Un nuevo estudio sobre Ötzi, el 'Hombre de Hielo' cuestiona aspectos importantes sobre la interpretación oficial de su descubrimiento

La momia de Ötzi, el 'Hombre de Hielo', en exhibición en el Museo Arqueológico de Tirol, Bolzano, Italia. (Foto: AFP PHOTO / Andrea Solero/NTB)

"No se necesita una serie de milagros para explicar el caso del descubrimiento de Ötzi", dijo Lars Pilø (izquierda) a sciencenorway.no, el cual es es uno de los principales investigadores detrás del conocido programa arqueológico glacial noruego Secrets of the Ice.“Ötzi fue preservado por procesos naturales regulares”.

El nuevo estudio afirma, por ejemplo, que Ötzi no murió en el barranco donde fue encontrado, que no hubo un enfriamiento climático repentino que condujo a su congelación inmediata y posterior conservación, y que no hubo un glaciar en movimiento sobre Ötzi, sino que su cuerpo se conservó en hielo antiguo estacionario.

“Creo que no hay nada nuevo en este artículo”, responde Andreas Putzer (derecha) a sciencenorway.no. Él pertenece al personal científico del Museo Ötzi, también conocido como el Museo de Arqueología del Tirol del Sur, en Bolzano, Italia. No obstante, encuentra partes de las conclusiones bastante controvertidas.

“Obviamente es controvertido, porque suponen que el 'Hombre de Hielo' murió fuera del barranco donde fue encontrado, y que fueron los procesos de derretimiento del hielo los que llevaron el cuerpo al barranco donde se halló. Nosotros no creemos que haya sucedido de esta manera”, afirma Putzer.

Definitivamente, murió en el barranco

Según las interpretaciones originales del hallazgo, Ötzi murió en el barranco donde fue encontrado. Putzer cree que hay dos factores apoyan firmemente esta teoría:

La forma en que estaban colocados los artefactos sugiere que fue realizado por el 'Hombre de Hielo'. “El arco del 'Hombre de Hielo' estaba en posición vertical, y algunos artefactos estaban colocados intencionadamente sobre una roca, por lo que es bastante increíble que los procesos de derretimiento del hielo los trajeran hasta esa posición”, dice Putzer.

Y hay, además, una piedra en el camino. “Si conoces bien el lugar del hallazgo, verás que la teoría del nuevo estudio es imposible, pues había una roca encima del barranco que habría impedido que el cuerpo cayera al mismo”, afirma Putzer.

El barranco desde el oeste donde se encontró el cuerpo Ötzi (marcado con un punto rojo). Foto: Walter Leitner, utilizada con autorización.

Las montañas noruegas no son los Alpes

En lo que sí está de acuerdo Putzer es en que los artefactos pudieron haber sido dañados por la presión del hielo. “El hielo tiene un impacto en la conservación, en eso estoy de acuerdo”, dice. "Hicieron un buen trabajo sobre el lugar del hallazgo en Noruega, el cual muestra lo que puede suceder con los artefactos afectados por el hielo".

El nuevo estudio también encuentra que Ötzi se hallaba en medio de un parche de hielo antiguo, el cual no se había movido, en lugar de estar protegido por un supuesto glaciar en movimiento como sostiene la versión oficial.

“Sí, podría ser un parche de hielo”, reconoce Putzer. “No soy glaciólogo, es posible que pudiera ser un parche de hielo y no un glacial en movimiento, no puedo afirmarlo o negarlo. Pero eso no cambia la situación del 'Hombre de Hielo'”.

“El único aspecto nuevo en este estudio es la teoría de que los objetos no se encontraban en su posición original, y estamos de acuerdo solo en parte con esto. La momia probablemente no murió exactamente donde la encontraron, sino más cerca de sus objetos. Pero no estaba encima del barranco, y no murió lejos del barranco. Esto es lo que pensamos”, dice Putzer.

Transferir conocimientos sobre sitios con hallazgos en Noruega al sitio donde fue hallado Ötzi es problemático, señala Putzer.

“No es tan fácil transferir la experiencia de un lugar a otro, especialmente si nunca has visto de modo directo el lugar del hallazgo”, sostiene Putzer.

Así se veía el cuerpo de Ötzi cuando cuando una pareja recién casada, Helmut y Erika Simon, lo descubrieron sobresaliendo del hielo durante una caminata en las montañas el 19 de septiembre de 1991. Foto: Helmut Simon y Erika Simon.

Lo sabemos desde los 90

Que el 'Hombre de Hielo' haya estado sumergido en agua tampoco es nuevo, pero la versión de la dirección del Museo del Tirol y el nuevo estudio difieren sobre cuándo esta circunstancia sucedió.

En el nuevo estudio se indica que Ötzi no estuvo cubierto siempre por el hielo durante los primeros 1500 años. Y, además, no se congeló inmediatamente después de su muerte debido a un repentino enfriamiento climático.

“El enfriamiento climático es, quizá, difícil de establecer, pero los animales no se comieron el cadáver de Ötzi y tampoco las moscas depositaron huevos en su cuerpo. Es por eso que suponemos que debió haber sido cubierto tempranamente por la nieve debido a un posible cambio del clima”, subraya Putzer.

Además: "Sabemos desde los años 90 que estuvo acostado sobre agua en un momento dado, por eso perdió todo el cabello y las uñas", detalla Putzer. “Ignoramos exactamente cuándo sucedió esto, pero hay dos períodos cálidos después de la muerte del 'Hombre de Hielo', el primero alrededor del 1500 a.C. y el segundo durante la época romana”, explica.

El cadáver de Ötzi es retirado del lecho de hielo en el que yació más de cinco mil años. La extracción causó algunos daños en el cuerpo, como un desgarro en la cadera izquierda. Foto: Sygma / Cordon Press.

No contengas la respiración por encontrar más momias de hielo

Y por último, Andreas Putzer no cree que haya muchos más Ötzis por ahí perdidos. “Encontramos cuerpos humanos solo si ha habido un accidente, o si alguien murió, como es el caso de Ötzi. De algún modo, las gentes sobrevivían al cruzar los hielos y los glaciares. La mayoría de los humanos han sobrevivido cuando han cruzado los glaciares de los Alpes”, dice. “Así que no creo que encontremos más 'momias de hielo' en el futuro”.

Putzer afirma que cuando se ha producido un nuevo conocimiento al respecto de Ötzi, la dirección del Museo del Tirol ha cambiado su exposición. “He visto que alguien escribió que esta nueva investigación significa que tenemos que cambiar la forma en que se cuenta la historia de Ötzi. No estamos de acuerdo con ello. Estamos bien actualizados, y esta nueva investigación no necesita ser introducida en la exposición sobre Ötzi”, dice. “No obstante, estamos siempre muy abiertos a las opiniones de los colegas y a posibles teorías: tales investigadores deberían contactar con nosotros; tal vez podamos trabajar o hacer algo juntos”.

Arriba plano del lugar en el que hallaron a Ötzi junto a un gorro de piel y sus armas. Abajo sección de perfil del lugar de búsqueda. El barranco recogió agua de deshielo, que tuvo que ser drenada. Foto: The Holocene.

Las nuevas teorías siempre encuentran resistencia

Lars Pilø no está del todo sorprendido por la respuesta del Museo Ötzi a su nuevo estudio sobre el mismo y dice: “Cuando surgen nuevas evidencias y teorías científicas, siempre habrá resistencia. Así que tendremos que esperar y ver cómo se desarrolla el discurso científico al respecto en el futuro, si los puntos de vista acaban, eventalmente, por cambiar”.

Ahora bien, Pilø encuentra extraña la insistencia en que Ötzi murió donde lo encontraron. “Lo que escribimos en el trabajo de investigación es que el hielo se derrite y luego las cosas se mueven. Ötzi podría haber estado justo encima del barranco y el hielo pudo haberse derretido, no hay nada de equivocado en sugerir esto”, dice Pilø. "Pero me desconcierta que insistan en que Ötizi debió morir en el barranco y que los objetos fueron colocados por él, dado que sabemos desde hace tiempo, a través de investigaciones publicadas anteriormente, que esto no podría ser".

Pilø se refiere a una investigación que ha establecido que Ötzi murió durante la primavera o principios del verano, cuando las montañas habrían estado todavía cubiertas de nieve.

“No puedes morir en un barranco si este está lleno de nieve”, dice. “Y tampoco es como cuando encontramos artefactos en sitios glaciares, alguien los colocó exactamente allí. Los objetos siempre han sido movidos por las fuerzas de la naturaleza, de una forma u otra”.

No fue hasta un año después del hallazgo, en 1992, que fue posible excavar adecuadamente el sitio donde se encontró a Ötzi. Foto: © Amt für Archäologie, Autonome Provinz Bozen.

Los procesos naturales son los mismos en todos los sitios

Pilø tampoco está de acuerdo con que sea problemático comparar lugares donde se han producido hallazgos similares. “Nos referimos a otros sitios de paso en los Alpes, y uno de los sitios a los que nos referimos en Noruega, Lendbreen, también es un paso de montaña, como Tisenjoch, donde se encontró Ötzi”, dice. “La mayoría de los procesos naturales en los sitios arqueológicos con glaciares son siempre los mismos en todos ellos, regiones y continentes. El lugar donde se encontró Ötzi está muy bien documentado y publicado, por lo que es muy posible tener una opinión informada sin haber estado presencialmente en el mismo”.

Que Ötzi podría haber estado expuesto al haberse derretido el hielo en una fecha posterior también se menciona en el artículo, dice Pilø.

“Incluso Konrad Spindler -investigador del 'Hombre de Hielo'- mencionó este hecho en un artículo publicado póstumamente en 2009. Lo nuevo es que combinamos las fechas de radiocarbono del fondo del barranco con la estratigrafía del mismo para mostrar cuándo debió haber estado descubierto de hielo".

“También es interesante que el Museo del Tirol esté de acuerdo en que el daño a los objetos pudo provenir de la presión del hielo, es este un punto que no se ha discutido mucho en otros lugares”, señala Pilø.

Por otra parte, a Pilø le resulta extraño que Putzer no esté más interesado en el tipo de hielo en el que se congeló Ötzi. “La naturaleza del hielo en el lugar del hallazgo es de gran importancia para comprender los procesos naturales que pueden afectar al mismo, por lo que, con todo respeto, no estoy de acuerdo con que ello no cambia la situación del 'Hombre de Hielo'”.

Esta reconstrucción de Ötzi se realizó para el Museo de Arqueología del Tirol del Sur en Italia en 2011. Ötzi tenía alrededor de 45 años cuando murió. Pesaba 50 kilos y medía unos 160 cm de altura. Foto: © Museo de Arqueología del Tirol del Sur/Ochsenreiter.

El tiempo dirá

Los comentarios hasta ahora sobre el nuevo trabajo de investigación han sido en su mayoría positivos, dice Pilø. Algunos científicos han señalado que sus resultados deben hacer cambiar la interpretación realizada hasta ahora sobre Ötzi.

“Parece que el Museo del Tirol se apega principalmente a la vieja historia, y eso está bien. Sin embargo, el tiempo dirá cómo se desarrolla el conocimiento sobre Ötzi”, dice Pilø.

Y sostiene que existe la posibilidad de que se descubran nuevas momias en el futuro. “Ya se encontró un hueso humano en un paso de montaña cercano de donde se halló el cuerpo de Ötzi, así que no es que no haya muerto gente en los pasos de montaña”, soncluye. “Ötzi es, por supuesto, un hallazgo raro y único. Nuestro objetivo es demostrar que su descubrimiento no fue el resultado de circunstancias extraordinarias”.

Fuentes: sciencenorway.no | historianationalgeographic.com.es | 11 de noviembre de 2022

La última ofrenda hallada en el Templo Mayor: aves de oro sobre cuchillos de pedernal, serpientes y espinas de maguey

Arqueólogos hallan dos gavilanes vestidos con ornamentos de turquesa y oro, vinculados con Huitzilopochtli, dios de la guerra. ANTONIO MARÍN CALVO/ PROYECTO TEMPLO MAYOR

Una pareja de gavilanes ataviados con ricos ornamentos de oro, turquesa, concha y piedra verde, justo como Huitzilopochtli —señor de la guerra y dios del Sol, representado muchas veces como un guerrero águila—, fueron depositados sobre una cama de cuchillos de pedernal, varas de madera, serpientes y espinas de maguey presumiblemente ensangrentadas. Es la última ofrenda encontrada en el Templo Mayor de la vieja Tenochtitlan, la 179, cuya excavación concluyó hace apenas unos meses. Un espectáculo alucinante para los ojos entrenados de los arqueólogos.

Las patas de las aves están rodeadas de ajorcas de cascabeles de oro; en la cadera, los arqueólogos del Proyecto Templo Mayor Leonardo López Luján, director de la exploración del templo sagrado de los aztecas bajo el suelo de la Ciudad de México; Alejandra Aguirre Molina, doctora en estudios mesoamericanos y Antonio Marín, pasante de arqueología — hallaron láminas trapezoidales hechas de oro; a la altura del pecho les cuelga un delicado collar de cuentas rosáceas de conchas y de rocas metamórficas verdes. También tienen un pectoral anular de oro que las califica como deidades guerreras. Ambos gavilanes fueron objeto de una prolongada y compleja intervención en la que se les colocaron aditamentos confeccionados con las más ricas materias primas de la época y cuya elaboración requirió de una gran destreza técnica de los sacerdotes mexicas.

En sus alas, los sacerdotes del viejo imperio colocaron dos brazaletes del metal precioso, además de una rodela con una bandera en el individuo colocado en el sur y un cetro para el ave colocada al norte; las cabezas de los gavilanes fueron decoradas con ojos de concha y piedra verde, así como con insignias propias de Huitzilopochtli. El ave meridional tenía sobre la frente el emblema del cotinga azulejo (especie nativa de Mesoamérica) hecho de turquesa, mientras que la septentrional — desprovista de cráneo — ostentaba una diminuta águila, una cuenta de piedra verde y un esbelto pico de colibrí hecho de oro. La orientación de las aves no es una simple coincidencia. Cada espina de maguey, cada trozo de madera, cada lámina de oro tiene un significado religioso profundo para los habitantes de la capital del imperio azteca. El Templo Mayor celebraba a las dos máximas divinidades del Estado mexica: por un lado, a Huitzilopochtli, vinculado con la temporada de secas, el solsticio de invierno, la vida, y el cielo; y a Tláloc, asociado a la lluvia, el solsticio de verano, la muerte, la tierra y la noche. “Es como el yin y el yang. Eso explica por qué la pirámide es doble. Todo lo que hemos excavado en esta zona está en el ámbito masculino y de la guerra”, explica Leonardo López Luján señalando las ofrendas mexicas descubiertas en los últimos años.

Gavilanes de la Ofrenda 179 del Templo Mayor. ANTONIO MARÍN CALVO

Según el Códice Aubin, un relato en lengua náhuatl del siglo XVI, después de la prodigiosa aparición del águila sobre el nopal que señaló ante los mexicas el sitio de la fundación de Mexico-Tenochtitlan, un sacerdote llamado Axolohua fue sumergido en la laguna. Al día siguiente Axolohua volvió a aparecer y contó lo siguiente: “Fuí a ver a Tláloc, porque me llamó, y dijo: Ha llegado mi hijo Huitzilopochtli, pues aquí será su casa. Pues él la dedicará dado que aquí viviremos unidos sobre la tierra”. De esta manera Tláloc, una de las deidades más antiguas de Mesoamérica, recibió a su hijo Huitzilopochtli, dios joven de los mexicas recién llegados, y anunció que ambos compartirían el dominio sobre la nueva capital. Tláloc actúa como una deidad que otorga “el valor, el mando”, es decir, el poder. Por lo anterior, el Templo Mayor de Tenochtitlan estaría compuesto por una gran pirámide doble, con dos capillas en su cúspide: una del lado sur, dedicada a Huitzilopochtli, y otra del lado norte, dedicada a Tláloc. Este patrón binario no estaba perfectamente balanceado. Existía una clara preeminencia de Huitzilopochtli, también conocido como colibrí zurdo, sobre Tláloc, el dios del agua y de la fecundación de la tierra, que residía en las más altas montañas donde se forman las nubes.

Los arqueólogos del Proyecto Templo Mayor trabajan desde el 2007 en las ofrendas. MÓNICA GONZÁLEZ ISLAS

Las ofrendas — y algunas otras de gran importancia como la de un lobo de ocho meses enterrado con piezas de oro o la de una hembra jaguar vestida de guerrera con un atlatl de madera en una de sus garras— se localizan en el centro geométrico de la gigante plataforma circular de 16 metros de diámetro y más de dos metros de altura conocida como Cuauhxicalco. El edificio circular está decorado con una serie de cabezas de serpientes empotradas y pertenece a la época del gobierno de Moctezuma I (1440-1469 d.C.). “Era como un templete, una plataforma, en la que el sacerdote podía ver a todos los fieles”, explica López Luján y se aventura a imaginar la escena completa. “Una multitud se congregaba alrededor de las autoridades religiosas para ver la ceremonia. Huele a copal. Por un oído, escuchas a las personas hablar náhuatl, una invocación a Huitzilopochtli; por la otra oreja, escuchas la música ritual de los tambores. Estás viendo cómo están sacrificando esos animales, cómo diseñan las joyas a la medida de los animales: a las aves, al jaguar, al puma o al lobo mexicano, todos superpredadores. Puedes ver cómo los visten con materiales preciosos: el oro, la jadeída, la concha y la turquesa y cómo los entierran. Estos rituales solo pueden ser obra de un imperio”, sentencia.

Los arqueólogos Antonio Marín Calvo, Alejandra Aguirre Molina y Leonardo López Luján durante los trabajos en el Templo MayorMÓNICA GONZÁLEZ ISLAS.

En esta estructura se realizaban diversas ceremonias, la que nos interesa es la fiesta de panquetzaliztli en honor de Huitzilopochtli. Así lo relata Bernardino de Sahagún: “… en llegando abajo alzaba los papeles, como ofreciéndolos hacia las cuatro partes del mundo, luego los ponía en un pilón que se llama quauhxicalco. Después descendía [del Templo Mayor del lado de Huitzilopochtli] otro sátrapa que traía un hachón de teas muy largo, que llaman xiuhcóatl; tenía la cabeza y la cola como culebra, y ponían en la boca unas plumas coloradas que parecía que le salía fuego por la boca …”. El ritual terminaba con la quema de los papeles y la serpiente hecha del mismo material que representaba al arma utilizada por Huitzilopochtli en su combate en el Coatépec. Después de todo esto se procedía al sacrificio de cautivos y esclavos en lo alto del templo. Las fuentes históricas sugieren el Cuauhxicalco como lugar de enterramientos de varios tlatoanis mexicas, como Axayácatl, Tízoc y Ahuítzotl, predecesores de Moctezuma Xocoyotzin. Los cronistas del siglo XVI cuentan que los restos de varios gobernantes, incinerados al morir, fueron depositados a los pies del Templo Mayor, junto a ofrendas de enorme valor, como esta última.

Los objetos y animales que adornan las ofrendas no eran fáciles de conseguir y debían ser necesariamente codiciados y especiales. Los antiguos viajaron a pie cientos de kilómetros — entre 300 y 400 — desde las costas en las que se encontraban algunos de los animales marinos encontrados en el Templo Mayor, hasta el altiplano para poder ser utilizados en los rituales de los sacerdotes, en una época donde el imperio mexica estaba casi en su máximo apogeo. “Además de las aves, tenemos elementos marinos que vienen tanto de la costa del Pacífico como del Atlántico. Transportar todos estos animales, posiblemente muchos de ellos vivos, y después traerlos aquí, a la Ciudad de México, alimentarlos, cuidarlos y prepararlos para las ceremonias debió ser una tarea titánica”, explica el arqueólogo Antonio Marín. En el caso particular de Tenochtitlan, el oro recuperado es notoriamente escaso; el peso total de los artefactos de oro descubiertos en la zona asciende a poco más de 500 gramos, cifra minúscula en comparación con lo descubierto en contextos arqueológicos de Centro y Sudamérica. Estos números resultan insignificantes en comparación con las decenas de miles de artefactos de piedras verdes, copal, obsidiana, pedernal y cobre, que se han encontrado en el Templo Mayor y sus alrededores.

A diferencia de lo que pasaba con Leopoldo Batres (Ciudad de México, 1852) — pionero de la arqueología moderna en México y célebre por sus excavaciones durante el porfiriato —, quien sacaba, limpiaba, fotografiaba y analizaba en apenas una hora sus hallazgos; ahora, las ofrendas, una vez descubiertas, toman meses, incluso años en ser desenterradas, y luego analizadas con tecnología de última generación y bajo estrictos protocolos internacionales. Pincelada a pincelada, los nuevos arqueólogos van descubriendo, lentamente entre la tierra, espinas de maguey, huesos, flores, oro y madera… fragmentos de historia a la espera de los líderes mexicas.

Maqueta en el Museo del Templo Mayor muestra las siete capas de construcciones de las pirámides del imperio mexica. © SPUTNIK / ELIANA GILET.

¿Vieron los mexicas al águila parada sobre el nopal? El mito y la realidad se entretejen. La gramática mitológica de los tiempos en la cosmogonía azteca conjuga pasado, presente y futuro. Aztlán representa el origen y el comienzo de un recorrido iniciático que conducirá a los migrantes aztecas (luego mexicas) a Tenochtitlan, lugar de su asentamiento definitivo. El fin que justifica el medio: la Peregrinación, consistiría en seguir al Sol, representado por Huitzilopochtli, hasta el lugar de predilección que el dios había escogido para su asentamiento definitivo: México-Tenochtitlan. El ave representa al Sol, pues al igual que el astro, es el ave que vuela más alto. El hecho de estar parada sobre el tunal se vincula con el corazón de Cópil, sobrino de Huitzilopochtli, que es vencido por éste y su corazón arrojado en medio del lago, de donde nacerá el nopal, por lo que tiene estrecha relación con la guerra, el sacrificio y el triunfo de la divinidad mitológica. La imagen prevaleció a lo largo del tiempo para convertirse, finalmente, en el símbolo de una nación.

Fuente: elpais.com | 21 de noviembre de 2022

Un emperador romano desconocido sale a la luz gracias al hallazgo de una moneda de oro

La moneda de oro objeto de la investigación, grabada con la inscripción "IMP SPONSIANI". A la derecha, recreación de un combate entre una legión romana y un ejército dacio. Fotos: Pearson et al. / Radu Oltean / Desperta Ferro Ediciones

La colección numismática del Museo Hunterian, ubicado en el campus de la Universidad de Glasgow (Escocia), escondía un sorprendente "misterio sin resolver": la autenticidad de una moneda de oro supuestamente de época romana grabada con el nombre y el retrato de un emperador totalmente desconocido, del que no se sabe nada por ninguna otra fuente escrita o arqueológica.

Hallada en 1713 en la región de Transilvania, en la actual Rumanía —así lo corrobora una nota manuscrita del inspector de medallas de la Colección Imperial de los Habsburgo en Viena—, muchos eruditos han considerado que se trata de una falsificación dieciochesca.

Sin embargo, un estudio científico liderado por Paul N. Pearson, del University College de Londres, y cuyos resultados se acaban de publicar en la revista PLOS ONE, ha desvelado que el áureo es auténtico y fue acuñado a mediados del siglo III d.C. Así lo demuestran las imágenes obtenidas con espectroscopia, luz ultravioleta o microscopía y la presencia de rasguños, marcas de uso y minúsculos restos de tierra: la pieza estuvo en circulación durante un considerable periodo de tiempo y luego acabó enterrada. ¿Quién fue entonces Esponsiano: un usurpador o un princeps tan efímero que ni siquiera fue contabilizado en las listas imperiales?

Anverso y reverso de la moneda. Foto: Pearson et al.

La moneda en cuestión formaba parte de un conjunto mayor de siete piezas. Aparte de un posible stater macedónico de Alejandro Magno hoy perdido, el resto del grupo, probablemente obra de un único acuñador por sus características estilísticas —barbillas prominentes, ojos saltones y letras gruesas, incluso con algunas omisiones por falta de espacio— conduce al mundo metálico romano por los personajes protagonistas: emperadores como Gordiano III o Filipo I/II, de mediados del siglo III d.C.

El nombre del presunto emperador es extremadamente singular. Solo se conoce otra mención, gracias a una inscripción funeraria documentada en Roma, de un individuo llamado Nicodemo Esponsiano. El áureo, que iba acompañado de un ejemplar idéntico en plata también desaparecido, llama además la atención por la imagen del reverso: dos figuras con toga, una de ellas con un instrumento musical, y en medio una columna de cuentas. La leyenda "C AVG", que podría hacer referencia a los títulos de César Augusto, es en realidad, según los investigadores, la fórmula abreviada de Caius Minucius, un personaje republicano que acuñó un denario con este diseño en 135 a.C. Es decir, el tema iconográfico fue copiado de una pieza que había circulado más de tres siglos antes.

Monedas del conjunto más amplio y su tipología.

Crisis e invasiones

Las monedas del conjunto de Esponsiano tienen una menor pureza de oro que dos áureos puramente romanos con los que han sido comparadas. Los historiadores detallan que en el siglo III se registró una importante crisis para obtener este preciado metal por las pérdidas que sufrió el tesoro imperial en sus luchas contra los persas y por la derrota en la batalla de Abrito contra los godos en el año 251.

Los autores del estudio señalan, por lo tanto, que estas piezas no fueron acuñadas en Roma, donde estaba la ceca principal, sino que "se trata una categoría única de monedas antiguas: pesados medallones de oro fundido de diseño muy anómalo que no son 'bárbaros' [ejemplares de los siglos III y IV elaborados en una región que abarca las actuales Ucrania, Bielorrusia y Polonia y que imitaban toscamente a los áureos] ni falsificaciones [modernas]".

Foto: Las cuatro monedas de oro que revelan la existencia de Esponsiano, un nuevo emperador romano / Efe

Sin embargo, esto no resuelve el enigma del histórico Esponsiano. Al no controlar ninguna ceca oficial ni aparecer mencionado en ninguna de las fuentes clásicas es evidente que no gobernó en Roma. La moneda fue hallada en el corazón de la provincia de Dacia, la única parte sustancial del Imperio más allá del Danubio y que había sido conquistada por el emperador Trajano por sus recursos minerales. A mediados del siglo III, la zona estaba cada vez más aislada y los legionarios hacían frente a incursiones constantes de los sármatas o los godos.

Paul N. Pearson y su equipo rechazan algunas interpretaciones previas que describen a Esponsiano como un usurpador en época de Filipo I (gobierno del año 244 al 249). Para ellos, su aparición habría que enmarcarla en el gobierno (260-268) del emperador de Galieno, cuando Roma empezó a desintegrarse.

"Sugerimos que Dacia quedó aislada del centro imperial alrededor del año 260 y se independizó efectivamente bajo su propio régimen militar, el cual, al principio, acuñó lingotes de metales preciosos usando diseños antiguos de la era republicana. Posteriormente usó los nombres de los emperadores más recientes que habían logrado cierto éxito en la zona y, finalmente, piezas con el nombre de un comandante en jefe local", escriben en el artículo científico.

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La provincia de Dacia fue abandonada hacia el año 271, ya con Aureliano como césar. Las fuentes no informan de que liderase o pusiese en marcha una campaña militar contra un régimen rebelde, tal como había hecho en la Galia, por lo que lo más probable es que las autoridades regionales colaborasen en la evacuación. Quizá, en ese momento, un individuo acaudalado decidió ocultar bajo tierra las monedas de oro que poseía. Pero por alguna razón desconocida nunca pudo recuperarlas. Nadie lo haría hasta 1713.

"Proponemos que Esponsiano pudo haber sido el oficial al mando (dux) de esas legiones [XIII Gemina y V Macedonica] de las fuerzas de Dacia, y que lideró un régimen secesionista en una ventana temporal que se extiende entre el año 260 y mediados de la década de 270, en un momento en que la mayor parte del Imperio se vio sacudido por las guerras civiles y el colapso de las fronteras, y las comunicaciones con Roma eran imposibles", concluyen los investigadores.

"Su prioridad habría sido proteger a la población y resistir la invasión de tribus hostiles. En ese escenario, no fue técnicamente un usurpador que desafió a la autoridad central, sino que su 'imperium' puede considerarse una necesidad local".

Fuente: elespanol.com| 23 de noviembre de 2022

Desentierran una misteriosa pirámide desconocida con 300 momias cerca de la tumba del Faraón Tutankamón

La pirámide desconocida se construyó para la reina Neith. | Crédito: Zahi Hawass

La pirámide desconocida que se desenterró en la necrópolis de Giza perteneció a una antigua faraona, cuya identidad sigue velada tras milenios de historia.

A 100 años del descubrimiento de la tumba de Tutankamón, la necrópolis de Giza sigue siendo un campo fértil para los hallazgos arqueológicos. Recientemente, un equipo de investigadores del Ministerio de Antigüedades de Egipto reportó el descubrimiento de cientos de momias, enterradas al interior de una pirámide previamente desconocida.

A cargo del arqueólogo emérito Zahi Hawass, el equipo de investigación exhumó los restos momificados de al menos 300 personas. Se asume que formaron parte del cuerpo de servicio de una faraona de la que no se tenía registro hasta el momento, enterrada antiguamente cerca de la tumba de Tutankamón. Esto es lo que sabemos.

300 momias y una red de pozos interconectados

Además de las 300 momias desenterradas en la pirámide desconocida, los arqueólogos encontraron un alijo de ataúdes y artefactos, así como una serie de túneles interconectados. Estos hallazgos son el resultado de dos años de excavaciones en el sitio de Saqqara, a unos 32 kilómetros de El Cairo.

Fuentes: ngenespanol.com | livescience.com | 17 de noviembre de 2022

Investigan la relación entre fósiles humanos británicos y de Atapuerca

Cuatro especies humanas están representadas aquí (Homo erectus, Homo heidelbergensis, Homo neanderthalensis, Homo sapiens). Imagen © The Trustees of the Natural History Museum, Londres.

Reconstruir la historia de la evolución humana es una tarea innegablemente compleja. Sin embargo, una nueva investigación nos acerca a comprender cómo los primeros humanos en Gran Bretaña pueden haber estado relacionados con otras poblaciones europeas hace más de 400.000 años.

En la década de 1990, se desenterraron un hueso parcial de la parte inferior de una pierna, una tibia, y dos dientes fósiles en un sitio arqueológico en Boxgrove, West Sussex. Los fósiles de Boxgrove, que datan de hace unos 480.000 años durante el Pleistoceno Medio, son los restos humanos más antiguos descubiertos en el Reino Unido y se identificaron como probablemente pertenecientes a la antigua especie humana Homo heidelbergensis.

Los científicos están tratando ahora de determinar si los humanos de Boxgrove pertenecen a la misma población que otros fósiles humanos primitivos descubiertos en la Sima de los Huesos, en Atapuerca, España, los cuales datan de un período de tiempo similar.

A) Mapa de ubicación y B) cronología de muestras clave de homínidos del Pleistoceno medio europeo en relación con la estratigrafía isotópica de oxígeno de foraminíferos bénticos (Lisiecki y Raymo, 2005).

El nuevo estudio, publicado en Journal of Human Evolution, encontró que los dientes incisivos de Boxgrove encajan cómodamente dentro del rango de dientes fósiles encontrados en la Sima de los Huesos, en España. Por lo tanto, potencialmente podrían representar poblaciones similares. Sin embargo, la tibia de Boxgrove difiere significativamente de las descubiertas en España, lo que sugiere que podría pertenecer a poblaciones completamente separadas.

Chris Stringer (izquierda), experto en evolución humana en el Museo de Historia Natural de Londres, y coautor del estudio, dice: “Tenemos dos opciones. Primero, supongamos que los incisivos y la tibia de Boxgrove son de la misma población. En ese caso, pertenecen a una población diferente a la de la Sima de los Huesos en España, dado que la tibia de Boxgrove tiene rasgos más primitivos".

“Ahora bien, debido a que los incisivos de Boxgrove se encontraron en estratos más bajos y, por lo tanto, antes de que apareciera la secuencia de depósitos en que se encontró la tibia, la otra opción es que esos individuos de Boxgrove representen dos poblaciones diferentes. En otras palabras, los incisivos de Boxgrove y de la Sima de los Huesos podrían representar a la misma población, pero las tibias de Boxgrove son diferentes. Así que ese es el problema".

¿Qué es el Homo heidelbergensis?

El Homo heidelbergensis es una especie de humano primitivo descrita por primera vez a partir de una mandíbula fósil descubierta en 1907 (derecha) cerca de Heidelberg, en Alemania. A menudo se argumenta que esta especie no solo vivió en Europa, sino también en África y probablemente en Asia hace entre 700.000 y 300.000 años. Sin embargo, algunos investigadores sienten que el nombre se ha aplicado a una gama demasiado amplia de fósiles de este período de tiempo.

El descubrimiento de herramientas de piedra de más de 700.000 años en Suffolk y Norfolk muestra que los humanos vivían en Gran Bretaña mucho antes que los de Boxgrove. Sin embargo, los fósiles de Boxgrove son los primeros restos humanos en Gran Bretaña de los que actualmente hay evidencia física en lugar de arqueológica. Pero tratar de definir si pertenecen a la especie Homo heidelbergensis no es fácil.

“Toda la historia de la especie 'Homo heidelbergensis' se ha vuelto mucho más complicada”, dice Chris. “Desde el descubrimiento de Boxgrove, se han atribuido muchos más fósiles a 'Homo heidelbergensis' y, además, muestran mucha variación. Cuando en la década de los 90 se empezaron a encontrar los fósiles de la Sima de los Huesos, también se les llamó Homo heidelbergensis".

“Si un fósil no parecía pertenecer a 'Homo erectus' o al 'Homo sapiens' o a los neandertales, a menudo se lo colocaba en la categoría de 'Homo heidelbergensis'. Pero desde entonces se ha trabajado más en los fósiles de la Sima de los Huesos, los cuales mostraron que era mucho más probable que pertenecieran a neandertales primitivos, según las características físicas y el análisis de ADN de los mismos".

Tibia humana de Boxgrove. Wikipedia.

¿Por qué se comparan los fósiles de Boxgrove con los de España?

Los fósiles encontrados en la Sima de los Huesos representan la mayor muestra de fósiles humanos primitivos jamás descubierta pertenecientes a la época del Pleistoceno Medio. Muchos de estos fósiles están inusualmente bien conservados, y se cree que provienen de unas 29 personas diferentes. Por lo tanto, este sitio puede revelar mucho sobre esta población que existió hace unos 430.000 años.

"Tratar de reconstruir cómo las poblaciones humanas eran similares durante el Pleistoceno Medio es complicado, ya que los fósiles son muy escasos y están dispersos", dice Chris. "Es difícil reconstruir las evidencias cuando estamos tratando de hacer coincidir una mandíbula hallada en Alemania con un hueso de la pierna hallado en Gran Bretaña".

"La muestra de humanos fósiles de España es, con mucho, la más grande de este período del Pleistoceno Medio respecto a cualquier parte del mundo. En consecuencia, podemos comparar los dos incisivos y la tibia de Boxgrove con los 22 incisivos y las siete tibias encontradas en la Sima de los Huesos".

"Hemos descubierto que los incisivos de Boxgrove encajan cómodamente dentro de las muestras dentales de la Sima de los Huesos, y, por lo tanto, también podrían representar una población neandertal temprana en lugar de clasificarlos como pertenecientes a 'Homo heidelbergensis', pero la tibia no coincide con las halladas en la Sima de los Huesos. Por lo tanto, la tibia es algo diferente, pero si la misma es representativa de un 'Homo heidelbergensis', o de otra especie, no podemos decirlo a partir de esta investigación".

Mandíbula AT-1, primer fósil oficialmente descubierto en la Sima de los Huesos.

¿Cómo se analizaron los fósiles?

Para determinar la relación entre los fósiles, el equipo ha estudiado las características externas y empleado la tomografía computarizada para un análisis más profundo.

La Dra. Lucile Crété (izquierda), investigadora del Museo de Historia Natural de Londres, y coautora del estudio, dice: "Los avances en el campo de las imágenes en 3D y el análisis de reconstrucción virtual en los últimos años han ayudado a ampliar nuestro conocimiento de los dientes fósiles y la morfología y estructura ósea en todo el complejo registro fósil de homínidos pertenecientes al Pleistoceno Medio".

"Los datos de TC adquiridos para este estudio han sido esenciales para comparar los fósiles de Boxgrove y de la Sima de los Huesos, así como otro material comparativo para ayudar a hacer una historia coherente".

Desde el descubrimiento de los fósiles de Boxgrove, se ha analizado más material del Pleistoceno Medio con más detalle. Sin embargo, se ha revelado que la historia de la evolución humana y cómo se relacionaron las poblaciones es aún muy compleja.

El Dr. Matthew Pope (derecha), del Colegio Universitario de Londres, y coautor del artículo, dice: "Esta investigación nos acerca un paso más a la comprensión de cómo la gente de Boxgrove estaba relacionada con otras poblaciones europeas durante el Pleistoceno Medio".

“La imagen es compleja, dado que los dientes de Boxgrove parecen cercanos a los de Sima de los Huesos, pero la tibia es un poco más distante. No obstante, debemos recordar que estos fósiles se encontraron en diferentes sedimentos del yacimiento de Boxgrove. Establecer qué tan separados en el tiempo están estos sedimentos entre sí es ahora una importante pregunta de investigación que la ciencia debe abordar”.

Fuente: nhm.ac.uk | 14 de noviembre de 2022

Descubren los restos de una basílica romana en Petrer (Alicante)

En la zona del ábside de la planta basilical se ha descubierto un nuevo mosaico de cuatro colores similar al hallado en 1975 en la calle Constitución.

Los sondeos arqueológicos que, desde finales de 2021, se están llevando a cabo en la plaça de Baix como paso previo necesario al proyecto de reurbanización integral de este espacio siguen dando nuevas sorpresas y sacando a la luz importantes elementos patrimoniales de cronología romana pertenecientes a Villa Petraria.

El último hallazgo, del que han informado hoy la alcaldesa de Petrer, el concejal de Cultura y Patrimonio, el director del Museo y uno de los codirectores de la excavación han sido los restos de los muros de una posible basílica datada entre mediados del siglo IV y comienzos del V d. C y un nuevo mosaico polícromo, de cuatro colores, similar al hallado en 1975 en la calle Constitución.

Fernando Portillo, concejal de Cultura, ha hablado del concepto de “arqueología pública”, refiriéndose al hecho de que “nos gusta ir contando, explicando lo que va apareciendo en ese concepto de arqueología pública que pensamos que es tan importante para mantener informados e ilusionados a los vecinos y vecinas y a los amantes del patrimonio”. Ha precisado que “el avance continúa y ha aparecido un segundo mosaico y una planta de lo que parece evidente que puede ser una basílica, lo cual da a entender la importancia que adquirió esta villa, de la transformación en su época final a nuevas formas de vivir, a la incorporación del culto cristiano”.

Por su parte, la alcaldesa, Irene Navarro ha apuntado que “en el año 1975 se marcó un antes y un después en el patrimonio, la arqueología y la cultura de nuestra ciudad".

"Cuando pensábamos que todo estaba tranquilo llegaron a la plaza de Baix esas catas arqueológicas y llegó un momento muy dulce para nuestra ciudad en cuanto a patrimonio y arqueología”. Y ha puesto de manifiesto “la especial sensibilidad de este equipo de gobierno por recuperar nuestro pasado porque, al fin y al cabo, una ciudad comprometida y sensible a recuperar el pasado es una ciudad sensible y comprometida con su futuro”.

Fernando E. Tendero, director del Museo, ha ofrecido los detalles más técnicos de los nuevos hallazgos, recordando que “después de haber hallado la entrada al refugio de la Guerra Civil, los restos de Villa Petraria, la columna singular de época bajoimperial y un mosaico, la sorpresa es que, cuando ampliamos la excavación, empezó a salir un edificio singular con una sala cuadrangular y un ábside en la parte de la cabecera”.

Se trata de un edificio, datado entre finales del siglo IV y comienzos del siglo V d.C (última fase de Villa Petraria) que presenta una planta basilical formada por una estancia de forma cuadrada con 36 m² de cuerpo y un ábside de 16 m² en la cabecera, con una orientación noreste-suroeste, lo que suponen una superficie de 52 m², aproximadamente. Además, en la zona del ábside, ha aparecido un segundo mosaico con decoración geométrica y polícroma, del que se conserva un 50% de su totalidad.

Para Tendero “este edificio de planta basilical ha supuesto una gran sorpresa ya que podría corresponder a una estancia de prestigio en la última reforma de la villa ordenada por el propietario o, también cabe la hipótesis que tenga un uso religioso como basílica, pudiendo ser este el lugar de donde procedería la columna excepcional que apareció el año pasado y que actualmente se puede contemplar en el Museo Dámaso Navarro". El director del Museo ha precisado que se trata de “datos preliminares obtenidos de la observación directa de los restos constructivos, pero por paralelos con otras villas, que están siendo excavadas desde hace muchos años, como puede ser Baños de la Reina en Calpe, pensamos que sí que podría ser una basílica con uso religioso. El avance de la excavación nos dirá si esta hipótesis es correcta o no. Lo cierto es que estamos ante un edificio singular con el añadido patrimonial de contar con un mosaico polícromo de los que pocos que existen en la provincia”.

Ha finalizado su explicación apuntando que “la imagen de Villa Petraria que teníamos hace un año, no tiene nada que ver con lo que sabemos ahora que es. Las excavaciones nos están aportando nuevos datos de la historia de Petrer”.

VISITAS “ARQUEOLOGÍA ABIERTA”

Para que los vecinos y vecinas pueden conocer la evolución de los sondeos arqueológicos y los hallazgos que se están llevando a cabo en la plaça de Baix, este sábado 19 de noviembre por la mañana, el equipo del Museo ha organizado visitas guiadas a la excavación en su propósito de “arqueología pública” que ha explicado el propio concejal, Fernando Portillo.

En concreto, desde las 11 hasta las 13.30, cada 30 minutos, se organizarán grupos de entre 12-15 personas. Tendero ha explicado en qué consistirá la visita, indicando que “se subirá al balcón del despacho de alcaldía donde la vista de la excavación es espectacular. Y después nos acercaremos al museo para ver la columna, el mosaico…”.

La inscripción se tiene que realizar previamente a través de los canales de contacto del Museo: por teléfono, 966989400 (ext. 280); por whatsapp, en el teléfono 664413514; o por las redes sociales del museo (Facebook e Instagram).

Fuente: diariodealicante.net | 16 de noviembre de 2022

La evidencia más antigua del uso controlado del fuego para cocinar alimentos

El cráneo de carpa que se presenta pertenece a las Colecciones de Historia Natural alojadas en el Museo Steinhardt de Historia Natural de la Universidad de Tel Aviv. Crédito: Universidad de Tel Aviv.

Los restos de un enorme pez carpa (2 metros de largo), analizados por la Universidad Hebrea, la Universidad Bar-Ilan de la Universidad de Tel Aviv, en colaboración con el Colegio Académico Oranim, la institución de Investigación Oceanográfica y Limnológica de Israel, el Museo de Historia Natural de Londres y la Universidad Johannes Gutenberg en Mainz, marcan los primeros signos de cocción por humanos prehistóricos hace 780.000 años, anterior a los datos disponibles por unos 600.000 años.

Un análisis detallado de los restos de un pez parecido a una carpa encontrado en el sitio arqueológico de Gesher Benot Ya'aqov (GBY, derecha) en Israel muestra que el pescado se cocinó hace aproximadamente 780.000 años. Cocinar se define como la capacidad de procesar alimentos controlando la temperatura a la que se calienta e incluye una amplia gama de métodos.

Hasta ahora, las primeras evidencias de cocción datan de hace aproximadamente 170.000 años. La pregunta de cuándo el hombre primitivo comenzó a usar el fuego para cocinar ha sido objeto de muchas discusiones científicas durante más de un siglo. Estos hallazgos arrojan nueva luz sobre el asunto y se publicaron en Nature Ecology and Evolution.

El estudio fue dirigido por un equipo de investigadores: la Dra. Irit Zohar (izquierda), investigadora del Museo de Historia Natural Steinhardt de TAU y conservadora de las colecciones biológicas de Beit Margolin en el Colegio Académico de Oranim, y la profesora de HU, Naama Goren-Inbar, directora del sitio de excavación. El equipo de investigación también incluyó a la Dra. Marion Prevost, del Instituto de Arqueología de HU; la profesora Nira Alperson-Afil, del Departamento de Estudios y Arqueología de Israel de BIU; el Dr. Jens Najorka, del Museo de Historia Natural de Londres; el Dr. Guy Sisma-Ventura del Instituto de Investigación Oceanográfica y Limnológica de Israel; el profesor Thomas Tütken, de la Universidad Johannes Gutenberg de Mainz, y el profesor Israel Hershkovitz, de la Facultad de Medicina de la TAU.

La Dra. Zohar y la Dra. Prevost (derecha), dicen: "Este estudio demuestra la gran importancia de los peces en la vida de los humanos prehistóricos para su dieta y estabilidad económica. Además, al estudiar los restos de peces encontrados en Gesher Benot Ya'aqob pudimos reconstruir, por primera vez, la población de peces del antiguo lago Hula y mostrar que el lago albergaba especies de peces que se extinguieron con el tiempo".

"Estas especies tenían púas gigantes (carpas) que alcanzaban hasta 2 metros de largo. La gran cantidad de restos de peces encontrados en el sitio demuestra su consumo frecuente por parte de los primeros humanos, quienes desarrollaron técnicas especiales de cocina. Estos nuevos hallazgos demuestran no solo la importancia de los hábitats de agua dulce y los peces que contenían para el sustento del hombre prehistórico, pero también ilustran la capacidad de los humanos prehistóricos para controlar el fuego con el fin de cocinar alimentos, y su comprensión de los beneficios de cocinar pescado antes de comerlo".

Una ilustración de homínidos explotando y cocinando 'Luciobarbus longiceps' (barbo grande, 'Cyprinidae') en las orillas del paleo lago Hula (ilustración de Ella Maru). Crédito: Universidad de Tel Aviv.

En el estudio, los investigadores se centraron en los dientes faríngeos (utilizados para moler alimentos duros como conchas) pertenecientes a peces de la familia de las carpas. Estos dientes fueron encontrados en grandes cantidades en diferentes estratos arqueológicos del sitio. Al estudiar la estructura de los cristales que forman el esmalte de los dientes (cuyo tamaño aumenta con la exposición al calor), los investigadores pudieron probar que los peces capturados en el antiguo lago Hula, adyacente al sitio, estuvieron expuestos a temperaturas adecuadas para cocinar, y no fueron simplemente quemados por un incendio espontáneo.

Hasta ahora, la evidencia del uso del fuego para cocinar se había limitado a sitios que comenzaron a usarse mucho más tarde que el sitio GBY, unos 600.000 años, y la mayoría están asociados con el surgimiento de nuestra propia especie, el Homo sapiens.

La profesora Goren-Inbar (izquierda), agregó: "El hecho de que la cocción del pescado sea evidente durante un período tan largo e ininterrumpido de asentamiento en el sitio indica una tradición continua de cocinar alimentos. Este es otro de una serie de descubrimientos relacionados con el alto nivel cognitivo y capacidades de los cazadores-recolectores achelenses que estaban activos en la antigua región del valle de Hula".

"Estos grupos estaban profundamente familiarizados con su entorno y los diversos recursos que les ofrecía. Además, muestran que tenían un amplio conocimiento de los ciclos de vida de diferentes especies de plantas y animales. Adquirir la habilidad necesaria para cocinar alimentos marca un avance evolutivo significativo, ya que proporciona un medio adicional para hacer un uso óptimo de los recursos alimentarios disponibles. Incluso es posible que cocinar no se limitara al pescado, sino que también incluyera varios tipos de animales y plantas".

El profesor Hershkovitz (derecha) y la Dra. Zohar señalan que la transición de comer alimentos crudos a comer alimentos cocidos tuvo implicaciones dramáticas para el desarrollo y el comportamiento humanos. Comer alimentos cocidos reduce la energía corporal requerida para descomponer y digerir los alimentos, lo que permite que se desarrollen otros sistemas físicos. También conduce a cambios en la estructura de la mandíbula y el cráneo humanos.

Ubicación del sitio arqueológico Gesher Benot Ya'aqov (GBY) en la ruta Home erectus fuera de África. Crédito: Universidad de Tel Aviv.

Este cambio liberó a los humanos del trabajo diario e intensivo de buscar y digerir alimentos crudos, brindándoles tiempo libre para desarrollar nuevos sistemas sociales y de comportamiento. Algunos científicos ven el consumo de pescado como un hito en el salto cuántico en la evolución cognitiva humana, proporcionando un catalizador central para el desarrollo del cerebro humano.

Dicen que comer pescado es lo que nos hizo humanos. Incluso hoy en día, es ampliamente conocido que el contenido de la carne de pescado, como los ácidos grasos omega-3, zinc, yodo y más, contribuye en gran medida al desarrollo del cerebro.

El equipo de investigación cree que la ubicación de las áreas de agua dulce, algunas de ellas en áreas que se secaron hace mucho tiempo y se convirtieron en desiertos áridos, determinó la ruta de la migración del hombre primitivo de África al Levante y más allá. Estos hábitats no solo proporcionaron agua potable y atrajeron animales al área, sino que la captura de peces en aguas poco profundas es una tarea relativamente simple y segura con una recompensa nutricional muy alta.

El equipo postula que la explotación de peces en hábitats de agua dulce fue el primer paso en la ruta de los humanos prehistóricos fuera de África. El hombre primitivo comenzó a comer pescado hace alrededor de 2 millones de años, pero cocinar pescado, como se encuentra en este estudio, representó una verdadera revolución en la dieta de los hombre de cultura Achelense y es una base importante para comprender la relación entre el hombre, el medio ambiente, el clima y la migración al intentar para reconstruir la historia de los primeros humanos.

Cabe señalar que la evidencia del uso del fuego en el sitio, la evidencia más antigua de este tipo en Eurasia, fue identificada por primera vez por la profesora Nira Alperson-Afil (izquierda), de BIU. “El uso del fuego es un comportamiento que caracteriza todo el continuo de asentamiento en el sitio”, explicó. “Esto afectó a la organización espacial del sitio y a la actividad que allí se desarrollaba, que giraba en torno a las fogatas”. La investigación del fuego de Alperson-Afil en el sitio fue revolucionaria para su época y mostró que el uso del fuego comenzó cientos de miles de años antes de lo que se pensaba.

Goren-Inbar agregó que el sitio arqueológico de Gesher Benot Ya'aqov documenta un continuo proceso de asentamientos repetidos de grupos de cazadores-recolectores en las orillas del antiguo lago Hula que duró decenas de miles de años.

Cráneo de 'Luciobarbus longiceps'. Crédito: Universidad de Tel Aviv

Estos grupos hicieron uso de la rica variedad de recursos proporcionados por el antiguo valle de Hula y dejaron un largo y continuo proceso de asentamientos con más de 20 estratos de los mismos", explicó Goren-Inbar. Las excavaciones en el sitio han puesto al descubierto la cultura material de estos antiguos homínidos, incluidas las herramientas de sílex, basalto y piedra caliza, así como sus fuentes de alimentación, que se caracterizaron por una rica diversidad de especies de plantas del lago y sus orillas (incluidas frutas, nueces y semillas) y por muchas especies de mamíferos terrestres, tanto de tamaño mediano como grande.

El Dr. Jens Najorka (derecha), del Museo de Historia Natural de Londres, explicó: "En este estudio, utilizamos métodos geoquímicos para identificar cambios en el tamaño de los cristales del esmalte dental, como resultado de la exposición a diferentes temperaturas de cocción. Cuando se queman con fuego, es fácil identificar el profundo cambio en el tamaño de los cristales de esmalte, pero es más difícil identificar los cambios causados ​​por la cocción a temperaturas entre 200 y 500 grados centígrados".

"Los experimentos que realicé con la Dra. Zohar nos permitieron identificar los cambios causados ​​por la cocción a bajas temperaturas. No sabemos exactamente cómo se cocinaron los pescados, pero dada la falta de evidencia de exposición a altas temperaturas, está claro que fueron no cocinados directamente en el fuego, y no fueron arrojados al fuego como desecho o como material para quemar".

El Dr. Guy Sisma-Ventura (izquierda), del Instituto de Investigación Oceanográfica y Limnológica de Israel y el profesor Thomas Tütken (derecha), de la Universidad Johannes Gutenberg de Mainz, también formaron parte del grupo de investigación, proporcionando un análisis de la composición de isótopos de oxígeno y carbono en el esmalte de los peces. dientes.

“Este estudio de isótopos es un verdadero avance, ya que nos permitió reconstruir las condiciones hidrológicas en este antiguo lago a lo largo de las estaciones y, por lo tanto, determinar que los peces no eran un recurso económico estacional, sino que se pescaban y consumían durante todo el año, lo que proporcionaba una fuente constante de nutrición que redujo la necesidad de migración estacional".

Fuentes: phys.org | Universidad de Tel Aviv | 14 de noviembre de 2022