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Los aborígenes de Tenerife crearon talleres en el Teide de obsidiana para explotar este vidrio volcánico

Una veta de obsidiana en el Parque Nacional del Teide. / EL DÍA.

La última campaña de prospecciones realizada en el Parque Nacional del Teide localiza 92 yacimientos arqueológicos, entre ellos 15 talleres de obsidiana inéditos, y 131 enclaves etnográficos que amplían notablemente el inventario sobre el patrimonio cultural de la cima de España.

Estos hallazgos corroboran que las Cañadas del Teide es «un territorio clave» para entender la ocupación histórica de las cumbres de Tenerife desde la época aborigen hasta el siglo XX. La investigación está impulsada por la Dirección de Cultura y Patrimonio del Gobierno de Canarias, que apunta en un comunicado que esta nueva prospección arqueológica de carácter superficial ha sido realizada por la empresa especializada Prored, en colaboración con la Universidad de La Laguna.

El Teide no solo fue ocupado y transitado por la población aborigen. También fue un espacio de una intensa actividad posterior a la conquista, completada a finales del siglo XV. De hecho, una constante en estas prospecciones es que, como apunta Hacomar Ruiz (izquierda), uno de los arqueólogos que encabezan el estudio, «se evidencia de una manera notoria la huella etnográfica a partir de los restos de carboneras, asientos de colmenas, estructuras o descansaderos».

En cuanto a los yacimientos arqueológicos documentados destacan las áreas de restos en superficie no adscritas a estructuras o espacios de hábitat, fenómeno que, unido a fragmentos cerámicos dispersos, marcan «esa idea de zona transitada temporalmente por la población indígena», subraya Ruiz. Según estos datos, la sociedad guanche subía a las cumbres de Tenerife de forma estacional para aprovechar los variados recursos que ofrecía este medio.

La localización de 15 talleres de obsidiana, material también conocido como vidrio volcánico, y varias áreas de talla y cabañas certifican, tal como expone el otro arqueólogo que lidera el equipo de investigación, Efraín Marrero Salas (derecha), «la importancia de Las Cañadas ligada a la captación de recursos líticos». Este experto pone como ejemplo que este vidrio volcánico era utilizado principalmente como una herramienta de trabajo por la población guanche.

Estos hallazgos abren nuevas líneas de investigación que serán abordadas en el contexto del proyecto I+D Arqueovol, del Ministerio de Ciencia, junto a la Universidad de La Laguna, con el doctor Cristo Manuel Hernández como investigador principal.

Prospección arqueológica en el Parque Nacional del Teide apoyada por el Gobierno de Canarias. / EL DÍA.

Es un estudio para analizar la explotación de la obsidiana desde diferentes perspectivas y la relación entre las actividades humanas y el volcanismo de la alta montaña. Sin embargo, la obsidiana no es el único elemento lítico que se aprovechaba en Las Cañadas por parte de la población aborigen. También se han identificado elementos elaborados con basalto vacuolar o poroso que se utilizaba en la fabricación de muelas de molino para triturar grano.

En un trabajo publicado en el Anuario de Estudios Canarios con moti..., el historiador recientemente fallecido Nicolás González Lemus, el vulcanólogo Juan Carlos Carracedo y el ingeniero de Montes, Manuel Durban, director del Parque Nacional del Teide, explican de esta manera las actividades que realizaban los guanches en la cumbre de España y el significado del gran volcán:

"A pesar de las numerosas leyendas y supersticiones de los antiguos habitantes de las islas, los aborígenes guanches convivieron con el Teide, y aunque conocían la violencia de sus erupciones lo integraron no solamente a sus creencias religiosas sino también a su cultura. Las Cañadas fueron utilizadas por los pastores en la ruta de la trashumancia, trasladando los rebaños para aprovechar la retama durante la primavera y los primeros meses del verano y los montes de La Orotava durante los meses de otoño.

Fue la primera ocupación humana de esa región silenciosa e inhóspita (Manuel J. Lorenzo Perera, 1991). Decía Viana que a la sombra del volcán y sus lavas, el pastor guanche subía con sus rebaños a buscar pastos frescos para su ganado e hizo su refugio o abrigo pastoril, y desparramado por valles y cañadas, el ganado triscaba. Construían refugios de piedra para el ganado y entre las rocas dejaban de un año para otro sus utensilios más valiosos, los gánigos para la leche y el agua, y las tabonas, que lascaban de las obsidianas, dejando enterramientos de sus muertos con el tamarco como ajuar, incluso las añepas de su autoridad pastoril. Utilizó cuevas, entre las que destaca la de Diego Hernández, situada en la cañada del mismo nombre desde donde contemplaba con cierto temor la grandeza del volcán.

Todo ello rodeado de un halo de misterio y magia si bien es cierto que algunos estudiosos suscribieron que el Teide no tuvo nunca sentido esotérico para aquellos hombres inocentes que convivían con él (de Viana, Antonio, 1905). La práctica de la trashumancia de los aborígenes la continuó realizando los ganaderos establecidos en la isla, ya que Las Cañadas eran tierras comunales. Pero el aprovechamiento pastoril de Las Cañadas fue paulatinamente prohibido a partir de los años veinte del siglo XX por la crisis de los sistemas ganaderos tradicionales y los daños medioambientales producidos a la flora por los rebaños (Luis Diego Cuscoy, 1962, Lorenzo Perera, M. 1983 y González Antón, R. y Tejera Gaspar, A. 1990)".

Desde el año 2014, la Dirección General de Cultura y Patrimonio Cultural colabora con el Parque Nacional del Teide en el programa de prospecciones y excavaciones arqueológicas en Las Cañadas. El objetivo de este proyecto es profundizar en el conocimiento sobre la ocupación histórica del Parque Nacional y completar el inventario sobre su patrimonio cultural para disponer de un recurso eficaz en la gestión y difusión de sus bienes arqueológicos y etnográficos.

Para el director de Cultura y Patrimonio, Miguel Ángel Clavijo (izquierda) es «fundamental» continuar con la investigación porque «Las Cañadas es el yacimiento arqueológico más importante de Tenerife, no solo por su extensión, sino también por la cantidad de información que aporta sobre el pasado de la isla». Este enclave tiene «2000 años de historia desde el punto de vista cultural, por lo que el Gobierno tiene el deber de dar a conocer este importante legado a la población», concluye.

Fuente:eldia.es | 21 de febrero de 2024

Primer caso de síndrome de Down en neandertales documentado en un nuevo estudio

Recreación de un padre neandertal con su hija. Tom Bjorklund.

Un nuevo estudio publicado por un equipo multidisciplinario internacional de investigadores que incluye a profesores de la Universidad de Binghamton documenta el primer caso de síndrome de Down entre los neandertales y revela que eran capaces de brindar atención y apoyo altruistas a miembros vulnerables de su grupo social.

La investigación, dirigida por antropólogos de la Universidad de Alcalá y la Universidad de Valencia en España, estudió los restos óseos de una niña neandertal, a quien llamaron cariñosamente “Tina”, encontrados en Cova Negra, una cueva en Valencia, España, conocida desde hace tiempo por producir importantes descubrimientos neandertales.

(A a D) Fósil CN-46700 original hallado en Cova Negra. (E a H) modelo 3D. [(A) y (E)] vista anterior. [(B) y (F)] vista lateral. [(C) y (G)] vista posterior. [(D) y (H)] vista medial. Barra de escala, 5 mm. Crédito de las imágenes: Science Advances.

“Las excavaciones en Cova Negra han sido claves para entender el modo de vida de los neandertales a lo largo de la costa mediterránea de la península ibérica, y han permitido definir las ocupaciones del poblado: de corta duración temporal y con un número reducido de individuos, alternadas con la presencia de carnívoros”, señala el catedrático de Prehistoria de la Universitat de Valencia, Valentín Villaverde (izquierda).

Los investigadores realizaron tomografías computarizadas de un pequeño fragmento craneal del hueso temporal derecho, que contiene la región de la oreja, para reconstruir un modelo tridimensional para su medición y análisis. Tina sufría una patología congénita del oído interno asociada al síndrome de Down que le producía una pérdida auditiva grave y vértigo incapacitante. Esta persona sobrevivió al menos hasta los 6 años de edad, pero habría necesitado cuidados intensivos por parte de otros miembros de su grupo social.

El equipo de investigación creó modelos 3D del oído interno de la niña neandertal, descubriendo que padecía una patología congénita asociada al síndrome de Down.

“Se trata de un estudio fantástico que combina excavaciones arqueológicas rigurosas, técnicas modernas de obtención de imágenes médicas y criterios de diagnóstico para documentar por primera vez el síndrome de Down en un individuo neandertal. Los resultados tienen implicaciones importantes para nuestra comprensión del comportamiento neandertal”, afirmó el profesor de Antropología Rolf Quam (derecha).

Los investigadores saben desde hace décadas que los neandertales cuidaban de sus congéneres discapacitados. Sin embargo, hasta la fecha, todos los casos conocidos de atención social entre los neandertales involucraron a individuos adultos, lo que llevó a algunos científicos a descartar esto como un comportamiento verdaderamente altruista y, en cambio, a sugerir que probablemente representaba un intercambio recíproco de ayuda entre iguales.

Fístula entre el canal semicircular posterior y el acueducto vestibular en CN-46700. (A) Vista sagital. (B) Vista axial. Las flechas blancas en (A) y (B) indican la posición de la fístula. Barra de escala, 1 mm.

“Lo que no se conocía hasta ahora era el caso de algún individuo que hubiera recibido ayuda, aunque no pudiera devolver el favor, lo que probaría la existencia de un verdadero altruismo entre los neandertales. Eso es precisamente lo que significa el descubrimiento de 'Tina'”, afirma Mercedes Conde (izquierda), profesora de la Universidad de Alcalá y autora principal del estudio.

La evidencia aportada por el fósil CN-46700 es totalmente compatible con la idea previamente defendida por otros autores de que el cuidado y la crianza colaborativa ocurrían juntos en los neandertales y que ambas conductas prosociales formaban parte de una adaptación social más amplia de alto valor selectivo que debió ser muy similar al de nuestra especie. Además, la presencia de esta compleja adaptación social tanto en los neandertales como en nuestra propia especie sugiere un origen muy antiguo dentro del género Homo.


El estudio “El niño que vivió: ¿Síndrome de Down entre los neandertales?” ha sido publicado en Science Advances.

Fuente: Binghampton University | 27 de junio de 2024

Giro en la historia de la Isla de Pascua: su (pequeña) civilización no colapsó por un ecocidio

El pueblo indígena de Rapa Nui, también conocido como Isla de Pascua, no tuvo una caída demográfica catastrófica, según un nuevo estudio. (Crédito de la imagen: James L. Amos).

La isla de Rapa Nui, también conocida como Isla de Pascua, nunca tuvo un colapso poblacional catastrófico, según propone un nuevo estudio. Las conclusiones del mismo pueden cambiar décadas de suposiciones sobre cómo la sobreexplotación del paisaje por parte del pueblo indígena de la Isla de Pascua, conocido como rapanui, provocó un rápido aumento poblacional y una posterior caída catastrófica antes de que llegaran los europeos.

La nueva investigación, que utilizó un tipo de inteligencia artificial llamada aprendizaje automático, sugiere que la población rapanui era sostenible y nunca superó las 3.900 personas. Sin embargo, expertos que no participaron en el estudio critican estas conclusiones y señalan debilidades en los datos manejados.

Mapa de Rapa Nui y su ubicación en el Pacífico sureste. Datos satelitales proporcionados por Maxar. Créditos de la capa de servicio: Misión topográfica del radar del transbordador de la NASA.

Ubicada a más de 3.700 kilómetros del continente más cercano, Rapa Nui es uno de los lugares más remotos del mundo habitado por personas. Rapa Nui fue colonizada por primera vez alrededor del año 1000 d. C., probablemente por gente de la Polinesia (archipiélago de las Marquesas), la cual comerciaba regularmente con gentes que vivían en el continente sudamericano. Famosa por sus moáis (estatuas gigantes de piedra con figuras humanas), Rapa Nui también es conocida por la deforestación de sus palmeras y la sobreexplotación de recursos, lo que ha sido citado ampliamente como factores importantes de su declive y colapso.

Si bien es cierto que la pequeña isla (que tiene sólo 164 kilómetros cuadrados), es un poco más pequeña que Washington, DC, y tiene una mala calidad del suelo, así como recursos limitados de agua dulce, los investigadores han descubierto que la historia de los rapanui es una de supervivencia en condiciones ecológicas desafiantes.

Los investigadores utilizaron imágenes satelitales infrarrojas de onda corta y aprendizaje automático para identificar jardines de rocas en Rapa Nui.(Crédito de la imagen: Dylan Davis, CC-BY).

Jardinería de rocas en Rapa Nui. (A) Vista desde un dron a baja altitud. (B) Vista desde el suelo.

El método que utilizaron los rapanui para mejorar el suelo volcánico de la isla fue el "mulching lítico", o jardinería de rocas, en el que se añaden trozos de piedras alrededor de las áreas de cultivo para aumentar su productividad. Estos jardines de rocas generaban un mejor flujo del aire en el suelo, lo que ayudaba a mediar los cambios de temperatura y a mantener los nutrientes, incluidos el nitrógeno, el fósforo y el potasio, en el suelo.

Los arqueólogos han investigado tanto la jardinería de rocas como la fertilidad del suelo en Rapa Nui para comprender mejor el cultivo de alimentos y el uso histórico de la tierra, incluida la extracción en las canteras para la creación de los moáis. Si bien algunos expertos han sugerido que la isla pudo haber sustentado a unas 16.000 personas rapanui en su apogeo en el siglo XV, el nuevo estudio ha reevaluado el tamaño de la población, sugiriendo que nunca superó las 3.900 personas.

En estas tres imágenes, en color verdadero (izquierda), vemos imágenes de infrarrojo cercano (centro) e imágenes de infrarrojos de onda corta (derecha) de los jardines de rocas en Rapa Nui. Crédito: imágenes satelitales cortesía de Maxar. Mapa creado por Dylan Davis.

En el estudio, publicado en la revista Science Advances, los investigadores utilizaron imágenes satelitales infrarrojas de onda corta (SWIR) y aprendizaje automático para identificar los jardines de rocas en Rapa Nui. Los satélites registran diferentes longitudes de onda de la luz reflejada desde la superficie de la Tierra, y los datos SWIR producidos pueden revelar tales jardines de rocas, vegetación en general, formaciones rocosas naturales y suelos desnudos debido a sus diferentes contenidos de humedad y minerales.

Al observar las imágenes de satélite de la isla, los investigadores descubrieron que la jardinería de rocas era significativamente menos frecuente de lo que se suponía anteriormente. Según el nuevo estudio, las estimaciones de referencia del tamaño de la población utilizando los nuevos datos de jardinería de rocas sugieren que la isla no podría haber sustentado a más de 4.000 personas a la vez.

Mapa de áreas urbanizadas y perturbadas por la agricultura en relación con la densidad calculada del jardín de rocas.

"La conclusión del estudio es opuesta a la teoría del colapso: los habitantes pudieron ser muy resilientes frente a recursos limitados, modificando el medioambiente de una manera provechosa", explica Dylan Davis (izquierda), autor principal del estudio e investigador posdoctoral en Arqueología en la Universidad de Columbia (Estados Unidos).

"Los rapanui tuvieron que descubrir cómo sobrevivir cada día, produciendo alimentos y obteniendo agua y otros recursos que necesitaban, a pesar de que simplemente no había otras alternativas a las que recurrir cuando las cosas se pusieron difíciles", dijo Carl Lipo (derecha), arqueólogo de la Universidad de Binghamton en Universidad Estatal de Nueva York y uno de los autores del estudio, en una conferencia de prensa el pasado 18 de junio.

"La forma en que se organizaron las comunidades, la forma en que cooperaron y compitieron entre sí, creo que son ingredientes importantes para que la gente pueda sobrevivir en un paisaje limitado con opciones muy escasas", añade Lipo.

Ahora bien, otros expertos no están convencidos de ello. "Este estudio presenta un nuevo hallazgo que es contrario a casi toda la literatura arqueológica de Rapa Nui sobre este tema", dijo a Live Science en un correo electrónico Jo Anne Van Tilburg (izquierda), arqueóloga de la Universidad de California, Los Ángeles (UCLA) y directora del Proyecto Estatuas de la Isla de Pascua.

Van Tilburg sugirió que la idea de una población baja, pero sostenible, es una "extralimitación", porque los autores del estudio utilizaron sólo un tipo de evidencia (jardinería de rocas) para su modelo, simplificando demasiado los matices de la fertilidad del suelo en toda la isla.

Foto: Plataforma restaurada con moáis de pie en la costa sur de Rapa Nui. Crédito de la imagen: Sean Hixon.

"Sin tener en cuenta todos los componentes de los patrones de subsistencia de Rapa Nui, sin mencionar la cronología, ¿Cómo es posible concluir que el sistema era o no sostenible?", afirma Van Tilburg. "Incluso tomando los datos de los jardines de rocas por sí solos no necesariamente conduce a las conclusiones de Lipo y sus colegas, ya que un pequeño número de los mismos podría ser evidencia de que fueron adaptaciones fallidas que alimentaron inadecuadamente a una población en rápido crecimiento", sugiere Van Tilburg.

Sin embargo, la cifra de población publicada recientemente es similar a la que encontraron los europeos cuando llegaron por primera vez a Rapa Nui en 1722. Pero aunque los europeos asumieron que se trataba de una isla despoblada, "lo que estamos encontrando arqueológicamente es el hecho de que 3.000 personas probablemente era el tamaño de la población cercana a la cifra que podía ser sostenible en la isla, dado el tipo de estrategias de subsistencia que estaban aplicando", sostiene Lipo en la conferencia de prensa mencionada. "Esta sorprendente isla todavía invita a realizar muchas nuevas investigaciones para descubrir qué sucedió realmente en ella".

Fuentes: livescience.com | elespanol.com | 21 de junio de 2024

Los genomas mayas antiguos revelan la práctica del sacrificio de gemelos masculinos y el legado genético perdurable de las epidemias de la era colonial

El templo de Kukulcán o pirámide de El Castillo, una de las estructuras más famosas de Chichén Itzá. Mauricio Marat. Reuters.

La ciudad prehispánica de Chichén Itzá, ubicada en la península del Yucatán, en el moderno México, se convirtió durante el periodo Clásico Terminal (800-1000) en el epicentro político de la cultura maya y del norte de las tierras bajas. Famosa por sus grandes construcciones, como la pirámide de El Castillo o el templo de los Guerreros, destaca también por la presencia de espacios naturales relacionados con el culto. El más famoso de todos es el Cenote Sagrado, considerado como un portal al inframundo y donde se arrojaban todo tipo de ofrendas materiales, animales y humanas —se han documentado unos 200 esqueletos de hombres, mujeres y sobre todo niños— para solicitar a los dioses la sanación de alguien o el fin de catástrofes climáticas.

En 1967, a unos pocos cientos de metros del Cenote Sagrado, se descubrió un chultún, una especie de depósito subterráneo en forma de botella para recoger agua de la lluvia y relacionado también con actividades rituales, el cual conservaba los restos óseos de más de cien subadultos. Dada su ubicación y su contexto, se ha especulado que los sacrificios buscasen el apoyo divino a los ciclos de cultivo del maíz o como ofrendas al dios de la lluvia Chaac.

a, Ubicación de la región maya en América. b, Ubicaciones geográficas de Chichén Itzá y Tixcacaltuyub en la península de Yucatán. c, Estratigrafía del chultún y la cueva adyacente en la que se encontró el entierro. d, Ubicación del chultún dentro del sitio arqueológico de Chichén Itzá y su relación con El Castillo. Las carreteras modernas están marcadas en gris claro; el chultún linda con la pista de un aeropuerto. e, La tasa de desajuste genético por pares (PMR) para parejas de niños en el chultún identifica 11 pares de parientes cercanos (rombos huecos), incluidos dos pares de gemelos monocigóticos (resaltados en gris). Una PMR general baja para individuos no relacionados (triángulos negros) confirma una baja diversidad genética en la población; en el gráfico solo se visualizan los pares con PMR <0,20.

Sin embargo, los análisis genéticos de 64 de los niños, con unas edades aproximadas de entre 3 y 6 años, publicado en Nature, han desvelado sorprendente información sobre la vida ritual que se llevó a cabo en Chichén Itzá. Lo más llamativo es que todos los individuos sacrificados fueron varones y que el 25% presentaba una estrecha relación de parentesco biológico. Incluso se han identificado dos parejas de gemelos idénticos.

"Las relaciones de parentesco son una característica clave en este sacrificio ritual, que no se había observado antes", explican a este periódico Rodrigo Barquera y Diana Iraíz Hernández-Zaragoza, investigadores del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva (Leipzig, Alemania) y la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH) de México. "El hecho de que se hayan incluido gemelos en este entierro cambia totalmente las interpretaciones previas del chultún. Y comprobar que estos restos de subadultos pertenecían a varones abre una nueva puerta para la interpretación de este contexto que previamente era inaccesible con el estudio únicamente de características morfológicas", añaden.

Los restos de las víctimas infantiles sacrificadas en el cenote sagrado de Chichén Itzá fueron analizados por los investigadores en su reciente estudio de paleogenómica al respecto.

La reconstrucción de la dieta de los niños sacrificados entre los años 500 y 900, trabajo realizado por Patxi Pérez-Ramallo, investigador del Instituto Max Planck de Geoantropología (Jena, Alemania) y la Universidad Noruega de Ciencia y Tecnología, ha mostrado que el maíz era el alimento base de toda la población. No obstante, se han identificado diferencias entre los individuos —unos consumían más proteínas de origen animal, otros de recursos marinos y otros de plantas—, lo que sugiere que podrían tener un origen geográfico diferente dentro del territorio maya o pertenecer a distintos grupos sociales.

Según detalla Pérez-Ramallo, se aprecian dietas muy parecidas entre algunos de los infantes. La principal hipótesis es que los sacrificios eran cíclicos con momentos puntuales con mayor número, quizás como respuesta a momentos adversos (sequías, lluvias torrenciales que estropeasen las cosechas, etc.), y que los sujetos escogidos como ofrenda procedían de la misma zona, familia o grupo social. Los investigadores no descartan que los niños fuesen alimentados de forma similar antes de convertirse en ofrendas a los dioses.

Tzompantli o altar de cráneos grabado en piedra en el centro de Chichén Itzá que señala la centralidad del sacrificio en la vida del asentamiento. Johannes Krause.

Continuidad genética

La combinación de la relación de parentesco, el sexo masculino, las edades similares o la procedencia regional sugiere que estos niños fueron sacrificados en pareja durante el mismo evento ritual y a lo largo de casi medio milenio. Según los investigadores, esta práctica hunde posiblemente sus raíces en la representación en la mitología maya de los gemelos o dioses héroes.

En el Popol Vuh, el libro sagrado de los mayas, los gemelos Hun Hunahpú y Vucub Hunahpú descienden al inframundo y son sacrificados por los dioses tras perder un juego de pelota. La cabeza del primero, tras ser colgada en un árbol de calabaza, fecunda a una doncella que da a luz a una nueva pareja, los gemelos héroes, Hunahpú y Xbalanqué, que vengan a su padre y a su tío sometiéndose a ciclos repetidos de sacrificio y resurrección.

Panel en el que se muestra a los héroes gemelos Hunahpú e Ixbalanqué descubierto en El Mirador en 2009.

Los autores de la investigación creen que el chultún de Chichén Itzá —este tipo de estructuras subterráneas eran vistas como la entrada al inframundo— pudo haber sido el lugar de enterramiento de los restos óseos de rituales relacionados con las aventuras de estas deidades, muy representadas en el arte clásico de la civilización prehispánica.

"Los relatos de principios del siglo XX popularizaron falsamente historias escabrosas sobre mujeres jóvenes y niñas sacrificadas en el lugar", recuerda Christina Warinner, de la Universidad de Harvard y el Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva. "Este estudio, fruto de una estrecha colaboración internacional, le da la vuelta a esta idea y revela las profundas conexiones entre el sacrificio ritual y los ciclos de muerte y renacimiento humanos descritos en los textos sagrados mayas".

El ADN antiguo de los 64 subadultos se ha comparado con el de 68 habitantes modernos de la región. Los resultados han sacado a la luz una continuidad genética que confirma que los niños sacrificados pertenecían a comunidades mayas próximas a Chichén Itzá. Tras la llegada de los españoles a Mesoamérica en el siglo XVI, algunos conquistadores y religiosos relataron que estos infantes se obtenían mediante el secuestro, el comercio o el intercambio de regalos. Análisis de isótopos recientes realizados a los restos del Cenote Sagrado apuntaron a que una parte de ellos procedían de lugares lejanos como Honduras o México central.

El códice Florentino, compilado por Bernardino de Sahagún (1499-1590) muestra esta ilustración de indígenas enfermos de viruela o cocoliztli.

El estudio ha permitido además arrojar luz sobre otra pujante cuestión: el impacto genético de las pandemias de la era colonial en las poblaciones indígenas. A través de varias líneas de evidencias, los investigadores han podido descubrir una adaptación genética probablemente debida al efecto de patógenos epidémicos introducidos por los europeos en el continente americano y que causaron mortíferas pandemias, como la del cocoliztli de 1545, que acabó con la vida de varios millones de nativos.

"Esta adaptación consistió básicamente en que los individuos que se vieron expuestos a los patógenos, y su respuesta inmune fue la indicada, lograron sobrevivir en contra de los que murieron por la misma enfermedad", resumen Rodrigo Barquera y Diana Hernández Zaragoza. "Esto produjo un cambio en las frecuencias genéticas de las variantes implicadas, pues los genes que reconocían mejor el patógeno se volvieron más abundantes que los que no en los sobrevivientes, y esa adaptación se ve reflejada en la población actual, que es más resistente a la Salmonella enterica [bacteria que causa la salmonelosis] con respecto a las poblaciones antiguas".

"Los nuevos datos obtenidos a partir del ADN antiguo no solo nos han permitido disipar hipótesis y suposiciones obsoletas y obtener nuevos conocimientos sobre las consecuencias biológicas de acontecimientos pasados, sino que también nos ha dado una idea de la vida cultural de los antiguos mayas", concluye Johannes Krause, director del Departamento de Arqueogenética del MPI-EVA.

Fuentes: el espanol.com | Instituto Max Plank | 12 de junio de 2024

Los neandertales y los humanos se cruzaron hace 47.000 años durante casi 7.000 años, según sugiere una investigación

Una nueva investigación sugiere que los neandertales (esqueleto frontal) se aparearon con los humanos (esqueleto posterior) hace 47.000 años durante un período de casi 7.000 años. (Crédito de la imagen: Sabena Jane Blackbird vía Alamy).

Los genes neandertales observados en los humanos modernos pueden haber ingresado en nuestro ADN a través de un intervalo de mestizaje que comenzó hace unos 47.000 años y duró casi 7.000 años, según una nueva investigación.

Los neandertales se encontraban entre los parientes extintos más cercanos de los humanos modernos (Homo sapiens), y los antepasados ​​de ambos linajes divergieron hace unos 500.000 años. Hace más de una década, los científicos revelaron que los neandertales se cruzaron con los antepasados ​​de los humanos modernos que emigraron fuera de África. Hoy en día, los genomas de las poblaciones humanas modernas fuera de África contienen entre un 1% y un 2% del ADN neandertal.

Los investigadores aún no están seguros de cuándo y dónde el ADN neandertal llegó al genoma humano moderno. Por ejemplo, ¿se mezclaron los neandertales y los humanos modernos en un lugar y momento específicos fuera de África, o se cruzaron en muchos lugares y momentos?

Para resolver este misterio, los investigadores analizaron más de 300 genomas humanos modernos que abarcan los últimos 45.000 años. Estos incluyeron muestras de 59 individuos que vivieron hace entre 2.200 y 45.000 años y 275 humanos modernos diversos de la actualidad. Los científicos publicaron provisionalmente sus hallazgos en la base de datos de BioRxiv. (Dado que el estudio se encuentra actualmente bajo revisión para su posible publicación en una revista científica, los autores del estudio declinaron hacer comentarios).

Los neandertales y los humanos se cruzaron en varios momentos de nuestra historia evolutiva. Las huellas de estas antiguas interacciones persisten hoy en nuestros genes. (Crédito de la imagen: Kevin McGivern para Live Science)

Los científicos se centraron en cuánto ADN neandertal podían comprobar en estas muestras humanas modernas. Al comparar cómo variaba el nivel de ascendencia neandertal en el ADN humano moderno en diferentes lugares y épocas, pudieron estimar cuándo se cruzaron los neandertales y los humanos modernos, y durante cuánto tiempo.

Los investigadores encontraron que la mejor explicación para la mayor parte del ADN neandertal observado en el genoma humano moderno fue un único período importante de mestizaje hace unos 47.000 años que duró unos 6.800 años.

"Cuando los humanos modernos comenzaron a abandonar África hace al menos 194.000 años, un lugar probable para que se encontraran con los neandertales era Asia occidental, donde África se conecta con Eurasia", dijo Chris Stringer (izquierda), paleoantropólogo del Museo de Historia Natural de Londres y que no participó en el nuevo estudio. "Los humanos modernos con ascendencia neandertal podrían haberse dispersado por todo el mundo", señaló.

Los científicos también investigaron cómo el ADN neandertal persistió en el genoma humano moderno a lo largo del tiempo. Cuanto más duraba un fragmento de ADN neandertal, más probable era que otorgara algún tipo de beneficio evolutivo a los humanos modernos. Por el contrario, el ADN neandertal que se eliminó rápidamente probablemente confirió algún tipo de desventaja evolutiva. Los investigadores encontraron que los genes neandertales que perduraron están relacionados con el color de la piel, el metabolismo y el sistema inmunológico, lo que probablemente proporcione algún tipo de beneficio inmediato a los humanos modernos cuando se encontraron con nuevas presiones evolutivas fuera de África.

Este cráneo de neandertal de 50.000 años de antigüedad fue reconstruido en sitios arqueológicos como La Ferrassie, La Chapelle-aux-Saints, Saccopastore 1, Shanidar 5 y Spy 1. (Crédito de la imagen: Sabena Jane Blackbird / Alamy Foto de stock)

Dada la velocidad a la que se eliminó la mayor parte del ADN neandertal del genoma humano moderno, el estudio estimó que cuando terminó el período de mestizaje recientemente identificado, más del 5% del genoma humano moderno era de origen neandertal. En otras palabras, "aproximadamente uno de cada 20 padres en nuestra población ancestral era neandertal", dijo a Live Science Fernando Villanea (derecha), genetista de poblaciones de la Universidad de Colorado Boulder que no participó en este estudio.

Rajiv McCoy (izquierda), genetista de poblaciones de la Universidad Johns Hopkins, en Baltimore, y que tampoco participó en este nuevo trabajo, dijo a Live Science que "el mestizaje entre neandertales y humanos modernos también pudo haber tenido lugar en otras épocas, pero no dejaron ningún rastro duradero en el acervo genético humano moderno en ese tiempo. Por ejemplo, una mandíbula humana moderna de hace unos 42.000 a 37.000 años encontrada en Rumania en 2002 posee ADN de neandertal que no se ve en otros genomas humanos modernos, lo que puede reflejar que hubo un evento de mestizaje que no contribuyó a la diversidad humana contemporánea", según McCoy.

Stringer señaló que investigaciones anteriores sugerían que el mestizaje que introdujo el ADN neandertal en el genoma humano moderno tuvo lugar hace entre 50.000 y 60.000 años. "La nueva estimación de hace 47.000 años tiene implicaciones para las dispersiones de Homo sapiens fuera de África, pues todas las poblaciones vivas existentes fuera de África (chinos, nativos americanos, indonesios, australianos nativos, etc.) llevan los signos de este evento, que por lo tanto limita el momento en que sus ancestros comenzaron a dispersarse, hace menos de aproximadamente 47.000 años", dijo Stringer.

Ciertos genes neandertales parecen conferir una ventaja en la lucha contra los virus de ARN. (Crédito de la imagen: Shutterstock)

"Sin embargo, hay evidencia arqueológica de ocupación humana en el norte de Australia hace unos 65.000 años", dijo Stringer. "Entonces, o bien esa evidencia es errónea, o bien las poblaciones eran Homo sapiens pero se extinguieron o fueron inundadas por una dispersión posterior; o bien la población no era, de hecho, Homo sapiens. La última posibilidad parece mucho menos probable dado el complejo comportamiento implicado por las evidencias, pero sería una gran bomba, por supuesto".

Curiosamente, el intercambio de ADN parece haber sido unidireccional, lo que significa que el ADN humano moderno parece no haber entrado en los genomas de los neandertales. "Hay poca evidencia de flujo genético en la dirección inversa en ese momento, es decir, del Homo sapiens al neandertal", señala Stringer. "Tal vez sucedió pero aún no lo hemos detectado. O tal vez no sucedió, con implicaciones para el comportamiento de las dos poblaciones". O tal vez esos híbridos tuvieron menos éxito por alguna razón, señaló; por ejemplo, tal vez eran menos saludables o menos fértiles.

Fuente: livescience.com | 7 de junio de 2024

El misterio de las tribus que conquistaron Europa hace 5.000 años: 'No se dispersaron con caballos'

Ilustración artística que representa simbólicamente los resultados de la investigación. / Sayo Studio

La domesticación del caballo revolucionó la historia humana al incrementar la movilidad y acelerar la exploración, el comercio y la guerra. Pero el momento exacto de esa transición sigue siendo debatido. La idea predominante es que la equitación se desarrolló en la estepas de Eurasia occidental durante el IV milenio a.C. Un estudio publicado el año pasado desveló que era una práctica bastante común entre los miembros de la cultura yamnaya (o yamna) ya entre los años 3000 y 2500 a.C. Estas tribus de pastores crearon el embrión de las lenguas indoeuropeas y protagonizaron una migración masiva en la que impusieron sus genes —en la península ibérica sustituyeron al linaje neolítico masculino predominante—. Y lo hicieron supuestamente a lomos de sus monturas.

Sin embargo, un nuevo estudio científico realizado por un equipo internacional de más de 130 investigadores ha abierto un escenario muy diferente: la proliferación de caballos domésticos no comenzó hasta finales del III milenio a.C., hace unos 4.200 años; es decir, ocho siglos después de la expansión de los yamnaya. Los resultados del trabajo, publicados este jueves en la revista Nature, se han basado en el análisis de 475 genomas antiguos extraídos de una extensa colección de restos arqueológicos de caballos y conducen a repensar cómo fue realmente la migración de los humanos y estos animales hacia Europa central.

Un hombre y una mujer enterrados juntos en un yacimiento de la Edad de Bronce en Castillejo de Bonete, él con ascendencia de la estepa y ella genéticamente similar a los ibéricos anteriores al Neolítico tardío / Luis Benítez de Lugo Enrich y José Luis Fuentes Sánchez.

"La movilidad basada en el caballo solo empezó hace 4.200 años, por tanto, los arqueólogos y los lingüistas tienen que dejar de invocar al caballo como motor de transporte de la humanidad en siglos y milenios anteriores", ha explicado Pablo Librado (izquierda), primer autor del estudio e investigador del Instituto de Biología Evolutiva de Barcelona (IBE), a la Agencia Efe.

Hasta ahora se ha defendido que los yamnaya habían migrado tanto hacia el oeste, por Europa, como hacia el este, por Asia, porque habían domesticado el caballo y lo utilizaban como animal de transporte. "Pero en este estudio hemos visto que no fue así, porque los ancestros de los caballos modernos domésticos estuvieron prácticamente confinados en la estepa póntica hasta hace 4.200 años", ha detallado Librado. Desde un punto de vista genético, los yamnaya provocaron una revolución demográfica y son los antepasados de los habitantes actuales de gran parte del norte y oeste de Europa.

"Eso significa, que ocho siglos antes, los yamnaya se movieron con otros tipos de transporte y que esos primeros hablantes de lenguas protoindoeuropeas no las dispersaron a lomos de un caballo, sino que lo hicieron de otra forma, porque, si no, hubiéramos encontrado a los ancestros de los caballos domésticos en los yacimientos arqueológicos de Europa asociados con la expansión de los yamnaya, y ahí solo hemos visto caballos nativos de Europa central", ha añadido el investigador del IBE.

Imagen aérea de la tumba de un supuesto jinete prehistórico hallada en Bulgaria. Michał Podsiadło.

Proceso de crianza

El equipo de investigación examinó sus datos en busca de tres indicadores de la cría de estos animales. Primero, rastrearon cuándo los progenitores de los caballos domésticos modernos comenzaron a extenderse fuera de su tierra natal de domesticación. A continuación, reconstruyeron la demografía de los caballos a lo largo del III milenio a.C., a fin de datar con precisión los primeros signos de cría y producción a gran escala de caballos. Por último, descubrieron evidencias de cambios significativos en la vida reproductiva de los caballos, lo que indica una manipulación deliberada de la reproducción animal por parte de los primeros criadores.

La notable alineación de las tres líneas de evidencias hace unos 4.200 años sugiere firmemente que los caballos domésticos se produjeron en cantidades suficientemente grandes como para satisfacer una demanda creciente en todo el continente solo en esa época, y no antes.

Criador de caballos en el centro-norte de Kazajastán. Crédito: Ludovic ORLANDO / CAGT / CNRS Photothèque

Una de las preguntas que más desconcertaba a los investigadores es cómo hace 4.200 años se logró acelerar la crianza de caballos en una zona de domesticación relativamente pequeña para satisfacer la creciente demanda mundial a finales del II milenio a.C.

"Ahora tenemos una respuesta. Los criadores controlaron la reproducción del animal tan bien que casi redujeron a la mitad el intervalo de tiempo entre dos generaciones. En pocas palabras, pudieron acelerar el proceso de crianza, duplicando efectivamente su tasa de producción", señala Ludovic Orlando (izquierda), coordinador del estudio y director del Centro de Antropobiología y Genómica de Toulouse (CAGT).

Ya en 2021, un estudio de este equipo descubrió que los pueblos esteparios habían seleccionado los genes relacionados con la docilidad y la movilidad de los caballos y eso ocurrió hace entre 4.700 y 4.200 años.

"Nuestro estudio apoya dos domesticaciones en los caballos. La primera, que tuvo lugar hace unos 5.500 años, tenía como objetivo proporcionar sustento a las poblaciones que habitaban las estepas de Asia Central. El caballo doméstico tal y como lo conocemos surgió hace unos 4.200 años tras la segunda domesticación y transformó verdaderamente la historia de la humanidad al proporcionarle por primera vez una movilidad rápida", ha sentenciado el investigador Orlando.

Fuente: elespanol.com | 7 de junio de 2024

Hallazgo español sin precedentes: clave para saber cómo era la vida de los neandertales

Las hogueras de los neandertales revelan cuándo estuvieron presentes los humanos antiguos en los sitios. Crédito: Tom McHugh/Biblioteca de fotografías científicas.

Por primera vez, un equipo de arqueólogos e investigadores de varias universidades españolas ha conseguido datar con enorme precisión el tiempo transcurrido entre varias fogatas u "hogares" en el yacimiento de El Salt, en el municipio alicantino de Alcoy. Estas fogatas están relacionadas con varios asentamientos neandertales identificados en el mismo yacimiento.

El resultado del estudio publicado por la revista Nature y realizado por un equipo interdisciplinar liderado porÁngela Herrejón-Lagunilla, investigadora de la Universidad de Burgos, abre una ventana al pasado y permite conocer más detalles sobre el comportamiento de estos grupos humanos que poblaron la península ibérica durante la prehistoria.

Durante casi 10 años, los investigadores han analizado una secuencia de 6 hogares procedentes de una misma unidad arqueológica de unos 52.000 años de antigüedad. Concluyen que, "con altísima probabilidad", transcurrieron como mínimo entre 200 y 240 años entre el primer y último hogar, con diferencias de unas pocas décadas en algunos casos y en más de un siglo en otros.

El Salt, un yacimiento arqueológico del oeste de España, que cuenta con restos de varios hogares neandertales. Crédito: Universidad de Bolonia

“Se trata de una resolución sin precedentes en la arqueología paleolítica y que cambia de manera significativa las concepciones previas sobre la frecuencia de las ocupaciones humanas en las sociedades cazadoras-recolectoras prehistóricas”, apunta en un comunicado de prensa Herrejón-Lagunilla (izquierda).

Hasta el momento, las técnicas de datación para contextos tan antiguos como el del yacimiento de El Salt ofrecían una horquilla temporal demasiado amplia. Más allá de los 50.000 años de antigüedad no es posible aplicar la técnica del carbono 14, y otras, como las basadas en la luminiscencia, presentan errores de miles de años. Por ello los investigadores primero aplicaron técnicas arqueoestratigráficas para poder conocer la secuencia cronológica entre fuegos.

Fotografía de una de las fogatas analizadas. Universidad de Burgos

Excavación minuciosa

Aislar las secuencias de fuegos fue un proceso sumamente complejo debido a la gran cantidad de restos arqueológicos y a la topografía irregular del terreno, lo que obligó a un minucioso proceso de excavación. Cada resto arqueológico y cada facies sedimentaria -porción de suelo con diferentes texturas y colores- fue ubicada en un mapa tridimensional y puesto en relación con el resto.

Una vez conocido el orden estratigráfico de estos fuegos se realizaron estudios de arqueomagnetismo en los materiales carbonizados para poder conocer el tiempo mínimo transcurrido entre cada fogata, el principal aporte metodológico del estudio.

Arquólogo de la Universidad de Burgos realizando análisis de arqueomagnetismo en el yacimiento. Universidad de Burgos

“Generalmente, el arqueomagnetismo se utiliza como técnica de datación para un rango temporal de aplicación que no supera los últimos 4.000 años. Aquí estamos hablando de cronologías mucho más antiguas, por lo que el enfoque es diferente” apunta Francisco Javier Pavón Carrasco (derecha), investigador del Departamento de Física de la Tierra y Astrofísica de la Universidad Complutense de Madrid y del Instituto de Geociencias (CSIC-UCM).

En El Salt, los restos de las fogatas que calentaron los asentamientos neandertales están separados solo por unos pocos centímetros de sedimento y algunos de ellos parece a simple vista que pertenecen a la misma superficie aunque los separen más de 200 años. Este tiempo indica que estos dos diferentes grupos humanos de cazadores-recolectores que se movían constantemente en busca de recursos, estaban separados por varias generaciones y que nunca se conocieron e interactuaron entre sí.

Fotografía de campo de la estructura de combustión y fotografía microscópica de componentes orgánicos en la capa negra de la estructura de combustión. / Leierer et al.

El método empleado por el equipo que incluye investigadores de las universidades de Burgos, La Laguna, Valencia, Alicante y la Complutense de Madrid, junto con el Instituto de Geociencias, no ha podido determinar el máximo de años transcurrido entre fogatas.

"Las implicaciones arqueológicas son enormes. Lo que se excava en un yacimiento como este no es más que una imagen aislada y concreta de todo un conjunto de actividades realizadas en un territorio mucho más amplio. Lo que aquí se ha obtenido son pequeños fotogramas de escenas de comportamientos humanos separadas por una secuencial temporal que, por primera vez, se plasma con una precisión hasta ahora desconocida, lo que permitirá entender mucho mejor el comportamiento humano en el pasado a través de la Arqueología", concluye el comunicado.

Fuente: elespanol.com | 5 de junio de 2024

Descubren en Israel herramientas de piedra de hace 400.000 años diseñadas específicamente para descuartizar gamos

Primer plano de un raspador tipo Quina encontrado en el sitio prehistórico de la cueva Jaljulia, en el centro de Israel. (cortesía de la Universidad de Tel Aviv)

Investigadores de la Universidad de Tel Aviv han identificado un grupo de herramientas de piedra prehistóricas -rapadores de pedernal- en el centro de Israel, con 400.000 años de antigüedad, diseñados para matar y descuartizar gamos, lo que convierte a tales artefactos en "la aparición más temprana en todo el mundo de este tipo específico de herramientas".

Los raspadores de pedernal fueron hallados en los sitios prehistóricos de la cueva de Jaljulia y la cueva Qesem, áreas bien exploradas ubicadas cerca una de otra en el centro de Israel. Se descubrió que dichas herramientas estaban hechas de pedernal, el cual obtuvieron en lugares situados a unos 20 kilómetros al este de las cuevas, en el Monte Ebal y en el Monte Guerizín, en las colinas de Samaria, entornos que, en el momento en que fueron diseñados los raspadores, eran sitios de reproducción de los gamos.

Monte Guerizín y Monte Ebal. Una vista desde el este. (crédito: Dr. Shai Bar)

En febrero se publicó en la revista Archaeologies un artículo sobre estas herramientas titulado La piedra, el ciervo y la montaña: raspadores del Paleolítico inferior y percepciones humanas tempranas del cosmos. La investigación fue dirigida por el arqueólogo Vlad Litov y el profesor Ran Barkai, del Departamento de Arqueología y Culturas del Antiguo Cercano Oriente de la Universidad de Tel Aviv.

Las herramientas halladas pertenecen a una clase llamada raspadores tipo Quina, que llevan el nombre de un sitio en Francia donde se descubrieron por primera vez artefactos de este tipo. "Los raspadores tipo Quina se caracterizan por un borde de trabajo afilado con forma de escamas, que permite a los usuarios descuartizar a sus presas y también procesar las pieles", dijeron los arqueólogos.

Durante más de un millón de años, la principal fuente de alimento, pieles y otras necesidades derivadas de animales que necesitaban los humanos prehistóricos fueron los elefantes y otros grandes herbívoros. Pero "hace unos 400.000 años, tras la desaparición de los elefantes, los cazadores recurrieron a un tipo diferente de presa, considerablemente más pequeña y más rápida que los elefantes: los gamos", explican los arqueólogos.

Gamos en la nieve, en Moshav Odem, en los Altos del Golán, al norte de Israel, (Moraz Brom/Flash90).

Esta transición a capturar presas más pequeñas provocó un gran cambio en la sociedad y en la tecnología humana, incluido el desarrollo de los raspadores tipo Quina.

“Hemos encontrado un cambio importante en la dieta humana durante este período... Claramente, cazar un elefante grande es una cosa, y capturar y procesar un gamo mucho más pequeño y delicado es un desafío bastante diferente. El procesamiento sistemático de numerosos gamos para compensar a la captura de un solo elefante era una tarea compleja y exigente que requería el desarrollo de nuevas herramientas. En consecuencia, vemos el surgimiento de los nuevos raspadores tipo Quina con un borde de trabajo mejor formado, más afilado y más uniforme en comparación con los raspadores simples utilizados anteriormente”, dijo el arqueólogo Litov.

Un aspecto de la cueva Qesem, la cual se encuentra al este de Tel Aviv.

Los investigadores creen que los lugares de origen del pedernal utilizado para crear los raspadores tipo Quina tenían un significado espiritual para los primeros humanos que habitaron en la zona. "Estos sitios, en ese momento, eran un hábitat natural para los gamos y, por lo tanto, se los consideraba una fuente de abundancia. Hemos encontrado una conexión entre la abundante fuente de gamos y la fuente de pedernal utilizado para matarlos y procesarlos, y creemos que este vínculo tenía un significado perceptivo para estos cazadores prehistóricos”, dijo el profesor Barkai.

“Sabían de dónde venían los gamos e hicieron esfuerzos especiales para utilizar el pedernal de la misma zona y fabricar herramientas con las que descuartizar a sus presas. Esta conducta se ha constatado en muchos otros lugares del mundo y todavía lo practican ampliamente comunidades nativas de cazadores-recolectores actuales”, continuó Barkai.

Restos del altar atribuido al profeta Josué.

“Cuando los habitantes de la zona se dieron cuenta de que la población de elefantes estaba disminuyendo, gradualmente cambiaron su atención hacia los gamos. Al identificar la abundante fuente de los ciervos, comenzaron a desarrollar estos raspadores únicos en el mismo lugar. Es, de hecho, el primer ejemplo de un fenómeno que luego se extendería por todo el mundo”, añade Litov.

La ubicación del Monte Guerizín, cerca de Nablus, es especialmente importante porque allí se encontraron numerosos huesos de gamos en un antiguo altar atribuido al profeta Josué. Como Guerizin está asociado con la entrada de los judíos a la Tierra de Israel, y es además considerado un lugar sagrado por la comunidad samaritana local, “aparentemente, las Montañas de Samaria adquirieron un estatus prominente, o incluso sagrado, ya en el período Paleolítico, y conservaron su posición cultural única durante cientos de miles de años”, concluyen los investigadores.

Fuente: timesofisrael.com | 3 de junio de 2024