Demuestran que el Laberinto de Creta nunca existió

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Mosaico romano de Recia que representa el mito de Teseo y el Minotauro en el laberinto.

El Laberinto de Creta es una de las leyendas más importantes de la mitología griega. Contruido por Dédalo para esconder al Minotauro, los estudiosos se han afanado desde siempre en encontrar los restos del monumento, que situaban en el palacio minoico de Cnosos, contruido en torno al 1900 a. C.
Sin embargo, un nuevo estudio, realizado por Antonis Kotsonas (izquierda), de la University of Cincinnati, y publicado en American Journal of Archaeology, apunta a que el laberinto nunca existió. Este especialista ha llevado a cabo una profunda investigación a través de referencias literarias y materiales relacionadas con el mito a través de varios milenios. La conclusión es que la mítica construcción que alojaba al Minotauro solo es una «memoria abstracta» de tiempos ancestrales y que no está relacionado con un monumento real.

Kotsonas apunta a que las primeras versiones del mito de Homero, Heródoto y Ferécides, que han llegado a nuestros días no mencionan el Laberinto de Creta. Es a partir de Platón cuando el término «laberinto» se usa para describir «estructuras y situaciones metafóricas de las que resulta difícil escapar», de acuerdo con la publicación «Cosmos».

El investigador señala al poeta y erudito Calímaco como la primera fuente que enlaza el Minotauro con el Laberinto de Creta. Originario de Alejandría del Egipto Ptolemaico (siglo tres a. C.), Kotsonas sostiene que el escritor conocía el Laberinto Egipcio, una estructura «indudablemente» real construida por Amenemhet III antes de morir en 1770 a. C., y simplemente «extendió el término a la mitología cretense». Dos referencias helenísticas posteriores al Laberinto de Creta también provienen de eruditos en el Egipto ptolemaico, según la citada publicación.

Las ruinas del Palacio de Cnosos en Creta, donde erróneamente se cree que había un laberinto. BANET12 / GETTY IMAGES

El Laberinto de Creta tal y como lo conocemos comenzó tras la anexión de Creta al Imperio Romano en torno al 66 a.C. Los romanos trataban su existencia como real y colocaban su ubicación explícitamente en Knossos. The Times afirma que fue entonces una decisión política, basada en el firme objetivo de los romanos de verse a sí mismos como herederos de la Grecia clásica, y también se convirtieron en grandes mercadólogos del turismo cultural en los sitios mitológicos griegos, ya fuera respecto a un laberinto en Creta o una Troya escondida. Y los Segundos Sofistas, miembros de un movimiento literario que alcanzó su apogeo alrededor del 230 d.C., vieron en el Minotauro una metáfora de la corrupción natural del tirano Minos.

Kotsonas, en su propia obra de detective laberíntica, revela cómo la idea de un Laberinto de Creta se revitalizó progresivamente durante los períodos romano, bizantino, renacentista y victoriano. El proceso fue continuado a mediados del siglo XX por helenistas y anticuarios, completando, dice, su "metamorfosis de la memoria abstracta a un monumento físico".

Un jarrón griego antigu, que muestra a Teseo dando muerte al Minotauro. ULTIMA_GAINA/GETTY IMAGES

Este investigador desmonta también las ubicaciones tradicionalmente ligadas a esta mítica construcción. De acuerdo con The Times, no hay rastros del arte conmemorativo que cabría esperar si los griegos clásicos creían que el palacio Cnosos era el laberinto.

La otra situación alternativa es el complejo de cuevas cerca de Gortina, al sur de la isla. Pero Kotsonas afirma que esta teoría no está bien sustentada ni literaria ni arqueológicamente.

Fuente: abc.es | 3 de septiembre de 2018

Aníbal Clemente

Historia y Arqueología. Publicación digital de divulgación cultural.

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