Tatiana Proskouriakoff, la 'admirable' arqueóloga rusa que revolucionó la interpretación de los jeroglíficos mayas

Tatiana Proskouriakoff. PENN MUSEUM ARCHIVES.

"Lo que ella consiguió fue una revolución en el estudio de los textos jeroglíficos mayas. Tatiana Proskouriakoff fue la que nos mostró el camino", dice el profesor Octavio Esparza.

"Para nosotros, que nos dedicamos a los estudios mayas, Proskouriakoff es una figura emblemática, admirable. Su obra es colosal", le indica a BBC Mundo el investigador del Centro de Estudios Mayas del Instituto de Investigaciones Filológicas de la UNAM.

Una visión similar la expresó Alessandro Pezzati, del Museo de Arqueología y Antropología de la Universidad de Pensilvania, mejor conocido como Penn Museum. "De todas las mentes brillantes que han iluminado el firmamento de los estudios mayas antiguos, no hay ninguna que despierte tanta admiración, inspiración y absoluta devoción como Tatiana Proskouriakoff", escribió en el artículo "The accidental mayanist: Tatiana Proskouriakoff", publicado en Expedition Magazine.

Nos adentramos en los extraordinarios aportes de esta "verdadera pionera de la arqueología maya", como la describe el arqueólogo Ben Thomas, director de Programas del Instituto Arqueológico de Estados Unidos, en un texto de esa organización.

Esparza leyendo "An Album of Maya Architecture" de Proskouriakoff. Allí se puede ver su dibujo de la Estructura K-5 de Piedras Negras.

Una rusa en Estados Unidos

Proskouriakoff nació en Rusia y emigró, en 1916, cuando tenía 7 años.

"Su padre fue parte del gobierno zarista", le indica a BBC Mundo el doctor Simon Martin, conservador principal de la Galería de México y América Central del Museo Penn. Durante la Primera Guerra Mundial, "él, junto a su familia, se fue a Estados Unidos para supervisar las exportaciones de armas desde ese país hacia Rusia".

En 1917, se desató la Revolución Rusa y decidieron quedarse en EE.UU. Proskouriakoff estudió arquitectura y se graduó en 1930.

Poco antes había ocurrido la peor crisis en la historia de Wall Street, el llamado Crack del 29. Por lo que para la recién graduada, conseguir empleo en su especialidad se había convertido en todo un desafío. "Años después, salió un trabajo en el Museo de la Universidad de Pensilvania para hacer dibujos arquitectónicos. Ella tenía mucha destreza para hacer ilustraciones de edificios y eso era precisamente lo que necesitaban. Los investigadores estaban haciendo excavaciones en Guatemala, explorando las ruinas en la selva, y mientras cavaban, trataban de entender cómo se encajaban todas esas estructuras".

Además, querían presentar sus hallazgos al público en general. "Proskouriakoff pasó un tiempo con la expedición en Guatemala, dibujando y recopilando datos. Hizo dibujos muy hermosos de diferentes vistas de las edificaciones".

"Esa fue realmente su introducción en el campo y quedó fascinada por todos los aspectos de la cultura maya, pero particularmente por el arte y la escritura".

Trabajó para el museo entre 1936 y 1937, después se unió al equipo del Instituto Carnegie, de Washington, y posteriormente al del Museo Peabody de la Universidad de Harvard.

Una de las ciudades en la que Proskouriakoff trabajó fue Palenque, de donde es este jeroglífico maya.

La reconstrucción en papel

Su primera misión se convertiría en una de sus grandes contribuciones a la arqueología maya. "Tuvo la oportunidad de ver estos grandes centros, estas grandes edificaciones, y, como ella misma relata, fue su primer flechazo con la cultura maya y decidió su vocación", indica Esparza.

"Sus trabajos son impresionantes, son estas reconstrucciones de grandes monumentos, plazas, edificios, de sitios muy importantes del área maya. Sus dibujos le ofrecen al público una visión de cómo fueron esos grandes centros mayas, porque, en la época en que Carnegie está en el área, muchas de estas ciudades se encuentran dentro de la maleza, en la selva, y únicamente se ven grandes montículos cubiertos de piedra, de tierra, árboles y era muy difícil imaginarse cómo habían sido esos templos".

Ese trabajo se compiló y en 1946 se publicó su estudio An Album of Maya Architecture. "Eran dibujos no sólo artísticos, sino con gran rigor académico. De hecho, en la literatura y en los estudios actuales sobre los mayas se utilizan muchas de sus reconstrucciones de varias de estas ciudades".

Proskouriakoff estuvo en Piedras Negras, Guatemala, en Copán, Honduras, y en Chichén Itzá, México, entre otros sitios arqueológicos.

Representación correspondiente al 'Album of Maya Architecture'.

Una mirada minuciosa a la iconografía

El profesor Esparza señala que "Proskouriakoff empezó a sentir interés por los monumentos esculpidos donde los mayas plasmaron las figuras de sus gobernantes, de sus cortesanos, y las historias que narraban de sus reyes y reinas".

De esa forma, inició sus estudios iconográficos que terminaron siendo "muy precisos y adelantados para su época".

"Si bien había estudios de tipo iconográfico de otros monumentos, de otros sitios, ella empieza a sistematizar toda esta información".

Analiza los elementos: cuáles eran los más antiguos y cuáles los más recientes y "eso tenía que ver con la posición del cuerpo de las figuras que aparecen en estos monumentos, con rasgos muy sutiles como, por ejemplo, si el cuerpo está de frente o de perfil, el tipo de vestimenta y otros elementos que portan los personajes".

Y es que, explica el profesor, para los mayistas y arqueólogos de la época, esos monumentos eran muy importantes desde el punto de vista cronológico porque "les permitían fechar de forma muy precisa por día, mes, año, los eventos que sucedieron en esos sitios".

"Sin embargo, muchos de esos monolitos ya se encontraban erosionados, por lo que querían fecharlos por estilo iconográfico, es decir, en aquellos monumentos en que no se podían ver las fechas, trataban de obtener un marco cronológico por los elementos iconográficos o por el estilo de las imágenes".

En 1950, se publica el libro A Study of Classic Maya Sculpture de Proskouriakoff, "una obra colosal, sorprendente, porque es el estudio más completo que conocemos hasta la fecha", señala Esparza.

"Después de más de 70 años de que se publicara, todavía lo seguimos usando los mayistas para poder fechar, por rasgos iconográficos, un determinado monumento".

"Ha habido avances después de ese libro, pero han sido más bien artículos, textos separados, fragmentados, de autores distintos. Esta es la obra magna en cuanto a estudios iconográficos y, en mi opinión, no hay una obra que supere ese trabajo en la actualidad".

El doctor Simon Martin es el conservador principal de la Galería de México y América Central en el Museo Penn, donde también se presenta el trabajo innovador de Proskouriakoff para "descifrar el código" de los glifos mayas.

Más que astronomía

Martin, quien puede leer los glifos mayas, cuenta que, en el pasado, se pensaba que las inscripciones mayas "nunca iban a poder ser leídas".

"Era posible conocer las fechas, porque los españoles habían dejado información sobre el calendario maya en el período colonial". Todo ese conocimiento se redescubrió en el siglo XIX y eruditos muy brillantes trataron de juntar pequeñas pistas para entender cómo funcionaba el calendario y "eso fue muy pionero, un trabajo exitoso, pero realmente sólo abordaba una parte de la inscripciones".

"Como los monumentos mayas están cubiertos con información sobre fechas, la gente tuvo la impresión de que el único tema que se discutía era el tiempo, el cosmos y la religión".

"Se creía que el contenido en estos monumentos definitivamente no era histórico, e incluso se creía que no había nombres de humanos, se pensaba que todo giraba en torno a tratar de entender este gran tipo de religión cósmica basada en las estrellas".

Y esa idea persistió entre los años 20 y 50.

"Eric Thompson (izquierda), que era el monstruo de la epigrafía maya, la estrella fulgurante, siempre adujo que los mayas nunca tuvieron registros históricos en sus monumentos, sino que contenían cálculos matemáticos sobre movimientos de los astros, todo lo relacionado con la bóveda celeste, cuestiones de orden religioso, pero nada que tuviera que ver con los personajes plasmados en esos monumentos", evoca Esparza. Pero esa visión cambiaría.

Giro de 180 grados

"Fue Tatiana quien en 1960 rompe completamente con esa visión que tenía no sólo Thompson, sino muchos especialistas mayas sobre la naturaleza de las inscripciones. De hecho, el artículo que cambió toda esa visión lleva por título: 'Implicaciones históricas de un patrón de fechas de Piedras Negras, ...'".

Thomas cuenta que para el reconocido mayista Ian Graham, "de un solo golpe, este breve artículo liberó el estudio de la escritura maya de un largo estancamiento y eso fue verdaderamente liberador".

El texto publicado en la revista académica American Antiquity, "volcó toda la ortodoxia existente sobre cómo funcionaban las inscripciones mayas y de lo que hablaban", dice Martin. Y es que Piedras Negras fue un lugar en el que Proskouriakoff se adentró meticulosamente.

"Ella empezó a ver que en las inscripciones se repetían determinados cartuchos jeroglíficos y que esas repeticiones eran muy constantes", explica Esparza.

"De hecho, sin saberlo, porque en esa época muchos de los glifos no podían leerse, ella intuyó que por el orden en que aparecían uno debía ser el glifo de nacimiento, otro, el glifo de entronización y el otro, el de muerte".

"Se dio cuenta de una forma muy sagaz que estos glifos que había identificado ocupaban periodos de una vida humana, que del glifo de nacimiento al de entronización pasaban periodos de 10 o 20 años y, después, de ese glifo de entronización al glifo de muerte transcurría un periodo similar de 20, 30 años".

Tikal es una antigua ciudadela maya ubicada en el norte de Guatemala.

Los lapsos de tiempo, explica Martin, nunca eran más largos que los de una vida humana. Uno, por ejemplo, era de 56 años, otro de 64 años, otro de 36 años.

De acuerdo con Esparza, para ella, la repartición de los cartuchos jeroglíficos y el tiempo que pasaba entre ellos, no guardaba relación con ningún ciclo calendárico o astronómico, cuya duración era mucho más extensa.

"Esa estructura que detecta Proskouriakoff era muy similar en muchos monumentos y se trataba de las vidas de los gobernantes mayas, de eventos históricos, y, aunque no sabía bien lo que decían esos glifos, tiempo después se demostró que ella tenía razón".

Posteriormente vinieron otros artículos, como los que publicó sobre los patrones de fechas que encontró en Yaxchilán, en México. "Para nosotros los mayistas, y sobre todo para los que trabajamos en la UNAM, sentimos un cariño muy especial por esos artículos porque fueron publicados en la revista del Centro de Estudios Mayas", indica Esparza.

"Cuando los comparte con Thompson, con este gran mayista que negaba que hubieran datos históricos en las inscripciones, no tuvo otro remedio que decir: 'Señorita Tatiana, tiene la razón, yo estaba equivocado, todos sus datos son muy consistentes y apuntan a que efectivamente los textos mayas tienen narraciones históricas'", cuenta Esparza.

"Proskouriakoff cambió de forma radical todo lo que se conocía en esa época, fue un giro de 180 grados que nos ayudó muchísimo a los epigrafistas, dado que nos mostró el camino de la naturaleza de las inscripciones".

Estela ubicada en Piedras Negras.

Había reyes

"Tras sus estudios seminales sobre la arquitectura y la escultura de los mayas, Proskouriakoff hizo su mayor contribución al ir a contracorriente y descubrir la verdadera naturaleza literaria e histórica de la escritura jeroglífica maya que, aparte de los números y el calendario, se había considerado imposible de descifrar", escribió Pezzati.

De acuerdo con Martin, eso fue en gran parte lo que creó su reputación. "Esta es la razón por la que es más conocida, por ser la primera persona que analizó las inscripciones para decir que se trataba de vidas dinásticas, de los reyes gobernantes".

Y es que afirmó que había reyes.

"Antes, en la época de Thompson, la gente decía que no había reyes, solo sacerdotes que lo dirigían todo".

Proskouriakoff, por ejemplo, se dio cuenta de que la figura que estaba en una especie de nicho no era un ídolo y que el personaje de abajo no era un sacerdote, sino que "el personaje sentado en el nicho era en realidad el rey y que la persona de abajo era una mujer".

"Un poco más tarde, nosotros identificamos que se trataba de las madres de los reyes. Es así como ella no sólo descubrió la historia ahí contenida, sino que reconoció a las primeras mujeres y la importancia de la genealogía femenina en todo el sistema dinástico maya".

Esta estela de Santa Lucía Cotzumalguapa, en Guatemala, tiene registrado un evento astronómico y la fecha en que ocurrió.

Y hubo conflictos

La experta también "acabó con una idea romántica", plantea Esparza.

"Thompson era un gran estudioso de los códices mayas y la información que conseguimos en ellos tiene que ver con el cálculo de la predicción de eclipses, de los periodos sinódicos de los planetas, y por eso él pensó que los monumentos eran un espejo de esa vasta información astronómica, pero estaba equivocado".

"Él creía que al no haber información histórica en los textos, los mayas habían sido una, si no la única civilización del mundo antiguo, que carecía de este tipo de registros y que además no eran sociedades bélicas".

"Como conocedor de otros registros veía que en otras culturas había muchos relatos de guerra, de enfrentamientos bélicos, y tenía la idea romántica de que eran grupos de sacerdotes que únicamente se dedicaban a contemplar los astros, que se trataba de una sociedad pacifista, la única del mundo antiguo cuya única preocupación era el estudio de los astros y del cosmos".

"Y con este estudio, Tatiana nos muestra, además de la existencia de registros históricos, que había nombres de gobernantes, con fechas de nacimiento, muerte, entronización y que gran parte de estos textos, como lo sabemos ahora, narran conflictos bélicos entre diferentes entidades políticas del mundo maya".

Las cenizas

Proskouriakoff brilló en un campo dominado por hombres. "En las fotos de las excavaciones es la única mujer", hace notar Martin. "Había mujeres envueltas, pero como las esposas de los arqueólogos. Ella fue la primera que trabajó independientemente. Nunca se casó".

"Antes hubo mujeres, gente con dinero que hizo trabajos importantes, pero en la arqueología académica ella fue inusualmente exitosa porque asumió un rol que le permitió estar al frente".

La gran arqueóloga murió en 1985 en Estados Unidos. Años después, recuerda Esparza, Graham y David Stuart, gran epigrafista de la Universidad de Texas, llevaron sus cenizas al sitio que marcó su vida.

"Las ponen en la estructura de uno de los asentamientos con una placa muy discreta donde aparece su nombre".

El lugar: Piedras Negras.

Arqueólogos del INAH descubren antigua ciudad Maya en Mérida

En medio de la selva baja de Yucatán, en México, emerge una ciudad precolombina de más de mil 500 años de antigüedad, donde vivían más de cuatro mil personas

Una ciudad prehispánica Maya fue descubierta cuando se realizaban obras de construcción en un complejo industrial en el municipio de Kanasín, esto a unos 20 kilómetros de la capital de Yucatán.

Los edificios tipo palacio estilo Puuc, descubiertos en 2018 por la empresa 24K que hizo el reporte correspondiente al Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), se localiza en el corazón de la zona henequenera, en decir, a 2.5 kilómetros al noreste del municipio de Kanasín y a 10 km al oriente de Mérida.

“El descubrimiento de esta ciudad maya es importante, por su arquitectura monumental y porque se recuperó a pesar de que se ubica en un terreno privado”, explicó a EFE Arturo Chab Cárdenas, el delegado del Centro INAH Yucatán.

Xiol cuenta con una plaza principal que incluye una pirámide con dos cuerpos escalonados. Hacia la parte superior hay un zócalo (plaza central) con una construcción tipo palacio y el acceso tenía dos entradas divididas por una columna monolítica.

La ciudad, que corresponde al periodo Clásico Tardío -de 600 a 900 d.C.- cuenta con un cenote, cuya investigación comenzará en los próximos días a cargo de una espeleóloga.

“No sabemos qué tanto encontraremos, porque para acceder al cuerpo de agua tenemos que bajar unos cinco metros”, explicó a EFE el arqueólogo a cargo del rescate de la ciudad maya de Xiol, Carlos Peraza.


El arqueólogo de campo que lo apoyó durante los trabajos, Wilberth Cruz, dijo a EFE que “por el lado sur de la ciudad que se distribuye en unas 21 hectáreas, hay una estructura con rampa orientada hacia el norte-sur y a un lado se encuentra adosado un pequeño cimiento en donde hay un altar que servía para las actividades rituales”.

La mayoría de los edificios de Xiol se entran en el complejo industrial 24K y son del Clásico Tardío, pero no hay tantos mascarones del dios maya de la lluvia, Chaac, ni de otros dioses de la cultura maya, “porque fueron objeto de saqueadores”, reveló Cruz.

Durante el recorrido, los especialistas presentaron algunas cerámicas más antiguas como del Preclásico Medio (700-350 a.C.) y de los períodos Preclásico Superior y Clásico Temprano (350 a.C.-600 d.C.).

“Al parecer, los elementos de obsidiana vienen de la región de Guatemala, las conchas y otros elementos de ese material marino podrían proceder de las playas del norte de Yucatán o Campeche”, explicó Cruz.

Uno de los propietarios del terreno, Mauricio Montalvo, destacó la importancia del descubrimiento: “primero vimos una enorme piedra y a medida que se hacían las excavaciones iban surgiendo enormes edificios”.

“Fue increíble, entonces avisamos al INAH y después nos vimos en la necesidad de modificar el proyecto original, porque para nuestra empresa es más importante preservar el legado maya”, aseguró a EFE.

El arqueólogo Peraza detalló que este tipo de edificios que corresponden al estilo Puuc sólo los hay en zonas arqueológicas ubicadas al sur de Yucatán, aunque algunos inmuebles de Chichén Itzá, Dzibilchaltún y el Centro Histórico de Mérida muestran esa influencia.

El arqueólogo Peraza dijo que encontraron pequeñas habitaciones “donde vivía la gente y talleres donde fabricaban sus herramientas de trabajo para la construcción de edificios”.

Son pocos los hallazgos de ese tipo porque se observan los fragmentos del estuco que los mayas usaban para decorar y cubrir las piedras, similares a las encontradas en los edificios del centro histórico de Mérida.

“En Xiol también hallamos unos 15 entierros, en su mayoría de personas adultas, aunque sí hubo entierros infantiles, con ofrendas de vasijas, collares, aretes y otras pertenencias que usaban en la vida diaria”, dijo

Las vasijas y platos se encontraron en diversos contextos, algunas aparecieron en entierros y otras en excavaciones de la zona.

Los especialistas instalaron una mesa en la plaza principal de Xiol para exhibir las herramientas de caliza, que son alisadores para lograr bellos acabados; manos de metate y objetos de pedernal, como cuchillos, puntas de lanza, puntas de flecha y pequeñas hachas, así como núcleos donde sacaban esos materiales.

Gran hallazgo del Antiguo Egipto: 250 sarcófagos y 150 estatuillas de bronce de hace 2.500 años


Detalle de los nuevos sarcófagos de madera hallados en Saqqara. Reuters

La necrópolis de Saqqara, situada al sur de El Cairo, sigue sacando a la luz numerosos objetos y vestigios del Antiguo Egipto. Una misión arqueológica local ha hallado el mayor conjunto de estatuillas del yacimiento: unas 150 piezas de bronce de diferentes tamaños que representan a dioses como Anubis o Isis y que se encontraban intactas en un escondite fechado en el Periodo Tardío (724-343 a.C.). También se ha descubierto, según ha anunciado este lunes el Gobierno egipcio, una colección de 250 sarcófagos pintados de madera que conservaban momias en buen estado en su interior.

Las deidades antiguas que representan las 150 estatuillas son Anubis, Amun Min, Osiris, Isis, Nefertum, Bastet y Hathor. Además, se ha documentado un grupo de vasijas de bronce relacionadas con los rituales de la diosa Isis, ha explicado en un comunicado del Ministerio de Antigüedades egipcio Mustafa Waziri, el secretario general del Consejo Supremo de Antigüedades. Otras dos piezas tallada en madera simbolizan a Isis y Neftis, con sus caras doradas, llorando a los muertos.

Los ataúdes cerrados, datados también en el Periodo Tardío del Egipto faraónico, se han identificado en el fondo de un nuevo grupo de pozos funerarios del llamado cementerio de los animales sagrados (Bubastian). Asimismo, se han recuperado diversos amuletos, abalorios utilizados en la vida diaria, un enterramiento del Imperio Nuevo (hacia el año 1500 a.C.) y cajas de madera de colores; o una curiosa estatua sin cabeza de Imhotep, ingeniero y arquitecto durante el reinado del faraón Zoser, de la Dinastía III del Imperio Antiguo, y responsable del diseño de su famosa pirámide escalonada.

Además, los trabajos de excavación de los arqueólogos egipcios en uno de los pozos funerarios han descubierto un sarcófago que en su interior escondía los restos de un papiro bien conservado. Según los primeros análisis, se trataría de un capítulo del Libro de los Muertos, un texto fundamental de la cultura y las creencias funerarias de los antiguos egipcios. El manuscrito ha sido trasladado a los laboratorios de restauración del Museo Egipcio de El Cairo para esterilizarlo, hidratarlo y hacer un estudio para conocer el contenido exacto de los textos.

La necrópolis de Saqqara es un yacimiento que ha protagonizado importantes y continuos hallazgos en los últimos años. En 2019, por ejemplo, se descubrieron en la misma zona 75 estatuas de gatos en madera y bronce, de diferentes tamaños. Al año siguiente, esta misión egipcia, que ha documentado docenas de momias de animales y la extraordinaria tumba de un sacerdote real de la Dinastía V, protagonizó el descubrimiento de más de un centenar de ataúdes sellados con lujosas policromías, así como cuatro decenas de estatuas del dios del sitio.

Fuentes: elespanol.com | elperiodico.com | 30 de mayo de 2022

Una investigación finalmente explica para qué se usaron las dagas de la Edad del Bronce

(A) Ubicación del sitio; (B) Vista aérea del sitio destacando las áreas de excavación A, B y C (fuente: Google Earth); (C) Dagas de aleación de cobre analizadas como parte de la investigación. Muestra (1) nº 1617; (2) nº 2037; (3) nº 175; (4) nº 1707; (5) nº 2041; (6) nº 1798; (7) nº 2035; (8) nº 1683; (9) nº 1321; (10) nº 264. Crédito: Universidad de Newcastle.

El análisis de las dagas de la Edad del Bronce ha demostrado que se utilizaron para procesar cadáveres de animales y no como símbolos no funcionales de identidad y estatus, tal como se pensaba anteriormente.

Las dagas de aleación de cobre aparecieron por primera vez a principios del IV milenio a. C., y estaban muy extendidas en la Europa de la Edad del Bronce, incluidas Gran Bretaña e Irlanda. Sin embargo, los arqueólogos han debatido durante mucho tiempo para qué se usaron estos objetos.

Como las dagas a menudo se encuentran en entierros masculinos ricos en armas, o en "tumbas de guerreros", muchos investigadores especularon que eran principalmente objetos ceremoniales utilizados en funerales prehistóricos para marcar la identidad y el estado del difunto. Otros sugirieron que pueden haber sido utilizados como armas o herramientas para manualidades.

Sin embargo, la falta de un método específico de análisis para metales de aleación de cobre, como los disponibles para artefactos de cerámica, piedra y conchas, dejó este problema sin resolver.

Análisis SEM-EDX de la daga nº 1707. (a) composición de la aleación (Cu-Sn); (b) análisis de estructuras de corrosión asociadas a un residuo amorfo (C–O–Ca–P); (c , d) análisis de fibras de piel mineralizadas asociadas con un compuesto C–O–Cu y Si–Al; (e) material amorfo compacto que se encuentra a lo largo del filo de corte, asociado a un compuesto C–O–Ca–P y Cu; (f) parte de la hoja analizada por SEM-EDX; (g) estrías de uso orientado asociadas a residuos orgánicos observadas en el filo de corte; (h) superficie corroída y descascarillada de la hoja de la daga.

Un nuevo método revolucionario, iniciado por un equipo de investigación internacional dirigido por la Universidad de Newcastle, Reino Unido, ha permitido la primera extracción mundial de residuos orgánicos de diez dagas de aleación de cobre excavadas en 2017 en Pragatto, un sitio de asentamiento de la Edad del Bronce en Italia. El nuevo método, publicado en Scientific Reports, revela, por primera vez, cómo se utilizaron estos objetos, para qué tareas y sobre qué materiales.

El equipo del proyecto, dirigido por el Dr. Andrea Dolfini (izquierda) e Isabella Caricola (derecha) ha desarrollado una técnica que utiliza una solución de Picro-Sirius Red (PSR) para teñir los residuos orgánicos en las dagas. Luego se observan los residuos bajo varios tipos de microscopios ópticos, digitales y electrónicos de barrido. Esto permite al equipo identificar microrresiduos de colágeno y fibras asociadas de hueso, músculo y tendón, lo que sugiere que las dagas habrían entrado en contacto con múltiples tejidos animales y se usaron para procesar varios tipos de cadáveres de animales. Los usos parecen haber incluido el sacrificio de ganado, la matanza de cadáveres y el corte de la carne del hueso.

Residuos observados en las dagas de aleación de cobre de Pragatto, interpretadas como restos de vainas. (a - h) el espécimen n.º 2037 observado con un microscopio digital RH-Hirox muestra fibras vegetales entrelazadas interpretadas como cfr. alnus ; (h) Imágenes SEM (MIRA3 de Tescan) de la muestra n.º 2037 que resaltan los detalles de las células vegetales del xilema y los tejidos conductores de agua; (il) el espécimen no 1707 observado con un microscopio digital RH-Hirox muestra residuos de fibras de piel no determinadas; (l) detalles del molde negativo de los residuos de piel de animal observados con un microscopio SEM (MIRA3 de Tescan).

A continuación, el equipo del proyecto llevó a cabo una amplia variedad de experimentos con réplicas de las dagas creadas por un experto forjador de bronce. Ello demostró que este tipo de daga era muy adecuada para procesar cadáveres de animales. Los residuos extraídos de las dagas experimentales también se analizaron como parte de la investigación y coincidieron con los observados en las dagas arqueológicas.

El profesor Andrea Dolfini, catedrático de arqueología de la Universidad de Newcastle, dice que "la investigación ha revelado que es posible extraer y caracterizar residuos orgánicos de metales antiguos, lo que amplía la gama de materiales que se pueden analizar de esta manera. Se trata de un avance significativo, ya que el nuevo método permite el análisis de una amplia variedad de herramientas y armas de aleación de cobre de cualquier parte del mundo. Las posibilidades son infinitas, al igual que las respuestas que el nuevo método puede proporcionar y proporcionará en el futuro".

Fuente: phys.org| 29 de abril de 2022

Encuentran los restos de una antigua civilización prehispánica perdida en la selva amazónica de Bolivia

Una animación en 3D elaborada con datos del LiDAR muestra el centro urbano de Cotoca.

Los arqueólogos quedaron estupefactos. Debajo de la densidad de la selva amazónica en Bolivia, encontraron un yacimiento monumental, que fácilmente pudo haber sido una ciudad entera. Después de lanzar varios láseres desde helicópteros al vuelo, se dieron cuenta de que ésta era una civilización única, que había permanecido oculta en medio del verdor perenne.

A partir de un análisis más cuidadoso de las estructuras encontradas, los investigadores determinaron que esta civilización ‘perdida’ pudo haber sido numerosa en el apogeo de su desarrollo. Lo más probable, según la cobertura de Live Science, es que fueran los Casarabe, los cuales habitaron la región hace al menos 1.400 años.

Capturas de pantalla de una animación en 3D del emplazamiento de Cotoca.

Una civilización ‘perdida’ en el Amazonas

Siguiendo los hallazgos en la Amazonía boliviana, los arqueólogos sugieren que esta civilización ‘perdida’ desarrolló un complejo urbanístico extenso en medio de la selva. Además, se adaptaron al entorno único en el que vivían con celeridad, según documentan para Nature.

Hasta ahora, según los autores del estudio, no se tenía registro de asentamientos prehispánicos en la amazonía boliviana. Este estudio desmiente esta preconcepción:

«Aquí presentamos datos de sitios pertenecientes a la cultura Casarabe (alrededor del 500 d.C. al 1.400 d.C.) en el mosaico de sabana-bosque de los LLanos de Mojos, al suroeste de la amazonía, que revela la presencia de dos sitios notablemente grandes en un sistema de asentamiento denso de cuatro niveles», escribe el equipo de investigación.

Imagen LiDAR del emplazamiento de Cotoca (generada con "Relief Visualization Toolbox")

Según se sabe, los Casarabe se expandieron en un área aproximada de 4.500 kilómetros cuadrados. Incluso a pesar de estar en medio de la densidad de la selva, lograron un desarrollo urbano no invasivo con el medioambiente. A partir de las imágenes que se consiguieron con los láseres, los investigadores determinaron que este yacimiento contiene andenes escalonados e infraestructura para la gestión del agua.

Los sitios de asentamientos están rodeados por «bancos poligonales concéntricos clasificados». Según el estudio, «representan nodos centrales que están conectados a sitios de menor rango por calzadas rectas y elevadas que se extienden a lo largo de varios kilómetros». Nunca antes se había descrito un sitio así de complejo en la zona.

Las líneas rojas indican los recintos poligonales y las calzadas rectas que irradian desde los sitios. Las capas topográficas se basan en datos TanDEM-X DEM de 12 m. a , sitio de Landívar (núm. 168). b , sitio de Cotoca (núm. 185).

Edificios cívicos y acueductos

De acuerdo con los hallazgos del German Archaeological Institute, lo más probable es que el edificio que se encontró en la Amazonía de Bolivia fuera de gestión pública. Los investigadores piensan que esta ciudad antigua estaba conectada con otros centros de poder prehispánicos, por medio de redes carreteras complejas, que el tiempo sepultó.

«En una hora de caminata puede llegarse a otro asentamiento», explica el autor principal del estudio, Haiko Prümers, arqueólogo de la institución. «Esa es una señal de que esta región estuvo muy densamente poblada en la época prehispánica».

Mapa de la sabana de los Llanos de Mojos y la zona de la Cultura Casarabe.(Crédito de la imagen: H. Prümers / Instituto Arqueológico Alemán)

Después de estudiar a los Casarabe durante más de 2 décadas, Prümers se mostró intrigado por estos nuevos yacimientos. Se tiene registro de que los colonizadores peninsulares encontraron poblaciones aisladas de esta civilización perdida en el siglo XVI. Sin embargo, no se sabía que habían logrado desarrollar reservas de agua y canales de distribución de esta complejidad.

Lo más probable, asegura Prümers, es que utilizaran esta tecnología para contener las inundaciones. Y lo que es más: que estos acueductos fungieran también como granjas de peces, una de las proteínas más importantes para los Casarabe.

Dos fotos de exactamente la misma zona del yacimiento de Salvatierra. A la izquierda: Mosaico fotográfico a partir de imágenes de drones, derecha: imagen LiDAR.

"Urbanismo temprano tropical"

"La cultura Casarabe encaja en el urbanismo temprano tropical de baja densidad que también existía en lugares del sudeste asiático, Sri Lanka o Centroamérica, lo que deja de lado la idea que la Amazonía occidental estaba escasamente poblada en la época prehispánica", indica el estudio.

La investigación se centra especialmente en Cotoca y Landívar, que eran los principales centros de una red de asentamientos regionales conectados por calzadas aún visibles que irradian desde estos sitios a lo largo de varios kilómetros, escriben los autores.

Los autores del estudio junto con la tripulación al frente del helicóptero que sobrevoló la zona con el escáner LiDAR.

El trabajo arqueológico apenas empieza

Ninguno de los dos ha sido todavía excavado y ahora, gracias al LiDAR, han descubierto "su magnitud", de la que es difícil hacerse una idea con los métodos tradicionales de observación debido a la densidad del bosque, según Iriarte.

Fuentes: ngespanol.com | dw.com | 26 de mayo de 2022

Cómo Teotihuacán conquistó una ciudad maya a 1.400 kilómetros de distancia

Los teotihuacanos caminaron más de 150 días para perpetrar el asedio a la ciudad de Tikal, en Guatemala (Foto: CUARTOSCURO, Foto: INAH)

Teotihuacán es considerada como una de las ciudades mesoamericanas más importantes de todos los tiempos. Tuvo su auge durante el siglo III y VII d.C., logrando esparcir su influencia del norte del país hasta la región centroamericana. Sin embargo, poco se conoce sobre cómo fue que su poderío llegó tan lejos.

En realidad, tampoco se conoce mucho sobre su origen ni de las causas exactas de su ocaso en el siglo VII d.C., por lo que se mantiene como una de las civilizaciones más enigmáticas. Se narra que los mexicas al llegar a la región, encontraron la ciudad de Teotihuacán en ruinas. Por su parte hay evidencia de la influencia de dicha cultura en lugares tan lejanos como el centro ceremonial de Chichen-Itzá.

Los teotihuacanos, ubicados en el Altiplano Central mexicano, lograron conquistar varias ciudades mayas. Aunque este hecho ya se conocía, hasta ahora era un misterio cómo lograron tomar la poderosa capital maya de Tikal o la fecha en que sucedió.

Durante el ciclo de conferencias “La arqueología hoy”, coordinado por el investigador del Instituto de Antropología e Historia (INAH), Leonardo López Luján, se reveló que la toma de la ciudad maya fue gracias al apoyo de diversos grupos y señoríos de la zona, que apoyaron a los teotihuacanos para salir victoriosos.

La ciudad de Naachtun fue clave en la toma de Tikal (Foto: INAH).

Se trata, precisamente, del pueblo de Naachtun, el cual fungió como brazo armado de Teotihuacán en la región, ayudando a los invasores a perpetrar la hazaña. Este hecho fue revelado gracias a la interpretación de estelas en el sitio arqueológico de dicho pueblo, en Guatemala, principalmente la Estela 24, la cual ha iluminado con precisión el gran suceso histórico.

El arqueólogo francés del Centro Nacional para la Investigación Científica, Philippe Nondédéo (izquierda), fue el responsable de llevar a cabo la investigación, dando a conocer que una de las fechas más importantes de dicha estela es el 11 Eb’, que corresponde al 16 de enero del año 378 d.C. Esta fecha es en la que los teotihuacanos tomaron la ciudad de Tikal, actualmente ubicada al norte de Guatemala.

Gracias al estudio de los grabados en roca fue posible para el doctor en Antropología, Etnología y Prehistoria por la Universidad de París el poder interpretar las fechas y relacionarlas con los acontecimientos escritos en ellas, para determinar en qué momento histórico fue que se dio el ataque teotihuacano sobre la zona y qué elementos fueron lo que determinaron su victoria.

No obstante, señaló que el problema de la Estela 24 fue que gran parte de su información concerniente a estas fechas se encontraba en la parte superior, la cual ya no se encuentra. Sin embargo, conjugando la información legible con la de la Estela 23, pudo reconstruir otros sucesos ocurridos en el año 378.

La Estela 24 de la zona arqueológica de Naachtun, Guatemala, fue lo que reveló la fecha de la invasión (FOTO: INAH).

En la Estela 23 se ilustra cómo en el pueblo Naachtun inicia la dinastía Suut’z (cuya traducción es Murciélago), la cual gobernó durante un período aproximado del año 150 al 550 de nuestra era. Aunque, se precisa que dicha dinastía comenzó como un gobierno local.

Por su parte, la Estela 24 indica también el inicio de la instauración de dicha dinastía, 14 años antes de la toma de Tikal (en el 363 d.C.); hecho también plasmado en la misma fuente. Hacia el 378, se menciona que el gobierno de Naachtun ya es un “señor sagrado”.

Este dato, para Nondédéo indica que el poderío de esta cultura maya incrementó debido al apoyo que Teotihuacán pudo haberles dado, a cambio de su participación en el ataque de Tikal. Dicha ayuda pudo haberse dado en armamento, comida, guías en la selva maya, así como de guerreros. De esta manera, la categoría de la ciudad se elevó, dotando a Naachtum de más poder militar y, por ende, la capacidad de hacerle frente a otros señoríos y capitales mayas, como Calakmul.

De Teotihuacan a Tikal, el camino es de 155 días caminando (FOTO: INAH)

La influencia de Teotihuacán sobre Naachtum y otras ciudades de la región maya se refleja en la arquitectura: edificios tipo laúd-tablero o el uso materiales como la obsidiana lleva desde el altiplano.

Sin embargo, la caída de la ciudad teotihuacana, derivado de diversos conflictos internos o problemas climáticos, también significó que sus ciudades satélite perecieran ante sí mismas o sus enemigos. En el caso de Naachtum, las estelas y la evidencia de materiales apuntan que en el año 550 la ciudad cayó ante Calakmul, gobernada por la dinastía Kanul quien conquistó una extensa región maya en los siglos venideros.

Se estima que para el asedio de Tikal, los teotihuacanos caminaron 155 días y fueron guiados y acompañados por tropas mayas.

Fuente: infobae.com | 27 de mayo de 2022