Entrevista a Guillem Anglada: 'Si viajáramos a la velocidad de la luz envejeceríamos mucho más despacio'

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Este astrónomo físico es uno de los responsables del descubrimiento de una Súper-Tierra situada a 42 años luz y que podría tener un clima habitable 

Hace poco más de dos semanas, se anunciaba el descubrimiento de una Súper-Tierra ubicada en un sistema planetario adecuado para albergar vida. “Orbita alrededor de una estrella y forma parte de un sistema formado por seis planetas”, remarcaba la información publicada en Astronomy & Astrophysics. Coliderando este hallazgo, junto con el investigador finlandés Mikko Tuomi, se encuentra el astrónomo físico catalán Guillem Anglada. Después de haber estado cuatros años trabajando en el Departamento de Magnetismo Terrestre del Carnegie Institution for Science de Washington, este especialista en el análisis de datos de alta precisión prosigue, desde febrero de este año, sus investigaciones en la universidad alemana de Goettingen. Anglada espera que este hallazgo sea el primero de otros muchos que vendrán.

¿Cuánto tiempo les ha llevado descubrir esta Súper-Tierra?
Hemos estado prácticamente un año. Desarrollé un nuevo sistema para analizar los datos públicos del espectógrafo HARPS [ubicado en Chile, separa la luz en longitudes de onda y a partir de aquí los investigadores pueden deducir qué objetos orbitan a una estrella concreta]. Lo que hice fue analizar estrellas que están en los archivos públicos, observaciones que han hecho otros investigadores, y empezar a reanalizarlas de forma sistemática. La estrella alrededor de la cual orbita esta Súper-Tierra sería la número doce o trece que miraba, y enseguida observé que tenía más cosas de las que se habían publicado. Lo que he hecho es exprimir mucho más los datos producidos con HARPS y que no habían sido analizados hasta ese nivel de sensibilidad.

¿En qué porcentaje pueden asegurar que hay agua en este planeta?
No lo podemos asegurar, puede haber o no. Pero lo que sí podemos decir es que es potencialmente habitable. ¿Qué quiere decir habitable en nuestra jerga? Que puede sostener agua líquida en la superficie. En este caso, las probabilidades son buenas: esta Súper-Tierra está a una distancia adecuada de la estrella, que es la parte más importante. Es precisamente por este hecho que es difícil detectar estos planetas. El método de detección es indirecta: cuánto más lejos está el planeta de la estrella, más difícil es detectarlo.

¿Por qué?
Porque lo que medimos es cómo se mueve la estrella. Cuando una estrella se desplaza lo hace ‘empujada’ por un objeto que orbita a su alrededor. Cuánto más masivo es el objeto que orbita la estrella, más la mueve. Pero cuánto más lejos está, el movimiento es menor. Es lo que se llama atracción gravitatoria. Por eso los primeros planetas que se detectaron en otras estrellas los llamaron Hot Jupiters: planetas muy masivos, como Júpiter, con órbitas muy cortas, maximizando así la señal. El método que nosotros utilizamos de detección sólo es sensible a la masa, no al tamaño del objeto.

Eso quiere decir que conocen la masa de esta Súper-Tierra, pero no su tamaño…
Cierto. Tamaño y masa no son lo mismo. Por ejemplo, si cogemos la Tierra y multiplicamos su masa por siete veces, el tamaño no crecerá siete veces. Si duplicas la masa, no duplicas el tamaño. Si esta Súper-Tierra tiene una composición parecida a la de la Tierra, debería ser dos veces más grande, en diámetro, que nuestro planeta.

¿Y qué clima tendría?
Si se cumplen una serie de requisitos, es posible que pudiera tener un clima como el de la Tierra. En otros planetas que se han encontrado alrededor de otras estrellas más pequeñas, esto sería más difícil. Dichos planetas están en órbitas más cercanas a su estrella, y cuando esto sucede la órbita y la rotación se sincronizan, lo que quiere decir que hay una cara del planeta que siempre apunta a la estrella. En consecuencia, tienes un lado del planeta que está oscuro, siempre es de noche, mientras que en el otro siempre hay luz. Esta cara iluminada permanentemente podría ser habitable, pero lo que está claro es que el clima no sería como el de la Tierra. La Súper-Tierra que hemos hallado todavía tiene el movimiento de rotación. Está lo suficientemente lejos de la estrella que orbita para que eso sea posible.

Le pasa como a la Tierra…
Sí, pero llegará un momento que la Tierra también dejará de rotar. Los días se están alargando de hecho. Eso sucede por lo que se denomina fuerza de marea. A la Luna también le pasa, siempre muestra a la Tierra la misma cara. La fuerza gravitatoria deforma a los cuerpos que están alrededor, y esta deformación hace que se vaya disipando energía y la rotación se vaya frenando. Ya que la Luna es bastante menos masiva que la Tierra, y está bastante cerca de ésta, nuestro planeta ha frenado su rotación. Lo mismo le pasará a la Tierra con respecto al Sol de aquí a mucho tiempo. A la larga, todos los planetas se acaban sincronizando.

¿Sería hacer ciencia ficción si nos imagináramos este nuevo planeta que han descubierto con océanos y paisajes montañosos como los nuestros?
Sí, porque no tenemos información. Pero hay investigadores que llevan años haciendo modelos climáticos de estas Súper-Tierras que orbitan estrellas como nuestro Sol. No han hecho dibujos de la superficie, pero hablan de cómo serían los océanos, como sería el volcanismo, como serían los días y las noches, qué clima podrían tener… Todo este trabajo está hecho, la teoría existe. No hace falta ir a las novelas de ciencia ficción para empezar a imaginarse cómo podrían ser.

Y esta nueva Súper-Tierra tendría un aspecto…
Sabemos que no puede ser cualquier cosa. Está claro, por ejemplo, que no puede ser un súper gigante gaseoso como Júpiter. También está claro que no puede ser un planeta tan pequeño como la Tierra. Pero puede ser una roca, una bola de hielo, una bola de agua o una bola de gas, pero no muy grande.

¿Podría haber otras Súper-Tierras más cercanas que la que han hallado?
Sí, es muy probable. En el mes de marzo publicamos el hallazgo de otra que está más cerca. Lo que pasa es que está sincronizada con la estrella que orbita. Se encuentra a 22 años luz, y la que acabamos de presentar está a 42. Esta última tiene muchas más posibilidades de parecerse a la Tierra.

Con la tecnología que tenemos ahora, ¿es inimaginable que podamos enviar un ‘Curiosity’ a esta nueva Súper-Tierra?
Ahora mismo sería ciencia ficción. El 'Curiosity' tardaría, a día de hoy, 200.000 años en llegar a este nuevo planeta. Está un poco lejos, como todas las estrellas.

Supongo que para ustedes, 42 años luz son poca cosa cuando nuestra galaxia, que también es objeto de estudio por su parte, cuenta con 100.000 años luz de diámetro…
Claro, 42 años luz sobre 100.000 es una tontería, está aquí al lado. La forma de alcanzar las estrellas es ir a la velocidad de la luz. Si tuviéramos esa tecnología, alcanzaríamos el nuevo planeta en 42 años, si lo miramos desde el punto de vista de la Tierra. Para la persona que viajara dentro pasaría mucho menos tiempo. Y es que viajando a la velocidad de la luz el tiempo corre más despacio.

Explíquese…
Si pudiéramos propulsar una nave a la velocidad de la luz, el tiempo en su interior pasaría mucho más despacio en comparación con el exterior. Si ésta hiciera un viaje de ida y vuelta a la velocidad de la luz a esta Súper-Tierra, para nosotros, que nos habríamos quedado en tierra, habrían pasado 84 años (entre la salida y la llegada de la nave), pero para el astronauta habrían pasado sólo unos meses (y habría tenido la sensación, porque así habría sido, de haber vivido sólo ese tiempo). Nosotros habríamos envejecido 84 años, pero él sólo unos meses. Y si llevara plantas en la nave también habrían envejecido solo unos meses. Si viajáramos a la velocidad de la luz envejeceríamos mucho más despacio. Acabas viviendo los mismos años, pero en comparación con el resto de las personas éstos pasan más lentos.

Es posible que en este nuevo planeta haya agua y un clima habitable, decía usted… ¿Para quién? ¿Microorganismos? ¿Seres humanos?
Si hay agua, las posibilidades de que haya vida son muy altas. En la Tierra encontramos vida en lugares muy extremos. En el fondo del mar, donde la presión es brutal y no hay luz, hay vida. Hay incluso especies que respiran sulfuro, ni tan siquiera oxígeno. En todos los lugares de la Tierra en los que encontramos agua la vida se apaña para abrirse camino. En las estrellas, la vida puede ser microscópica, aunque en algunas podría ser más sofisticada… No esperamos encontrar alienígenas, pero podría haber alguna forma de vegetación por ejemplo.

Nos olvidamos, pues, de encontrar formas de vida parecidas a la nuestra…
Puede haber aspectos que dificulten el hecho de que haya vida en un sistema planetario. También vida macroscópica, como la nuestra. Por ejemplo, en nuestro sistema solar tenemos gigantes gaseosos. Tenemos Júpiter y Saturno que, además, están en órbitas separadas. No hay que olvidar que el agua llegó a la Tierra a través del cinturón de asteroides empujado por estos planetas enormes. Si tienes un sistema planetario en el que no tienes gigantes gaseosos, puedes tener todos los planetas del tamaño de la Tierra que quieras que no tendrás vida, porque no habrá agua. Esto es un poco preocupante, porque no hay demasiados sistemas planetarios como el sistema solar.
Eso quiere decir que encontrar un planeta similar a la Tierra es un imposible…
Con las mismas características es imposible. Los sistemas planetarios son muy distintos los unos de los otros. Su formación es un proceso caótico. Al ser tan aleatorio, es muy difícil que haya dos idénticos. Además, tampoco sabemos lo que es esencial. Hubo un tiempo en que se decía que la Luna jugaba un papel muy importante para estabilizar la rotación de la Tierra, pero ahora parece que éste no es tan decisivo. Si realmente lo fuera, sin embargo, querría decir que aunque contáramos con un planeta parecido a la Tierra, éste quizás no sería habitable. De la misma manera que no hay dos personas iguales, no hay dos Tierras iguales. Es posible que podamos encontrar algo similar, pero puede pasar que para que sea suficientemente parecido tengamos que ir cinco galaxias más allá. El hecho de que todas las especificidades se cumplan puede ser complicado.

Alguien podría decir: bien, ya sabemos que hay una Súper-Tierra a 42 años luz de nuestro planeta… pero, ¿de qué sirve saberlo? ¿Qué nos aporta?
A día de hoy, poca cosa. No tiene aplicación práctica ahora mismo. Pero cuando la ciencia básica descubre cosas, la tecnología la sigue. A principios del siglo XX la mecánica cuántica era filosofía. Pero, actualmente, toda la electrónica se basa en ella, y a nadie se le ocurrió de entrada ‘vamos a hacer mecánica cuántica porque así podremos hacer ordenadores’, no fue así. Se hizo la teoría y luego se dieron cuenta de que servía para hacer aquello. Todo lo que se acaba desarrollando, acaba teniendo su aplicación, o si no de aquí a 20 años hablamos.

Y en su caso, la aplicación práctica podría ser…
Construir un telescopio espacial, cuando hayamos hallado una docena de planetas como el que hemos descubierto, para observarlos directamente y ver qué hay en su atmósfera. Eso nos ayudaría a saber si alguno de ellos es verdaderamente habitable o no. Y esto quizás nos llevará algún día a que empecemos a pensar seriamente en colonizar el espacio. Podríamos comenzar por ir a Marte. Puede valer la pena salir de este planeta si es que hay algún lugar al que ir.
Josep Fita | Sigue a este autor en Twitter o Google +
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