Un animal ensartado por una lanza es el primer dibujo figurativo de la humanidad

Una pintura de ganado salvaje, fechada hace unos 40.000 años, en una cueva de Kalimantan Oriental, Borneo, parte de un gran panel que contiene al menos otros dos animales. Fotografía: Pindi Setiawan


En su película La cueva de los sueños olvidados, de 2010, el cineasta alemán Werner Herzog mostraba “uno de los mayores descubrimientos en la historia de la cultura humana”: la gruta francesa de Chauvet, donde, hace unos 35.000 años, sus ocupantes empezaron a pintar rinocerontes lanudos, bisontes, osos y leones en las paredes. Era “el lugar secreto donde el arte comenzó”. O, en palabras del artista francés Ernest Pignon-Ernest, “el Big Bang de los creadores”.

Ubicación del área de estudio. a, Borneo se encuentra al oeste de Sulawesi. La península Sangkulirang – Mangkalihat está adyacente al borde de la Plataforma Sunda, la cual tiene una profundidad de aproximadamente 2.500 m. Por lo tanto, los karst estaban situados en lo que era esencialmente el extremo sureste de Eurasia, incluso durante los períodos del Pleistoceno caracterizado por niveles bajos del mar. b, Ubicaciones de los sitios arqueológicos incluidos en este estudio. Fuente del mapa, Shuttle Radar Topography Mission 1 Arc-Second Global por NASA / NGS / USGS; GEBCO_2014 Grid, versión 20150318 (http://gebco.net). Mapas base generados utilizando ArcGIS por M. Kottermair y A. Jalandoni.

Pero la realidad está más alejada del ombligo de Europa. Un equipo internacional de científicos ha identificado, en un rincón remoto de la isla de Borneo (Indonesia), la pintura figurativa más antigua que se conoce hasta la fecha. El dibujo, con una edad estimada de 40.000 años, muestra un animal indeterminado —posiblemente un banteng, un buey salvaje local— aparentemente ensartado por una lanza. El hallazgo se publica hoy en la revista Nature, el principal escaparate de la ciencia mundial.
Los investigadores, encabezados por el arqueólogo Maxime Aubert (izquierda), ya pelearon por el récord de antigüedad hace un lustro, cuando anunciaron el hallazgo en la vecina isla indonesia de Célebes de otro par de pinturas figurativas de poco más de 35.000 años, que representaban a dos animales similares a un cerdo. Hoy se confirma el fin del monopolio europeo sobre el primer arte refinado. El animal más antiguo datado en la cueva española de Altamira es un caballo de al menos 22.000 años.

El nuevo hallazgo en Borneo se suma al aluvión de recientes descubrimientos de obras prehistóricas. En 2014, un equipo europeo anunció la aparición del primer dibujo de la historia: un sencillo trazo en zigzag presuntamente elaborado hace 400.000 años por un Homo erectus en una concha de molusco de la isla indonesia de Java. Este febrero, científicos españoles aseguraron que un signo lineal, parecido a una escalera, fue pintado por neandertales hace unos 65.000 años en la cueva de La Pasiega (Cantabria). Y, en septiembre, investigadores europeos y africanos mostraron el que sería el primer dibujo abstracto de nuestra especie, Homo sapiens: nueve diminutas líneas rojas pintadas hace 73.000 años en la cueva sudafricana de Blombos.

Arte rupestre fechado en Lubang Jeriji Saléh. Se señaln las muestras LJS1 y LJS1A. a – c, Fotografía (a) y trazado (b, c) que muestran las ubicaciones de los espeleotemas datados (n = 2) y la pintura asociada: una gran representación naturalista de color rojizo-naranja de un animal que se advierte de perfil. Aunque la figura animal se ha deteriorado, se la interpreta como una representación figurativa de lo que posiblemente es un bóvido salvaje (banteng de Borneo). El panel c es una ampliación del área marcada por un cuadro negro en b. d, Perfiles del espeleotema que exhiben las submuestras micro- excavadas y las dataciones de las series U asociadas. Fotografía, L.-H. Fage Rastreo, L. Huntley, basado en datos publicados con anterioridad y en www.kalimanthrope.com.

El animal de 40.000 años de Borneo se encuentra en la cueva de Lubang Jeriji Saléh, un lugar de difícil acceso situado a 200 metros de altura en una montaña en medio de la jungla. La caverna, de 140 metros de longitud, también alberga unos 20 dibujos posteriores de animales y humanos, además de unas 300 impresiones de manos, realizadas pegando las palmas a una pared y soplando pigmento encima. El buey ensartado, de color naranja rojizo y pintado con el dedo o una brocha, sería el primer dibujo figurativo conocido, pero no la primera obra de arte figurativa. "Las pinturas de Borneo tienen una edad similar a unas estatuillas talladas de Alemania datadas en 35.000-40.000 años”, reconoce el propio Maxime Aubert, en referencia a varias figuritas de marfil de mamut, como la llamada Venus de Hohle Fels.

Paneles ocre y morado de plantillas de mano superpuestas sobre viejas plantillas de mano rojizas / naranjas. Los dos estilos están separados en el tiempo por al menos 20.000 años, dicen los científicos. Fotografía: Kinez Riz

El prehistoriador alemán Nicholas Conard (izquierda), de la Universidad de Tubinga, fue uno de los descubridores de esas esculturas. “Estuvimos solos durante mucho tiempo teniendo las mejores pruebas de un arte figurativo temprano: instrumentos musicales, imaginería mítica y ornamentos tridimensionales en la Jura de Suabia, una sierra al suroeste de Alemania. Uno esperaría que aparecieran innovaciones similares en muchos contextos alrededor del mundo, a medida que los humanos modernos se expandieron desplazando a los arcaicos”, afirma Conard.

Hace 40.000 años, durante la última glaciación, Borneo no era una isla, sino la punta oriental del continente euroasiático, según subraya el equipo de Aubert, de la Universidad Griffith, en Southport (Australia). “Parece que el arte cavernario se desarrolló y evolucionó más o menos de la misma manera y al mismo tiempo que en el otro extremo del mundo”, señala el arqueólogo. La duda es si los habitantes de lo que hoy son Indonesia y Europa occidental inventaron el arte simbólico cada uno por su cuenta o si los humanos modernos que colonizaron el planeta desde África ya eran unos artistas solventes.

“Está claro que en torno a los 50.000-60.000 años hay una población que tiene capacidad simbólica clara y entre las manifestaciones de esta capacidad simbólica está el arte rupestre. A una especie la define su biología y su cultura. Al Homo sapiens, culturalmente, lo define el arte”, opina María Martinón Torres (derecha), directora del Centro Nacional de Investigación sobre Evolución Humana, en Burgos. “Homo sapiens ya es capaz de hacer arte, esté donde esté, esa capacidad artística es parte del pack sapiens y de ahí la simultaneidad de las expresiones artísticas en Europa y el sureste asiático”, sostiene.

El prehistoriador Marcos García Diez (izquierda), de la Universidad Isabel I (Burgos), participó en la investigación de las pinturas presuntamente neandertales en la cueva cántabra de La Pasiega. A su juicio, "el hallazgo de Borneo rompe la visión eurocentrista de que el arte surgió en Europa”. Las obras indonesias confirman que el arte refinado no fue un fenómeno específico de Europa. Y, según subraya García, las pinturas neandertales demuestran que tampoco era una exclusiva de nuestra especie.

¿MAESTRO NEANDERTAL, DISCÍPULO SAPIENS?

Los neandertales se extinguieron hace unos 40.000 años en sus últimos reductos del sur de la península ibérica, pocos milenios después de la llegada de los Homo sapiens a Europa. “Es posible que el origen del arte de los 'sapiens' provenga del conocimiento del arte rupestre previo de los neandertales o de interacciones con ellos”, especula el prehistoriador Marcos García Diez. Hace un par de meses, sin embargo, el arqueólogo Maxime Aubert puso en duda la datación de las pinturas de la cueva cántabra de La Pasiega, los 65.000 años que justifican su atribución a los neandertales. El equipo de García Diez acaba de publicar en la revista Science una defensa de sus resultados.

Fuente: elpais.com | 7 de noviembre de 2018

Una vaca salvaje hallada en Borneo, el dibujo figurativo más antiguo del mundo

"La imagen más antigua que hemos encontrado es un gran dibujo de un animal, de un tipo de vaca salvaje que todavía hoy vive en las selvas de Borneo, y tiene una antigüedad mínima de 40.000 años. Es el primer ejemplo de obra de arte figurativa conocido en el mundo". El profesor Maxime Aubert, de la Universidad de Griffith en Australia, es categórico sobre los resultados de su investigación, que se publican este miércoles en la revista Nature. Este arqueólogo y geoquímico lleva años trabajando junto a sus colegas del Centro Nacional de Investigación de Indonesia para acceder y analizar diferentes representaciones pictóricas en cuevas remotas de Borneo y la vecina isla de Célebes.

La entrada a la cueva de Kalimantan Oriental, Borneo. Fotografía: Pindi Setiawan.

Al hablar de arte figurativo se hace referencia a la representación de objetos mediante imágenes reconocibles, a diferencia de aquellas que plasman símbolos o figuras geométricas. Durante mucho tiempo se había asumido que el origen de ese salto cognitivo y cultural se produjo en las profundidades de las cuevas europeas. Sin embargo el descubrimiento que se publica ahora en Nature implica que en otras regiones del planeta se estaba desarrollando al mismo tiempo la capacidad de reproducir la realidad mediante imágenes. El momento y el lugar exacto donde nació esa facultad y cómo llegó a producirse en extremos opuestos del mundo sigue siendo un misterio.

"Parece que dos de las primeras provincias en crear arte rupestre se desarrollaron en una época similar, durante la Edad de Hielo, pero en dos rincones opuestos de Eurasia: una en Europa y otra en Indonesia", explica el profesor Adam Brumm (izquierda), arqueólogo de la Universidad Griffith y coautor del estudio. Durante la mayor parte de la última glaciación Borneo se encontraba aún unido a la punta más oriental del continente euroasiático, pero a más de 13.000 km de las regiones europeas que produjeron las obras más célebres del arte prehistórico.

Entre esos ejemplos se encuentran las pinturas de la cueva de Chauvet, en Francia, que tendrían entre 35.300 y 38.800 años de antigüedad y que representan rinocerontes lanudos, mamuts y bisontes. También las figuras de marfil halladas en cuevas de la región alemana de Suabia, que se atribuyen a la misma época. En España dataciones recientes sitúan algunas de las figuras representadas en el techo de los polícromos de Altamira (Cantabria), en 35.600 años de antigüedad, mientras que las formas humanas de la cueva Tito Bustillo (Asturias) se estima que tienen más de 30.000 años. Ejemplos no figurativos como el disco rojo de la cueva cántabra del Castillo se remontan a más de 40.000 años.


Figuras humanas de Kalimantan Oriental, Borneo de Indonesia. Este estilo está fechado en al menos 13.600 años atrás, pero posiblemente podría llegar a la altura del último máximo glaciar hace 20.000 años. Fotografía: Pindi Setiawan

En 2018 un artículo que ocupó la portada de Science revelaba que algunas de las pinturas en diferentes cuevas españolas podrían tener hasta 65.000 años lo que, de acuerdo con los autores, implica que tuvieron que ser creados por neandertales. Entre ellas se encuentra una hallada en la misma Cueva de La Pasiega, un conjunto conocido como La trampa. Sin embargo no se ha podido datar con exactitud los dibujos del bisonte y el caballo que se incluyen en el conjunto.

Proceso de datación

Uno de los mayores desafíos en la investigación del arte rupestre es, precisamente, la datación. En este caso los científicos se han basado en los depósitos minerales que cubren los dibujos: el agua que fluye a lo largo de las paredes de las cuevas forma delgadas capas de calcita llamadas coraloides (conocidos también como palomitas de maíz por su forma) que contienen rastros de uranio. El grado de descomposición radiactiva de este elemento es el que proporciona información sobre el tiempo transcurrido desde su utilización y el que permite establecer un marco temporal para esas obras.

Las dataciones también permiten afirmar que se produjo un cambio importante dentro de la cultura local hace unos 20.000 años, dando lugar a un nuevo estilo de arte (que comienza a incluir representaciones de seres humanos), en un momento en el que el clima de la última glaciación estaba en su punto más extremo. "Quiénes eran esos artistas de la Edad de Hielo de Borneo y qué les sucedió es un misterio", señala Pindi Setiawan (derecha), arqueólogo indonesio y miembro del mismo equipo.

Origen en África

Se cree que los primeros habitantes llegaron a Borneo como parte de una oleada migratoria que partió de África hace 60.000 años, probablemente a través del Mar Rojo y la Península Arábiga. "Nuestra investigación sugiere que el arte rupestre se extendió desde Borneo hasta Célebes y otros territorios más allá de Eurasia, tal vez llegando con los primeros pueblos que colonizaron Australia", explica Aubert, quien también señala que el archipiélago es un paso vital entre Asia y el continente australiano.
En 2014 el mismo equipo publicó una primera investigación en la que revelaban muestras similares en la vecina isla de Célebes, correspondientes al mismo periodo. Concretamente en la región de Kalimantan se hallaron representaciones similares, algunas de ellas utilizando manos como plantilla (una técnica conocida como estarcido). De acuerdo con los autores esto sugiere que en el archipiélago ya había una tradición de arte rupestre hace entre 50.000 y 40.000 años.

Fuente: elmundo.es | 7 de noviembre de 2018

En el diario The Guardian, podemos leer la opinión crítica del profesor Paul Pettitt:

Paul Pettitt, profesor de arqueología paleolítica de la Universidad de Durham, señala que "al pie de la letra" los resultados apuntan a un patrón similar para el desarrollo del arte en dos extremos de Eurasia hace más de 40.000 años.

"Lamentablemente, este trabajo dice más sobre la competencia académica y la lucha por las fechas tempranas que sobre el surgimiento del arte", indica.

"Acojo con beneplácito el impresionante descubrimiento y documentación de una importante región de arte primitivo, pero tengo considerables reservas sobre la pertinencia de las muestras fechadas para el arte que se encuentra debajo. No está claro que las edades mínimas más antiguas estén clara e inequívocamente relacionadas con el arte figurativo".

Hallan un "elemento mobiliar" romano único en el yacimiento de Isturgi (Jaén)

La arqueológa Isabel Fernández, y el alcalde de Andújar, Francisco Huertas, muestran la imagen del hallazgo - ABC

Arqueólogos de la Universidad de Granada han encontrado en el yacimiento arqueológico de Los Villares de Andújar (Jaén) han sacado a la luz un "elemento mobiliar" del que no existe hasta el momento "ningún otro paralelo en el mundo romano".
Así lo ha destacado hoy en una rueda de prensa la catedrática, Isabel Fernández, quien dirige el equipo de arqueólogos que ha realizado las excavaciones, durante el pasado verano, en el marco del denominado 'proyecto Isturgi'.

El alcalde de Andújar, Francisco Huertas, presente en la rueda de prensa, ha explicado que el material en que está realizada esta pieza es "hueso trabajado", con unas dimensiones de un metro por unos 50 centímetros, aproximadamente.

Junto a este elemento, Fernández ha señalado también la aparición de otros hallazgos como una estructura de época ibérica y, además, se han documentado dos estructuras de hornos para la producción de vidrio.

"Esto quiere decir que la actividad de Isturgi no sólo se dedicaba a la cerámica sino que también había una industria de vidrio", ha destacado la profesora, que también ha insistido en que "unos resultados tan magníficos refuerzan el papel que tenía Isturgi, como núcleo muy importante a orillas del Guadalquivir".

El Ayuntamiento de Andújar ha organizado hoy unas jornadas informativas para dar a conocer las conclusiones de este trabajo que promueve el propio consistorio y que desarrolla el equipo de arqueólogos de la Universidad de Granada.

En este sentido, Francisco Huertas, ha señalado que "la finalidad de esta sesión informativa es difundir esta investigación con el objetivo de poner en valor el yacimiento y, así, reforzar nuestra identidad cultural". EFE

Fuente:lavanguardia.com | 6 de noviembre de 2018

Descubren en Turquía una letrina romana con imágenes eróticas en el suelo

Uno de los mosaicos hallados que representa a Ganímedes - Antiochia ad Cragum Excavations.

Un equipo de arqueólogos ha encontrado en el yacimiento turco de Antiochia ad Cragum una letrina romana del siglo II con una serie de dibujos eróticos en los mosaicos del suelo.

«Nos quedamos atónitos con lo que estábamos viendo», ha afirmado Michael Hoff (izquierda), especialista de la Universidad de Nebraska-Lincoln al portal Live Science. «Tienes que entender los mitos para comprender del todo las escenas, pero el humor en el baño es universal».
El arqueólogo se refiere a que la mitología romana es la gran protagonista de los dibujos, como pone de manifiesto un Narciso fascinado con su propio falo o un Ganímedes al que un pájaro le está limpiando sus genitales con una esponja.

Narciso y Ganímedes

Los dos mosaicos le dan una vuelta de tuerca a estos mitos que fueron representados frecuentemente en el arte romano y griego. A Narciso se le solía representar enamorándose de su propio reflejo en el agua. Mientras, en el mosaico turco está caracterizado con una larga nariz, algo poco común, ya que sería considerado como poco agraciado según los cánones de belleza de la época. Aparece mirando hacia abajo, probablemente admirando su llamativo pene, en lugar de su cara.


En el mito, Zeus se transforma en un águila para secuestrar a Ganímedes y convertirlo en el copero de los dioses. En el arte se suele representar ese momento con el joven troyano asiendo un palo y rodando como un guiñapo. En la letrina encontrada, Ganímedes sujeta con unas pinzas una esponja, en referencia a las que se usaban en aquella época para limpiarse. Y Zeus no es un águila, sino una garza, con su largo pico agarrando una esponja y frotando el pene del joven.


Este baño público habría tenido una gran afluencia de público, propablemente masculino, dada su situación, al lado de la casa del consejo.

Fuente: abc.es | 5 de noviembre de 2018

Los primeros habitantes de la península escandinava

Familia de lapones. Fuente: Wikipedia.

El día 30 de octubre tuve la fortuna de dar una charla sobre los últimos hallazgos en la sierra de Atapuerca en la sede del Instituto Cervantes de Estocolmo. Esta conferencia forma parte del acuerdo que mantiene la Fundación Atapuerca con esta institución desde hace varios años. Hemos llevado los conocimientos sobre la evolución humana de Europa, y en particular los obtenidos en la sierra de Atapuerca, por muchas de las sedes del Instituto Cervantes. Una oportunidad que agradecemos, porque llevamos una parte de nuestra propia cultura a diferentes partes del mundo.

En la sede del Instituto Cervantes de Estocolmo, junto a Mónica Riaza, responsable de las actividades culturales. Foto: José V. García.

Antes de viajar a Estocolmo me pregunté sobre el primer poblamiento de la península escandinava, puesto que no existe constancia de yacimientos tan antiguos como los que se encuentran en el sur y centro de Europa. Mientras que en las regiones mediterráneas medimos la antigüedad de los yacimientos arqueológicos por centenares de miles de años, en estas latitudes existen algunas evidencias de la colonización de esas tierras por parte de seres humanos en una época muy reciente.
Es evidente que las glaciaciones del Pleistoceno impidieron la colonización de latitudes elevadas.

Pero el clima de las épocas interglaciares, más cálidas, tampoco permitió la ocupación de este continente más allá del paralelo 55º hasta bien avanzado el Pleistoceno. Aunque las zonas de menor altitud de Europa tienen un clima aceptable, es necesario llegar hasta ellas a través de zonas demasiado frías. Misión imposible para nuestros ancestros del Pleistoceno Inferior, que se habían originado en regiones tropicales y subtropicales. Y no olvidemos la luz solar. En el norte de Europa pasan meses en los que apenas ven brillar el sol en el horizonte. Una circunstancia muy desfavorable para la síntesis de vitamina D y el crecimiento normal.

Se conocen algunos yacimientos en la península escandinava con dataciones que no superan los 11.000 años; es decir, fueron los miembros de nuestra propia especie quienes pisaron por primera vez estas regiones a finales del Pleistoceno, quizá poco después del súbito enfriamiento global del planeta (Dryas Reciente) acaecido hace entre 13.000 y 11.500 años por causas todavía no bien conocidas. Los primeros “escandinavos” fueron cazadores de renos, animales bien adaptados a la tundra que sustituyó a los bosques de Escandinavia durante el Dryas. Estos primeros pobladores pertenecían a la denominada cultura Ahrensburg de cazadores y recolectores nómadas del centro y norte de Europa. Su cultura fue lo suficientemente avanzada como para atreverse a vivir en estas gélidas regiones.

El calentamiento del clima global después del Dryas favoreció la presencia continuada de algunos grupos humanos en Escandinavia durante el Mesolítico, que vivieron de la pesca, de la caza y de la recolección de otros alimentos. A esa cultura, llegada hace unos 7.000 años a Escandinavia, pertenece el pueblo lapón o Sami, relacionado con migraciones de pueblos del centro de Eurasia. Su testimonio ha quedado en muchos lugares, como las pinturas rupestres del yacimiento de Glösa, que se datan en unos 6.000 años. La cultura neolítica aun tardaría casi 5.000 años en alcanzar estas latitudes, tras su primera invención en el Creciente Fértil hace unos 8.500 años.

Este baile de cifras, de entre cerca de un millón y medio de años para los yacimientos más antiguos de la península ibérica y los 11.000 años de la península escandinava, nos hace reflexionar sobre nuestra total dependencia del clima y de la cultura. Sin las ventajas de la adaptación “extra-somática” que representa la cultura no habríamos llegado a ser una especie cosmopolita y nos seguiríamos moviendo en regiones de clima tropical y subtropical. Y no podríamos disfrutar de las excelencias que he podido apreciar en mi viaje a Estocolmo.

Fuente: quo.es | 6 de noviembre de 2018

La endogamia frecuente pudo haber causado anomalías esqueléticas en humanos primitivos

Foto: Los esqueletos Romito 1 y Romito 2 abrazados.

En 1963, el arqueólogo Paolo Graziosi descubría en una gruta en la parte sur de los Apeninos (Italia) un enterramiento doble de hace unos 12.000 años donde parecía que el cuerpo más grande abrazaba al más pequeño. Ya entonces, los arqueólogos vieron algo raro en aquellos restos que llamaron Romito 2. Años mas tarde, se determinó que era un joven de unos veinte años que tenía una displasia acromesomélica. Graziosi había encontrado al primer enano de la prehistoria. La suya es una rarísima enfermedad que se da en menos de un caso por cada dos millones y una de las decenas de anomalías óseas halladas en el registro fósil. ¿Cómo sobrevivió tanto en un tiempo de cazadores? ¿Había entonces más deformidades esqueléticas que ahora?

"No. Esto solo refuerza el hecho verdaderamente excepcional de que hubiera un caso en el Paleolítico", dice en un correo el profesor de antropología de la Universidad Washington en San Luis (EE UU), Erik Trinkaus (izquierda). Esta autoridad en la biología y evolución de los neandertales ha recopilado las anomalías óseas identificadas en los restos de homíninos del género Homo (sapiens, denisovanos, neandertales) hallados en el registro fósil. En las deformidades del pasado buscaba la prevalencia de estas enfermedades en los humanos de entonces, pero también pistas de su vida y cómo eran tratados.
El trabajo, publicado en PNAS, ha revisado 77 patologías detectadas en 66 especímenes, la mayoría de hace 200.000 años en adelante, es decir, en la parte final del Pleistoceno. No todas las anomalías son tan extremas o raras como la de Romito 2. Pero hay otras formas de enanismo más comunes, como la acondroplasia, y otros desórdenes sistémicos, como hipofosfatemia o hidrocefalia. También hay ejemplos de craneosinostosis, en los que las partes del cráneo de un recién nacido se fusionan antes de tiempo o la espondilosis (que recuerda a la hernia discal) en la vértebra L5 de uno de los restos de Atapuerca.

Puede que 77 alteraciones esqueléticas no parezcan muchas, pero dada la escasez de fósiles humanos, la cifra es extremadamente alta. Además, son afecciones que, casi por necesidad biológica, son poco habituales aún entre los humanos de hoy. Así que la probabilidad de encontrar un espécimen con una de ellas en el registro fósil debía de ser cercana a cero. Alrededor de un tercio de las enfermedades aparecen como moderadamente comunes, con una anomalía esperada de entre el 1% y el 5% de los casos. La mayoría de las demás son extremadamente raras tanto en el registro fósil como en los humanos actuales, con un del 0,01 al 0,1%. Incluso hay casos para los que no hay referencias actuales.

Huesos y dientes con anomalías de distintos yacimientos. ERIK TRINKAUS

Un ejemplo ilustra la excepcionalidad de la que habla Trinkaus: dos mandíbulas halladas en el yacimiento de la Sima de las Palomas, en Murcia, tienen en uno de sus extremos un hueso extra, como una brida. Se trata de quijadas de neandertal y apenas se han encontrado 30 mandíbulas de esta especie. Si esta ratio se extrapolara a los humanos, la incidencia rondaría el 7% de la población. En realidad, en la literatura clínica no se ha descrito ningún caso que se parezca a los de las Palomas. "Simplemente son anormalidades desconocidas por lo que yo sé y lo que saben otros a los que hemos consultado", comenta Trinkaus. Igual era una deformidad que se perdió con la extinción de los neandertales.

El científico estadounidense se pregunta entonces qué explica tanta anomalía ósea entre los fósiles. Puede que algunos grupos trataran de forma especial a los discapacitados y se les enterrara en mayor proporción que a los demás. Entre los 105 enterramientos excavados en Europa y Asia occidental correspondientes al Paleolítico superior (desde hace unos 40.000 años hasta hace unos 10.000), solo en el 7% se ha encontrado restos con alguna malformación que fuera visible a sus vecinos. Parece un porcentaje demasiado bajo para corresponderse con un trato especial en el rito funerario. Queda otra posibilidad: la elevada consanguineidad en unas poblaciones que eran muy reducidas.

"La cueva de Romito se encuentra en el sur de Italia y estaba bastante aislada del resto de Europa, por lo que la endogamia debió ser más común", cuenta David Frayer (izquierda), profesor emérito de antropología biológica en la Universidad de Kansas (EE UU). Frayer, no relacionado con el estudio de Trinkaus, es uno de los que más ha estudiado los restos de Romito 2 y su displasia acromesomélica.
El mal de Romito 2 es un trastorno autosómico recesivo de origen genético. Así que, probablemente, los dos padres no afectados se lo transmitieron. "Creemos que el segundo individuo [el que abraza a Romito 2] era la madre del joven. Un análisis de su ADN podría sacarnos de dudas", comenta Frayer.



En la displasia acromesomélica de Romito 2 (en la imagen) el cúbito y el radio son extremadamente cortos y curvados. DAVID FRAYER

Para este antropólogo la implicación social más importante de casos como el de Romito 2 es que el apareamiento entre parientes cercanos, como primos, era común al final del Paleolítico en zonas como el sur de Italia. Pero el emparejamiento con primos ha sido común en otros tiempos y lugares: "Después de todo, Darwin se casó con su prima y varios de sus hijos murieron prematuramente, probablemente por la expresión de genes recesivos".

La consanguineidad puede explicar una mayor incidencia de nacimientos con anomalías óseas, pero no que la mayoría de los casos identificados llegaran a la edad adulta y ocho de ellos murieran ancianos. En una sociedad de neandertales cazadores recolectores, sujetos al eterno estrés ambiental, ¿cómo sobrevivió Romito 2, con sus brazos extremadamente cortos, sus dedos muy gordos y anomalías en las vertebras hasta llegar a la veintena?

Para Trinkaus, hay pruebas de la existencia de algún tipo de soporte social más allá de los cuidados de una madre. En 2017, publicaba el caso de otro neandertal de hace unos 50.000 años con lesiones en un brazo y una pierna y, además sordo. "Más que la pérdida de su antebrazo o la cojera y otros problemas, su sordera lo habría convertido en una presa fácil para los omnipresentes carnívoros de su entorno y dependiente de otros miembros de su grupo social", decía entonces Trinkaus.

Para él, esa atención a los discapacitados refuerza la idea de "la humanidad fundamental de estos humanos demasiadas veces considerados arcaicos como son los neandertales".

Fuente: elpais.com | 6 de noviembre de 2018

Los últimos hallazgos sitúan las termas de Valeria entre las grandes de Hispania

Fotos: Saúl García

Las excavaciones que se están realizando en las termas romanas de Valeria confirman que el programa de monumentalización del siglo I no solo se realizó solo en el Foro sino que aborda toda la ciudad. En el caso del complejo de las termas, además, con una espectacularidad que las situaría entre las de mayor potencial de Hispania.

El avance de los trabajos del taller de empleo promovido por la EATIM de Valeria y financiado por el Gobierno de Castilla-La Mancha dejan resultados espectaculares que ya apuntan a que, cuanto menos, el complejo termal hallado en la ladera oeste del yacimiento sería el más grande y rico de la provincia.

“Creíamos que podrían tener unos pocos cientos de metros y estamos viendo que supera con creces los 1.500 metros cuadrados. Eso de momento, con lo que sabemos que ya tenemos”, señala el director de la investigación arqueológica Santiago David Domínguez Soler, de Ares Arqueología y Patrimonio Cultural, quien destaca que gracias al taller de empleo se ha excavado un gran área de este edificio de cronología imperial, “pero ahora nos parece poco porque sabemos que tienen mucha más extensión de la que pensábamos. Según avanzamos vemos que tras la pared de una estancia aparece otra, un arranque de muro que no es exterior porque tiene mosaico. Además, la decoración nos ha sorprendido por su riqueza. No hay parangón en la provincia”, apunta.
Domínguez pone el acento en el hallazgo de un impresionante mosaico de mármol policromado con motivos geométricos que hasta ahora ocupa una superficie de 50 metros cuadrados.

La campaña del año pasado ya puso a los arqueólogos sobre la pista de no estar ante unas termas convencionales, sino ante un edificio de promoción pública que utiliza muchos recursos, “que no hemos visto en otras ciudades”, para conseguir materiales exclusivos con los que enriquecer las construcciones Pero es ahora, con este nuevo taller, cuando pueden hablar de la certeza de esa hipótesis.

“Estamos encontrando muchísimos mármoles. Yo diría que estamos ante el conjunto de piezas marmóreas más importante de la provincia. Sólo en la estancia interior que llevamos excavada se han recuperado alrededor de 5.000 piezas. Posiblemente al final de la campaña ronde los 100.000 fragmentos", explica el arqueólogo y monitor Javier Atienza, especialista además en mármoles romanos.

Saúl García

Mármoles

Hasta el momento se han identificado 15 variedades marmóreas, procedentes de todo el Imperio. La mayoría son peninsulares, tanto de la zona de Levante como de Portugal, pero Atienza destaca que también se ha encontrado un importante conjunto de piezas que proceden del Arco Mediterráneo, de Grecia, del Norte de África, de la península Itálica y también de Asia Menor, entre otros.
“Esta cantidad de mármoles refuerza la hipótesis de que el edificio se engloba dentro de una monumentalización urbana general y tiene un patrocinio, si no directamente de la casa imperial, muy cercana”.

Todo este lujo, además de poder palparse ya en las estancias que se han despejado en el yacimiento, y en la riqueza del material que se está clasificando, puede verse con todo detalle en las primeras recreaciones virtuales que ha realizado Atienza de los ambientes de las termas, en dos cotas, separados por tramos de escaleras, y que según destaca están basadas en las estructuras que han aparecido en la excavación. Igualmente la textura de los materiales que se han sacado de los propios encontrados en las excavaciones y el diseño del mosaico. El edificio es un reflejo del plano, con datos contrastados en las excavaciones.

Saúl García

Desde que hace cinco años, con motivo de los trabajos de acondicionamiento de un camino a la entrada de la Ciudad Romana se descubrieran por casualidad, las termas han centrado el objetivo del Ayuntamiento de Valeria. “Lo que buscamos es potenciarlas y que la gente las pueda visitar”, dice el alcalde Javier Beltrán, quien destaca que están muy ilusionados con el desarrollo de los trabajos que se están realizando con el taller de empleo, y el potencial que puede suponer el conjunto termal para el municipio.

El primer edil señala que ya hay un proyecto para hacer las termas visitables que puede ser muy interesante “tanto desde el punto de vista turístico como cultural”, en el que han puesto muchas esperanzas de futuro. “Sabemos que es a largo plazo porque hay que invertir mucho dinero, pero tenemos mucha ilusión y ganas. Ya hay proyectos en marcha para poder realizar la cubrición. Primero se cubrirá un ambiente, luego otro y así sucesivamente. Esto es una labor de años y de una necesaria involucración de todas las administraciones, porque en el Ayuntamiento tenemos muchas ganas y la materia prima, pero nos faltan los recursos”.

Mientras se busca la inversión necesaria para acometer esta actuación, que el alcalde entiende que supondría un importante espaldarazo al desarrollo turístico de la localidad y –por tanto una herramienta muy importante en el objetivo de fijar población– hay que seguir trabajando para sacar a la luz todo el conjunto termal. Una construcción que no deja de sorprender según avanzan los trabajos.
“Son una termas espectaculares. No vamos a decir que son las mas grandes que se conocen, pero sí una de una potencia muy grande y de muchísima riqueza. Con esta cantidad de mármoles, mosaicos, estucos, y conchas marinas que iban embutidas no hay ninguna en la provincia”, añade el concejal de Cultura de Valeria, Julián Torrecilla, que igualmente llama la atención sobre la particularidad que supone la construcción en terrazas para salvar la orografía del terreno. “Lo que es una desventaja lo vuelven a su favor jugando con la irregularidad del terreno para construir en diferentes cotas. Al final lo que montan es una escenografía impresionante. No buscaron solo con cubrir el expediente para dar el servicio que había que dar, sino una propaganda tremenda de quien hiciera las termas y la ciudad”.

Con todo, además de la visibilidad e interés que pueda tener como recurso turístico y económico para el pueblo, la peculiaridad de las termas monumentales de Valeria, cuya construcción se enmarca en un momento de gran expansión del programa de monumentalización de la ciudad, en el siglo I, y que están activas hasta su abandono en el siglo IV, también tienen un interés científico “espectacular” a nivel internacional. Y prueba de ello es su presentación, entre otros, en el Congreso Internacional de Arqueología Clásica de Alemania, que se realizaba recientemete en Bonn, cuenta el arqueólogo Santiago David Domínguez, que junto con Michel Muñoz, de la empresa Ares Arqueología y Patrimonio Cultural, coordina la investigación científica del proyecto.

Otra de las características sobresalientes de estas termas, y que no es habitual encontrarla en otros edificios de la misma cronología y época, es la ausencia de expolio tras su abandono, probablemente debido al esfuerzo que supondría subir los materiales por la ladera. De esta forma, todos los elementos estructurales están apareciendo en las excavaciones. Y esto, añade el arqueólogo Javier Beltrán, permirtiría “poder reconstruir el edificio en un 70 ó 75% tal cual era, con el material original”.

Fuente: eldiario.es | 5 de noviembre de 2018