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Un estudio propone que los grabados de un pilar de Göbleki Tepe (Turquía) pueden ser un calendario solar, al tiempo que marca el impacto de un cometa

Göbekli Tepe es un antiguo santuario construido entre los años 9.600 y 8.200 a.C. en la ciudad de Sanliurfa, Turquía. iStock.

Un equipo de científicos ha descubierto que las marcas en un pilar de 12.000 años de antigüedad en el complejo arquitectónico de Göbekli Tepe, Turquía, representan el calendario solar más antiguo del mundo. Estas marcas, que adornan la macro construcción de recintos similares a templos, con símbolos intricadamente tallados, podrían registrar un evento astronómico que tuvo un impacto crucial en la civilización humana.

La nueva investigación científica, llevada a cabo por la Universidad de Edimburgo, y publicada en la revista Time and Mind, sugiere que los pobladores de aquella cultura podían haber registrado sus observaciones del Sol, la Luna y las constelaciones en forma de un calendario solar, creado para llevar un registro del tiempo y marcar el cambio de las estaciones.

En la misma también concluyen que hace 11.000 años, el enjambre de fragmentos de un cometa impactó contra la Tierra provocando una mini-Edad del Hielo, conocida como Dryas Reciente, la cual duró alrededor de 1.200 años y acabó con la existencia de grandes animales y galvanizó el desarrollo de las prácticas agrícolas de las sociedades complejas.

¿Y cómo han llegado a esta conclusión? Según cuenta el doctor Martin Sweatman (izquierda), de la Escuela de Ingeniería de Edimburgo, los grabados que recubren uno de los pilares de Göbleki Tepe, conocido como la Piedra del buitre o Pilar 43, podrían representar el calendario solar más antiguo del mundo, y habrían sido tallados para recordar ese devastador evento astronómico.

El nuevo estudio de los símbolos en forma de 'V' tallados en uno de los pilares del sitio ha descubierto que cada 'V' podría representar un día. Esta interpretación ha permitido a los investigadores contar un calendario solar de 365 días que consta de 12 meses lunares más 11 días adicionales. Las marcas podrían haber sido creadas, además, para conmemorar el impacto de un cometa que devastó la Tierra hace casi 13.000 años, en el 10.950 a. C.

A la izquierda de la imagen, plano de los recintos de Göbekli Tepe. A la derecha Pilar 43 de Göbekli Tepe, localizado en el recinto D, el cual, los investigadores dicen que podría estar conmemorando el impacto de un cometa que marcó el inicio de una mini Edad del Hielo.

Los investigadores de la Universidad de Edimburgo contaron 365 días de 12 meses lunares con 11 días adicionales, pues suponen que cada marca en forma de 'V' en el pilar representaba un día.

El pilar está dividido en dos secciones con filas de dichos símbolos en forma de 'V' en la parte superior y símbolos cuadrados más pequeños en la parte principal inferior, en la que se muestra una especie de buitre con una 'V' grabada en el cuello y sosteniendo un símbolo de disco circular sobre un escorpión, del que se cree representa la constelación de Escorpio. Asimismo, los expertos dicen que si el escorpión representa realmente esa constelación, el buitre que se encuentra a su lado coincidiría con la posición de la constelación de Sagitario. Al mismo tiempo. se han encontrado también otras estatuas cercanas que posiblemente representan diferentes deidades con marcas en forma de 'V' similares en sus cuellos.

El equipo también identificó un pájaro alto inclinándose hacia una serpiente que se retorcía, lo que podría representar la constelación otoñal de Ofiuco. En este sentido, el descubrimiento de todo ello ha sugerido que la gente de Göbleki Tepe registraba fechas utilizando la precesión, el movimiento del eje de la Tierra, lo cual afecta a la posición de las constelaciones en el cielo.

El túmulo de Göbekli Tepe visto desde el sur. (Foto: K. Schmidt, DAI).

En cualquier caso, el descubrimiento más importante es que los antiguos habitantes de Göbekli Tepe parece que querían conmemorar principalmente el catastrófico impacto de un cometa. El equipo de investigación ha estado trabajando en el lugar durante mucho tiempo y determinó en un estudio de 2021 que el cometa impactó hace unos 13.000 años, basándose en los altos niveles de platino y nanodiamantes que se forman durante las explosiones de alta energía de los cometas. Este evento celestial ocurre cuando la órbita de un cometa cruza la Tierra provocando una colisión entre objetos que puede tener grandes consecuencias. El equipo también descubrió otro pilar que representaba la corriente de meteoritos Táuridas que duró 27 días y se cree que es la fuente de los fragmentos del cometa.

El equipo de investigación ha empleado un sofisticado software para emparejar las posiciones de estos símbolos grabados en piedra según la situación de las estrellas, lo que les ha permitido fechar este acontecimiento catastrófico en torno al año 10.950 a. C., justo en el momento en el que empezó el Dryas Reciente, según los datos aportados por los núcleos de hielo obtenidos en Groenlandia. Los fragmentos del cometa se habrían estrellado contra la Tierra y habrían acabado con varias especies de animales grandes, lo que marca el mayor impacto de un cometa desde el evento que acabó con los dinosaurios hace 66 millones de años.

Izquierda: una escena alrededor de Escorpio de Stellarium. El asterismo de la tetera de la constelación de Sagitario está resaltado en amarillo. Derecha: un boceto del Pilar 43. Crédito: Dr Martin Sweatman

El Dr. Martin Sweatman, quien ha dirigido esta controvertida investigación, dijo: "Parece que los habitantes de Göbekli Tepe eran agudos observadores del cielo, lo cual era de esperar, dado que su mundo había sido devastado por el impacto de un cometa. Este acontecimiento podría haber desencadenado la civilización al iniciar una nueva religión y motivar el desarrollo de la agricultura para hacer frente al clima frío, y, al mismo tiempo, posiblemente, sus intentos de registrar lo que vieron sean, de algún modo, los primeros pasos hacia el desarrollo de la escritura milenios después".

De hecho, las consecuencias habrían influido en la evolución de la flora y la fauna (por ejemplo, en la desaparición del mamut lanudo), y podrían haber contribuido también al nacimiento de la agricultura, un acontecimiento fundamental que habría impulsado el desarrollo de la civilización en el Creciente Fértil.

Posición del sol y las estrellas en el solsticio de verano 10.950 a. C. Martin Sweatman, Stellarium.

Según los investigadores, los símbolos grabados debieron de haber tenido una gran importancia para la población de Göbekli Tepe, lo que sugiere que aquel evento y el clima frío que siguió al impacto del cometa probablemente afectaron en gran medida a su forma de vida. Pero además de los grabados del Pilar 43, los investigadores han destacado otro que muestra a un hombre sin cabeza y que a su juicio podría simbolizar un desastre humano y una gran pérdida de vidas.

De confirmarse, este hallazgo respaldaría la controvertida teoría de que un impacto cósmico de gran magnitud pudo ser el responsable de la caída repentina de las temperaturas en ese momento, ya que los gases tóxicos habrían envenenado el aire y cubrirían por completo el cielo provocando que la temperatura cayera en picado.

Representaciones de la Luna y el Sol encontrados en el Pilar 18 (a), siete pájaros que simbolizan las Pléyades en la base del Pilar 18 (b), y hebilla de cinturón y piel de zorro que recuerdan un cometa en el Pilar 18 (c) de Göbekli Tepe. El disco del cielo de Nebra, descubierto en Alemania, que muestra símbolos para el Sol, la Luna, las Pléyades y, posiblemente, un cometa (d). Alistair Coombs.

Los investigadores también han comparado los grabados de los pilares con símbolos encontrados en otros artefactos antiguos para confirmar si sus interpretaciones se ajustan a la posible representación de un calendario solar y al impacto crucial de un cometa.

Esto ha incluído el disco celeste de Nebra, del II milenio a. C., hallado en Alemania, el cual muestra al Sol, la Luna y las Pléyades (un cúmulo de estrellas en la constelación de Tauro) y que se cree mide el solsticio de verano e invierno. La última característica en la parte inferior de este disco es la que muestra una forma larga y curvada con líneas paralelas que podrían haber representado un cometa, según el estudio.

Fuentes: dailymail.com.uk |nationalgeographic.com.es | ed.ac.uk/news | 6 de agosto de 2024

Hallan monedas de oro persas, del siglo V a. C., en la antigua ciudad griega de Notio

Los arqueólogos descubrieron una olla con monedas persas de oro, llamadas dáricos, en la antigua ciudad de Notion, en Turquía. Las monedas muestran la figura de un arquero arrodillado, el diseño característico del dárico persa, un tipo de moneda de oro emitida por el Imperio Persa.

Un equipo de investigadores dirigido por un arqueólogo de la Universidad de Michigan (UM) ha descubierto un tesoro de monedas de oro, probablemente utilizadas para pagar a tropas mercenarias, enterradas en una pequeña olla en la antigua ciudad griega de Notio, en el oeste de Turquía.

Las monedas muestran una figura de un arquero arrodillado, el diseño característico del dárico persa, un tipo de moneda de oro emitida por el Imperio Persa y probablemente acuñada en Sardis, a unos 97 kilómetros al noreste de Notio, según el arqueólogo de la UM Christopher Ratté, profesor de arte y arqueología del Mediterráneo antiguo y director del Proyecto Arqueológico de Notio, el proyecto que descubrió las monedas.

El tesoro, que el equipo de la UM fechó en el siglo V a. C., proporcionará otro punto de información a los historiadores sobre la cronología y la historia del dárico persa.

Mapa con algunas de las principales antiguas ciudades griegas de Eólida, en la zona septentrional de Asia Menor. Notio era la ciudad más meridional.

“El descubrimiento de un hallazgo tan valioso en una excavación arqueológica controlada es muy poco frecuente”, afirma Ratté (izquierda). “Nadie entierra jamás un tesoro de monedas, especialmente de metales preciosos, sin tener la intención de recuperarlo. Por tanto, sólo la más grave desgracia puede explicar la conservación de un tesoro de estas características”.

Los dáricos se acuñaron desde finales del siglo VI a. C. hasta la conquista del Imperio Persa por Alejandro Magno en el año 330 a. C., y el diseño de las monedas se mantuvo igual con solo pequeñas diferencias estilísticas. Los investigadores han intentado ordenar las monedas en una secuencia cronológica analizando esas diferencias estilísticas. Uno de los aspectos importantes del tesoro recién descubierto es que está datado independientemente de otros artefactos asociados con el tesoro.

“Este tesoro proporcionará una fecha firme que puede servir como ancla para ayudar a fijar la cronología de toda la secuencia de monedas semejantes”, dijo Ratté.

Según Andrew Meadows (derecha), de la Universidad de Oxford y antiguo conservador de monedas del Museo Británico y de la Sociedad Numismática Americana, "es probable que el contexto arqueológico del tesoro, si se puede establecer con precisión por otros medios, nos permita ajustar la cronología de las monedas de oro aqueménidas. Se trata de un hallazgo espectacular… de la mayor importancia”.

Los investigadores iniciaron las excavaciones en Notio en 2022 y descubrieron las monedas en 2023. El Ministerio de Cultura y Turismo de Turquía ha dado ahora permiso para que el descubrimiento de las monedas, que permanecen en Turquía, se haga público.

Los restos mejor conservados de la ciudad datan del periodo helenístico, entre los siglos III y I a.C., pero la excavación de una gran casa con patio en el centro de la ciudad ha demostrado que es probable que la ciudad estuviera habitada incluso antes. Los arqueólogos encontraron fragmentos de cerámica probablemente del siglo V a.C., en muros anteriores incorporados a los cimientos de la casa. En julio de 2023, la excavación debajo de una zona del patio reveló el tesoro de monedas, enterrado en una pequeña olla.

“El tesoro fue encontrado en la esquina de una habitación en una estructura enterrada debajo de la casa helenística. Presumiblemente, estaba almacenado allí para su custodia y por alguna razón nunca fue recuperado”, comenta Ratté. “Según el historiador griego Jenofonte, un solo dárico equivalía al salario de un soldado durante un mes”.

Los arquitectos Kübra Sağlam y Gizem Seymen trabajan en los dibujos arquitectónicos de Bouleuterion, vista hacia el noroeste. Crédito de la foto: Notion Archaeological Project, Universidad de Michigan.

Los investigadores creen que uno de los principales usos del dárico era pagar a las tropas mercenarias, y es posible que este tesoro estuviera asociado con operaciones militares en el área alrededor de Notio.

Ratté también señala que "la mayoría de los tesoros de dáricos no fueron encontrados por arqueólogos en excavaciones científicas, sino por saqueadores a quienes no les importa la historia”, señala Ratté.

“Un hallazgo arqueológico sin información contextual es como una persona que sufre de amnesia, una persona que no tiene recuerdos”, afirma Ratté. “Sigue siendo interesante e importante, pero la pérdida de conocimiento es incalculable. En el caso de este tesoro, sabemos exactamente dónde fue encontrado y tenemos una gran cantidad de evidencia circunstancial de cuándo fue depositado, probablemente a fines del siglo V a. C.”

Una vista aérea de la casa muestra las diferentes fases y el lugar donde se encontraron las monedas y otros artefactos. Crédito de la foto: Notion Archaeological Project.

La ciudad de Notio fue incorporada al Imperio Persa junto con otras ciudades griegas de la costa oeste de Turquía a mediados del siglo VI a.C. Fue liberada de este dominio a principios del siglo V a.C., pero luego se reintegró al imperio persa a principios del siglo IV a.C. Siguió siendo una posesión persa hasta la conquista de Alejandro Magno en 334 a.C.

Los historiadores antiguos mencionan con frecuencia operaciones militares en torno a Notio. Durante gran parte del siglo V a. C., Notio, aunque estaba liberada de los persas, permaneció bajo el dominio ateniense. Las lealtades conflictivas de los habitantes de Notio y de las ciudades cercanas, que ocupaban una región fronteriza entre las esferas de influencia persa y ateniense, quedan ilustradas por un dramático episodio relatado por el historiador griego Tucídides.

Excavaciones en Notio el año pasado. Mientras excavaban bajo el patio de una casa que data del siglo III a. C., los investigadores encontraron los restos de una vivienda anterior y un escondite enterrado allí. Crédito: Proyecto Arqueológico de Notion/Universidad de Michigan.

Entre el 430 y el 427 a. C., un grupo de simpatizantes persas de la cercana ciudad de Colofón había ocupado parte de Notio con la ayuda de mercenarios griegos y bárbaros. En el 427 a. C., un general ateniense llamado Paches atacó y mató a los mercenarios pro-persas, después de atraer a su comandante hacia una trampa. Los simpatizantes persas fueron expulsados ​​y Notio fue reorganizada bajo la supervisión de Atenas.

Esta es exactamente la secuencia de acontecimientos que podría haber llevado tanto a la deposición como a la pérdida de este tesoro, pero no es la única posibilidad, según Ratté. Más tarde, en el 406 a. C., se libró una batalla naval decisiva en el conflicto entre Atenas y Esparta frente a la costa de Notio, que los atenienses utilizaban como base naval. Anatolia occidental estalló en un nuevo conflicto en el decenio del 360 a. C., cuando varios de los gobernadores persas de Anatolia occidental se rebelaron contra las autoridades centrales (la llamada Gran Revuelta de los Sátrapas).

El puerto de Notio, un importante activo militar, probablemente fue reforzado durante este período. La cronología convencional de las monedas persas favorecería una fecha del siglo IV a. C. para el tesoro de Notio.

Los arqueólogos Sedat Aydoğan y Dursun Çamlı limpian el 'Heroon' (santuario del héroe) en Notio. Universidad de Michigan.

Anatolia, cuna de las primeras monedas occidentales

Anatolia es la cuna de la primera moneda emitida por un Estado en Occidente, el estátero, creado por un pueblo marinero llamado lidios (Lidia). El cuarto rey de Lidia, Aliates, estandarizó el peso y el diseño del estátero lidio, que, a partir del año 610 a. C., se acuñaba enelectrum, una aleación natural de oro y plata. Se atribuye a su hijo y sucesor, y último rey de Lidia, Creso, la acuñación de la primera moneda de oro auténtica, la creseida. La expresión “rico como Creso” hace referencia a su extravagante riqueza, así como a la opulencia de Lidia durante su gobierno.

En el año 546 a. C., toda la zona, conocida como Jonia, fue conquistada por el Imperio Persa aqueménida. Aunque Creso fue derrotado en batalla por Ciro el Grande, su sistema monetario basado en el oro sobrevivió. Los persas continuaron fabricando monedas de oro y plata hasta que introdujeron sus propias monedas bimetálicas, compuestas de oro y plata. Las monedas de plata se llamaban siclo y las de oro, dárico, un nombre derivado de Darío I, que gobernó el Imperio persa desde el año 522 a. C. hasta el 486 a. C., o dari-, la raíz de la palabra persa antigua para oro.

Proyecto arqueológico de Notio

El proyecto de excavación en Notio está patrocinado por la Universidad de Michigan, en cooperación con la Universidad de Sinop, y cuenta con la autorización del Ministerio de Cultura y Turismo de Turquía. El director asociado es Hazar Kaba, profesor asociado de arqueología en la Universidad de Sinop.

La nueva temporada de campo en Notio acaba de comenzar, y los investigadores esperan que la continuación de la excavación aclarara el contexto arqueológico del tesoro, mientras que el estudio de las monedas, ahora bajo el cuidado del Museo Arqueológico de Éfeso en Turquía, proporcionará más evidencia de la fecha, función e implicaciones históricas de este notable hallazgo arqueológico.

Fuente: Universidad de Michigan | 4 de agosto de 2024

Abren el sarcófago de la Tumba de Cerbero

El descubrimiento de una tumba sellada por más de 2.000 años en la ciudad de Giugliano, cerca de Nápoles, ha dejado a los arqueólogos atónitos. Este hallazgo, conocido como la 'Tumba de Cerbero', revela una impresionante conservación que ofrece valiosos datos sobre el pasado romano. La abertura del sarcófago por primera vez desde su sellado ha permitido a los científicos examinar su contenido con gran detalle, generando un aluvión de nuevos conocimientos y expectativas sobre la antigua práctica funeraria.

El equipo de arqueólogos liderado por la Dra. Simona Formola (izquierda) encontró el sarcófago sellado en perfectas condiciones. Dentro descubrieron un cuerpo tendido en posición supina cubierto por un sudario sorprendentemente bien conservado. Este estado de preservación es excepcional, considerando que el sarcófago ha permanecido cerrado durante más de dos mil años.

La minuciosa observación con microcámaras permitió a los investigadores identificar varios objetos funerarios alrededor del cuerpo, incluyendo frascos de ungüentos y utensilios de limpieza corporal, que sugieren un embalsamamiento sofisticado.

Según los expertos, dada la rica naturaleza y cronología de estos hallazgos, junto con el cuidado que parece que se le dio al difunto, es probable que el cuerpo pertenezca al fundador de la familia a la que se le construyó el mausoleo.

Un tesoro de información arqueológica

La presencia de recipientes de cerámica y ungüentarios en la tumba proporciona información sobre los rituales funerarios de la época. El análisis preliminar del polen en los frascos sugiere que el cuerpo pudo haber sido tratado con cremas a base de plantas como el Chenopodium y el ajenjo, conocidos por sus propiedades conservantes.

Estos hallazgos no solo ofrecen una visión más clara sobre las prácticas de embalsamamiento en la antigua Roma, sino que también ayudan a reconstruir el contexto social y cultural del periodo. Además, los estudios sobre el tejido textil del sudario, en proceso de análisis, podrían desvelar detalles sobre las técnicas de fabricación y los materiales utilizados en la época.

El descubrimiento de la 'Tumba de Cerbero' amplía considerablemente nuestro entendimiento del pasado romano. La superintendente del Ministerio de Cultura Italiano, Marian Nuzzo, destaca que este hallazgo enriquece nuestro conocimiento sobre el territorio flegreo y abre nuevas oportunidades para investigaciones multidisciplinarias.

Los próximos análisis de ADN y estudios sobre las sustancias orgánicas presentes en la tumba permitirán a los investigadores reconstruir no solo las prácticas funerarias, sino también aspectos más amplios de la vida y la cultura de la antigua Nápoles. La colaboración entre arqueólogos, antropólogos y químicos es esencial para desentrañar los misterios de este antiguo sepulcro y ofrecer una visión más completa de la sociedad romana hace 2.000 años.

El mito de Cerbero

Cerbero, en la mitología griega, es el monstruoso perro de tres cabezas que guarda las puertas del Hades, impidiendo que los muertos salgan y que los vivos entren al inframundo. Suele representarse como una criatura temible con serpientes en lugar de melena y cola, que encarna al guardián supremo del reino de los muertos. La representación de Cerbero a la entrada de la tumba es simbólica, ya que actúa como guardián para proteger las almas de los difuntos y alejar a los malos espíritus; algo que coincide con la creencia grecorromana en el más allá y la importancia de garantizar un paso seguro para los difuntos.

Esta tumba promete revelar más detalles fascinantes sobre un pasado lejano y ayudar a completar el rompecabezas histórico de una civilización que sigue revelando sus secretos.

Fuente: quees.com | 2 de agosto de 2024

Una mujer enterrada hace unos 12.000 años en Turquía podría haber sido una chamana

El entierro de la posible chamana corresponde a una mujer acurrucada sobre su lado derecho y acompañada de una variedad de huesos de animales. Crédito: Profesor Ergül Kodaş.

Un pequeño equipo de arqueólogos de la República de Turquía ha identificado a una mujer que fue enterrada como una posible chamana hace aproximadamente 12.000 años en un asentamiento neolítico ahora llamado Çemka Höyük, -ubicado a unos 150 kilómetros del más famoso Göbekli Tepe, y a unos 75 kilómetros de Çatal Hüyuk, un sitio conocido como la primera ciudad de la historia.

En su artículo, publicado en la revista L'Anthropologie, el grupo de arqueólogos describe su estudio sobre la mujer y los animales que fueron enterrados a su alrededor, así como cuál pudo haber sido su papel en la aldea neolítica precerámica en la que vivió.

Çemka Höyük (que significa el "montículo junto al agua") es un pequeño asentamiento del Epipaleolítico Final - Neolítico Temprano situado aproximadamente a 1100 m al suroeste de la presa de Ilısu. Ergül Kodas.

Vista aérea del sector 1 de Çemka Höyük y evolución cronológica del asentamiento. Ergül Kodaş y Yunus Çiftçi.

En 2019, los excavadores de Çemka Höyük descubrieron los restos de esta mujer perteneciente a una época en la que los habitantes de la zona todavía eran cazadores-recolectores, pero que también habían comenzado a establecer pequeños asentamientos. Los investigadores creen que tenía entre 25 y 30 años cuando murió.

La mujer había sido enterrada bajo el suelo de un edificio construido con barro, mientras que otras 14 personas fueron enterradas bajo otros edificios cercanos. Investigaciones anteriores han demostrado que enterrar a los muertos bajo las casas era una práctica común en la época. Pero, a diferencia de otros entierros contemporáneos, ella fue encontrada enterrada con restos de una gran variedad de animales.

En el momento de su muerte la domesticación de los animales aún no había comenzado, por lo que todos eran salvajes. Tal vez aún más sorprendente es que el cuerpo de la mujer estaba cubierto por un gran bloque de piedra caliza.

Algunos otros ejemplos de entierros hallados en Çemka Höyük. E. Kodaş

Un estudio minucioso de los animales enterrados con la mujer mostró que habían sido colocados con cuidado: el cráneo de un uro había sido dispuesto justo encima de su cuerpo, por ejemplo, con la mandíbula separada y colocada a sus pies. Otros huesos incluían alas de perdiz, patas de marta y huesos de oveja o cabra esparcidos al azar por toda la tumba.

Los investigadores sugieren que enterrar animales junto a esta mujer, una práctica que no se observaba en otros lugares, sugiere la posibilidad de que la mujer ocupara un lugar especial en la sociedad, tal vez ejerciendo como chamana, es decir, una persona que habría tenido una conexión especial con los espíritus, especialmente con aquellos con malas intenciones. A menudo se ha considerado que los chamanes de otras sociedades tenían una conexión estrecha con los animales y los espíritus que pueden habitarlos.

Sin embargo, los investigadores reconocen que las extrañas características del enterramiento podrían deberse también a otras prácticas rituales, como el culto a los animales, la metonimia (como la idea de que un hueso del ala de un pájaro podría provocar el vuelo) o la práctica de festines durante los enterramientos, más que al chamanismo, propiamente dicho.

Distribución de los distintos elementos del entierro. Ergül Kodaş et al.

Tumba dañada por las obras de una carretera

Aunque la parte sur del entierro resultó parcialmente dañada debido a la construcción de una carretera entre Çemka Höyük y el río Tigris, la mayor parte permaneció intacta. La joven fue enterrada en decúbito prono, tumbada sobre el lado derecho, con orientación noroeste-sureste y mirando al oeste.

“Teniendo en cuenta que el individuo femenino y los huesos de animales fueron depositados juntos en un mismo entierro, podemos suponer algunas relaciones simbólicas entre los animales y los cazadores-recolectores-pescadores de Çemka Höyük, los cuales ya se habían embarcado hacia una vida sedentaria”, escriben los autores en el estudio.

Marginados que vivían solos

“Un chamán o chamana se diferencian de la gente corriente y pueden aparecer como una figura carismática, a veces religiosa, pero posiblemente también 'loca'. Es muy probable que tales personas fueran diferentes también en sus hábitos, y es posible que hayan tenido una discapacidad o marcadores visuales que los hicieran diferentes. Tal vez eran marginados que vivían solos a pesar de su papel como viajeros entre mundos. Por esta razón, en muchas sociedades, las ceremonias funerarias de los chamanes son diferentes a los ritos del resto de su comunidad”, concluyen.

Fuentes: phys.org | nationalgeographic.es | 31 de julio de 2024

¿Qué hacía la gente con todo el metal de la Edad del Bronce? Una nueva investigación reaviva viejos debates sobre la naturaleza del dinero

Uno de los mayores hallazgos de la Edad del Bronce tardía: este tesoro descubierto en Weißig, cerca de Dresde (Alemania), pesa alrededor de 20 kilogramos y consta de 63 objetos completos y 328 fragmentos. Foto: Oficina Estatal de Arqueología de Sajonia / J. Lipták

No tenemos evidencia escrita sobre cómo vivía la gente en Europa durante la Edad del Bronce (2300–800 a. C.), por lo que los arqueólogos reconstruyen su mundo a partir de los artefactos y materiales que dejaron atrás. A diferencia de aquellos perecederos como la lana o la madera, es el metal el que se ha conservado bien.

Los miembros de la élite de la sociedad reciben una considerable atención arqueológica, en gran medida porque la gente común dejaba menos rastros. Un nuevo estudio sugiere que podemos aprender algo sobre esta gente común a partir de los tesoros de metal enterrados, y que sus vidas económicas eran muy parecidas a las nuestras.

¿Por qué la gente enterraba montones de metal?

Durante la Edad del Bronce era una práctica común en toda Europa depositar montones de objetos de metal bajo tierra o los colocaba en un lugar especial, como un pantano o un lindero.

A veces, estos tesoros incluían muchos objetos, y otras solo unos pocos. En ocasiones estaban compuestos por un solo tipo de objeto (un ejemplo conocido son los tesoros de decenas de hachas de la misma forma). Otras, por el contrario, incluían una variedad de objetos, e incluso fragmentos de objetos rotos.

A pesar de su variedad, los hallazgos muestran que el mundo de la Edad del Bronce estaba interconectado en toda Europa y que los objetos de bronce tenían un valor especial en la mayor parte de ella.

¿Por qué la gente enterraba estos tesoros? Los arqueólogos llevan décadas intentando responder a esta pregunta.

¿Se trataba de un acto religioso? ¿De una destrucción intencional de bienes valiosos con el fin de reducir las desigualdades en materia de riqueza? ¿De chatarra oculta en épocas de conflicto o guardada para su uso futuro en la metalurgia?

Solo se han encontrado unos pocos personajes de la Edad del Bronce. A menudo se trata de personas enterradas en enormes montículos de tierra y se supone que eran figuras importantes: líderes rituales, jefes u otras élites. Los arqueólogos han tendido a suponer que estas personas pertenecientes a la élite social y sus alianzas dieron forma a los movimientos de los metales en la Edad del Bronce.

Recreación de una fundición de bronce.

¿El bronce como dinero para la gente común?

En el nuevo artículo, publicado en Nature Human Behaviour, los arqueólogos Nicola Ialongo y Giancarlo Lago proponen una forma diferente de entender los tesoros enterrados. En lugar de centrarse en las élites como los protagonistas, sugieren que tales tesoros muestran cómo la gente común contribuyó al mundo interconectado de la Edad del Bronce y a la difusión de los objetos de metal en él, lo que indica que las raíces de la economía de mercado son antiguas.

Ialongo y Lago analizaron casi 25.000 objetos de estos tesoros procedentes de Italia, Suiza, Austria, Eslovenia y Alemania, datados entre el 2.300 y el 800 a.C. Descubrieron que, a lo largo de los siglos, surgió un sistema de pesaje estandarizado que fue ampliamente compartido en todo el mundo de la Edad del Bronce.

El artículo continúa argumentando que esta estandarización indica que pequeñas piezas de bronce de pesos estándar podrían haber sido utilizadas como moneda para transacciones cotidianas por parte de gente común.

La difusión de las normas europeas

Mucho antes del año 2300 a. C., parece que se produjo una creciente estandarización de las formas de los artefactos, al menos a nivel superficial. Surgieron distintos tipos de objetos, como dagas o ciertas vasijas de cerámica, que parecen similares en grandes áreas, pero que tenían usos locales diferentes en distintos lugares.

Los arqueólogos creen que este tipo de estandarización surgió de una mezcla de ritos religiosos compartidos y un creciente interés en los viajes de larga distancia. Cuando se conoce a personas nuevas cuyo idioma no se habla, tener una forma compartida de vestirse o de actuar puede ser una especie de lubricante social que facilita la comunicación y el intercambio de historias y bienes.

Durante la Edad del Bronce esto se manifestó en personajes sociales ampliamente reconocidos o que jugaban un papel importante en la sociedad. El más conocido de ellos es “el guerrero”, con su característico equipo y armadura de bronce, que era común en gran parte del continente.

Pero ¿de ahí se deduce que este interés por las formas estandarizadas –y, más tarde, por los pesos– significa que estamos asistiendo al desarrollo de un sistema monetario naciente? Y, si es así, ¿significa esto que debemos suponer que el comportamiento económico de los pueblos de la Edad del Bronce era el mismo que el nuestro?

Armas y herramientas de la Edad del Bronce encontradas en Havering, Londres. Fuente: Museo de Londres.

¿Qué es, en definitiva, el dinero?

Hay muchas opiniones sobre qué es el dinero y qué hace por las diferentes sociedades, tanto hoy como en el pasado.

Muchos economistas modernos se centran en la utilidad del dinero como medio de intercambio en las transacciones, lo que pone énfasis en la compra y venta en el mercado.

Otros economistas aplican la "teoría cartalista” (que deriva del término latino "charta" o "carta") para destacar el dinero como unidad de cuenta. En esta perspectiva, el dinero puede utilizarse para la “contabilidad social”, para llevar un registro de actividades socialmente importantes, como obsequios, deudas, tributos y ofrendas. Esta no es solo una idea histórica, ya que incluso algunas deudas modernas funcionan a través de garantías sociales.

La distinción entre estas dos visiones del dinero puede parecer una cuestión de nimiedades, pero apunta a un profundo desacuerdo.

Más allá del mercado

¿Cómo podemos saber qué visión del dinero es más correcta? Para entender la función del dinero en una sociedad, los arqueólogos y antropólogos sugieren empezar por el significado social y tecnológico de los propios objetos materiales, es decir, los trozos de bronce enterrados por aquellas antiguas gentes.

Ialongo y Lago sostienen que el descubrimiento de unidades de cuenta estandarizadas revela un sistema de intercambio y, por lo tanto, mercados. Pero eso plantea una pregunta más importante: ¿la estandarización hace algo más que indicar un valor de intercambio para esos trozos de metal?

Sabemos que había otros objetos que circulaban a largas distancias, además del metal, y que los sistemas de intercambio eran probablemente complejos. Los arqueólogos creen que la lana, los vellones y los textiles eran objetos valiosos clave de la Edad del Bronce y motores de la comunicación a larga distancia, aunque son más difíciles de encontrar arqueológicamente.

La estandarización también tiene muchos usos más allá de la cohesión social y económica. Por ejemplo, los herreros de la Edad del Bronce necesitaban un control cuidadoso de las proporciones de los distintos metales (cobre, estaño, antimonio, plomo y otros) para fabricar distintos tipos de bronce que utilizarían en su sofisticada metalistería. No sabemos exactamente cómo conseguían este control, pero los textos sumerios de la misma época nos dicen que los herreros sumerios lo hacían a través del pesaje.

Ialongo y Lago muestran cómo los tesoros de metal pueden enseñarnos sobre las vidas cotidianas de las comunidades de la Edad de Bronce, no solo de las élites. Pero si enfatizamos demasiado el papel del intercambio en sus mundos económicos, corremos el riesgo de convertirlos de marionetas de las élites en esclavos de la mano invisible.

Entender el dinero como una forma de contabilidad social y la estandarización como una tecnología puede revelar mucho más sobre sus vidas.

Fuentes: theconversation.com | mdzol.com | uni-goettingen.de | de julio de 2024

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Economía de la Edad del Bronce: una economía de mercado prehistórica

Ilustración de la Edad del Bronce tardía. Rasmus Christiansen. Fuente: Dandebak

Un análisis exhaustivo de 20.000 objetos de metal de la Edad de Bronce de Europa sugiere que el comportamiento económico humano se ha mantenido notablemente constante a lo largo de los últimos 3.500 años. Esta investigación desafía la visión tradicional de que el control de las élites dominaba las economías de la Edad de Bronce y, en cambio, propone que los principios de la economía de mercado estaban en juego mucho antes de lo que se creía anteriormente.

Los europeos de la Edad del Bronce, que abarca desde el 3300 al 800 a. C., se dedicaban a actividades económicas similares a las de la actualidad, lo que indica que las raíces de la economía de mercado son antiguas.

Nicola Ialongo (izquierda), de la Universidad de Aarhus (Dinamarca), destacó que la Edad del Bronce no fue un período idílico en el que los campesinos vivieron bajo la benevolencia de los señores, sino que “era un mundo muy familiar en el que la gente tenía familia, amigos, una red social, mercados y un trabajo, y, en última instancia, tenía que averiguar cómo llegar a fin de mes”.

A diferencia de los meticulosos conservadores de registros como los mesopotámicos, los europeos de la Edad del Bronce dejaron tras de sí fragmentos de metal, conocidos como tesoros, que proporcionan información sobre su comportamiento económico.

Los investigadores Ialongo y Giancarlo Lago (derecha), de la Universidad de Bolonia analizaron más de 20.000 objetos de metal de tesoros en Italia, Suiza, Austria, Eslovenia y Alemania. Alrededor de 1500 a. C., estas piezas de metal comenzaron a estandarizarse en peso, lo que sugiere que se usaban como una forma de dinero anterior a la acuñación de monedas.

“El descubrimiento de un sistema de medición y pesaje ampliamente utilizado permite modelar cosas que se conocen desde hace siglos de una manera que nunca antes se había hecho, afirma Ialongo. “Esto abre nuevos resultados a viejas preguntas, pero también a nuevas preguntas que nadie se había planteado antes”.

El equipo descubrió que la distribución del peso de estos objetos refleja los patrones de gasto de un hogar occidental moderno, donde predominan los pequeños gastos cotidianos y los gastos mayores son poco frecuentes. Este hallazgo coincide con el comportamiento económico moderno, donde las billeteras contienen muchos billetes de baja denominación y pocos de alto valor.

La investigación sugiere que las economías de la Edad del Bronce estaban reguladas por las fuerzas del mercado de la oferta y la demanda, y que los individuos participaban en ellas en función de sus ingresos. Esta hipótesis desafía la influyente opinión de Karl Polanyi de la década de 1940, que postulaba que las economías monetarias modernas eran distintas de los antiguos sistemas de trueque e intercambio de regalos.

Richard Blanton (izquierda), de la Universidad de Purdue (indiana), apoya el estudio y afirma que probablemente suscitará debates entre arqueólogos y antropólogos económicos que desde hace tiempo tienen ideas erróneas sobre la antigüedad de las economías de mercado. Cree que el artículo ofrece nuevas perspectivas sobre la función de los tesoros de bronce como unidades de intercambio.

Sin embargo, Erica Schoenberger (derecha), de la Universidad Johns Hopkins (Maryland), se muestra escéptica y advierte que no se debe suponer que las sociedades premodernas utilizaban el dinero de maneras familiares, y cita a los campesinos ingleses medievales que utilizaban el dinero principalmente para satisfacer las demandas de los señores, en lugar de para transacciones personales.

Lago e Ialongo esperan que sus hallazgos inspiren investigaciones similares en otras regiones y culturas, lo que sugiere que las economías de mercado pueden haber surgido de manera natural en diferentes épocas y lugares. Argumentan que si la evidencia puede explicarse mediante un modelo de economía de mercado, no hay necesidad de suponer una explicación más compleja.

Ialongo concluyó que, si bien su investigación no prueba de manera definitiva la existencia de una economía de mercado en la Edad del Bronce, desafía la suposición predominante de que no existía. Se preguntó por qué la explicación más simple (una economía de mercado) debería descartarse si se ajusta a la evidencia observada.

Fuente: ceoworld.biz | 30 de julio de 2024

Descubren otra tumba principesca de 2.600 años de antigüedad en la Necrópolis de Corinaldo, Italia

Un casco encontrado en la sepultura. Ayuntamiento de Corinaldo.

La tumba de un príncipe, llena con más de 150 artefactos “exquisitos y preciosos”, estaba coronada con un majestuoso carro de dos ruedas. Esta era la sepultura de un jefe del antiguo pueblo de los Picenos, una tribu que dominó la región de Las Marcas y parte de Abruzzo, en el centro y sur de la península itálica, entre los siglos IX y III a.C.

Los arqueólogos han descubierto el enterramiento en la Necrópolis de Corinaldo, en Ancona, en un cementerio que data de hace unos 2.700 años. Los trabajos recientes han hallado un pozo cuadrangular de tamaño considerable, de 3,80 por 2,20 metros. El espacio se encuentra dentro de una gran zanja circular con un diámetro original de aproximadamente 30 metros.

La tumba del Príncipe de Corinaldo contiene más de 150 artefactos “exquisitos y preciosos” fue hallada en 2020. Ayuntamiento de Corinaldo.

Un carro de dos ruedas

“Destaca la presencia de un carro de dos ruedas y de un prestigioso conjunto de objetos de bronce, entre ellos un casco, un caldero y numerosos recipientes finamente decorados”, señalan los representantes municipales en un comunicado en su página de Facebook.

Las excavaciones en la zona ya proporcionaron en 2020 el descubrimiento de otra sepultura, a la que los expertos han llamado la Tumba del Príncipe de Corinaldo. Los romanos se referían a este territorio como Picenum, una antigua región que finalmente fue incorporada a la República Romana.

Varios de los artefactos hallados están claramente asociados con banquetes: un haz de lanzas y una hacha de hierro para procesar la carne y cerámica diseñada para servir comida y bebida. Tales hallazgos pintan una imagen del propietario de la tumba como una persona célebre “del más alto nivel”, según explican los especialistas italianos.

Una parte importante de los objetos de la tumba parece proceder del mundo etrusco. Ayuntamiento de Corinaldo.

Una parte importante de estos objetos parece proceder del mundo etrusco, con el que la aristocracia picena tenía estrechas relaciones y comerciaba, dicen los arqueólogos de la Universidad de Bolonia. La civilización etrusca floreció en otra región del centro de Italia entre los siglos VIII y III antes de Cristo.

Los picentes, concentrados principalmente en Novilara, al norte, y Belmonte, al sur, eran un pueblo rico con amplios vínculos comerciales. Su territorio, conocido como Picenum, fue finalmente anexado por Roma en el año 268 a. C. Los objetos encontrados en la tumba revelan el estilo de vida aristocrático de los picentes, y reflejan sus rutinas diarias, sus hábitos y sus conexiones con la cultura etrusca.

“Corinaldo puede presumir del título de Tierra de los Príncipes”, afirmó el alcalde Gianni Aloisi. “Este último descubrimiento confirma el valor histórico y cultural del área arqueológica de Nevola que nos permitirá conocer, y tal vez reescribir, la historia de nuestra comunidad”, concluye.

Restos de cerámica diseñada para servir comida y bebida. Ayuntamiento de Corinaldo.

El hallazgo está incluido en el Proyecto ArcheoNevola que dirige el departamento de Historia de la Civilización de la Universidad de Bolonia desde 2018. Los trabajos ya habían permitido el descubrimiento de la importante necrópolis.

Los nuevos hallazgos confirman la importancia del yacimiento de Contrada Nevola, especialmente para la reconstrucción histórica de la población más antigua de este territorio de la península itálica.

Una vez finalizadas las tareas de consolidación y restauración de los artefactos, los dos Príncipes y todo su ajuar permanecerán en Corinaldo, según señalan las autoridades, con el objetivo de hacer visibles al público estos tesoros en una museo.

Fuentes: lavanguardia.com | archaeologymag.com | 30 de julio de 2024

Nuevos restos de 'Homo antecessor' abren una nueva etapa con grandes descubrimientos en los yacimientos de Atapuerca (Burgos)

De izquierda a derecha: Juan Luis Arsuaga, el único codirector que continuará en la próxima campaña; el presidente de la Junta de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, y los ahora retirados, José María Bermúdez de Castro y Eudald Carbonell. Santi Otero | EFE

Han finalizado los trabajos de excavación en el complejo de yacimientos de la sierra de Atapuerca (Burgos) que se iniciaron el pasado 18 de junio y que han contado con la participación de más de 300 investigadores de todo el mundo. La implicación de personal del IPHES-CERCA ha sido muy importante, con cerca de 120 miembros, entre personal investigador y técnico, así como docentes y estudiantes del máster interuniversitario en Arqueologia del Quaternario y Evolución Humana (Erasmus Mundus) de la Universitat Rovira i Virgili (URV), que han desarrollado labores de coordinación y participación activa en 5 yacimientos clave y en el lavado de los sedimentos de este complejo arqueopaleontológico único.

El presidente de la Junta, Alfonso Fernández Mañueco, acompañado de los tres codirectores del proyecto Atapuerca, Juan Luis Arsuaga, José María Bermúdez de Castro y Eudald Carbonell, presentaron los resultados de esta campaña de excavaciones.

Mañueco garantizó el apoyo al Sistema Atapuerca, "el mayor proyecto paleontológico del mundo sobre la evolución humana, al que la Junta ha destinado 250 millones desde 1984", según indicó. "Los hallazgos llevados a cabo en Atapuerca van a volver a revolucionar el panorama científico en Europa y en todo el mundo, y ha supuesto un gran impacto económico, social y cultural para Burgos y el conjunto de Castilla y León", afirmó el presidente de la Junta, que valoró así los logros de esta 46º campaña

Según palabras de los propios codirectores de la excavación, los Dres. Eudald Carbonell, José María Bermúdez de Castro y Juan Luis Arsuaga, "Atapuerca ha entrado otra vez, como en los años 90, en la secuencia principal. Hemos encontrado homínidos de todas las especies: 'Homo antecessor', preneandertal y neandertal. Esta 46 campaña de excavación ha sido una de las más importantes de la historia del proyecto". Sin duda, el descubrimiento estrella de este año han sido los nuevos restos humanos de Homo antecessor recuperados en la unidad TD6 de Gran Dolina de aproximadamente 850.000 años de antigüedad.

Y es que, después de 30 años de la excavación de un pequeño sondeo en el que aparecieron los primeros restos de esta especie humana, junto con un millar de piezas de industria lítica y miles de restos fósiles de animales, el equipo investigador responsable de la excavación en el yacimiento de Gran Dolina ha logrado profundizar la superficie de la unidad TD6. "Con alivio, sorpresa y mucha ilusión, el equipo ha confirmado que esta unidad está conservada en los más de 40 metros cuadrados de la excavación en extensión", según ha comunicado la Dra. Marina Mosquera, directora del IPHES-CERCA y coinvestigadora principal del Proyecto Atapuerca. Igualmente, los Drs. Palmira Saladié y Andreu Ollé, investigadores del IPHES-CERCA y coordinadores de los trabajos de excavación en el yacimiento, confirman que “este 2024 es el inicio de una nueva fase de campañas excepcionales para una de las joyas de Atapuerca y de la arqueología y la paleoantropología mundiales”.

RESULTADOS MÁS DESTACADOS EN CADA UNO DE LOS YACIMIENTOS DE LA TRINCHERA DEL FERROCARIL

Durante la campaña de excavación de 2024 el equipo investigador del IPHES-CERCA ha coordinado los trabajos de excavación en los yacimientos de Gran Dolina, Sima del Elefante, Galería, Cueva Fantasma, todos ellos ubicados en la Trinchera del Ferrocarril, y en la cueva de El Mirador. Además, se han llevado a cabo los trabajos de lavado y cribado de los sedimentos en el río Arlanzón, a su paso por el municipio de Ibeas de Juarros (Burgos).

Imagen general de los trabajos de excavación en el nivel TD6 de la Gran Dolina. Foto: María D. Guillén / IPHES-CERCA

Gran Dolina, Unidad TD6

La campaña de 2024 en el yacimiento de Gran Dolina ha inaugurado el esperado reencuentro con el nivel TD6, justo 30 años después de su primera excavación. Ésta ha sido realizada a lo largo del mes de julio por parte de un equipo coordinado y formado por investigadores del IPHES-CERCA.

La campaña anterior se cerró dejando al descubierto el techo de la unidad que contiene el conocido Estrato Aurora donde, en dos fases de excavación anteriores (1994-1997 y 2003-2011), se pusieron al descubierto los restos de un campamento hace 850.000 años. En éste, junto con una gran cantidad de restos de ciervos, caballos, bóvidos y otros animales, y un conjunto de herramientas de piedra que había sido producido, utilizado y abandonado en el sitio, aparecieron alrededor de 180 fósiles humanos. El estudio de estos fósiles, por un lado, permitió documentar el evento de canibalismo más antiguo conocido hasta ahora y, por otro, puso en evidencia una combinación de rasgos anatómicos que llevó a la propuesta, en 1997 , de una nueva especie: Homo antecessor.

Imagen de los restos óseos y de un incisivo, descubiertos en la Gran Dolina, que pertenecen a una mujer adulta de Homo antecessor de unos 25 años. María D. Guillén / IPHES-CERCA.

Denticulados de sílex neógeno recuperados en el nivel TD6 de la Gran Dolina. Foto: María D. Guillén / IPHES-CERCA

En esta campaña se ha conseguido poner al descubierto el techo de la unidad TD6 (llamado TD6.1), donde se ha comprobado que la acumulación de coprolitos (heces fósiles) de hiena que habían sido descritos en otras zonas se extiende por una superficie de cerca de 40 m2. Este hecho, además de permitir documentar una letrina de este carroñero realmente excepcional en el Pleistoceno inferior, indica que la capa subyacente, el famoso nivel TD6.2 (más rica en registro arqueológico y paleoantropológico), está conservada en una gran superficie.

Pero lo más destacado de esta campaña es que, en contacto con la capa de coprolitos, además de algunos huesos de animales y escasos instrumentos de piedra, han aparecido los primeros fósiles de Homo antecessor. Entre ellos, destacan varios fragmentos de cráneo, un fragmento de maxilar, dos fragmentos de mandíbula, un diente incisivo, fragmentos de costilla y de vértebra, así como un osito de la muñeca.

La pieza dental ha resultado de gran interés, ya que a través de las primeras observaciones se ha podido contabilizar a un individuo adulto desconocido hasta ahora en el conjunto. Es posiblemente una hembra de unos 25 años.

Incisivo de 'Homo antecessor' que habría pertenecido a una mujer adulta de unos 25 años encontrado en la Gran Dolina TD6 (sierra de Atapuerca). María D. Guillén / IPHES-CERCA.

Los resultados de esta campaña, por tanto, confirman la buena conservación de la unidad TD6 de Gran Dolina, evidenciando el riquísimo contenido fosilífero, y auguran unas campañas excelentes para los próximos años, con las que, sin duda, el Equipo de Investigación de Atapuerca (EIA) volverá a revolucionar el panorama científico de Europa.

Trabajos de excavación en el yacimiento de la Sima del Elefante. Foto: Maria D. Guillén / IPHES-CERCA

Sima del Elefante

Los resultados de la campaña de excavación en el yacimiento de la Sima del Elefante han sido muy positivos. Los objetivos que se plantearon en el inicio de la excavación han sido alcanzados con éxito. Por un lado, se ha acabado de excavar la capa arcillosa del nivel TE7 en la que apareció el resto humano llamado Pink en 2022, así como restos de industria lítica durante la campaña de 2023.

En esta campaña, en esta capa, se ha recuperado una costilla de un herbívoro de talla grande que presenta marcas de corte relacionadas con la acción de descarnar al animal por parte de los homininos que habitaron este entorno hace entre 1,2-1,4 millones de años.

Costilla de herbívoro de talla grande con marcas de corte en su superficie recuperada en el yacimiento de la Sima del Elefante. Foto: María D. Guillén / IPHES-CERCA.

Además, ha aparecido una pequeña lasca de cuarzo en el nivel TE7. Este hallazgo ayudará a entender cómo vivían estos homininos. Por otra parte, se ha logrado relacionar el nivel TE7 en los dos sectores de la excavación, siendo este nivel el que presenta la mayor superficie excavada en Sima del Elefante. En estos sedimentos, aparte de la costilla ya mencionada, se han recuperado restos de castor, rinoceronte, venado y tortuga.

Por último, durante la campaña se ha reanudado el sondeo en una zona del yacimiento para localizar la base de la secuencia sedimentaria de la Sima del Elefante.

Trabajos de excavación en el yacimiento de Galería. Foto: Maria D. Guillén / IPHES-CERCA

Galería

Los trabajos de excavación en el yacimiento de Galería, se han centrado en la sub-unidad GIIb, con una antigüedad de aproximadamente 300.000 años. A partir de ese momento la dinámica de la excavación tomará una importancia primordial para las próximas campañas, ya que se intervendrá en lo que ya se conoce como los niveles más ricos de este yacimiento.

A lo largo de estas semanas se han recuperado 500 restos de fauna y más de 30 herramientas líticas. La fauna se compone de restos axiales y craneales de ciervos, caballos y bisontes, entre los que predominan los individuos jóvenes. La industria es el reflejo del uso de un amplio abanico de materias primas, entre las que destacan sílex neógeno, cuarcitas y areniscas. Algunas han sido utilizadas como núcleos para producir lascas y otras han sido utilizadas para la configuración de pequeños instrumentos como denticulados. Con esta campaña se refuerza la idea de que las sociedades preneandertales utilizaban la Galería expeditivamente como lugar de obtención de recursos faunísticos, siendo un enclave de referencia en la sierra de Atapuerca.

Arriba: Maxilar de bisonte infantil procedente del yacimiento de Galería. Abajo Núcleo de arenisca procedente del yacimiento de Galería. Fotos: María D. Guillén / IPHES-CERCA

Trabajos de excavación en el yacimiento de Cueva Fantasma. Foto: María D. Guillén / IPHES-CERCA

Cueva Fantasma

Los trabajos de excavación en el yacimiento de Cueva Fantasma se han desarrollado en dos sectores diferenciados del yacimiento: el sector de entrada de Cueva Fantasma (CF) donde se documentan los niveles de ocupación de los neandertales, y la parte interna o Sala Fantasma (SF), donde se localizan los niveles de actividad de las hienas.

En el sector de entrada de Cueva Fantasma se ha intervenido en los niveles CF26A, se ha levantado el nivel CF25 y se ha iniciado el nivel de CF24. En la zona contigua a Cueva Fantasma se ha continuado excavando en la Covacha norte, nivel CF26A. En este nivel, con una antigüedad comprendida entre 70.000 y 100.000 años, se ha recuperado una importante colección de industria lítica. Ésta sería el área de mayor actividad de los neandertales en la cueva. La industria lítica y los huesos recuperados demuestran que los neandertales frecuentaban esta cavidad de forma esporádica.

En el nivel CF25 se ha recuperado una pequeña colección de instrumentos líticos, tales como ascles de sílex, arenisca y cuarcita, identificado el desarrollo del método de talla levallois. Este nivel destaca por la acumulación de huesos con mayor índice de fracturación principalmente realizada por neandertales y hienas. En estos huesos aparecen marcas de actividad humana (como la fractura para la extracción de médula ósea). Hay otros huesos que han sido procesados ​​y regurgitados por las hienas.

Tras ocho años del hallazgo de un parietal humano neandertal en otro sector de la cueva (Sala Fantasma), en esta campaña se ha recuperado un pequeño fragmento circular de un hueso del cráneo de un neandertal.

Fragmento de cráneo de neandertal encontrado en la Cueva Fantasma (sierra de Atapuerca). Maria D. Guillén / IPHES-CERCA.

En el otro sector del yacimiento y con unas dimensiones mucho mayores, la llamada Sala Fantasma, se ha intervenido en el subnivel SF30A. Este subnivel contiene una gran acumulación de restos de caballos y ciervos consumidos, roídos y muy alterados por las hienas; de hecho, se ha interpretado como un cubil de hienas. También se han recuperado huesos de las propias hienas, pero también de león, reno, oso, perro, marmota o bóvido, entre otros. Esta superficie es la más moderna de las tres, pudiendo tener una antigüedad aproximada de unos 50.000 mil años.

Mandíbula de hiena manchada recuperada en el yacimiento de Cueva Fantasma. Foto: Maria D. Guillén / IPHES-CERCA

Por último, en el tramo inferior de Cueva Fantasma se ha iniciado un sondeo para documentar la secuencia del mismo. Se han perfilado los niveles CF23, CF22, CF21 y CF20, excavando la base del nivel CF20 y el techo del CF19. Estos niveles CF20-19 destacan por la presencia de numerosos coprolitos de hienas y de restos de herbívoros y carnívoros destacando la presencia de restos de Pachycrocuta. Cabe destacar que este tipo de hiena no se había documentado nunca todavía en la sierra de Atapuerca y su importancia radica en que marca una biozona anterior a los niveles más antiguos de la Gran Dolina y, por tanto, tendría una edad superior al millón de años.

Cueva de El Mirador

La campaña de excavación en la cueva de El Mirador se ha llevado a cabo durante tres semanas, con un equipo algo más numeroso que en años anteriores, profundizando en los sondeos abiertos a ambos lados de la cavidad. Se han excavado niveles del Neolítico con una antigüedad de cerca de 7.000 años, ricos en restos de fauna, predominantemente doméstica, y de cultura material, principalmente cerámica, e instrumentos líticos y óseos. Se ha llevado a cabo una campaña de muestreo sistemático destinado a estudios arqueobotánicos, arqueomagnéticos y de química analítica, encaminados a obtener datos de alta resolución sobre las primeras comunidades de pastores y agricultores del interior peninsular.

Vista general de la excavación en el yacimiento de cueva de El Mirador. Foto: Maria D. Guillén / IPHES-CERCA

Destaca el descubrimiento de arte rupestre, tanto en las paredes de la cueva, donde se conservan restos de pinturas, como entre los sedimentos del Neolítico antiguo. Se ha encontrado un bloque de 40 x 30 x 20 centímetros recubierto de pigmento rojo, junto al que había, entre otros elementos, un núcleo de sílex con una digitación roja, y la base de un recipiente decorado con un magnífico soliforme (representación en forma de sol), también con restos de pigmento rojo.

Trabajos de lavado de sedimento en el río Arlanzón por su paso al pueblo de Ibeas de Juarros. Foto: Maria D. Guillén / IPHES-CERCA

Laboratorio de lavado de sedimentos de la Trinchera en el río Arlanzón

Durante la campaña de excavación de 2024 en los yacimientos de la sierra de Atapuerca se han procesado aproximadamente 15 toneladas de sedimento a orillas del río Arlanzón, a su paso por la localidad de Ibeas de Juarros. De la gran cantidad de material lavado y cribado, destaca en los yacimientos de la Trinchera del Ferrocarril la presencia de todo tipo de pequeños vertebrados (aves, anfibios, reptiles, musarañas, topos, erizos, murciélagos y roedores).

Estas 15 toneladas de sedimento corresponden a unas 650 muestras, procedentes de los yacimientos de la Sima del Elefante, Galería, Gran Dolina, Penal, Cueva Fantasma y Galería de las Estatuas Exterior. Durante esta campaña también se procesaron en el área de lavado del río Arlanzón muestras procedentes de los yacimientos de la cueva de El Mirador, Galería de las Estatuas Interior, Cueva Mayor y Portalón.

Fuentes: iphes.cat | burgosconecta.es | eldiadesegovia.es | comunicacio.iphes.cat | 24 de julio de 2024

Dos de los tres codirectores de Atapuerca se retiran de las excavaciones

De izquierda a derecha: Juan Luis Arsuaga, el único codirector que continuará en la próxima campaña; el presidente de la Junta de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, y los ahora retirados, José María Bermúdez de Castro y Eudald Carbonell. Santi Otero | EFE

La campaña de excavaciones del 2024 en los yacimientos de la sierra de Atapuerca ha sido la última para José María Bermúdez de Castro y Eudald Carbonell, los investigadores que, junto a Juan Luis Arsuaga, han liderado el Proyecto Atapuerca durante las últimas décadas.

Arsuaga, Bermúdez de Castro y Carbonell son codirectores desde 1991, año en el que se jubiló Emiliano Aguirre, el primer director del Proyecto Atapuerca y fallecido en el 2021. Los yacimientos son Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO desde 1999 y el equipo investigador recibió el Premio Príncipe de Asturias de Investigación Científica y Técnica en el 1997.

Bermúdez de Castro y Carbonell dan así el relevo a una nueva remesa de investigadores «excelentes», a los que se les encomienda continuar con un proyecto de investigación ya está asentado y del que se espera que siga ofreciendo hallazgos «rompedores».

En la rueda de prensa de balance de la campaña de excavaciones, han aprovechado para despedirse, pero también para pedir a las administraciones, y en concreto a la Junta de Castilla y León que continúen apoyando el Proyecto Atapuerca y al nuevo equipo que se encargará de dirigirlo.

Bermúdez de Castro se ha valido de las declaraciones del tenista Roger Federer, que en una entrevista a El País indicaba que «la retirada es similar a un funeral y, poco a poco, te vas difuminando hasta resultar invisible», quien considera que en su retirada tienen que estar alegres por haber completado un recorrido de 40 años con final feliz. «El programa de investigación está en marcha y cuenta con un equipo humano excelente que seguirá el camino abierto por Emiliano Aguirre en 1978; habrá hallazgos e investigaciones rompedoras, y se cuenta con una infraestructura que permitirá seguir excavando sin problemas, además de instituciones que conforman un firme puntal».

José María Bermúdez de Castro da un paso atrás, como también Eudald Carbonell, asumiendo que pasan el testigo en una larga carrera de relevos en la que, además, «van en buena posición», ha afirmado, y con la disposición de recibir los éxitos que se cosechen en el futuro con una «amplia sonrisa» pues su «estrella» permanecerá en la memoria de Atapuerca.

«Todo va seguir igual»

La marcha de Bermúdez de Castro y Carbonell no va a afectar al Proyecto Atapuerca, ha insistido Juan Luis Arsuaga, quien ha afirmado que la estructura es sólida, y eso es lo fundamental, por lo que «va a seguir todo igual».

Cada investigador tiene su papel y no se espera que haya grandes cambios, aunque Arsuaga ha destacado que lo más importante es que «el proyecto se queda en Burgos», que es un proyecto burgalés, que han capitaneado tres codirectores que llegaron de fuera, pero que está asentado en la provincia.

La reorganización del Proyecto Atapuerca y, en concreto, del proyecto de excavaciones, se irá concretando a medida que pasen los meses, si bien hay algunas cuestiones que ya están definidas. Arsuaga, pese a no retirarse todavía, tiene muy claro quiénes serán sus «herederos», los investigadores que han estado desde un primer momento con él, Ignacio Martínez y José Miguel Carretero.

Por su parte, Bermúdez de Castro prefiere que sean los investigadores los que confirmen, llegado el momento, el relevo, si bien ha recordado que los proyectos de investigación ya se han reordenado y como investigadoras principales están María Martinón-Torres, con Bermúdez de Castro de apoyo, y Marina Mosquera, apoyada por Eudald Carbonell.

Sin embargo, «hay mucha gente», otros investigadores que tendrán que liderar las excavaciones de Atapuerca, y aunque «tiene una cierta idea de quiénes van a ser», ha preferido que sean los interesados los que lo cuenten, pues serán ellos los que, dentro de un año, protagonicen el balance de la futura campaña de excavaciones.

Fuente: lavozdegalicia.es | 24 de julio de 2024

La Fundación Atapuerca recrea 25 años después la firma de su constitución con un emotivo acto en la Trinchera del Ferrocarril

Foto: Ricardo Ordóñez ICAL

La Fundación Atapuerca recreó hoy, 26 de julio de 2024, la firma de su constitución, 25 años después y con varias de las personas que estuvieron presentes en 1999 y vieron nacer a tan importante entidad. De esta forma, la Trinchera del Ferrocarril, en los yacimientos de la sierra de Atapuerca volvió a ser el escenario de esta firma, que se firmó un 26 de julio de 1999 , a las 13.30 horas de la tarde.

El presidente y vicepresidentes de la Fundación Atapuerca, Antonio Méndez Pozo, Juan Luis Arsuaga, José María Bermúdez de Castro y Eudald Carbonell, respectivamente, así como otras personas que estuvieron presentes en aquella firma, volvieron a los yacimientos para recordar esta rúbrica que dio pie a la entidad. Una foto de gran tamaño sobre la firma de 1999 recordaba a los presentes aquel día, algunos de los cuales no pudieron estar hoy presentes.

El presidente de la Fundación, Antonio Méndez Pozo, quiso iniciar su intervención recordando a todos aquellos que hoy no han podido estar en esta recreación, y trasladó tanto a ellos como a sus familiares su cariño. Recordó así aquel 26 de julio de 1999 y cómo se inició esta Fundación Atapuerca, destacando el importante papel que jugaron para ello los tres codirectores de Atapuerca, Juan Luis Arsuaga, José María Bermúdez de Castro y Eudald Carbonell. “Se ha comprobado que fue un acierto haceros caso”, les dijo.

Recordó así que, por aquel entonces, los tres le trasladaron la necesidad de un “apoyo más cercano” al proyecto Atapuerca. Por ello se decidió constituir una fundación, como la “solución más viable para poder ayudarles y que recibieran el cariño de los burgaleses”. Agradeció así a los tres el haber sido artífices de la constitución de esta Fundación, y el haber trasladado lo que suponía Atapuerca para Burgos y Castilla y León, así como para la ciencia.

Antonio Méndez Pozo preside la Fundación Atapuerca desde 2013. Antes ejercieron conjuntamente ese cargo Pedro García Romera y Francisco José Isasi. - Foto: Valdivielso

“Está mereciendo la pena”, afirmó Méndez Pozo, que puso en valor el trabajo llevado a cabo hasta ahora y que ha permitido a Atapuerca ser un “referente mundial de lo que supone la evolución humana”, en alusión a las palabras del pasado miércoles del presidente de la Junta, Alfonso Fernández Mañueco. “Estamos orgullosos de lo que firmamos, ha merecido la pena. Esta Fundación es un sentir de la sociedad burgalesa y espero, confío y deseo que sigamos con los éxitos”, añadió su presidente.

Se unió a sus palabras el director de la Obra Social y Cultural de la Caja de Burgos durante 20 años, Ángel Ramos, que destacó que el nacimiento de "la Fundación Atapuerca garantizó un apoyo organizativo y logístico, así como de recursos económicos que permitieron el desarrollo del proyecto en un amplio sentido”. Indicó así el “orgullo” que supuso para Caja de Burgos participar en esta creación, y afirmó que las expectativas iniciales se han “cumplido con creces”. “Lo que parecían objetivos utópicos han sido ampliamente rebasados”, celebró.

Por su parte, Juan Luis Arsuaga expresó su “modesto orgullo” por el apoyo que ha supuesto la Fundación Atapuerca a los investigadores. “En estos 25 años se han invertido 2,5 millones de euros en ayudas a los investigadores, concediendo 93 ayudas”, celebró, a la vez que recordó que hace más de dos décadas estas ayudas eran necesarias y hoy en día lo siguen siendo.

“Nuestro propósito es seguir manteniendo esta ayuda, en la medida de lo posible, contribuyendo a que ningún investigador de Atapuerca se quede atrás”, dijo Arsuaga, que destacó que hasta la fecha son muchos los investigadores de la Fundación que han logrado éxitos científicos. “Eso justifica nuestra existencia pasada, nuestra existencia presente y la tarea que nos comprometemos ante vosotros realizar en el futuro”, concluyó.

Bermúdez de Castro, por otro lado afirmó que la Fundación llegó en el “momento preciso” e indicó que muchos de los proyectos que en su momento necesitaron financiación hoy están consolidados. “Sin esas ayudas, os aseguro que hubiera sido imposible continuar con este proyecto”, dijo a la vez que señaló que espera que la Fundación siga otros 25 años y muchos más. Destacó además la labor de la Fundación en otros aspectos como la difusión del conocimiento y la propia seguridad en las excavaciones.

Por último, Carbonell quiso señalar también la contribución de la Fundación a la profesionalización del equipo Atapuerca, que hoy cuenta con más de 80 doctores, algo que "no hubiera sido posible sin la intervención de la Fundación". Destacó también su papel en la socialización de Atapuerca, a través de las visitas y el conocimiento de los descubrimientos, y finalizó su discurso deseando que este proyecto continúe y los que lleguen sean mejores.

Personal investigador y técnico del IPHES-CERCA y estudiantes del máster de la Universitat Rovira i Virgili (URV) estos días de campaña de excavaciones en la sierra de Atapuerca. Foto: Maria D.Guillén / IPHES-CERCA.

25 años y futuros proyectos

El apoyo al Equipo Investigador de Atapuerca fue uno de los objetivos clave con los que nació la Fundación Atapuerca. Por ello en el año 2000 la Fundación creó el Programa de Ayudas para Investigación para que jóvenes investigadores e investigadoras pudieran desarrollar sus tesis doctorales y continuar sus carreras científicas en el ámbito del proyecto Atapuerca. Más tarde, fueron creándose varios centros de investigación y socialización, que juntos han impulsado aún más este proyecto.

Otro de sus grandes cometidos fue su apoyo en las campañas de excavación (financiadas principalmente por la Junta de Castilla y León) que cada verano concentra en la sierra de Atapuerca a más de 300 personas en los once yacimientos en los que se investiga en la actualidad. Por otro lado, la Fundación Atapuerca ha tratado de impulsar el desarrollo del territorio en el que se encuentran los yacimientos de la sierra de Atapuerca, mediante la colaboración con ayuntamientos y asociaciones de la zona para acercar distintas iniciativas de transferencia del conocimiento a la comunidad local.

A lo largo de los años, ha ido adquiriendo otras responsabilidades, como la gestión de las visitas a los yacimientos de la sierra de Atapuerca y al Centro de Arqueología Experimental (CAREX), por acuerdo con la Fundación Siglo, desde marzo de 2011. En la actualidad, la Fundación está ampliando su sede en Ibeas de Juarros (Burgos) con la construcción de un edificio anexo que albergará el denominado ‘Centro de Investigación Emiliano Aguirre’. Este proyecto ha sido posible gracias al impulso del Patronato de la Fundación y cuenta con el respaldo de la Junta de Castilla y León que, desde la Consejería de Cultura, Turismo y Deporte, financia un 50 por ciento.

A este proyecto se suma, tal y como indicó el presidente de la Fundación Atapuerca, otro que busca llevar a Bruselas al primer europeo, así como poner en valor la importancia que tiene la palabra ‘orígenes’ en Burgos. Recordó así el interés que manifestaron desde Bruselas por el primer europeo cuando visitaron esta capital con motivo del VIII Centenario de la Catedral. “Estamos retomando este proyecto de llevar Atapuerca a Bruselas, donde están representados todos los europeos”, afirmó hoy, recordando el hallazgo de ‘Pink’ , la cara del primer europeo hallado en Atapuerca el pasado 2022. Un proyecto que indicó que debe pilotar el presidente de la Junta y que considera que sería un remate interesant” el poder llevarlo a la sede de representación de los europeos.

Fuente: elcorreodeburgos.com | 26 de julio de 2024

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Aymerich el yacimiento donde se encuentran los primeros ‘Homo sapiens’ de la sierra de Atapuerca

El yacimiento Aymerich, en la base militar de Castrillo del Val, destapa lascas y láminas de sílex usadas por los primeros Homo sapiens de la sierra de Atapuerca.

El pasado 26 de julio finalizaba la campaña número 46 en la sierra de Atapuerca dirigida por Juan Luis Arsuaga, José María Bermúdez de Castro y Eudald Carbonell. Durante un mes y medio, más de 300 investigadoras e investigadores de 21 países han participado en 11 yacimientos en la sierra de Atapuerca.

Los yacimientos, ubicados en las localidades de Atapuerca, Ibeas de Juarros y la base militar ‘Cid Campeador’ en Castrillo del Val, han sido escenario de importantes descubrimientos. La colaboración con el Ejército Español, que se remonta a las primeras excavaciones en 1978, ha sido fundamental no solo en términos de seguridad y logística, sino también en la preservación del entorno. El Ejército ha proporcionado materiales esenciales y ha contribuido a la protección de los yacimientos.

Además, en 2014, a iniciativa de Eudald Carbonell, vicepresidente de la Fundación Atapuerca y codirector del proyecto Atapuerca, se estableció un acuerdo entre la Base Militar ‘Cid Campeador’ y la Fundación Atapuerca para la recuperación de las fuentes naturales de la sierra. Este proyecto ha permitido la limpieza y catalogación de más de 25 fuentes, 12 de las cuales se encuentran dentro del campo de maniobras de la base.

Este año se ha realizado un descubrimiento significativo en el yacimiento ‘Aymerich’, situado dentro de la base militar. Este asentamiento al aire libre, que recibe su nombre en honor a Vicente de Aymerich Cabrera, quien fue coronel en la base hasta finales de 2010, se encuentra en un depósito de arroyada en la ladera norte del valle del Arlanzón. Desde allí se puede observar la vega del río y destaca por un estrato con grandes bloques de sílex, que fueron una fuente importante de materia prima para las poblaciones paleolíticas.

Un equipo de ocho expertos de la Universidad de Burgos, el Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana (CENIEH) y el Museo de la Evolución Humana (MEH) ha trabajado en una extensión de 6 m², obteniendo 1700 restos líticos. Estos hallazgos, pertenecientes a un único nivel arqueológico del Paleolítico superior, incluyen lascas y láminas de sílex utilizadas por los primeros Homo sapiens para diversas actividades cotidianas, como la caza y la recolección.

Cada yacimiento cuenta con red wifi, estación total, ordenador para procesar la información, PDA para registrar los hallazgos e impresora de etiquetas. Foto. Santi Otero

Los análisis de laboratorio de estos materiales se llevarán a cabo en la Universidad de Burgos, donde se ha estudiado la prehistoria de la sierra de Atapuerca durante décadas. La relación cercana y constante con el Ejército ha sido clave para permitir el acceso y la investigación en zonas restringidas, asegurando la continuidad y protección de estos valiosos trabajos arqueológicos.

Este yacimiento, junto al de Valdeprovedo, es uno de los pocos registros de asentamientos del Paleolítico superior en la sierra, arrojando luz sobre la presencia de los primeros Homo sapiens en la región. La colaboración entre el Equipo Investigador de Atapuerca y el Ejército no solo ha facilitado la protección y el desarrollo de estas investigaciones, sino que también ha permitido la preservación del patrimonio cultural e histórico de la sierra de Atapuerca.

Fuente:novaciencia.es | 2 de agosto de 2024