En este sitio de excavación al pie de Ambarlikaya, en Boğazköy-Hattusha, Turquía, se ha descubierto una tablilla cuneiforme con una lengua indoeuropea previamente desconocida. Crédito: Andreas Schachner / Deutsches Archäologisches Institut.
Una excavación en Turquía ha sacado a la luz una lengua indoeuropea desconocida.En la investigación del descubrimiento participa el profesor Daniel Schwemer, experto en el antiguo Oriente Próximo.
El nuevo idiomafue descubierto en Boğazköy-Hattusha, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1986, en el centro-norte de Turquía.Esta fue la capital del Imperio Hitita, una de las grandes potencias de Asia occidental durante la Edad del Bronce Final (1650 a 1200 a. C.).
Foto: Vista desde el noreste de la ladera occidental de la ciudad alta de Boğazköy-Hattusha, con la meseta de Taanıkkaya en la cima.En primer plano se ve el tramo reconstruido de la muralla de la ciudad baja.
Las excavaciones en Boğazköy-Hattusha se llevan a cabo desde hace más de 100 años bajo la dirección del Instituto Arqueológico Alemán.Hasta ahora se han encontrado allí casi 30.000 tablillas de arcilla con escritura cuneiforme. Estas tablillas, que fueron incluidas en el Patrimonio Documental Mundial de la UNESCO en 2001, proporcionan una rica información sobre la historia, la sociedad, la economía y las tradiciones religiosas de los hititas y sus vecinos.
Las campañas arqueológicas anuales dirigidas por el actual director del sitio, el profesor Andreas Schachner, del Departamento de Estambul del Instituto Arqueológico Alemán, continúan ampliando los hallazgos cuneiformes. La mayoría de los textos están escritos en lengua hitita, la lengua indoeuropea más antigua documentada y la lengua dominante en el sitio. Sin embargo, las excavaciones de este año arrojaron una sorpresa: oculta en un texto ritual de culto escrito en hitita hay una recitación en un idioma hasta ahora desconocido.
En la imagen, una tablilla en hitita hallada en Boğazköy-Hattusha, la antigua capital del imperio, hoy Bogazkoy, en Turquía. NUTCAT (GETTY IMAGES/ISTOCKPHOTO).
Los hititas estaban interesados en las lenguas extranjeras
El profesor Schwemer, director de la Cátedra de Estudios del Antiguo Cercano Oriente en la Universidad Julius-Maximilians (JMU) de Würzburg (Alemania), está trabajando en los hallazgos cuneiformes de la excavación y ha informado que el texto ritual hitita se refiere al nuevo idioma como la lengua de la tierra de Kalašma.Se trata de un área en el extremo noroeste del corazón hitita, probablemente en el área de la actual Bolu o Gerede.
El descubrimiento de otra lengua en los archivos de Boğazköy-Hattusha no es del todo inesperado, como explica el profesor Schwemer: "Los hititas estaban especialmente interesados en registrar los rituales en lenguas extranjeras".
Estos textos rituales, escritos por escribas del rey hitita, reflejan diversas tradiciones y entornos lingüísticos de Anatolia, Siria y Mesopotamia.Los rituales brindan valiosas referencias de los paisajes lingüísticos poco conocidos de Anatolia de la Edad del Bronce Final, donde no solo se hablaba hitita.Así, los textos cuneiformes de Boğazköy-Hattusha incluyen también pasajes en luvita y palaico, otras dos lenguas indoeuropeas de Anatolia estrechamente relacionadas con el hitita, así como en hático, una lengua no indoeuropea. Ahora se puede agregar a estos el lenguaje de Kalasma.
Foto: Boğazköy-Hattusha, incluida en la Lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO en 1986, ha sido durante siglos un centro muy importante en Anatolia como capital del Imperio hitita.
Se está realizando una clasificación más precisa del nuevo idioma
Al estar escrito en un idioma recién descubierto, el texto kalasmaico es todavía en gran medida incomprensible.La colega del profesor Schwemer, la profesora Elisabeth Rieken (Universidad de Marburg), especialista en lenguas antiguas de Anatolia, ha confirmado que el idioma pertenece a la familia de las lenguas indoeuropeas de Anatolia.
Según Rieken, a pesar de su proximidad geográfica al área donde se hablaba palaico, el texto parece compartir más características con la lengua luvita.La estrecha relación entre la lengua de Kalasma y los otros dialectos luvitas de Anatolia de la Edad del Bronce Final será objeto de más investigaciones.
Investigadores extrayendo la estructura de madera. Professor Geoff Duller.
Ni tan simples, ni tan primitivos y, sobre todo, ni tan de Edad de Piedra. Investigadores de las Universidades de Liverpool y Aberystwyth han encontrado unaestructura de madera de la Edad de Piedraen la cascada de Kalambo, donde no debería estar o, más bien, cuando no debería estar.
Todavía no se sabe qué es exactamente. Si una plataforma elevada para contemplar la cascada, si una pasarela para cruzar el río, o los cimientos de una ciudad de madera. Lo seguro es que tienen476.000 años.Es decir, que fue construida medio millón de años antes de que los homínidos que poblaban la tierra supieran hacer ese tipo de cosas. O al menos, eso se pensaba hasta ahora.
"Este hallazgo ha cambiado mi forma de pensar sobre nuestros primeros ancestros", explica el profesor Larry Barham, del Departamento de Arqueología, Clásicos y Egiptología de la Universidad de Liverpool, sobre su hallazgo publicado en Nature. "Es más, hay que olvidarse de la etiqueta 'Edad de Piedra', miren lo que estaban haciendo estas personas: hicieron algo nuevo y grande con madera. Usaron su inteligencia, imaginación y habilidades para crear algo que nunca antes habían visto, y que nunca antes había existido. Transformaron su entorno para hacer la vida más fácil, aunque solo fuera haciendo una plataforma para sentarse junto al río y realizar sus tareas diarias. Estas personas se parecían más a nosotros de lo que pensábamos".
El equipo de excavación descubre la estructura de madera. Crédito: Profesor Larry Barham, Universidad de Liverpool.
Un trozo de madera en forma de cuña. Crédito: Profesor Larry Barham, Universidad de Liverpool.
Más difícil será encontrar a los culpables dentro del género Homo. Bien podrían ser los altísimos (1,75 metros) y extintos Homo heidelbergensis, que surgieron hace más de 600.000 años y perduraron al menos hasta hace 200.000 años, o bien el Homo rhodesiensis.
Hasta ahora,la evidencia del uso humano de la madera se limitaba a hacer fuego, palos para cavar y lanzas. Pero lo de dar forma a los troncos de los árboles para crear estructuras grandes y combinarlos para que encajen, convierte Kalambo en la evidencia más antigua en cualquier parte del mundo de algo semejante.
La estructura de madera, que muestra dónde los humanos de la Edad de Piedra cortaron la madera. Crédito: Profesor Larry Barham, Universidad de Liverpool.
El hallazgo consiste en dos troncos unidos transversalmente por una muesca cortada intencionalmente. También se había dado forma al tronco superior y se encontraron marcas de herramientas en ambos troncos. Al lado apareció una colección de herramientas de madera.
Los artefactos de madera rara vez sobreviven desde la Edad de Piedra temprana. Se pudren y desaparecen, lo que convierte este material en uno de los grandes desconocidos de la prehistoria. Existe información muy limitada sobre cuándo y cómo los homínidos utilizaron esta materia prima básica, o cómo estructuraron sus entornos los humanos del Pleistoceno.La madera requiere condiciones excepcionales para su conservación, algo que se ha conseguido en Kalambo, con altos y permanentes niveles de agua, por eso los autores sugieren que se debería reexaminar el uso de los árboles en la prehistoria.
Dos investigadores en la cascada de Kalambo. Professor Geoff Duller
El descubrimiento también desafía la opinión predominante de que los humanos de la Edad de Piedra eran nómadas. No había ningún motivo para no asentarse en la cascada de Kalambo,de 235 metros, y en la frontera de Zambia con la región de Rukwa de Tanzania,en el borde del lago Tanganica. Una fuente permanente de agua rodeada de un bosque que les daba alimento y les permitía construir estructuras, y que ahora aparece en una lista provisional de la UNESCO para convertirse en Patrimonio de la Humanidad debido a su importancia arqueológica.
La datación especializada de estos hallazgos fue realizada por expertos de la Universidad de Aberystwyth connuevas técnicas por luminiscencia, que permiten descubrir la última vez que los minerales de la arena que rodean los hallazgos estuvieron expuestos a la luz solar.
Catarata de Kalambo, Zambia, donde se encontró la madera (crédito de la foto, profesor Geoff Duller, Universidad de Aberystwyth).
"A esta gran antigüedad, poner fecha a los hallazgos es un gran desafío. Los nuevos métodos de datación tienen implicaciones de gran alcance, porque nos permiten datar mucho más atrás en el tiempo para reconstruir escenarios, y nos dan una idea de la evolución humana. Nuestra investigación demuestra que este sitio es mucho más antiguo de lo que se pensaba anteriormente". explica el profesor Geoff Duller de la Universidad de Aberystwyth.
El entorno de la catarata empezó a ser excavado en la década de 1960.En ese momento ya se recuperaron piezas de madera similares, pero no pudieron datarse con esta precisión. Esta excavación forma parte del proyecto pionero 'Deep Roots of Humanity' (Raíces Profundas de la Humanidad), una investigación sobre cómo se desarrolló la tecnología humana en la Edad de Piedra. El proyecto está financiado por el Consejo de Investigación de Artes y Humanidades del Reino Unido y cuenta con la participación de equipos de la Comisión de Conservación del Patrimonio Nacional de Zambia, el Museo Livingstone, el Museo Moto Moto y el Museo Nacional de Lusaka.
Foto: Los restos de la posible mujer adulta hallados en la Cova Simanya. Guillem Roset / ACN
A finales de los 90, un equipo de investigadores realizó una serie de intervenciones arqueológicas en laCova Simanya(Sant Llorenç Savall), situada en el Parc Natural de Sant Llorenç del Munt i de l'Obac (Barcelona). En una estrecha galería de la cavidad, que cuenta con más de 300 metros de recorrido, se recuperaron una serie de materiales depositados desde entonces en el Museo de Arqueología de Cataluña (MAC). Ahora, la revisión de esos hallazgos ha revelado que se trata de una colección de 53 restos deneandertales que habitaron el lugar hace unos 50.000 años. Una nueva excavación efectuada en 2021 sacó a la luz otro diente de un individuo de esta especie.
De este modo, Cova Simanya, una de las cuevas más conocidas y visitadas de Barcelona, se acaba de convertir en un enclave único para el estudio de la vida de los neandertales. Ese excepcional conjunto de54 restos correspondientes al menos a tres individuos, una mujer adulta, un joven de unos 11-12 años y un niño de alrededor de siete, se ha dado a conocer en un artículo publicado en la revistaFrontiers in Earth Science y en un acto celebrado en el citado museo. "Se trata de la colección de restos neandertales más importante de Cataluña y una de las más relevantes de la península ibérica".
Detalle del diente neandertal recuperado en 2021 en la Cova Simanya. JUAN I. MORALES / IPHES-CERCA.
Dichos restos permanecían conservados en una caja guardada en un almacén de Cervera, donde se envía aquello que no cabe en los fondos del MAC, que dirige Jusèp Boya. El contenido de la caja provenía de una excavación clandestina realizada por un aficionado pirata en los años 70 en la Cova Simanya, pero al estar fuera de contexto se desconocía su importancia y mucho menos que fueran neandertales.
La investigación ha estado liderada porJuan Ignacio Morales, del Instituto Catalán de Paleoecología Humana y Evolución Social (IPHES),Artur Cebrià, de la Universidad de Barcelona, codirectores de la excavación, y por el paleoantropólogoAntonio Rosas, del Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN-CSIC).
Los responsables del estudio Antonio Rosas (izquierda) y Juan Ignacio Morales muestran los restos.
"De todo el conjunto destaca especialmente el individuo adulto, del cual se han identificado restos de ambos brazos, entre ellos hay un húmero entero y una mano prácticamente completa, y también de los pies, además de diferentes vértebras y costillas", detalla Antonio Rosas, director del Grupo de Paleoantropología del MNCN-CSIC. También se han identificado hasta 10 piezas dentales y un fragmento de mandíbula. Dos de estos dientes pertenecen al individuo juvenil y los ocho restantes pueden ser compatibles con el individuo adulto, aunque no se puede descartar la posibilidad de que correspondan a más individuos.
Juan Ignacio Morales explica que "las primeras dataciones realizadas indican que la presencia de neandertales en la Cueva Simanya es más antigua que el límite del carbono 14; es decir, anterior a los 50.000 años". Actualmente se están llevando a cabotécnicas de datación alternativasque deberían permitir determinar la antigüedad de los restos con una mejor precisión.
Ilustración de los tres individuos neandertales de la Cova Simanya.Ana Lombao
¿Les unía parentesco?
Aunque el estudio morfológico ha sido concluyente y prueba inequívocamente que son neandertales, los análisis de ADN antiguo han sido infructuosos. "No se ha podido extraer porque no se ha conservado", lamenta Rosas. Por ello, añade, "no se puede determinar, por ejemplo, si eran madre e hijos, pero sí podemos tomarnos una licencia poética arqueológica y especular con ello por el hecho de aparecer en un mismo contexto y por sus edades", dice con una sonrisa.
Según Rosas, "los fósiles de la Cova Simanya ayudarán a esclarecer el papel que ha tenido la península ibérica en la compleja historia evolutiva de los neandertales". En este sentido, el investigador, uno de los máximos expertos internacionales en neandertales, asegura que "hoy empezamos a saber que hay diferentes linajes de esta especie extinguida, pero, en estos momentos, todavía no conocemos los motivos de cómo y dónde se originaron. Iberia y la Cova Simanya tienen mucho que decir en este sentido", aventura.
Principales restos neandertales encontrados en la Cova Simanya (Barcelona). Los restos esqueléticos se distribuyen según su atribución a individuos específicos. (A) Húmero izquierdo; (B) eje caudal; (C) huesos del pie; (D) huesos de la mano derecha; (E) diente superior ; (F) fragmento del atlas y primera falange de la mano; y (G) fragmento de la rama ascendente.
Según han explicado los científicos en una nota de prensa, la proximidad de la Cueva Simanya con otros yacimientos arqueológicos del Paleolítico medio, como las Coves del Toll (Moià), el Abric Romaní (Capellades) o la Cova Gran de Collbató, evidencia claramente que la Cataluña central fue un territorio clave para las actividades y asentamientos de los neandertales durante el Pleistoceno superior.
El conjunto hallado en el yacimiento barcelonés presentarasgos anatómicos inequívocosque permiten adscribirlo a los neandertales y diferenciarlos de otras especies del géneroHomo. Además, estos restos permiten entender mejor la filogeografía de los neandertales que poblaron Europa antes de la llegada del Homo sapiens. Las herramientas de piedra recuperadas, los huesos de animales procesados por los neandertales y las hogueras documentadas sugieren que la Cova Simanya fue un enclave significativo para las poblaciones del Paleolítico medio.
Foto: Vista general del entorno de la Cova Simanya en el Parc Natural de Sant Llorenç del Munt i l'Obac. Fotografía: Juan Ignacio Morales / IPHES-CERCA
Junto con el uso de la cueva por parte de los neandertales, los trabajos de campo han permitido constatar que el lugar también sirvió derefugio de hibernación tanto para el oso pardocomo para el oso de las cavernas; un uso que se prolongó como mínimo hasta hace 42.000 años. "Mucho tiempo después, la cueva fue utilizada de manera esporádica desde el periodo Neolítico hasta tiempos mucho más recientes", recuerda Morales.
En las próximas campañas de excavación, el equipo de investigación tiene previsto continuar con los trabajos en el complejo kárstico de Simanya, incluyendo la Cova del Triangle y la Cova de la Canal, situadas a escasos 50 metros, con el objetivo de conocer con más profundidad el poblamiento prehistórico en este territorio clave.
La UNESCO declara a la Menorca Talayótica Patrimonio Mundial de la Humanidad: así son estos yacimientos prehistóricos (EFE/David Arquimbau).
España acaba de alcanzar unnuevo Patrimonio Mundial, llegando así los 50 bienes declarados. Se trata de los monumentos prehistóricos talayóticos de Menorca y su paisajeque conforman un conjunto arqueológico queposee “una autenticidad y un valor excepcional”y que ha sido “testigo único de una civilización pasada, presente en la isla y en su paisaje desde hace 4.000 años”, según la agencia de laONU.
El comité de la Unesco ha inscrito la candidatura en el listado oficial de Patrimonio Mundialdurante la celebración de su asamblea anualque este año tiene lugar en Riad, capital de Arabia Saudí. Al declararse sin debate por parte de los 21 miembros que forman el comité, su filiación se ha realizado rápidamente.
José Manuel Rodríguez Uribes, embajador de España ante la Unesco, afirmó que "esta inscripción es un honor"y expresó "la enorme felicidad de que esta maravillosa isla española, que es reserva de la biosfera, sea patrimonio de la humanidad desde hoy". Por su parte,Marga Prohens, presidenta del Gobierno balear, dijo que"es un día histórico”y que se encargará de “gestionar el patrimonio, a explicarlo, a protegerlo para que llegue a las nuevas generaciones”.
Foto: Puerta de entrada al poblado.
Un 5% de la superficie de la isla
Esta es la segunda vez que se presentaba esta candidatura a la Unesco. En2017 fue rechazada cuando elIcomos, el organismo consultivo de la Convención de Patrimonio Mundial de la Unesco sobre bienes culturales, informó negativamente sobre ella. En aquella ocasión, y además de los 32 yacimientos con monumentos líticos planteados, recomendó que se hiciera referencia al paisaje, a los estudios sobre la cerámica y a los objetos de metalpropios de la cultura talayótica menorquina y que se acotara el marco cronológico.
La candidatura actual consta de 25 yacimientos arqueológicos representativos de la Cultura Talayótica de Menorca (1600 a.C.-123 a.C.) y los que mejor ilustran la Prehistoria y Protohistoria de la isla. De hecho, esta cultura erigió numerosas construcciones ciclópeas en casi cualquier punto de esta isla mediterránea. En esta ocasión, Icomos solo ha recomendado cambiar el nombre al yacimiento.
El proyecto comprende9 áreas territoriales (el 5% de la superficie de la isla) e integra un total de 280 yacimientos arqueológicos y los restos prehistóricos más significativos de esta cultura. Entre la variedad de construcciones se encuentran hipogeos, talayots, taulas, recintos de taula, navetas y casas circulares e hipóstilas.
Los misterios de la cultura talayótica, la sociedad prehistórica de Menorca atrapada entre cielo y mar
Poblado costanero del coll de Cala Morell.Menorca Talayótica.
Menorcacayó en las redes de la expansionista República romanahacia 123 a.C. La justificación oficial de la intervención militar sobre las Islas Baleares que ofrecieron las fuentes clásicas fue la presencia de piratas, que utilizaban el archipiélago como base para atacar a las embarcaciones. Aunque seguramente influyeron otros motivos —estrategia comercial, punto de control en el Mediterráneo o el interés por los honderos baleáricos, hábiles luchadores como mercenarios al servicio de los ejércitos cartagineses desde al menos el siglo V a.C.—, la conquista liderada por el cónsul Quinto Cecilio Meteloacabó con más de mil años de cultura talayótica, una civilización prehistórica insular excepcional y única.
A finales del II milenio a.C., coincidiendo con la transición de la Edad del Broncea la Edad del Hierro, las comunidades humanas que habitaban Menorca experimentaron una serie de cambios profundos. La isla había sido habitada por primera vez en el III milenio a.C. por grupos basados en la agricultura itinerante o el pasto de los rebaños y que construyeron dólmenes o sepulcros megalíticos por todo el territorio. En los siglos siguientes empezaron a desarrollarse los primeros asentamientos estables a través de una serie de estructuras en forma de herradura alargada, las llamadas navetas de habitación o naviformes, que formaban pequeñas agrupaciones de cabañas.
Fueron estas el primer ejemplo deconstrucciones ciclópeas—realizadas con grandes bloques de piedra, generalmente formando hileras horizontales y sin argamasa, que aparecen en origen hacia 2500 a.C.—, características de un paisaje en el que también sobresalenlos talayots, las monumentales casas circulares y losmisteriosos recintos de taula. Porque Menorca reúne una extraordinaria diversidad y densidad de yacimientos prehistóricos, la mayor registrada en una isla a nivel mundial: más de 1.500 inventariados hasta hoy. Nueve de estas áreas acaban de ser incluidas en la lista del Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO.
Son Catlar, el poblado talayótico más grande. Menorca Talayótica.
Hacia el año 1100 a.C., los poblados menorquines adquirieron mayores dimensiones —se ubicaron en lugares elevados y alejados de la costa— y empezaron a articularse en torno a construcciones monumentales de carácter público en forma de torre: los talayots, la estructura más representativa del periodo inicial de la cultura talayótica. Se trata deuna gran torre troncocónicaconstruida con piedras del entorno, de tipos y formas variadas, y más grandes que los de la isla vecina de Mallorca.
¿Cuál era su función? Los investigadores esgrimen diversas teorías, pero siguen siendo un misterio: centros comunitarios de distribución de productos alimenticios en un contexto social de carácter igualitario; elementos de prestigio y poder de las clases dominantes en una sociedad fuertemente estratificada o en proceso de jerarquización; edificios de carácter militar y de control del territorio; o, en una vertiente más simbólica, elementos de cohesión social, ya que su construcción requiere de un esfuerzo comunitario y de una organización del trabajo.
Uno de los mejor estudiados es el del poblado de Sant Agustí, conocido también como Ses Bigues de Mata, en el que destaca su gran cámara circular interior que presenta una cubierta de losas planas sustentadas sobre dos columnas polilíticas, así como la excepcional presencia de vigas de madera de acebuche.
Talayot de San Agustí. Menorca Talayótica.
Rituales y viviendas
Otro de los principales enigmas de la prehistoria menorquina es dónde vivían los grupos de agricultores y ganaderos que construyeron los talayots. Sí se conoce mejorel mundo de los muertos: inhumaban a los suyos en barrancos, depresiones, acantilados y calas alejadas de los asentamientos. Y fueron abandonando las navetas de enterramiento —la más representativa es la des Tudons— para usar hipogeos, donde además de los restos humanos depositaban armas y ornamentos suntuoso como ajuar, o cuevas naturales.
Estos últimos espacios, como la Cova des Pas, cerca de la localidad actual de Ferreries, al suroeste de la isla, eran tumbas colectivas en las que se practicaronrituales solo documentados en Menorca: de la disposición de los cuerpos en posición fetal, atados y envueltos en una piel de animal, a ceremonias específicas realizadas con el pelo de los difuntos, que se teñía de rojo, se cortaban algunos mechones y se metían dentro unos contenedores cilíndricos de cuero o madera. En el mencionado yacimiento, los fallecidos estaban envueltos con sudarios de piel de animal y fueron trasladados en parihuelas, una especie de camilla de madera compuesta de dos varas gruesas y unas tablas atravesadas.
Imagen aérea de la Naveta des Tudons.Menorca Talayótica.
En torno a mediados del I milenio a.C., la sociedad talayótica volvió a registrar cambios importantes: al aumento de la jerarquización se sumó la influencia de las potencias coloniales —fenicios, púnicos, romanos— Los talayots, convertidos en elementos simbólicos del pasado e hitos en el territorio, dejaron paso a un tipo de edificio inexistente hasta entonces, el recinto de taula,una especie de santuario para celebrar rituales y festividadesen las que no faltaba el consumo de vino y la carne. Lo más representativo de estos sitios es un pilar vertical situado en el centro del recinto sobre el que se apoya otra piedra colocada en posición horizontal, como una gran T. En el yacimiento de Torralba d'en Salort se encuentra el mejor conservado y espectacular de la isla.
Este período se caracterizó también por la introducción de la metalurgia del hierro y, sobre todo, porla construcción de murallasen las inmediaciones de ciertos poblados, como enSon Catlar, el más extenso de Menorcay donde también se identifican las monumentales casas circulares, otra de las construcciones ciclópeas de esta cultura. Erigidas con muros de piedra de doble paramento, con una única puerta de acceso, patio central a cielo abierto y diferentes espacios domésticos a su alrededor con cubierta de materiales perecederos, reunían los elementos necesarios para el desarrollo de la actividad cotidiana de una unidad familiar.
Recinto en taula de Torralba d'en Salort. Menorca Talayótica.
Pero una serie de estudios recientes han arrojado luz sobre las taulas de una manera completamente nueva. Algunos investigadores sugieren que estas estructuras podrían ser representaciones simbólicas de puertas, conectando el mundo terrenal con el divino. Otro trabajo centrado en la construcción de So Na Caçana ha desvelado un fenómeno arqueoastronómico que involucraría la entrada de rayos de sol en un lugar específico del recinto durante el solsticio de invierno. Este hecho apuntaría a una conexión profunda con la divinidad solar en la mente de los antiguos menorquines, es decir, sería uno de los principales dioses de su patenón. La cultura talayótica, una sociedad atrapada entre el cielo y el mar.
Excavaciones en el Abrigo de la Malia en Tamajón- AYUNTAMIENTO DE TAMAJÓN
Un equipo científico multidisciplinar, coordinado desde el Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana (Cenieh)y dirigido por los profesores Adrián Pablos y Nohemi Sala ha continuado, en 2023, las excavaciones arqueológicas en el paraje conocido como Abrigo de La Malia de Tamajón (Guadalajara).
Con esta nueva campaña, que se ha llevado a cabo a comienzos de septiembre, los investigadores continúan el estudio arqueológico emprendido en los años 90 en el área de la Cueva de los Torrejones y las posteriores y exitosas excavaciones practicadas en los años 2017 y 2018 en ese mismo escenario sobre las que hay ya mucha literatura científica. «Tamajón, en general, es un lugar que atesora una gran potencial arqueológico», valoraAdrián Pablos (izquierda),según ha informado el ayuntamiento de la localidad en una nota de prensa.
El Abrigo de La Malia fue descubierto en el año 2017, mientras se intervenía en la Cueva de los Torrejones. «Comenzamos a trabajar en este lugar porque, ya en superficie, encontramos herramientas líticas correspondientes al Paleolítico medio, que podían ser de la época neandertal», ha señalado Nohemí Sala (derecha).
Cuando comenzó la excavación, los científicos encontraron, para su sorpresa, niveles de ocupación humana de nuestra especie, Homo sapiens, y no de neandertales (Homo neanderthalensis) como presuponían. Los hallazgos fueron de gran relevancia científica, puesto que se trata de algunos de los más antiguos vestigios de presencia humana en la meseta de la península ibérica. Las excavaciones del año 2022 en La Malia quedaron muy cerca del nivel correspondiente a los primeros milenios del Paleolítico superior. «En 2023 lo hemos encontrando en toda la superficie del Abrigo», sigue Pablos.
Hueso del tobillo (navicular) de un 'Homo sapiens' datado en 5.000 años de antigüedad, y del cual se ha obtenido información genética de ADN mitocondrial / A.PABLOS.
Los hallazgos más espectaculares de la presente campaña son nuevas herramientas líticas que están permitiendo a los expertosconocer cómo eran las poblaciones de la región en el Paleolítico Superior. Además, también se han descubierto restos de animales que permiten reconstruir la estrategia de subsistencia de estos pobladores. «Sabemos que los restos de huesos de caballos, ciervos, bóvidos tipo bisonte, conejos o corzos indican, por las marcas que quedan en los huesos, que los animales llegaron a este abrigo para ser consumidos como alimento», explica Sala.
En próximas campañas, el equipo científico espera culminar la excavación de estas unidades paleolíticas y, con ello, comprender mejor las condiciones climáticas que había en aquel periodo. «En este yacimiento esperamos corroborar lo que ya llevamos unos años atisbando, también aquí, en La Malia, la presencia de 'Homo sapiens', confirmar si las ocupaciones fueron ocupaciones largas o cortas y comprobar si hay algún evento transicional entre los últimos neandertales y los primeros humanos de nuestra especie», afirma Adrián Pablos. Pero quizá también «no descartamos encontrar, por debajo de estas, otras unidades correspondientes a los neandertales», aventura Sala.
Foto: Herramientas líticas halladas en en el Abrigo de La Malia de Tamajón.
Con ello se culminaría la datación de diferentes momentos de la Prehistoria en la meseta, una región en la que no se cuenta con tanta información como en otras zonas de la Península. «Hay un registro muy importante de este periodo en la Cornisa Cantábrica, en el Mediterráneo e incluso en la costa portuguesa, pero había un vacío existencial, una vez que se extinguen los neandertales, en el centro de la Meseta. Esto quizá se deba a que haya habido una menor tradición investigadora, a que no hay tantas cuevas, a que no encontramos los sitios donde habitaban o a todo ello junto».
«Por eso resultan tan importantes los hallazgos de Tamajón, puesto que en estas cronologías y lugares la comunidad científica no contaba con la presencia de 'Homo sapiens'», señala el investigador del de la Universidad Complutense de Madrid.
Foto: Nohemí Sala explicando el trabajo arqueológico realizado a visitantes del yacimiento durante la jornada de puertas abiertas.
Nohemi Sala y Adrián Pablos son unos firmes convencidos del valor que tiene mostrar a la población local y, en genera, a interesados en la materia, los hallazgos habidos en cada campaña. Así, en los días finales de la excavación convocaron una jornada de puertas abiertas, en el mismo Abrigo de La Malia, para explicar a público interesado qué es lo que allí se hace.
Cerca de un centenar de personas pudieron ver una demostración de talla en la que dos expertos mostraron cómo los antepasados del Paleolítico Superior elaboraban sus herramientas de piedra tallando sílex, cuarcita o cuarzo, y lo hicieron con los mismos utensilios que ellos usaban. Además, también mostraron y enseñaron a utilizar azagayas, venablos y otras armas de caza.
Foto: Muestra de cómo se talla una herramienta lítica.
«Esta excavación es un proyecto de investigación científica. Catalogamos los hallazgos y escribimos en revistas sobre ellos, pero nuestro trabajo está financiado con dinero público y por eso consideramos nuestro deber explicar a la gente lo qué estamos haciendo y por qué venimos a estos yacimientos, una iniciativa que, afortunadamente, tiene continuidad en el CIPAT (Centro de Interpretación Paleontológica y Arqueológica de Tamajón) que expone o interpreta algunas de las piezas que estamos encontrando», afirma Pablos.
«Desde el Ayuntamiento hemos creído siempre en los científicos. Confiamos en ellos y nos ponemos a su disposición. Les hemos apoyado en todo aquello que ha estado en nuestra mano: la disponibilidad de los terrenos, aportación de los materiales, custodia de los hallazgos y una pequeña ayuda económica. Le damos mucha importancia a su trabajo, puesto que nos hace visibles ante la comunidad científica, pero también, y sobre todo, porque los descubrimientos trascienden y nos convierten en foco del turismo cultural. Estamos muy ilusionados con las excavaciones tanto paleontológicas como arqueológicas», ha manifestado por su parte Eugenio Esteban, alcalde de Tamajón.
Además de los conocidos yacimientos arqueológicos, en el Abrigo de La Malia y en Peña Capón, y el paleontológico en Sacedoncillo, «hay otro yacimiento más, en este caso de la Edad del Hierro, para el que solicitamos también la colaboración institucional, asegurando de antemano, la aportación del Ayuntamiento de Tamajón», termina el alcalde.
Los restos encontrados en la excepcional crátera griega del siglo IV a.C. que se exhibe en ‘Atempora’, son de mujer, aparecieron al lado de un extraño enterramiento con una veintena de cabezas cortadas.
La necrópolis ibérica mejor conservada del yacimiento de Alarcos (Ciudad Real) está en las faldas del cerro, en un terreno de media hectárea en Poblete cedido para uso público de la finca Villadiego el año pasado, cuyos hallazgos están cambiando la perspectiva del papel de la mujer en el mundo antiguo prerromano.
Que las mujeres eran importantes en la cultura ibérica, la primera sociedad compleja de la Península, es conocido; ahí están la Dama de Elche, la Dama de Baza, o los cientos de exvotos femeninos encontrados en tumbas y santuarios. ¿Eran guerreras, sacerdotisas, jefas? Las fuentes no lo aclaran, pero los avances tecnológicos en el estudio de huesos y ADN antiguo están aportando datos sorprendentes, incluso para investigadores experimentados en el mundo ibérico como los profesoresRosario García Huerta y Javier Morales, de la Universidad de Castilla-La Mancha, codirectores de las campañas ibéricas sistemáticas en Alarcos desde 1997, junto a David Rodríguez y Pedro Miguel.
La ‘crátera de las cabezas’
El hallazgo que hace replantearse ideas preconcebidas sobre las íberas se puede contemplar en el Museo de Ciudad Real-Convento de la Merced(hasta el 24 de septiembre formando parte de la exposición ‘Atempora’). Se trata de una excepcional pieza de cerámica griega, una crátera (vasija donde se mezclaba el vino con agua) fechada en el IV a.C. y “excepcional en todos los aspectos, porque hay muy pocas en la Península”, apostilla el profesor Morales. La vasija apareció en la campaña arqueológica del año pasado en esta tercera necrópolis íbera de Alarcos, en Poblete.
Crátera de cerámica griega del siglo IV a.C. con los restos cremados de lo que ahora se ha sabido que era una mujer / J. Jurado.
En la crátera estaban los restos de una mujer de 40 años
"La crátera, sometida a una minuciosa restauración, no solo ha aportado una pieza bellísima y valiosísima al museo, sino información relevante: los restos cremados de una persona que se presupone muy significada y que son de una mujer de unos 40 años. Junto a ella también apareció armamento, y al lado de su tumba, un hoyo simple en el suelo, otro extraño enterramiento con entre quince y veinte cabezas cortadas de jóvenes, todavía en estudio”, como si fueran una ofrenda, explica la profesora García Huerta.
“En los yacimientos íberos no hemos encontrado sacrificios humanos, por eso es tan singular. En algunos hay cráneos con clavos para colgarlos en la pared, la cabeza de algún enemigo, pero son cosas excepcionales, de ahí lo singular del hallazgo", añade García Huerta.
Rosario García Huerta, investigadora principal del parque arqueológico de Alarcos y codirectora de las excavaciones en el sector Íbero / Carlos Díaz-Pinto.
“Cuando no se hacían estudios de huesos como ahora se asociaba la aparición de un arma a un hombre; que tengamos esta crátera con elementos de armas en el enterramiento de una mujer nos hace replantearnos el pasado y romper mitos, que nos hacen vislumbrar, aplicando la perspectiva de género, que las mujeres en el mundo ibérico tuvieron más protagonismo”, añade Morales.
Los íberos cremaban a sus muertos pero no podían desintegrar los huesos y otras partes del cuerpo que aparecen en las urnas funerarias. Hace cuarenta años ese material biológico se desechaba, ahora los análisis permiten determinar el sexo, la edad y hasta enfermedades. “Muchas veces nos encontramos con huesos de un tamaño considerable, restos de dientes, caderas, etc., que con esas técnicas de análisis nos permiten determinar no todos, pero sí un elevado porcentaje de los restos, hasta saber si eran hombres, mujeres, niños o ancianos”, afirma el profesor Morales.
Javier Morales, codirector de las excavaciones sistemáticas en el sector ibérico de Alarcos / Carlos Díaz-Pinto.
El misterio de las cabezas cortadas continúa un año después
El misterio de las cabezas con el que se topó el equipo de excavación del año pasado continúa un año después, previo paso por el laboratorio. El sexo de la persona enterrada es lo único claro, de las cabezas no se sabe con certeza que sean contemporáneas a la crátera. El enterramiento de los cráneos es del siglo III a.C. y la crátera del IV a.C. La zona ha estado sin tocar 2.400 años, es posible que los enterramientos se hicieran a la vez, aunque lo hicieron en una vasija valiosa que poseía el poblado de años atrás.
La crátera griega se dató con precisión debido al motivo decorativo y la firma del autor, que los investigadores describen como ‘el pintor del tirso blanco’. Un tirso es una vara adornada con hojas de hiedra y parra, rematada con una piña en la punta, que solía llevar como cetro la figura de Baco y se usaba en las fiestas dedicadas a este dios. Hay otras cerámicas griegas del siglo IV a.C. con esos motivos, y con la figura central de la princesa Ariadna (la que ayudó a Teseo a derrotar al Minotauro de Creta, con un ovillo de hilo para salir del laberinto).
Esta cerámica griega terminó en el poblado ibérico de Alarcos a causa del comercio. Las cabezas, por los primeros indicios antropológicos, parece que fueron cercenadas con las personas vivas (se descarta en principio que fuera post mortem,). “Por ahora hemos hecho un estudio genérico de esta necrópolis, pero preparamos otro más en profundidad”.
Campaña 2023 en la tercera necrópolis ibérica de Alarcos, en Poblete / Carlos Díaz-Pinto.
La necrópolis ibérica mejor conservada de Alarcos
La profesora García Huerta, investigadora principal de las excavaciones en Alarcos, tanto en la zona medieval como en la íbera, cuenta que esta tercera necrópolis es la más grande y la mejor conservada del yacimiento. Sus enigmas se irán desgranando poco a poco. “Tenemos trabajo para muchos años y eso significa mucha información”.
Los inicios no han podido ser mejores. A finales de 2020 se hizo el primer sondeo, que siguió en 2021 y la primera campaña de excavación, con estudiantes, el año pasado. Se abrieron calles y aparecieron las primeras tumbas ‘simples’ (enterramientos en un hoyo en el suelo).
Campaña 2023 en la necrópolis III del Alarcos ibérico, a finales de agosto / Carlos Díaz-Pinto.
Cinco enterramientos tumulares
La segunda campaña, entre el 21 de agosto y el 1 de septiembre de este 2023, ha permitido ampliar las excavaciones de tumbas, “llevamos ya un centenar”, comenta García Huerta, y excavar con detenimiento cinco enterramientos tumulares, de entrada más importantes que las de hoyo. En ellas se han centrado los esfuerzos de un equipo en el que han participado doce alumnos de la UCLM durante quince días muy duros.
El grupo se ha centrado en excavar tumbas de mucho más empaque, de tipo tumular (equivalentes a nuestros panteones), en las que esperan encontrar más ajuar funerario con sus difuntos. Pero no ha habido manera de llegar a ellos. Es más, las únicas urnas funerarias han aparecido en enterramientos de hoyo simple, lo que es una contrariedad pero que entra en los planes.
Restos cerámicos en la necrópolis ibérica III de Alarcos / Carlos Díaz-Pinto.
Tumbas saqueadas en la Antigüedad
“No tenemos claro por qué no han aparecido urnas, es probable que sean túmulos que fueron destruidos y saqueados desde antiguo, incluso en la propia época ibérica en varias generaciones posteriores a su construcción”, relata el profesor Morales.
Más optimista, la profesora García Huerta se refiere al potencial de la necrópolis. “Tenemos material entre el siglo I a.C. hasta el IV a.C. en media hectárea en la que hemos localizado cien tumbas, pero solo conocemos la parte más superficial, la última de utilización. La superficie es tan grande que no sabemos si esta necrópolis se empezó a usar en el siglo IV a.C. o antes”. La profesora Huerta no descarta encontrar enterramientos del siglo V o VI a.C., en un cerro en el que la primera presencia humana data de hace tres milenios (hubo población desde finales de la Edad del Bronce hasta el siglo XVI).
Campaña 2023 en la necrópolis III del Alarcos ibérico, a finales de agosto / Carlos Díaz-Pinto.
Las necrópolis, claves en la investigación arqueológica
“Las tumbas nos dan mucha información sobre la mentalidad y la ideología de las civilizaciones”, resume la investigadora principal de Alarcos, que explica que en una necrópolis, como esta de Poblete, que no se ha tocado en milenios, los efectos arqueológicos están mejor conservados, “aquí si la tumba no está violada encuentras materiales completos. Las tumbas nos dan mucha información sobre la mentalidad y la ideología, como el tipo de ajuar o el mismo enterramiento, que nos indican diferencias sociales”.
Los íberos quemaban a sus muertos en una pira y luego recogían esos restos, los depositaban en urnas funerarias y los inhumaban en tumbas simples, de hoyo, y en estructuras más complejas, tumulares, amontonamientos de dos por dos, delimitados por piedras más grandes.
"Otras tumbas están delimitadas por muros más anchos y dejan en medio una cámara funeraria, incluso en túmulos escalonados, en relación al papel de esa persona en la sociedad”. Este verano se han excavado cinco tumbas tumulares, una de ellas enorme, pero no han aparecido los enterramientos. “Tampoco sabemos si todo el mundo tenía derecho a enterrarse en la necrópolis, ni el tamaño real, eso será objeto de otras campañas”, indican.
Foto: Falcatas halladas en Alarcos, las temidas espadas íberas.UNIVERSIDAD DE CASTILA-LA MANCHA.
En los ajuares hallados en esta necrópolis el equipo de la UCLM ha encontrado lo habitual: "armamento de hierro, que sale en un estado lamentable, desechos, pero no porque se quemaran, sino porque el hierro se oxida. Algunas armas se quemaban, pero otras se ponían encima, pero es igual, salen muy deterioradas. El terreno también lo machaca todo”, explica la investigadora que reconoce que identificar objetos que no son cerámicas cuesta.
Aunque no ha habido hallazgos destacables en la campaña 2023, que tendrá continuidad estos meses en el laboratorio, han aparecido adornos, pendientes, fíbulas, cuentas de collar, recipientes cerámicos de ofrendas, fusayolas (contrapesos que se colocaban en los husos de hilar) y anillos de bronce.
Foto: Cerro de Alarcos. A la izquierda, ubicación del yacimiento íbero.UNIVERSIDAD DE CASTILLA-LA MANCHA.
Lo primero es colocar un vallado de protección de todo el entorno, para evitar el pillaje. El segundo paso es la instalación de una plataforma para contemplar el conjunto, con algunas tumbas musealizadas y paneles explicativos.
La intención, con supervisión arqueológica de los investigadores de la Universidad de Castilla-La Mancha más el arqueólogo que coordine la obra (de la empresa pública Tragsa), es rehabilitar algunos de los túmulos y alguna tumba. Ese proyecto del Gobierno de Castilla-La Mancha, que gestiona el parque arqueológico de Alarcos, está presupuestado en 150.000 euros, cuenta con fondos europeos para su desarrollo e implica adecuar el terreno que rodea a la necrópolis instalando un sistema de drenajes para para evitar la entrada de agua de escorrentía.
Miguel Ángel Rodríguez Rabadán e Isabel Serio trabajan en el perfilado de los huesos aparecidos en la nueva necrópolis.
La implicación del Ayuntamiento de Poblete
Para los arqueólogos del sector ibérico es un gran paso que no impide seguir excavando en futuras temporadas. "La campaña de excavaciones arqueológicas 2023 ha contado con fondos del Ayuntamiento de Poblete, algo muy destacable teniendo en cuenta las pequeñas dimensiones de esta localidad. Su esfuerzo ha sido grande lo que demuestra su sensibilidad”, enfatiza García Huerta, profesora de Historia especializada en Prehistoria en la Facultad de Letras de Ciudad Real. La subvención principal la ha aportado la Junta dentro de la campaña anual de subvenciones a investigaciones arqueológicas, además del soporte de la Universidad de Castilla-La Mancha.
A ayuntamientos como el de Ciudad Real le ha costado más implicarse, pero también han participado en esta campaña. El año pasado fue la primera vez que aportaron financiación a la investigación arqueológica en Alarcos, según la profesora.
Las excavaciones arqueológicas en Alarcos, contando la parte medieval e íbera, han implicado este año a veinticinco personas. En el caso del sector medieval bajo la dirección de Antonio de Juan y Diego Lucendo. En la zona ibérica, además de los cuatro codirectores, ha colaborado Miguel Ángel Rodríguez Rabadán, el becario que hace su tesis con el equipo.
Tres necrópolis ibéricas en Alarcos
Hasta la fecha el yacimiento de Alarcos ha sido prolijo en necrópolis ibéricas. Una muy pequeña con seis tumbas en la ladera del cerro, que se amortizó por el crecimiento del poblado. Una segunda en una zona llana cerca del cauce del Guadiana de la que se conservan veinticinco tumbas, las conocidas como de ‘los príncipes ibéricos de Alarcos’, que aportaron mucha información; y esta última necrópolis, a los pies del cerro, es decir, del poblado, que reúne todas las condiciones para convertirse en un museo al aire libre que muestre el esplendor de la cultura ibérica en Alarcos, origen de Ciudad Real, eclipsada por la famosa batalla de 1195 y el devenir del lugar en la Edad Media.
Foto: Imagen de la exposición 'Romans a Ponent. Ilerda, Iesso, Aeso’. Museo de Lérida
El Museo de Lérida inaugura este jueves la exposición temporal 'Romans a Ponent. Ilerda, Iesso, Aeso'(hasta el 14/01/2024).Se trata de una muestra que pretende resumir y recoger los hallazgos más destacados de los últimos 30 años de excavaciones en estos enclaves referenciales del Imperio Romano en la demarcación de Lérida.
La exposición cuenta con 152 piezas que provienen de 18 instituciones distintas que van desde el Museo de Arles, el de Toulouse, Zaragoza, el Nacional Arqueológico de Tarragona, el Museo de Arqueología de Cataluña o el Museo Nacional.El director del Museo de Lérida Josep Giralt, ha destacado que "han hecho falta tres años y medio para poder recopilar todo este material que hasta la fecha nunca había tenido tanta presencia".
La alcaldesa de Isona, Jeannine Abella (segunda por la izquierda), durante la inauguración de la muestra
Buena parte de las piezas que pueden verse en la muestra que estará en la sala de exposiciones temporales del Museo de Lérida provienen del Archivo Arqueológico de Lérida y de los museos de Guissona e Isona.
En este sentido, Xavier Payà, del Archivo Arqueológico de Lérida y comisario de la exposición, ha destacado la colección epigráfica que se ha reunido por primera vez, con 6 pedestales, un altar funerario y una lápida, que permitirá transportar al visitante a la vida de aquellas personas que caminaron y vivieron en nuestras ciudades hace 2.100 años.Payà ha añadido que la exposición ha permitido recuperar algunas piezas por primera vez;piezas inéditas, de la propia Ilerda, como columnas o el molino pompeyano hallado en la avenida Francesc Macià, "que las teníamos en el más puro olvido".
Asimismo, Payà ha destacado que "la exposición quiere ser un 'homenaje' sobre el origen de la vida de las personas, tal y como lo tenemos ahora. Recordó que con la conquista de los romanos se implementó un sistema organizativo de territorio con ciudades conectadas por vías. Esto permitió que la población que vivía dispersa se alojara en las ciudades que estaban regidas por unas leyes y protegidas por un ejército. Éste fue, "el germen de nuestra vida actual", apuntó.
Por su parte, Josep Giralt, del Instituto de Estudios Catalanes y también comisario de la exposición, ha puesto en valor el hecho de que en Guissona, se ha conservado de manera permanente durante los últimos 2.000 años una capa freática de agua que ha permitido encontrar elementos de madera en los diferentes pozos que había en la antigua Iesso.En la exposición hay uno de los hallazgos recientes más destacados de este yacimiento, un cubo de madera que salió de un pozo en 2017.
Otro de los hechos destacados de esta exposición es que se ha realizado una restitución virtual de cómo eran las ciudades de Ilerda, Iesso y Aeso en la época romana a partir de los elementos excavados en los yacimientos.Josep Giralt ha apuntado que "en las imágenes hay fuerza imaginación e interpretación, pero permiten dar una idea de cómo serían estas tres ciudades hace 21 siglos".Además, permiten unificar las tres ciudades que convivieron en una misma época predominante y encabezando la vida social, económica y cultural de ese tiempo en la demarcación de Lérida.
Este libro, fruto de la colaboración de la Fundación Caja de Burgos y la Fundación Atapuerca, reúne más de trescientas fotografías de planta...
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