Se descubre en Argelia la industria lítica achelense más antigua del norte de África

Valle de Oued Boucherit, en Argelia.

Un equipo científico del Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana (CENIEH) en colaboración con investigadores del Centre National de Recherches Préhistoriques, Anthropologiques et Historiques (CNRPAH, Argelia) acaba de publicar en la revista Quaternary Science Reviews un trabajo en el que se presenta el descubrimiento del conjunto de industria lítica achelense más antiguo del norte de África, que se ha datado en cerca de 1,7 millones de años.

La antigüedad de las herramientas líticas halladas en Oued Boucherit (Argelia) adelanta en casi 400.000 años al yacimiento achelense de Casablanca, en Marruecos, datado hace unos pocos meses en unos 1,3 millones de años.

Esta industria lítica proviene del valle de Oued Boucherit, situado en una zona montañosa al norte de Argelia, a unos 20 km al este de la ciudad de Sétif. “Es un descubrimiento excepcional, porque podrían modificar de manera drástica nuestra visión y entendimiento de las primeras ocupaciones humanas no solo en el norte de África, sino en todo el continente”, indica Mathieu Duval (izquierda), investigador Ramón y Cajal del CENIEH y primer autor del trabajo.

Dos hipótesis

Actualmente, las evidencias de industrias olduvayense y achelenses más antiguas están localizadas en el este de África, con una antigüedad de unos 2,6 millones de años (Ma) y 1,8 Ma, respectivamente. Hace menos cinco años, estas evidencias eran anteriores en más de medio millón de años a las encontradas en el Norte de África. Los recientes descubrimientos realizados en Oued Boucherit indican que en realidad estas industrias aparecen en el norte de África con una cronología muy similar a la del este de África.

“Ahora debemos repensar y cuestionar de nuevo nuestra visión sobre el origen y la dispersión de las primeras industrias líticas”, afirma el coordinador del Programa de Arqueología del CENIEH, Mohamed Sahnouni (derecha), uno de los coautores de este artículo.

Aparecen de esta forma dos hipótesis de trabajo. Por un lado, estos resultados pueden sugerir una dispersión de estas industrias líticas desde el este de África mucho más rápida de lo anticipado anteriormente. Pero por otro lado, no se puede descartar otra posibilidad, en la que olduvayense y achelense hayan aparecido sucesivamente cada uno, de manera casi contemporánea e independiente en los extremos norte y este del continente africano.

El valle de las maravillas argelino

El Paleolítico inferior es un periodo prehistórico caracterizado por la aparición de las primeras industrias líticas, y el desarrollo de las tecnologías de tipo olduvayense y achelense. Definido a partir de los conjuntos líticos encontrados en la Garganta de Olduvai en Tanzania, el olduvayense suele estar caracterizado por la presencia de cantos tallados y lascas más o menos retocadas. En comparación, la tecnología lítica achelense (de localidad francesa de Saint Acheul) aparece posteriormente, y está caracterizada por la presencia de piezas líticas más sofisticadas tecnológicamente, cuyo ejemplar icónico es el bifaz.

Bifaz achelense hallado en Oued Boucherit, Argelia.

La zona de Oued Boucherit es famosa desde finales del siglo XIX por albergar fósiles y evidencias de presencia humana antigua. En la década de 1950, el paleontólogo francés Camille Arambourg ya menciona la presencia de industrias líticas achelenses, pero sin determinar su procedencia exacta. “En los últimos años, nuestros trabajos de prospección nos han permitido encontrar nuevas piezas líticas, y lo que es más importante, ponerlas en contexto estratigráfico”, explica Mohamed Sahnouni.

En 2018 se publicó en la revista Science, otro descubrimiento importante procedente de esta misma zona: la industria lítica de tipo olduvayense más antiguas del norte de Á.... “Oued Boucherit está en una zona que se puede considerar un ‘valle de las maravillas’, porque nos permite estudiar la aparición y evolución de la industria achelenses y olduvayense como quizás muy pocos otros yacimientos africanos”, añade este investigador argelino que trabaja en la zona desde la década de 1990.

A la vanguardia de la geocronología

El Programa de Geocronología y Geología del CENIEH dispone de un conjunto único de laboratorios dedicados a la datación de yacimientos arqueológicos, paleontológicos, y paleoantropológicos mediante varios métodos: Paleomagnetismo, Resonancia paramagnética electrónica (ESR), Luminiscencia, Series del uranio y Núclidos cosmogénicos.

El trabajo en Oued Boucherit es el último ejemplo de las investigaciones geocronológicas lideradas por el CENIEH y desarrolladas desde hace más de una década en varios yacimientos arqueológicos del paleolítico inferior como los de Atapuerca y Orce entre otros, con el objetivo de refinar el marco cronológico de las primeras ocupaciones humanas en la región mediterránea.

Este trabajo ilustra perfectamente la razón por la cual se diseñó y creó este Programa de Geocronología y Geología que coordina Josep M. Parés. “Gracias a una combinación de varios métodos de datación aplicados en el CENIEH, como paleomagnetismo y ESR, hemos podido proporcionar un marco cronológico solido a un yacimiento tan antiguo, algo quizás impensable hace 20 años”, concluye el investigador.

Fuente: cenieh.es | 7 de octubre de 2021

Los humanos del Pleistoceno tardío podrían haber incubado y criado polluelos de Casuario

Un casuario.

Los humanos llevan miles de años domesticando aves para alimentarse de sus huevos y su carne. Aunque la mayoría imagine pequeños pollos o gallinas, lo cierto es que, al principio, estos animales pudieron ser un poco más grandes. Concretamente de unos 20 kilos de peso, según afirman investigadores de la Universidad de Penn State (EE.UU.), que después de analizar diferentes cáscaras de huevo de casuario halladas en Nueva Guinea han determinado que los humanos ya criaban hasta la madurez a estas peligrosas aves hace 18.000 años, miles de años antes de que metiéramos a las gallinas en un corral. Los resultados acaban de publicarse en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS).

«Este comportamiento que estamos viendo se produce miles de años antes de la domesticación del pollo», explica Kristina Douglass (izquierda), profesora asistente de antropología y estudios africanos de Penn State. «Y esto no es un ave pequeña, es un ave enorme, intratable y no voladora que podía destriparlos. Lo más probable es que sea la variedad enana que pesa 20 kilos». Porque los casuarios aún existen en la actualidad, y es considerada una de las especies más peligrosas de aves: con sus potentes garras, y solo de una patada, pueden destripar a cualquier potencial amenaza, incluido el ser humano, quien habría elegido a esta especie para criarla miles de años antes que a otras aves más 'dóciles', como pollos o gansos.

De hecho, los casuarios son comúnmente comparados con velociraptores. «Sin embargo, los polluelos de casuario son mansos con los humanos, además de fáciles de mantener y criar hasta el tamaño adulto», afirman los investigadores. Nada más nacer, estos polluelos sufren el fenómeno conocido como 'impronta': el primer ser vivo que ven lo asocian con su madre. Es por ello que si lo que ven es un humano, le seguirán a cualquier parte.

Representación simplificada de los cambios microestructurales de la cáscara de huevo durante la incubación a medida que el embrión de casuario reabsorbe el calcio que necesita para el crecimiento (> 80%) de la cáscara de huevo circundante. Como resultado de este proceso de reabsorción, la estructura de la superficie de los conos mamilares de cáscara de huevo cambia durante la incubación, y las mediciones de la textura de la superficie pueden usarse para estimar la edad ontogenética del embrión.

La importancia de las cáscaras de huevo

Las cáscaras de huevo son parte de muchos yacimientos arqueológicos, pero, según Douglass, los arqueólogos no suelen estudiarlas. Es por ello que los investigadores desarrollaron un nuevo método para determinar la edad de un embrión de pollo cuando se recolectó un huevo. «He trabajado en cáscaras de huevo de sitios arqueológicos durante muchos años –afirma Douglass–. Y descubrí en investigaciones sobre huevos de pavo que mostraban cambios en las cáscaras a lo largo de su desarrollo que eran una indicación de la edad. Por eso decidí que este sería un enfoque útil».

La asignación de la edad de los polluelos depende de las características tridimensionales del interior del caparazón. Para desarrollar el nuevo método, los investigadores se fijaron en un estudio realizado para mejorar la reproductividad de las avestruces. Así, los investigadores de la Granja de Investigación Oudtshoorn, en Sudáfrica, recolectaron tres huevos cada jornada durante 42 días. Tomaron cuatro muestras de cada uno de estos huevos para un total de 504 muestras de cáscara, cada una con una edad específica. Crearon imágenes en 3D de alta resolución de las muestras de caparazón. Al inspeccionar el interior de estos huevos, crearon una evaluación estadística de cómo se veían los huevos durante las etapas de incubación. Luego, los investigadores probaron su modelo con huevos modernos de avestruz y emú (ambas especies de aves grandes) de edad conocida.

Imágenes obtenidas mediante escaneo de microscopía láser de alta resolución de las superficies interiores de la cáscara de huevo de casuario a medida que es picoteado por el embrión para obtener calcio.

El interior de las cáscaras de huevo cambia a través del desarrollo de los mismos porque los polluelos, en su crecimiento, obtienen calcio de la cáscara. Los hoyos comienzan a aparecer a mitad del proceso, por lo que, utilizando una combinación de imágenes 3D, modelado y descripciones morfológicas, encontraron que la mayoría de las cáscaras de huevo encontradas en los yacimientos humanos en la mayoría de casos correspondían a las últimas etapas, justo antes de eclosionar. «O les gustaba comer 'baluts' –embrión de ave casi desarrollado que se hierve y se consume– o estaban incubando polluelos», afirman los investigadores. Sin embargo, afirman que la prueba de que también los incubaban es que encontraron fragmentos de cáscara sin quemar, señal de que no los habrían cocinado.

Pero, a pesar de todas estas evidencias, no se encontraron indicios de que los humanos de hace miles de años crearan corrales, sino que los pocos huesos de casuario encontrados en los yacimientos (la mayoría de pierna y muslo, las partes más carnosas) hacen pensar que las aves fueron cazadas en el momento y sus huevos robados justo antes de eclosionar.

Fuente: abc.es| 28 de septiembre de 2021

Una exposición en la Diputación de Valencia resalta el valor histórico del 'Guerrero de Mogente (Moixent)'

El presidente Gaspar presenta la exposición que conmemora los 90 años del hallazgo de la pequeña figura de bronce de origen íbero y analiza la repercusión social de un símbolo del patrimonio valenciano.

El Guerrero de Mogente (Moixent, en valenciano) regresa a la Diputación de Valencia, la que fue su casa durante más de 30 años antes de instalarse en la Beneficencia, actual sede del Museo de Prehistoria de la corporación provincial. La pequeña pieza de bronce fundido, de poco más de siete centímetros de altura, capitanea la exposición que conmemora los 90 años de su hallazgo en la Bastida de les Alcusses, cuando Vicente Espí desenterró la bellísima escultura del siglo IV a. C. durante las excavaciones del Servicio de Investigación Prehistórica de la Diputación.

El presidente, Toni Gaspar, ha dado la bienvenida al Guerrero de Mogente durante la presentación de la muestra ‘Arqueología de un icono. El Guerrero de Moixent en el tiempo’, organizada por el Museo de Prehistoria y la Oficina Técnica de Restauración del Patrimonio (OFITEC) de la institución provincial. Podrá visitarse en el Saló de Respecte del Palau dels Scala, en plaza Manises, los fines de semana y festivos, de 10 a 14 y de 16 a 19 horas, hasta el 9 de enero y con entrada libre. Coincidiendo con la apertura en el fin de semana del 9 d’Octubre, los horarios serán de 16 a 20 horas el viernes y de 10 a 14 y de 16 a 20 horas el sábado y domingo.

El Guerrero de Mogente (Moixent).

En palabras de Gaspar, “la trascendencia del hallazgo de este guerrero a caballo, pequeño en tamaño, pero enorme en valor histórico y simbolismo, se demuestra con el uso que de la imagen han hecho y siguen haciendo instituciones públicas y privadas de cualquier ámbito”. “Estamos encantados de que el Guerrero se vuelva a hospedar de forma temporal en el Palau dels Scala y de acercar al corazón de la ciudad su legado y el de la Bastida de les Alcusses en este viaje apasionante por la ruta de los íberos, tan presente en nuestras comarcas”, ha añadido el anfitrión durante la apertura de la exposición.

Por su parte, la directora del Museo de Prehistoria, Mª Jesús de Pedro, ha señalado que "es la primera vez que se trata de manera monográfica el importante hallazgo del Guerrero de Moixent y su influencia en la sociedad valenciana incluyendo diferentes puntos de vista, desde el contexto arqueológico hasta los usos contemporáneos que nos permiten explorar las relaciones entre la arqueología y la sociedad”. Los aspectos técnicos, sociales y simbólicos de la pieza se presentan a través de “un discurso sencillo y divulgativo dirigido a escolares y público familiar, con un diseño museográfico moderno que utiliza la interacción y el audiovisual para reforzar la estrecha relación entre pasado y presente”.

El presidente Gaspar y la directora del Museo de Prehistoria, quien ha agradecido al presidente la iniciativa de conmemorar los 90 años del hallazgo, han avanzado al alcalde de Moixent, Guillermo Jorques, que la cuna del Guerrero será el primer municipio que acogerá la exposición, tras su puesta en escena en la Diputación. El alcalde, presente en un acto al que han asistido los responsables de Patrimonio y Cultura, Andreu Salom y Xavier Rius, junto a diputadas y diputados de la corporación, ha agradecido la implicación de las administraciones en la protección y divulgación del patrimonio de Moixent y ha destacado la figura del Guerrer como “nuestra máxima representación, que nos identifica y representa con orgullo allá donde vamos”.

Cuatro módulos interactivos

El comisario de la muestra y director del proyecto arqueológico de La Bastida, Jaime Vives-Ferrándiz, ha explicado que el viaje en el tiempo junto al Guerrero de Mogente contiene cuatro módulos interactivos pensados para alumnos de Primaria, ESO y Bachillerato y público familiar, que ayudan a entender la relevancia del personaje en las élites de una cultura contemporánea de griegos, etruscos, púnicos y romanos, pero con una organización social, ritos, creencias y manifestaciones artísticas propias que se evidencian en los hallazgos de la Bastida de les Alcusses.

El primero de los módulos presenta la Bastida de les Alcusses de Moixent como la nueva Pompeya. Una maqueta de la antigua ciudad ibérica sitúa a los visitantes sobre la superficie del poblado, donde deberán situar el punto exacto en el que se hallaron distintos objetos arqueológicos siguiendo las pistas que ayudan a descubrir la información sobre los habitantes y su forma de vida. El Servicio de Investigación Prehistórica de la Diputación lleva casi cien años trabajando en las excavaciones del yacimiento, que desde finales de siglo se convirtió en un espacio visitable que se encuentra en proceso de ampliación para mejorar la experiencia histórica y divulgativa.

El segundo módulo explica los elementos empleados para convertir el guerrero a caballo en una representación icónica, y lo hace a través de un puzzle imantado que deben montar los asistentes. El protagonismo del Guerrero se mantiene en el siguiente módulo interactivo, que propone calcar en un banco retroiluminado las distintas armas utilizadas por los guerreros ibéricos en cada período. El recorrido finaliza con una última interacción que plantea al público reflexionar sobre lo que ha visto y depositar en un buzón su percepción sobre el Guerrero.

La muestra está compuesta por 44 piezas, incluyendo materiales arqueológicos, documentos y objetos contemporáneos particulares, y cuenta con un refuerzo audiovisual para un formato interactivo. Entre el contenido, destaca la réplica de Pinazo de la Dama de Elche, en escayola pintada, y el diario de excavación de la Bastida con la carta remitida por el responsable de los trabajos en el momento del hallazgo del Guerrero de Mogente que, armado con falcata en la mano diestra, escudo redondo en la extremidad izquierda y protegido con un casco coronado por un gran plumaje, es el principal reclamo de la exposición.

El legado íbero y la Diputación

Más allá de la belleza y el valor artístico de la escultura, el Guerrero de Mogente nos acerca a la historia de los asentamientos íberos en la provincia, que actualmente podemos visitar en municipios como Moixent, Olocau, Llíria, Caudete de las Fuentes, Moncada, Gátova, Aras de los Olmos, Sagunto, Camporrobles y Villar del Arzobispo. La ruta de los íberos es fruto del trabajo de recuperación y conservación que realiza la Diputación, a través del área de Cultura y el Museo de Prehistoria, en colaboración con los ayuntamientos de estos municipios en la organización de rutas senderistas, visitas guiadas y talleres didácticos, entre otras actividades que incluyen la gastronomía.

La exposición aborda todos los detalles que rodean la figura del Guerrero, que pudo formar parte de la coronación de un símbolo personal o familiar o quizás fue esculpido para transmitir los valores del uso de las armas en la intimidad de la casa, en este caso de la Bastida de les Alcusses, uno de los yacimientos de la red íbera que custodia y conserva la Diputación de Valencia.

La Bastida de les Alcusses fue un importante asentamiento fortificado del siglo IV a.C. que controlaba las comunicaciones y los recursos económicos en la actual comarca de La Costera. Las excavaciones de los técnicos del Servicio de Investigación Prehistórica han proporcionado datos para entender cómo era la sociedad que habitaba esta zona, con la jerarquía de sus moradores, el cultivo de la tierra y el comercio con recursos agrarios, metales y tejidos, innovaciones tecnológicas como la plantación de árboles frutales y el desarrollo del trabajo del hierro, la elevada consideración de las mujeres como transmisoras del poder familiar y el uso de las armas, reservado a una minoría cualificada de la que forma parte el Guerrero.

Fuente: elperiodico.com| 7 de octubre de 2021

Expedición rusa encuentra la evidencia más septentrional de cazadores de la Edad de Piedra en la isla de Kotelny, en el Ártico

Las excavaciones del esqueleto de un mamut en la isla de Kotelny, este verano, muestran que fue masacrado deliberadamente por humanos de la Edad de Piedra hace unos 26.000 años. (Crédito de la imagen: Cortesía de Innokenty Pavlov y Alexander Kandyba).

Las antiguas marcas de corte en huesos de un mamut desenterrados en una isla remota en los extremos helados de Siberia son la evidencia más septentrional de humanos del Paleolítico que se haya encontrado, según los arqueólogos.

Los huesos del esqueleto de un mamut lanudo, que datan de hace unos 26.000 años, fueron excavados este verano por una expedición rusa a la isla Kotelny, en el extremo noreste de Siberia, 990 kilómetros al norte del Círculo Polar Ártico.

Los arqueólogos encontraron muchos fragmentos y virutas de marfil, así como dos herramientas talladas con los colmillos del mamut. Imágenes: Innokenty Pavlov / The Siberian Times

El equipo juntó más de dos tercios del esqueleto y encontraron marcas de corte y muescas hechas con herramientas de piedra o hueso en casi todos los restos óseos. Eso indica que el animal fue masacrado deliberadamente, probablemente después de que fuera perseguido por una banda nómada de cazadores de la Edad de Piedra, dijeron los arqueólogos.

Es la evidencia más septentrional de humanos del Paleolítico superior jamás encontrada, dijo el líder de la expedición Alexander Kandyba (izquierda), arqueólogo del Instituto de Arqueología y Etnografía de la rama siberiana de la Academia de Ciencias de Rusia.

"Esto sugiere que el límite norte de la existencia humana en el Pleistoceno estaba bastante más al norte de lo que generalmente se ha aceptado", dijo Kandyba a WordsSideKick.com en un correo electrónico, refiriéndose a la época del Pleistoceno, hace entre 2,6 millones de años y 11.700 años, la época de la última Edad del Hielo.

Hasta ahora, los rastros más septentrionales de humanos de la Edad de Piedra provenían del valle del río Yana, en la región de Yakutia, Siberia, y datan de hace entre 29.000 y 27.000 años.

"El descubrimiento de este sitio permite mover la frontera norte de la existencia del hombre antiguo y el desarrollo del territorio por él en el Pleistoceno por casi 600 kilómetros al norte", dice Kandyba.

HUESOS DE MAMUT

La isla de Kotelny es la más grande de las islas de Nueva Siberia, las cuales se encuentran entre el mar de Laptev y el mar de Siberia oriental, a unos 250 km de la costa norte de Siberia oriental.

En el momento en que se mató al mamut, el nivel del mar estaba más bajo, por lo que la isla Kotelny estaba unida al continente. El clima también era más suave, aunque las temperaturas todavía estaban cerca o por debajo del punto de congelación durante la mayor parte del año.

Los arqueólogos encontraron anteriormente los restos fosilizados de árboles en la isla, pero hoy hace demasiado frío para que crezcan allí. El equipo de Kandyba descubrió los huesos del mamut en la isla Kotelny en 2019, pero fue solo durante una expedición en julio de este año que pudieron ser excavados por completo

CAZADORES DE LA EDAD DE PIEDRA

El equipo no encontró ninguna de las herramientas que causaron las marcas en los huesos, pero sí hallaron una gran cantidad de virutas y astillas de marfil que indicaban que personas antiguas habían tallado los colmillos de un mamut. También encontraron dos herramientas de marfil hechas con los colmillos: una pequeña espátula y un objeto extraño que se parece un poco a una escobilla de goma o secador de pisos; los arqueólogos todavía están tratando de determinar para qué se utilizó, dijo Kandyba.

Dos panorámicas de la isla de Kotelny: Innokenty Pavlov / The Siberian Times

De los huesos, los arqueólogos obtuvieron otras pistas sobre el estilo de vida de los cazadores de la Edad de Piedra. Para empezar, parece claro que cazaban mamuts, aunque otros investigadores han sugerido que los cazadores del Paleolítico pueden haber evitado presas tan grandes y peligrosas en favor de animales más pequeños, como los renos. "Yo creo que la gente cazaba todo tipo de animales en ese momento", dijo Kandyba.

No se encontraron señales de que el mamut hubiera sido atrapado antes de ser cazado, un método que algunos arqueólogos sugieren que esos cazadores podrían haber usado.

"El hecho de que el esqueleto del mamut estuviera ubicado en la ladera de una antigua terraza sugiere que el animal definitivamente fue cazado al aire libre, y no en una trampa de barro", afirma Kandyba.

Los hallazgos y los resultados de la investigación sobre el esqueleto de mamut y la evidencia de que fue masacrado por humanos de la Edad de Piedra se están preparando para su publicación en una revista científica, concluye Kandyba.

Fuentes: Live Science | siberiantimes.com | 01 de Octubre de 2021

Nuevo templo romano descubierto en la antigua ciudad fenicia de Tiro

Vista del área excavada desde el suroeste. Foto U.Wicenciak-Nuñez / Centro Polaco de Arqueología del Mediterráneo. Universidad de Varsovia.

Los arqueólogos han descubierto un nuevo templo romano en la antigua ciudad fenicia de Tiro, ubicada frente a la costa del Líbano. La excavación conjunta, dirigida por María Eugenia Aubet (Universidad Pompeu Fabra de Barcelona), Ali Badawi (Dirección General de Antigüedades del Líbano) y Francisco J. Nuñez (Centro Polaco de Arqueología del Mediterráneo, Universidad de Varsovia), se centró en la estructura masiva.

Se han identificado dos fases de construcción, ubicando el templo en el período romano temprano (entre el 31 a.C. y el 193 d.C.) con una modificación importante en el período romano tardío (entre el 284 d.C. y el 476 d.C.). El templo está situado en la acrópolis de Tiro, el punto más alto de la masa de tierra, y que las inscripciones griegas y fenicias describen como un área sagrada. Los investigadores creen que aquí se habrían llevado a cabo muchos rituales relacionados con el culto y actividades de adoración.

“Su ubicación en un 'podium' en la zona más elevada de la antigua isla resalta el estado particular de este edificio”, dijo Núñez (izquierda) en un correo electrónico.

El edificio rectangular tiene orientación este-oeste, con un vestíbulo flanqueado por dos columnas y un podium en el otro lado. Las paredes del templo originalmente estaban compuestas por bloques de arenisca y el edificio se encontraba sobre una plataforma hecha de piedra caliza y arenisca. Las columnas de unos 8 metros de alto estaban hechas de granito rosa egipcio y la entrada escalonada estaba decorada con losas grabadas con motivos geométricos.

“Es uno de los pocos edificios de este carácter encontrados en Tiro hasta la fecha”, escribió Núñez. "Nuestro conocimiento de Tiro en la Antigüedad, a pesar de la gran prominencia de la ciudad, es lamentablemente bastante limitado".

Foto: Vista aérea del sitio, 2021. M. MACKIEWICZ / CENTRO POLACO DE ARQUEOLOGÍA DEL MEDITERRÁNEO UNIVERSIDAD DE VARSOVIA

Los investigadores creen que pudo haber habido una cámara subterránea ubicada al sur de la entrada. El objeto exacto de veneración en el enorme templo sigue siendo un misterio. “Al menos por ahora, el nombre de la deidad adorada en este edificio sigue siendo esquivo para nosotros”, escribió Núñez.

La calle porticada que desciende del templo se cruza con una calle más estrecha que conduce a un santuario cercano, con dos habitaciones y un patio. Esta estructura más pequeña está orientada de norte a sur, con una habitación con un relieve egipcio que representa a la diosa Isis amamantando a su hijo Horus cuando era niño.

Tiro es una de las ciudades habitadas continuamente más antiguas del mundo, con una larga historia de asentamientos que se remonta al III milenio a.C. Ha sido durante mucho tiempo un importante puerto y centro comercial en la región mediterránea. Durante la Edad del Bronce y la Edad del Hierro, alrededor del 1200 a. C. hasta el 868 a. C., fue una ciudad fenicia independiente y un sitio de gran importancia económica (importancia industrial, comercial y de artesanía).

Originalmente ubicada en una isla costera, Tiro estaba conectada al continente por una calzada construida por Alejandro Magno.

Foto: Trabajos en la ubicación de la fachada del templo romano, con la base de una columna en primer plano. U. WICENCIAK-NÚÑEZ / CENTRO POLACO DE ARQUEOLOGÍA DEL MEDITERRÁNEO UNIVERSIDAD DE VARSOVIA

Los edificios construidos durante cinco milenios por varias culturas han hecho de Tiro un sitio arqueológico difícil de investigar, con capas de ocupación superpuestas. “Los restos arquitectónicos superpuestos, junto con las catástrofes naturales, el aumento del nivel del mar y el desarrollo dinámico de la tierra y las obras públicas en las últimas décadas ocultaron eficientemente el carácter de la arquitectura antigua”, dijo Núñez en un comunicado.

El área alrededor del templo fue severamente dañada y reconstruida a principios de la era bizantina. El templo en sí fue desmantelado y reemplazado por una gran basílica, que finalmente fue destruida junto con otras partes de la ciudad durante un tsunami en el siglo VI d.C.

El trabajo continuará en el sitio en 2022, con más investigaciones del templo romano y sus alrededores. Los investigadores planean determinar si un segundo edificio monumental, ubicado al norte, podría ser otro templo.

Fuente: artnews.com | 01 de Octubre de 2021

Recuperan uno de los yacimientos más relevantes de la 'Cultura de El Argar' y ponen rostro a varios de los cráneos recuperados

Cumbre rocosa de Callosa de Segura, donde se hallan restos de un castillo de época Califal del año 961, y en su ladera baja restos de un poblado de la cultura de El Argar, correspondiente a la Edad del Bronce.

Enterraban a sus difuntos dentro de sus propias casas, una costumbre típica de la cultura argárica que se interpreta como una manera de que los vivos permanecieran cerca de sus antepasados. Esa es la explicación de los hallazgos en la ladera del Castillo de Callosa de Segura (Alicante), donde se ha descubierto una de las aldeas prehistóricas más pobladas, contemporánea a la época de las pirámides de Egipto.

Las excavaciones realizadas por el Museo Arqueológico de Alicante (Marq) a lo largo de la última década han localizado hasta nueve tumbas y los análisis que se están realizando permitirán saber también las relaciones parentales que pudieron existir con su procedencia. A diferencia de lo que ocurría en otros lugares de Europa, los habitantes de este asentamiento realizaban los enterramientos en sus viviendas.

Foto: Trabajos de excavación en el yacimiento de la laderas de Callosa de Segura - ABC

En su momento de máximo apogeo, la aldea de la ladera del castillo pudo llegar a superar las dos hectáreas de extensión. El asentamiento estaba organizado en grandes terrazas escalonadas, sobre las que levantaban sus casas los habitantes del poblado, y las dataciones realizadas han permitido constatar que esta gran aldea comenzó a ocuparse hacia el año 2.300 a. C. -poco después de que en Egipto se levantaran las pirámides-, y no se abandonó hasta casi 700 años más tarde, pocos siglos antes de que Tutankhamón fuese enterrado en el Valle de los Reyes.

Especialmente destacado fue el hallazgo en 2013 de unas figurillas de terracota con forma de bóvidos, que fueron objeto de una pequeña exposición temporal en el Marq y posteriormente en el Museo Arqueológico de Callosa de Segura. «El conjunto representa una de las pocas evidencias materiales relacionadas con el mundo simbólico y las creencias en la sociedad de El Argar, la cual hasta ahora se consideraba una cultura prácticamente iconoclasta», han señalado desde la Diputación de Alicante.

Foto: Algunos fragmentos de las terracotas recuperadas antes de su restauración, junto a la figurilla de mayor tamaño ya restaurada con forma de bóvido.

También los desperdicios de sus comidas han aportado una información muy valiosa sobre sus rebaños, principalmente ovejas, cabras, bueyes y vacas. «En definitiva, un gran acopio de información que el Marq pondrá pronto a disposición de la comunidad científica y del público en general», han añadido.

El enclave ubicado en Callosa de Segura es uno de los asentamientos de la Edad del Bronce más antiguos y poblados de la Comunidad Valenciana y el área mediterránea.

Restos óseos hallados en la ladera del castillo de Callosa de Segura.

Foto

Tras nueve campañas de excavaciones, el Marq ha concluido los trabajos arqueológicos en el yacimiento, con una inversión de más de 140.000 euros que ha permitido documentar durante este tiempo numerosos restos.

El equipo dirigido por Juan A. López Padilla, arqueólogo del museo, y Francisco Javier Jover Maestre, profesor de Prehistoria de la Universidad de Alicante, ha finalizado el proyecto, llevado a cabo durante casi una década, para cubrir y proteger las estructuras exhumadas en el enclave. Un último paso destinado a salvaguardar los restos aún conservados ha permitido recuperar para la arqueología de Alicante uno de los yacimientos más relevantes de la conocida como «Cultura de El Argar».

Los trabajos, iniciados con unas prospecciones sobre el terreno realizadas en junio de 2012, han contado desde el principio con la colaboración del Ayuntamiento de Callosa de Segura y del director delMuseo Arqueológico Municipal «Antonio Ballester Ruiz», Miguel Martínez Aparicio y ha permitido investigar una de las sociedades de la Edad del Bronce más avanzadas de Europa Occidental.

Fuente: abc.es | 6 de octubre de 2021

Poniendo rostro a los habitantes prehistóricos de El Argar

Muestra de 12 perfiles de rostros reconstruidos. Los individuos presentan perfiles muy diferentes, en el que destacan las diferencias en la forma de la nariz y el mentón. La variedad en los rasgos faciales de las reconstrucciones es un reflejo de las diferencias observables en cada cráneo.

¿Cómo eran los hombres y mujeres que vivieron durante la Edad del Bronce en la sociedad de El Argar, al sudeste de la península ibérica? Unos investigadores de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) han analizado los rasgos faciales de estos individuos a partir del estudio digital y biológico de los cráneos recuperados en los yacimientos de La Almoloya y La Bastida (Murcia, España), obteniendo hasta ahora imágenes de 40 de sus habitantes. El estudio es el primero que aplica este método sobre un conjunto tan amplio de individuos de un mismo sitio prehistórico.

Nuestros rostros contienen información sobre nuestra historia familiar y forma de vida. Por ejemplo, ciertos rasgos faciales pueden transmitirse de padres a hijos durante generaciones. ¿Es posible, pues, que las similitudes físicas entre un grupo de individuos proporcionen una pista sobre los vínculos de consanguinidad entre ellos?

Este es uno de los principales objetivos de la investigación que lleva a cabo el Grupo de Arqueoecología Social y Mediterránea (ASOME) de la Universidad Autónoma de Barcelona sobre la sociedad de El Argar, que se extendió por el sureste de la península ibérica hace 4.000 años y fue una de las primeras sociedades urbanas de Europa Occidental. Y el primer paso ha sido el trabajo de Joana Araújo Bruno (izquierda), investigadora de ASOME-UAB, arqueóloga y máster en ilustración científica, que ha realizado una reconstrucción facial de 40 individuos de El Argar, seleccionados tras un detallado estudio osteológico de más de 250 esqueletos recuperados en tumbas bien conservadas de La Almoloya y La Bastida.

“A diferencia de las reconstrucciones faciales de individuos del pasado, que suelen basarse en la inspiración artística, el enfoque de Bruno aplica procedimientos científicos comprobables”, señala Cristina Rihuete Herrada (derecha) profesora del Departamento de Prehistoria de la UAB y miembro de ASOME-UAB.

Para llevar a cabo el estudio, Joana Araújo digitalizó los cráneos mediante un escaneado láser de alta resolución en 3D. Sobre los modelos 3D de los cráneos, añadió capas de músculo y otros tejidos blandos, para establecer el aspecto más probable de las personas a las que pertenecieron los cráneos, en "un ejercicio complejo que utiliza técnica forenses y datos del perfil biológico de estos individuos”, indica la arqueóloga. “El método parte de características biológicas del individuo (sexo y edad) y de las medidas de cada cráneo. Posteriormente, se aplican ecuaciones de regresión a estos datos para obtener la posición relativa de los rasgos faciales. También se añaden valores medios de espesura de los tejidos faciales en zonas específicas del cráneo, a fin de determinar lo que sería su apariencia más probable”, añade.

Proceso de "relleno" de los tejidos en progreso.

“Hasta ahora contamos con representaciones de los rostros de 22 mujeres, 16 hombres y dos niños argáricos, procedentes en su mayoría de La Almoloya. Se trata del corpus más extenso de representaciones faciales de un solo yacimiento prehistórico hasta la fecha, y una mirada sin precedentes sobre una parte importante de la comunidad”, destaca Cristina Rihuete.

El estudio de Joana Araújo, que forma parte de su tesis doctoral, se enmarca en un estudio multidisciplinar que el grupo ASOME-UAB está llevando a cabo y que se basará en imágenes médicas y técnicas estadísticas para investigar si la forma facial argárica conserva evidencias de parentesco y estilo de vida. Los resultados de las comparaciones cuantitativas entre los rasgos faciales y craneales se unirán a los del próximo análisis de ADN antiguo de la misma muestra para comprobar la fiabilidad de la aproximación facial en relación con los diferentes grados de vínculos de consanguinidad.

“Esto podría abrir una nueva vía para abordar la reconstrucción de las relaciones de parentesco en las sociedades prehistóricas, tradicionalmente ‘invisibles’ u ocultas a la investigación arqueológica”, señala Rafael Micó Pérez (izquierda), investigador también de ASOME-UAB.

Apoyándose en los conocimientos fenotípicos del análisis preliminar del ADN y en los datos arqueológicos generados por el trabajo de campo de la UAB, Joana Araújo también está trabajando en los primeros "retratos" artísticos de los argáricos. “Es innegable el poder de las imágenes para la difusión pública del conocimiento arqueológico”, señala la investigadora, para quien “la investigación científica y el trabajo artístico no tienen por qué ser ámbitos separados”.

Fuente: Universidad de Barcelona | 5 de octubre de 2021