Abric Romaní (Barcelona) cumple el próximo verano 40 años de excavaciones, gracias a las cuales conocemos mejor a los neandertales

El tesoro arqueológico de Capellades se descubrió en 1909, pero las excavaciones empezaron en 1982

Capellades es una pequeña villa papelera de poco más de 5.000 habitantes, con una apreciada balsa en su corazón, que en su día (1909) descubrió un tesoro, unos restos arqueológicos que datan del Paleolítico medio y superior. Desde principios de los ochenta, y hasta hoy, verano tras verano, unas excavaciones lideradas por el arqueólogo Eudald Carbonell y Palmira Saladié nos revelan nuevos e importantes hallazgos relacionados con los neandertales. El último, que el yacimiento fue un lugar ocasional de cazadores que hace 60.000 años abatían ciervos machos de grandes dimensiones por la zona.

Las excavaciones del Abric Romaní de Capellades cumplirán el próximo verano cuarenta años y, coincidiendo con la efeméride, se estrenará un nuevo nivel de trabajo, el de la letra S. Este verano se ha casi completado el nivel R -falta escarbar lo que bien podría ser la basura de les neandertales de la época-, de 12-13 metros de profundidad, con buenos resultados. Así, se ha podido saber que hace 60.000 años en el yacimiento hicieron estancias temporales grupos de cazadores de ciervos. Incluso puede concretarse que dichos períodos de caza tuvieron lugar entre otoño e invierno. Se han localizado restos de grandes ciervos, pero también de otra fauna, como conejos. Todo ello completado por una amplia diversidad de herramientas de piedra, negativos de madera y hogares.

Las excavaciones han trabajado durante cuatro años el nivel R. Durante este tiempo se han encontrado varios fuegos, industria lítica, herramientas de piedra y restos de fauna. Gracias a los descubrimientos, se sabe que el yacimiento, con una muy buena localización para la vigilancia y relativamente cerca del mar, fue un punto clave en los movimientos de los grupos de neandertales, siendo un nivel con una amplia diversidad de empleo.

El prestigioso arqueólogo Eudald Carbonell lidera desde hace años las excavaciones, que actualmente codirige con Palmira Saladié. Ésta última pone en valor el yacimiento: “Se trata de un tesoro, único en el mundo, que nos permite saber cómo vivían, comían y se estructuraban los neandertales". Se muestra ansiosa por adentrarse en el nivel S el próximo verano. Declina la invitación a elucubrar sobre qué nos deparará la nueva capa: “El Romaní es un yacimiento difícil de prever porque es muy variable. La cultura tecnológica es muy regular, sus fuegos y como los distribuyen también, pero el contenido de los niveles es muy variable. Será un nivel rico y extraordinario, como lo han sido los anteriores. No hay nivel que no cuente algo nuevo de la vida de los neandertales”. Las excavaciones han bajado hasta 12-13 metros y se calcula que pueden llegar a los 51. “Falta por saber si a esa profundidad tenemos registros arqueológicos potentes para saber si vale o no la pena continuar excavando; pero sí, hay trabajo para años”, reconoce la arqueóloga.

Hace 39 años, unos cuantos después de que el empresario Amador Romaní Guerra descubriera el yacimiento (1909), que se hacen las excavaciones de manera ininterrumpida. El año pasado se mantuvieron a pesar de la pandemia con un tercio de los arqueólogos habituales. También ha resistido a las crisis económicas. “Es de los pocos yacimientos que se han excavado durante 40 años de manera ininterrumpida, ni la crisis económica ni la pandemia, nos hemos adaptado, pero sin parar. Eudald Carbonell dice que cuando paras una cosa es muy difícil volverla a poner en marcha”, cuenta Saladié. Este año la cifra de arqueólogos ha subido hasta 20. Sin embargo, se ha establecido un protocolo para evitar contagios y todos los participantes, que tuvieron que hacerse test antes de empezar, han actuado como grupo burbuja.

Coincidiendo con la campaña, se han realizado también visitas guiadas al yacimiento para el público general. Durante el mes de agosto se ha superado los dos mil visitantes. Paralelamente, coincidiendo con las fiestas de Capellades, se han realizado también caminatas nocturnas por la Cinglera del Capelló, disfrutando de un espectacular recorrido iluminado por la zona. Por allí por donde pisaron antaño los neandertales.

Fuente: lavanguardia.com | 4 de septiembre de 2021

Las excavaciones en la Cova del Randero de Pedreguer (Alicante) concluyen con nuevos hallazgos de grupos de cazadores recolectores

Excavaciones de Cova del Randero en Pedreguer | Diputación Provincial de Alicante

El MARQ ha concluido la campaña de excavaciones en la Cova del Randero de Pedreguer (Alicante) con nuevos hallazgos que sitúan el enclave como uno de los yacimientos arqueológicos más extensos e interesantes para aproximarse a los grupos de cazadores recolectores que poblaron el este peninsular durante el periodo Magdaleniense.

En las dos últimas campañas de excavación se ha determinado que la cueva estuvo habitada al menos desde hace 17.000 años en un ámbito no sólo próximo a la boca, como hasta ahora se pensaba, sino también en el interior. Este año, además, se han encontrado huesos humanos y una varilla plana apuntada y pulida en su totalidad, realizada sobre costilla de animal, empleada para sujetar el cabello o la ropa que portaría uno de los inhumados que depositaron en esta cavidad hacia el 2.700 a. C.

Los trabajos de la decimoquinta y última campaña de excavaciones arqueológicas en Pedreguer comenzaron el pasado 18 de agosto. Este proyecto forma parte del Plan de Excavaciones arqueológicas de la Diputación de Alicante, dirigido desde el MARQ por Consuelo Roca de Togores, y del que forman parte en la codirección los especialistas y doctores Jorge A. Soler, experto en el periodo Neolítico, y Elisa Domènech, referente a las fases del Paleolítico Superior. La campaña se ha realizado en el marco del convenio suscrito entre la institución provincial y el Ayuntamiento de la localidad.

La vicepresidenta y diputada de Cultura, Julia Parra, ha confirmado en un comunicado su respaldo para mantener las investigaciones en la Cova del Randero y ha manifestado que es un enclave «importante desde el punto de vista arqueológico en el que, gracias a la colaboración institucional, un año más han salido a la luz nuevos datos que nos permiten descubrir el desarrollo de comunidades del Paleolítico y el Neolítico del este peninsular y su forma de vida».

En el equipo de investigación de esta cueva, además de los codirectores y especialistas en diferentes disciplinas, participan cada año estudiantes de Arqueología de diferentes universidades como la Rovira i Virgili de Tarragona, la Autónoma de Barcelona o las de Murcia y Alicante, con un plan de trabajo adaptado a las medidas establecidas por las autoridades sanitarias.

Nivel del Neolítico Antiguo con restos del hogar con combustión entre las piedras.

Los resultados científicos de este año serán publicados, documentando los restos de un hogar adscrito al Neolítico Antiguo Epicardial, con una cronología aproximada del 5.000 a.C, correspondiente a los primeros grupos que comienzan con una economía de producción, que cultivaban cereales y cuidaban de rebaños de ovejas y cabras.

En torno al 4.500 a. C., la Cova del Randero revela además un extenso aprovechamiento estacional del espacio, donde se generan distintas actividades según el ámbito interno; de estabulación del ganado, hallando huellas de un posible cercado que podría haber servido para separar los animales adultos de las crías; así como también de hábitat de pastores, documentando una huella de poste que podría servir para aguantar algún tipo de estructura de madera, así como el hallazgo de un gran recipiente cerámico dentro de una fosa excavada en el suelo, que tras los análisis orgánicos efectuados, se conoce su uso culinario, lumínico e incluso higienizante.

La galería inmediatamente contigua era utilizada por los pastores como vertedero del procesado cárnico. En ella se ha documentado una enorme cantidad de restos óseos de animales con marcas en los huesos, principalmente de ovejas y cabras, pero también bovinos, cerdos y especies silvestres.

En los últimos momentos del Neolítico, la cavidad fue empleada exclusivamente como espacio funerario, representado por el hallazgo de restos óseos humanos, junto con fragmentos de vasos cerámicos, colgantes realizados en conchas y puntas de flecha realizadas en sílex, materiales correspondientes a los ajuares y ofrendas que acompañaban a los difuntos.

Los buenos resultados obtenidos en anteriores campañas han conducido a la participación del equipo de excavación de la Cova de Randero en dos congresos internacionales sobre el mundo Neolítico, el VII Congreso Internacional del Neolítico en la península ibérica, celebrado en Sevilla, y el Early Neolithic of Europe realizado en Barcelona.

Fuente: xabiaaldia.com | 4 de septiembre de 2021

Hallan posibles pruebas de presencia humana prehistórica en las Cuevas de La Araña (Málaga)

Una de las posibles lámparas de grasa en la cueva descubierta. L.O.

La nueva cueva descubierta en terrenos de la fábrica de cemento de 'La Araña' cuenta con dos posibles lámparas de grasa similares a las localizadas en el vecino yacimiento de Cuevas de La Araña, informan fuentes del entorno de la cavidad, conocida como la Maravilla Blanca y todavía en fase de estudio.

De confirmarse la veracidad de estos restos, sería la primera evidencia clara de presencia humana en la cueva. La Opinión se ha puesto en contacto con Julián Ramos, director del Centro de Interpretación de las Cuevas de La Araña, un centro Unesco, y director de las investigaciones y a la vista de las fotografías no tiene duda alguna: "Seguro que son prehistóricas".

El director arqueológico del Complejo del Humo (en La Araña), Julián Ramos, en el yacimiento. / MÁLAGA HOY.

Como explica, las cerca de una decena de lámparas de grasa analizadas en el vecino complejo de cuevas del que es responsable arrojan una amplísima datación que va desde los 45.000 años a. C. (época neanderthal) hasta el 4.500 (Neolítico), cuando las cuevas ya no se empleaban para vivir sino para enterrar a los muertos.

En el caso del complejo de las Cuevas de La Araña se han localizado tanto lámparas portátiles en conchas peregrinas como fijas, del tipo de las dos encontradas en la nueva cueva.

El arqueólogo detalla que estas lámparas fijas se solían emplear para iluminar lugares de paso o mal iluminados, informa.

En cuanto al material para alimentar las lámparas, explica que el más adecuado era el tuétano animal "porque arde mejor, lo que pasa es que es un producto mucho más caro porque no todos los días iban a cazar un mamut, un bisonte o un caballo, mientras que la grasa la tomaban de cualquier otro animal: cabra, jabalí, hasta aves".

Lámpara neandertal de grasa en el vecino yacimiento de las Cuevas de La Araña, en 2015 LA OPINIÓN.

Julián Ramos subraya la complicación para datar estos artilugios porque la grasa se evapora y suelen quedar pequeños fragmentos de carbón. "Hemos intentado datarlos por carbono-14 y no hemos logrado una fecha fina; también los hemos datado con uranio-torio y algunos de estos recipientes pensamos que lo pudieron hacer los neandertales y otras los cromagnones".

Precisamente, una de las posibles lámparas de grasa localizadas en la Maravilla Blanca presenta una costra oscurecida que podría corresponder a grasa. "Si dejaron grasa terminaría fosilizándose y desecándose. Si fuera grasa sería materia orgánica y se podría datar por carbono 14", destaca.

"La impresión que me da viendo las lámparas de grasa es que al menos ha habido ocupación prehistórica, aunque eso habría que analizarlo", remarca.

A este respecto, el arqueólogo insistió en que no basta con una mera inspección ocular. "Hay que excavar por lo menos en cada una de las salas y llegar hasta el fondo de la cueva, porque puedes encontrarte con costra estalagmítica y debajo con estratos de ocupación humana que puede ser neandertal, del Neolítico, de la Edad del Bronce... Mientras no se excave eso es especular".

Con respecto al valor geológico de la cavidad, Julián Ramos señala que "es la única cueva viva que tenemos allí, el resto están más o menos fosilizadas, mientras que en esta se están creando cristalizaciones, estalagtitas y estalacmitas; desde el punto de vista geológico es interesantísima".

Un rincón de la cueva recién descubierta, en terrenos de la fábrica de cemento de La Araña. L.O.

"Más grande que la Cueva de la Victoria"

La Opinión ha podido hablar con otra fuente que desea permanecer en el anonimato y que visitó la nueva cueva la pasada primavera durante unas cinco horas. "Es más grande que la Cueva de la Victoria (Rincón de la Victoria) y más pequeña que la Cueva de Nerja, tiene salas muy grandes y diáfanas y luego otras muy estrechas y altas; también hay otras que tienes que gatear muchísimo y recovecos que no sabes a dónde vas", describe.

En su opinión, "en cuanto a la erosión por el agua del mar es prima hermana de la Cueva del Tesoro". Además, señala que "allí hay una cantidad de estalactitas excéntricas que no he visto en ninguna cueva de Málaga" (las estalactitas excéntricas son formaciones que se ramifican en todas las direcciones en contra de la gravedad).

Otra imagen de la nueva cueva. L.O.

Como informó este diario el pasado día 25, la consejera de Cultura y Patrimonio Histórico, Patricia del Pozo, aseguró que la cueva recién descubierta contará con la protección de la Junta de Andalucía por su valor medioambiental "y si aparecen restos arqueológicos importantes tendríamos que intervenir".

Fuente: laopiniondemalaga.es | 31 de agosto de 2021

Identifican en Italia numerosas y sofisticadas herramientas de hace 400.000 años realizadas con huesos de elefantes

Herramientas de hueso excavadas en Castel di Guido en Italia. Crédito: Villa et al. 2021, PLOS ONE

En un nuevo estudio llevado a cabo por la arqueóloga de la Universidad de Colorado en Boulder, Paola Villa y sus colegas, se han examinado herramientas excavadas en un yacimiento en Italia donde habían muerto una gran cantidad de elefantes. El equipo descubrió que seres humanos de hace aproximadamente 400.000 años se apropiaron de esos cadáveres para producir una variedad sin precedentes de
algunas creadas con métodos tan sofisticados que no serían comunes hasta pasados otros 100.000 años.

"Hemos visto otros sitios con herramientas óseas de este mismo periodo temporal, pero no existe la variedad de formas que aquí se ven tan bien definidas", dijo la profesora Villa (izquierda), conservadora adjunta en el Museo de Historia Natural de la Universidad de Colorado en Boulder. Villa y sus colegas han publicado el resultado de su trabajo al respecto en Plos One.

El estudio se centra en el yacimiento llamado Castel di Guido, no lejos de la Roma actual. Hace cientos de miles de años era la ubicación de un barranco que había sido excavado por un arroyo efímero, un entorno donde criaturas de 4 metros de altura llamadas elefantes de colmillos rectos (Palaeoloxodon antiquus) apagaban su sed y ocasionalmente morían.

Los homínidos de Castel di Guido hicieron un buen uso de los resto óseo cuando ocupaban el lugar de vez en cuando a lo largo de los años. Los investigadores estiman que estos residentes de la Edad de Piedra produjeron herramientas óseas mediante la utilización de un enfoque sistemático y estandarizado, un poco como si fueran individuos que trabajan en una línea de ensamblaje primitiva.

"En Castel di Guido, los humanos rompían los huesos largos de los elefantes de una manera estandarizada y producían modelos simples típicos para hacer herramientas óseas", dice Villa. "Lo curioso es que este tipo de aptitud no se volvió común hasta mucho más tarde".

Colmillos de elefante y otros huesos en el sitio de Castel di Guido durante la excavación. Crédito: Villa et al. 2021, PLOS ONE

Caja de herramientas de la Edad de Piedra

Estas hazañas del ingenio se produjeron en un momento significativo para los homínidos en general. Hace unos 400.000 años, los neandertales (Homo neanderthalensis) apenas comenzaban a emerger en Europa. Villa sospecha que los residentes de Castel di Guido eran neandertales.

"Hace unos 400.000 años, se empieza a ver el uso habitual del fuego, y es el comienzo del linaje neandertal", dijo Villa. "Este es un período muy importante en la zona de Castel di Guido".

Una serie de herramientas puntiagudas de hueso de elefante de Castel di Guido. Crédito: Villa et al. 2021, PLOS ONE

Puede que también haya sido bastante productivo. En su nuevo trabajo de investigaión, Villa y sus colegas identificaron 98 herramientas óseas en Castel di Guido que fue excavadas entre 1979 y 1991. Los hallazgos representan el mayor número de herramientas óseas en lascas fabricadas por homínidos premodernos descritos por los investigadores hasta ahora. Laa rica caja de herramientas ofrece una amplia gama de elementos útiles: algunas herramientas eran puntiagudas y, teóricamente, podrían haberse utilizado para cortar carne. Otras eran cuñas que pueden haber sido útiles pararomper fémures pesados ​​de elefante y otros huesos largos.

"Primero se hace una ranura donde se pueden insertar estas piezas pesadas que tienen un filo", dijo Villa. "Luego se martillea, y en algún momento, el hueso se rompe".

Pero una herramienta se destaca del resto: el equipo descubrió un artefacto tallado en un hueso de ganado salvaje que era largo y liso en un extremo. Se parece a lo que los arqueólogos llaman lissoir (alisador), un tipo de herramienta que los homínidos usaban para tratar el cuero. Lo curioso: las herramientas lissoir no se volvieron comunes hasta 100.000 años después, es decir, hace unos 300.000 años. "En otros sitios de hace 400.000 años, la gente simplemente usaba directamente los fragmentos óseos que tenían disponibles", dijo Villa.

Una herramienta 'lissoir', o alisadora, hecha de un hueso de ganado salvaje. Crédito: Villa et al. 2021, PLOS ONE

Hallazgos útiles

En otras palabras, algo especial parecía estar sucediendo en este lugar de la península italiana. Villa no cree que los homínidos de Castel di Guido fueran más inteligentes que otros homínidos en otras partes de Europa, sino que estos primeros humanos simplemente usaron los recursos que tenían a su disposición. Explicó que en esta región de Italia no hay muchos sitios con grandes trozos de pedernal de origen natural, por lo que estos primeros neandertales no podían fabricar muchas herramientas a partir de grandes piedras.

Ahora bien, la región pudo haber dispuesto de muchos elefantes, los cuales a medida que avanzó la Edad de Piedra fueron muertos por diversas causas. Durante la era de los artesanos de herramientas óseas en Castel di Guido, muchos de estos animales pudieron haber acudido en masa a los abrevaderos del entorno , muriendo ocasionalmente por causas naturales. Luego, los humanos encontraron los restos y los utilizaron por sus huesos largos.

"La gente de Castel di Guido tenía un intelecto cognitivo que les permitía producir tecnología ósea compleja", afirma Villa. "En otros conjuntos óseos había suficiente material como para que la gente hiciera algunas herramientas, pero no eran lo bastante grandes como para comenzar una producción estandarizada y sistemática de herramientas óseas.

Fuente: Universidad de Colorado Boulder | 30 de agosto de 2021

Reconstruyen en Holanda el rostro del primer neandertal neerlandés al que se ha llamado 'Krijn'

Reconstrucción craneal y facial del primer neandertal neerlandés, Krijn. Foto de EFE.

El Museo Nacional de Antigüedades de Holanda ha presentado la reconstrucción facial del primer neandertal neerlandés, Krijn, un joven que vivió hace entre 70.000 y 50.000 años y cuyo fragmento de cráneo fue localizado hace dos décadas.

El fósil del neandertal, que se podrá ver en el museo hasta el 31 de octubre, tiene un bulto notable en la zona del ojo derecho, resultado de un pequeño tumor, y fue localizado hace veinte años en Zelanda por el paleontólogo aficionado Luc Anthonis, después de ser aspirado del mar del Norte por una draga de succión frente a la costa.

El fragmento de hueso localizado solo medía diez por seis centímetros, pero fue la primera pieza de un neandertal que se desenterró del mar del Norte y la primera vez que se encontró esta especie humana en Holanda.

Fragmento de hueso del cráneo del primer neandertal neerlandés, Krijn. Foto de EFE

Desde entonces, la pieza ha estado bajo investigación en la Universidad de Leiden, junto a la red de expertos del Instituto Max Planck, y se llegó a la conclusión de que Krijn era un joven “bastante robusto” y comía principalmente carne, según un examen de los isótopos estables.

En cuanto al hueco situado detrás de su gran arco de ceja, los investigadores, que apodaron al joven como “neandertal Krijn”, aseguran que es el resultado de un tumor subcutáneo inofensivo, aunque “nunca antes se había diagnosticado tal condición en un neandertal”, subrayó el museo.

Adrie y Alfons Kennis, dos famosos paleoartistas neerlandeses, analizaron los rasgos distintivos de varios cráneos neandertales para crear un rostro “científicamente sólido” de Krijn, uno de los habitantes de Doggerland, la tierra prehistórica sumergida en el mar del Norte frente a la costa neerlandesa, cuando el nivel del mar era al menos 50 metros más bajo de lo que es ahora.

Los Kennis son conocidos por varias reconstrucciones de humanos prehistóricos, como Ötzi (izquierda), la momia del “El hombre de hielo” o la figura de un niño de 11 años.

Para las labores de reconstrucción, se utilizaron las características examinadas del fósil, coincidencias digitales con cráneos neandertales para hacer comparaciones y los últimos conocimientos sobre los neandertales y sus apariencias, incluido el color de ojos, cabello y piel.

La pinacoteca contará ahora la historia de casi un millón de años de ocupación humana, paisaje y cambio climático en la vasta y rica zona prehistórica de la costa neerlandesa.

“Krijn y los otros hallazgos muestran que una mayor investigación y protección del mar del Norte es de gran importancia científica para la arqueología y la paleontología”, añadió el museo.

La exposición “Doggerland” comenzará en la Edad de Hielo, cuando el fondo del mar solía estar seco, siendo hogar de mamuts, rinocerontes lanudos, ciervos gigantes, neandertales y los primeros humanos modernos, y terminará hace unos 8 mil años, en un mundo prehistórico que quedó sumergido por el aumento del nivel de agua.

Fuente: lopezdoriga.com | 7 de septiembre de 2021

Un estudio muestra evidencias de consumo de cerveza hace 9.000 años en el sur de China

Vasijas de cerámica pintada halladas en Qiaotou, en el sur de la provincia de Zhejiang, China, para servir bebidas y comida. Crédito: Jiajing Wang.

Se sabe desde hace mucho tiempo que las bebidas alcohólicas cumplieron una importante función sociocultural en las sociedades antiguas, incluso en las fiestas rituales. Un nuevo estudio ha encontrado evidencias de beber cerveza hace 9.000 años en el sur de China, lo que probablemente fue parte de un ritual para honrar a los muertos. Los hallazgos se basan en un análisis de vasijas antiguas recuperadas en un lugar de enterramiento en Qiaotou, al sur de la provincia de Zhejiang, lo que hace que el sitio sea uno de los más antiguos del mundo en el consumo temprano de cerveza. Los resultados se informan en la revista PLOS ONE.

Las vasijas antiguas mencionadas fueron descubiertas en un montículo-plataforma de 80 m x 50 m de ancho, con una elevación de 3 m sobre el nivel del suelo, la cual estaba rodeada por una zanja hecha por el hombre (de 10 a 15 m de ancho y de 1,5-2 m de profundidad) según las excavaciones llevadas a cabo en Qiaotou. No se encontraron estructuras residenciales en el lugar. El montículo contenía dos esqueletos humanos y múltiples pozos de cerámica con vasijas de alta calidad, muchas de las cuales estaban completas. La cerámica fue pintada con engobe blanco y algunas de las vasijas estaban decoradas con diseños abstractos. Tal como se informa el estudio, estos artefactos son probablemente algunas de las cerámicas pintadas más antiguas del mundo. No se ha encontrado cerámica de este tipo en ningún otro sitio que date de este período de tiempo.

Vasija Hu de cuello largo. Crédito: Leping Jiang.

El equipo de investigación analizó los diferentes tipos de cerámica encontrados en Qiaotou, las cuales eran de diferentes tamaños, siendo algunas de ellas relativamente pequeñas y similares a los vasos para beber que se usan hoy en día y a los que se encuentran en otras partes del mundo. Básicamente, los recipientes se podían sostener en una mano como una taza o un vaso, a diferencia de aquellos que se usan para almacenar y que son mucho más grandes. Siete de los veinte recipientes que formaron parte del análisis se parecían a los vasos o vasijas Hu de cuello largo que se usaban para beber alcohol en los períodos históricos posteriores.

Para confirmar que las vasijas se utilizaron para beber alcohol el equipo de investigación analizó los residuos microfósiles: almidón, fitolito (residuo vegetal fosilizado) y hongos, extraídos de las superficies interiores de las vasijas. Los residuos se compararon con muestras de control obtenidas del suelo que rodeaba los recipientes.

El equipo identificó residuos microbotánicos (gránulos de almidón y fitolitos) y microbianos (moho y levadura) los cuales eran consistentes con los residuos de fermentación de la cerveza y que no se encuentran de modo natural en el suelo o en otros artefactos, a menos que estos hayan contenido alcohol.

"A través de un análisis de los residuos depositados en las vasijas de Qiaotou, nuestros resultados revelaron que las mismas se usaban para contener cerveza, en su sentido más general: una bebida fermentada hecha de arroz (Oryza sp.), un grano llamado 'lágrimas de Job' (Coix lacryma- jobi) así como tubérculos no identificados", dice Jiajing Wang (izquierda), profesora asistente de antropología en Dartmouth (Nuevo Hampshire, USA). "Esta antigua cerveza, sin embargo, no habría sido como la IPA que tenemos hoy en día. Probablemente era una bebida dulce y ligeramente fermentada con un color un tanto turbio".

Los resultados también mostraron que los fitolitos de las cáscaras de arroz y otras plantas estaban presentes en los residuos de los recipientes. Es posible que se hubieran agregado a la cerveza como agente de fermentación.

Aunque el valle del río Yangtsé, en el sur de China, se conoce hoy como el corazón del cultivo del arroz en el país, la domesticación del mismo se produjo gradualmente hace entre 10.000 y 6.000 años, por lo que hace 9.000 años, el arroz todavía se encontraba en la etapa inicial de dicho proceso. En ese momento, la mayoría de las comunidades eran cazadores-recolectores que dependían principalmente de la búsqueda de alimento. Como explican los investigadores en el estudio, dado que la recolección y el procesamiento del arroz requería mucha mano de obra, la cerveza hallada en Qiaotou probablemente era una bebida/brebaje de importancia ritual.

El entierro humano 1 (M44) es una de las características arqueológicas del montículo-plataforma de Qiaotou. Crédito: Leping Jiang.

El análisis de residuos de las vasijas también mostró rastros de moho, el cual se utilizó en el proceso de elaboración de la cerveza. Este moho era muy similar al moho presente en el koji, un arroz que se usa para hacer sake y otras bebidas fermentadas en el este de Asia. Estos resultados son anteriores en el tiempo a una investigación previa que encontró que dicho espécimen de moho se había utilizado en procesos de fermentación de hace 8.000 años en China.

La cerveza es técnicamente cualquier bebida fermentada elaborada a partir de cultivos mediante un proceso de transformación en dos etapas. En la primera fase, las enzimas transforman el almidón en azúcar (sacarificación). En la segunda fase, las levaduras convierten el azúcar en alcohol y otros estados como dióxido de carbono (fermentación). Como explican los investigadores en el estudio, el moho actúa como un agente en ambos procesos, al servir como iniciador de sacarificación-fermentación.

"No sabemos cómo la gente utilizó este moho hace 9.000 años, ya que la fermentación puede ocurrir de forma natural", dice Wang. "Si las personas tenían algo de arroz sobrante y los granos se enmohecieran, es posible que hubieran notado que estos se volvían más dulces y alcohólicos con el tiempo. Es más que probable que las personas no conocieran la bioquímica asociada con los granos que se enmohecían, pero observaron el proceso de fermentación a través de actos de ensayo y error".

Dado que la cerámica de Qiaotou se ha encontrado cerca de enterramientos en un área no residencial, los investigadores concluyen que los recipientes de cerveza probablemente se usaron en ceremonias rituales relacionadas con los funerales de los muertos. En este sentido, especulan que la bebida ritualizada pudo haber servido para forjar e integrar relaciones sociales y de cooperación, lo que sirvió como un elemento precursor de las sociedades complejas del cultivo del arroz que surgieron 4.000 años después.

Fuente: phys.org | 31 de agosto de 2021