Los humanos usaban pegamento de 'alta tecnología' desde hace 100,000 años, según un estudio

Los primeros humanos usaban “pegamento” de alta tecnología hecho de una conífera local en África hace 100,000 años, según ha revelado un nuevo estudio.

En la Edad de Piedra Media, los primeros Homo sapiens utilizaron adhesivos hechos de árboles locales de Podocarpus (derecha) para unir herramientas de piedra a lanzas de madera.

Los científicos dicen que la sustancia tiene propiedades adhesivas “excelentes y solo se puede producir a través de un proceso “elaborado”.

El Dr. Patrick Schmidt (izquierda) y la estudiante de doctorado, Tabea Koch, de la Universidad de Tübingen, en Alemania, realizaron un estudio conjunto con el profesor Edmund February, de la Universidad de Ciudad del Cabo, en Sudáfrica, sobre el hecho de que los primeros humanos modernos no recurrieran a adhesivos más fácilmente disponibles hace miles de años, lo que demuestra el alto grado de sus capacidades y habilidades innovadoras. El estudio ha sido publicado en la revista PNAS.

El Dr. Schmidt dijo: “Se han descubierto adhesivos en varios sitios de la Edad de Piedra Media en Sudáfrica, principalmente en raspadores u hojas de piedra que se habían pegado a mangos o lanzas de madera”.

“El análisis químico ha demostrado que ese pegamento a menudo se extraía de las maderas amarillas. Esto es sorprendente porque los palos amarillos no exudan resinas de árboles ni ninguna otra sustancia pegajosa, sino que son las hojas de los mismo los que contienen pequeñas cantidades de resina que hay que destilar”.

El equipo descubrió dos formas de fabricar tal pegamento: “Es bastante simple, basta con quemar las hojas directamente al lado de las piedras planas”.

Producción experimental de alquitrán de abedul con el método de condensación. (a) Montaje experimental de tres adoquines grandes (1) con su superficie plana ligeramente inclinada para crear un voladizo. Los fragmentos de corteza o rollos (2) fueron encendidos y colocados debajo de los adoquines sobre los que se deposita el alquitrán de abedul condensado (3). (b) Imagen de primer plano de un adoquín con un rollo de corteza parcialmente quemado y una capa oscura brillante de alquitrán que se acumula en la superficie del adoquín.

Sin embargo, la segunda opción es más difícil y requiere más tiempo. En él, las hojas tienen que calentarse en una especie de destilería subterránea durante varias horas para que el alquitrán gotee en un recipiente. No se sabe cual de los dos métodos se utilizó.

Producción experimental de alquitrán de abedul con el método de condensación de ranura de adoquín. (a) Montaje experimental de ranura con adoquines laterales (1), los adoquines del techo con un contorno discontinuo; y tres cantos rodados inferiores que quedan ocultos debajo de las tiras de corteza (2). El alquitrán de abedul (3) se condensa sobre los cantos rodados laterales y del techo. (b) Foto tomada durante el cuarto experimento con manchas oscuras claramente visibles en los adoquines. (c) Vista frontal de la abertura superior de la estructura durante el procedimiento de quema que muestra los adoquines del fondo y los trozos de sedimento que llenan los espacios entre los adoquines. (d) Foto de primer plano de alquitrán condensado en un adoquín junto con una foto de una pieza de alquitrán de 0,27 g producida en 22 min y otra foto de primer plano de gotas de alquitrán.

Schmidt dijo que, de cualquier manera, fue sorprendente que los primeros humanos modernos en ese momento no usaran otras plantas que no fueran maderas amarillas como fuentes de pegamento.

“La gente simplemente podría haber recolectado resina de los árboles”, dijo Koch. “En varias especies que se encontraban en su entorno, fluía visiblemente desde el tronco. Y algunas plantas liberan látex pegajoso cuando las hojas se desprenden”.

El equipo encontró la explicación con la ayuda de pruebas de laboratorio estándar, como las que se utilizan en la industria de los adhesivos: “Nuestro alquitrán destilado de madera amarilla tenía propiedades mecánicas particularmente buenas y demostró ser más fuerte que todas las demás sustancias adhesivas naturales de la Edad de Piedra en Sudáfrica; fue capaz de sostener cargas significativamente más grandes”. Y agrega: "La gente no estaba seleccionado materiales en función de sus propiedades, sino que estaban modificando el material existente".

Fuente: talker.news | 29 de septiembre de 2022

El genoma humano más antiguo del sur de España

Panorámica de la Cueva de Malalmuerzo. © Pedro Cantalejo.

Un equipo internacional de investigadores ha analizado ADN humano antiguo de varios sitios arqueológicos de Andalucía, en el sur de España. El estudio, publicado en Nature, Ecology & Evolution, informa sobre el genoma más antiguo hasta la fecha de la Cueva del Malalmuerzo, en Granada, así como los genomas de 7.000 a 5.000 años de antigüedad de los primeros agricultores de otros sitios conocidos, como la Cueva de Ardales, en Málaga.

La península ibérica juega un papel importante en la reconstrucción de la historia de la población humana. Como callejón sin salida geográfico, en el suroeste de Europa, es por un lado considerado un refugio durante la última Edad del Hielo con sus drásticas fluctuaciones de temperatura. Por otro lado, pudo haber sido uno de los puntos de partida de la recolonización de Europa tras el Último Máximo Glacial (24.000 a 18.000 años antes de hoy)

De hecho, estudios previos habían informado sobre perfiles genómicos de cazadores-recolectores de 13.000 a 8.000 años de antigüedad en la península ibérica, los cuales proporcionaron evidencias de la supervivencia y continuación de un linaje paleolítico mucho más antiguo que ha sido reemplazado en otras partes de Europa y ya no es detectable.

Después de la muerte de un organismo su ADN solo se conserva durante un cierto período de tiempo y en condiciones climáticas favorables. La extracción de ADN de restos antiguos de climas cálidos y secos es un gran desafío para los investigadores. En Andalucía, en el sur de España, las condiciones climáticas son similares a las del norte de África; sin embargo, se ha recuperado con éxito el ADN de individuos humanos de 14.000 años de antigüedad en una cueva en Marruecos.

El nuevo estudio llena vacíos temporales y espaciales cruciales. Los investigadores ahora pueden indagar directamente el papel del sur de la península ibérica como refugio de las poblaciones prehistóricas y los posibles contactos a través del Estrecho de Gibraltar durante la última Edad del Hielo, cuando los niveles del mar eran mucho más bajos que en la actualidad.

Diente humano recuperado de la cueva de Malalmuerzo. © Pedro Cantalejo.

En el lugar correcto en el momento adecuado

La ascendencia genética de los individuos del centro y sur de Europa que vivieron antes del Último Máximo Glacial difiere de los que recolonizaron Europa después. Sin embargo, la situación en Europa occidental no ha sido clara hasta ahora debido a la falta de datos genómicos correspondientes a períodos de tiempo críticos. Los restos del individuo de 23.000 años de antigüedad hallado en la Cueva del Malalmuerzo, cerca de Granada, agrega datos de la época en que gran parte de Europa estaba cubierta por enormes capas de hielo. El estudio describe la existencia de un vínculo genético directo entre un individuo belga de hace 35.000 años y el nuevo genoma del individuos de Malalmuerzo.

“Gracias a la alta calidad de nuestros datos pudimos detectar rastros de uno de los primeros linajes genéticos que se asentaron en Eurasia hace 45.000 años. Es importante destacar que encontramos similitudes con los restos de un individuo hallado en Bélgica, de hace 35.000 años, y cuya ascendencia ahora podemos rastrear más allá del individuo de 23.000 años de antigüedad del sur de Iberia”, explica la primera autora del trabajo de investigación, Vanessa Villalba-Mouco (izquierda), del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva.

El individuo de la cueva del Malalmuerzo no sólo vincula periodos anteriores de poblamiento, sino también a los cazadores-recolectores del sur y oeste de Europa que vivieron mucho después de la última Edad del Hielo. También confirma el importante papel de la península ibérica como refugio de poblaciones humanas durante la última Edad del Hielo. Desde allí, los humanos migraron hacia el norte y hacia el este una vez que las capas de hielo se retiraron.

“Con Malalmuerzo, logramos encontrar el lugar correcto y el período de tiempo adecuado para rastrear un grupo humano paleolítico hasta uno de los refugios propuestos de la Edad del Hielo. Es notable encontrar un legado genético tan duradero en la península ibérica, especialmente porque esta ascendencia anterior a la Edad del Hielo había desaparecido hace mucho tiempo en otras partes de Europa”, agrega el también autor principal del estudio, Wolfgang Haak (derecha), del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva.

Arte rupestre en la cueva de Malalmuerzo. © Pedro Cantalejo.

Más piezas de rompecabezas de la historia humana

Curiosamente, los autores no encontraron ningún vínculo genético entre el sur de la península ibérica y el norte de África, a pesar de haber una distancia de solo 13 kilómetros a través del mar Mediterráneo y existir paralelos en el registro arqueológico. “En Malalmuerzo no encontramos evidencia de una contribución genética de linajes norteafricanos y, por el contrario, no hay evidencia de una contribución genética del sur de España en los genomas de los individuos de hace 14.000 años en las Cuevas de Taforalt, en Marruecos”, añade Gerd-Christian Weniger (izquierda), de la Universidad de Colonia. "Por qué el Estrecho de Gibraltar fue una barrera al final de la última Edad del Hielo sigue siendo una de las preguntas sin resolver de la investigación arqueológica en la región del Mediterráneo occidental".

El estudio también incluye una serie de individuos más jóvenes del Neolítico, un período de tiempo en el que los primeros agricultores llegaron a Europa desde el Cercano Oriente. La ascendencia genética característica de los grupos neolíticos de Anatolia es realmente detectable en los individuos de Andalucía, lo que sugiere que estos primeros agricultores se extendieron por grandes distancias geográficas.

“Sin embargo, los pueblos neolíticos del sur de Iberia muestran una mayor proporción de linajes de cazadores-recolectores. Por lo tanto, la interacción entre los últimos cazadores y los primeros agricultores pudo haber sido mucho más estrecha que en otras regiones”, dice el coautor José Ramos-Muñoz (derecha), de la Universidad de Cádiz.

El papel especial de la península ibérica durante la Edad del Hielo todavía resuena miles de años después. “Sorprendentemente, la herencia genética de los cazadores-recolectores del Paleolítico todavía es detectable en los primeros agricultores del sur de Iberia, lo que indica una mezcla local entre dos grupos de población con estilos de vida muy diferentes”, concluye Vanessa Villalba-Mouco.

Fuente: Instituto Max Planck | 1 de marzo de 2023

Una investigación internacional constata que la agricultura se implantó en el norte peninsular más tarde que en otras regiones

La cueva de Hou Amieva. UNIVERSIDAD DE OVIEDO.

Una investigación internacional, en la que participa la Universidad de Oviedo, ha permitido reconstruir genéticamente la historia de los cazadores reproductores desde el inicio del Paleolítico Superior hasta su desaparición a finales del Mesolítico. El trabajo, en el que han colaborado dos investigadoras del Área de Antropología Física de la universidad asturiana, acaba de ser publicado en la revista Nature, de máximo impacto en su área de conocimiento.

Para llevar a cabo este estudio, liderado por el Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva y la Universidad de Tübingen (Alemania), se han analizado un total de 356 genomas de cazadores-recolectores (incluyendo 116 pertenecientes a nuevos individuos) de 14 países de Eurasia central y occidental y datados entre hace 35.000 y 5.000 años. El objetivo de la investigación es describir los cambios genómicos que estos grupos experimentaron a lo largo de los últimos 30.000 años de ocupación humana en Europa y su vinculación con los avances culturales y los eventos climáticos. Las investigadoras de la Universidad de Oviedo, Belén López Martínez y Carmen Alonso Llamazares, ambas del área de Antropología Física, han contribuido a este estudio internacional con los restos óseos humanos pertenecientes a dos individuos hallados en la cueva de Hou Amieva (Llanes, Asturias), datados a finales del Mesolítico.

Carmen Alonso Llamazares, en el laboratorio. UNIVERSIDAD DE OVIEDO.

Yacimiento de Hou Amieva
La cueva de Ḥou Amieva está situada en las faldas noroccidentales del Sierra del Cuera. Se trata de sumidero kárstico que se abre en las calizas compactas del Carbonífero Superior de la localidad de Villa (Llanes, Asturias). En el año 2010, la exploración de la cueva, con fines topográficos, por parte de la Sociedad Espeleológica y Barranquista ESCAR, puso al descubierto varios restos humanos y otros de naturaleza faunística. El material óseo fue localizado sobre la superficie de un cono de derrubios en una galería situada bajo una antigua entrada a la cavidad y a la que se accede tras el descenso por un pozo vertical de varios metros de altura.
La excavación de rescate, dirigida por el arqueólogo del Museo Arqueológico de Asturias, César García de Castro, y por la antropóloga física de la Universidad de Oviedo, Belén López, permitió la identificación de diferentes huesos humanos, entre ellos un cráneo femenino, un coxal izquierdo masculino (en ambos casos de adultos) y otros pertenecientes a un individuo neonato. Inicialmente los huesos fueron acondicionados y meticulosamente analizados por la también antropóloga física Carmen Alonso Llamazares y, posteriormente, fueron estudiados por el investigador Borja González-Rabanal, de la Universidad de Cantabria en el contexto de su tesis doctoral.

Restos humanos recuperados en la cueva de Hou Amieva. UNIVERSIDAD DE OVIEDO.

Genética de los individuos
El análisis cronológico, por el método del radiocarbono, de los restos de dos de los individuos de Hou Amieva: la tibia izquierda del neonato (6.230 ± 40 años antes del presente) y el cráneo de la mujer adulta (5.910 ± 40 años antes del presente), sitúan, en ambos casos, el momento de su muerte en el Mesolítico final.
El ADN de estos restos humanos asturianos evidencia la ascendencia genética típica de las poblaciones mesolíticas del suroeste de Europa, con un importante porcentaje de ADN procedente de Europa occidental (ascendencia del cluster Oberkassel, Alemania), lo que sugiere la llegada de cazadores-recolectores procedentes de esas zonas al norte de Iberia durante el Mesolítico. En esta región del norte, la ascendencia del grupo Sidelkino (Europa oriental, Rusia) -ausentes en el este de Iberia-, había llegado junto con un aumento de la ascendencia Oberkassel, lo que se puede relacionar con la presencia de microlitos geométricos durante el Mesolítico en la región como los descubiertos en el también asturiano abrigo rocoso de El Mazo, muy próximo al Hou Amieva.
Las investigadoras de la Universidad de Oviedo destacan también que los individuos de Ḥou Amieva no muestran evidencia alguna de ascendencia derivada de los primeros agricultores europeos (Neolítico). Los mesolíticos asturianos de este estudio fueron coetáneos con algunas de las comunidades neolíticas en la región cantábrica y, sin embargo, no hay evidencias de que ambos grupos humanos se mezclasen genéticamente, o, al menos, no parece que lo hicieran en esta parte del Cantábrico.
Los individuos rescatados y analizados de Ḥou Amieva son trascendentales porque se trata de los representantes de los cazadores-recolectores más occidentales y tardíos de este estudio europeo. "Esto permite afirmar que el norte peninsular fue una de las regiones europeas donde la presencia de grupos humanos mesolíticos se prolongó más el tiempo y, por tanto, donde el proceso de la neolitización, que supone un cambio radical en la economía y en la forma de vida de las poblaciones, fue más tardío", añaden las firmantes del trabajo.

Belén López y César García de Castro, durante la recuperación y protección de restos óseos en la cueva de Hou Amieva (Llanes, Asturias).

Principales conclusiones del estudio
Esta investigación ha permitido obtener información novedosa sobre los cambios genéticos y dinámicas de población de los cazadores-recolectores europeos desde hace 35.000 años. Una de las principales conclusiones apunta a que los individuos asociados a la cultura Gravetiense en toda Europa no eran una población biológicamente homogénea. Les unía la misma cultura arqueológica: usaban el mismo tipo de armas y producían un arte mueble similar. Sin embargo, genéticamente, las poblaciones del Suroeste de Europa (hoy en día Francia y la península ibérica), eran diferentes de las poblaciones contemporáneas de Europa central y Europa del sur (actualmente República Checa e Italia). El estudio explica que los gravetienses de Europa occidental, diferentes a los del centro y los del sur europeo, derivaron genéticamente de los Auriñacienses. Su ascendencia sobrevivió dentro del refugio climático franco-cantábrico durante el Último Máximo Glacial (25.000-19.000 años) en los individuos Solutrenses, dando lugar a poblaciones posteriores asociadas a la cultura Magdaleniense. Estos magdalenienses, superado el periodo glacial se vuelven a expandir hacia el norte y noreste de Europa.

"Gracias a estos hallazgos, por primera vez podemos respaldar directamente la hipótesis de que el suroeste de Europa ofreció condiciones climáticas más favorables durante la fase más fría de la Edad de Hielo y grupos humanos encontraron refugio aquí", dice el primer autor Cosimo Posth (izquierda).
La ascendencia asociada a la cultura Epigravetiense llegó al sur de Europa en la transición Gravetiense-Epigravetiense a través del noreste de Italia desde los Balcanes, seguida de una expansión de norte a sur en la península italiana junto con una disminución de la población a través de cuellos de botella secuenciales. Todos los individuos relacionados con el Magdaleniense tienen ascendencia relacionada con el Epigravetiense, por lo que ambas culturas tuvieron conexiones durante miles de años. Sin embargo, hace unos 14.000 años se observa un recambio genético a gran escala asociado a múltiples tecnocomplejos como el Aziliense, y que provocó el reemplazo casi completo del acervo genético Magdaleniense.

La investigadora Belén López, en el interior de la cueva de Hou Amieva (Llanes, Asturias).

La península italiana también se había considerado previamente un refugio para los humanos durante el Último Máximo Glacial. Sin embargo, este equipo de investigadores no ha encontrado evidencias de ello, sino más bien todo lo contrario: los cazadores recolectores de poblaciones asociadas a la cultura Gravetiense que habitaban el centro y el sur de Europa ya no son detectadas después del Último Máximo Glacial. Al contrario, un nuevo grupo con diferente ascendencia genética pasó a habitar estas áreas. "Encontramos que los individuos asociados a la cultura que se sucedió en el tiempo, la Epigravetiense, son genéticamente distintos a sus predecesores" dice la coautora He Yu. "Presuntamente, este nuevo grupo procedería de los Balcanes y llegaría primero al norte de Italia durante el momento del Último Máximo Glacial, desde donde se diseminó en dirección Sur, hasta Sicilia".
Finalmente, las ascendencias Oberkassel (Europa Occidental) y Sidelkino (Europa Oriental) estuvieron aisladas durante casi seis milenios hasta que se produjeron las primeras interacciones genéticas entre los dos grupos en torno al 8.000 (Europa central) y al 7.500 (Europa del este). "El creciente nivel de mezcla de estas poblaciones de cazadores-recolectores mesolíticos sugeriría una intensificación de su movilidad probablemente provocada, en parte, por la expansión de los primeros agricultores neolíticos en toda Europa a lo que quizás habría que sumar factores climáticos, como el abrupto enfriamiento del hemisferio norte durante el Holoceno", concluyen las investigadoras.

El cráneo de un 'Homo erectus' de 1,5 millones de años es más pequeño de lo esperado

Cráneo y molde endocraneal de DAN5/P1. E. Bruner.

El paleoneurólogo Emiliano Bruner y el arqueólogo Sileshi Semaw, del Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana (CENIEH), han publicado un artículo en la revista American Journal of Biological Anthropology sobre el cráneo DAN5/P1 de 1,5 millones de años de antigüedad, hallado en el yacimiento etíope de Gona, cuya morfología craneal indica que pertenece a la especie Homo erectus y, en particular, a su primera etapa africana, que a veces se identifica con el nombre Homo ergaster.

Los resultados del estudio de este fósil, que tiene un tamaño muy reducido para estos grupos de homínidos, sugieren que la morfología cerebral no presente rasgos distintivos del género humano. Tiene, además, proporciones parecidas a los australopitecos o a especies cuya posición evolutiva —y la pertenencia al linaje humano— queda todavía por establecer, como ocurre con Homo habilis.

“El cráneo DAN5/P1 es más redondo y menos alargado de lo que se observa en individuos de Homo erectus más tardíos, pero es probable que esto se deba a la arquitectura del cráneo y no a determinadas proporciones de la corteza cerebral”, afirma el investigador Bruner (izquierda).

Este análisis confirma que todavía falta la evidencia de una frontera clara del origen de la anatomía del cerebro en el género humano, por lo menos a la luz del registro fósil actual. La mayoría de las diferencias entre las primeras especies humanas —e incluso entre humanos y australopitecos— en la anatomía cerebral se asocian fundamentalmente a diferencias en el tamaño promedio del encéfalo.

La dificultad en encontrar rasgos cerebrales asociados a la evolución del género Homo, más allá del tamaño, puede deberse a la ausencia de diferencias macroscópicas en la corteza, a las limitaciones de las muestras fósiles, o a las dificultades a la hora de interpretar la morfología del cerebro a partir de las huellas internas del cráneo.

Foto: Cráneo DAN5/P1 de 1,5 millones de años encontrado en el sitio de Gona, en Etiopía. Emiliano Bruner et.al

“Desde luego, esto no excluye la posibilidad de que el origen del cerebro humano pueda estar asociado a cambios que no se pueden detectar en su anatomía general, como los cambios que ocurren a nivel de células y tejidos, de las conexiones neurales, o de los neurotransmisores”, añade el autor Bruner.

Este estudio se ha llevado a cabo en colaboración con las universidades estadounidenses de Columbia University (New York), Midwestern University (Glendale), Southern Connecticut State University (New Haven) y Stone Age Institute (Gosport). El mismo equipo publicó, hace un año, un estudio completo sobre el cráneo del mismo individuo.

Fuente: agenciasinc.es | 2 de marzo de 2023

Rayos cósmicos y fotos de un endoscopio han revelado un corredor 'oculto' dentro de la cara norte de la Gran Pirámide de Giza

Un endoscopio insertado en el corredor oculto revela que no hay artefactos visibles dentro del vacío oculto. (Crédito de la imagen: Copyright ScanPyramidsMission, 2023).

Los rayos cósmicos y las fotos de un endoscopio han revelado un corredor "oculto" dentro de la cara norte de la Gran Pirámide de Giza, sobre la antigua entrada de la pirámide, según encuentra una nueva investigación.

La Gran Pirámide fue construida por orden del faraón Keops (gobernó alrededor del 2551 a. C. al 2528 a. C.) en la meseta de Giza y hoy tiene 136,86 metros de altura. Es la única maravilla sobreviviente del mundo antiguo y fue el edificio más alto de la Tierra hasta 1311, cuando se completó la torre central de 160 metros de altura de la catedral de Lincoln, en Inglaterra.

El nuevo estudio revela que, justo encima de la antigua entrada a la pirámide, es probable que haya una cámara horizontal de 9 metros de largo y 2 por 2 metros de ancho y alto. Está ubicada detrás de una estructura en forma de cheurón que es visible fuera de la pirámide, según el estudio, publicado en la revista Nature Communications.

Para obtener más información sobre el vacío detectado, los científicos insertaron un endoscopio en el corredor para observar su interior. Sin embargo, el equipo no ha encontrado por ahora ningún artefacto dentro del corredor.

"Las primeras imágenes tomadas con el endoscopio parecen mostrar que no hay nada, pero todavía no podemos ver toda la habitación con precisión", dice el primer autor del estudio, Sébastien Procureur (izquierda), físico de la Comisión Francesa de Energías Alternativas y Energía Atómica (CEA), a Live Science en un correo electrónico.

Procureur también refutó los informes de los medios de que el equipo estaba cerca de una cámara funeraria oculta de Keops, diciendo que el equipo no ha encontrado ninguna evidencia de una tumba secreta.

Los científicos descubrieron este corredor mientras analizaban los llamados escaneos de muones de la Gran Pirámide de 4.500 años. Los muones son partículas elementales cargadas negativamente que se forman cuando los rayos cósmicos chocan con los átomos en la atmósfera terrestre. Estas partículas de alta energía llueven constantemente sobre la Tierra, pero interactúan de manera diferente con las piedras que con el aire. Durante la última década, los científicos han estado utilizando detectores de muones para buscar cámaras ocultas en la Gran Pirámide.

"Hasta donde sabemos, este estudio es la primera caracterización de la posición y las dimensiones de un vacío detectado por muones de rayos cósmicos con una sensibilidad de solo unos pocos centímetros", escriben los investigadores en el estudio.

En su declaración, los científicos agregaron que también se utilizó un radar de penetración terrestre para recopilar información sobre el corredor.

Mediante estudios láser y datos de fotogrametría los investigadores pudieron crear un modelo 3D de la Gran Pirámide. Esta es una vista de corte este-oeste de la Gran Pirámide y también la vista frontal del área del cheurón de la cara norte. Las etiquetas son las siguientes: a) cámara subterránea, b) cámara de la reina, c) gran galería, d) cámara del rey, e) corredor descendente, f) corredor ascendente, g) corredor al-Ma'mun, h) área de cheurón de la cara norte , i) ScanPyramids Big Void con hipótesis horizontal (rayado rojo) e hipótesis inclinada (rayado verde). Crédito de la imagen: Procureur, S. et al. Nature Communication, 2023.

Durante varios años, los científicos sabían que había algo escondido detrás de la cara norte de la Gran Pirámide. Anunciaron el descubrimiento de un "vacío" detrás de la cara norte de la Gran Pirámide en 2016, pero no fue hasta ahora que pudieron revelar este corredor de unos 9 metros de largo.

En 2017, los científicos anunciaron el descubrimiento de un vacío más grande, de unos 30 metros de largo, ubicado sobre la "gran galería" de la pirámide, pero aún no se ha completado un análisis más preciso de este vacío.

Zahi Hawas (derecha), exministro de antigüedades de Egipto, dijo durante una conferencia de prensa el jueves (2 de marzo) que el corredor de unos 9 metros de largo probablemente se creó para ayudar a aliviar la tensión del peso del material de construcción de la Gran Pirámide. Señaló que está ubicado detrás de una estructura en forma de cheurón que distribuye el peso, según informa el diario egipcio Ahram Online.

Sébastien Procureur estuvo de acuerdo en que el corredor puede estar relacionado con la construcción del cheuron. "Si tuviera que adivinar, diría que podría haber sido una primera prueba de la estructura de cheurón que luego se usó más arriba en la pirámide".

Reg Clark, un egiptólogo de la Universidad de Swansea, en el Reino Unido, y que no está afiliado al estudio, dijo a Live Science en un correo electrónico que "Soy de la opinión de que el pequeño corredor con techo a dos aguas probablemente tenía la intención de actuar como una cámara de alivio sobre el pasaje de entrada descendente original de la pirámide". Es poco probable que el descubrimiento del corredor conduzca a un hallazgo importante en el interior, señaló.

"Dudo que el pasaje conduzca a algo de algún otro significado. Al igual que con muchas de otras innovaciones estructurales en las pirámides, las cuales fueron desarrolladas por razones pragmáticas por los constructores de estas tumbas egipcias", aduce Clark. "A menudo hay víctimas de 'ilusiones' por parte de quienes buscan 'misterios piramidales' y, por lo tanto, lamentablemente, con frecuencia son objeto de especulaciones salvajes en la prensa y los medios".

A pesar de todo, hay un plan para usar detectores de muones más sensibles que puedan localizar artefactos en este corredor y en el vacío más grande sobre la gran galería. Un equipo científico multinacional obtuvo la aprobación del Ministerio de Turismo y Antigüedades de Egipto y actualmente está tratando de obtener financiación para llevarlo a cabo.

Fuente: Live Science | 2 de marzo de 2023

Descubren en la Gran Pirámide de Giza el corredor que podría llevar a la cámara secreta del faraón Keops

Ubicación del corredor descubierto.

Hace 4.500 años, Keops, el segundo faraón de la Cuarta Dinastía, mandó erigir la denominada Gran Pirámide, que se convirtió en la más grande del Antiguo Egipto (actualmente tiene 136,86 metros de altura, 230,329 de base y 2,3 millones de bloques de piedra caliza y granito). El proceso de construcción, de la única de las siete maravillas del mundo antiguo que sigue en pie, es uno de los misterios arqueológicos más importantes. Por ello, el hallazgo de un corredor oculto hasta ahora ha generado gran expectación.

Una expectación que se ha multiplicado cuando el famoso egiptólogo Zahi Hawas, jefe del comité científico de ScanPyramids, el equipo que ha realizado el descubrimiento, ha expuesto su ambiciosa teoría. «En mi opinión, por cómo está construido este pasadizo, puede esconder o estar protegiendo la cámara funeraria de Keops», señaló a ABC. Esa estancia todavía no se ha encontrado y el arqueólogo señala que, a partir de ahora, el Ministerio de Antigüedades del Antiguo Egipto liderará las investigaciones que se van a realizar debajo y al final de este pasadizo para ver qué se puede encontrar. «Aspiramos a descubrir el tesoro del faraón», afirmó el responsable egipcio.

Formado por investigadores franceses, japoneses y egipcios, ScanPyramids lleva escudriñando el interior de la Gran Pirámide desde 2015. Dos años más tarde, el equipo ya detectó varios vacíos previamente desconocidos mediante radiografía de muones de rayos cósmicos (una técnica no destructiva perfecta para la investigación de estructuras a gran escala). Entre ellos observaron una estructura en forma de corredor detrás de la llamada zona cheurón, en la cara norte. Ahora, los científicos han confirmado su existencia y han logrado establecer sus dimensiones con exactitud por primera vez y sus resultados se publican en la revista especializada Nature.

Detalle de por dónde accedieron con los sensores. EFE.

En la cara norte de la Gran Pirámide se encuentra la entrada principal por la que actualmente acceden los turistas. Se denomina Al-Mamún porque se piensa que fue ese califa del siglo IX el que mandó construir un túnel, intrigado por descubrir qué escondía en su interior. Con los golpes de los martillos, las piedras cayeron con gran estruendo. Los trabajadores excavaron en esa dirección y encontraron un pasaje ascendente y otro descendente. Unos metros por encima de esa entrada se enclava una losa de piedra con estructura a dos aguas llamada cheurón. Ligeramente excavada, se cree que originalmente estuvo escondida dentro de la pirámide y tenía una finalidad arquitectónica: proteger estructuras internas para evitar que se derrumbaran. La de Keops es la primera en la historia que utiliza esta técnica. Hay ‘cheurones’ en la cara norte, en el techo de la cámara de la reina y sobre la cámara del rey. La que ha descubierto ScanPyramids se escondía justo detrás de este ‘cheurón’ de la cara norte de la pirámide, a apenas 80 centímetros. A partir de un agujero, el equipo ha sido capaz de introducir un endoscopio y descubrir qué es lo que escondía ese vacío.

«La idea de que dentro de la pirámide hay galerías que hoy están ciegas y no se ven desde fuera tiene que ver con el método de construcción que emplearon los egipcios. Ha habido mucha discusión sobre esto. Se ha planteado incluso que lo hicieron con una rampa, pero eso sería imposible», explica José Ramón Pérez-Accino (izquierda), egiptólogo de la Universidad Complutense. «Una de las teorías que se plantea desde hace años, y de la que procede esta investigación -prosigue-, es que la pirámide se iba haciendo a base de galerías que hoy están dentro, pero que en el pasado servían para ir subiendo las piedras en diferentes hiladas. La galería iba subiendo a medida que subía la pirámide. Y esas galerías quedaban luego cerradas y, por tanto, ciegas. La historia es que pueden contener cámaras, y esas cámaras pueden tener cosas, y esas cosas no se han visto nunca».

Con una extensión de 9 metros de profundidad y unos 2,10 de ancho por 2 de alto, los investigadores apuntan a que este corredor probablemente se creó para redistribuir el peso de la pirámide alrededor de la entrada principal, a casi 7 metros de distancia, o para servir de antesala a otra cámara o espacio aún oculto. En 2017 ScanPyramids ya registró una gran cavidad oculta, de por lo menos 30 metros de longitud justo encima de la Gran Galería, otro pasillo de 8,6 metros de alto y 46,7 de largo que conecta la Cámara del Rey y la Cámara de la Reina. Pocos detalles han trascendido de esa cámara desde entonces. Podría ser horizontal o inclinada, y estar formada por dos o más espacios más pequeños. Su propósito es desconocido, pero Mehdi Tayoubi, presidente del Heritage Innovation Preservation Institute en París, y uno de los investigadores que participó en el proyecto, sugirió entonces que podría ser una segunda Gran Galería.

El hallazgo de estos espacios ocultos da alas a la teoría de que la cámara funeraria del faraón (cuya momia sigue en paradero desconocido; su sarcófago se encontró vacío) todavía no se ha descubierto, a pesar de que las grandes cámaras (la subterránea, la de la Reina, la Gran Galería y la Cámara del Rey) fueron descubiertas en el siglo IX y exploradas por los arqueólogos. Esa es la línea que han seguido las autoridades egipcias. El descubrimiento se dio a conocer ayer durante una conferencia de prensa frente a la pirámide. Allí Mostafa Waziri, jefe del Consejo Supremo de Antigüedades de Egipto, señaló que era posible que el faraón tuviera más de una cámara funeraria.

Zahí Hawass apunta a que en unos meses podrán afirmar si estaban en lo cierto. De momento, el descubrimiento de un vacío ubicado detrás del cheurón puede ser decisivo para abordar el papel de esta enigmática estructura y, por ende, arrojar luz sobre una de las grandes preguntas que giran en torno a la Gran Pirámide más de 4.500 años después de su inauguración: ¿cómo fue posible que se construyera esa descomunal estructura con medios tan rudimentarios como los que suponemos en esa época?

Fuente: abc.es | 2 de marzo de 2023

PANTALLAS DE LA MEMORIA: El uso de la imagen digital y su relación con la historia


La editorial Clave Intelectual nos envía un nuevo ensayo de lo más interesante relacionado con las imágenes digitales de consumo a través de los Mass Media como el cine, la televisión, internet y los videojuegos, cuyo título se presenta como "PANTALLAS DE LA MEMORIA; CÓMO Y POR QUÉ LAS IMÁGENES DIGITALES TRANSFORMAN NUESTRA IDEA DE LA HISTORIA".

De portada clara, sin artificios, con un mensaje directo e iconografía acorde con la obra en contraposición con su contraportada y lomo, de tono oscuro, penetrante, de texto claro y buen tamaño, envolviendo 264 páginas, 8 de ellas de bibliografía empleada por el autor.

Ensayo estructurado en 4 capítulos, además con sus notas y la bibliografía.


El historiador Alberto Venegas Ramos. Foto: Clarin.com

Su autor, el historiador pacense Alberto Venegas Ramos, uno de los mayores expertos en cultura visual digital de nuestro país y un pionero en el estudio de las relaciones entre el videojuego y la historia como se demuestra en otras de sus obras como "Pasado Virtual" o "Pasado Interactivo", además de ser coautor de la obra "Videojuegos y Conflictos Internacionales" junto con Antonio César Moreno Cantano.


Su vía de investigación en este ensayo, está enfocada en el reto que supone las interpretaciones que los nuevos medios plantean al aprendizaje histórico, pero el autor se plantea que dichos medios pueden llegar a crear, manipular y divulgar imágenes históricas, aumentando el riesgo de que se empleen muchos repertorios de motivos visuales para deformarlos de acuerdo con algún fin político execrable y, en definitiva, para despojar la experiencia histórica de toda su complejidad.

Una de las principales hipótesis que plantea el autor en este ensayo, es que el pasado, en los nuevos medios, se ha configurado como un pasado mediático que se perpetúa gracias a su reproducción y retroalimentación en los diferentes objetos que pueblan el ecosistema digital.

Como opinión y en relación a la obra de Alberto, debo decir que, a lo largo de la historia, la imagen se ha usado con fines propagandísticos alterando sutil o sustancialmente su lenguaje visual para transmitir un mensaje político. En la Antigua Roma, los primeros Césares ya contaban con su imagen idealizada o divinizada de sus retratos que, en muchos casos, podría diferir mucho de la realidad o durante la Segunda Guerra Mundial, el sistema de propaganda Nazi ya usó imágenes manipuladas con fines políticos contra los judíos.

En el cine, hablando ya en un término más reciente, tenemos el género del Western Americano, donde se muestran a los "indios" o Nativos Americanos como los malos de la película, una forma de ensalzar el patriotismo de los Estados Unidos pero que se aleja mucho de su realidad histórica.

Y hablando de cine, debo decir que, cuando no se trata de cine documental, puede verse en muchas películas errores anacrónicos o falta de rigor histórico en el empleo de las imágenes, esto sucede porque el director, o no ha tenido asesoramiento histórico o lo ha hecho de forma intencionada para ensalzar ciertas escenas históricas, pero el problema de esto es que el espectador puede asociar esas imágenes con la realidad histórica.


Hoy, en la Era Digital, sobre todo a través de las Redes Sociales, se está usando mucho la imagen digital para crear "Fake News" con fines de desestabilización política para influir en la opinión pública. Medios en el que todo el mundo forma o puede formar parte, consume y participa, democratizando por ello el uso y divulgación de la información, pero por otra parte, puede convertirse en una herramienta de manipulación histórica ya que la historia es una disciplina muy poderosa que puede usarse de forma malintencionada para el adoctrinamiento de una sociedad.

El Ser Humano es muy visual, es nuestro sentido principal, para nosotros, la imagen vale más que mil palabras y su uso es muy potente en la educación de nuestra sociedad.

Si quieres saber más sobre este tema, te voy a dar una información sobre el libro, su precio y dónde lo puedes adquirir:

Sinopsis:


¿Qué conocimientos sobre la barbarie nazi nos proporciona un videojuego de la Segunda Guerra Mundial? ¿En qué medida contribuyó la avalancha de memes históricos durante las presidenciales estadounidenses de 2016 a cimentar la victoria de Donald Trump? ¿Podemos confiar en las representaciones históricas que se difunden a través de los medios digitales para forjarnos una idea precisa de lo que aconteció en el pasado?

Cada vez disponemos de herramientas y tecnologías más sofisticadas para crear, manipular y divulgar imágenes históricas. Sin embargo, a medida que su implantación se extiende y su uso se democratiza, también aumenta el riesgo de que se empleen para reducir el pasado a un mero repertorio de motivos visuales, para deformarlo de acuerdo con algún fin político execrable y, en definitiva, para despojar la experiencia histórica de toda su complejidad.


En Pantallas de la memoria, el historiador Alberto Venegas —uno de los mayores expertos en cultura visual digital de nuestro país y un pionero en el estudio de las relaciones entre el videojuego y la historia— nos ofrece un análisis riguroso, con un estilo ágil y accesible y una documentación sólida, de los retos que las representaciones de los nuevos medios plantean al aprendizaje histórico y nos ofrece valiosas claves para que seamos capaces de usarlas adecuadamente.

Opinión:

Se trata de una obra amena, directa, sin abuso de tecnicismos y de fácil lectura. Un ensayo muy bien documentado para darnos una idea clara de la relación de esas imágenes que forman parte de nuestro mundo digital con la historia y el modo que éstas se usan para conocer nuestro verdadero pasado. Sin duda una obra muy recomendada.

Sobre el autor:

Alberto Venegas Ramos (Badajoz, 1988), es licenciado en Historia por la Universidad de Extremadura y doctor por la Universidad de Murcia. Forma parte del Grupo de Transferencia del Conocimiento Historia y Videojuegos de la Universidad de Murcia, dirige la revista Presura y codirige _REV, Revista de Estudios de Videojuegos de la Universidad Autónoma de Madrid. Además de una gran cantidad de artículos y trabajos sobre la intersección entre historia y cultura visual digital, ha publicado los siguientes libros: Pasado interactivo: memoria e historia en el videojuego (Sans Soleil, 2020), Protestas interactivas: el videojuego como medio de reivindicación política y social (Shangrila Textos, 2021) y Pasado virtual: historia e imagen en el videojuego (Sans Soleil, 2022).

Datos Técnicos:

Editorial: Clave Intelectual

Título del libro: PANTALLAS DE LA MEMORIA

Autor: Alberto Venegas Ramos

Encuadernación: Rústica

Formato: 22×15 cm.

Páginas: 264

Precio: En torno a los 23€

Dónde comprar: Librería AGAPEA, FNAC, Casa del Libro

ISBN: 978-84-126048-9-4

El acero ya se usaba en Europa hace 2.900 años, según demuestra un estudio

Mediante análisis geoquímicos, los investigadores pudieron demostrar que las estelas de piedra del suroeste de la península ibérica, que datan de la Edad del Bronce Final y presentan grabados complejos, que solo podrían haberse realizado con acero templado. Esto fue respaldado por análisis metalográficos realizados sobre un cincel de hierro de la misma época y región, los cuales mostraron que contenía el carbono necesario para ser un acero adecuado. Crédito: Rafael Ferreiro Mählmann (A), Bastian Asmus (B), Ralph Araque Gonzalez (CE). Universidad de Friburgo

Un estudio realizado por un equipo internacional e interdisciplinario encabezado por el arqueólogo de la Universidad de Friburgo, Dr. Ralph Araque González, de la Facultad de Humanidades, ha demostrado que las herramientas de acero ya se usaban en Europa hace unos 2.900 años.

Mediante análisis geoquímicos, los investigadores pudieron demostrar que estelas de piedra halladas en el suroeste de la península ibérica (denominadas estelas de guerreros o bien estelas diademadas referidas a mujeres), y que datan de la Edad del Bronce Final, presentan grabados complejos que solo fueron posible realizarlos con punzones o cinceles de acero templado. Esto diagnóstico fue respaldado por análisis metalográficos realizados sobre un cincel de hierro del mismo período y región (Rocha do Vigio, Portugal, ca. 900 a. C.), los cuales mostraron que contenía el carbono necesario para ser un acero adecuado. El resultado también se confirmó experimentalmente al realizar pruebas con cinceles fabricados con varios materiales: solo el cincel hecho de acero templado era capaz de grabar adecuadamente la piedra.

Hasta hace poco tiempo se suponía que no había sido posible producir acero de calidad adecuada en la Primera Edad del Hierro y mucho menos en la Edad del Bronce Final, y que solo llegó a generalizarse en Europa bajo el Imperio Romano.

El Dr. Ralph Araque González explicando el objetivo de su investigación para la televisión de Extremadura.

"El cincel de Rocha do Vigio y el contexto donde se encontró muestran que la metalurgia del hierro, incluida la producción y el templado del acero, probablemente fueron desarrollos indígenas de pequeñas comunidades descentralizadas en Iberia, y no debido a la influencia de procesos de colonización posteriores. Esto también tiene consecuencias para la valoración arqueológica de la metalurgia del hierro y las esculturas de cuarcita en otras regiones del mundo", explica Araque González.

El estudio, "El trabajo de la piedra y el acero más antiguo en Iberia: análisis científicos y replicaciones experimentales de estelas y herramientas finales de la Edad del Bronce", ha sido publicado en el Journal of Archaeological Science.

Los pilares ibéricos de arenisca cuarzosa silícea solo podían trabajarse con acero templado

El registro arqueológico de la península ibérica de la Edad del Bronce Final (c. 1300-800 a. C.) es fragmentario en muchas partes de la misma: los escasos restos de asentamientos y casi ningún entierro detectable se complementan con rastros de acaparamiento de metales y vestigios de actividades mineras. Teniendo esto en cuenta, las estelas del occidente ibérico con sus representaciones de figuras antropomórficas, animales y objetos seleccionados son de singular importancia para la investigación de esta época.

Foto: Afortunadamente, las estelas de cuarcita pudieron ser analizadas sin problemas sólo por medios mesoscópicos. Las demás estelas, sobre todo las de rocas sedimentarias, desgraciadamente no se pudieron determinar de forma concluyente con este método.

Hasta ahora, los estudios de las rocas reales, a partir de las cuales se hicieron estas estelas, con el fin de obtener información sobre el uso de materiales y herramientas han sido la excepción. El Dr. Araque González y sus colegas analizaron en profundidad la composición geológica de estas estelas, lo que les llevó a descubrir que un número significativo de las mismas no estaban hechas de cuarcita, como se suponía, sino de arenisca de cuarzo silicatado.

“Al igual que la cuarcita, esta es una roca extremadamente dura que no se puede trabajar con herramientas de bronce o piedra, sino solo con acero templado”, dice el Dr. Araque González.

Fotos: El cincel de hierro analizado está ahora bastante corroído por fuera, pero el núcleo está excelentemente conservado. Sus dimensiones son de casi 20 cm de longitud, y de aproximadamente 1 cm de ancho con una sección rectangular (casi cuadrangular).

El descubrimiento de un cincel y un experimento arqueológico confirman el uso del acero

El análisis de un cincel de hierro hallado en Rocha do Vigio, un pequeño asentamiento del Alentejo cerca del río Guadiana en Portugal, demostró que los canteros ibéricos de la Edad del Bronce Final disponían de las herramientas necesarias. Los investigadores descubrieron que consistía en un acero heterogéneo, pero asombrosamente rico en carbono.

Foto: Un cincel de hierro, réplica del cincel de Rocha do Vigio, funcionaba sorprendentemente bien para la talla de la cuarcita.

Para confirmar sus hallazgos, los investigadores también llevaron a cabo un experimento en el que participaron un albañil profesional, un herrero y un fundidor de bronce, e intentaron trabajar la roca de la que estaban hechas las estelas con cinceles de diferentes materiales. El albañil no pudo trabajar una estela con cinceles de piedra y tampoco con los de bronce. Ni siquiera pudo hacerlo con un cincel de hierro de punta sin templar.

“La gente de la Edad del Bronce Final en Iberia era capaz de templar el acero. De lo contrario no habrían podido trabajar las estelas”, concluye el Dr. Araque González.

Ver vídeo en este enlace.

Fuentes: Universidad de Friburgo | phys.org | 28 de febrero de 2023