Hallan indicios en las proximidades de la ermita de Santa Ana (Jaén) de un santuario ibero

Gruta donde estaría ubicado el posible santuario ibero.

Ante un posible e histórico hallazgo. La existencia de un santuario ibero en las proximidades de la ermita de Santa Ana (Jaén) es cada vez más evidente. La presencia de restos arqueológicos, la orientación y el enclave del lugar, son piezas esenciales que servirían para demostrar si se rindió culto pagano en el lugar, antes de la llegada e irrupción del catolicismo.

Los torrecampeños, amantes del patrimonio y la naturaleza, Juan Real y José Alcántara, junto al catedrático de Historia Medieval de la Universidad de Jaén y cronista oficial de la villa, Juan Carlos Castillo (izquierda), investigan, desde hace tiempo, la existencia del hipotético santuario ibérico, que estaría estrechamente vinculado con el cercano Oppidum de Cerro Miguelico, edificado entre los siglos VI y III a. C. Situado en una gruta cercana a la ermita de Santa Ana, en el margen derecho del conocido como camino viejo que comunicaba el poblado situado en el cerro con la importante vía que enlazaba las ciudades de Aurgi y Tucci, los iberos torrecampeños rendían culto en el lugar a una Diosa Madre pagana.

Juan Carlos Castillo siempre ha sospechado sobre la existencia de este santuario ibero en Cerro Miguielico, como así lo refleja en las actas del XII Congreso de Cronistas de la Provincia de Jaén, donde subrayó sobre esta gruta: “La elección de su emplazamiento no era banal ya que en los citados afloramientos rocosos se constata la presencia de una cueva natural de la que, en determinados periodos y épocas, sobre todo de abundantes precipitaciones, manaba un efímero manantial, cuya agua discurriría ladera abajo, formando una escorrentía superficial hasta desembocar en el principal curso fluvial de la zona, el Arroyo del Judío”.

Foto: Muralla del Oppidum de Cerro Miguelico.

En la actualidad, esta pequeña sima se encuentra muy erosionada y cubierta por una frondosa vegetación de higueras, zarzales y retamas, lo que dificulta su exploración y un estudio más detallado del posible santuario. En sus inmediaciones, los trabajos de prospección arqueológica han recuperado fragmentos de cerámicas de época ibero-romana que podrían estar relacionados con los vasos y recipientes donde se efectuaban las libaciones y que jugaban un importante papel en aquellos cultos ancestrales.

En opinión del catedrático de Historia Medieval de la UJA y cronista oficial de Torredelcampo: “Es necesario poner en valor de Cerro Miguelico, donde se encuentra el origen de la historia de la localidad y donde aún queda mucho por investigar y descubrir sobre aquellos primeros pobladores”.

La posible existencia de un santuario íbero en las proximidades de la ermita de Santa Ana de Torredelcampo demostraría que el culto a aquella Diosa Madre de los iberos ha perdurado a lo largo de los siglos, desembocando en el culto cristiano actual hacia Santa Ana. “Curiosamente la madre de la madre”, puntualiza Juan Carlos Castillo, quien considera la necesidad de acometer una investigación exhaustiva sobre el terreno que demuestre definitivamente la teoría de la existencia de este santuario y la importancia del Oppidum de Cerro Miguelico.

Fuente: diariodejaen.es | 28 de junio de 2019

Descubren un enigmático zig zag que los romanos tallaron en Los Bañales (Zaragoza)

El extraño pavimento descubierto en el yacimiento romano de Los Bañales - Los Bañales / Fundación Uncastillo

Sorpresa en la antigua ciudad romana de Los Bañales. El arqueólogo Juan José Bienes estaba excavando la semana pasada una habitación en la zona norte de este yacimiento situado en Uncastillo (Zaragoza) cuando, al limpiar el suelo con ayuda de su compañero Pedro Ultra, empezaron a salir a la luz unas enigmáticas marcas. Tallado en la roca arenisca, el director técnico de las excavaciones descubrió un extraño zig zag que divide el pavimento de esta estancia, en eje con las dos columnas icónicas de Los Bañales que han sobrevivido milagrosamente erguidas hasta hoy.

«Lo primero que pensamos fue en algo de tipo ritual o religioso, un templo donde se sacrificaran grandes bovinos para tener que evacuar tanta sangre», pero ni el lugar ni el entorno casaban con esta hipótesis, según relata Bienes. Otra idea que consideraron al descubrir estas singulares estrías, más o menos profundas, es que podrían haber formado parte de un calendario para señalar las cosechas o de un reloj solar, en una zona a cielo abierto, en eje con ese gran edificio de las dos columnas (que en realidad eran cuatro), como los que hay en foros de algunas ciudades romanas del norte de África, como en Timgab.

«Pero ahora mismo cobra más fuerza pensar que probablemente son unas estrías que estuvieron muy vinculadas al uso que se dio a esa habitación», afirma Javier Andreu (izquierda), profesor de Historia Antigua de la Universidad de Navarra y director del proyecto arqueológico de Los Bañales. Roma empleó esta técnica en lugares en los que se concentraba humedad, para achicar agua o verter líquidos al exterior. En la casa del acueducto de Tiermes (Soria) existe una estructura parecida que tiene que ver con la evacuación de agua y en las bóvedas de las salas de baños que estaban calefactadas se utilizó algo similar para evitar el goteo por condensación de humedad. «Eso permite pensar que fue una habitación en que se trabajó con líquidos y nos abre a un escenario comercial», prosigue el director del proyecto arqueológico de Los Bañales.

De momento, no han encontrado ningún punto de desagüe para estos canales en zig zag que no siguen un dibujo claro, pero aún solo se ha excavado la zona norte y central de la habitación. El singular pavimento continúa hacia el sur, acercándose a las dos columnas que forman el hito geográfico de la zona. Una vez que se complete el estudio de esta estancia y de las habitaciones contiguas, los expertos podrán comprobar si, como sospechan, se encuentran ante una zona comercial de la ciudad. «Quizá ante lo que estamos, aunque es pronto para asegurarlo, es ante un "macellum", un gran mercado, ubicado mirando el territorio eminentemente agrícola que controlaba la ciudad, el del valle del río Riguel, en los términos actuales de Uncastillo y de Sádaba», avanza Andreu.

Las marcas continúan hacia el sur, en eje con las icónicas columnas del yacimiento - Los Bañales/Fundación Uncastillo

Los investigadores ubican esta habitación en la que creen que era última manzana al norte de este importante centro urbano entre el siglo I a.C. y los comienzos del siglo III. La entrada a la urbe romana, que se extendía por más de 20 hectáreas, se localizaba justo en el otro extremo, a unos tres kilómetros al sur, en el acceso a la vía que conectaba Caesaragusta (Zaragoza) con Pompelo (Pamplona). «En esta zona norte parece que Roma quiso establecer un sistema de urbanización muy vitruviano, con calles este-oeste (decumanos) y norte-sur (cardines) que se van cortando, un modelo de urbanismo que no fue una adaptación del que ya existía, sino casi de tipo colonial», apunta el director de Los Bañales. En esa zona norte, más apropiada para la conservación y producción de alimentos, es donde probablemente se situó el barrio comercial.

Los expertos creen que el singular pavimento formó parte de un gran complejo que probablemente se erigió en la primera mitad del siglo I d.C. «A partir de la segunda mitad del siglo II y hasta el abandono de la ciudad en la primera mitad del III todos esos espacios fueron reocupados, cambiaron de funciones, así que es muy difícil encontrar materiales contemporáneos a las marcas. Ahí vamos a tener un reto», afirma Andreu.

Durante las excavaciones que han seguido al descubrimiento del pavimento se han hallado algunos objetos, como una cucharilla de bronce pegada al suelo de roca, pero hasta el momento los arqueólogos no han dado con ninguna cerámica ni con restos de fauna que corroboren esta hipótesis. En las próximas semanas de campaña, que finalizará el 28 de julio, esperan encontrar más elementos de este complejo puzzle.

Una vez que hayan excavado por completo la habitación, el estudio de las pendientes de los canales servirá para comprobar si tuvieron o no esa función de drenaje que ahora contemplan. Si los datos no concuerdan, tendrán que replantearse de nuevo para qué tallaron los romanos esas enigmáticas estrías. «Habría que buscar otras alternativas», admite Andreu antes de explicar que en otros lugares se han encontrado rozas de este tipo constructivas, realizadas para cimentar o calzar algún edificio. En este caso, sin embargo, «las hendiduras son muy estrechas, no tienen la anchura suficiente como para recibir muros de mampostería y tampoco tiene mucho sentido en esa habitación que sí ha conservado los muros laterales en cuadratum muy bien delimitados, que justo se hayan robado los muros interiores que estuvieran calzados sobre esas rozas».

«Si no sirvieron de drenaje, tendríamos que volver a la hipótesis inicial de que fuera una zona a cielo abierto y que tuviera algo que ver con algún calendario o reloj solar», reconoce.
De lo que no hay duda, según Andreu, es que con sus calles y pasos de peatones, este ya es uno de los barrios más impactantes desde el punto urbanístico del norte peninsular. «Los Bañales ofrece el barrio más vitruviano de los que tenemos en el norte de España».


Una cucharilla/punzón de bronce encontrada en los últimos días - Los Bañales/Fundación Uncastillo

En busca del nombre romano de Los Bañales

Entre 2011 y 2015, el equipo del proyecto arqueológico de Los Bañales, de la Fundación Uncastillo, descubrió en el foro de la ciudad romana una «gran cosecha epigráfica de inscripciones», con un ciclo triple dedicado al emperador Tiberio y otro a Cayo y Lucio César. Javier Andreu asegura que Los Bañales es «el yacimiento arqueológico con más epigrafía romana in situ», con permiso de Segóbriga, «porque las inscripciones han aparecido en el lugar donde los romanos las colocaron». Sin embargo, aún no han encontrado una inscripción que indique qué nombre romano tuvo Los Bañales. «Siempre que empiezan las campañas, y más ahora que a partir del 1 de julio colaborarán en torno a 30 estudiantes de casi todo el mundo gracias a una ayuda de la comarca de las Cinco Villas, tenemos en mente la idea de encontrar una inscripción que certifique el nombre de la ciudad y dé razón a la posibilidad de que Los Bañales se llamó Tarraca», subraya Andreu.

Fuente: abc.es | 25 de junio de 2019

El MNAR inaugura una muestra de piezas sobre Dionysos Baco

Trinidad Nogales, directora del Museo de Arte Romano. en primer término, explica algunas piezas. Brígido

El Festival de Teatro Clásico de Mérida junto con el Museo Nacional de Arte Romano presentó ayer la exposición temporal Dionysos-Baco. Un dios para los humanos. Una importante colección de piezas y textos que acercan al visitante al Museo al universo mitológico de Dionysos-Baco en la capital provincial del occidente del Imperio, Augusta Emerita.

Se podrá ver hasta el próximo mes de diciembre en las salas V y VII de la nave principal del museo. Una de las oportunidades para poder verla serán los Jueves del Museo. Todos los jueves de julio y agosto se realizarán visitas guiadas gratuitas a dicha exposición de 20 a 22 horas.

La muestra fue inaugurada ayer por la directora del Museo de Arte Romano, Trinidad Nogales, que estuvo acompañada por el director del Festival de Teatro Clásico, Jesús Cimarro y el director general de Bibliotecas, Museos y Patrimonio Cultural, Francisco Pérez Urban.

Se exponen más de 40 objetos procedentes de los fondos propios del centro expositivo de Mérida y otros llegadas del Museo Arqueológico Nacional de Madrid que tratan de revelar nuevas visiones del universo mitológico del mundo clásico. En este caso, del dios Baco, cuya figura está muy ligada al universo de las representaciones teatrales, ya que numerosas obras, desde distintas vertientes tanto trágicas como cómicas, representan a un dios paradigma del placer y el hedonismo para los humanos. Este vínculo puede apreciarse en el relieve de ménade danzante, procedente del teatro romano, que se incluye en la exposición. El relieve escenifica uno de los cortejos del dios Baco.

Mosaico de Baco y Ariadna

Entre las piezas expuestas se encuentran cerámicas griegas del Museo Arqueológico Nacional con temas dionisíacos en su decoración que retrotraen al visitante hasta los siglos V y IV a. C., donde los humanos veneraban a Dionysos en sus encuentros públicos y privados. Eran piezas utilizadas frecuentemente en banquetes.

Lucernas y hermas báquicas

Mosaicos, lucernas, terracotas, utensilios de bronce o vidrio y otros objetos emeritenses ofrecen representaciones del motivo de Baco en sus diferentes facetas vitales.
El museo exhibirá por primera vez restauradas las pinturas de la Casa del Mitreo, unas de las más singulares de la Península Ibérica.

Casa del Mitreo de Mérida

La muestra está confeccionada con piezas del propio Museo de Mérida y el Arqueológico Nacional de Madrid.

Fuentes: hoy.es | digitalextremadura.com | 27 de junio de 2019

Hallazgos en el yacimiento Cabezo Redondo (Alicante) confirman su relación con África

Objetos hallado en el yacimiento de Cabezo Redondo (Alicante).

El hallazgo de un botón de marfil en el poblado Cabezo Redondo en Villena vuelve a evidenciar la conexión - hace 4.000 años- de los habitantes de esta zona del Mediterráneo con África. El elemento se ha encontrado durante la campaña anual de excavaciones que diecisiete estudiantes y arqueólogos están realizando en el yacimiento de la Edad de Bronce y que se prolongará hasta el 5 de julio.

«Se trata de un objeto excepcional que vienen a demostrar la importancia comercial de los habitantes de Cabezo Redondo con distintos países del Mediterráneo. Una de las singularidades del yacimiento es la existencia de objetos de marfil como botones y un peine, que avalan al poblado como un punto estratégico para el comercio», afirma el director de las excavaciones y doctor de la Universidad de Alicante, Mauro Hernández (izquierda).

El grupo de arqueólogos tiene previsto finalizar la excavación de dos viviendas situadas en la parte alta del cerro del poblado, cuyos trabajos comenzaron el año pasado. Además, «se abrirá una nueva zona de excavación en la ladera para investigar cómo fue el primer asentamiento del poblado, que tuvo lugar en la cima del cerro sobre el 2.000 a. C. y su desarrollo lo largo de los años. Es coetáneo, por tanto, con el otro gran yacimiento de Villena, Terlinques, bajando posteriormente sus ocupantes a la parte media del Cabezo entre los años 1700 y 1600 a.C.», afirma Hernández.

«Hemos abierto una gran superficie y excavado dos casas que nos permitirán seguir investigando sobre el nacimiento del Cabezo, un referente cada vez mayor de la arqueología española por los materiales que va a arrojando y por los estudios paralelos que dichos materiales permiten impulsar». Como ejemplo, explicaba, este año el Cabezo ha sido protagonista en una revista internacional, pues algunos restos humanos hallados en él arrojan unos cromosomas diferentes, procedentes de las estepas euroasiáticas, siendo el yacimiento villenense el primero de España (al menos por ahora) que muestra ese «nuevo tipo humano en la península».


Para que los ciudadanos conozcan los últimos trabajos llevados a cabo en el poblado de la Edad de Bronce, el Ayuntamiento ha organizado unas jornadas de puertas abiertas este fin de semana, antes de que sea cerrado para proceder al traslado de sus fondos al nuevo Museo de Villena, algo que está previsto a fines de año. El horario de apertura será el sábado 29 y el domingo 30 de junio de 10 a 13 horas y de 17 a 20 horas. Así el Museo Arqueológico estará abierto de 10 a 14 horas y de 18 a 21 horas.

Vista del yacimieno de Cabezo Redondo.

Centro de Interpretación.

La edil de Turismo, Mercedes Menor, ha informado de que “tenemos ya todos los permisos y estamos a la espera de que Diputación habilite la subvención para construir el Centro de Interpretación del Cabezo. Una vez lo haga, sacaremos la licitación y adjudicaremos la obra”, resaltando que este proyecto permitirá “cambiar la forma de visitar el yacimiento, potenciando la accesibilidad, la información y la señalización, por lo que será más visitable y fácil de entender”.

Para ello, se contará con el apoyo de la Conselleria de Cultura, cuyo jefe territorial en Alicante, José Antonio López Mira (arqueólogo que en su día participó en las primeras jornadas de excavación) destacaba la importancia del Cabezo y todo lo que ha supuesto como “referente en la difusión del patrimonio cultural: Villena fue pionera en este tipo de iniciativas y se ha convertido en un modelo copiado en toda la Comunidad”. Por ello, invitaba a la ciudadanía a aprovechar la oportunidad y daba las gracias al ayuntamiento por “haber apostado de manera continuada, durante 23 años, por la conservación y la difusión de nuestro patrimonio cultural”.

Fuentes: diariodeinformacion.com | elperiodicodevillena.com | 27 de junio de 2019

Descubren un pecio romano intacto hundido frente a las costas de Chipre

Ánforas romanas del barco romano hallado en Chipre.
Ánforas romanas del barco romano hallado en Chipre. Departamento Antigüedades Chipre.

El Departamento de Antigüedades de la República de Chipre anunció ayer el hallazgo de un pecio frente a la costa de la localidad de Protaras, al sureste de la isla, por miembros del Laboratorio de Investigación Arqueológica Marítima de la Universidad de Chipre.

Un equipo de arqueólogos y voluntarios de la Universidad ya están trabajando en la documentación y protección del sitio, dirigidos por la doctora Stella Demesticha, profesora de arqueología marítima, y en colaboración con el Departamento de Ingeniería Civil y el Departamento de Antigüedades de la Universidad chipriota.

Localización de Protaras al sureste de Chipre

El pecio corresponde a un barco romano cargado de ánforas que transportaban productos, probablemente de Siria y Cilicia. Las ánforas son recipientes de cerámica con dos asas y cuello largo y estrecho, utilizadas desde el siglo XV a.C. para almacenar y transportar productos como uvas, vino, aceitunas, aceite, cereales o pescado.

El pecio de Mazotos / foto Universidad de Chipre

Se trataría del primer naufragio romano intacto encontrado en Chipre, y su estudio servirá para arrojar nueva luz sobre la amplitud y la magnitud del comercio marítimo entre Chipre y el resto de las provincias romanas del Mediterráneo oriental.

En 2007 se encontró otro pecio frente a las costas de la localidad de Mazotos, esta vez correspondiente al período clásico tardío griego de mediados del siglo IV a.C., con un cargamento de ánforas de vino procedentes de Fenicia.

Fuentes: labrujulaverde.com | 28 de junio de 2019

Encuentran un palacio de la Edad del Bronce y tablillas cuneiformes en el Kurdistán iraquí

Vista aérea del palacio de Kemune desde el oeste. (Foto: Universidad de Tübingen, Centro eScience y Organización de Arqueología del Kurdistán)

Arqueólogos alemanes y kurdos han descubierto un palacio de la Edad de Bronce en la orilla oriental del Tigris, en la región del Kurdistán iraquí. El palacio, encontrado en el lugar llamado Kemune puede datarse en la época del Imperio Mittani, que dominó gran parte del norte de Mesopotamia y Siria entre los siglos XV y XIV a.C.

El imperio de Mittani es uno de los estados menos explorados del Antiguo Oriente. Los científicos esperan ahora obtener nueva información sobre la política, la economía y la historia de este imperio mediante el análisis de las tablillas cuneiformes descubiertas en el palacio.

El Imperio de Mitanni hacia 1400 a.C. / foto Javierfv1212 en Wikimedia Commons

El pasado otoño, el descenso del nivel del agua del embalse de Mosul, en el norte de Irak, reveló inesperadamente los restos de una antigua ciudad ya conocida desde hace unos años, pero que no se había podido investigar por estar sumergida. Una excavación arqueológica se llevó a cabo rápidamente en las ruinas expuestas, antes de volver a ser cubiertas por el agua.

La excavación fue dirigida por el el arqueólogo kurdo Dr. Hasan Ahmed Qasim y la Dra. Ivana Puljiz como parte de un proyecto conjunto entre la Universidad de Tubinga y la Organización de Arqueología del Kurdistán.

Terraza de la pared en el lado occidental del palacio de Kemune. (Foto: Organización de Arqueología de la Universidad de Tübingen y Kurdistán).

"El hallazgo es uno de los descubrimientos arqueológicos más importantes en la región en las últimas décadas e ilustra el éxito de la cooperación kurdo-alemana", dijo Hasan Ahmed Qasim en un comunicado de prensa.

Según Ivana Puljiz, del Instituto de Tubinga para las Culturas del Antiguo Oriente (IANES), "Se trata de un edificio proyectado con muros interiores macizos de hasta dos metros de grosor de ladrillo cerámico. Algunas paredes tienen más de 2 metros de altura y parte del interior está enlucido con yeso. También hemos encontrado restos de murales en tonos brillantes de rojo y azul. Descubrir pinturas murales en Kemune es una sensación arqueológica. Kemune es solo el segundo sitio en la región donde se han descubierto pinturas murales del período Mittani ".
"El Imperio Mittani es uno de los imperios menos investigados del Antiguo Cercano Oriente. La información sobre los palacios del período Mittani solo está disponible hasta ahora en Tell Brak, en Siria, y en las ciudades de Nuzi y Alalakh, ambas ubicadas en la periferia del imperio", dijo Puljiz

Una habitación en el palacio durante las excavaciones. (Foto: Organización de Arqueología de la Universidad de Tübingen y Kurdistán).


Diez tablillas de arcilla cubiertas en cuneiforme, un antiguo sistema de escritura, también fueron descubiertas y han sido enviadas a Alemania para su traducción.
"De los textos esperamos obtener información sobre la estructura interna del imperio Mittani, su organización económica y la relación de la capital Mittani con los centros administrativos en las regiones vecinas", agregó Puljiz.

En el segundo milenio a.C., los murales eran probablemente una característica típica de los palacios del Antiguo Oriente, pero rara vez han sobrevivido. Por eso el descubrimiento de murales en Kemune es una sensación arqueológica.

Arqueólogos alemanes y kurdos excavan excavando el palacio de Kemune en el Tigris oriental. (Foto: Universität Tübingen / eScience-Center).

Fuentes: labrujulaverde.com | kurdistan24.net | idw-online.de | 28 de junio de 2019

Sale a luz la ciudad oculta que se esconde a los pies de la Acrópolis de Atenas

El tesoro arqueológico que se muestra en el Museo de la Acrópolis - AFP

Con alegría y muchas actividades, el Museo de la Acrópolis de Atenas festeja este mes sus diez años de existencia. Una de las joyas para celebrar esta efeméride es la inauguración de una exposición muy esperada: «La ciudad bajo la ciudad», que muestra el núcleo urbano de Atenas situado a los pies de la Acrópolis y que ha sido habitado durante miles de años.

Estas ruinas arqueológicas se descubrieron durante las excavaciones para la estación de Metro cercana al lugar y las que se acometieron para colocar los cimientos del nuevo museo entre 1997 y 2004 (el pequeño museo anterior se encontraba en la propia Acrópolis, entre el Prtenón y el Erecteón). Esas obras tardaron mucho más de lo normal. ¿El motivo? La extraordinaria riqueza arqueológica de lo encontrado y la necesidad del servicio arqueológico estatal de investigar, almacenar y protegerlo todo: restos de templos, residencias de personas muy acomodadas, baños públicos, talleres de cerámica, pozos, tumbas... Ahora ese es el tesoro que se puede ver y visitar.
Hablamos de los 4.000 metros cuadrados que se encuentran bajo el Museo de la Acrópolis, y que muestran la vida diaria de los atenienses desde el siglo VI a.C. hasta el siglo XII, durante la etapa bizantina de la capital.

Reuters

Dimitris Pantermalis (izquierda), arqueólogo y presidente del Museo, ya había confirmado en una entrevista con ABC que la intención del museo era abrir este espacio para ver la ciudad del pasado, algo para lo que se necesitaba tiempo y fondos. Porque hay que recordar que el país atravesó una tremenda crisis económica con hasta tres rescates a partir de 2010, y el museo es una entidad estatal autofinanciada.


Este sueño se ha podido hacer realidad gracias a haber recibido 14,5 millones de visitantes en estos diez años, a cientos de exposiciones y múltiples actividades. También, al hecho de que se pueden «alquilar» su restaurante y su auditorio para presentaciones y actos privados. No hay que olvidar que este museo tiene una administración muy cuidada y entre los vigilantes uniformados de las salas se encuentran arqueólogos dispuestos a contestar cualquier pregunta de los visitantes.

Reuters

Un museo «ampliado»

Pandermalis declaró con satisfacción que «abrimos ahora una nueva planta del museo, que proporcionará información sobre la vida cotidiana de los atenienses y que se añade a los 15.000 metros cuadrados del museo». Ese museo que en sus tres plantas muestra más de 350 esculturas y los frisos del Partenón: los pocos originales que se retiraron del templo y copias exactas de los muchos que siguen expuestos en el Museo Británico de Londres. Como dice uno de los vigilantes de la sala del tercer piso, donde se encuentran estas célebres y preciadas copias, «cuando finalmente devuelvan lo que se llevó Lord Elgin, sencillamente retiraremos las copias de escayola y colocaremos las piezas originales».


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Al entrar en el recinto abierto bajo el museo se ven las edificaciones que a partir del siglo V a.C. muestran el carácter urbanizado de la zona y que, hasta el año 86 a.C., tenía muchas calles estrechas con residencias con pequeños patios, tiendas y talleres. Porque aquel año la zona fue asediada y destruida posteriormente por las tropas del general romano Lucio Cornelio Sila y nadie la habitó durante años.

Posteriormente se crearon pequeñas unidades industriales sobre las ruinas existentes. Y a partir del siglo II d.C., el barrio vuelve a desarrollarse con casas mayores y patios con columnas, cuartos con pinturas murales, en algunos casos mosaicos en los suelos y letrinas privadas o en otros casos baños privados. Una vez más, y debido a la invasión de una tribu germánica en el año 267 d.C., la zona fue destruida y se volvió a construir a partir del siglo IV. Se encuentran en esta época casas más pequeñas, propiedad de ciudadanos de clase media, junto a residencias de mayor tamaño. La vida continuó en este barrio durante varios siglos más, hasta el XIII, con nuevas casas y talleres, y también periodos en los que hubo abandono total de actividad en la zona. Ya sería en el XIX cuando volvería la actividad de este barrio.

AFP

Hoy, a pesar de la crisis que atravesó el país y que hundió el mercado inmobiliario de la capital (todo el mundo quería vender y nadie tenía dinero o acceso a financiación para comprar), esta zona ha ido aumentando de valor y ha ido recuperando cierta importancia.

Como regalo, se acaba de inaugurar también una pequeña exposición dentro del propio museo: un homenaje a los escultores de mármol que desde el siglo XIX hasta hoy mismo trabajan en la Acrópolis, restaurándola con técnica, arte y cariño. Bautizada como «Cincel y memoria», la exposición muestra cómo se sigue utilizando mármol de la misma cantera de su construcción original, en la montaña Pendéli (a pocos kilómetros de Atenas). Muchos de los escultores provienen de familias de dos, tres y hasta cuatro generaciones de artesanos que consideran un gran honor restaurar con piezas hechas por sus manos la Acrópolis. Y la gran mayoría proviene de la isla de Tinos, en el archipiélago de las Islas Cícladas: de ahí eran y siguen siendo los mejores escultores de mármol del país.

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Un tesoro arqueológico que se extiende del Neolítico al siglo XII

La nueva exposición, situada literalmente en los cimientos del Museo de la Acrópolis, representa un recorrido en el tiempo y en la historia ateniense. Ya conocían desde hace muchos años los arqueólogos del Ministerio de Cultura que las faldas de la colina donde se encuentra este conjunto monumental de templos habían sido habitadas ininterrumpidamente desde el Neolítico hasta la época bizantina, para volver a crecer a partir del siglo XIX tras la lucha por la independencia del país. Pero ha sido en los últimos años cuando se ha visto que efectivamente los atenienses construían sobre restos de construcciones anteriores en los barrios situados a los pies de la colina, edificados y habitados hasta hoy mismo.

Se trata de un patrimonio histórico de gran importancia y «a capas», es decir, de restos bizantinos sobre restos romanos sobre restos de los cinco primeros siglos antes de Cristo y así sucesivamente hasta la época neolítica.

Los visitantes ven con sorpresa los interiores de algunas residencias privadas con sus cuartos de baño, el sofisticado sistema de canalizaciones con agua caliente para los baños públicos, los pozos de las casas, el interior de varios pequeños talleres de alfarería... Ven, también, cómo se construían los muros y los suelos en distintas épocas de la Antigüedad, de las épocas romana y bizantina, y comprenden cómo a pocos metros del conjunto de la Acrópolis, situado en una colina desde la que se ve El Pireo, vivían los atenienses a través de los siglos, porque con frecuencia los arqueólogos han ido encontrando «pisos»: una residencia sobre otra más antigua, un taller sobre un cementerio más antiguo.

Foto: Arqueólogos explican en las galerías del Museo de la Acrópolis sus diversos contenidos.

La más característica es una casa del siglo V d.C., conocida como el Edificio Z, que posiblemente pertenecía a un oficial de alto rango de la corte imperial. En el siglo XIX se construyó sobre este un gran edificio, el primer hospital militar de Atenas, conocido como Edificio Weller, que tras ser restaurado es ahora la sede de las oficinas administrativas del Museo.

Los tesoros no se acaban ahí, pero no todos están a la vista. El problema que se plantea ahora para el museo es hasta dónde llegar, o más bien hasta dónde retroceder… De los 4.000 metros cuadrados bajo el actual museo el visitante puede admirar restos a partir del siglo VI antes de Cristo. Pero hay otra parte excavada que no está a la vista de todos. Ha sido estudiada y tapada por una capa de tierra para su preservación (y posible exposición en un futuro no muy lejano), mientras que el resto, la parte cercana a la estación de Metro Acrópolis, ha sido o bien conducida al Museo Arqueológico Nacional o bien almacenada.

Fuente: abc.es | 28 de junio de 2019

El galo que perdió una moneda en Palencia

Moneda gala hallada en el yacimiento de Dessobriga. PROYECTO DESSOBRIGA


Es solo una hipótesis, pero muy probable… Se le cayó a un soldado galo que formaba parte de las tropas auxiliares del emperador Augusto al llegar a las tierras cerealísticas de la actual Osorno (Palencia). Y más de 2.000 años después, el equipo del Proyecto Dessobriga, que dirige Margarita Torrione, catedrática de Historia y Civilización Hispánicas de la Universidad de Saboya (Francia), encontró aquella moneda que fue acuñada en la segunda mitad del siglo I antes de Cristo por Contoutos, jefe de los Santoni, tribu del sudoeste de la Galia (al norte del estuario del Gironda), y el primer pueblo vencido por Julio César en la Guerra de las Galias.

Paralelamente, llegaron otros hallazgos, como un gran edificio de unos 50 metros de longitud, detectado por fotografía aérea y actualmente en excavación. O el de varias estelas provenientes de la necrópolis prerromana, algunas grabadas en signario celtibérico. Una de ellas lleva el nombre indígena de Touto: “Bastante común en estelas de la península ibérica de la Segunda Edad del Hierro, cuya etimología proviene del céltico 'touta', comunidad, tribu, clan. Y resulta casi tan alusivo, desde el punto de vista étnico, como llamarse François o Germán, en Francia o Alemania”, señala Torrione (izquierda). Detrás de todo ello, subyace una ciudad vaccea y luego romana, militarizada por Roma en función de su privilegiada situación de cruce de caminos y por su abundancia de cereal.

En el último tercio del siglo I a. C., las tribus cántabras y astures seguían sin someterse al poder imperial. Necesitadas del alimento que les faltaba, saqueaban los fértiles campos de sus vecinos vacceos. Cuando Augusto establece su campamento en Segisamo (la actual Sasamón, Burgos), a unos 30 kilómetros de Osorno, sufre la misma necesidad: mantener a sus legiones y tropas auxiliares, además de dejar sin suministros a los rebeldes. Por ello, Dessobriga fue atacada y sometida hacia el año 29 a. C., durante los preparativos de las Guerras Cántabras (29-19 a.C.).

Cachas de hueso decoradas. PROYECTO DESSOBRIGA

En 2001, a causa del trazado de la Autovía del Camino de Santiago, se llevaron a cabo, no lejos del altozano de Las Cuestas (Osorno) intervenciones de urgencia que pusieron al descubierto parte de un poblado de la primera Edad del Hierro (siglos VIII-V a.C). Pero no sería hasta 2013, cuando Margarita Torrione comenzó un proyecto definido: desenterrar Dessobriga, una concentración urbana que figura en el Itinerario Antonino, una especie de Guía Michelin de vías romanas.
"Para ello elaboré un plan de trabajo que se realizó mediante una prospección geomagnética, con ayuda económica de la Diputación de Palencia, del Ayuntamiento de Osorno, mis propios fondos y permiso de la Junta de Castilla y León". Se exploraron 23 hectáreas que desvelaron la existencia de cabañas prehistóricas (entre los siglos VIII y V antes de nuestra era), un posterior poblado vacceo de identidad marcadamente defensiva, convertido posteriormente en mansio urbana (finalmente los vacceos no pudieron resistir al imperioso Augusto) y una necrópolis de incineración.

Arqueólogos en Dessóbriga en la campaña de 2016. PROYECTO DESSÓBRIGA

El gran edificio que se excava actualmente en la zona amesetada del altozano de Las Cuestas, responde a una primera construcción indígena, "si bien remozada y reutilizada por los romanos".
Según las primeras hipótesis, estas dependencias habrían servido para almacenaje y comercio de grano, siendo en parte arrasadas y recubiertas en las primeras décadas del siglo I d. C. por Roma con una amplia avenida empedrada que podría corresponder al cardo maximus, una especie de gran vía norte-sur.

Un gran muro defensivo y un foso de algo más de seis metros de anchura defendían esta población de posibles ataques en su zona más llana y vulnerable. Así, el abundante material arqueológico hallado (cerámica, fíbulas, monedas, armas, canicas vacceas, junto con edificios y el sistema defensivo) certifican que este territorio situado a caballo entre los términos de Osorno la Mayor y Melgar Fernamental, provincias de Palencia y Burgos, estuvo intensamente ocupado entre la primera Edad del Hierro y finales del siglo II de nuestra era, período del Alto Imperio Romano.

Flecha romana de doble aleta usada durante la toma de Dessobriga. PROYECTO DESSOBRIGA

Del 5 al 25 de agosto se llevará a cabo una nueva campaña arqueológica. Los vacceos, la etnia más desarrollada entre los pueblos vecinos de los celtíberos, según el cronista griego Diodoro de Sicilia (siglo I antes de nuestra era), ocupaban una franja de la Península de unos 45.000 kilómetros cuadrados. Se los ha considerado los primeros “comunistas” de la Historia, dado su sistema de producción colectivista. Diodoro aseguró que la cosecha se repartía entre todos los habitantes a partes iguales. "Pero posiblemente, el reparto estaba controlado por las élites, por lo que la afirmación no es segura, pero dennos tiempo”, bromea Torrione al recordar este sistema económico supuestamente igualitario. El mismo que les llevó a ser objeto de codicia por parte de los pueblos circundantes y por Roma, lo que a la postre supuso su fin como gentes libres, según confirma la moneda de bronce que perdió un soldado galo muy lejos de su casa, en Hispania.

Estudiantes de arqueología, en una de las parcelas del yacimiento de Dessobriga. / MANUEL BRÁGIMO

Fuente: elpais.com | 27 de junio de 2019

Un nuevo e inesperado capítulo en la historia de los neandertales

El hueso maxilar de una niña neandertal de la cueva de Scladina, Bélgica. Crédito: © J. Eloy, AWEM, Archéologie andennaise

A medida que la capacidad para estudiar ADN antiguo avanza, los científicos que tratan de comprender la evolución humana se llevan sorpresa tras sorpresa. Y esta vez, lo inesperado ha venido de la mano de los neandertales, ya saben, la "otra especie" de humanos inteligentes que compartió Europa con nuestros antepasados directos.

Sabemos, por ejemplo, que cuando los primeros hombres modernos (nosotros), llegaron al viejo continente, se encontraron con esta otra especie humana, los auténticos primeros europeos, que llevaban ahí varios cientos de miles de años y cuyas poblaciones se extendían desde la Península Ibérica hasta Siberia. Pero hace 40.000 años, poco después de "nuestra" llegada, los neandertales desaparecieron por completo.

Los detallados análisis genéticos llevados a cabo durante los últimos años han revelado que "ellos" tuvieron descendencia cruzándose con "nosotros" en Asia hace unos 60.000 años, mucho antes de nuestra migración a tierras europeas. Del mismo modo, tanto neandertales como hombres modernos se cruzaron, también, con los denisovanos, una población aparte de la que la que no sabríamos nada sin la genética, ya que sus fósiles son muy escasos.

Pero del pasado y origen de los neandertales apenas tenemos noticias. ¿La razón? Resulta extraordinariamente difícil encontrar ADN viable en fósiles de más de 100.000 años de antiguëdad. Y las pocas muestras que logran atravesar ese océano de tiempo se topan con una tecnología de análisis que a duras penas consigue obtener datos fiables de materiales tan antiguos.

El fémur de un neandertal masculino de la cueva Hohlenstein-Stadel, Alemania. Crédito: © Oleg Kuchar, Museo Ulm.

Una gran sorpresa

A pesar de ello, un equipo de investigadores del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva en Leipzig, Alemania, acaba de conseguir ADN viable de dos neandertales europeos de hace 120.000 años. Y se han llevado una gran sorpresa al comprobar que esos dos especímenes se parecen más (genéticamente hablando), a los últimos neandertales que vivieron en Europa 80.000 años más tarde (hace 40.000) que a otro neandertal de edad similar a la suya hallado en Siberia. El hallazgo se acaba de publicar en la revista Science advances.

Gracias a este descubrimiento, ha sido posible empezar a desentrañar la historia temprana de los neandertales. Y ahora sabemos que esta otra especie inteligente tuvo en Europa una continuidad y estabilidad que duró, por lo menos, 80.000 años (los que van desde hace 120.000 a 40.000). Pero el trabajo también sugiere que ese grupo pudo haber migrado hacia el este y haber reemplazado allí a algunas poblaciones neandertales siberianas.


Cueva de Scladina. Crédito: D. Bonjean, © Archéologie andennaise

Migración a Siberia

Tanto los restos óseos como la evidencia genética nos han enseñado que los últimos neandertales que vivieron en Europa y Asia Central hace 40.000 años pertenecían a un único grupo. Es decir, que procedían de un ancestro común que vivió hace unos 97.000 años. Sin embargo, resulta que un neandertal de hace 90.000 años hallado en la cueva de Denisova, en Siberia, está más relacionado con los neandertales tardíos que con el llamado Neandertal Altai, encontrado en la misma cueva, pero cuya antigüedad es de 120.000 años. Y eso sugiere que hubo una migración temprana de neandertales hacia Siberia, seguida de una migración posterior desde Europa que reemplazó a la población anterior.

¿Qué fue realmente lo que pasó? Para aclararlo, Stéphane Peyrégne y sus colegas del Instituto Max Planck obtuvieron muestras de ADN nuclear de neandertales que vivieron en Europa occidental hace aproximadamente 120.000 años, uno en la cueva Scladina, en Bélgica, y el otro de la cueva de Hohlenstein-Stadel, en Alemania.

Los investigadores utilizaron técnicas avanzadas que descartaran en las muestras la contaminación microbiana o de ADN humano actual, y hallaron que los dos individuos eran miembros de la población europea que dio origen a todos los neandertales identificados hasta ahora, excepto el neandertal de Altai. Lo cual parece sugerir que la población a la que los dos individuos analizados pertenecían vivieron en Europa al mismo tiempo que la población de Altai vivía en Siberia, y que más tarde sus descendientes emigraron hacia el este para reemplazarlos.

Foto: Falange de un dedo del pie de una mujer neandertal hallado en Denisova en 2010, y la ubicación de muestras neandertales de las que se disponen datos de todo el genoma.

Un grupo misterioso

Pero no fue esa la única sorpresa. Los investigadores, en efecto, tambièn encontraron ADN mitocondrial (que no está en los núcleos de las células, sino en las mitocondrias y que solo se transmite por vía materna) que era "altamente divergente" en el ejemplar de Hohlenstein-Stadel. Y eso significa que existió otra población que aún no ha sido identificada. Una historia, pues, mucho más compleja y que necesitará de mucha más investigación para aclararse.

Fuentes: abc.es| archaeologynewsnetwork.blogspot.com| 27 de junio de 2019

Los combates de Cagayán

Photo by Ainhoa Valero CC (License) 

Muchas veces la historia genera discusiones relativas a la potencia de la cual disponían los grandes imperios mundiales. A menudo son situaciones hipotéticas que no permiten corroborar su validez histórica, ya que a menudo son sociedades muy alejadas, sea geográfica o temporalmente. Pero a veces hay situaciones que parecen extraídas de novelas de fantasía o de ciencia ficción, donde dos civilizaciones absolutamente antagónicas entran en contacto y se enfrentan entre sí. Si mezclamos los conceptos: samurái, Armada Española de Filipinas, tercios y siglo XVI, nos aparece en la coctelera una historia que compraría el mismo Tarantino para realizar una de sus películas. Pues sí, estas realidades entraron en contacto en 1582, en unos hechos que se conocen como los Combates de Cagayán.

Hay que tener en cuenta que Japón vivió grandes periodos de hambrunas que explican el bajo crecimiento demográfico que ha existido a lo largo de su existencia pretérita. Unas condiciones difíciles, con una subsistencia basada en la pesca y la agricultura. Esto hacía que muchas personas abandonaran el territorio natal para dedicarse a otras actividades. Por influencia del confucianismo encontramos una sociedad altamente estratificada conformada por los clanes, con el emperador como líder supremo.

Los militares en el Japón feudal son los samuráis, y su misión era la vigilancia interior del país. Antes del 1600 no había recibido casi influencias extranjeras, sólo pequeñas incursiones cristianas. Numéricamente eran importantes, no estamos hablando de un 1%, estamos hablando de porcentajes mucho más elevados. En el siglo XIX había un samurái por cada 17 personas, había zonas del país donde los clanes eran más fuertes y había un samurái por cada 3. Personas cuya misión era luchar por los intereses de su señor. El código Bushido era un código militar de lealtad, obediencia y respeto al compromiso que pactaba el samurái con su señor, aquí radicaba su estilo de vida.

El imperio español, en contraposición, era una potencia mundial, y su superioridad estaba más que justificada. Disponía de un control territorial casi mundial, y designaba varios gobernadores para controlar sus colonias de ultramar. Si los japoneses atacaban alguna región bajo control español, pagarían las consecuencias con creces.

El siglo XVI fue un tiempo de transformación social, aparecieron nuevos conceptos e inventos, como por ejemplo el termómetro o el microscopio. Es el siglo también donde se potencian las relaciones sociales, el Renacimiento cambia la percepción del mundo y aparecen lugares de ocio como los casinos donde había actividades de dados y cartas, que curiosamente hoy en día se puede disfrutar en línea, como elblackjack online.

Imagen: Juan Luis de Acosta//Dominio público

El río Cagayán es uno de los ríos más impresionantes del archipiélago de Filipinas. Se encuentra en un valle homónimo y se extiende por varias provincias, como Nueva Vizcaya, Isabela o Quirino. En ese contexto concreto la región era una zona sin ley, donde tenían lugar todo tipo de enfrentamientos entre piratas, saqueadores y maleantes. Hay que recordar que aquel lugar fue descubierto por el explorador Magallanes, concretamente en los inicios del siglo XVI.

En la región del Cagayán existía un pequeño grupo de indígenas que estaban bajo la tutela de la administración española, y al tener constancia de que existía un grupo de piratas japoneses que los extorsionaba, Gonzalo de Ronquillo -quien era en ese momento el gobernador- intentó aplicar una solución. Para remendar el conflicto, delegó la responsabilidad sobre Juan Pablo de Carrión, quien era en aquellos momentos capitán de la Armada, con un bagaje muy grande con relación a la zona de Filipinas y las zonas adyacentes.

Los primeros japoneses que ocuparon la región se llamaban Wako, un grupo de piratas que mostraron una fuerte actividad en la zona. Su origen se encuentra en el siglo XIV, es decir, en los albores de la Dinastía Ming.

Hay que tener en cuenta que la superioridad militar de la Armada española fue decisiva en este conflicto. Uno de los primeros hechos violentos que tuvo lugar fue un bombardeo por parte de Carrión sobre un barco de guerra japonés, que al ver la potencia de fuego decidió retirarse. Sin embargo, fue una retirada temporal, ya que el líder del grupo japonés reclutó 18 embarcaciones para iniciar las represalias. Carrión, por su parte, reclutó un grupo de 40 soldados y 7 embarcaciones, el choque era inevitable. Sorprendentemente, los piratas japoneses no eran ni más ni menos que Ronin, es decir, samuráisque no disponen de señor y con plena autonomía.

Los japoneses sólo contaban con el beneficio numérico, eran muchos más, pero la especialización tecnológica española jugaba en su contra. El primer enfrentamiento se inició después de que una pequeña embarcación japonesa fuera avistada cerca de la isla. Una de las galeras españolas, conocida como la Capitana, inició la ofensiva para interceptarla. Es en este momento cuando se inició el primer abordaje. Los españoles, comandados por el mismo Carrión, se asustaron al ver el gran número de hombres que había dentro la embarcación japonesa. También vieron cómo disponían de armamento de fuego provisto por Portugal. Los españoles decidieron retroceder hasta retornar a su propio barco.

Photo by Colección Privada (Author) CC BY-SA 3.0 (License)

La formación defensiva de la que disponían los tercios viró el curso de la batalla. Establecieron una posición conservadora, con las picas por delante y la artillería detrás, y se derribó uno de los mástiles del barco para conseguir una trinchera extra. La llegada de una segunda embarcación española, el San Yusepe, provocó que los japoneses abandonaran la suya y se lanzaran al agua, intentando nadar hasta tierra firme.

Los españoles siguieron río arriba, y entraron en contacto con la flota japonesa, conformada por 18 barcos. Se inició una batalla con cañones y la superioridad española se hizo patente. El combate naval dio lugar a un combate terrestre, casi a la desesperada y después de que los japoneses intentasen negociar una rendición que fue negada. Tras observar cómo la superioridad de los soldados españoles también era patente sobre campo abierto, los japoneses se retiraron. Como trofeo, los tercios españoles se quedaron con las catanas japonesas. Un souvenir magnífico de una batalla inolvidable, y altamente desconocida por el gran público.

AUTOR: Joan de Buen

Los neandertales utilizaban resina para pegar sus herramientas de piedra a mangos de madera o hueso

Herramientas de piedra con residuos analizados y halladas en la 'Grotta de Fossellone' (Italia). La flecha blanca indica la muestra analizada; R indica residuo macroscópicamente visible. Todas son herramientas de pedernal excepto (B). Significativos marcadores moleculares de materiales orgánicos fueron encontrados en todas estas piezas.

Los arqueólogos que trabajan en dos cuevas italianas han descubierto algunos de los primeros ejemplos conocidos de antiguos humanos que usaron un adhesivo en sus herramientas de piedra, un importante avance tecnológico llamado enmangar (hafting, en inglés).

El nuevo estudio, llevado a cabo por Paola Villa (izquierda), de la Universidad de Colorado Boulder, muestra que los neandertales que vivieron en Europa desde hace aproximadamente entre 55.000 y 40.000 años viajaban lejos de sus cuevas para recolectar resina de los árboles pinos. Luego utilizaban esta sustancia pegajosa para pegar sus herramientas de piedra a mangos hechos de madera o hueso.
Tal investigación se suma a un creciente cuerpo de evidencias que sugiere que estos parientes del Homo sapiens eran más inteligentes de lo que algunos han pensado.

"Continuamos encontrando pruebas de que los neandertales no eran hombres primitivos inferiores, sino que eran capaces de hacer cosas que tradicionalmente solo se han atribuido a los humanos modernos", dijo Villa, autora correspondiente del nuevo estudio y conservadora adjunta en el Museo de Ciencias Naturales de la Universidad de Colorado Boulder.

"Esa visión vino de un descubrimiento casual en la Grotta del Fossellone y en la Grotta di Sant'Agostino, un par de cuevas cerca de las playas de lo que hoy es la costa oeste de Italia", agrega.


Dichas cuevas fueron el hogar de neandertales que vivieron en Europa durante el período del Paleolítico Medio, miles de años antes de que el Homo sapiens pisara el continente europeo. Los arqueólogos han descubierto más de 1.000 herramientas de piedra en los dos sitios, incluidas piezas de pedernal que miden no más de 2,5 a 5 centímetros.

En su estudio de las herramientas, Villa y sus colegas notaron un extraño residuo en un puñado de las mismas, esto es, fragmentos de lo que parecía ser material orgánico.

Herramientas de piedra con residuos analizados de la cueva de Sant'Agostino (Italia). Todas las herramientas son de pedernal.

"A veces ese material es solo un sedimento inorgánico, y otras veces son las huellas del adhesivo utilizado para mantener la herramienta en encajada en su mango", dice Villa.
Para averiguarlo, la investigadora del estudio, Ilaria Degano (derecha), de la Universidad de Pisa, realizó un análisis químico de 10 herramientas de pedernal utilizando una técnica llamada cromatografía de gases/ espectrometría de masas. Las pruebas mostraron que tales herramientas de piedra habían sido recubiertas con resina de pinos locales. Y en un caso esa resina también se había mezclado con cera de abejas.

Villa explicó que los neandertales que habitaban las cuevas mencionadas no solo recurrían a sus propias manos para usar herramientas de piedra. Al menos, en algunas ocasiones, también juntaban esas herramientas a mangos o empuñaduras para darles una mejor agarre para afilar lanzas de madera o realizar otras tareas como cortar carne o raspar el cuero.
"Necesitas herramientas de piedra para cortar las ramas de los árboles y convertirlas en un arma puntiaguda", sostiene Villa.

Este hallazgo no es el ejemplo de su tipo más antiguo conocido de los neandertales en Europa: dos lascas con residuos de resina descubiertas en la cantera de Campitello, en el centro de Italia, son anteriores. Pero sí sugiere que esta técnica era más común de lo que se creía anteriormente.

Arqueólogos en la 'Grotta del Fossellone'. Crédito: Paola Villa.


El hecho de enmagar herramientas también proporcionó evidencia de que los neandertales, al igual que sus parientes humanos modernos, podían provocar un fuego cada vez que lo deseaban, afirma Villa, algo que los científicos han debatido durante mucho tiempo. Ella manifestó que la resina de pino se seca cuando se expone al aire. Como consecuencia de ello, los neandertales necesitaban calentarla sobre un fuego pequeño para hacer un pegamento efectivo.

"Esta es una de las varias pruebas que indican claramente que los neandertales eran capaces de hacer fuego cuando lo necesitaban", dijo Villa.
En otras palabras, disfrutar del resplandor de una cálida fogata no era solo privativo del Homo sapiens.

Fuente: Universidad de Colorado Boulder | 26 de junio de 2019