiana como platos de color rojo brillante importados de la Galia, vasos de colores decorados con ciervos y dos elaborados peines, aunque en ninguna de las tumbas se descubrió un ajuar funerario que indicara la posición social del difunto.

Tras la excavación, los huesos fueron trasladados al museo de Suffolk para continuar con su estudio. "La siguiente parte es dar vida a su historia para conocer más sobre el devenir histórico de la aldea y de Suffolk en general", ha concluido Peachey.

Fuente: nationalgeigraphic.com.es | 5 de junio de 2021

Encuentran en la antigua ciudad de Segesta, en Sicilia, un nuevo edificio monumental y la firma de su ‘benefactor’

Crédito: Università di Pisa

Las excavaciones arqueológicas realizadas en el Parque Arqueológico de Segesta, en la provincia siciliana de Trapani, han permitido descubrir un nuevo edificio monumental, cerca del pórtico que cerraba la antigua ágora, con la base de una antigua estatua en la que están grabados el nombre y las obras de una persona que financiaba económicamente y se ocupaba de las obras monumentales de construcción pública.

Desde el pasado 3 de mayo de 2021 el equipo de arqueólogos, con estudiantes de postgrado y doctorado de varias universidades, había reanudado las investigaciones en el ágora de Segesta con sus edificios públicos. La excavación, concluida el pasado viernes 21 de mayo, fue dirigida por Anna Magnetto, profesora de Historia de Grecia en la Escuela Normal Superior y directora del Laboratorio Saet, y por Maria Cecilia Parra, profesora de Arqueología de la Magna Grecia y de la Sicilia Antigua en la Universidad de Pisa, y coordinada sobre el terreno por Riccardo Olivito (investigador del IMT de Lucca), bajo la supervisión de la directora del Parque Arqueológico de Segesta, Rossella Giglio. Carmine Ampolo, profesor emérito de la Scuola Normale, estuvo presente para estudiar el material epigráfico y los aspectos históricos.

"Son resultados muy importantes, que demuestran el papel fundamental que la munificencia de las grandes familias jugó en la historia de la antigua Sicilia y el protagonismo que se les dio en los lugares más estratégicos, al igual que ocurre ahora con los grandes patrocinadores de restauraciones y eventos", comenta la profesora Anna Magnetto (izquierda).

El ágora de Segesta se construyó sobre tres terrazas inclinadas a partir del siglo II a. C., según modelos urbanos y monumentales muy extendidos en las ciudades y santuarios del Mediterráneo, desde Asia Menor hasta el área egea e itálica. "La excavación se realizó en el lado sur de la gran plaza, donde un pórtico monumental (stoa) cerraba el ágora. Se construyó haciendo grandes cortes en la roca, como aclaran las enormes obras de substrucción sacadas a la luz a lo largo de la ladera: un complejo tan impresionante como el del lado norte sacado a la luz en los últimos años", explica María Cecilia Parra (derecha).

Los arqueólogos sacan a la luz el pedestal de una estatua con el nombre de un siciliano de élite tallado en su base. (Università di Pisa).

El pórtico superior daba a la plaza, frente a un edificio monumental, con una fachada de nivel inferior que daba a la calzada. Aquí había una gran puerta, con estancias que tenían una importante función pública: gracias a los nuevos descubrimientos sabemos que quienes entraban podían leer en una base, conservada en su lugar original, el nombre y las obras de un destacado personaje de Segesta, uno de los que entre los siglos II y I a.C. financió económicamente y se ocupó de las obras monumentales de construcción pública: Diodoro, hijo de Tittelo, el cual ya era conocido por haber realizado la estatua de su hermana, sacerdotisa de Afrodita Urania, hallada en el templo dórico de Segesta en el siglo XVII.

Posando con la inscripción griega desenterrada en el Parque Arqueológico de Segesta con el nombre de Diodoro. (Università di Pisa)

"Era la base, como reconoce el profesor Ampolo (izquierda), bien conservada y legible, de una de las estatuas erigidas por este personaje, ya conocido por haber erigido la estatua de su hermana, sacerdotisa de Afrodita Urania, encontrada cerca del templo dórico en el siglo XVII. Otra inscripción griega, descubierta cerca de la puerta, enriquece así el cuadro de las pruebas de evergetismo, de munificencia para la comunidad, de la Segesta helenístico-romana: aparece el mismo nombre que estaba inscrito en la base de una estatua (ahora en Palermo) en el teatro de Segesta, tal vez el de su financista. Diodoro hizo colocar aquí la estatua de su padre Tittelo, que había sido gimnasta y había financiado a su vez la construcción de un edificio para la juventud de la ciudad. Todos estos testimonios muestran claramente el papel que tuvieron las grandes familias en la historia de la antigua Sicilia.

"Los resultados obtenidos este año -concluye Magnetto- pueden considerarse extraordinarios. Una pieza completamente nueva se ha añadido a nuestro conocimiento de la antigua ciudad, mostrando un complejo arqueológico inédito, que la nueva inscripción nos permitirá interpretar. Me gustaría añadir que todo esto no habría sido posible sin el apoyo de la Escuela Normal Superior y la clarividencia de su director, Luigi Ambrosio, que creó las condiciones para que pudiéramos continuar nuestra investigación con seguridad y tranquilidad incluso en un momento tan complejo. Estamos especialmente satisfechos de poder corresponder a su confianza con estos importantes resultados".

El equipo de arqueólogos que excavó en Segesta en Sicilia ha descubierto pruebas sobre la importancia del patrocinio de los antiguos sicilianos. (Università di Pisa).

"La colaboración de diez años entre el Parque Segesta y la Scuola Normale di Pisa -dice el concejal de Patrimonio Cultural e Identidad Siciliana, Alberto Samonà- es una prueba concreta de una relación que este año resultó ser particularmente fructífera y rica en importantes descubrimientos que invitamos a continuar por el camino de la investigación emprendida, y brillantemente conducida, por la entusiasta directora del Parque Arqueológico, Rossella Giglio. En Segesta se ha trabajado mucho, además de los caminos que permiten a todos visitar el lado de la acrópolis. al sur del Parque Arqueológico, donde también se abrirá un antiguo edificio rural que será utilizado para exposiciones temporales así como nuevos refugios para visitantes”.

Fuentes: Università di Pisa | palermo.repubblica.it | 7 de junio de 2021

La invención de los números

Hueso de hiena encontrado en Les Pradelles (Francia) con marcas que sugieren que una información numérica.

No todos los grandes inventos son obra de nuestra especie. La rueda y el alfabeto sí lo son, obviamente, puesto que ya éramos los únicos humanos sobre la Tierra cuando se inventaron. Pero el fuego no lo podemos patentar, porque se domesticó en la época del Homo erectus, cuando nosotros no éramos ni siquiera un lejano proyecto. Y ahora los neandertales nos amenazan con expropiarnos otra de las grandes invenciones de todos los tiempos, los números.

La razón es un fémur de hiena desenterrado hace medio siglo en el sitio arqueológico de Les Pradelles, cerca de Angulema, en el suroeste de Francia. El hueso exhibe nueve muescas paralelas y casi idénticas, y seduce al ojo como algún tipo de símbolo numérico. Como ha sido datado en 60.000 años atrás, y en esa época no había en Europa más que neandertales —los humanos modernos tardaríamos aún 20 milenios en aparecer por allí—, debemos concluir que lo grabó un neandertal. Si fuera cierto que el hueso representa un sistema numérico, habría que ceder la patente de los números a los neandertales. Imaginen la pasta que les deberíamos. Más nos vale no resucitarlos, sobre todo si saben hacer las cuentas.

Una idea llamada teoría del compromiso material sugiere que el concepto mental de los números se extiende a los objetos físicos, como los dedos. Crédito: Matthew Horwood / Getty.

Cualquier comportamiento cíclico de la naturaleza constituye la raíz remota de un sistema numérico. El ciclo de los días y las noches, las fases de la Luna, la sucesión de las estaciones, no hablemos ya de las cigarras que emergen cada 17 años por las Américas, llevan condicionando la evolución biológica desde el origen de los tiempos, y no es extraño que llevemos incorporados de serie varios tipos de relojes que van ‘contando’ los picos y valles de esos ciclos. Siendo estrictos, cada una de nuestras células es un reloj. A la escala de los genes y las proteínas, somos ritmo sobre ritmo en una regresión infinita como tu imagen en un armario de dos espejos. Pero eso no alcanza ni de lejos la categoría de sistema numérico, un artefacto que debe servir para contar cosas y manipular los símbolos que significan cantidades.

Los estudiosos han dado por hecho tradicionalmente que nuestra especie es la única que posee un sentido innato de la numerosidad, o de la cuantificación de los objetos. Ese prejuicio se ha revelado en los últimos tiempos como un error garrafal. Los peces, las abejas y los pollos reconocen de inmediato los números del 1 al 4. También disciernen entre dos cantidades grandes, siempre que sean lo bastante diferentes. Como dice Colin Barras (izquierda) en Nature, distinguen de un vistazo 10 objetos de 20 objetos, pero no 20 de 21. Este sentido de la numerosidad es casi idéntico al que revela un bebé de seis meses, y no es difícil imaginar el porqué en términos evolutivos. Como dijo alguien, quien cofunda a 2 predadores con 20 predadores se extingue en forma de chuletas.

Pero el sentido de la numerosidad tampoco basta. Un sistema numérico que merezca tal nombre se basa en símbolos que pueden manipularse. Esta es la forma de avanzar más allá del 4 que nos ofrece el instinto, y también de distinguir 20 de 21. Y aquí sí que los humanos somos genuinamente únicos en la Tierra. Ningún otro animal utiliza símbolos para representar los números, ni por tanto puede transmitir a sus hijos ese conocimiento. Pero entonces, ¿qué hay de los neandertales? La verdad es que el hueso con nueve muescas de aquella pobre hiena es un argumento flojo. Necesitamos mucho más que eso antes de ceder la patente a nuestros primos.

Los investigadores creen que la gente hizo muescas en este hueso de babuino hace unos 40.000 años como una forma temprana de contar. Crédito: F. d'Errico y L. Backwell.

Pese a que mucha gente prefiere pensar que los neandertales eran tan inteligentes y creativos como nosotros, los argumentos clásicos en contra siguen vigentes. Los neandertales vivieron en Europa y Asia occidental durante 300.000 años, pese a lo cual los yacimientos arqueológicos que dejaron son prácticamente idénticos a lo largo del espacio y el tiempo. Los asentamientos creativos de Europa, que difieren en pocos kilómetros o en pocos años, y muestran herramientas avanzadas e innovadoras, coinciden con la llegada del Homo sapiens al continente. Y los datos recientes añaden dudas a la capacidad intelectual de los neandertales.

Los genes asociados a la autoconsciencia eran menos comunes en los neandertales que en nuestra especie. Los genetistas y los científicos cognitivos han definido tres redes cerebrales esenciales para el aprendizaje y el pensamiento creativo. En total son 972 genes, y su comparación entre Homo sapiens, Homo neanderthalensis y chimpancés deja bastante mal a los dos últimos. No se trata de antropocentrismo, sino de datos duros. Los neurocientíficos no creen que el repertorio genético del neandertal le hubiera permitido un comportamiento orientado a la sociedad, una interacción aceptable con los extraños ni un arte narrativo siquiera incipiente. Emocionalmente sí éramos muy parecidos, pero ¿quién no? La verdad es que nuestro miedo es muy difícil de distinguir del de una rata. Los números son otra historia.

Fuente: elpais.com | 6 de junio de 2021

Recuperan en La Línea (Cádiz) un millar de útiles prehistóricos obtenidos ilegalmente por un conocido coleccionista

Autoridades, en la Comandancia de Algeciras, ante las piezas recuperadas - S. F.

Un millar de útiles prehistóricos de incalculable valor arqueológico adquiridos durante toda una vida. Es lo que han recuperado la Guardia Civil y la Policía Nacional en una operación conjunta a un conocido coleccionista de fósiles y minerales de La Línea de la Concepción (Cádiz), J.J.C., que ha exhibido parte de su colección legal en municipios del Campo de Gibraltar como Los Barrios. El investigado es un octogenario acusado de los delitos contra el patrimonio histórico y expolio, al no disponer de documentación necesaria, así como por tráfico ilícito de bienes culturales, por importarlos ilegalmente de otros países y continentes. No ha sido detenido al padecer una enfermedad que lo incapacita.

Parte de las piezas adquiridas ilegalmente por este coleccionista se exhibían en una asociación vecinal de La Línea, según han informado desde la Guardia Civil y la Policía Nacional, que firman esta importante operación conjunta contra el expolio del Patrimonio Histórico Español y el tráfico ilegal de Bienes Culturales, denominada 'Arrow' –flecha en inglés-.

Este coleccionista había atesorado durante toda una vida, tanto en viajes como en el mercado negro, una importante colección de útiles prehistóricos de África (Paleolítico y Neolítico) de América (Arte Precolombino), China y Europa (Francia, Italia y España). Hay piezas con una antigüedad de un millón de años.

Las autoridades muestran las piezas recuperadas en un acto en la Comandancia de la Guardia Civil. / ERASMO FENOY.

El inicio de la operación es fruto de la colaboración ciudadana tras investigarse un supuesto delito de coacciones, lo que permitió comprobar que en la vivienda de La Línea en la que presuntamente se había perpetrado dicho acto delictivo había una colección de útiles prehistóricos con valor arqueológico. Tras la realización de las primeras gestiones, se identificó al propietario del inmueble, una persona vinculada a coleccionismo de fósiles y minerales muy conocida en el Campo de Gibraltar.

En el primer registro, realizado en la asociación vecinal, se recuperaron 25 útiles prehistóricos expuestos en vitrinas aunque lo extraordinario del hallazgo se ha encontrado en la vivienda del investigado, cerca de un millar de piezas de las que 534 son de alto valor histórico.

Tras un primer análisis, el catedrático de Prehistoria de la Universidad de Cádiz, José Ramos Muñoz (izquierda), confirmó que se trata de una serie de materiales líticos tallados y pulimentados de gran calidad técnica y de gran valor histórico y patrimonial. En su gran mayoría, es material de procedencia de África. «En conjunto, es una colección espectacular y de gran valor patrimonial e histórico», ha asegurado, al tiempo que ha resaltado que «se trata de un material de gran calidad que debería estar depositado y custodiado en un museo arqueológico para disfrute de la sociedad».

Foto: Piezas arqueológicas incautadas por la Guardia Civil de Algeciras y la Policía Nacional de La Línea.

Piezas de más de un millón de años

Así, hay objetos vinculados a Modo tecnológico 2-Achelense, de procedencia africana, de diversos países: Marruecos, Argelia, Tanzania y de yacimientos de gran interés e importancia paleontológica (Casablanca, Olduvai, Melka Kunturé). Deben tener cronologías situadas entre al menos 1 millón de años-780.000 años (Pleistoceno Inferior) y posiblemente hasta 400.000 años (Pleistoceno Medio). Deben estar vinculados a Homo erectus. Corresponden sobre todo a bifaces y hendedores en sílex y arenisca.

También hay material de gran calidad de Modo 3-Paleolítico Medio-Middle Stone Age (MSA) y/o Ateriense. Vinculado a Homo sapiens arcaico, con cronologías comprendidas entre 300.000-150.000 años (Pleistoceno Medio y Superior). Son de gran calidad, puntas pedunculadas, foliáceos, raederas, puntas, láminas. Proceden igualmente de yacimientos emblemáticos de esta cultura (Tassili n’Ajjel, Sidi Abderrhaman, Bir-el Ater) de países como Marruecos, Argelia, Mauritania.

Asimismo, hay material de Modo 4-Paleolítico Superior-Late Sone Age (LSA), de cronologías más recientes, entre 25.000-11.000 años. Corresponden al Homo Sapiens Sapiens de Mauritania, Mali, Chad y yacimientos como Tombouctou, Montañas d’Affole, Bakoo, Tilemnsi-Gao. Son láminas, láminas con borde abatido, raspadores, buriles.

Foto: José Ramos Muñoz, catedrático de prehistoria de la UCA, sostiene una de las piezas. / ERASMO FENOY.

África, América, Asia y Europa

Igualmente, hay material Neolítico africano, tanto de productos pulimentados, en rocas subvolcánicas, como una amplia serie espectacular de puntas foliáceas de variada tipología, puntas con pedúnculos, aletas, puntas tipo torre Eiffel. Son de cronologías neolíticas, entre 7.000-5.000 años.

Por otro lado, hay material de procedencia de América, una serie de puntas foliáceas en sílex de la Cultura Clovis o cazadores paleoindios, de cronología de unos 20.000 años. También hay material en rocas exóticas de la cultura Maya de Guatemala.

De Asia se han recuperado dos hachas pulimentadas de China, de la zona de Yuanmou. Son de etapa de Prehistoria Reciente y están elaboradas en rocas subvolcánicas.

De Europa hay material de origen de Francia. En concreto una raedera bifacial espectacular de la zona del Seine y un bifaz Musteriense del río Panero de Italia. De Gibraltar, de la Cueva de Gorham, hay un pequeño conjunto de fauna cuaternaria de herbívoros, algunas lascas de técnica levallois y algún producto retocado. La atribución es claramente Musteriense, vinculado a Homo sapiens neanderthalensis.

Foto: Vista de las cuevas de Gorham, en Gibraltar, incluidas en la lista de Patrimonio Mundial de la Unesco y de donde el coleccionista tenía piezas de procedencia supuestamente ilícita.CLIVE FINLAYSON / MUSEO DE GIBRALTAR.

En cuanto a España, la colección incluye material de la provincia de Zaragoza, de río Giloca. Es un conjunto en sílex de buena calidad, con variedad de tipos: raederas musterienses, lascas levallois (atribución a neandertales), productos del Paleolítico superior, con puntas foliáceas solutrenses (atribución a Homo sapiens sapiens) y hojas neolíticas.

De la provincia de Cádiz y, en concreto del Campo de Gibraltar, no es descartable la presencia de algún bifaz regional de la comarca, realizado en arenisca (de la zona de La Janda o río Palmones), de atribución a Modo 2-Achelense; así como productos líticos tallados del Pinar del Rey, en San Roque, y de Castellar de la Frontera con núcleos poliédricos, lascas y productos retocados. De La Línea se han recuperado núcleos, lascas y retocados.

Al Museo Municipal de Algeciras

Los útiles han estado depositados en la Comandancia de la Guardia Civil de Algeciras para un primer análisis, a la espera de ser depositados en las dependencias del Museo Municipal de Algeciras, donde serán sometidos a estudios más precisos y pormenorizados por parte de expertos de la Universidad de Cádiz y de la delegación provincial de Cultura. Según ha indicado la responsable provincial, Mercedes Colombo, las piezas serán exhibidas en el Museo de Algeciras por ser el municipio que lo ha solicitado y porque tiene una importante sala dedicada a la Prehistoria.

La operación ha sido desarrollada por agentes de la Guardia Civil especializados en Patrimonio Histórico pertenecientes a la UOPJ de la Comandancia de la Guardia Civil de Algeciras en coordinación con agentes de la UDEV de la Comisaría de Policía Nacional de La Línea.

Fuente: abc.es | 1 de junio de 2021

El conjunto arqueológico de Baelo Claudia (Cádiz) podría aglutinar un total de 40 factorías de salazones

Investigadores de la UCA prosiguen con las excavaciones en el barrio meridional de Baelo Claudia - LA VOZ.

Los historiadores estiman que alrededor del siglo VII d.C. la ciudad romana Baelo Claudia (playa de Bolonia, Tarifa, Cádiz) quedó totalmente desocupada después de que, tiempo atrás, fuera arrasada por movimientos sísmicos y sufriera las incursiones de distintos pueblos.

No obstante, el conjunto arqueológico se encuentra más vivo que nunca tras revelarse una nueva factoría de salazones, una taberna y un edificio, aún en estudio, que se añaden al yacimiento gracias a las excavaciones realizadas por los investigadores del grupo HUM-440 del Laboratorio de Arqueología y Prehistoria de la Universidad de Cádiz (Labap), en colaboración con otras entidades.

Un nuevo hallazgo que otorga mayor renombre, aún más si cabe, al yacimiento de Baelo Claudia, declarado Monumento Histórico Nacional y reconocido como el enclave más visitado de la provincia de Cádiz hasta 2019 con una cifra de visitantes anuales que supera los 150.000.

Vestigios del siglo II a.C.

A través de los proyectos de investigación Garvm III, financiado por el Ministerio de Ciencia e Innovación del Gobierno de España, y Arqueofish, subvencionado por el Programa de Ayudas a la I+D+i del Plan Andaluz de Investigación, Desarrollo e Innovación de la Junta de Andalucía, una veintena de investigadores participaron en las excavaciones que comenzaron durante julio de 2020.

Darío Bernal Casasola (izquierda), catedrático de Arqueología de la UCA, dirige las investigaciones junto a los profesores del departamento de Historia, Geografía y Filosofía, Juan José Díaz, José Ángel Expósito y Macarena Lara. Éstas son apoyadas por expertos de otras universidades españolas e internacionales, como las de Córdoba, Barcelona, Murcia, British Columbia (Canadá), así como con el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).

Una de las líneas de investigación que lleva a cabo este numeroso grupo de expertos es el de analizar los recursos marinos en la antigüedad, mediante el cual se ha podido examinar todas las factorías de salazones de Baelo Claudia. Precisamente, estas fábricas se constituían como el motor económico de la antigua ciudad romana, la cual destacaba por tener un barrio exclusivamente dedicado a la actividad conservera.

Los investigadores, centrados en la zona más oriental, han habilitado una nueva parcela de gran extensión (500 metros cuadrados) en la cual desarrollarán sus proyectos de excavación para los próximos 6 años. La ubicación designada oculta numerosos vestigios que ahora son analizados por los expertos. Entre los hallazgos ha sido descubierta una nueva factoría de salazones que data de comienzos de la ciudad romana (s. II a.C.) y que pudo estar en funcionamiento por más de 700 años.

Asimismo, los investigadores habrían encontrado también una taberna del siglo I d.C. y un edificio cuyo proceso de excavación aún no ha terminado. Los expertos creen que éste podría tratarse de una factoría de salazón o una vivienda. La actual campaña se extenderá hasta finales de junio para analizar y clasificar, además de las estructuras, otros restos hallados como cerámicas, monedas o materiales. Del mismo modo, la UCA confirma una nueva excavación en 2022 para proseguir con estos trabajos.

Investigadores de la UCA prosiguen con las excavaciones en el barrio meridional de Baelo Claudia - LA VOZ.

30 factorías de salazones por descubrir

El yacimiento de Baelo Claudia cuenta con una extensión estimada de unas 10 hectáreas (100.000 metros cuadrados). El profesor Bernal Casasola considera que «solo el 30% de la ciudad romana se encuentra excavada, por lo que los próximos trabajos de campo llevados a cabo por los investigadores de la UCA podrían ofrecer nuevas estructuras de uno de los complejos arqueológicos más fascinantes de la Hispania Romana».

Previamente al comienzo de las excavaciones, el catedrático explica que «se ha analizado por unidades de superficie qué cantidad de superficie está destinada a arena y qué cantidad a otros edificios. Extrapolando esos datos a la totalidad del área del barrio meridional (20.000 metros cuadrados), nuestra propuesta es que deben existir unas 40 factorías de salazones, oficialmente salen 37».

Del total de las casi 40 factorías, en la actualidad solo se conocen 9 fábricas de salazones y una tienda. Este enorme número de fábricas ofrece una perspectiva de la importancia que tenía la actividad conservera en Baelo Claudia. Todas estas fábricas se encuentran integradas en la planificación urbana de la ciudad, dentro de las murallas. «El total de esta superficie ha estado dedicada a la industria conservera durante 700 años. Algunas se abandonan y luego se abren otras, pero prácticamente todas las factorías se encontraron en funcionamiento durante la totalidad del periodo de vida de la ciudad».

Factoría de salazones excavada en Baelo Claudia.

Un siglo de excavaciones

La ciudad de Baelo Claudia, fundada a finales del siglo II a.C., se integra en la región geohistórica del Círculo del Estrecho que constituían una red comercial dependientes de la ciudad de Gadir (Cádiz). Este muniquipium (segunda clase más alta para una ciudad romana) se insertaba en un entorno poblado por más ciudades, algunas de mayor importancia como Gades. Baelo Claudia, a diferencia de estas grandes urbes y gracias a su desocupación, se posiciona como una de las mejores ciudades romanas conservadas.

Oculta durante siglos bajo la arena de Bolonia, en 1917 comenzaron las primeras excavaciones para la recuperación de Baelo Claudia. El complejo no sería lo que es hoy sin las figuras de los arqueólogos franceses Pierre París y George Edward Bonsor.

En el 2000, la UCA inicia sus cursos de arqueología en Baelo Claudia para investigar en el barrio salazonero y formar a nuevos arqueólogos, estudiar las factorías salazoneras del barrio meridional, iniciar nuevas excavaciones al sur de la Puerta de Carteia y descubriendo las termas marítimas.

La relación entre el yacimiento y la Universidad de Cádiz no termina con sus investigaciones en Bolonia. Desde 2010, un grupo interdisciplinar se centró en la recuperación de la salsa Garum.

A lo largo de la última década, el trabajo de investigación de la UCA en Baelo Claudia ha contado con una base científica en el Proyecto General de Investigación denominado Economía marítima y actividades haliéuticas en Baelo Claudia, autorizado por la Consejería de Cultura y Patrimonio Histórico de la Junta de Andalucía, así como otros proyectos obtenidos en concurrencia competitiva del Plan Estatal de I+D+i del Ministerio de Ciencia e Innovación del Gobierno de España como Garvm III (financiado con fondos Feder); Arqueostra (del Programa Operativo Feder 2014-2020 y de la Consejería de Economía, Conocimiento, Empresas y Universidad de la Junta); y Arqueofish (del Programa de Ayudas a la I+D+i del Plan Andaluz de Investigación, Desarrollo e Innovación).

Otras entidades colaboradoras con la institución universitaria gaditana han sido la Fundación PALARQ, del Roman Islam Center de la Universidad de Hamburgo y del Istituto di Scienze del Patrimonio Culturale del Consiglio Nazionale delle Ricerche italiano, y las empresas andaluzas Productos Majuelo de Jerez y Arqueogastronomía.

Foto: Imagen de la exposición Baelo Claudia y los secretos de Garum / © Miguel Esteban Gallego

'Los secretos del Garum'

En enero de 2021, la UCA presentaba la exposición 'Baelo Claudia y los secretos del Garum', la cual reúne los resultados de más de una década de investigaciones interdisciplinares entre arqueólogos y tecnólogos de los alimentos.

La muestra, coordinada por el catedrático de Arqueología de la UCA, Darío Bernal, el profesor titular de Tecnología de los Alimentos de la UCA, Víctor Palacios, el profesor ayudante doctor de Arqueología, José J. Díaz, y José Ángel Expósito Álvarez, del área de Difusión del Conjunto Arqueológico de Baelo Claudia, recrea la vida de las almadrabas y sus recursos marinos, de la industria pesquero-conservera y de la elaboración de la milenaria salsa Garum.

Entre sus hallazgos destacaban la excavación por completo de dos fábricas conserveras o la identificación de al menos cinco tipos de garum (de besugos, de boquerones, de sardinas, de ostras e incluso un garum mixtum, con pescado y carne). Esto ha permitido reproducir el garum en los laboratorios de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Cádiz, y luego construir unas piletas a escala en el propio yacimiento arqueológico de Baelo Claudia, donde se está experimentando en las mismas condiciones en las que se trabajaba en época romana.

Fuente: lavozdecadiz.es | 1 de junio de 2021

Desentierran una gran basílica de tiempos de Herodes el Grande en Israel

Las excavaciones de la gran basílica de Ascalón - Autoridad de Antigüedades de Israel

Una excavación de la Autoridad de Antigüedades de Israel (IAA, en sus siglas en inglés) está desenterrando en la ciudad de Ascalón los restos de una magnífica basílica romana de 2.000 años de antigüedad, cuyo origen se remonta a la época de Herodes el Grande.

Situada en el centro de la urbe, este edificio público estuvo dividido en una sala principal y dos laterales, según informa la IAA en Facebook. La estancia central estaba rodeada por enormes columnas de mármol de hasta 13 metros de altura y adornada con elaborados capiteles, decorados con motivos vegetales y, en algunos casos, con un águila, símbolo del Imperio Romano. Sus restos, según los arqueólogos, permiten imaginar el esplendor de esta basílica, la mayor de Israel.

La Dra. Rachel Bar-Natan limpiando un capitel enorme. Foto: Yuli Schwartz, Autoridad de Antigüedades de Israel.

«Fue descubierta por primera vez en la década de 1920 por el arqueólogo británico John Garstang, quien luego la cubrió después», señaló Rachel Bar Nathan (izquierda), directora de excavación de la IAA junto con Saar Ganor y Federico Kobrin. Tras casi un siglo tapado, el Parque Nacional de Ascalón decidió hace cinco años volver a excavar en el lugar y reconstruir parte de la columnata.

«Garstang ya había calculado las dimensiones del edificio, y al ver los restos de las columnas de mármol, realizadas con materiales importados de Asia Menor, había sugerido que la basílica se remontaba a la época de Herodes el Grande, ya que el historiador Josefo describió cómo el rey construyó un salón con columnas y otras estructuras en la ciudad», dijo la directora de las excavaciones.

Designado por los romanos como rey de Judea en la segunda mitad del siglo I a.C., Herodes el Grande fue conocido por las construcciones que se realizaron en su nombre en todo el territorio, incluida la reconstrucción del Templo de Jerusalén.

La Basílica y el Complejo Odeón en el Parque Nacional Tel Ashkelon. YANIV COHEN / AUTORIDAD DE PARQUES Y NATURALEZA).

Reconstruida en época de Septimio Severo

Cuando los arqueólogos comenzaron a excavar la basílica se dieron cuenta de que algunos de los restos no se remontaban a Herodes, sino a la época del emperador Septimio Severo (siglos II-III d.C.). «Reconstruyó la basílica con un estilo aún más grandioso, pero la estructura original se remonta a la época de Herodes, como pensaba Garstang», afirma Bar Nathan en The Jerusalem Post.

Los arqueólogos han encontrado algunas monedas de tiempos de Herodes en el lugar, así como varias esculturas de mármol, algunas de las cuales representan a dioses paganos, como Isis, una deidad egipcia representada como Tyche, la diosa de la fortuna de la ciudad, y Nike, la diosa de la victoria.

Esculturas halladas en el lugar - Autoridad de Antigüedades de Israel.

Cuando Herodes gobernó Judea, Ascalón era una ciudad libre y un puerto comercial de renombre en la que la población judía no era mayoritaria. Más tarde, se convirtió en una ciudad romana. En esta época, la basílica era un edificio público en el centro de la ciudad, utilizado para el comercio, casos judiciales y otras funciones cívicas. Un terremoto asoló Ascalón en el año 363 d.C. y la basílica quedó destruida. Algunos de sus restos serían reutilizados después en otras construcciones en la zona.

Arqueólogo del distrito de Ashkelon, Saar Ganor mostrando un pequeño corazón de piedra hallado entre los restos de la basílica.

La IAA está llevando a cabo actualmente una operación para preservar y restaurar el complejo, incluida la basílica y un teatro que se ha descubierto en el lugar, como parte de un proyecto conjunto de la Autoridad de Parques y Naturaleza, el municipio de Ascalón y la Fundación Leon Levy para desarrollar el área y hacerla accesible al público.

Fuente: abc.es | 31 de mayo de 2021