Las máscaras neolíticas de Göbekli Tepe (Turquía)

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Máscara del Neolítico Pre-Cerámico B de Er Ram en la colección del Fondo de Exploración de Palestina. Modelado por Hugh Fiske. Utilizado bajo la licencia de Creative Commons. The Er-Rum Mask by MicroPasts on Sketchfab

Hoy en día las personas usan máscaras para esconder su identidad, pero también para hacerse pasar por otro ser real o imaginario. Todas las culturas neolíticas del Cercano Oriente hicieron máscaras. ¿Por qué? ¿Cuáles fueron los rituales e ideas que había detrás de las mismas?
En el corpus de máscaras de piedra del Neolítico, las que proceden de las colinas y el desierto de Judea se encuentran entre las más conocidas. Con un peso de hasta 2 kilogramos, estas máscaras impactan en el observador moderno con sus rasgos faciales casi expresionistas: cada una es individual, como si representara seres humanos específicos. Algunas tienen orificios alrededor del borde, probablemente para permitir que se adhieran a algo o para ser llevar puestas (derecha).

Las más antiguas de estas máscaras del sur del Levante pertenecen al Neolítico Pre-Cerámico B, es decir, son de mediados del IX y VIII milenio a. C. Dado que los ejemplos excavados en la cueva de Nahal Hemar, en Israel, durante la década de 1980, se encontraron en un entorno de "culto", se asumió el uso ritual de estas máscaras. Los ejemplos del sur del Levante son especiales e importantes, pero ya no son únicos. Dentro del rico repertorio de la escultura de los sitios neolíticos contemporáneos en otras partes del Cercano Oriente, hay un corpus creciente de artefactos que podrían interpretarse como máscaras o representaciones de máscaras.

En Jerf el Ahmar, un enclave transicional del Neolítico Pre-Cerámico A al Neolítico Pre-Cerámico B, en el norte de Siria, que data del X milenio a.C., y caracterizado por edificios redondos y rectangulares con cimientos de piedra caliza, se hallaron dos pequeñas cabezas pétreas que muestran una notable cavidad cóncava detrás de las mismas. Están hechas de guijarros, con solo 4 cm de alto, y muestran ojos, nariz y boca. En Nevalı Çori, en el sudeste de Turquía, se conoce otra máscara de piedra en miniatura de tamaño similar.

Máscara en miniatura de Nevalı Çori (Dibujo: K. Schmidt, cortesía de H. Hauptmann).

Los ojos, la nariz y la boca, se representan de nuevo, y la parte posterior es cóncava. Dado el contexto de su hallazgo, se le puede suponer una datación situada a mediados del Neolítico Pre-Cerámico B. Además, este enclave de Nevalı Çori se ha hecho conocido por ser el primer lugar donde se descubrió un elemento característico e importante de la arquitectura del Neolítico Pre-Cerámico de la región: son los pilares en forma de T, aparentemente antropomórficos. Éstos se vinculan a otro yacimiento cercano que también ha producido una serie de máscaras comparables: Göbekli Tepe.

Fotografía aérea de Göbekli Tepe mostrando las áreas de excavación (Foto: E. Kücük, DAI).

Una de ellas es una máscara humana más grande que el tamaño natural y completa. Tiene 42 cm de altura, está hecha de piedra caliza, y se encontró durante los trabajos de limpieza llevados a cabo antes del inicio de las excavaciones realizadas en 1995.

La representación de la cara es minimalista, casi abstracta. Tiene los ojos muy tenues, sin boca, y la frente y la nariz están talladas de forma geométrica, casi como una 'T'. Esta forma de retratar el rostro humano es característica de la escultura antropomórfica tridimensional de Göbekli Tepe y, por lo tanto, es un claro indicador de que aquí se representa un rostro humano. Debido a su altura parece demasiado grande para ser usada, pero podría haber sido fijada a una pared o en otro tipo de soporte.

Máscara de tamaño natural de Göbekli Tepe (Foto: K. Schmidt, DAI).

El segundo ejemplo es otra pequeña máscara de 5,7 cm de altura, también hecha de piedra caliza, que se encontró en las capas superiores del relleno del Recinto D en 2001. Con una parte trasera cóncava, al igual que el espécimen hallado en Nevalı Çori, sigue el mismo principio minimalista que la gran máscara de Göbekli Tepe. De nuevo, está claro que se representa un rostro humano, pero las características individuales no están presentes. Los ojos ni siquiera son sugeridos, y la boca está ausente.

Máscara en miniatura de Göbekli Tepe (Foto: K. Schmidt, Dibujo: Ç. Köksal-Schmidt, DAI).


Colección de cabezas de piedra caliza naturalistas de tamaño natural halladas en Göbekli Tepe (Fotos: N. Becker, DAI).

La tercera máscara encontrada tiene una altura: 4.7 cm, y es de un tipo diferente. No solo está hecha de pedernal, sino que también es mucho más expresiva debido a las marcas curvas grabadas en su frente, no muy diferente de la máscara de Jerf el Ahmar mencionada anteriormente. Esto puede indicar una especie de tocado, pero el ajuste bastante bajo de las líneas también podría insinuar un tatuaje o una escarificación. La parte de atrás no fue acabada. Esta máscara fue encontrada en 2010, en un nivel estratigráfico alto, durante las excavaciones realizadas en el Recinto H, próximo al Pilar 51 (central).

Máscara en miniatura de Göbekli Tepe, hecha de una corteza de pedernal (Foto: N. Becker, DAI).

Una cuarta máscara, de 4,5 cm de altura, también se halló grabada en pedernal. Su forma sigue de nuevo la representación reducida de la cara de los dos primeros ejemplos, con ojos más pronunciados. Fue encontrada en 2008 junto al pilar central oriental del Recinto C.

Máscara en miniatura de Göbekli Tepe, grabada en un núcleo de sílex (Foto: K. Schmidt, DAI).

Mientras que la primera máscara fue hallada en la superficie y solo puede datarse de modo amplio en el Neolítico Pre-Cerámico, la segunda máscara descubierta en el relleno del Recinto D indica una datación en el Neolítico Pre-Cerámico A, al igual que la máscara del Recinto C, encontrada en posición cercana a uno de los pilares centrales. El recinto C ha sido dañado y perturbado en la prehistoria por un gran pozo dirigido hacia los pilares centrales, pero la máscara parece provenir de una capa de suelo intacta. La tercera máscara salió a la luz al lado de un pilar central del Recinto H. El círculo de piedras también fue dañado y perturbado en la prehistoria.

Tres de las máscaras descubiertas en Göbekli Tepe tienen estilos similares al ejemplo de Nevalı Çori, con caras no individualizadas. Sin embargo, en Göbekli Tepe la boca no está representada, mientras que la máscara de Nevalı Çori casi da la impresión de que la cara está gritando. Junto con los hallazgos de otros sitios, existe un gran repertorio de máscaras en diferentes estilos. Todos los tipos, con y sin boca, más individualizados o abstractos, también están bien atestiguados en el gran repertorio de esculturas de piedra caliza encontradas en Göbekli Tepe.
Selección de cabezas de piedra caliza halladas en Göbekli Tepe (Fotos: N. Becker, D. Johannes, K. Schmidt, DAI).

Su tratamiento, tras los episodios de relleno deliberado de zonas del enclave y dejadas en desuso, puede arrojar algo de luz sobre el uso de estas máscaras durante el Neolítico Pre-Cerámico.
Los ritos funerarios en Göbekli Tepe parecen haberse aplicado al sistema jerárquico de representaciones antropomórficas. Los pilares centrales de los recintos son abstractos y claramente antropomórficos. Los pilares circundantes también son estilizados, pero más pequeños, y contienen una decoración zoomorfa. Están orientados hacia los pilares centrales y evocan la asociación de una reunión.

Pilar 43 en el Recinto D, cuya rica decoración indica claramente el carácter aparentemente narrativo de muchos de los relieves (Foto: K. Schmidt, DAI).

La escultura naturalista-antropomórfica, que puede representar en parte a personas enmascaradas, es más pequeña e intencionalmente fragmentada. Las máscaras de piedra están fuertemente relacionadas con esta categoría a través del tratamiento de su forma y deposición.
Durante el relleno de los recintos, una selección de fragmentos, en su mayoría cabezas (¿enmascaradas?), así como máscaras completas, se colocaron dentro de los mismos, y con mayor frecuencia cerca de los pilares centrales.

Recinto interior D: uno de los pilares centrales del recinto (P18) frente al sedimento de relleno original, que ilustra la poderosa capa que forma el montículo (Foto: K. Schmidt, DAI).

Si asumimos que las máscaras de piedra son representaciones en miniatura -o sobredimensionadas- de máscaras orgánicas reales usadas por los humanos, ellas podrían atestiguar que la actividad ritual en Göbekli Tepe y otros enclaves incluían ceremonias con máscaras, donde los individuos representaban partes de una mitología compleja. Cuando los recintos se dejaron de usar, máscaras y miniaturas fueron enterradas en ellos, congelando así los rituales en el tiempo y el espacio.

Durante el Neolítico temprano en el Cercano Oriente las máscaras y el enmascaramiento desempeñaron un papel significativo en los rituales que recreaban relatos mitológicos estrechamente relacionados con la muerte, los cuales tenían lugar en sitios con edificios especiales y rica iconografía. Esta importancia aparentemente justificaba la fabricación complicada y lenta de esta parafernalia de máscaras pequeñas o de tamaño real. Y un pequeño número de las mismas es todo lo que queda de lo que probablemente fue una extendida tradición en el Neolítico primitivo de ceremonias o rituales con máscaras.

Plano esquemático del área de excavación principal de Göbekli Tepe (más el Recinto E) (Plan: K. Schmidt y J. Notroff, DAI).

Oliver Dietrich, Jens Notroff y Laura Dietrich, son asistentes de investigación en las excavaciones realizadas por el Instituto Arqueológico Alemán (DAI) en el Proyecto Göbekli Tepe, las cuales son llevadas a cabo, además, en estrecha cooperación con el Museo Şanlıurfa Haleplibahçe. La investigación arqueobiológica es conducida por el Instituto de Paleoanatomía, Investigación de la Domesticación e Historia de la Medicina Veterinaria de la Universidad Ludwig-Maximilians, en Munich. El proyecto está financiado por la DAI y la Fundación de Investigación Germana (DFG). Para obtener más información sobre su investigación en el sitio, ver el blog "The Tepe Telegrams".

Fuente: asor.org | 24 de septiembre de 2018

Aníbal Clemente

Historia y Arqueología. Divulgando la Historia desde 1998. Bienvenidos a la Cultura.

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